ABRIL 2013 | Nº 20
DOSSIER THE STROKES
COMEDOWN MACHINE
REVIEWS SUEDE / ATOMS FOR PEACE / HURTS / WOODKID / YOUTH LAGOON RHYE / JUSTIN TIMBERLAKE / METALLICA / THE SUICIDE OF WESTERN CULTURE / WOLFBRIGADE MARNIE STERN / LOW / THE MEN / WAXAHATCHEE / KAVINSKY / PONY BRAVO / LOS CORONAS CRÓNICAS YO LA TENGO / BEACH HOUSE / ICO TOP MARZO´13 Y MUCHO MÁS
ÍNDICE
INDIEFERENCIA MAGAZINE Abril 2013
Review del mes
The Strokes
Dossier y análisis de “Comedown Machine” 3
Reviews
Suede: Bloodsports 9 Atoms For Peace: Amok 11 Hurts: Exile 13 Woodkid: The Golden Age 15 Youth Lagoon: Woundrous Bughouse 17 Rhye: Woman 19 Justin Timberlake: The 20/20 Experience 21 Metallica: Beyond Magnetic 23 The Suicide Of Western Culture Hope Only Brings Pain 25 Wolfbrigade: Damned 27
Crónicas
Yo La Tengo: La Riviera, Madrid (05/03/13) 27 Beach House: Joy Eslava, Madrid (15/03/13) 29
Opinión
Artículos de opinión 31- 41
Ico Top
Ico Top Marzo 2013 45
Indiespensables
Tops Marzo 2013 49
4 INDIEFERENCIA MAGAZINE Abril 2013
THE STROKES
DOSSIER Y ANÁLISIS DE “COMEDOWN MACHINE” (2013)
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DOSSIER | THE STROKES Por Quique Gómez
Con motivo del regreso de The Strokes y su esperado "Comedown Machine", repasamos la meteórica carrera musical del quinteto neoyorquino más famoso del planeta desde que, ellos mismos, inaguraran el sonido hype a comienzos de este milenio y que tantas otras bandas han imitado. Unas veces con más suerte que otras, los de Julian Casablancas han producido de todo menos indiferencia en estos 12 años ya cumplidos desde su atemporal debut. "Is This It" (2001)
Nuestros cinco protagonistas neoyorquinos editaron a finales de 2001, y tras el exitoso "The Modern Age EP" de ese mismo año, su primer álbum, "Is This It", para cambiar el rumbo del rock (y de la música popular por extensión) para el resto de la recién empezada década. Al igual que en la anterior, Nirvana con su "Nevermind" (1991), lideraron una corriente que iba mucho más allá que el propio estilo practicado. Unos lideraron indiscutiblemente el movimiento del grunge, tanto en pose, imagen, actitud... y música. The Strokes, los "salvadores del rock", fueron la punta del iceberg de eso que se le conoció como hype y que hoy día sigue siendo nombrado como subgénero. Las cosas claras: no inventaron absolutamente nada (ni ellos ni nadie dentro de ese
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saco), tenían mucha más importancia las all-star, las chapas, las rayban y los pitillo, pero en lo musical sí supieron desempolvar el baúl de los recuerdos con el mejor de los gustos. Tanto The Stooges como Modern Lovers; Ramones y The Velvet Underground; The Feelies y Television... todo estaba plagado de referencias y a cada cual mejor, en una mezcla perfecta entre el garage-rock y el lo-fi, con dos guitarras, las de Hammond Jr. y Valensi, en estado de gracia. No me atreveré a nombrarlo el mejor disco de la década pasada (como hace NME), pero sí uno de los indiscutibles y, probablemente, el mejor álbum de debut. 11 canciones que son 11 singles, destacando los sonados hits "Someday" y "Last Nite", pero también "Soma", "The Modern Age", "New York City Cops", "Barely Legal" y, sobre todas ellas, "Hard To Explain". Obra maestra.
"Room On Fire" (2003)
El esperadísimo segundo álbum tardó en aparecer exactamente dos años. En octubre de 2003 apareció la dificilísima continuación de tan exitoso debut, y como si siguiesen tocados por no sé qué varita de la calidad, repitieron fórmula en otro álbum, "Room On Fire", que funcionaba igual de bien. Otras 11 cancio-
nes en algo más de media hora, con incontestables singles como "12:51" (sin estribillo, con dos cojones), la idolatrada y fiber "Reptilia" y "The End Has No End", pero con mucho más donde rascar. Para esta ocasión contaron, inicialmente, con la producción de Nigel Godrich (Radiohead y miembro actual de Atoms For Peace), pero fue rechazado por la banda por motivos algo confusos. Contaron, por tanto, con el "malo conocido" Gordon Raphael que ya produjo "Is This It" y el EP previo. Este álbum está injustamente un escalón por debajo de su predecesor, pero, más que nada, porque no fue el primero, porque mantiene el sobresaliente nivel. Es cierto que no cuenta con esa media de temazos tan exagerada, pero las "tapadas" como "Meet Me In The Bathroom", "You Talk Way Too Much", el maravilloso baladón "Under Control" y la escalofriante
THE STROKES | DOSSIER Y ANÁLISIS DE “COMEDOWN MACHINE” "I Can't Win" que cierra poniendo el perfecto broche de oro, colocan a esta banda en el techo del comienzo de década. Todos querían (queríamos) ser The Strokes. Lo que no sabemos es qué pasó exactamente con ellos a partir de entonces, porque confirmando aquí lo buenos que eran, lo tenían realmente fácil para dominar el mundo.
Sobresaliente. Casi tan grande como su debut.
"First Impressions Of Earth" (2006)
lo que parecía que iba a volver a ser un gran álbum, con mucho más de poso rock, menos revival. La producción esta vez sí que se notó, puesto que a mitad del proceso de grabación abandonó Raphael dejando paso a David Kahne, alguien mucho más mainstream dentro del sector. "Razorblade", "Vision Of Division" y "Eletricityscape" cumplían, incluso el desgarro de "Fear Of Sleep" era atractivo antes de ese otro pepino de canción titulado "Ize Of The World" que tan poco pega con lo que venían haciendo. Da igual, el problema de este álbum es lo largo que se hace, sobrando alguna que otra canción y teniéndonos acostumbrados a discos de media hora, este tercer asalto de The Strokes duraba el doble, contando con tan solo tres temas más que los anteriores. Aún había más cosas de las que sacarles partido que de las que no. Y de ese mierdón intermedio llamado "Ask Me Anything" no quiero ni hablar...
Denso. Eterno. Pero descartando basura, saldría un gran disco.
Y parecía que todo seguía en el mismo sitio cuando empezaba este "First Impressions Of Earth", con esa genialidad titulada "You Only Live Twice" de tres minutos, una joya que no desentonaría en ninguno de sus dos discos previos. Más que un problema, lo que conocíamos antes de escuchar este disco en su totalidad era la extrañeza de un single previo, "Juicebox", que nos hacía presagiar algún cambio de registro importante. El marcado carácter hardrock, casi heavy, entraba con calzador en un sonido ya muy asentado. Por una parte desentonaba; por la otra, atraía. "Heart In A Cage" cerraba el primer tridente de
"Angles" (2011)
No se entiende muy bien cómo, para editar un disco como "Angles", tardaron más de cinco años. Haciendo -algo- de caso a las críticas, The Strokes acortaron la duración de su cuarto y peor álbum. Es casi la mejor noticia de un disco plagado de teclados y sintetizadores (retro, eso sí) que no sé a quién se le ocurrió introducir. Como siguiendo una evolución algo lógica con esa música heredada de los '70 que empezaron haciendo, continuando con ese hard-rock expuesto en su anterior trabajo, ahora se adentran en lo que pegaba por esa ochentera época: sonidos sintetizados gracias a teclados MIDI y superposición de
capas vocales, como creyéndose el mismo Casablancas que canta bien. El propio cantante de la banda grababa un par de años antes "Phrazes For The Young" (2009), su debut en solitario, donde, parece, no se quedó lo suficientemente a gusto. Sus otros cuatro compañeros, por lo visto, le permitieron introducir, no sin vaselina, ese sonido para el cuarto álbum de la banda. Pero dejando de lado la evidente decepción, también hay que reconocer que el disco ha envejecido bien y que tiene unos cuantos detalles salvables. No se les podía olvidar de repente lo buenos que, en realidad (y aunque se la sude), son. El single "Under Cover Of Darkness", los estribillos de "Two Kinds Of Happiness" y "Taken For A Fool", la gracia de "Gratisfaction" y, por encima de todas ellas, "Life Is Simple In The Moonlingt", que no sólo acababa con la tortura, sino que demostraba que también saben hacer baladas sobreproducidas.
Decepcionante. Malo. Algo (poco) de calidad.
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THE STROKES Comedown Machine / 2013 Por Alejandra Otero
La máquina de la decepción. Tras el batacazo “Angles”, el título del nuevo álbum de The Strokes no era precisamente el mejor de los presagios. Y menos después de aquel primer, y horrible, adelanto AKA “One Way Triger”. Sí, todo apuntaba a un suicidio musical mayor aún. ¿Hasta dónde se les ha ido la olla a Casablancas y los suyos? ¿Dónde quedó el garage lo-fi de “Is This It” y “Room On Fire?” Las apariencias engañan: si la máquina de la decepción es esto, contra todo pronóstico, el viaje incluso promete. 8 INDIEFERENCIA MAGAZINE Abril 2013
Comedown Machine es, al igual que “Angles”, un disco controvertido. Servido en bandeja a los críticos para que se despachen a gusto y para que los fans más acérrimos, que se esperaban una vuelta a lo orígenes tras el engañoso primer single “All The Time”, vomiten bilis y se encomienden a todo el santoral. La situación de esta banda es lo que se conoce desde los años 90, gracias a Mulder y Scully, como un Expediente X. Tras nada menos que cinco años, y alguna infidelidad en solitario, los neoyorkinos anunciaban nuevo disco. El hype generado duró poco cuando Angles salió a la calle. Quizá hubiese algo de The Strokes en aquel disco, como podría demostrar “Under Cover Of Darkness”, pero había algo que fallaba: parecía como si el “sonido strokes” hubiera agotado todos sus cartuchos y sólo quedara hueco para una copia barata y trasnochada. Así, aquel álbum de 2011 fue un dechado experimental en el que todos sus miembros se pusieron a componer -por primera vez en la historia de la banda-, siendo el dinero la excusa del regreso, para colmo de males. Con esto en la mano, el resultado no extraña. Tras una presencia mínima en los escenarios, Julian Casablancas anunció que se volverían a encerrar en el estudio en 2012 para sacar un nuevo trabajo que parecía más fruto de un compromiso discográfico que de las ganas de volver a trabajar juntos. Es un secreto a voces que los egos chocan demasiado en esta banda que saboreó las mieles de la fama
quizá demasiado rápido. Con semejante escenario nace Comedown Machine.
