Valmore GĂłmez
Una vida
AntologĂa
estado Vargas
Valmore Gomez Jerez Poeta, narrador, guionista y productor de cine, libretista, productor de televisión y de radio, actor de teatro y cine, cantautor. Reside en Mérida-Venezuela, ha ejercido como promotor cultural durante 23 años en la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de los Andes. Con intensa labor como guionista, productor, director de casting, utilero, productor de campo, actor, asistente de dirección y realizador en más de 26 Películas entre cortos y largometrajes de ficción y documentales a nivel nacional e internacional. Productor ejecutivo del Festival Internacional del Movimiento evento anual con 26 ediciones en su ciudad, mostrando la actualidad de la Danza contemporánea y tradicional de Hispanoamérica. Productor de televisión del programa Caleidoscopio Cultural en la Televisora Andina de Mérida y de ARTV en ULA TV. Actualmente productor y conductor del Programa Radial “AUDITORIUM” por ULA FM 107.7 que se transmite de lunes a viernes de 3:00 a 4:00p.m. y que en Septiembre de 2018 cumple 21 años ininterrumpidos en el aire promoviendo la actividad artística. Colaborador de diversas revistas culturales y literarias de América Latina y España y ha sido especialmente invitado a realizar recitales poéticos musicales en diversos eventos como bienales de literatura, ferias del libro y festivales internacionales de Música y Poesía.
Ukumarito (voz quechua), representación indígena del oso frontino, tomada de un petroglifo hallado en la Mesa de San Isidro, en las proximidades de Santa Cruz de Mora. Mérida – Venezuela.
El Sistema de Editoriales Regionales (SER) es el brazo ejecutor del Ministerio del Poder Popular para la Cultura para la producción editorial en las regiones, y está adscrito a la Fundación Editorial El Perro y la Rana. Este Sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una editorial-escuela regional que garantiza la publicación de autoras y autores que no gozan de publicaciones por las grandes empresas editoriales, ni de procesos formativos en el área de literatura, promoción de lectura, gestión editorial y aspectos comunicacionales y técnicos relacionados con la difusión de contenidos. El SER les brinda estos y otros beneficios gracias a su personal capacitado para la edición, impresión y promoción del libro, la lectura y el estímulo a la escritura. Y le acompaña un cuerpo voluntario denominado Consejo Editorial Popular, co-gestionado junto con el Especialista del Libro del Gabinete Cultural estadal y promotores de literatura de la región.
La Colección Antologías, presenta de manera sucinta una muestra de autores y autoras, compilados bajo un carácter editorial acorde a momentos puntuales del libro. Autores, festivales nacionales e internacionales, poetas liceístas, poesía índigena de América, vienen a conformar esta pléyade de escritos dirigidos al gran público, en donde podemos encontrar editos e inéditos reunidos con la permanencia de la palabra. La utopía y el desvelo, el asombro para el lector común o el más avezado, hacen de ella una propuesta novedosa para el proceso de cambio que nos anima.
Valmore Gómez
Una vida
Antología
Fundación Editorial el perro y la rana Sistema de Editoriales Regionales-SER ¦ Mérida. 2018 Colección Antologías Edición Digital
© José Valmore Gómez Jeréz © Fundación Editorial el perro y la rana, 2018 Ministerio del Poder Popular para la Cultura G-20007541-4 Centro Simón Bolívar, Torre Norte, Piso 21, El Silencio, Caracas – Venezuela 1010 Telfs.: (0212) 377.2811 / 808.4986 http://www.elperroylarana.gob.ve coordinaciondels.e.r@gmail.com @perroyranalibro Fundación Editorial Escuela El perro y la rana Sistema de Editoriales Regionales-SER, Mérida Calle 21, entre Av 2 y 3. Centro Cultural Tulio Febres Cordero, nivel sótano Mérida – Venezuela merida.ser.fepr@gmail.com @SNIMerida Imprenta Mérida
Fundación para el Desarrollo Cultural del Estado Mérida – FUNDECEM Diseño y diagramación YesYKa Quintero
Depósito Legal: DC2018001037 ISBN: 978-980-14-4203-5
Valmore GĂłmez
Una vida
AntologĂa
POESÍA
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A un arco de luna Ronda la alondra su canto de sombra la banda del alma. Se ensalma entre bomba oronda redonda el halo que asombra.
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Albur de nostalgia indiferente saciado cual un pozo firme como una flor incurso en la alegría dispuesto atravesar el universo guerrero inmenso acompasado en la respiración extraordinario libre solidario así mi corazón.
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Amaralipsis Un día, un pez que nadie supo de donde había salido llevaba tras de sí millones de cetáceos que levantaban con su desplazamiento altas olas furiosas hacía ya muchos años enturbiaban sus aguas los tanqueros enormes con la sustancia negra del alma de la tierra un día, un pez preparó la batalla de los suyos y zarpar de los puertos para los grandes barcos era el riesgo mayor desde que los naufragios se hicieron cotidianos en razón de altas olas que emergían de repente
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con un rumor de aletas.  
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Asaltado en recuerdos de la primera vez salí a buscar el sol de las primeras horas ese que alumbra y besa tibiamente entre el trinar de pájaros. Salí a buscarte a ti en cada rama en el olor del pasto en el verde interminable del parque en ese pedazo de indio dormido encima de los bucares. Te encontré en la sonrisa del obrero que recoge papelitos de helados en las primeras notas de la canción arcana esa de las chicharras una hormiga en la palma de mi mano elimina tu ausencia y siento unos arrullos encima de mis hombros en la rama más baja dos pájaros copulan embriagados de ti ¡Mi corazón baila!
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Aquel niño que juega con su padre al fútbol persigue la pelota y va feliz el otro, acá sentado, la sigue con los ojos y la imagina enorme con mar montaña y llano surcando el infinito ha de haberse apeado del balón.
