Los Prejuicios Sexistas De La Profesión Docente
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Ileana Elizabeth Martínez Díaz 1º C El sujeto y su formación docente
Aunque hoy en día hay una gran cantidad de mujeres desempeñándose satisfactoriamente en el mundo laboral, desgraciadamente aun no somos tratadas con igualdad, aun no somos bien remuneradas por nuestro labor, aunque está comprobado que podemos desempeñarnos con el mismo éxito que el sexo masculino, en las mismas condiciones, pero aun así, se piensa que las mujeres es el sexo débil. Poco a poco va disminuyendo la cantidad de mujeres en el sector educativo. Está comprobado estadísticamente que ha ido disminuyendo la cantidad de mujeres laborando en el sector educativo, y esto no solo es en México, sino que también en distintas regiones como África, Asia, Europa, Oceanía, entre otras, esto según la División de Estadística de las Naciones Unidas. El primer gran impulso de la mujer en el campo laboral fue durante la guerra (en Europa) suplantando la mano de obra masculina en las fábricas. Terminada la guerra volvieron a hacerse cargo de los quehaceres del hogar. El retorno de las mujeres a la vida laboral se hizo muy difícil. La necesidad y la convivencia fue lo que impulso a la sociedad a dar lugar a la mujer en un círculo laboral que se consideraba estrictamente masculino, aunque cuanto mayor es la feminización de una ocupación, más probabilidades tienen sus asalariados de esta mal remunerados. Había una necesidad de emergencia en educar a la gente en los principios del nuevo gobierno para no peligrar el poder; esto llevó a que la cantidad de maestros que se necesitaban era mucha y los hombres que estaban dispuestos a realizar esta labor, con los escasos sueldos que ofrecían, eran pocos. La solución a este problema era la mujer, educadora por naturaleza y sin necesidad de ganar grandes salarios, pues no eran cabeza de hogar. Aunque esto solo sirvió en ese tiempo, ya que hoy en día, un gran porcentaje de cabeza de hogar son mujeres, ya sea por la
falta de ingresos monetarios, los trabajos mal pagados, los bajos salarios o porque simplemente hay muchas madres solteras, ahorita, por más que uno quiera, con un solo salario no es suficiente para solventar los gastos de una familia, pero la historia sigue siendo la misma, el salario de una mujer es el mínimo, aunque desempeñe un mejor trabajo y con más horas de labor que un hombre; y esto no es solo en la profesión docente, sino es cualquier profesión que se realice. Es evidente que los cambios culturales y sociales, desde aquel principio a la actualidad, han puesto al hombre y a la mujer a un mismo nivel de relación de género, pero también es indiscutible que la docencia está desarrollada en gran medida por mujeres. Esta es un arma de doble filo porque en el imaginario social, la mujer sigue manteniendo cierta inferioridad con respecto al hombre y aún ante la profesionalización de la docencia, ésta sigue siendo desvalorizada. Creo que es por esto último que en los últimos años han disminuido las profesoras en nivel primaria, secundaria y preparatoria o enseñanza terciaria como le llaman en la lectura. Creo que ambas cosas se interrelacionan pero, hoy la mujer en nuestra sociedad tiene mayor poder de elección que en otros tiempos. Hay muchos factores que dificultan tener una estadística exacta de cuantas mujeres están trabajando como docentes en un nivel global, como las diferencias en el sistema educativo que hay entre un país y otro, diferencias a la duración y la estructura de cada nivel educativo, la diversidad de formación, etc. Es por eso que no se pueden dar cifras exactas referentes a este tema. Sin embargo el que haya un bajo nivel de mujeres docentes en nivel superior es un hecho indiscutible y una de las razones es que el cuidado de niños pequeños en nivel de guardería, preescolar y primaria es como la
maternidad, por lo que es algo natural para la mujer y es en estos niveles que la gran mayoría de docentes laborando son mujeres. Se cree que mientras más feminizada es una profesión o actividad es más probable que este mal remunerada. Aparte de la subvaloración de las maestras en nivel preescolar y primaria que propicia los salarios, también se genera una discriminación visible hacia a la mujer. Para que esto pueda cambiar lo primero que se debe de hacer es actualizar los datos, hacer una nueva encuesta para saber con exactitud cuántas maestras están laborando, ya que los datos otorgados son del 2004 y los tiempos cambian y pudiera ser que esto haya ido disminuyendo o aumentando. También necesitamos combatir el machismo, ya que, creo yo que esto es la principal causa de la desvalorización hacia nosotras las mujeres, y por otro lado, las mujeres tenemos que empezar a sentirnos seguras de nuestros logros y de lo que somos capaces, si nosotras no estamos seguras de nuestras capacidades, nadie as lo estará, y si nosotras no valoramos nuestro trabajo, nadie más lo valorara por lo tanto no será bien remunerado.
A pesar de la gran cantidad de tropiezos que tuvo el inicio de la profesión docente, también dio a muchas mujeres la oportunidad de un crecimiento personal que, seguramente, de otra manera les hubiese sido vedado por los
preconceptos
existentes
en
la
sociedad
de
esa
época.
Lo maternal en la profesión docente tiene un poco de mito y un poco de verdad. La profesionalización que se está alcanzando en los niveles terciarios de educación, dista quizás bastante de ser perfecta pero ha avanzado
mucho durante estos últimos años. Considero que hoy un maestro hombre puede perfectamente cumplir ese rol de protección y a su vez acompañar al
alumno
en
su
crecimiento
educativo.
Nuestro compromiso con esta profesión es no dejar que sea desvalorizada con excusas que no tienen asidero en nuestra sociedad actual.