Personalmente, no daba un duro por el nuevo disco de The Strokes. Aquel primer adelanto parecía la constatación de un hecho: si quedaba algo de The Strokes en Angles, en “Comedown Machine” no encontraríamos más que una parodia. Semanas después, desvelaron “All The Time” y, mientras los más fieles se emocionaban nivel Is This It, la indiferencia seguía en mí. Quizá más acertado que “Under Cover Of Darkness”, este tema seguía siendo la sombra de un pasado, aunque con algo más de sentido en el presente. Pero una fría tarde de domingo llegó inesperadamente “Comedown Machine”. Justo una semana antes de su estreno en tiendas, The Strokes nos permitía escuchar el que tenía todas las papeletas para ser un descalabro sin anestesia. Grata fue mi sorpresa al encontrarme un disco coherente, lleno de pinceladas brillantes y una frescura sorprendente dadas las circunstancias. Un trabajo redondo lleno de sorpresas a cada paso de pista, que casi únicamente queda ensombrecido por esa versión mala del “Take On Me” de los noruegos A-ha.
Si algo se puede criticar de The Strokes es que toman más bien en poca consideración a sus fans y que todo les resbala bastante. Pero al menos son sinceros: este disco os va a decepcionar. No obstante, aquellos que no tenemos el “Is This
THE STROKES | DOSSIER Y ANÁLISIS DE “COMEDOWN MACHINE”
It” y el “Room On Fire” en el altar vemos el asunto desde otra perspectiva y no nos sentimos como novias despechadas ante un grupo que ha decidido tomar caminos diametralmente opuestos a sus orígenes. De hecho, para mí una de las maravillas de este álbum es “Call It Fate Call It Karma”, la perfecta bajada del telón con ese regusto a balada sesentera y película en blanco y negro. Un tema que pocos parecen haber comprendido, pero que a mí se me antoja una bonita carta de despedida llena de riqueza visual y que ya he saboreado más de una veintena de veces. Al igual que ocurría con “Angles”, “Comedown Machine” es un disco heterogéneo, pero mucho mejor llevado. Así, esta última pista cierra un disco con muchas reminiscencias a la década de los 80, en el que se adivinan influencias variopintas pero que apuntan principalmente a aquellos años. Prueba de ello es la deliciosa “80′s
Comedown Machine”, la otra lenta del álbum, que en sí misma podría englobar el nuevo sonido de los neoyorkinos o la tan Police “Welcome To Japan”. El regalito para la old school viene de la mano de “50/50”, la más guitarrera de este “Comedown Machine” y quizá más cercana a “First Impressions Of Earth” y la maravillosa “Heart In A Cage”, sin duda uno de los mejores temas jamás concebidos por The Strokes. También es digna de mención “Partners In Crime” en la que, si escuchamos atentos, encontramos algo de aquel “Last Nite” pasado por nuevo filtro y con los 80 en el punto de mira una vez más, o, sin ir más lejos, ese “Tap Out” que abre el disco y cuyo riff de inicio ya nos avisa que en este disco nada es lo que parece, dando paso a otra especie de homenaje a Police y con un Casablancas irreconocible en los vocals. También tiene mucho del sonido strokes, en su variante
más pausada y descafeinada “Slow Animals” que a mi gusto es uno de los temas más flojos del disco y que recuerda demasiado a aquel estropicio de los ángulos.
Preguntarse qué va a pasar con The Strokes a estas alturas de la película roza el absurdo. No han anunciado gira de presentación y, este álbum, parece más un adiós que un aquí estamos de nuevo. Pero quién sabe, quizá nos sorprendan. Por el momento sólo nos resta disfrutar de este trabajo que, guste o no guste, puede ser un legado de valor incalculable dentro de unos años. Tiempo al tiempo.
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REVIEW
B L O O D S P O R T S Por Jesús Daniel Marín
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SUEDE BLOODSPORTS REVIEW
Desde su nacimiento en 1989, Suede han visto muchas cosas con sus ojos. Han visto como compañeros de banda y el britpop han ido y venido y sus señas de identidad musical se han impuesto sobre aquellas que no terminaban de ser del todo correctas. Incluso se han enfrentado a un pleito que causó el nombre de la banda. Pero una de las cosas por las que destaca Suede es por sacar discos que siempre consiguen llamar la atención sin importar el resto de circunstancias de la banda y por suerte para nosotros, “Bloodsports” continúa por esa misma línea. Haciendo honor a su nombre, “Bloodsports” es un disco sin limitaciones que conserva toda la fuerza a lo largo de su duración. La segunda canción, “Snowblind”, es un melocotonazo directamente preparado para sonar en la radio que tiene reminiscencias a los primeros Police, mientras que “It Starts and Ends with You” es un himno maravilloso que contiene la suficiente garra como para hacer saltar a un estadio. Además, en su letra encontramos uno de los leitmotivs del grupo: “Too much is not enough”. Así que si eres Suede, puedes presumir de ello encima de un escenario, porque es algo que te has ganado concierto tras concierto a base de demostrar esa actitud chulesca y macarra.
En “Bloodsports” predomina esta chulería que tan bien maneja Brett Anderson ejerciendo de playboy en su madurez cuando canta “Hit Me”
como si estuviera involucrado en una pelea de gallos. Desde luego y perdón por lo reiterativo, es el hit del álbum. Se nota que el grupo está en su mejor momento cuando son capaces de sobrepasar su límite sin recurrir a adornos estrambóticos en las canciones.
Con “Sometimes I Feel I’ll Float Away”, la voz de Brett cala hondo desde el primer momento, evolucionando en un crescendo controlado a la perfección por quien tiene tantas tablas. La banda se muestra perfecta canalizando la energía y quedan como profesionales a la hora de saber que quieren hacer sentir al oyente. Que nunca se diga que Suede no saben lo que hacen; son más que eficientes en el arte de manipular los sentimientos del oyente sin que éste se dé cuenta y como prueba la dramática “What Are You Not Telling Me?”. De
hecho, esta sensación parece ser un tema central en “Bloodsports”. Es por ello que sorprende que el disco flojee ligeramente hacia el final, porque tanto “Always” como “Faultlines” quedan un tanto distantes del rollo tan cojonudo que tiene el disco. Aun así, no es algo tan catastrófico como puede parecer, ya que pese a no ser tan perfectas, siguen siendo dos grandes canciones de Suede y en menor medida, cargadas de la energía que ha hecho famosa a la banda.
Suede siempre han labrado su propio camino y han dejado tras ellos una estela dorada y que consigan eso sin encasillar su sonido en una época concreta no es tarea fácil. Por suerte y al terminar la escucha de “Bloodsports”, no hay nada de efímero en lo que queda brillando. Así deberían ser todos los regresos de los grandes grupos. Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 11
REVIEW | Por David G. Altarejos
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ATOMS FOR PEACE AMOK / 2013
Atoms For Peace, el supergrupo que formó Thom Yorke junto a Flea, el bajista de los Red Hot Chili Peppers, Joey Waronker, el batería de Beck y R.E.M., Mauro Refosco y Nigel Godrich, durante muchos años productor de Radiohead, presentan su álbum de debut, “Amok”.
La historia de esta banda empieza después de que en 2006 Thom Yorke presentara su disco en solitario (descripción que él odia) “The Eraser”. A finales de 2009 se juntó con los que acabarían siendo el resto de integrantes. Aunque por aquel entonces no tenían nombre, simplemente aparecían como “???????” en los carteles de los festivales. Finalmente, el nombre elegido es el título de una de las canciones de “The Eraser”. Todo muy rebuscado, vaya.
Pero centrémonos en la música. El estilo de “Amok” se podría clasificar como rock experimental electrónico, es decir, bases electrónicas en las que el frontman de Radiohead da rienda suelta a su creatividad. El LP cuenta “sólo” con 9 temas, pero todos ellos con una duración superior a los cuatro minutos, a excepción de “Judge Jury And Executioner”, curiosamente la mejor del disco en mi humilde opinión. Hay que decir que este álbum no gustará a todos los fanáticos de Radiohead; estamos hablando de un disco similar a “The King of Limbs”. Es más, algunas de las canciones de “Amok” bien podrían haber formado parte del último LP de Radiohead. “Before Your Very Eyes…”
es la canción encargada de abrir la caja de Pandora, y no lo hace del todo bien. Es una canción densa, que no invita a seguir escuchando más canciones. Pero el siguiente corte es “Default”, primera canción que pudimos escuchar antes de la publicación del disco. Tiene un toque oscuro y sombrío, que en contraposición con la voz aguda y desgarradora de Yorke hace que sea un auténtico temazo. A continuación viene “Ingenue”, canción que cuenta con un videoclip a lo “Lotus Flower”, es decir, raro.
Después llega el turno de “Dropped”, canción con una base electrónica muy marcada, más digna de artistas como Burial o Modeselektor. La siguiente, “Unless”, es más tranquila, relajante casi, y tiene una presencia dominante de percusión mientras Yorke canta al son de “I couldn’t care less”.
