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Técnicas constructivas

TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS DE LA FORTALEZA DE COLLIQUE

Fotografía aérea de la Fortaleza de Collique tomada en el año de 1945 por el Servicio Aerofotográfico Nacional.

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Uno de los muchos aspectos para conocer el desarrollo de un pueblo está dado por la arquitectura, y dentro de este campo se encuentra el estudio de las técnicas constructivas. Estas técnicas son el reflejo de la forma de trabajo que puede tener una colectividad, ya que se evidencian la adopción de singulares maneras de construcción en base a su grado de desarrollo de sus instrumentos de trabajo, como también su relación con la naturaleza que lo rodea, que le servirá de cantera de los materiales. Un ejemplo de esto es la Fortaleza de Collique, cuya noticia sobre sus materiales contractivos datan de la segunda mitad Uno de los muchos aspectos para conocer el desarrollo de un pueblo está dado por la arquitectura, y dentro de este campo se encuentra el estudio de las técnicas constructivas. Estas técnicas son el reflejo de la forma de trabajo que puede tener una colectividad, ya que se evidencian la adopción de singulares maneras de construcción en base a su grado de desarrollo de sus instrumentos de trabajo, como también su relación con la naturaleza que lo rodea, que le servirá de cantera de los materiales. Un ejemplo de esto es la Fortaleza de Collique, cuya noticia sobre sus materiales contractivos datan de la segunda mitad del siglo XIX, y desde entonces, muchos relatos y descripciones, aunque algunas someras y otros indirectos, han agrandado el corpus del conocimiento sobre la manera de construir de este sitio arqueológico. De esta manera, recopilaremos algunas de varias menciones sobre su técnica constructiva para comprender qué técnica era la más empelada por este pueblo antiguo.

Menciones del siglo XIX y XX

Atendiendo las descripciones realizadas por diversos viajeros e investigadores, que se remontan desde el siglo XIX, hurgaremos las principales informaciones recopilados por estos sobre sus impresiones arquitectónicas, que son la información de primera mano que dispondremos para luego pasar a los resultados investigativos posteriores de este siglo. Ephraim George Squier (1877) nos brinda una referencia sobre la arquitectura de la fortaleza de Collique: “Los restos tienen forma de ovalo irregular, las líneas se ajustan al contorno del cerro , que tienen unos quinientos pies de altura…los dos muros exteriores, con los dos de apoyo en la entrada, son de piedra tosca sin cemento; el tercero y último son de piedras cuidadosamente colocadas de arcilla dura…hay varias colinas pequeñas, coronadas con edificios de adobe en un estado de mucho deterioro. Después de pasar al cuarto muro, en la entrada llegamos a una extensa zona llana, que he designado como la plaza, y que está rodeado de terrazas revestidas de piedras…” (p. 87-88). Ernst W. Middendorf (1973-

Fotografía aérea de la Fortaleza de Collique tomada en el año de 1971. Nótese las plantas de la arquitectura pétrea. Fuente: Revista del Museo Nacional.

1874) alega decepcionadamente de la fortaleza: “Las fortificaciones consisten de dos pequeños muros circulares, bajos, construidos con piedras irregulares que rodean la falda del cerro en su tercio superior… una empinada escalera, en parte labrada en la roca…” (p. 35). Aunque breve, pero no menos importante, Julio César Tello Rojas (1999) explicando sobre los tipos de construcciones en el valle de Lima, refiere de manera indirecta: “una ciudadela construida sobre el tope de una elevación natural del terreno…En la costa existen igualmente, en donde se ha puesto gran interés especialmente en los muros de fortificación; algunos son de piedra, obras verdaderamente megalíticas, algunos con parapetos…Y en el valle de Lima, se encuentra en Kolliki…” (p. 36). Con igual importancia Pedro Eduardo Villar Córdova (1935) relata del Pucara de “Kollike”: “…rodeado de una gran muralla de piedras o grueso muro de circunvalación, que rodea serpenteando en 3 vueltas completas al cerro. Los cimientos de estos muros tienen grandes piedras que semejan muros ciclópeos, pero no poligonales; porque, si bien la piedra ha sido rota y desgajada a golpes, en las canteras del mismo cerro, sin embargo no se juntan en la ensambladura con una orientación geométrica. Piedras grandes y pequeñas, unidas con barro y formando un sólido aparejo en mampostería…” (pp. 189-190). Y brevemente, el alemán Hans Horkheimer (1965) escribe: “Fortaleza sobre un peñón. Un muro tapial con base de piedras no labradas sube serpenteando en 3 vueltas…En la cumbre paredones…” (p. 51). Frente a estas primeras someras descripciones de los componentes arquitectónicos, en los años siguientes se realizaron diferentes descripciones de diversos autores, aunque algunos breves, como los de Hugo Ludeña en 1975 hasta Santiago Augurto Calvo en 2010. Dentro de este desarrollo investigativo, queremos resaltar, especialmente, las descripciones brindadas por Inés Correa (1992) quien expone una de las técnicas constructivas temprana del área “…un grueso muro de tapial de 5 metros de largo hasta con tres capas de pintura amarilla, signo de sucesivas remodelaciones. Dicho tapial corre perpendicularmente a otro de 15 m. de lado con orientación NS…” (p. 140) y de Daniel Morales Chocano (1993), quien menciona de algunas construcciones: “… complejo de almacenamiento…son estructuras pequeñas en forma cuadrangular adosadas al cerro…” (p. 529).

