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5G como oportunidad

El 5G, ¿una oportunidad para el desarrollo económico local?

Por PAULA MONTESERIN

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Lic. en Ciencia Política UBA.

paula.monteserin@gmail.com

La tecnología de la telefonía móvil del 5G[1] resume un gran cambio de paradigma: introduce el “internet de las cosas”, la inteligencia artificial y procesos de transformación digital tanto en las empresas como en las smart cities. En el plano internacional, el dominio de redes, el acceso a la información y el control de la tecnología 5G y 6G brinda una ventaja estratégica: según GSMA[2] China hoy controla el 40% del mercado móvil, cuenta con el 70% del 5G global y ya construyó más de 160.000 estaciones de 5G cubriendo más de 50 ciudades. El liderazgo tecnológico es una fuente de poder. En el escenario mundial de transición hegemónica se intensifica la batalla por el control de los estándares de la tecnología. Así, China comenzó a desafiar asertiva y expansivamente el poder de Estados Unidos y pasa de ser tomador de reglas a creador de ellas. Además, ha endurecido su diplomacia con los llamados “Lobos Guerreros”, aunque no tiene aún la fuerza ni la estructura para organizar la gobernabilidad global. Por su parte, Estados Unidos cerró el consulado de Houston por denuncias de espionaje chino y tomó medidas por la presión de naciones aliadas para rechazar los servicios de Huawei, estableciendo barreras a las acciones desplegadas por el ascendente oriental. La tensión geopolítica se califica como una “segunda guerra fría”: aunque la tensión se mantiene en los marcos del sistema capitalista, se desenvuelve como una “guerra estratégica” o “irrestricta”[3], en post pandemia. Su rasgo distintivo es el desacople de ambas economías donde el despliegue de la tecnología 5G y 6G juega un rol central en la puja de las superpotencias por el dominio de la tecnología. La aceleración del proceso plantea estas disyuntivas: ¿habrá lugar para la cooperación entre las superpotencias o vamos hacia un escenario de competencia entre rivales? y ¿el cluster de tecnología global será interconectable? Desde Latinoamérica, la incógnita es cómo puede afectar las fidelidades compartidas que los países necesitan para su desarrollo. El politólogo argentino Andrés Malamud subraya que la región ha adquirido una “irrelevancia geopolítica”: no presenta potencial de crecimiento, ni tampoco de daño, como sí es el caso de África, lo cual provoca cierta indiferencia de parte de las potencias hacia ella. La contracara positiva de la situación de “indiferencia relativa” de las potencias a la región, es que quita a los países la presión por tomar partido por una u otra potencia y permitiría conciliar con ellas. Esto resulta muy relevante para Argentina si logra claridad sobre los objetivos para ampliar el margen de autonomía.

ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO EN ARGENTINA Se calcula la llegada del 5G en el período 2023/25 aunque previamente falta ampliar las redes 4G. Argentina vuelve recurrentemente a los errores en la industria del conocimiento como motor del crecimiento. Con la Ley del Software (25.922/2004), se logró un desarrollo importante del sector y el crecimiento de los “unicornios”, compañías tecnológicas con exportaciones de casi 7 mil millones de dólares anuales, que se estimaba duplicarían su crecimiento en 10 años. La nueva Ley del Conocimiento (27.570/2020) trajo restricciones a dicho marco de reglas claras e incentivos fiscales. La distorsión de los impuestos aplicados por el Estado y la merma en los incentivos puntuales al sector, lograron resultados insólitos: la diáspora de empresarios y emprendedores tecnológicos jóvenes. En el marco de equivocaciones recurrentes y debilidades estructurales, sería un gran error tomar partido por una de las potencias. Argentina no puede darse el lujo de elegir entre alguna de ellas, necesita de ambas. Debe definir sus intere-

ses a largo plazo e ir en su búsqueda con pragmatismo estratégico. En lo que hace a la tecnología, la idea central es diversificar proveedores. Desde una dimensión local ¿hay esperanzas para generar crecimiento en el actual contexto? ¿Qué tipo de cambio se requiere para impactar de manera beneficiosa en la estructura económica?

