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ENTREVISTA

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Historia de vida

Historia de vida

Un nuevo Supervisor Nacional del Movimiento Misionero Mundial (MMM) en Colombia asume la responsabilidad de dirigir la bendita Obra de Dios, con el mismo esfuerzo y sacrificio de su predecesor.

LOS PASOS AGIGANTADOS

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DE LA OBRA EN COLOMBIA

STEVEN LÓPEZ

CON 51 AÑOS DE VIDA, y con más de 35 años al servicio de Dios, el reverendo Pablo Castro Agresott, nuevo Supervisor Nacional del Movimiento Misionero Mundial en Colombia, asume con mucha humildad el encargo de dirigir, la Obra de Dios en Colombia, uno de los países donde el MMM, está avanzando de forma impresionante. Reconoce y agradece la encomiable labor ejercida durante tres años por el reverendo Aris Solís y toda la junta nacional. Enfatiza en lo importante que es continuar con el trabajo dado por la anterior dirección, repotenciar algunos aspectos esenciales para la obra y, sobre todo, seguir expandiendo el Evangelio de Jesucristo en todo el país colombiano. Anhela en un corto tiempo poder anunciar la apertura de Bethel Colombia, que servirá para poder llevar el mensaje de amor, fe y salvación al más necesitado. De la mano de Dios, de su esposa y cuatro hijos y dos nietos, solo pide al Todopoderoso le ayude en esta nueva responsabilidad. Pastor, ¿cómo asume esta nueva responsabilidad? Con mucho temor y temblor, entendiendo lo que significa la responsabilidad de estar al frente de una obra en un país, que Dios le ha dado la bendición de crecer, con 102 presbiterios y más de un millar de iglesias. Tenemos toda la disposición de servir al Señor y aportar lo que está a nuestro alcance. ¿Cómo encuentra la Obra del MMM en Colombia? La Obra en Colombia avanza a pasos agigantados, gracias a la antigua supervisión. Debemos darle continuidad al programa que Dios ha permitido desarrollar bajo la supervisión del pastor Aris Solís y de los otros supervisores. Nos toca seguir afianzando estos valores que Dios nos ha entregado, llevando una organización ordenada y de mucha personalidad. Debemos fortalecer el aspecto administrativo, el aspecto de formación ministerial, el aspecto de comunicaciones y el aspecto social para el pastorado y la iglesia. Luego de un tiempo duro, vemos una Obra fructífera y en victoria… Fueron tres años que no fueron fáciles, sufriendo la pandemia de la COVID–19, pero la Obra dio pasos grandes. La Obra se ha logrado consolidar en todos los aspectos para que futuras supervisiones, con la ayuda del Señor, encuentren un terreno muy preparado y fortalecido. En momentos de la pandemia parecía que no se iba a poder predicar, pero hemos encontrado en los medios de comunicación la manera de evangelizar. La Obra ha recuperado un nivel esperado, hay unidad, compañerismo, crecimiento espiritual, ministerial y numérico. Los medios de comunicación han servido para expandir la Palabra de Dios durante la pandemia. ¿Qué tiene en mente para esta área?

Queremos llegar al pastorado con las diferentes enseñanzas. (…) nos toca revivir esa visión misionera, preparar obreros que puedan ir al campo misionero en otros países y afianzar la formación del carácter en la vida de cada obrero o pastor.

Esto es uno de los pilares que hemos establecido con todos los componentes de la Junta Nacional, la creación del departamento de comunicaciones que puedan ser integrados por hermanos de las diferentes regiones de tal manera que se pueda fortalecer el trabajo en esa área. La visión es hacer una alianza estratégica con Bethel Televisión y nos puedan brindar todas las herramientas posibles, para, más adelante, contar con Bethel Colombia, teniendo así programas propios para edificación del pueblo de Cristo. ¿Qué le espera al pastorado en la obra de Dios? Queremos llegar al pastorado con las diferentes enseñanzas. Tenemos una realidad en Colombia, como en muchos países, Dios está trayendo una generación de relevo que no conoció al pastor Luis M Ortiz, fundador de la Obra, y que, de repente, no conoció el espíritu misionero y nos toca revivir esa visión misionera, preparar obreros que puedan ir al campo misionero en otros países y afianzar la formación del carácter en la vida de cada obrero o pastor.

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