Y llegamos a la parte final, donde remonta la cosa. “Stuck Together Pieces” mezcla como nadie esas bases electrónicas continuas con el bajo básico de Flea, la guitarra suave de Joey y la voz mágica de Yorke. Turno a continuación para la joya de la corona: “Judge Jury And Executioner” nos transporta a un lugar tranquilo y lleno de paz gracias a los coros de fondo que se van
fusionando con la voz de Yorke a lo largo de toda la canción. Deja ensimismado.
Para ir cerrando el chiringuito, tenemos a “Reverse Running” que cuenta (como no) con una magnífica labor a los vocales por parte de nuestro querido Yorke. Además, también hace acto de presencia unos acordes de una guitarra “borracha” y unos coros en el estribillo muy interesantes.
Así pues, Atoms For Peace se despiden con la canción que da nombre al álbum, “Amok”. Se trata de la canción más electrónica de todo el disco, casi instrumental hasta su parte final. Bien podría haber salido de una de las colaboraciones que el bueno de Thom suele hacer con Burial o FourTet.
“Amok” es un buen disco, pero no es fácil de digerir. Tiene un comienzo algo denso y las canciones son más bien sombrías, oscuras, apagadas. Quizá se pudiera esperar más de este “supergrupo”, pero personalmente creo que estamos ante un disco que merece la pena, puede que no esté a la altura de lo mejor creado por Radiohead, pero tampoco lo pretende. Es un disco estupendo para tardes otoñales y paseos bajo la lluvia. Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 13
HURTS EXILE
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REVIEW
HURTS
Exile (2013) Por Jesús Daniel Marín
Parece que las cosas venían de cara para los fans del electro pop cuando Hurts, allá por el año 2010, presentaban “Wonderful Life” y “Better Than Love” que tan bien conjuntaban con la calidad de sus trajes perfectamente cortados. Ahora, regresan con “Exile” y traen bajo el brazo una madurez musical que hace de su segundo trabajo un gran disco.
El cantante Theo Hutchcraft y el teclista Adam Anderson llegaban en plena forma. Pero la sutileza electrónica quedó de lado y en su lugar aparecían pretenciosas baladas con adornos melodramáticos que seguían el camino de “Vienna” de Ultravox en lugar de “Tainted Love” que es lo que tal vez podríamos esperar. Pero “Exile” transcurre en un mundo mucho más oscuro que “Happiness”, el álbum de debut de
Hurts. Con canciones como la que da título al disco es con la que han conseguido una base fiel de seguidores a los que seguramente no les disgustará la seriedad de “Exile” y por supuesto admirarán su single “Miracle”, que bebe tanto de Depeche Mode como de “Paradise” de Coldplay.
Las tendencias o inclinaciones operísticas en cuanto a estilo han sido reemplazadas por unos coros como sucede en “Sandman”, recordando a aquel hit de Red Box llamado “For America”. En esta canción podría incluso hablarse de un giro hacia el rock industrial que provoca que se pase una sensación claustrofóbica hacia una sorprendente belleza. Desde mi humilde opinión, probablemente sea una de las canciones que más deberíamos tener en cuenta en el disco. Y con la sobrecargada “Blind” regresamos de forma veloz al territorio que dominan Hurts. Es tan dramática que casi puedes escuchar la pena de Theo escapando de su boca.
“Only You” es el tipo de canción que habríamos encontrado en “Happiness”, sabiendo donde establecer el límite entre sonar a los 80 y pertenecer a la época que tan bien domina el dúo británico. Ya desde el título es una canción perfectamente equilibrada, con una frase que se te clava en los oídos en cuanto la escuchas:“When we used to dance we
never cast a shadow”. Romanticismo puro y carne de segundo single. “The Road” está inspirada por la novela de Cormac McCarthy y tiene un ligero sabor a Nine Inch Nails y suena tan deprimente como la novela en la que está basada, aunque su extraño final tal vez se les haya escapado de las manos en un terreno que no es el suyo.
Sin duda, la canción del disco es “The Crow”. Con reminscencias del “Wicked Game” de Chris Isaak, muestra una intimidad que normalmente se pierde entre la grandilocuencia que tan bien estudiada tienen en las demás canciones del grupo. Con canciones como esta es con las que descubriríamos a Hurts sonriendo de satisfacción al terminar su grabación. Es una lástima que las letras de sus canciones se recreen tanto en banalidades y no profundicen más y sus guitarras, ahora más pesadas, suenan sospechosamente dirigidas al mercado americano.
Pero dejando eso aparte, este segundo álbum sobrepasa a su antecesor y deposita una esperanza en el sonido actual del grupo, reforzando la sensación de que ningún grupo puede sonar tan herido y melancólico como Hurts.
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WOODKID 16 INDIEFERENCIA MAGAZINE Abril 2013
REVIEW
WOODKID
The Golden Age (2013) Por Jesús Daniel Marín
Dos años llevamos escuchando su más famoso tema a lo largo de películas, series e incluso anuncios de videojuegos. Sobrecoge lo épico que pueden parecer treinta segundos de imágenes renderizadas con “Iron” sonando de fondo. Parece que imprime carácter y veracidad a lo que estamos viendo. Y no penséis que la grandilocuencia de Woodkid se queda ahí. Es capaz de repetir ese tipo de sentimientos a lo largo de catorce canciones, las que componen su estreno en las grabaciones de larga duración.
Hay que advertir al oyente, no es un disco al uso. No sabría otorgarle un lugar en una estantería de discos, pues pasa de la música clásica al rock y regresa hacia el folk más arraigado. Eso sí, el disco posee uno de los mejores entramados sonoros que he escuchado en mucho tiempo. El tímido piano que da la bienvenida a “The Golden Age” es capaz de poner el vello de punta al más duro de los mortales. Y si a eso le sumas los violines y la cálida voz de Lemoine, puedes tocar el cielo con las manos y sentir que realmente estás viviendo un momento
irrepetible. Pero ahí no para el asombro, porque unas trompetas y un repicar de baquetas completan más si cabe esa mezcolanza sonora que sin saber cómo te tiene atrapado. Suerte que “Run Boy Run” y sus campanas de inicio te despiertan y te lanzan a un frenético tema que late al ritmo de una percusión casi de plástico.
El disco sigue avanzando por los mismos derroteros, tanto vocales como instrumentales en “The Great Escape” y “Boat Song”. Los tonos menos oscuros asoman de la garganta de Lemoine en “I Love You” en una de las canciones con más luz del disco. Tal vez este brillo sea debido al triste contenido de la letra relacionado con la falta de amor. “The Shore”suena a canción intimista, casi desnuda al piano hasta unos segundos antes de terminar. Con “Ghost Lights” vuelven las percusiones, elemento referencial en el sonido de Woodkid. Y a mitad de disco, sigo boquiabierto ante la fuerza implícita en el sonido de su música.
La instrumental y casi ceremonial “Shadows” da paso a “Stabat Mater”. Con un título así de religioso, los coros casi operísticos de la canción la convierten en una maravillosa pieza litúrgica, digna de ser escuchada en una catedral con un impresionante órgano haciendo retumbar las vidrieras. Una vez más, la mezcla que se antojaba difícil resulta en una genialidad de Woodkid. En el lado totalmente opuesto estaría la muy comercial “Conquest Of Spaces”. Y digo muy comercial por-
que es con seguridad la canción más accesible del disco, no como “Falling” que es una sucesión de sonidos inconexos que sólo sirve para desconectar del ambiente épico en el que nos sume el álbum.
En “Where I Live” de nuevo encontramos el vehículo perfecto para el lucimiento de la voz de Lemoine, aunque durante el tercio final de la canción esté muy bien acompañado por los instrumentos de viento. Y además tiene la difícil papeleta de sonar antes del gran tema del disco, el que hizo que los focos centrasen su atención en este músico francés. Ese tema es “Iron” y no hace falta decir algo que todos sabemos, es un temazo imprescindible que perdurará en el tiempo. El broche final del disco lo pone “The Other Side” con sus acordes funerarios y una despedida a base de redobles de tambor, como si observaramos en la lejanía como la música se marcha hacia el patíbulo.
Queda claro que ante la imposibilidad de establecer una clasificación para la música de Woodkid simplemente podemos alegrarnos de escuchar un debut de tan alta calidad. Realmente es digno de alabanza que sea capaz de juntar en sus canciones elementos de la música clasica con percusiones que casi podrían pertenecer al drum’n'bass y que no sólo no chirríe a nuestros oídos, sino que nos encontremos ante la necesidad de escucharlo una y otra vez. Viva el músico, el director, el artista. Larga vida a Woodkid, el moderno hombre renacentista. Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 17
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REVIEW
YOUTH LAGOON
Woundrous Bughouse (2013) Por Jaime Mateo Herrero
Hay músicos que tienen la capacidad de transportarte a mundos en los que sólo existen sus reglas. Trevor Powers es uno de ellos. Este joven procedente de California lleva años componiendo las intrincadas melodías que salen de su retorcida mente. Se define como un ser hiperactivo, sólo consiguiendo controlarse a sí mismo cuando la música hace de vía de escape de sus pensamientos. Es por ello que todo lo que brota de este chico derrocha arte y complejidad por los cuatro costados.
Youth Lagoon, como él ha llamado a su proyecto musical, comenzó a gestarse en 2010. “The Year Of Hibernation” fue su disco debut y en él ya pudimos empaparnos de esas atmósferas sonoras intimistas que caracterizan al músico americano. El título del debut no fue casualidad porque en él se nos mostraba a un Trevor un poco evadido, escondido en la comodidad de la producción casera del disco. Tres años después, el polluelo sale del cascarón después de haber madurado algunas ideas. El universo metafísico, la relación entre cuerpo y mente, el miedo a la muerte y vaya uno a saber qué más, son algunos de los temas que han revoloteado por la inquieta cabeza de Trevor, dando lugar a su segundo y exótico disco “Wondrous Bughouse”.