Técnicas Constructivas

Para la costa central, diversos investigadores ya han realizado una descripción tipológica de la manera como se construían la arquitectura de estos pueblos antiguos, como la de Héctor Velarde Bergmann con su “Arquitectura peruana”, Carlos Williams con “Arquitectura y urbanismo en el antiguo Perú”, Cristóbal Campana con “Tecnologías constructivas de tierra en la costa norte prehispánica”, entro otros autores. Frente a estos, también tenemos a Pedro Eduardo Villar Córdova, quien, realizando diversas exploraciones a los sitios arqueológicos de Lima en la primera mitad del siglo XX, los divide en subtipos, siendo los sub-tipo 1 y 4 los apropiados para la Fortaleza de Collique: “Sub-Tipo 1.-Construcciones rústicas de cantos rodados, piedras cortadas en algunas canteras vecinas: ya sea de traquita, o de pórfido… Sub-Tipo 4.-Construciones de Adobón, formando tapiales en talud de barro pisonado, como los que aparecen en los edificios de las ciudades o de las fortalezas costeñas…” (Villar Córdova, 1935, 105-106). Cristóbal Campana (200) quien remarcó la importancia de las construcciones desde un desarrollo de trabajo mucho más complejo, esclarece los conceptos aplicados a las técnicas constructivas, mencionándonos que: “Con una técnica se pueden realizar obras de diferentes estilos, aún dentro de una misma tradición. Esto quiere decir que la técnica tiene un valor instrumental, y que la diferencia de formas puede significar solo una diferencia de estilos, más no así una diferencia de tradiciones…” (p. 25). Además, agrega un esclarecimiento de los modos de construcción en “Técnicas”, ya sea de piedra o de barro, cuyo englobamiento está compuesto por los “estilos”, como las pircas, mam-

postería o la tapia. Es así que podemos advertir que, gracias a las descripciones previas, la Fortaleza de Collique presenta dos técnicas constructivas: la técnica de la piedra en gran mayoría, y la técnica del barro, aunque no se encuentre en el mismo contexto del Intermedio Tardío y su evidencia sea escasa. Tenemos que la tradición de la piedra predomina en la mayoría de las construcciones de la fortaleza, siendo la del barro tan solo ínfima. En estos trabajos se presencia un adosamiento de piedras, ya sea con argamasa o sin esta, o trabajadas en una cara. El tamaño de las piedras con las caras trabajadas se mezcla entre grandes y pequeñas, dándole un aspecto de mampostería, donde la cara total de la arquitectura brinda un aspecto liso. Entre algunos que presentan la técnica de la piedra tenemos: los muros perimétricos del sector defensivo, las plantas circulares correspondientes a las colcas del sector de almacenamiento, la plaza central de planta ortogonal del sector público ceremonial y los recintos cuadrangulares, incluso enlucidos, del sector productivo urbano. Las formaciones rocosas de las estribaciones andinas que están cerca de la fortaleza dan el sustento necesario para la obtención de canteras, y estos debieron ser empleados para sus construcciones, donde se derivaron los estilos en adosamientos de piedras trabajadas y otras sin trabajar, confluyendo el conocimiento de construcción pétrea, que es reflejada en su ordenamiento arquitectónico y su dominio, así como lo mencionaba Horacio Urteaga (1914) en referencia a las construcciones : “La línea recta en efecto representa en la arquitectura, la solidez, la firmeza, la seguridad; bajo una forma simbólica, acusa gravedad, intrepidez y resolución…Y sin embargo la tendencia del artista de adoptar la línea recta en las construcciones, no impidió el uso de las curvas y de los círculos en cierto género de obras…” (pp. 145-146). Aunque mínimamente, también se encuentran construcciones con la técnica del barro, que no se vinculan en relación a las construcciones de piedra del Intermedio Tardío, pero por su localización cercana será mencionado. Esto es descrito por Correa, quien la ubica fuera de loa muros perimétricos, “…un grueso muro de tapial de 5 metros de largo hasta con tres capas de pintura amarilla, signo de sucesivas remodelaciones…” (pp. 140-141). Hans Horkheimer también da una curiosa descripción, como ya lo indicamos: “Un muro tapial con base de piedras no labradas sube serpenteando en 3 vueltas…En la cumbre paredones…” (Horkheimer, 1965, 51). Cristóbal Campana refiere sobre la técnica

