Fulana de tal
El Loro Poeta
Nació en Posadas capital de Misiones Argentina, Cursó su bachillerato en la Escuela Normal Mixta Estados Unidos del Brasil de la misma ciudad, y estudió ciencias económicas en la universidad Nacional de Misiones,incursionando en la literatura y la poesía hace algunos años. Participó en varios libros de autores argentinos, publicando algunas de sus obras, concibiendo la idea de contar cuentos rimados este año porque le pareció una forma diferente de conectar a los niños con el idioma y el arte.
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ra un lugar en el mundo Era un viejo continente, Un país independiente Un pueblo lento y tranquilo Y erase en el un señor De nombre desconocido. El hombrecito en cuestión Vivía una vida rosa Y en su casa de ladrillos Guardaba sus muchas cosas. Tenía un reloj de pared, Un pañuelo de bolsillo, Un bastón, una galera Y en los dedos dos anillos
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Era además educado, Pues asistió a la primaria, Y aunque tuvo otros estudios Con eso ya nos alcanza. Elegante, era elegante, Fino cortés e informado Y les contaría la edad, Si él me hubiera autorizado Si era alto?, era alto, Rubio delgado y apuesto Y por contarte mas cosas Te dire que le gustaba Escuchar a los plateros Leer leia poemas, Cantar cantaba tanguitos Y si había que bailar Bailaba chamamecitos
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Pues bien, el señor aquel, Tenia un serio problema Que no era un dolor de muelas Ni un resfrio mal curado Y es que a pesar de estar sano Y de ser tan ejemplar DON SEÑOR estaba solo, Y con ganas de llorar De repente en la pantalla De su gran televisor Vio DON SEÑOR un aviso Que le dio la solución _¡Escuche usted esta oferta Re super sensacional Llevese un loro poeta Que nunca para de hablar!_
DON SEÑOR tomo su abrigo, Su baston y su galera Y se fue a comprar el loro Corriendo a toda carrera Tan apurado se fue Que de muy loca manera Aunque llamo al ascensor Se bajo por la escalera En la calle pidió un taxi Pero no espero ninguno Y se fue señor corriendo Por no perder un segundo Cansado pero contento Llego SEÑOR a la tienda Y le pidió a la empleada Por el loro de la oferta
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Le trajeron al instante Un papagallo amazon Con plumas de color verde Y un detalle de color _¡que belleza, que fortuna, Por fin tengo un compañero!_ Dijo SEÑOR _¡que lo envuelvan!_ _ahora mismo lo llevo_ En el balcón de su casa Sobre un aro de metal Instalo SEÑOR al loro Con toda comodidad _¡te llamare Crisostomo! Que en griego es boca de oro Y escuchare tus poemas Y podre enseñarte otros_
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Pasaron algunos días Y el loro nada decía Solo miraba la calle Y los nombres repetia Pasaba Doña Susana Que iba a la panadería Y el loro decía ¡Susana! Y ya la reconocia
Asi conocio a Pascual Que era el caramelero Y a Josefa la seùora Y a Juan Ramon el Kiosquero A Carmelo el oculista Al portero Don Mateo Y a toda una larga lista Que enumerarles no puedo El loro, como les dije Muchos nombres aprendio Y en un dia de llovizna A recitar se largo‌
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_¡Miren a Doña Susana Que cara de palangana! _¡Y a Doña Maria Rita Que nivel de papa frita!_ _¡y ni decir Don Ramon Que parece un lechuzon¡_ _¡y Don Alfonso que sonso Y Don Mateo que feo Y Don Arturo que canguro!_
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DON SEÑOR abrió la boca Pero no dijo ni sota Estaba tan asombrado Que se atoro con la sopa ¡Vaya poeta! se dijo Cuando pudo decir algo Y aunque intentaba callarlo El loro en loca carrera Gritaba a toda manera Sus versos maleducados ¡viva Rosa la canosa! ¡Viva Juan el haragan! Y Doña Maria Elisa ¡Con esa nariz de tiza!