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Campanas tañen compañías el crepúsculo viaja mi ser.
Antología | 17
Caracol mar oye el viento resoplar ola espuma disuelta en la sed de la arena caracol sol nĂĄcar minarete.  
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Cazador de luciérnagas A la media noche las atrapo con mi pañuelo negro luego las encierro en un globo de cristal cual fanal para alumbrar los pasos a mi amada.
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Contemplando los altos verdores los muchos colores que tiĂąen abril desde el cielo cargado de flores palpita en amores el mundo sutil.
 
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Cuántos terribles poemas qué sentencias de profeta cuántos signos dibujados qué secretos derramados en tu piel os he dejado.
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Corola olorosa de la rosa ornamento de luz mantilla de oro trigal del alba en oraciĂłn.
 
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Para Ariadna
Cuando duerme una niñita previamente le han contado que un príncipe destacado rescató una princesita. Oyó que las mariposas con sus alas coloreaban los jazmines y las rosas y en las hojas descansaban. Con sus alitas plegadas invocaban siempre al sol los que estemos más atentos disfrutamos su color. En el campo del amor cuando ya oscurece el día las luciérnagas palpitan destellando poesía.
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Después de haber soltado las amarras un barquero aturdido en medio de la bruma sin rumbo y sin destino me conduce en su barca por mar embravecido y es un mar sin orillas o ¿es un río divino? Al oído un zumbido susurra: es el leteo el mar doliente y gris de los que en desatino perdieron el timón y no tienen respiro pues, no hay isla, ribera ni una estrella en el cielo que guíe su tenso aliento y desde lo insondable la voz del Dante nos advierte sereno que…. “En el leteo sin velas, alas de ángel, ni oración el naufragio es eterno…” (Viene del acontecimiento del 3 de Agosto de 2006 en el mar abierto, ocurrido entre Cayo Sombrero y Chichiriviche, Estado Falcón. Venezuela). 24
Diseño Las mariposas vuelan asperjando el fuego del corazón del sol entre el verde follaje con el aliento prístino del viento reciben la sonrisa de un niño cuando las sigue alborozado con la alegría de un sueño esclarecido. las mariposas son alas ardientes desplegándose en cruz destellos coloridos de pacientes orugas en afán de la luz.
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El amor como ráfaga se pierde entre la carne alas heridas cortan un pedazo de azul. El amor que tragedia de besos nos espera a la vuelta donde podremos ir que no sea lodo después del vendaval quedó mi corazón despavorido tengo alas de bronce para un canto y pico de escarlata para un bosque.
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Divagación post-morten Después de las últimas paladas de tierra ya no se oyó más nada el dolor compungido de mis deudos fue a verter las últimas lágrimas a lo que fue mi casa después de esas nueve noches de chistes y rosarios, de burlas y recuerdos. Esta heladez en este inmenso espacio en viaje a lo infinito me hace sentir nostalgia del Caribe después de un día soleado a pesar de lo bueno de estar muerto viviendo otra frecuencia no dejaré de lamentar que a mi país lo siga gobernando tanto imbécil.
Publicado en “La Gacela Polar” 1982
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“Para el infeliz todos los días son malos, el que tiene alegre el corazón está siempre de fiesta”. PROVERVIOS 15. 15.
El amor El amor es una prodigiosa fiesta a la cual todos estamos invitados con las ventanas, techos y las puertas abiertas sin tarjeta formal, ni protocolo y cada quien las traspasa a su modo en amplia libertad en su ascensión con Dios a cuestas el más grande anfitrión del corazón.
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El insomne El disuelve las altivas llamas de su vigilia devela de la noche su esplendor insondable la clara luz mental sonriente o triste, infatigablemente retornada a su bruma de espacios sin guarida sin nido y sin regazo vuela sin ataduras hacia el mar allá arriba buscando entre las sombras los síntomas de vida en esa muerte inmensa de su alto destino le cubren las estrellas y los astros retozan en el rescoldo amado de su sereno corazón.
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El salto hacia todos se agazapa esclarece el ahora su carga de futuro. Quinta esencia de ayer semilla del mañana y la red intrincada al comulgar en noches de música y combate tensa la cuerda nueva en la rueca amorosa de la acción compartida.
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El sol poniente se despide como de viejos amigos
Esta tarde me alejo tras la montaña con mi más clara sonrisa anaranjado para llenar de luz otras comarcas otros ríos tempestuosos otras ciudades otras algas errantes Rincones de alcobas impregnadas de sudores salados y densos. Quiero besar de nuevo pupilas destellantes sedientas del canto del gallo y de la brisa de una temprana aurora. Hoy me detuve en tu morada tu campo tu espejismo y las nubes vedaron el resto de universo que me necesitaba me iluminé en tu cuerpo Antología | 31
en tu estrella interior como mi zenit en el solsticio del verano y me quedé en tus ojos casi me ciego. Mañana regresaré atisbando por la claraboya donde duermes no sé si existan nubes para que estemos solos o despejado todo compartamos el mundo no se si te consiga o te persiga como el día a la noche como la noche al día para llenarnos de alba de luz reveladora amanecer con luna esta tarde me alejo voy a darme una vuelta como todas las veces.
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Eterna la magia del aire el encanto inusitado del amor asidero de luces candilejas en la oscuridad revelaciĂłn de llama crepitando adentro entre los moldes del fantasma que recubre las ansias de vivir.  
