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CANDILEJAS Por: Nahia Laiz www.nahialaiz.es
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EMPATÍA COLECTIVA ¿Y E EL OTRO DÍA FUI AL TEATRO. ¡VAYA NOVEDAD! DIRÉIS. NO OS VOY A CONTAR LO QUE VI, TAMPOCO LO QUE ME PARECIÓ, NI CON QUIÉN FUI.
Sólo quiero hablar sobre algo que ocurrió, aparentemente ajeno al espectáculo, pero directamente provocado por él. Hubo un momento durante la función en el que se me saltaron las lágrimas de forma incontenible y sin previo aviso. Como no quería hacer ruido trataba de llorar “hacia adentro”. Esto hacía que mi cuerpo temblara como un polluelo bajo una tormenta. La mascarilla se empapaba en lágrimas y mocos y las lentillas se me pegoteaban a los ojos con tanta agua salada que salía de ellos. Seguí atendiendo a lo que seguía pasando en escena a la vez que observaba por el rabillo del ojo otras reacciones. Me preguntaba si habría alguien más sintiendo lo mismo que yo. Me dieron ganas de gritar “¡¿Algún emocionado en la sala?!”. Pensaba si mi acompañante se daría cuenta, si se emocionaría igual, si se sentiría abrumado por mi reacción. Así que me envolví en mi foulard hasta que de repente, su brazo se posó sobre mis hombros acunándome. Alivio. Gracias, sereno acompañante. La función duró tres horas y al salir…lo típico: saludé a quienes conocía, me presentaron a los que no y felicité a las amigas, las grandes actrices que salían por la puerta de artistas. Orgullo de
compañeras. En esta algarabía del encuentro a las puertas del teatro, una mujer – también actriz – a la que me acababan de presentar, se volcó para contarme su historia personal, tan vinculada al tema que trataba la obra. Abrumada por su propia reacción, no podía parar de llorar delante de mí aunque no me conociera de nada y yo me moría de ganas de abrazarla pero sólo podía sonreírle con los ojos sobre mi mascarilla empapada. Otra amiga que había estado entre el público me dijo que, aunque la obra le había gustado, no había sentido nada porque lo que contaban le pillaba demasiado lejos. Yo estaba en medio de las dos: Emocionada como quien había vivido aquello en primera persona, aunque alejada de la historia en el tiempo y el espacio. Esto me hizo pensar en el término que da título a este texto: “empatía colectiva”. Cuando lo he buscado – porque siempre consulto todo – entre un montón de artículos, estudios y definiciones de la palabra empatía, he encontrado lo siguiente: “”Empatía colectiva” es el fenómeno social que sólo genera el Mundial (de fútbol). Los psicólogos explican que se trata de la capacidad de reconocer las propias emociones y actitudes en los
32 icruceros 2021