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de la tapia como “…fabricada por un molde o cajón cuyo nombre es “tapial”…la tapia es tierra húmeda apisonada…” (Campana, 2000, 130). Para la construcción de los moldes de esta tapia debieron haber empleado la caña brava o pintoc – nombre quechua dado por Bernabé Cobo- que no es más que la especie “Gynerium sagittatum”, que es oriunda de los valles de la actual Lima. Y para servirse de la gran cantidad de agua para formar la tierra húmeda, los sistemas de canales registrados en el valle de Carahuayllo nos dan la respuesta. Consideración final De lo expuesto brevemente, encontramos que la población, quienes construyeron la Fortaleza de Collique, presentaba un dominio pleno y una marcada tradición de la técnica de la piedra, ya sea en sus diferentes estilos, como adosamientos de piedras trabajadas o sin trabajar, o la combinación de diferentes tamaños a manera de mampostería, empleados para la edificación de arquitectura de plantas ortogonales y circulares. Pese a que se evidencia poca construcción con la técnica de la tapia, que se encuentra fuera del contexto del Intermedio Tardío, siendo la más temprana, las descripciones de inicios de la segunda mitad del siglo XIX hasta el siglo XX ya nos refleja la impresión del uso de la piedra como material principal. Este empleo de la piedra, en un periodo donde en los valles de la actual Lima se construían a base de la tapia nos genera más preguntas ¿Por qué la población quienes construyeron la Fortaleza de Collique no empleó la técnica del barro a gran escala? Similar pregunta se realizó en al año de 1938 el historiador francés Louis Langlois. Aunque existen muchas propuestas de la adopción de una técnica constructiva, las investigaciones señalan que la población de Fortaleza de Collique adoptó la técnica de la piedra.

Arqlg. Alexis Barraza Chauca

Bachiller de la Escuela Profesional de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

BIBLIOGRAFÍA

Campana, C. (2000). Tecnologías constructivas de tierra en la costa norte prehispánica. Instituto Nacional de Cultura-La Libertad. Correa, I. (1992). Algunas consideraciones sobre la Fortaleza de Collique. Pachacamac, Revista del Museo de la Nación (1). Horacio Urteaga (1914). El dominio de la línea recta en el antiguo Perú. Bocetos Históricos, estudios arqueológicos, tradicionales e histórico críticos. Lima-Perú. Horkheimer, H. (1965). “Identificación y bibliografía de importantes sitios de importantes sitios prehispánicos del Perú”. Arqueológicas (8). Middendorf, E. (1973-1874). “Perú: observaciones y estudios del país y sus habitantes durante una permanencia de 25 años”. Tomo II. Imprenta Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Morales, D. (1993). “Compendio histórico del Perú”. Tomo I. Editorial Milla Batres. Squier, G. (1877). “Peru: incidents of travel and exploration in the land of the incas”. Harper & Brothers publishers. New York. Tello Rojas, J. (1999). “Cuaderno de investigación del archivo Tello, N°1. Arqueología del valle de Lima”. Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Villar Córdova, P. (1935). “Arqueología del departamento de Lima”. Ediciones Atusparia. Yacóvleff, E. y Herrera, F. (1934). El mundo vegetal de los antiguos peruanos. Revista del Museo Nacional (3).

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