AntologĂa | 33
Hay un segundo en que se palpa el amor de un pueblo todos estamos allí. La oscuridad del hombre había sacado en un vómito la luz que hoy ilumina saigón cárceles en escuelas dicen de la dignidad que siempre les había seguido. El tío Ho atraviesa el confín en el alba de la victoria la deseada la palpada la llena de lotos. Desde el alma cuarteada por mil vetas la amante oscura al borde de la sangre yo no entiendo quien busca entre la sombra el jardín que florece a cada instante en el arroz de un pueblo de fusil cotidiano.
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Teoría social I Homenajeando a mis abuelos
Aquellos que en caseríos eran aristócratas, burgueses en aldeas, clase media en capital de municipio, proletarios en capital de estado, y si se les ocurría acercarse hasta la capital de la república... marginales; aquellos qué serán en Nueva York?
Antología | 35
La burocracia La burocracia es una señorita de mil caras, no tiene rostro particular, su forma es múltiple y es implacablemente auténtica. unas veces nos muestra su elixir letal con exquisita amabilidad. otras, más áspera funciona como un soldadito de plomo en movimiento de porfiado. Buro de Bureau – escritoriocracia de gobierno escritorio de gobierno o gobierno de escritorio disfrazado de gente. El más impersonal estadío de la humana naturaleza y en estos tiempos cibernéticos un carnet colgando al cuello que se mueve como reloj de hipnotizador y te da una patada a la esperanza en el afán de resolver, un documento, un pasaporte o simplemente cobrar un cheque, sin medio en el bolsillo, un viernes en la tarde, para decirte se cayó el sistema regresen el lunes.!!!
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Lo asombroso vislumbra en pequeño fulgor la maravillosa posibilidad si aún vagamos el ángel caído y no vemos la salida hacia dónde? desde qué punto cuánta nostalgia cede a lo inmediato esa duermevela farragosa y tentadora sin infierno naturalmente fuera y aquél puente será? el término adecuado entrará aquí? preguntarse nada más?
Antología | 37
Lo posible vislumbra la asombrosa maravilla. 1980 Caracas.  
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Modista Detrás de los hilos de sus cabellos vive el misterio de la desconocida que recuerdo hace siglos y saludo a diario a través de la vidriera que hoy no existe de los trajes moldeados al frente de sus senos unos ojos me asaltan y me brillan el gozo de encontrar su sonrisa cada vez que regreso lleno de noche de vino y malabar y el mundo sería pleno si tomara mi cauce el río de sus labios.
Antología | 39
Cuando te vas mucho de ti se queda inundando el espacio esculpiendo el silencio y no me siento solo descubro tu presencia en el sabor del pan que amasaste entregada en la cenefa tejida con tus dedos en la nube arrebolada ante la luna en cada palmo de la cabaña diseñada con nuestro amor y que hemos construido en el ámbito de alma que ya no es mío y que pertenece a las estrellas cuando te vas regresas en mi corazón la certeza de amarte.
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Morena El brillo de sus ojos a la medianoche de su cuerpo. En la oscurana beso sus senos enardecidos y salpicados de arena y sal. Resplandece tan cerca la ola blanca espumosa, tintineante y feliz de su sonrisa.  
AntologĂa | 41
A Leรณn Egipto
Nosotros los colores pedimos a los dioses nos permitan sus arco iris por mรกs tiempo queremos dar un mensaje a los hombres.
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Nieve Reversión en blanco de espirales de ríos que ascienden con el sol desde el océano los vientos del oeste la traen a estos riscos de grito eterno es como el mar hecho silencio en copos blancos.
Antología | 43
Oye! porqué no pactamos encuentros cotidianos con miradas calientes entre sendas de besos llegar a ti en el aliento leve mi sino cuántas veces un hilo de plata nos enreda en el sueño el bote el lago entre tus ojos tu cuerpo cada trazo de piel en mí paciendo como ónix roca viva! desde los primeros temblores mis párpados el beso de los ojos entregan nuestros centros al fuego sagrado voy en tus pasos.
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Para nada IV Hueco el limo arroja violetas en el jinete mariposa del camino quien te sueĂąa ganando las batallas convirtiendo palomas en espadas rasgando arenas coloreando el espacio aquĂ vive el grano del primer tiempo.
AntologĂa | 45
Peticion de la palabra Déjame suelta hablando desde el centro diciendo lo que precisa el instante deshilvanando, rompiendo diques, cubriendo soledades déjame aérea. Como el signo de las aves en los círculos del cielo cual espuma del mar, instantánea y fugaz déjame suspendida diáfana etérea como el espejo de agua en el profundo pozo déjame tanto que prescindas de mí.
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Qué buena industria la del amor no cesa de triturar los indecibles errores en la infatigable e implacable máquina del perdón Mas, no es posible empaquetar su libertad.
Antología | 47
Quisiera saber más de esa clase de pájaros que encerrados en jaulas se mueren de nostalgia de rabia o no se qué…..
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Salto El silente sonido de la lluvia menuda allĂĄ arriba en el cerro se hace trueno en el rio al bajar el Tepuy.  
AntologĂa | 49
A Javier Heraud
Ser un perecer abriendo puertas.  
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A Fedora
Tu presencia inundó toda la cordillera tu belleza abismal se dispersó en los seres que te quisieron conocer de cerca todavía no ha pasado la conmoción el acontecimiento y continúas presente en dos calas de fresa las que dejaste cuando te apresuraste y que siguen ahí por ti, como observándonos evoco tu sonrisa y me sigue la brisa como un ave miro al atardecer desde mi estudio y la ciudad se nubla con marcada tristeza cruza un avión el cielo y me dejas tu estela en dos calas de fresa.
Antología | 51
Un topo hoya las entrañas del mundo en su labor se sorprende ante una caverna iluminada por una colmena de luciérnagas aún no percibida por la pupila de los hombres.
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Vuelo sin alas sin cuerpo sin respuestas el éter es mi amante la luna me regala su compañía de plata sigo al sol con un pie. En el abismo me distraigo.
