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MEJORAR LA MOVILIDAD URBANA PARA AUMENTAR LA EQUIDAD

Mariana Olvera*

Una ciudad equitativa y competitiva necesita de una movilidad adecuada. Esto implica que los sistemas de transporte y la infraestructura no solo deben resolver los problemas asociados al congestionamiento vial, sino también deben priorizar traslados seguros, cómodos, eficientes, accesibles y con precios razonables para todos los ciudadanos según su situación económica.

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El Índice de Movilidad Urbana (IMU) del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) es la primera herramienta que permite medir qué tan competitiva es la movilidad de las ciudades. En el estudio se miden 20 ciudades, las cuales se componen de 203 municipios que concentran el 43% de la población nacional y generan el 68% de la actividad económica urbana. La evaluación se realizó a través de 100 indicadores agrupados en siete subíndices, con el último dato disponible para cada variable.

Las ciudades con mejor movilidad en el país son el Valle de México, Saltillo y Guadalajara. El Valle de México fue la urbe que mayor presupuesto de movilidad destinó en 2015 al transporte público, además está formada por municipios de la Ciudad de México y del Estado de México que cuentan con leyes de movilidad centradas en el peatón y abiertas a la innovación. Saltillo destaca debido a que sus habitantes reportaron una baja percepción de inseguridad y riesgos de asalto, asimismo, fue la segunda ciudad con el mayor número de encuestados que se sintieron seguros en el transporte público. Guadalajara en 2015 se distinguió por tener la mayor percepción de disponibilidad de información (horarios, paradas y recorridos) de las unidades de transporte público y la tercera percepción más alta de unidades en buen estado.

El IMU muestra que las ciudades que cuentan con una movilidad más eficiente y diversa presentan beneficios en términos socioeconómicos para sus habitantes.

En contraste, Acapulco y Villahermosa tuvieron el desempeño más bajo en movilidad. En Acapulco, este resultado se debió a la corrupción en los funcionarios públicos locales ligada a la baja transparencia presupuestal y los bajos niveles de presupuesto destinado a infraestructura peatonal y ciclista. Villahermosa fue la ciudad con mayor percepción de inseguridad en la calle y en el automóvil y la que tuvo el mayor número de robos a transeúntes.

Al priorizar la inversión en infraestructura para el automóvil particular, el parque vehicular aumenta, las ciudades crecen de forma dispersa y las opciones de transporte se ven limitadas.

Por otra parte, los datos del IMU reflejan que las ciudades mexicanas han priorizado el uso del automóvil. Por ejemplo, en 2015, del total de sus recursos federales para movilidad, las urbes invirtieron en promedio apenas el 2% en transporte público y el 7% en infraestructura ciclista y peatonal, en comparación con el 38% invertido en infraestructura vehicular. Este gasto no ha sido proporcional con los habitantes beneficiados puesto que en dicho año el 39% de los ciudadanos usó el transporte público, mientras que solo el 19% utilizó el automóvil.

Al priorizar la inversión en infraestructura para el automóvil particular, el parque vehicular aumenta, las ciudades crecen de forma dispersa y las opciones de transporte se ven limitadas. Esto tiene un impacto en las dinámicas socioeconómicas de las ciudades. Por el contrario, el IMU muestra que las ciudades que cuentan con una movilidad más eficiente y diversa presentan beneficios en términos socioeconómicos para sus habitantes. Por ejemplo, los trabajadores de las tres ciudades mejor posicionadas en el ranking ganaron salarios un 21% mayores que las tres con peor desempeño.

Es importante que las autoridades replanteen las prioridades de sus programas de movilidad para que se le dé preferencia al peatón y generen opciones de transporte sostenible en conjunto con las empresas y los ciudadanos. Con el fin mejorar la movilidad de las ciudades, el IMCO ofrece en este estudio varias propuestas. Tres de ellas son:

- Promover transporte público, limpio y financieramente sostenible con precios que cubran los costos de operación, pero con tarifas diferenciadas para que la población vulnerable pague menos.

- Fomentar el crecimiento de ciudades más compactas con usos de suelo mixto, incentivos fiscales para la construcción de vivienda social en el centro de las ciudades, bancos de tierra públicos para proyectos de desarrollo orientados al transporte (DOT), así como eliminar los requerimientos mínimos de cajones de estacionamiento (como en Ciudad de México y Guadalajara).

- Generar y almacenar información de operación y funcionamiento de los sistemas de movilidad existentes para llevar a cabo una planeación inteligente y basada en evidencia.

Cambiar la vida de todos los habitantes es posible si se reinventan las ciudades mexicanas. El objetivo debe ser desarrollarse de una manera más ordenada para lograr ciudades más saludables, con viviendas que cuenten con servicios básicos, más cercanas a los centros de trabajo y que cuenten con modos de transporte eficientes y accesibles.

*Investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO)

Publicado por Animal Político – 30.01.2019

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