NEUQUÉN Y EL RIESGO DE SEGUIR IGUAL EN UN MUNDO EN CAMBIO Neuquén concentra la actividad económica en la industria petrolera y gasífera, que genera un diferencial de rentabilidad enorme con respecto a otras actividades. La consecuencia directa es la vulnerabilidad de la economía dado el sometimiento de la estructura económica en esta única actividad. Además, el tipo de Estado rentista ensancha con exclusividad su función redistribucionista de corto plazo para satisfacer las demandas de los grupos sociales. Como resultado, la sociedad civil se vuelve cada vez más dependiente del Estado y este cada vez más de los fluctuantes precios del petróleo y/o gas. Entonces, ¿cómo podría aprovechar, la provincia, las ventajas de la irrelevancia política del país para proyectar su propio desarrollo? Resulta oportuno reorientar estratégicamente el desarrollo económico a través del sector tecnológico: sentar las bases a nivel local para generar las condiciones estructurales y los incentivos para el despliegue de sectores de la economía digital, la biotecnología, nanotecnología, ciencias cognitivas, biofísica e ingeniería en energías renovables; mientras paralelamente se encamina la educación para el capital social. Se requiere que el físico brinde oxígeno para su desarrollo y luego con la industria en marcha el principal beneficiario de los tributos directos e indirectos generados será el propio Estado y simultáneamente la sociedad en conjunto, incorporada al sendero del desarrollo. Según el Dr. Carlos Waisman, se debe aprovechar el potencial ilimitado de crecimiento de la economía del conocimiento y sus efectos multiplicadores; y crear un circuito virtuoso con emprendimientos y empleos con ingresos lo suficientemente altos para compensar la actividad petrolera y el empleo público. La provincia podría, en pocos años, convertirse en exportadora de alta productividad en bienes y/o servicios logrando diversificar su economía e insertarla competitivamente en el mundo como lo hizo Bangalore[4], concretando un exitoso proceso de reconversión. El primer paso es la voluntad política alineada al Estado con un trabajo en paralelo: • Mejorar la educación secundaria y terciaria, con orientación a STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) y

TICs (tecnologías de la información y comunicación) y su respaldo a las capacitaciones no formalmente institucionalizadas. • Reorientar las normas existentes de manera coherente y coordinada para concentrar los esfuerzos e incentivos en este sector específico. • Brindar condiciones de infraestructura e incentivos para la generación de ecosistemas tecnológicos (cluster), startups, instituciones académicas, centros e industrias intensivas de IDI (investigación, desarrollo e innovación). Ar-

gentina genera emprendedores altamente exitosos sin poder retenerlos. • Impulsar el crecimiento de las industrias de las TICs con políticas de promoción. En el caso de crearse el fondo soberano de regalías petrolíferas asignar un gran porcentaje para el financiamiento de esta política de estado e invertir en startups.

El desarrollo económico local es crítico: seguir el mismo rumbo nos dirige a un estancamiento en la economía extractiva. Las mejores opciones abiertas y nuevos caminos requieren inteligencia, visión, valentía y astucia de los gobiernos locales para brindar los incentivos que permitan a la sociedad expandir sus posibilidades y energía transformadora en la economía del conocimiento; sin dejar pasar el tren tecnológico hacia el desarrollo estratégico por el cual las potencias están disputando su control en el mundo.

[1] Las características de esta tecnología son la mayor capacidad y velocidad para la transmisión de datos, mucho mayores que las de 4G; y la reducción en el tiempo de respuesta, conocido como “latencia”, que pasará de los actuales 20 o 40 milisegundos a 1 o 2 milisegundos. [2] Organización de operadores móviles y compañías relacionadas a nivel mundial. [3] El concepto expresa la expansión más allá de la esfera militar, donde la lucha por el poder se instala en dimensiones diversas: comercial, cultural, diplomática, financiera y tecnológica. [4] Bangalore, capital del estado Karnataka en India, es un ejemplo de un proceso de desarrollo que tuvo por resultado un “Silicon Valley” indio; considerado como uno de los nueve centros internacionales de startups fuera de Estados Unidos.

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