Como explica Powers en una entrevista, “bughouse” es un antiguo tér-
mino que viene a significar algo como “asilo insano”. La preocupación por la fragilidad del ser humano y su inevitable desaparición es el hilo que conduce gran parte de este disco. Ya en la instrumental “Through Mind And Back” se desprende todo ese halo de angustia. Sin embargo, Youth Lagoon tiene la magia de mezclar ese lamento con melodías pop que alzan el volumen para llamar nuestra atención cuando caemos en el limbo de su música. Es el caso de “Mute”, que con sus diferentes partes roza la cima compositiva de Trevor, transportando al oyente a cada uno de los rincones representados en la portada del disco.
Las alienadas melodías a base de sintetizador y juegos instrumentales son otro de los pilares de las canciones de este disco. Los inicios de “Attic Doctor” así lo demuestran, una vez más diseccionando la canción en diferentes fases, cada una más o menos instrumental. Hay muchos pasajes que recuerdan a los Animal Collective, debido también a la influencia del productor Ben Allen con el que Trevor ha contado para su segundo disco.
Pero seamos claros, aquí nada suena a otra cosa que no sea Youth Lagoon. En “The Bath” volvemos a encontrar esas atmósferas ensoñadoras, que te hacen despegar los pies del suelo. “Pelican Man” es otro de esos viajes en constante ascenso, con unos teclados insistentes que acaban por mezclarse con una saturación de sonidos de dios
sabe qué. “Dropla” es otra de esas canciones que parecen cuatro. Pequeña introducción con apenas susurros de Trevor para interpretar una de las letras que mejor definen lo que “Wondrous Bughouse” nos quiere decir. El éxtasis del disco se alcanza en esos estremecedores “you’ll never die”. Cuando cesa toda esa vorágine, vuelve la calma con esa inolvidable melodía.
En la recta final del disco encontramos canciones imprescindibles como la delicada “Third Dystopia”, mucho más digerible que los cortes más experimentales del disco como “Sleep Paralysis”. Cuando parecía que ya no íbamos a salir de este bucle de melodías un tanto agobiantes llega “Raspberry Cane” para poner la nota de color a este “Woundrous Bughouse”. No deja de tener ese poso amargo pero hay en Trevor otra aptitud a la hora de cantar y el final es marca de la casa. Cierra el disco “Daisyphobia”, dejando bien claro que este es un disco para la evasión más absoluta.
“Woundrous Bughouse” requiere dejar a un lado la impaciencia y sumergirse de lleno en la vorágine de sonidos que se mezclan en todos y cada uno de los cortes del disco. El “siempre difícil segundo disco” de Youth Lagoon ha cumplido con nota y viene a suponer el afianzamiento de un genio de la experimentación más enrevesada, con un sonido que no puede ser más personal. Y, a todo esto, Trevor tiene veintitrés años. Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 19
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REVIEW
RHYE
Woman (2013) Por Joaquín Ollero
Cuando el 2012 cerraba su telón de oro, Rhye nos advertía de que este año nos susurrarían con delicadeza sus ideas sobre el amor y la intimidad en un álbum titulado Woman que supone ser toda una dedicación de pasión y cariño hacia el género femenino. La belleza de la mujer como arma y concepto.
Este proyecto musical está presidido por Mike Milosh, responsable de una trilogía de discos de electrónica, y Robin Hannibal, productor de Quadron, pero ninguno de ellos conseguiría alcanzar la gloria con estas aventuras sonoras. Han demostrado que funcionan mucho mejor colaborando estrechamente y atreviéndose en un género muy delicado, como resulta ser el de las canciones lentas y románticas, donde el objetivo primordial es conseguir transmitir sentimientos y emociones propias de un valor tan abismal como es el
amor. Rhye lo consigue con 10 cortes que componen un álbum que sobrepasa la media hora y que individualmente y sobre todo en conjunto, saben crear un aura dulce y brillante.
Hablar del amor es sinónimo de una mirada cómplice en un ambiente tenue, de un último baile con todos nuestros sentidos de protagonistas, de escalofríos y temperaturas volcánicas, de lágrimas de felicidad, pero también de tristeza, de mentiras y de ruegos, de súplicas desesperadas, de perder la capacidad de razonar por culpa de unos labios o de una caricia. De todos es sabido que jugar en esta división supone un cocktail explosivo: el más delicioso del planeta, pero también puede estar envenenado. Sea como sea, no les permito otra cosa que no sea tirarse a la piscina y experimentar todos los detalles que Rhye ha esparcido con suma delicadeza y en homenaje hacia la idea de mujer.
Musicalmente no estamos hablando de unas canciones que se estacan en lo meloso, si no de ritmos encantadores como la exótica “3 Days” con sus coros angelicales. Resulta especialmente rico en instrumentos (no podía faltar un saxo en este bar de hotel, y lo tenéis
en “One of These Summer Days”) y está sustentado sobre la voz de Milosh, el cual debe estar realmente enamorado de su mujer, a la que dedica este álbum, y se me ocurren pocos regalos mejores que este romántico acto de proporciones abismales. “Open” es la carta de presentación de este producto tan cuidado y embellecido (siempre sin excederse), y contiene un estribillo pegadizo y mágico, que la hacen la mejor canción del trabajo junto con “The Fall”, digna de un videoclip tan excelente como el que se hizo para esta canción, además de destacar por sus capas de sonido a modo de velos de seda y por una melodía armoniosa que te lleva en volandas una y otra vez a través de esta caída.
Insuficientes a todas luces son todos los homenajes que una mujer se pueda merecer. Luces que nos guían en nuestra travesía por la vida, cada rincón de sus cuerpos son templos sagrados a los que enmendarnos supone un placer inimaginable. Este beso de Rhye nos hace recordar todo esto, además de regalarnos un trabajo redondo y cohesionado que se sitúa y permanecerá como uno de los estrenos más importantes de este 2013.
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REVIEW | Por Joaquín Ollero
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JUSTIN TIMBERLAKE THE 20/20 EXPERIENCE / 2013
Justin Timberlake se apega al concepto de galán clásico pero moderno al mismo tiempo en este 3er álbum de estudio en solitario. Con un estilo semejante a los hombres que circulan por esa pasarela televisiva denominada Mad Men, las 10 canciones presentadas en “The 20/20 Experience” están pensadas como unidades independientes y estructuradas gracias a una larga duración y a una diferenciación clara y concisa de cada una. Chicas, dejad de buscar: este es vuestro príncipe azul (o por lo menos el que os quiere vender la sociedad). Mucho, muchísimo revuelo hubo el 13 de enero de este mismo año cuando el ex-N*SYNC anunciaba que tras 7 años publicaría la continuación de “FutureSex/LoveSounds” que contenía una de las mejores canciones de 2006: “My Love”. Desde entonces esta figura mediática no ha estado de brazos cruzados, ya que tras la promoción de este álbum dedicó su tiempo al terreno de la interpretación, donde lo hemos podido ver en las conocidas películas The Social Network o In Time. Bueno, y también habrá sacado un huequecillo para construir esta experiencia musical, que a todas luces y según se ha venido informando en los últimos días, tendrá una secuela directa a finales de este 2013 (los 20′s que aparecen en el título nos indican que el conjunto son un total de 20 canciones, y ahora mismo sólo tenemos 10…).
Y… bum: “Suit & Tie” con Jay-Z. El primer single ha funcionado a las mil maravillas ya que es un temazo se mire por donde se mire y porque es pegadizo, actualizado a nuestros días pero con un sabor añejo al mismo tiempo (no hay más que ver la ambientación del videoclip) y en general es una pieza muy completa (con pasaje rapero incluido, obviamente). El dandi nos habla sobre un amor
que se balancea en el aire, que se respira, que está presente, aunque no sólo en esta canción, porque la medalla a canción más romántica del disco se la lleva “Mirrors”. Es muy fácil pensar que obra épica de 8 minutos está dedicada a la pareja actual del cantante, Jessica Biel, y también me apuesto lo que queráis a que la actriz se derritió al escuchar una canción tan extremadamente bien producida como puede ser esta. Se encuentra claramente dividida en dos partes: la primera sería el cuerpo real del tema, que cuenta con un estribillo potente que cambia de forma según se van produciendo iteraciones del mismo, además, la simbología de los espejos dota a la canción de una letra muy rica en proposiciones y sinceridades. La segunda parte se resume en “you are, you are the love of my life” repetido hasta la saciedad. ¿Te has enterado? Estas han sido las dos banderas de presentación del disco, pero existen otras 8 que hacen que este extenso trabajo en cuanto a duración resulte un gran ejemplo de cohesión y coherencia, aunque durante el mismo se experimenten varios estilos musicales. En el maratón que Justin Timberlake hizo en el programa de su colega Jimmy Fallon en la semana previa al lanzamiento del disco pudimos ver
como JT junto con su banda de apoyo, The Tennessee Kids ponían en escena diferentes temas como “Let the Groove Get In” (la más movida del álbum: pura fiesta) o “Strawberry Bubblegum” (tiene el sonido más mainstream y reconocible de todas las canciones). Aparte de las mencionadas, “Tunnel Vision” con su venenoso “I know you lie” y con un ritmazo de aquí-te-espero y “Blue Ocean Floor” que cierra esta experiencia 10/10 de forma muy sorprendente, ya que la melodía principal es un tono electrónico que parece estar en retroceso durante toda la canción, que es calmada como un buen océano en reposo.
Todas las canciones que Justin Timberlake canta a lo largo del largo guardan un secreto, único y especial y por ello mismo cada una de ellas se merecen una atención especial. El nuevo enfoque del artista ha resultado ser todo un acierto, dejando el lado más puramente pop de lado e inclinándose hacia una vertiente más íntima en cuanto a concepto. Además, se le nota con más fuerza que nunca y es todo un placer verlo en los videoclips o en las actuaciones en directo disfrutando de una música que cuenta con una gran producción detrás y con mucho talento. Hasta dentro de unos meses, JT.