Antología | 53
Yo no te puedo dar el paraíso no me pidas el sol que aún no he comprendido porqué el alma de un niño no es el hombre para toda la vida será que la energía de la rosa ya no la develamos será que ya olvidamos que la lluvia y el sol se fusionan felices en el Arco Iris vamos a darnos juntos todos los paraísos está saliendo el sol.
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HAYKUS
Repentino fulgor sucesivo eco atronador.
AntologĂa | 57
Llama en la puna cuadrĂşpedo algodĂłn haz de luna.
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Vivo misterio inaccesible paz del cementerio.
AntologĂa | 59
Bello concierto mĂşsica celestial a campo abierto.
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NiĂąa insurgente mariposa de luz incandescente.
AntologĂa | 61
Raro diseĂąo amar y conservar talante y genio.
 
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CANCIONES INFANTILES
El columpio El columpio viene y va cuando lo mueve papá si se queda quietecito triste me pongo a llorar. Cuando miro hacia la grama se mece otra niña más es mi sombra que se enreda con los brazos de mamá. si el sol me pega en los ojos los cierro para soñar y me siento entre las olas playa, hamaca, arena y mar. Y cuando los vuelvo a abrir siento gran felicidad pues me mezo con mi sombra con mi Papá y mi Mamá. El Columpio viene y va……
Antología | 65
El paseo Cuando salgo con Papá en el carro de la casa miro siempre en la ventana todas las cosas que pasan. Las calles llenas de gente los avisos en las tiendas y muchos hombres decentes cuando vamos a la siembra Si se divierte Papá por una celebración le pasa el carro a mamá y no hay más preocupación. Me gusta ver las montañas los frailejones y el cielo si rodeamos la laguna vemos los picos y el hielo Nadie es más feliz que yo cuando se sale a pasear pues todos en la familia recorriendo nuestra sierra sentimos cuánto es amar la belleza de la tierra. 66
cuentos
Calle de la igualdad Subimos refrescándonos con el reciente baño en el Albarregas, hacia la Lora, por las escalinatas de Pueblo Nuevo. A la Izquierda, Radio Universidad, antes Voz de la Sierra, donde los anunciantes y los artistas en la Revista de la Noche se igualaban en su expresión. Después continuamos en esa cuadra, percibiendo, de remotos tiempos, cantos gregorianos de Las Clarisas y Franciscanos con voz fraterna e igualdad colonial. Luego se junta en el mismo sitio un gran mercado, allí aldeanos y campesinos convergen como ríos su cantar bulliciosos con la ciudad. Faenas compartidas de espíritu común de frutos, flores y verduras y el periquito de la suerte y la fotografía de la cámara minutera en el pasaje Tatuy, desde la casa Sirka y el Abasto Molina hasta el pasaje Salas Roo y los billares la Terraza, diagonal al Hotel Cordillera, obligado espaguetti del Domingo y el Eco que se lograba en la esquina norte de la plaza bolívar irrepetible ahora ante la construcción del Tulio Febres. Virando hacia la plaza donde Bolívar vive entre cuatro palmeras cabalgando hacia el alba,
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se percibe la inestabilidad política de Mérida, porque según antiguas tradiciones, en sus baldosas y granitos hasta los “Chivos” se resbalan, conclusión implacable de la libre sabiduría popular. Seguimos avanzando y encontramos la librería de Picón Grillet, hacedor de periódicos, carteles y obituarios, qué calle veintidós “los dos paticos” del canónigo Uzcátegui, luchador por la igualdad cuando reunió pertrechos y fundió cañones para la independencia con los clavos de las silletas de cuero donados por los Merideños, según cuenta Don Tulio sobre el decimonónico año trece. Admirable por cierto. Calle de la Igualdad, donde las gárgolas del costado de la catedral disuelven la buhonería del Boulevard Monseñor Chacón con sus chorros de lluvia a las cinco de la tarde. Buscando olores, en la panadería de paledonias y mojicones al lado de la Señorita Lucila, con reverencia honrada en el patio de la escuela, y las ventas de perfumes e imágenes santeras que nos persiguen con sus esencias de bairum y agua florida hasta los cines Emperador con su Televisora Regional donde tambien se igualan protagonistas y televidentes, es la esquina de Neptalí Dugarte, ofreciendo Mariachis y cruzado de mariscos en su expendio al frente de la piñatería.
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Continuamos entonces a la emblemática Plaza de El Espejo con su largo obelisco, un señor puntiagudo y silencioso que acompaña hacia el cielo nuestro deseo de Dios. Al final, más allá de las calas y azahares, la inscripción en el arco de entrada al camposanto “Hodie mihi, cras tibi” -hoy a mí, mañana a tí- y uno entiende porqué “Calle de la igualdad” pues resulta que en la absoluta democracia de la muerte, todos somos iguales.
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Cleptómano Alguna vez en el despacho del Psiquiatra le había jurado considerarse la última reencarnación de Prometeo. Por estos tiempos sentía una inevitable inclinación a los fuegos, a las cajas de fósforos, a los yesqueros de flama azul, mejor si eran Zipo o a los encendedores de colores, indistintamente de marca o desechables, a los que de manera inconsciente llevaba a sus bolsillos después de la visita al supermercado, o al pasar por el club o su oficina, para luego volcarlos en su mesa de noche, asombrado, cuando llegaba a casa. El día de la inauguración de la olimpiada se levantó temprano y apresuró su marcha a las primeras filas del largo boulevard por donde pasaría el atleta hacia el pebetero con el fuego olímpico. Le vio venir corriendo hasta él, en medio de la hilera doble, multitudinaria y cuando le tuvo a su frente saltó la valla de seguridad, se agachó entre dos guardias y en salto felino le arrebató la tea al sudoroso atleta, echando a correr en sentido contrario al pebetero. Allí fue abatido por el disparo de un velado policía de seguridad,
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aduciendo en su declaración que había considerado y suponía era un saboteador espía de la otra potencia.
