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Inteligencia Artificial para los negocios

Por: Emilio Pineda Sotelo

www.comunicreando.com

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iempre que aparece un adelanto tecnológico nos llega la preocupación como sociedad, porque eso podría implicar la desaparición de algún otro oficio o algún trabajo. Recuerdo que en los años 70 se afirmaba que con la aparición de los robots muchos obreros se quedarían sin empleo. Incluso aparecieron movimientos laborales en contra de ciertos adelantos tecnológicos que provocarían un alza en la tasa de desempleo de las naciones. Sin embargo, cabe reflexionar que esto siempre ha sido así. Cada vez que llega un nuevo adelanto tecnológico, una nueva especialidad, inevitablemente se está sustituyendo algún trabajo o un oficio más antiguo, pero no nos damos cuenta que ese antiguo oficio también en su momento sustituyó alguna otra actividad del pasado.

Cuando este tipo de fenómenos ocurren, los gobiernos tratan de proteger a los gremios laborales impidiendo la entrada de estos adelantos o buscando aplicar impuestos más altos para desincentivarlos. “Estos tiempos modernos están echando a la calle a la gente” –aseguran muchos–. Pero como ya lo dijimos esto ha ocurrido siempre en la historia de la humanidad.

Hoy en día es perfectamente normal observar en las calles de nuestra ciudad circular automóviles de aquí para allá, pero ¿podemos imaginarnos el fenómeno laboral que causó la aparición del primer automóvil a motor en nuestro país? Esto seguramente representó una amenaza severa para aquellos que construían, reparaban y operaban las carretas tiradas por caballos, las cuales eran el medio de transporte más común para ciertas clases acomodadas. Podemos imaginarnos que la aparición del primer automóvil significaba que se quedarían sin su oficio, y sin sus ingresos, personas dedicadas a la crianza de caballos para carretas, carpinteros, herreros, vidrieros, choferes, médicos veterinarios especializados en equinos,

y muchas otras personas relacionadas con la industria de las carretas. Seguramente fue dolorosa la pérdida de todos esos empleos y oficios, seguramente hubo resistencia y medidas que trataron de evitar la aparición del automóvil, pero la realidad actual nos demuestra que el cambio llegó de manera inevitable. La lección que esto nos deja es que los seres humanos tenemos que estar preparados todo el tiempo para los cambios y tenemos que estar dispuestos a la adaptación.

Ahora puedo platicarles una anécdota mucho más actual: hace unos meses buscaba unos boletos de avión para hacer un viaje a un Estado de la República Mexicana por motivos profesionales. Iba a impartir un curso en una universidad estatal y tenía que buscar la opción más cómoda, y por supuesto, barata. Finalmente encontré una opción pero no me decidí a comprar mis boletos todavía, tenía tiempo para hacer esa compra. Sin embargo, fui notando unos días después, mientras revisaba mis redes sociales, que invariablemente me aparecían anuncios ofreciéndome boletos baratos de avión para el destino que yo busqué hace unos días. Los anuncios me aparecían en Facebook, en Instagram y en páginas aleatorias en mi navegador de Internet.

Este asunto no me sorprendió porque de antemano sé que las redes sociales nos están vigilando todo el tiempo. Conocen nuestros gustos, los temas que buscamos con mayor frecuencia, los contenidos que nos entretienen más tiempo, con quién nos relacionamos más, ante qué tipo de estímulos reaccionamos con mayor frecuencia, en fin, que las redes sociales lo saben todo de nosotros. Pero quizá lo que realmente me sorprendió más es lo que voy a platicar a continuación:

Resulta que hace unas semanas visité una plaza comercial en el sur de la Ciudad de México. Ahí me encontré con una tienda muy novedosa que exhibía artículos de importación de países como China, Japón y Corea. Los productos tenían dos elementos que me gustan mucho: alta tecnología y diseño. A media tienda me encontré con unos escritorios muy interesantes, diseñados para personas dedicadas a los videojuegos. Los escritorios contaban con ventilador, luces divertidas, conexiones USB y una gran cantidad de prestaciones que no había visto en otro tipo de escritorios hasta el momento. Me detuve ahí un rato para verlos y pregunté al vendedor cuáles eran los precios, dependiendo de las variaciones de cada modelo.