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REVIEW | Por F. Javier Moreno Bel
METALLICA Beyond Magnetic (2012)
A principios de 2012, uno de los grupos más grandes de la historia sacaron un EP de descartes de su último álbum, “Death Magnetic” (2008), para demostrar que siguen ahí, hacerse notar y que la gente no baje la guardia.
Metallica, abanderados del trashmetal, nació en el año 1981 en Los Ángeles por el danés Lars Ulrich y James Hetfield, a los que se les unirían Lloyd Grant y Ron McGovney. Más tarde, estos dos últimos fueron sustituidos por Dave Mus-
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taine y el bajista Cliff Burton. Al primero lo echaron por su consumo excesivo de alcohol y drogas y posteriormente fundaría Megadeth y sería sustituido por Kirk Hammet (el cual sigue en la actualidad). Sin embargo, la historia de Cliff fue mucho más triste. En verano de 1986 la banda andaba presentando su tercer disco de estudio, el aclamado “Master Of Puppets”. En una noche de la misma gira, a su paso por Suecia, la banda estaba en el autobús cuando repentinamente sufríó un accidente, el vehículo volcó
y Burton salió despedido por la ventana. El autobús cayó encima del cuerpo del bajista y murió. Dejó trás de sí, el “Kill ‘Em All”, “Ride The Lightning” y “Master of Puppets”.
Jason Newsted fue el sustituto de Burton, algo que fue muy difícil de superar. El paso de Newsted por Metallica se podría calificar como regular, y aunque no era mal bajista, parecía que no encajaba a la perfección con el resto de miembros. Dejó la banda en 2001, después de haber estado en la banda 15 años.
METALLICA BEYOND MAGNETIC REVIEW klist definitivo y estás son las que más tarde han sido publicadas bajo el nombre de “Beyond Magnetic”. Un EP con un sonido muy parecido al de su último álbum.
La formación actual de Metallica es la misma desde que lanzaron al mercado el “St. Anger”. Esta es James Hetfield, Lars Ulrich y Kirk Hammett, junto con el “nuevo” Robert Trujillo, que entró sustituyendo a Jason Newsted.Trujillo ha encajado a la perfección en la banda, y si nos detenemos a mirar sus trayectoria podemos ver que siempre ha estado entre grandes: Suicidal Tendencies, Ozzy Osbourne o Black Label Society entre otros. Trujillo no participó de ninguna manera en la composición del infumable disco que se marcaron llamado “St. Anger” y donde fue el productor Bob Rock, quien grabó las pistas de bajo. Años más tarde llegó el “Death Magnetic”, un buen álbum que pese a no ser lo mejor de la banda y no entrar en el podio de los clásicos discos que tienen (algo muy difícil), si que se acercaba más
a lo que los fans de Metallica pedían. Riffs y solos de guitarra endiablados y potentes (algo que ni se olió en el “St. Anger” y que fue una de los grandes puntos negativos de dicha “cosa”) y un sonido añejo que de nuevo hizo que los fans volvieran a confiar en ellos. Temas como el primer single extráido del álbum, “The Day That Never Comes”, “Cyanide”, la destructora “All Nightmare Long” o la tercera parte de una saga, “The Unforgiven III”, son los cimientos sólidos de un esperado regreso.
Beyond Magnetic
Durante la grabación del “Death Magnetic”, Metallica grabó más canciones de las que entraron al final en el disco. A la hora de decidir las canciones que entrarían en el nuevo álbum, 4 se quedaron fuera del trac-
“Hate Train” abre “Beyond Magnetic” en lo que parece una mezcla perfecta entre “Fuel” y el sonido de algunas canciones del “Death Magnetic” como “Cyanide”. Un tema con muchos cambios y variaciones de tempo y ritmos. Una buena canción. “Just A Bullet Away” tiene un sonido muy parecido a sus primeros discos, recordándonos los tiempos del “…And Justice for All” o “Ride The Lightning”, aunque por momentos se nos puede hacer algo larga. Lo mejor es el sonido de las guitarras. “Hell And Back” es un in crescendo de distorsión, que si bien empieza muy lenta, al final va cogiendo forma. Nos puede recordar a una mezcla entre el sonido del “ReLoad” y temas de su último disco. El EP lo cierra “Rebel Of Babylon”, el tema más redondo de los que hemos escuchado. Épica, energía y guitarras feroces. Hay partes que recuerdan a la agresividad de “All Nightmare Long”, y está inundando de riffs frenéticos con un James Hetfield que se le ve con ganas de seguir dando guerra.
Metallica han vuelto en forma con sus dos últimos trabajos “magnetizados”. Se les ve a gusto con este sonido y con la acogida que han tenido. Sensaciones positivas que pese a algún que otro disco con algo de bazofia en su interior y algunos baches, (no hablaré de su participación en el decepcionante y aburrido “Lulú” (2011) junto a Lou Reed) han sabido salir de ello y volver a hacer lo que mejor hacen, emocionar y repartir guitarrazos de calidad. Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 25
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REVIEW
THE SUICIDE OF WESTERN CULTURE Hope Only Brings Pain (2013) Por David G. Altarejos
The Suicide of Western Culture presentan su segundo álbum, “Hope Only Brings Pain”, nombre bastante desesperanzador, nunca mejor dicho. Y es que el dúo barcelonés nos traen una buena dosis de beats, post-electrónica instrumental y ritmos lo-fi. Después de su homónimo disco de debut en 2010, se dieron a conocer en el Primavera Sound de 2011. A partir de entonces, bolos y más bolos por Europa y Norteamérica, actuando en festivales como el prestigioso SXSW.
En sus actuaciones, además, siempre cuentan con unas proyecciones que ellos mismos realizan para cada canción, y como ellos bien dicen, suponen el 50% del espectáculo. Por otro lado, hay que
decir que sus canciones carecen de letra, por lo que el apartado visual y el título de los temas ganan importancia para poder disfrutar de todo el conjunto. Por lo general, los títulos son recargados, pero ya que no podemos disfrutar de las proyecciones, a través de Spotify podemos escuchar entre 15 y 30 segundos de comentario para cada tema, en el que explican el motivo del nombre de cada pista y su significado.
Centrándonos en el apartado sonoro (el otro 50%), los dos artistas siempre han comentado que su música es transmitir aquello que ven, oyen y sienten. Así pues no hace falta ser un genio para ver que la actual situación en España y en Europa en general ha sido una clara influencia en muchas del las canciones, como la encargada de abrir el disco, “Remembering Better Times”, el single y canción insignia “Love Your Friends, Hate Politicians”, la penúltima canción, que da nombre al disco, “Hope Only Brings Pain” o “Hey Guys! I Know The Names of the Culprits” en la que según nos cuentan en el comentario que precede al tema, surge de una anécdota tras un concierto, en el que tomando algo hablaron con un señor de unos 70 años que les habló de los culpables
de la crisis, corruptos, bancos, políticos… Tras unas cuantas copas, el señor les enseñó su arma y placa, era un Guardia Civil jubilado.
Las canciones más destacables son la mencionada “Love Your Friends, Hate Politicians”, que pudimos escuchar ya hace unos meses, la relajada “Spanish Republican Soldiers in French Retirement Homes” o la animada y bailable “El Cristo de la Buena Muerte”. Otra digna de mención es la que cierra el chiringuito, “Scapaflow”, que trata sobre un lugar hacia donde poder huir, como último remedio para escapar de la situación actual, ya que nos pasamos el tiempo “Remembering Better Times” y al final, lo que realmente pasa es que “Hope Only Brings Pain”.
Realmente no hay ningún tema que baje el listón. The Suicide of Western Culturehan producido un disco homogéneo en el que en toda canción hay algo reseñable. Un disco muy recomendable de un dúo que ya está dando que hablar. Podréis disfrutar de ellos el 22 de mayo en el Primavera Sound y un poco más adelante, el 2 de agosto, en el Arenal Sound de Burriana.
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WOLFBRIGADE Damned (2013) Por F. Javier Moreno Bel
Wolfbrigade vuelven tras cuatro años con “Damned”, un potente y directo larga duración que nos subirá la adrenalina y con el que se nos pasará realmente rápido su escucha.
Anteriormente conocidos como Wolfpack, Wolfbrigade es una banda proveniente de Suecia, formada en 1995 y que a lo largo de los años ha sufrido diferentes entradas y salidas de sus miembros. Actualmente la banda está formada por Micke (voz), Jocke (guitarra), Erik (guitarra), Johan (bajo) y Dadde (batería), aunque por ella han pasado tres miembros más, los cuales erán Marcus (ex-bajo), Frank (ex-batería) y Jonsson (el ex frontman y voz). El sonido de la banda se podría calificar como una mezcla entre el hardcore punk, dbeat y el speed metal. Un sonido que es similar a Tragedy (Memphis, Tennessee), a ratos a unos vitaminados y más potentes Gallows y a veces se nos puede hacer similar a Iron maiden en algunos riffs de guitarra, aunque evidentemente esto solo es un pequeño matiz dentro del sonido de la banda. Ambientación tétrica, cargada de distorsión hasta decir basta.
La historia del cambio de nombre de la banda surgió en el año 1998, coincidiendo así con la expulsión del primer vocalista Jonsson y la entrada del actual frontman Micke. Por aquellos momentos se vieron obligados a cambiar su nombre original, Wolfpack, el cual era el nombre de una hermandad de neo-nazis que había en una prisión sueca. Con esto evitaron que se les asociara con está hermandad y así prevenir
futuros problemas. En el 2002 el batería, Frank, abandonó la banda siendo sustituido por Dadde y en el 2004 acabaron separándose debido a la falta de motivación. En ese mismo año Micke tuvo que ser operado debido a problemas con las cuerdas vocales. Sin Frank en la batería, empezaron otro proyecto llamado Today’s Overdose, con el que sacaron un EP llamado “Insomnia” y que tenía 3 canciones.
