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ENFOQUE
Es un exitoso astronauta de los Estados Unidos que ha visto la maravillosa creación de Dios desde el cosmos. Pero más importante que tal experiencia extraordinaria es haber conocido la Palabra y predicarla en diferentes partes del mundo. GLORIA A DIOS
EN LAS ALTURAS
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STEVEN LÓPEZ
BARRY WILMORE no necesitó ir al cielo para conocer a Dios; supo de Él en la Tierra, cuando era aún muy niño, mucho antes de dedicarse a un trabajo poco usual: astronauta, la profesión que le permitió afianzar su fe y comprobar las maravillas de la creación. Creció en un hogar cristiano donde sus padres le cimentaron la fe en Jesucristo, razón por la cual, desde muy joven, buscó glorificarlo, alineando sus deseos y sueños a la voluntad de Dios. Ingresó a la
Marina de los Estados Unidos, luego de una constante oración al Todopoderoso. Durante su vida militar, enfrentó muchos retos de fe, pero siempre puso su confianza en Dios, a través de la oración y buscando su dirección. “En toda mi vida busqué la voluntad de Dios y no la mía”, dice. A menudo escuchó a muchas personas que el Señor tenía un plan para ellos y lo comprobó en su persona. Ese plan de Dios le permitió ingresar a la NASA, donde tuvo el enorme privilegio que pocos experimentan. Ha pasado 178 días en el espacio, la mayor parte del tiempo en la estación espacial, desde
donde glorificó a Dios por mientras contemplaba la inmensidad de su creación. Puede decir sin duda alguna que no se puede evitar sentirte asombrado por la belleza, la majestad y la maravilla de la magnífica creación de Dios mientras se recorre el planeta 16 veces al día a 28.163 km/h (17.500 m/h). Una de las experiencias más memorables es el caleidoscópico de colores vivos que rodean el globo terráqueo. “Es difícil poner en palabras lo que uno realmente ve y experimenta porque nuestros ojos detectan la luz de manera diferente a la que pueden capturar las cámaras”, apunta. Pese a todo, su perspectiva siempre fue la misma y no necesitó ir al espacio para entender la Creación de Dios, porque señala que, en la Biblia, en el primer libro, en el primer pasaje dice “Dios creó los cielos y la tierra…” “El mensaje de la Palabra de Dios desde el Génesis hasta el Apocalipsis es claro: Dios creó a todos los hombres y mujeres a su imagen y semejanza, pero después de la rebelión de Adán, nos tornamos en pecadores miserables necesitados de un Salvador, a quien solo podemos conocer por Su gracia”, expresa. “Tengo una pasión por la exploración y fue Dios quien me dirigió todo para su gloria”, dice. Pese a sus largas experiencias en la NASA se siente más satisfecho cuando se encuentra con un joven o un niño y le predica el mensaje de Jesucristo. A menudo le preguntan si tuvo una experiencia espiritual en el espacio”, y su respuesta siempre fue “no”. No tuvo que ir al espacio para saber que el Señor es el verdadero Creador y todo en su vida. Agradece las oraciones de sus padres y familia quienes le han ayudado a enfrentar momentos duros en su vida de combate y en el espacio. “Dios siempre ha tenido el control de su vida y solo me gusta glorificarlo”, agrega. En su hogar, trata de cimentar la Palabra de Dios a su esposa e hijas, mediante la oración, el escudriñar de las Sagradas Escrituras y el compartir con los hermanos de la fe. Asimismo, cuando cese sus actividades como astronauta solo tiene un propósito, “predicar y glorificar a Dios hasta los últimos días de su vida”.