4 minute read

Devocional

Next Article
MÚSICA

MÚSICA

LA IGLESIA DE

LAODICEA

“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente... Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. Apocalipsis 3:14-17

Rev. José Arturo Soto B.

JUAN ESCRIBIÓ, de parte de Dios, a siete iglesias que existían en Asia Menor, no eran las únicas. Y en estos mensajes a las siete iglesias, hay dos a las cuales el Señor no reprende. Una es Esmirna que pasa la prueba más grande de las persecuciones y la otra Filadelfia, a las cuales el Señor no les recrimina absolutamente nada, o sea no las reprende. A todas las demás si lo hace. El capítulo 2 y 3, del libro de Apocalipsis, describe el mensaje a las siete iglesias: 1) Éfeso, que quiere decir deseado o deseable; 2) Esmirna, quiere decir mirra, muy sugestiva esta expresión, porque la mirra da su olor cuando es triturada; 3) Pérgamo, esto significa elevación y enlace; 4) Tiatira, que quiere decir: “sacrificio continuo”; 5) Sardis, que quiere decir residuo, como un grupito que se levanta en medio de una mayoría que se ve moribunda; 6) Filadelfia, que quiere decir amor fraternal; y 7) Laodicea, que quiere decir “derecho de la gente”, esta es la última iglesia a la que se le entrega el mensaje. Y se le dice a esta iglesia de Laodicea, en Apocalipsis 3:14-17, leemos: “Y escribe al án-

gel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero

por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca Porque tú dices: Yo soy rico y me he enriquecido y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. Ellos conocían muy bien lo que era agua caliente y el agua fría, y la mezcla de éstas daba por resultado el agua tibia. Era una iglesia descuidada, por eso Dios dice que los vomita. En esa ciudad se encontraba la mejor escuela de medicina, y en las escuelas de medicina su especialidad eran los ojos, e inventaron el colirio. Eran especialistas en teñir lanas, por lo tanto, vendían y tenían unas entradas enormes. Se producían lanas especiales, que eran preferidas en el mundo de ese tiempo, por ejemplo: lana negra, que era famosa. Eran ricos. Su ego era tan grande que, cuando hubo un terremoto, le dijeron a Roma que no les mandaran ayuda, ni nada, que ellos iban a reconstruir la ciudad, y la reconstruyeron sin necesitar de nadie. Esta era una forma de abanicar su ego, el decir “somos ricos y no tenemos necesidad de nadie”. Seguimos en Apocalipsis 3:18-20, que dice: “Por

tanto yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. He aquí yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo”. Este versículo 20 es de un gran significado, porque el Señor está afuera, como sucede hoy en el mundo cristiano. La iglesia cada vez más se va mezclando con el mundo y ahora los que queremos obedecer a Dios, somos vistos como ridículos, porque no se entiende como la iglesia del Señor, los creyentes, pueden mantenerse firmes, en una posición radical en contra del pecado y del mundo; esto es lo que tenemos que hacer para no ser tibios. Esta iglesia fue tibia y por eso el Señor le dijo te vomitaré, está hablando del futuro. Te vomitaré de mi boca, no la había vomitado todavía, tenían espe-

ranza. Y luego les dice: “Yo estoy a la puerta y llamo”. Jesús estaba en medio de las iglesias, al principio en el capítulo 1 donde dice, que Él estaba en medio de los siete candeleros de oro, pero aquí lo vemos fuera del candelero. Esta iglesia es desechada por el Señor, porque lo tienen afuera. Apocalipsis 3:20, el Señor dice: “He

aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Este versículo habla de comunión, de intimidad con Él, pero esta iglesia tiene al Señor afuera, hay campo y lugar para todo y para todos, sin embargo, para el Señor no hay lugar. ¡Qué lamentable situación!

This article is from: