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La importancia de Amar lo que se hace

LA IMPORTANCIA DE...

IMAGEN ÓPTICA )) PERIODISMO CON VISIÓN AMAR LO QUE SE HACE

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stará usted de acuerdo con nosotros si le decimos que: lo que se hace con amor, es mucho mejor que lo que se hace a la fuerza o a disgusto. Por desgracia en México, según estadísticas, 1 de cada 2 trabajadores está a disgusto con su trabajo. La pregunta obligada tiene una respuesta demasiado obvia: ¿qué resultado se puede esperar de alguien que no ama su trabajo?

Todos los días escuchamos hasta el cansancio la misma frase: cuando alguien pregunta, ¿qué haces? La respuesta es casi siempre igual: “Aquí trabajando, es que no queda de otra”.

Es lógico pensar que, quien así contesta, sufre de “ergofobia”, lo que equivale a “horror al trabajo”. Según los expertos: La ergofobia es una condición mental y emocional donde el sujeto le tiene miedo al trabajo.

Ante esto, cualquiera diría que estamos exagerando. Pero la realidad nos confirma que muchos trabajadores “hacen como que trabajan”, sin el menor compromiso con los resultados.

Durante mucho tiempo –por desgracia– el famoso “¡ahí se va!” ha sido el estandarte de muchos trabajadores de este país y, como diría una cancioncilla “por eso estamos como estamos, por eso nunca progresamos”. Muchos no han entendido:  Que lleva el mismo tiempo hacer las cosas mal que hacerlas bien. (¿Por qué no hacerlas siempre bien?).  Que el tiempo que le damos a la empresa ya no nos pertenece (ya no podemos estar pegados al celular, ni vendiendo bolsas o zapatos, ni organizando rifas).  Que existe una relación directa entre la preparación y el sueldo ¿Quieres ganar más?

Capacítate más).  Que muchas veces la actitud hacia lo que se hace es más importante que el propio conocimiento (decían los latinos:

“Hagas lo que hagas, hazlo de todo corazón”). Recordemos la historia del filósofo que encuentra a tres albañiles picando piedra. A los tres les hace la misma pregunta: ¿Qué haces buen hombre? – El primero contesta en forma agresiva: Aquí, picando piedra. – El segundo responde un tanto molesto:

Aquí, ganando el pan de cada día. – El tercero, con una gran sonrisa de satisfacción le dijo: Estoy aquí ¡construyendo una catedral!

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