En el 2007 la banda se volvería a reunir y aunque parecía que sería una simple reunión y que volverían a enfocarse con Today’s Overdose, al final continuaron con Wolfbrigade. En el mismo 2007 lanzarían “Prey To The World” y al siguiente año publicarían también el genial “Comalive”, con 14 pistas que rondaban la media hora de duración. En 2011 comunicaron que se tomarían un año de descanso pero que no era una ruptura y así lo demostraron en 2012 lanzando “Damned”, el disco que nos ocupa.
Más contundentes que nunca, cargados de agresividad y distorsión, Wolfbrigade renacían con su nuevo álbum de estudio. Casi podíamos decir que “Damned” ha sido un auténtico renacimiento de la banda sueca, una segunda juventud. Temas que están en los tres minutos de media de duración, que se pasan como un suspiro y eso precisamente es lo que hace que nos enganchemos aún más a este “Damned”. Pequeñas dosis de bestialidad sueca realmente oscura y con una percusión demoledora. Un gran trabajo de Dadde con la batería y que destaca en temas como “Road To Dreams”, la atronadora
“On Your Knees… In Misery” o en una de las mejores del disco, que no es otra que “From Beyond”. Un bajo imparable y un solo de guitarra que te hará agitar tus brazos como un loco. La voz de Micke nos va a hacer gritar los estribillos de los temas durante un buen tiempo. Sobre todo con la espectacular “Damned To Madness”, un maldito bombardeo de riffs de guitarras y ritmos de batería que no se nos quitarán de la cabeza en días. Puedo decir sin despeinarme que es la mejor del disco, el punto álgido de está orgía de destrucción sónica que mantiene el nivel durante los 35 minutos que dura el disco. Hay temas más flojos como “Hurricane Veins” o “Slave Of Induction”, aunque está última tiene una buena introducción y unas guitarras desde la mitad hasta el final del tema que son una pasada. Los dos cortes del disco ponen un broche de oro con el que parece que la banda se está riendo de nosotros. ¿Esta sucia y depravada maravilla va a terminar ya? “Where No One Sleeps” tiene un marcado sonido hardcore clásico, mientras que la última pista,“Peace Of Mind”, fusiona lo mejor del hardcore con tintes de metal clásico y unos riffs de guitarra que os harán activar el botón de replay de inmediato.
Wolfbrigade eran buenos, tenían grandes temas en su haber durante su larga carrera, pero este “Damned” ha sido un auténtico sorpresón. Un trabajo de gran nivel, compuesto de temas redondos con pegadizos estribillos que sin lugar a dudas hace que la vuelta de Wolfbrigade a la escena sea digna de valorar y por supuesto, de celebrar. Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 29
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YO LA TENGO
CRÓNICA
La Riviera, Madrid (05/03/13) | Por Quique Gómez El trío de Hoboken, Nueva Jersey, vino anoche a Madrid a presentar su último trabajo, el delicioso “Fade” de una manera un tanto especial, dividiendo el show en dos mitades bien diferenciadas: una primera acústica y una segunda en modo eléctrico. Así, y haciendo de teloneros de ellos mismos, es realmente complicado decidirse por cuál de las dos fue mejor.
El reposado carácter de su nuevo trabajo fue el protagonista de esa primera mitad, donde estuvieron soberbios con la delicadeza de temas como “Two Trains”, “The Point Of It”, “Cornelia And Jane”, “I’ll Be Around” y la inicial “Ohm”, versión más suave a la del disco, que tuvo polo opuesto más tarde en la mitad eléctrica (uno de las cimas del recital). Se les empezó a notar sueltos a medida que avanzaba el concierto, donde se intercambiaban roles e instrumentos (8 guitarras le conté a un entusiasmado líder durante toda la noche) como si de una jam session se tratase. Además, y
como dándoles la razón a una parte igual de importante en su discografía, supieron enlazar éstas con maravillas sonoras como “Our Way To Fall”, con el susurro de un Kaplan en estado de gracia, “The Weakest Part”, a medias con su mujer, el momentazo de McNew en “Black Flowers” o la somnífera “Nowhere Near”, sin percusión y con la única voz de Georgia, pero que, como en “Painful” (1993), se transformó al final en electricidad, avanzando lo que vendría a continuación.
Tras un agradecido parón para evacuar o refrigerar, esa segunda mitad que llegaba, la que muchos de los presentes venían a presenciar, fue, más o menos, un homenaje a ellos mismos hasta el punto de que cerraron (antes de los bises) con la extraordinaria “The Story Of Yo La Tango”, otra cima, esta vez no sólo del concierto, sino también de su extensa discografía. Como si de un festival de verano se tratase, el setlist en esta parte abarcó muchos de sus álbumes, incluyendo el último, donde la ya citada versión de “Ohm” jugó un papel importante, acompañada por “Stupid Things”, “Paddle Forward” y la superior “Before We Run”, la cual a falta de, evidentemente, arreglos de viento y cuerda, culminó Kaplan con una magistral lección de distorsión y ruido que pocos saben hacer como
él. De “Popular Songs” (2009) interpretaron “Here To Fall”; de “ElectrO-Pura” (1995) la inicial y alternativa “Decora”, canción que siempre los acercó a bandas como Sonic Youth o Pixies; de “I Can Hear The Heart Beating As One” (1997) sonaron “Moby Octopad” y su poderosísimo bajo y la celebrada “Sugarcube”, la cual no tocaron la noche anterior en Santiago y que no se hizo tanto de rogar como en sus anteriores dos visitas a la capital; y con “Pass The Hatchet, I Think I’m Goodkind” se dieron el gustazo.
Para culminar una irrepetible noche así, donde sumando los dos bises llegaron casi a las dos horas y media (concierto más largo que he visto nunca en una sala), se soltaron la melena con las siempre agradecidas versiones y algún que otro rescate, donde parecen improvisar sobre la marcha. Esta vez fue el turno de “This Is Where I Belong” (The Kinks) y “Gates Of Steel” (Devo), “Let’s Compromise” del viejísimo “New Wave Hot Dog” (1987) y la desnuda “The Summer” de “Fakebook” (1990). Más en la diana no podían haber dado. Bueno, sí, tocando “Cherry Chapstick” y “Deeper Into Movies”, pero eso habría convertido lo de anoche, en el mejor concierto de mi vida. Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 31
b e a ch CRÓNICA
h o u s
La Riviera, Madrid (15/03/13) | Por Jaime Mateo Herrero
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se
Beach House nos impulsaron de Madrid al cielo. Dudo mucho que haya algo en esta vida que te haga levitar y viajar más alto que un directo de este dúo procedente de Baltimore. Los himnos que han creado Beach House son los mandamientos de una religión llamada dream-pop de la que uno sale siendo el más devoto del lugar después de escuchar en directo semejante recital.
La Riviera estaba a rebosar incluso por detrás de las temidas palmeras. Y es que las entradas se habían agotado hacía semanas, algo meritorio en estos tiempos y teniendo en cuenta las dos citas anteriores en Barcelona. La expectación no podía ser mayor, con todos los ojos clavados en el escenario esperando ver cómo aquella sensual melena tomaba posesión del teclado protagonista. Así fue, Victoria Legrandhizo su aparición estelar acompañada de su inseparable guitarrista Alex Scally y un tercer componente al mando de la batería para dar más cuerpo al arrollador directo. El arranque del concierto vino de la mano de “Wild”, de su último disco “Bloom”. Desde el primer momento uno se da cuenta de la calidad sonora del directo de este grupo. Grandeza musical es la única explicación que se me ocurre para entender cómo reflejan a
la perfección el sonido del disco en un directo formado por guitarra, teclado y batería. La delicada “Better Times” nos introdujo el aclamado “Teen Dream” en el setlist de la noche. El maravilloso juego de luces formado por estructuras de neón dibujaba el contorno de rascacielos multicolor, añadiendo más ensoñación si cabe al asunto. “Other People” y “Lazuli” funcionaron como señuelo perfecto, y los “ah ah ah” de esta última hipnotizaron por completo a un público extasiado rendido a la voz de Victoria.
“Norway” fue el perfecto punto de inflexión de la noche, a partir del cual el concierto fue in crescendo. La sorpresa de la noche se llamó “Master Of None”, canción perteneciente al debut del dúo y escurridizo tema en directo. En el ecuador del concierto Victoria agradecía la fuerza del público y recordaba la última visita a la capital. Las emotivas “Silver Soul” y “The Hours” fueron las culpables de arrancar irremediablemente las lágrimas a más de uno. Otra de las cimas de la noche fue la interpretación de “Zebra”, canción también de “Teen Dream” y que Victoria bordó mostrándose como una diosa en el escenario, moviendo sus brazos al son de la música, envistiendo su melena cuando llega el momento culmen de la
canción. Impecable interpretación.
Con “Myth” también se vivieron momentos intensos. La canción más conocida de su último disco, “Bloom”, llenó de magia La Riviera y el público se lanzó a corearla, dando más energía si cabe al tema. Después del breve bis, Beach House interpretaron “Real Love” y “10 Mile Stereo”, para finalmente cerrar con “Irene” y desplegar toda la épica que trae consigo alargar este tema hasta el orgasmo absoluto.
Imposible fue no cerrar los ojos en más de una ocasión durante la hora y media de concierto para simplemente flotar en un tranquilo mar de sensaciones. Tranquilo hasta que es interrumpido, cómo no, por ese murmullo de fondo que cada vez se hace más insoportable en las salas de nuestro país. Es lo único que se le podría sacar en falta a la velada que nos regaló Beach House. Por lo demás, un concierto magistral que encumbra a una banda ya generacional. Para la próxima, eso sí, queremos un paseo por el parque.
