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Ideas fuertes
El para qué de la existencia
Cuando reflexionamos sobre el sentido de nuestra existencia, aprovechamos la vida y obra de personalidades como Martín Buber, René Favaloro, Víktor Frankl, Erich Fromm, La Madre Teresa de Calcuta, Florence Nightingale, Albert Schweitzer, René Trossero y la de quienes dedicaron su vida a realizar la misión que creyeron que les competía. Víktor Frankl deducía de sus estudios e investigaciones que orientamos nuestra vida hacia una persona, hacia una obra o hacia Dios. Federico Nietzsche decía que cuando hay un para qué, se puede soportar casi cualquier cómo.
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Indistintamente de cuál sea nuestra actividad, ésta es una excusa para relacionarnos con otras personas ya que, seamos conscientes o no, siempre hay un destino humano en nuestro quehacer diario. Tomar conciencia de esto último nos pone alertas en nuestro desarrollo profesional, empresarial, o desde el lugar en que elegimos actuar. Nuestros ojos tienen la altura necesaria para ver a dónde vamos y por donde vamos. Si fueran sólo para ver por dónde, estarían a la altura de las rodillas. Así difícilmente podríamos andar en bicicleta.
Al preparar un viaje de vacaciones, tomamos 2 o 3 meses previos para su organización. Evaluamos el paisaje, la distancia, el costo, el tiempo en el lugar de destino, con quienes compartir o no la experiencia del descanso, y más. Es posible que al entrar en la vida adulta, las propias exigencias, las familiares y/o sociales, nos den un carácter de urgencia que nos impide ver y profundizar lo importante. No nos damos el tiempo para indagar en ese sello personal que vamos a darle a esta fuente de
ENRIQUE RUIZ ELIZALDE
Pensador - Poeta - Resiliente – Escritor - Agente Inmobiliario - Influencer - Empresario Multinivel.
18enriqueruiz@gmail.com
luz llamada vida. La vida es una oportunidad que recibimos, como una gran pregunta y el desarrollo de la misma, la gran respuesta. Decía Fromm ¨la vida no está impuesta, es una propuesta¨. La fuerza de lo vital potencia su realización. La forma de aceptación de la propuesta marca la vida de cada quien.
¡Cuántas enfermedades desaparecen al definir el sentido de la existencia! (Frankl). El veía que a falta de una “causa” por la que vivir, aparecen otras para ocupar ese vacío existencial. Por ejemplo, vivir-para-curarse (enfermos crónicos), vivir-para-sufrir
(sin hacer algo para superarlo), vivir-para-una-adicción (que me justifique ante mí mismo un para-qué-placentero…), vivir-para- pagar-deudas, propias o ajenas (que tensionan, pero dan propósito), etc..
Somos seres gregarios, y si el ambiente no ha favorecido que podamos definir nuestro sentido de existencia, es en el entorno actual, que ya no es el mismo, donde quizás se encuentre la pista que nos oriente para enfocar la concreción de nuestra vida. Un camino que puede servir para este fin, es investigar nuestros hobbies. Lo que hacemos en el tiempo libre ayuda a encontrar actividades que, si las profesionalizamos, pueden sustentarnos económicamente. Recordar los sueños infantiles y de la juventud que tal vez están esperando una oportunidad! Otra línea de investigación es descubrir que talentos tenemos. Profundizarlos, perfeccionarlos y profesionalizarlos, puede traernos una grata sorpresa y un giro que es, quizás, el que buscábamos y merecíamos. Participar en clubes, en talleres de literatura, de yoga, artes marciales, nutrición, cursos de constelaciones familiares, de eneagrama (sabiduría milenaria), mindfulness (valorización del aquí y ahora), manualidades, y muchas actividades que fueron consideradas *anexas*, hoy están contribuyendo para hacer una vida plena, saludable, con armonía y felicidad.
“Dar sentido a la existencia es una tarea impostergable que la hacemos con intención o sin darnos cuenta. Pero cuanto más conscientemente lo hagamos, la alegría de la plenitud será mayor. Es mi sentido colaborar para que encuentres tu sentido”. ¡Así lo espero!