Finalmente me salí de la tienda como el clásico preguntón que no compra nada. Al día siguiente quedé muy sorprendido al ver que en mis redes sociales me aparecían anuncios de escritorios de diferentes modelos que eran ofrecidos por distintas tiendas. Aquí mi sorpresa fue realmente mayúscula, ya que no había realizado yo ninguna búsqueda por Internet. Simplemente había estado presente de manera física en la tienda. ¿Entonces cómo supo Internet y las redes sociales que me interesaban los escritorios? Mi sospechoso principal fue mi teléfono celular. Quiero suponer que la tienda y mi teléfono entraron en contacto de alguna manera para que Internet supiera mi ubicación geográfica, la tienda en la que me encontraba y el punto exacto en el que dediqué más tiempo para ver sus productos. Aunque esta es una simple especulación, creo firmemente que Internet extrajo información sobre mis intereses de esa manera.

Hoy en día este tipo de anécdotas es mucho más frecuente y seguramente ustedes, mis queridos lectores, han vivido alguna experiencia similar. Y aunque parecen extraídas de una película de ciencia-ficción, con la posibilidad de provocar miedo, la realidad es que nos encontramos en una era de la información en la cual podemos sacar alguna ventaja para nuestros negocios. Todo este tipo de tecnología está basado en algo que llamamos Inteligencia Artificial. Efectivamente hay muchos capítulos de este concepto en el cine de ciencia-ficción, pero la realidad es que ya traspasó la pantalla para insertarse en nuestra vida cotidiana. Vamos a entender el concepto: Los especialistas definen a la Inteligencia Artificial como la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. En pocas palabras, son programas computacionales sumamente complejos que controlan máquinas que pueden observar su entorno, realizar procesos y hasta tomar decisiones. La Inteligencia Artificial plantea también que estas máquinas son capaces de aprender, y en este terreno las cosas se han vuelto verdaderamente fascinantes. Debo decirles, queridos lectores, que en este momento me encuentro dictándole este artículo a mi computadora, y ésta es capaz de entender mi lenguaje e incluso de aprender palabras nuevas, si no las contenía en su diccionario, para integrarlas en futuros textos. Y aunque esto puede facilitar el trabajo de un escritor, lo que es capaz de hacer la Inteligencia Artificial en este momento es muy superior a una máquina que toma dictado. Los expertos en Ciencias de la Computación han clasificado varios tipos de Inteligencia Artificial, vamos a conocerlos:

Sistemas que actúan como humanos:

Se trata de computadoras que realizan tareas de forma similar a como lo hacen las personas. Este es el caso de los robots. Existe una película muy interesante de uno de los mejores autores de ciencia ficción, Isaac Asimov, la cual plantea asuntos tecnológicos, sociales, culturales y hasta éticos acerca de la creación de robots cada vez más inteligentes. La película se llama “El hombre bicentenario”, muy recomendable.

Sistemas que piensan como humanos:

En este caso estamos hablando de programas computacionales que automatizan actividades como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje. La herramienta más utilizada son las redes neuronales artificiales. En este caso Google y YouTube son empresas que han llevado a niveles sorprendentes estas redes neuronales para realizar búsquedas y conocer cuáles son los gustos y preferencias de los usuarios de manera individual.

Sistemas que piensan racionalmente:

Estos son programas computacionales que intentan emular el pensamiento lógico-racional de los humanos, es decir, se investiga de qué manera lograr que las máquinas puedan percibir, razonar y actuar en consecuencia. Los “sistemas expertos” se engloban en este grupo.