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¡Dios nos libre, que vergüenza! Se decía DON SEÑOR Quien me mando a ir a la tienda O mirar televisión Y para colmo de males No aceptan devolución En mitad del alboroto, Escuchó Señor el timbre, Y su susto fue tan grande, Que rompió el sillón de mimbre ¡Ahora si que estamos fritos, Dijo Señor, espantado Seguro que es la de al lado Que viene a darme un cachete O quizás es Don Mateo, Con las quejas del consorcio _o como saber quien es, Si aún no abro la puerta
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¡Dios mio parezco un loco Que se habla y se contesta! Después de tal reflexión, Tomó Don el picaporte Y en un rapto de coraje Abrió la puerta de un golpe. ¡Buenos Días! Le dijeron, ¿Podemos pasar a ver? Prometemos no ensuciar, No gritar y no romper. Pasmado quedó Señor, No sabia que creer, A el le encantaban los niños Y en su puerta había seis.
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En ese momento el loro, A su hombro se voló Y apenas miró a los chicos, Un versito, comenzó Yo soy Juan, aquel Germán, El Manolo y ella Inés, Está de aquí es Julieta Y ese de allá es Andrés. Los chicos se preocuparon, DON SEÑOR Se sorprendió Y el loro como si nada, Su poema continuó. _Felicita es la maestra Que nos enseña francés, Venimos siempre a las cuatro, Nos vamos siempre a las seis._
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Don Señor que sospechaba Para saber, preguntó _¿ Alguién conoció a este loro, Sin que lo supiera yo?_ Los niños algo asustados, Le contaron a señor, Que desde el balcón de al lado, Se veía su balcón. Que vieron al loro un día, Al venir a dar su clase, Y como estaba tan triste, Se les dio por conversarle Primero fueron sus nombres, Después dijeron que hacían Y mas tarde le enseñaron, Esas rimas que el sabía. Felicita nos mandó, Venimos a disculparnos, Y si nos dice que hacer, Este lío, le arreglamos Don Señor, pensó un momento,
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Y después volvió a pensar, Buscaba un buen escarmiento Que reparara este mal Pero por mas que pensara, Las ideas se le iban Al ver las caras pequeñas Mirándolo arrepentidas Al fin iba a perdonarlos, Cuando escuchó a la maestra Susurrarle a los oídos La mas hermosa propuesta Con los ojos muy brillantes Don Señor, dictó sentencia Y les pidió que a su loro Le enseñaran rimas nuevas Una rima por semana,
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Para empezar, no está mal Y si quieren con Susana Yo mismo puedo empezar Miren a Doña Susana Que elegante y cordial dama Dijo Señor un ejemplo, Quedándose, muy contento. ¡Susana!, repitió el loro ¡que cara de palangana! Señor emitió un suspiro Y les deseó, buena suerte Y ya que estaban ahí Los invitó con la leche. Felicitas, la maestra Se trajo una torta inmensa Y los chicos ayudaron,
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A Don a poner la mesa El loro seguía gritando sus versos descontrolados y los chicos entre risas, trataban de silenciarlo. Si el loro aprendió los versos Educados de Señor, Es un tema que dejamos Tal vez para otra ocasión Lo cierto es que desde entonces Don Señor, ya no está solo Pues los chicos, se reúnen A enseñar versos al loro Tomar ahí la merienda, A veces hacen masitas O juegan a los piratas Al ludo o a las bolitas
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Felicitas la maestra También lo venía a ver Pero cuando se casaron Se vino a vivir con el. Y esto es digno de contarse Que al casarse Don Señor A que no saben ustedes Quién en la iglesia cantó
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Muy peinado a la gomina Y con traje de galán Estaba nuestro Don loro Parado sobre el altar Y con la anuencia del cura Que se llama Salomón El loro a los invitados Con vos clarita cantó Mire usted a Felicitas Que cara de buena chica Y a mi jefe Don Señor Que cara de ganador Mirelos usted y aplauda Que aquí estoy con Salomón Para unir a esta pareja En santo y eterno amor
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PRR, PRR, PRR, siguió diciendo Porque al fin solo era un loro Que si el verso terminaba Descansaba como todos PRR, PRR, PRR, les digo yo Y me voy a descansar Pues de nuestro Don Señor Ya no hay nada que contar…
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En mitad del alboroto Escuchó señor el timbre Y su susto fue tan grande Rompió el sillón de mimbre Los chicos se preocuparon Don Señor se sorprendió Y el loro como si nada Su poema continuó
Completamente rimada, esta historia nos cuenta las peripecias que debe soportar ¨Don Señor¨ luego de adquirir en la tienda un Loro muy particular. ¿Fue una suerte o una desgracia, la adquisición de este amiguito plumífero? Los invito a acompañar a nuestro personaje durante esta peculiar experiencia que le cambia definitivamente la vida.