Antología | 73
El reto En lo que llamamos el sentido de la existencia el darle una calidad superior a cada acto, a cada meta hermosa que nos propongamos en la vida ese retazo de tiempo que empleamos para desenvolvernos, en medio de tanta limitación o penuria o falta de alegría, esa satisfacción cuando logramos el éxito en un buen proyecto, su realización por encima de todos los obstáculos. En esta realidad en que nos toca existir, en este gran país con posibilidades y recursos es propicio que recordemos una clarividente reflexión de aquél gran creador de nuevos universos como lo fue Víctor Hugo, el autor de “Los Miserables”, “Nuestra Señora de París” y otras obras que han traspasado la ineludible filtración del tiempo. Vale entonces citar sus frases referidas al gran iniciado del teatro clásico contemporáneo, William Shakespeare, con las cuales comenzaba su biografía, diciendo: “Todo hombre es libre de ir o de no ir a ese terrible promontorio del pensamiento desde el cual se divisan las tinieblas. Si no va se queda en la vida ordinaria, en la conciencia ordinaria, en la virtud ordinaria, en la fe ordinaria o en la duda ordinaria, y está bien. Para el reposo inte-
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rior es evidentemente lo mejor. Si va a esa cima queda apresado. Las profundas olas del prodigio se le han mostrado. Nadie ve impunemente ese océano. Desde ese momento será el pensador dilatado, agrandado, pero flotante, es decir el soñador. Un extremo de su espíritu lindará con el poeta y el otro con el profeta. Cierta cantidad de él pertenece ahora a las sombras. Lo ilimitado entra en su vida, en su conciencia… Se convierte en un ser extraordinario para los otros hombres, pues tiene una medida distinta que la de ellos. Tiene deberes que ellos no conocen.” Detrás de estas contundentes palabras de un autor romántico que no llegó a contemporaneizarse en los grandes movimientos literarios y filosóficos de los siglos 19 y 20 donde la conciencia se mostró en la mesa de la experimentación y el cambio expansivo, se encuentran esclarecedoras luces de la posibilidad cierta de una másalta forma de conciencia. Esclarece y vislumbra el caudal de la inteligencia y de la mente humana hacia el sendero cierto pero riesgoso de la Imaginación. Acto delimitádamente personal, no colectivo, aun cuando más adelante Isidore Ducasse, el Conde de Lautréamont lo requería para todos, en una especie de profecía o satisfacción interior que optimistamente proyectaba hacia una colectivi-
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dad espiritualmente iluminada “La poesía debe ser hecha por todos” en un cercano día. Hoy a tantos lustros de estos loables deseos de hombres que dedicaron su vida a la virtud de la creación, a la suprema misión de esclarecer la mente humana hacia designios más altos, observamos con inocultable pesadumbre signos de decadencia y retrocesos evidentes. Decía Paul Valery: “El hombre moderno y por eso debe llamársele así, vive constantemente ante una serie de contradicciones, que vienen a situarse una tras otra en el proscenio de su espíritu.” Mucho nos corresponde en esta atinada definición en medio de la barbarie de las guerras, los desatinados experimentos nucleares de los Estados Unidos en el desierto de Nevada o los de Francia en el atolón de Maroroa en el Pacífico, el hambre en millones de niños, el deterioro de la salud y el medio ambiente y el diabólico arsenal con el cual chantajean a diario, política y militarmente los presuntos países desarrollados al resto del planeta. Una contradicción ante la que cualquier ser humano se llena de angustia y con solo asimilarlo trastoca su paz o posibilidad interior de realización espiritual. No basta ser el más consciente de los hombres, el buda moderno, el iluminado, el realizador de la más loable obra a favor de los menos
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claros o los desposeídos o cualesquiera que sea la bandera política o religiosa a la cual asirse, si esa forma más alta de conciencia no se expande, conmueve y fecunda, con claros y altos objetivos en profunda sintonía con la expresiva identidad de los pueblos.
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La prima A Gabriel Mantilla Chaparro
La “prima académica” es un recurso conquistado convencionalmente en el gremio de los profesores universitarios, ella permite adquirir hasta no sé qué límite, libros y materiales didácticos, necesarios para su actualización profesional y docente. Transmitiendo a través de ULAFM desde el Centro de Convenciones Mucumbarila, el programa radial “AUDITORIUM” durante la Feria Internacional del Libro Universitario, en el stand de medios, ubicado a la entrada y salida del evento, saludo cordialmente a un reconocido poeta y profesor de la Escuela de Letras quien viene saliendo en compañía de su hijo, ambos, sosteniendo en sus manos amplias bolsas, llenas de libros y quién sabe qué otros adminículos, pagados con placer y sin mucho dolor, mediante el beneficio de la bendita prima. — Qué tal Poeta, no te preocupes el micrófono está fuera del aire, ahora estamos en cuñas. — Muy bien y tú? Pues por aquí comprandito… algo llevamos
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Yo le digo: — En cuanto a mí, por todo lo que me encantaría llevar de esta Feria, tendría que buscarme a mi abuela, una tía, una hermana y hasta una sobrina, además de la prima… A lo que socarronamente me contestó: —Pues claro poeta, no ve que la prima es lo primero que uno se raspa? Y ahí me dejó “fuera del aire”…
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Lectora En Benares, ciudad de la India, una mujer tanteaba entre los jóvenes monjes de cabezas rapadas y túnicas azafranadas, tropezó en el recodo de una calle con una bicicleta, subió a la acera, palpó el resquicio de una puerta y haló la borla dorada de la campanilla tantas veces tocada en anteriores ocasiones. Alguien apareció abriendo la entrada a una pequeña librería especializada en editar, exhibir y vender libros escritos en miniatura. La mujer reclamó al librero unos ojos nuevos.