Sistemas que actúan racionalmente:

Aquí podemos encontrarnos con programas computacionales que tratan de imitar de manera racional el comportamiento humano, tal es el caso de los agentes inteligentes. Algunas aplicaciones que podemos encontrar cotidianamente con este tipo de comportamiento son los asistentes robots llamados chatbots. Seguramente hemos entrado a la aplicación de nuestro banco o de nuestra compañía telefónica y en el chat aparece un texto que dice que nos pueden ayudar con nuestra necesidad. En la conversación nos hacen cierto tipo de preguntas y nosotros vamos contestando, y así en el chat van tratando de resolver nuestro problema. En realidad detrás de este chat no hay un ser humano, sino un robot con una serie de algoritmos que intentan encontrar de manera lógica la respuesta que el cliente está buscando.

¿Dónde podemos encontrar sistemas con Inteligencia Artificial?

Cada vez es más frecuente que estemos frente a sistemas que usan la Inteligencia Artificial y no nos hemos dado cuenta de ello. Normalmente está presente en la detección facial de los teléfonos celulares, cuando mostramos nuestro rostro y el teléfono nos reconoce desbloqueándose de inmediato. También está presente en los asistentes virtuales de voz como Siri, en el caso de Apple, Alexa, en el caso de Amazon o Cortana en Microsoft. Las aplicaciones de ubicación geográfica como Waze no solamente nos marcan una ruta a seguir para llegar a nuestro destino, sino que son capaces de aprender nuestros trayectos más frecuentes o los destinos a los que nos vamos a dirigir, dependiendo de la hora del día. Recordemos que una clave importante de la Inteligencia Artificial es su capacidad de aprendizaje. Así que actualmente podemos enumerar algunas aplicaciones concretas de la Inteligencia Artificial:

Asistentes personales virtuales:

Como lo hemos mencionado ahora será más frecuente convivir con chatbots interactivos que van a ser capaces de sugerirnos productos, restaurantes, hoteles, servicios, espectáculos y más información basada en nuestro historial de búsquedas y en las preferencias que hemos manifestado en Internet y en las diferentes aplicaciones.

Finanzas:

Estas tecnologías son capaces de ayudar a los bancos a detectar el fraude, predecir patrones del mercado y aconsejar operaciones a sus clientes. Actualmente son capaces de dar información desglosada a los usuarios de servicios financieros para que a través de ella se puedan tomar mejores decisiones.

Climáticas:

Imaginemos flotas de drones con la capacidad de plantar árboles en cantidades enormes anualmente para combatir la deforestación, o vehículos submarinos no tripulados para detectar fugas en oleoductos, edificios inteligentes diseñados para reducir el consumo energético, electrodomésticos amigables con el planeta, y muchas aplicaciones más.

Educación:

La Inteligencia Artificial permite saber si un estudiante está a punto de cancelar su registro, sugerir nuevos cursos o crear ofertas personalizadas para optimizar el aprendizaje. También será capaz de evaluar las capacidades de los estudiantes de modo tal que puedan aprovechar de mejor manera lo que están aprendiendo. Las posibilidades de aplicaciones de Inteligencia Artificial en el ámbito educativo apenas están comenzando y se vislumbra una cantidad infinita de posibilidades.

Salud:

Ya existen chatbots que nos pueden preguntar por nuestros síntomas para realizar un diagnóstico. Actualmente hay plataformas en tecnologías como Apple o Android en las cuales es posible monitorear diferentes síntomas del cuerpo para establecer

un cierto rango de calidad en la salud personal. La recolección de datos genera patrones que ayudan a identificar múltiples factores genéticos susceptibles de desarrollar una enfermedad. Hoy en día la interacción entre equipos de ejercicios, equipos biométricos y otro tipo de evaluaciones nos permiten conocer un aproximado bastante realista de nuestro estado de salud.

Logística y transporte:

Actualmente ya contamos con aplicaciones que nos permiten monitorear las horas de mayor tráfico en las ciudades, también nos ayudan a evitar accidentes o congestionamientos. Tesla ha desarrollado un sistema, el cual, cuando uno de sus coches transita una ruta por primera vez, comparte la información con el resto de los conductores. Prácticamente toda la industria de transporte, ya sea terrestre, marítima o aérea está utilizando tecnología con Inteligencia Artificial para la toma de decisiones y prevención de accidentes.