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OPINIÓN | Por Alejandra Otero
Live Nation y su “atraco perfecto” en Mumford & Sons La empresa Live Nation es un gigante cuyos largos tentáculos, que se extienden por decenas de países, amasan ingentes cantidades de dinero. ¿Su secreto? Monopolizar los eventos musicales hasta el punto que cualquier grupo grande o hype que se precie es patrimonio suyo. Si a eso le sumas la mentalidad española tienes el cocktail perfecto. Ayer, en el concierto de Mumford & Sons en el Palacio de Vistalegre (Madrid), su avaricia, junto con la ineptitud del Ayuntamiento de Madrid se tradujo en la estafa al público de la capital. Una vez más. Live Nation España se ha caracterizado toda su vida por una gestión nefasta de los conciertos. Llevan años sobrevendiendo el aforo en pista, lo que supone estar cual cerdos en un camión de ganado. Esta situación requiere unas avanzadas técnicas de supervivencia que sólo los más experimentados son capaces de afrontar y soportar. Aunque parece que estemos hablando de ir a destruir el anillo más allá de Mordor, en realidad estamos hablando de ocio y, en concreto, de conciertos que no bajan de los 30 euros. Este módico precio suele ser, por regla general, el mínimo en los eventos que ellos organizan y en el que uno asiste a unos estupendos gastos de gestión que son, curiosamente, cada vez más generosos. Independientemente de la injusta subida del IVA. Pero un triste 31 de octubre cinco chicas mueren aplastadas por un exceso de aforo en una fiesta organizada por otra indiseable empresa que es Diviertt- en el Madrid Arena, un pabellón que pertenece al Ayuntamiento, al igual que ocurre con Vistalegre. Cuando se vieron en la boca del lobo, Ana Botella y sus secuaces (ojo, la MUERTE de CINCO personas), la capital decidió hacer, por fin, que la pista fuera un lugar respetable donde el respetable, valga la redundancia, fuera, redundemos una vez más, respetado como merece. El Ayuntamiento lo hace a su estilo. Cerrando locales pequeños,
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queriendo acabar con la música en Madrid y, por supuesto, exigiendo unas medidas draconianas en los pabellones grandes que regentan. Como el infecto y de pésima acústica Palacio de Vistalegre Arena. Y no se me malinterprete: me parece perfecto que ese control exista por fin, como ocurrió con el concierto de The Black Keys de noviembre en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid (un evento que fue organizado por Doctor Music y que demuestra que sí se pueden hacer las cosas bien). El problema es que Live Nation España parece no haber entendido eso de que NO SE PUEDEN VENDER MÁS ENTRADAS DE LAS QUE LIMITA EL AFORO. Lo pongo en mayúsculas porque da la impresión de que esta gente es corta de entendederas o que se han quedado ciegos, y de paso sordos, después de ver tantos billetes de 500 euros. Live Nation España lo hizo de nuevo con Mumford & Sons, un grupo por el que apostaron en un principio más bien poco, ya que escogieron para su concierto la más pequeña de las ‘salas grandes’: La Riviera. La entradas se agotaron en cuestión de horas, primero en preventa (donde, una vez más -recordemos Muse- sacaron el mayor grueso de tickets) y luego en venta general. Tres meses después, oliendo el negocio, ampliaron el aforo al odiado por la mayoría Palacio de Visalegre, aumentando el aforo a
Live Nation y su “atraco perfecto” en Mumford & Sons | Opinión
casi 10.000 personas (o al menos eso es lo que dice la ley). Pero parece que, además de sorda, esta gente de Live Nation se perdió una clase de mates allá por el colegio. En La Riviera el aforo es de 2.500 personas y la pista de Vistalegre es de 2.400 personas. Ya nos fallan las cuentas porque, obviamente, todas las entradas de La Riviera eran de pista y la gente pagó para ello. Ya nos estamos pasando en 100 personas el aforo, aunque, echando una mirada al pasado, esto es ‘pecata minuta’. Lo increíble es que Live Nation España, cuando decide cambiar de recinto y pone a la venta más entradas, no cierra la pista y vende aún más entradas para este sector. O yo soy corta de entendederas o estas personas no saben ni sumar con la mano. Ah no, lo que pasa es lo de siempre: huelen el dinero como las moscas la mierda. Pero llega el día del concierto y esta panda de impresentables se encuentran con el marrón de que han sobrepasado el aforo en pista, con la que está cayendo, en un pabellón del Ayuntamiento. ¿Y ahora qué hacemos? Pues para empezar, vamos a dejar entrar a poco más de 1.000 personas y vamos a mandar a todo el mundo a grada independientemente de lo que ponga en su entrada. Pero si la gente ha pagado por estar en pista y en su entrada así lo especifica, ¿cómo vais a hacer eso? Porque somos los dueños y señores de esto, que para eso lo montamos nosotros: estos gilipollas que engordan nuestros bolsillos no tienen derecho ninguno.
Así, uno asistía a una grada a reventar y a una pista ridículamente vacía, a la que no se podía acceder. El que llegó una hora antes de que empezasen Mumford & Sons ya no pudo entrar a este sector con su ENTRADA DE PISTA y, ante una grada ya llena también, se vio relegado a un lateral arriba en el gallinero, donde las mieles de la acústica de Vistalegre hacen lo suyo. Fue mi caso que, dicho sea de paso, compré mi entrada en preventa un 7 de noviembre de 2012 por 33,50 euros. El caos estaba servido en una grada colapsada en la que fue un verdadero milagro que no ocurriese nada porque no había seguridad, además de que la gente ocupaba los accesos y las salidas porque no había espacio, mientras la pista estaba a menos de la mitad de su capacidad. Tenías dos opciones, o esperar en la entrada a pista a que se dignaran a dejarte pasar, sin seguridad alguna de que esto fuera a ocurrir, o conformarte con un lugar en grada por el que jamás habrías pagado, pero al menos ver, que no disfrutar, el concierto. De esta manera, más de cien personas, que no cejaban en su empeño, se agolpaban en el acceso de pista con el directo de los británicos ya empezado. Lo más irónico es que dejaron pasar a la mayoría más o menos a mitad del concierto. Esto ocurría ayer, 21 de marzo de 2013, en
uno de los eventos musicales más esperados del año en Madrid, en mitad de una crisis y con gente que hace verdaderos esfuerzos para asistir a un concierto, hoy en día un lujo.
Podría comentar también que Live Nation, misteriosamente, subió diez euros el coste de las entradas con el cambio de recinto. Así, la nueva remesa de entradas costaba 40 euros más gastos, mientras que la anterior, tenía un precio de 33,50 euros. Con el precio ya cerrado con el grupo, esa plusvalía va íntegramente a los bolsillos de estos señores, que se autoproclaman vendedores de sueños y no son más que unos prestidigitadores doctos en el arte de la estafa y el menosprecio hacia aquellos que les dan de comer. Por todo ello, invitaría a cualquiera que lea esto, o haya sufrido la nefasta gestión de Live Nation en alguna ocasión, a no darles un duro más. No obstante, entiendo que tienen el completo monopolio de los conciertos, así que al menos invito a que los miles de afectados ayer nos dirijamos a la oficina del consumidor y les forremos a demandas.
Sufrimos el yugo de la crisis, el desempleo, la carencia de valor de la preparación para acceder al entorno laboral, un Gobierno corrupto y un país que se ha empobrecido en favor de una mínima parte de la sociedad, ahora más rica. En esta realidad, los conciertos son, para muchos de nosotros, ese pequeño reducto que nos hace esbozar una sonrisa. Y estos señores también nos lo quieren quitar a fin de llenar aún más sus arcas. Así que además del Congreso, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Sanidad o la sede del Partido Popular, ya tenemos un lugar más donde ir a dejarnos la garganta: las oficinas de Live Nation en Madrid. “Acapara sobre sí todo un enjambre de infamias y la justicia, sonriendo a su ruin causa, parece la puta de un rebelde”.
Marzo Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 35
OPINIÓN | Por Daniel López Martín
No tenemos ni puta ide Hace pocos días pude escuchar una discusión entre dos conocidos en el Metro. Uno de ellos defendía a la música como poder educador, casi a la altura de “Padre, madre o tutor” y el otro la tachaba de simple entretenimiento. Cual vieja cotilla de pueblo manchego presté toda la atención que pude a aquella conversación durante ocho paradas y me fui a casa reflexionando sobre aquello e intentando saber cual hubiera sido la postura si yo hubiese estado en ese debate.
Veréis. Aquí un servidor está a punto de finalizar su tercera década en esta historia que llamamos vida y a estas edades, al menos yo, intentas auto explicarte que pasó algún día para que alguna cosa ahora sea así. Recuerdo como hace unos 20-22 años me pasaba las largas tardes en casa de una de mis abuelas, y entre bocadillo de Nocilla o de mantequilla con azúcar y tirada de peonza esperaba ansioso a que uno de mis tíos (ya acabando su adolescencia) llegase del trabajo y alegrara la casa un poco. Tardes/noches entre vinilos y casetes de Héroes del Silencio, El último de la fila, Europe, Bon Jovi, U2, etc. Ni lo prestaba atención ni conocía los nombres de muchos de ellos, pero sabía que me gustaba que ese “ruido” estuviera de fondo. Así, amigos, cada día laborable de mi infancia porque las tardes de los fines de semana las pasaba en casa de uno de mis primos, de edad muy cercana a la mía, cuyo hermano mayor vivía única y exclusivamente para poner a todo volumen música de Extremoduro y, por ende sonaba ocasional-
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mente algo de Platero, Reincidentes, Barricada, incluso Siniestro Total. Nosotros dos, mi primo y yo simplemente éramos felices poniéndonos una y otra vez ese VHS grabado de la televisión con un videoclip de Fools Garden, el de “Lemon Tree”.