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Noche azul Camino de la loma, persuadidos por un impulso interior indetenible, la ansiedad por llegar nos hizo casi trastabillar. Jadeantes, sudorosos caímos arrobados a la cima, enceguecidos por un paisaje esplendoroso. Suaves colinas, dunas de nieve y la imponencia de los picachos que contienen, como los más antiguos abuelos, todo el linaje de la tierra. Por eso la venia y el respeto, el pedir permiso a cada paso, para no perturbar sus inasibles sueños. Se imponía el contacto telepático antes que la palabra pronunciada. No fuese a molestar al espíritu que lo habita o alguna variación molecular del éter, aire liviano de la altura, nos llenara de bruma y nos impidiera contemplar tanto paisaje planetario. Sumidos en el más audible silencio nos preparamos a descargar nuestros morrales y armar, con los enseres que llevamos, un pequeño refugio para salvar nuestros habitáculos corporales de la ventisca y la helada, rigor inclemente de los páramos. Con el alma contrita ante tanta maravilla procedimos a montar las carpas, más, nuestros instrumentos desplazaron al silencio y el martillar de clavos de escalada para asir las cuerdas multiplicó los importunos ecos.
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Inmediatamente los nimbos y los cirros se arremolinaron y una turbulencia inusitada levantó con furia los copos de nieve y como granizo impertinente nos golpeaba los rostros. Nos recluimos en nuestros abrigados sacos de dormir y el ulular del viento no respetó el cansancio ni el sueño. Al cabo de un par de horas cesó su intensidad y sólo oímos el fuerte aletear de las desplegadas alas de un cóndor solitario. Nos asomamos con sostenida cautela y aún la espesa niebla impedía observar a nuestros más cercanos compañeros. Decidimos hacer Música con una flauta de pan, un pequeño charango y un improvisado tambor de cacerola. Allí ocurrió el milagro, la niebla se disipó y la luna emergió detrás del más alto risco, un azul de esplendor llenó la nieve y en la inédita iluminación del cosmos observamos una comparsa de seres diminutos que danzaban, girando, en una coreografía de caracol, dando palmas y cantando, en un lenguaje ya extinguido, una radiante canción de confraternidad. Sin cesar de tocar tratamos de acercarnos y al intentarlo se dispersaron en todas direcciones y se ocultó la luna y la niebla invadió con su espesura toda la hermosa duna de la cima.
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Ultima cena Al Siervo, recaudador del poderoso Reino quien bajó las escaleras de palacio después del pago, le pesó tanto el bolsillo que un elefante violeta le llevó en su trompa ante el Rabad. Has cobrado los impuestos? –Preguntó el Rabad Sí Rabad –contestó el Siervo– pero no le debían nada, sabe…. Pues el dinero se me disolvió en polvo cuando pasé ante los ojos de un León que habita tu palacio y desnuda la verdad. Además no soy tu Siervo, soy tu hermano me lo dijo el león con su mirada. Los hermanos del Campo te visitan, han ocupado todas las habitaciones. Cenaremos contigo esta noche.
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Viaje i Cuando se abre la bóveda celeste me encuentro recostado en un sillón mullido con corrugadas pieles de boas amazónicas, la espaciosa nave semiesférica se desplaza vertiginosamente y deja ver a través de sus cristales, de circonio y oro transparentes, todo el esplendor de las estrellas, los planetas y cometas de iridiscentes colas y que como un planetario singular nos maravilla y nos abruma. Una voz telepática, como orden de Arcángel, me invita a levantarme del sillón, y pasar a un compartimiento especial donde se encuentran los controles de mando, cilíndricas esculturas de cristal de cuarzo, azul índigo, o rojo bermellón, mostazas y verde aguamarino. A un lado, un baúl o arcón de piel repujado con imágenes y símbolos precolombinos, sobre el cual se halla una máscara de jade signada por un mapa cósmico, rutas e indicaciones con fórmulas de un álgebra desconocida. La voz me sugiere que coloque la máscara en mi rostro. En ese instante el vuelo de la nave se acelera y en cuestión de segundos alcanzamos la velocidad de la luz. Es la culminación de la desesperanza y la inquietud, entonces la música más hermosa inunda los
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sentidos y un regocijo de paz y alegrĂa nos sosiega la nostalgia de infinito.
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A mi padre José Benito Gómez Ramírez por su buena memoria
Nadie sabe porque aquel hombre obvió todo contacto humano y se volvió ermitaño. Se presume que un dia abandonó un convento de místico retiro para aislarse más, aproximarse con radical decisión a la naturaleza y por ende a Dios. Con la mirada de Dios entre los árboles, su vida transcurría en la sobrevivencia y se instaló en un amplio espacio dentro de una caverna natural en la alta montaña, rodeado, por buena suerte, de un generoso lugar con frutas silvestres y buen rio para pescar y aplacar su sed y hambre. Al borde de su proceso de iluminación, un afortunado día, absorto en la adámica contemplación y en la maravillosa música del torrente del río, levantó su mirada ante el crujir de una rama seca, indudable pisada humana, en la otra orilla. Allí, arrobado vio una mujer de extraordinaria belleza con hábitos de monja, se le acercó perplejo, despertando en su corazón el purísimo amor a la Virgen María y por si las dudas, para corroborar su aparición comenzó a auscultarle el rostro y tocando suavemente su frente preguntó:
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— Qué es esto hija mía? Ella respondió: — La amplísima frente Y luego baja a sus párpados y pregunta: — Y éstos? — Mis grandes ojos – contesta ella Tantea hacia su boca y pregunta: —Y esta? Y ella dice: — Los purísimos labios Baja hacia los senos y el ermitaño indaga: — Qué son? — Esas son la dos marías que siempre me acompañan- responde ella. El Ermitaño en gozo contenido baja al vientre y le pregunta: — Y esto qué es? — El bellísimo reposo- susurra ella. El ermitaño en plena exaltación, grita: —¡Bragueta yo te descoso!! A lo que la monja tomándole para sí, se despoja de sus hábitos y le dice: — Arriba santo ermitaño que lo que al cuerpo apetece, al alma no le hace daño!!!