Comercial:

Existen aplicaciones y plataformas que nos permiten hacer pronósticos de ventas y elegir el producto adecuado para recomendárselo al cliente. Empresas como Amazon utilizan robots para identificar si un libro tendrá éxito, incluso antes de su lanzamiento. El estudio de los hábitos y preferencias de los usuarios está aportando una gran cantidad de datos para que las empresas sean capaces de ofrecer productos con mayores posibilidades de éxito en sus ventas.

La Inteligencia Artificial para nuestro negocio

Todo esto lo hemos venido revisando precisamente porque a veces se antoja que aplicaciones con Inteligencia Artificial solamente son útiles para las grandes empresas o las grandes organizaciones. Sin embargo, un pequeño negocio también puede beneficiarse de las grandes características de la Inteligencia Artificial.

Ya hemos dicho en anteriores ediciones de Imagen Óptica que nuestros negocios no pueden estar alejados de las nuevas tecnologías. Nuestra supervivencia depende de que seamos capaces de estar actualizados y aplicar con inteligencia las nuevas herramientas que van surgiendo. Y como lo dijimos desde el principio de este artículo, la evolución implica adaptación y aprendizaje. Así que podemos empezar a pensar en aplicaciones concretas para nuestras ópticas: Si tenemos una tienda virtual en las plataformas más populares, podemos acceder a una gran cantidad de datos para entender el por qué los clientes se comportan de determinada manera. Así podemos analizar el por qué los usuarios se detienen en una determinada sección o por qué no llegan a completar el carrito de compras y el proceso de pago. Con esto podemos aplicar cambios y mejoras para nuestras campañas y adaptarnos a los gustos y preferencias de nuestros clientes.

Hemos mencionado hace un momento los famosos chatbots, los cuales, como ya lo dijimos, son estos robots capaces de contestar y atender a nuestros clientes como si se tratara de una persona real. Esto equivale a tener un servicio las 24 horas del día, los siete días de la semana, que sea capaz de atender las dudas, preguntas e inquietudes de nuestros clientes. Actualmente existen páginas de Internet y aplicaciones que fácilmente nos permiten adaptar un chatbot a nuestra página de Internet y así ofrecer una atención casi personalizada a quienes nos visitan. Con esto podemos responder de forma rápida y efectiva, como si se tratara de un humano real, gracias al lenguaje natural que utiliza. Además, esto permitirá derivar asuntos correctamente a las áreas correspondientes y conocer de forma ágil las incidencias o dudas más frecuentes de los clientes. No olvidemos que monitorear las necesidades de nuestros clientes es fundamental para darles un servicio de calidad.

Los servicios de apartado y compra en línea son muy interesantes, ya que permiten agilizar el proceso de compra, el ingreso de dinero a nuestro negocio y así asegurar nuestras ventas.

Actualmente existen una gran cantidad de recursos para las pequeñas y medianas empresas que pueden ayudar a nuestras ópticas a mejorar la atención a nuestros clientes y agilizar los procesos de compra. Esto implica desde luego aprender y adaptarnos, como lo hemos dicho insistentemente en este artículo. Sin embargo, ayuda mucho también acercarnos a un experto o a personas que están mucho más familiarizadas con las aplicaciones y la Inteligencia Artificial para tomar la mejor decisión para adquirir las herramientas que realmente nos sirvan.

Ya no podemos estar haciendo las cosas como las hemos hecho durante muchos años. Esto no solamente implicaría un estancamiento, sino que también no movernos implica por sí sólo un retroceso. Necesitamos conocer las nuevas herramientas de marketing, ventas y publicidad para que así nuestros negocios crezcan. Son tiempos de hacer las cosas de manera diferente y para hacerlas así tenemos que convertirnos en creativos e innovadores. ¿Estamos listos para el reto? Sus comentarios son bienvenidos en: comunicreando@gmail.com

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