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Reflexiones La regla de reglas

Reflexiones Reflexiones

Por: Redacción

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LA REGLA DE REGLAS

“La vida no es tan difícil de llevar, somos nosotros los que la complicamos”. Imagen Óptica

o faltará quien se pregunte si existirá una regla superior a todas las existentes. La respuesta es afirmativa y –por eso– se llama la Regla de Oro, también conocida como la Regla Áurea.

Como será de importante que ha vivido miles de años… desde Buda hasta Jesucristo y seguirá existiendo por los siglos de los siglos.

Nadie ha podido descifrar este enigma: en los libros sagrados de las 7 grandes religiones, desde El Corán hasta La Biblia, palabras más, palabras menos, está consignada la afamada regla.

Alguien dirá, con cierto tono de ironía –y hasta de sarcasmo- ¿Y yo qué tengo con ver con la regla esa? Para comenzar, le diremos dos cosas: antes de que usted y nosotros naciéramos, la regla ya existía y vamos a abandonar este mundo algún día y ella seguirá vigente.

Por otro lado, esta “regla de reglas” atañe a todos por igual: mujeres y hombres, niños y ancianos, pobres y ricos, ateos y religiosos… de todos los países, en todas las épocas. Si todos estos argumentos no lo convencen de su importancia, ya no habrá más que argumentar. A lo mejor su supervivencia se debe a tres factores: su sencillez, su versatilidad y su efectividad:  Trata a los demás como deseas ser tratado.  No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan.  Respeta los demás, como quieres ser respetado.  No agredas ni insultes si no quieres que te agredan o insulten.  No engañes a los demás si no quieres que te engañen.  Apoya a los demás, para que ellos te apoyen en caso necesario.  Si no quieres violencia para ti no seas violento con los otros.  Etcétera... Como se podrá observar, es aplicable (en sus diferentes versiones) a todo tipo de persona o asunto y en cualquier lugar y momento. ¿Qué ventajas puede tener cuando se aplica al sector óptico? Todas: mejores relaciones entre jefes y colaboradores; mayor entendimiento entre los empleados; más confianza entre óptica y proveedores y, la más importante: el tratar al cliente con respeto, equidad y justicia.

No hay clientes que se resistan a la aplicación de la Regla de Las Reglas… por algo se le conoce como “la de oro”.

El día que todos los seres humanos aplicáramos este gran principio, este sería –como lo concibió Aldous Huxley- ¡Un mundo feliz!

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