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Una pluma, un sol, una nube, un pájaro, estrellas rojas y blancas y las piedras del río, los niños de Santa Ana norte han visto cascadas de plata en las hendiduras de los cerros. Provoca asombro ver a los más pequeños detrás de un teatrino improvisado con un títere en cada mano y la risa de un barrio oyendo su magia de los siete años. El Domingo pasado la función fue en el pasaje Las lomas, un anunciador abrió la ventana de la improvisación y cada niño hizo un personaje; habían dos bailarinas, un capitán, dos piratas, un mudo, una mamá, un tío, un alcalde y el diálogo apretado, la imaginación abierta, los desplazamientos más insólitos entre el público, la risa a borbotones, la gran sabiduría. Acaso estemos hechos de futuro y una aurora de fuerzas encendidas venga en tropel tras nuestros pasos.
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c r ó nica
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Dedos hermanos Hunahpú e Ixbalanqué del Popol Vuh en la América precolombina, Rómulo y Remo amamantados con leche de loba generosa en la península Itálica para fundar Roma, Cástor y Polux en la Grecia Antigua, los mellizos Maquiritares rescatando la semilla de la yuca para liberar de hambruna a su Pueblo en un ardid de cómplices fraternos, cándido engaño a la soberbia de sus Dioses del “mar de arriba”, incrustando una astilla en su uña para sembrarla en el conuco. Hermanos, cada quien en la escala de su tiempo y destino de su fábula. Y si en el Arte nos llegan dos hermanos que nos quieren mostrar en voluntad fraterna, su obra singular, recibimos con plácemes en esta exposición sus dos legados, el de Miraya y Alfredo Muñoz, con diferentes sendas en su carrera artística, cada uno buscando por su lado deslumbrarse y deslumbrar. Miraya Muñoz, sensitiva y sutil en su expresión tanto en el recurso bidimensional de la Pintura, donde realza con ternura y fortaleza la figura humana exaltada en la Danza, las más sublimes esperanzas del ser humano o la denuncia política ante los cotidianos cuadros de la miseria y la indolencia social. Antología | 91
Muchos viajes a lo largo y amplio del Globo al lado de Karl, un Danés reportero de guerra, trashumante incansable en medio de cada especial acontecimiento en la historia contemporánea del siglo XX, siempre indagando a sus más relevantes protagonistas. Deviene de allí, de ese contacto íntimo con las culturas de Africa, Asia, América Latina, Europa y todos los océanos, un asimilar profundo que posibilita otra faceta artística en Miraya, la Escultura, refinado intento y solución en versátiles formas y conceptual resultado. Alfredo Muñoz ha conectado su historia personal en el ejercicio de su labor creadora con diferentes momentos, escuelas, movimientos, que a lo largo de la segunda mitad del pasado siglo han escrito páginas determinantes en el acontecer del Arte Venezolano Contemporáneo. Contactos formativos con los pintores de la Barraca de Maripérez, la Escuela de Artes Plásticas de la esquina del Cuño de Altagracia; Maestros de la Escuela Social como Celso Pérez, César Rengifo, Pedro Ángel González, César Prieto, entre otros, influencias, amistades y tendencias, en fin, estímulos diversos para lograr su identidad hacia un estilo personal, tan individual que no se parece a nadie, tan universal que nos conmueve a todos.
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A la par de su desarrollo como talentoso creador, ejerce mediante pedagógicos talleres, su papel de Maestro en nuestra más novicia Facultad de Artes. Ante vuestra íntima sensibilidad en nombre de la Dirección General de Cultura y Extensión y la Galería de Arte “Manuel de la Fuente” de la BIACI es un gusto y honor presentar a todos ustedes la prolífica y conmovedora obra de dos buenos hermanos Miraya y Alfredo Muñoz. Presentación en el catálogo de la exposición de pintura y escultura de Miraya y Alfredo Muñoz. Galería “Manuel de la Fuente” 21 de Junio al 20 de Julio 2007 Biblioteca Biaci. Hechicera. U.L.A. Mérida
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Encuentro de los Poderes creadores del pueblo Conocí a Aquiles Nazoa en casa de Lutecia Adam en la Quinta Reportaje de la Calle 9 de Vista Alegre. Con mis frescos veinte años establecimos una hermosa comunicación hasta la eternidad. Recorríamos visualmente la pinacoteca personal de Lutecia y establecimos un diálogo tan cristalino, tan del más cercano aproximamiento “Aproch” le dicen los Ingleses, que Lutecia, siguiendo atenta nuestra conversación, me dijo casi despechada: -”Tú te vas a llevar a mi hija” y a mí me embargó un temorcito de responsabilidad asumida que, Aquiles sintiendo con su extraordinaria sensibilidad mi callada reacción me dijo “Sólo los valientes se juegan la vida”. Así prácticamente “me saqué” a Henriette rumbo a Chile y allí nació mi hija Amaranta. Hablábamos acerca de César Rengifo frente a un hermosos óleo de gran formato que ilustraba con la precisión del dibujo, la composición y el color, una escena de toque de tambor en Barlovento. Aquiles Nazoa empezó a significar una vertiente de investigación y ubiqué la mayoría de sus obras con premura y pasión. 94
Todos los nutrientes de conocerle mejor a través de su obra maravillosa me impulsó a seguirle tratando y conversando. Porque quizás una advertencia convertida en sentencia que Aquiles me transmitió fué: “Los Venezolanos hemos perdido la facultad de la conversación, ahora cuando nos vemos en un apurado saludo nos cruzamos los números telefónicos y nos prometemos mutuamente que nos llamaremos para juntarnos” Y por lo general nunca nadie llegaba a reunirse para intercambiar ideas o contarse sus más reservadas intimidades. Entonces comencé a respetarle como un amigo y un Maestro utilizando el teléfono hasta en la madrugada creativa caraqueña para sacarnos de una duda linguistica en la construcción de una frase o cómo se llamaba el pito del amolador de cuchillos y culminábamos oyendo casi juntos el caramillo del pastor de cabras, nombre del pito que asumió ufano el amolador. Cuando adolescente le habíamos admirado en su programa de Televisión “Las cosas más sencillas”, amenas exposiciones que albergaban en un manantial de ingenio los variadísimos temas que configuran nuestro entorno y que por familiares con frecuencia creemos triviales o intrascendentes. Sufrimos cuando nos
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enteramos que habían sido borradas y recicladas las cintas de video. Decidia imperdonable del canal del estado. Tal amistad cimentó otras de su entorno familiar, su esposa María Laprea, a quien tenemos esta noche entre nosotros, sus hijos Mario, Claudio, Raúl y Zoila con quien compartía el agotador trabajo de realizar y darle corporeidad a los sueños fílmicos. Esta noche y mañana la Universidad de los Andes a través de su Dirección de Cultura y Extensión y el Grupo Cultural “El Despertar de los Sueños” bajo la incansable batuta de Don César Albornoz le rinde un modesto pero sentido homenaje con este encuentro de los Poderes Creadores del Pueblo a nuestro ruiseñor de Catuche el grande y nuestro Aquiles Nazoa. Y para comenzar con este desfile de artistas y creadores llamo a este escenario a la Coral del Liceo “Rómulo Gallegos” bajo la dirección de La Profesora Betzaida Mora. Muchísimas gracias por su solidaria presencia......
En el Auditorio “César Rengifo” Presentando el Encuentro de los Poderes creadores del pueblo. Homenaje a Aquiles Nazoa.
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CRONICA CULTURAL Ella urde la trama con dedos de seda y nudos de lana, escudriña en lo profundo de su alma la siguiente puntada, incorpora el color y la textura próxima, recurre al peine, desliza una saeta, lanzadera que pinta y afirma lo deseado. El papel acompasa la danza del tejido. Busca el fuego interior y lo va descubriendo, en suaves beiges, esquilando el rebaño, ovejando los tonos, sobreponiendo mares o montañas o árboles errantes hacia el Sol. Desvanece las tramas, la tela va tomando la forma del paisaje, del agua que se suelta, la furia que se amansa para quedar plasmado en el rincón de un mueble cuando se hace cojín; en la pared soleada de un corredor de la casa de infancia de revierte en tapiz o bajo el pie desnudo para sentir en los mullidos pasos la alfombra que en la mente nos lleva hacia la aurora. Ella urde el misterio y Usted, espectador, ostenta el otro cabo de ese hilo de plata que les une. Para el catálogo de la Exposición Fantasía y sueños en lana y musgo de Lilia Torres . Casa de la Cultura Juan Félix Sánchez Noviembre 1992.
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Índice POESÍA A un arco de luna Albur de nostalgia Amaralipsis Asaltado en recuerdos Aquel niño que juega con su padre al fútbol Campanas Caracol Cazador de luciérnagas Contemplando Cuántos terribles poemas Corola Cuando duerme una niñita Después de haber soltado las amarras Diseño El amor Divagación post-morten El amor El insomne El salto hacia todos El sol poniente se despide como de viejos amigos Eterna Hay un segundo en que se palpa La burocracia Lo asombroso vislumbra Lo posible Modista Cuando te vas
11 12 13 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 33 34 36 37 38 39 40
Morena Nosotros los colores Nieve Oye! Para nada IV Peticion de la palabra Qué buena industria Quisiera saber más Salto Ser Tu presencia inundó toda la cordillera Un topo hoya las entrañas del mundo Vuelo sin alas Yo no te puedo dar el paraíso
41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54
HAYKUS Repentino fulgor Llama en la puna Vivo misterio Bello concierto Niña insurgente Raro diseño
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CANCIONES INFANTILES El columpio El paseo
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CUENTOS Calle de la igualdad Cleptómano El reto La prima
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Lectora Noche azul Ultima cena Viaje i CRONICA Dedos hermanos Encuentro de los poderes creadores del pueblo CRONICA CULTURAL
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Versión digital, mayo de 2018 Sistema de Editoriales Regionales - Mérida Mérida - Venezuela
Colección Antologías
Una vida Una obra que muestra la vida del creador Valmore Gómez, en su desarrollo como escritor, poeta, actor de cine y teatro, su pasar por las artes gráficas y su desarrollo como un referente de la ciudad de Mérida.
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Valmore Gómez
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(Trujillo, Venezuela, 22 de enero 1951) Poeta, narrador, guionista y productor de Cine, libretista y productor de televisión y de Radio, actor de teatro y cine, Cantautor. Reside en Mérida Venezuela, ha ejercido como promotor cultural durante 23 años en la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de los Andes. Con intensa labor como Guionista, Productor, Director de Casting, Utilero, Productor de campo, Actor, Asistente de Dirección y realizador en más de 26 Películas entre cortos y largometrajes de ficción y documentales a nivel nacional e internacional.