Por desgracia, los años pasan, y te vas formando vas aprendiendo, vas conociendo gente. Y un día estás en el recreo del colegio y llega un compañero tuyo con el que apenas has cruzado diez palabras y de repente te dice: “Me han regalado un CD”, así, sin título ni nada. Que te regalaran un CD en aquel entonces y sobre todo tener un lugar donde ponerlo y escucharlo ya era para ponerte palote. El caso es que te vas a casa de ese compañero y te muestra un CD donde aparecen unos chicos vestidos de forma extraña como en un salón… “Definitely Maybe” ponía. “¿Qué significará esto?” Nosotros hacíamos nuestras cábalas sobre el título porque un Oasis si que creíamos saber lo que era. Lo escuchamos una y otra vez, incontables veces. Y de golpe, sin darte cuenta te encuentras con tu habitación llena de casetes “piratas” (que tiempos, cuando CANON solo era una marca de cámaras fotográficas), con un puñado de discos grabados y con tus propios remixes hechos directamente de los 40 Principales (¡SI! de los 40, porque para los que no lo sepáis, hubo una época en la que los números 1 de dicha cadena eran Blur, Oasis, Pulp, Cranberries, etc.) que se escuchaban como el puto culo pero te hacían inmensamente feliz y
ea de como titular esto tarareabas cada canción porque no entendías una mierda de lo que decía esa gente.
De golpe y porrazo te encuentras en plena madurez, con curro, pasta (aunque cada vez sea más difícil) y puedes ir a la FNAC y pillar de todo, discos que te gustan, de los que has oído hablar, discos al azar y aquellas casetes de 15 años atrás ya no se ven y están tapadas por cientos de discos (80% vs. 20% en los porcentajes piratas vs. originales) y piensas en ti mismo y te das cuenta de que amas la música. En general, como concepto, no eres indie, ni rockero, ni popero ni pollas. Y vas caminando con los auriculares bien puestos mientras tu iPod te sorprende en reproducción aleatoria, y vas en el coche y subes el volumen y cantas. Y te pones música para cualquier aspecto de tu vida. Para pasar el mocho, para hacer la comida, para ducharte, hasta para cagar joder, ¡para cagar!.
En resumen, si yo hubiese estado en la conversación entre aquella gente el otro día en el metro no habría podido decantarme de ningún lado, porque si, la música es un entretenimiento. La música es EL entretenimiento. Pero es un entretenimiento capaz de hacerte cerrar los ojos y recordar momentos de tu vida, a gente, lugares… Capaz de hacerte estar en la oficina y mover una pierna al ritmo de una canción que escuchas por primera vez y que, aún no lo sabes, pero te flipará por el resto de tu vida. Capaz de que, por lo que sea, te puedas pasar horas escu-
chando la misma canción sin parar (¡Hola “Welcome to the jungle”!). Si, es un entretenimiento, pero también sé perfectamente que si mi tío no hubiese tenido aquellos discos y si mis primos no hubiesen sido fans de Extremoduro o no hubieran grabado aquel videoclip de Fools Garden y si mi amigo del colegio no hubiese tenido donde reproducir aquel CD, yo no sería ni la sombra de lo que soy. Y no digo ni mejor ni peor, solo digo diferente. Quizás si hubiese escuchado a Mecano o a Hombres G allá por la infancia ahora sería un poco más gilipollas o no, o sería ingeniero de caminos, canales y puertos. Ni lo sé ni me llama la atención porque aunque no tenga un gran poder educador, con el paso de los años recuerdas igual de bien aquella charla de padre, aquel primer beso, aquel pedo descomunal y cada disco, cada canción, cada letra, cada riff, cada solo de guitarra que pasa por tus oídos y se queda grabado en tu cabezota como tus momentos importantes. Eso sí, deja de preocuparte si lo que va a sonar cuando pulses play es indie-rock o rock and roll o salsa o mambo o un chotis o fanfarrias y simplemente intenta descubrir si lo que estás apunto de escuchar te produce algún tipo de sensación diferente. Porque quizás, yo el primero, pasamos demasiado tiempo de nuestra vida eligiendo el color del que nos compramos las gafas de pasta.
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OPINIÓN | Por Joaquín Ollero
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¿POR QUÉ EL NUEVO DISCO DE DAFT PUNK ES UNO DE LOS MÁS ESPERADOS EN LA HISTORIA DE LA MÚSICA MODERNA? 2013 está siendo por méritos propios un año que pasará a la historia de los grandes años de la música por la cantidad de artistas que han anunciado que volverán a la palestra musical durante estos meses. Arcade Fire, The Knife, David Bowie, Justin Timberlake, Vampire Weekend, Depeche Mode, The Strokes, Nick Cave and the Bad Seeds, The Flaming Lips, Yeah Yeah Yeahs, Phoenix, The National, y muchísimos otros que me dejo en el tintero, pero que también harán acto de presencia. Ah, y Daft Punk.
Nombres que ya por sí solos despiertan océanos de recuerdos que jamás se borrarán de las mentes y que prometen más y mejor. Cuesta recordar un intervalo de 365 días donde se vaya a condesar tantísima calidad y esperanzas musicales. Esto es algo único e irrepetible. Habrá sorpresas y decepciones pero disfrutaremos de todos ellos sin lugar a dudas. Pero lo de Daft Punk va aparte.
El dúo de robots franceses ha anunciado recientemente que el 21 de mayo del 2013 publicarán su cuarto álbum de estudio, titulado “Random Access Memories”, del cual ahora mismo tan sólo existen dos previews de 15 segundos que prometen el cielo, y seguramente de forma inminente podremos disfrutar del
primer single del disco. En 1997 estalló “Homework” y en 2001 publicaron uno de los mejores discos de electrónica de la década y que hoy, 12 años después, todavía se sigue sintiendo una maravilla. “Discovery” es una joya de proporciones bíblicas, y quien no lo haya escuchado a estas alturas de la vida, que deje de leer este artículo y se entregue a un placer sonoro sin precedentes. 8 años han transcurrido de ese “Human After All” que como todo trabajo de la banda dejó detalles de calidad, pero lejos del éxito de “Discovery”, aunque la fama y la grandeza de la pareja no hacía más que aumentar. Famosos y encumbrados por sus descomunales conciertos donde se respira baile, ritmo y felicidad por todas partes, nos encontramos ahora mismo a escasas semanas de un acontecimiento épico. Daft Punk está de vuelta y por lo que hemos podido escuchar nos morimos de impaciencia por saborear 13 nuevas canciones que a todas luces, volverán a marcar un antes y un después.
Entonces nos preguntamos lo siguiente: ¿por qué el nuevo disco de Daft Punk es uno de los más esperados en la historia de la música moderna? Respondemos a la pregunta de forma poética:
- Porque con el “Discovery” que tuvieron en 2001 se coronaron como uno de los emperadores de la electrónica.
- Porque la relación que establecen con el oyente es puro “Digital Love” y enamorarse de sus canciones tan sólo tiene ventajas.
- Porque tanto ellos como nosotros somos “Human After All” y sentimos y padecemos.
- Porque a pesar de que los ”Reflections” que veía ese “Solar Sailer” en la OST de Tron: Legacy (2010) fueron maravillosos, el público quería realmente un nuevo álbum con material inédito y dedicado.
- Porque canción a canción nos hacen sentir “Alive” gracias a cada “Emotion” que nos consiguen transmitir.
- Porque en este 2013 van a renacer de sus cenizas como un “Phoenix” y se convertirán de nuevo en nuestros “Superheroes”.
- Porque otros lo han intentado “Harder, Better, Faster, Stronger” pero nadie ha llegado hasta la cima donde ellos están instalados.
- Porque las canciones, a pesar de la apariencia puramente robótica, versan “Something About Us”.
- Porque la espera desde 2005 ha sido “Too Long”.
- Porque la música que han creado se sigue escuchando continuamente “Around the World”.
- Porque siempre vamos a querer escuchar una de sus canciones “One More Time”…
Y de eso se trata.
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OPINIÓN | Por Ander Simón
El desprecio nacional
Leía hace semanas a uno de los grupos que ha firmado uno de los mejores discos del año pasado que necesitaban a otro grupo para compartir local de ensayo. No diré nombres, no es lo importante, pero pongámonos serios, ¿cómo es posible que unos tíos que han sido alabados por crítica y público estén en esta situación?
Sí, es la historia de siempre, esa que todos sabemos: la música solo da lo suficiente para unos pocos tocados por la mano divina del rebaño. De todas formas, esto siempre ha sido así. Lo que me choca de esta situación es que ahora mismo estamos en medio de un boom indie. La música independiente está de moda y, a diferencia de gran parte del núcleo hardcoreta gafapastil, me alegraba por ello, parecía la oportunidad perfecta para qué la gente expanda horizontes.
Sin embargo, al leer cosas como la que inicia este texto, uno no puede evitar preguntarse para que ha servido este aumento de popularidad. De repente nos hemos multiplicado en este mundillo, bienvenidos todos por cierto, pero al final resulta ser un espejismo. Se tiene, a priori, un target mucho mayor pero al que hacer un disco cojonudo no le basta. La mayoría del público lo único que comprarán, con suerte, serán los álbumes de las tres o cuatro bandas que siempre nos comemos en todos los festivales. Bandas que a mi mismo me gustan, mucho en algunos casos, pero se les nota como han sido devoradas por ese amasijo de nuevos fans en sus trabajos más recientes.
Y lo de la compra de discos no me parece lo más grave. Lo peliagudo del tema es que mucha de esta gente, aunque se paren a escuchar
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algún disco fuera de los de siempre e incluso les guste, raro será que la veas en un concierto. Es demasiado caro dirán, y luego se gastarán casi el doble para ver uno de los supuestos grupos emblemas de la escena española. Con 2 cojones. O si no, te dirán que ya los verán en tal festival o en aquel otro pero sabemos que no lo harán. Se revolcarán borrachos en cualquier lugar a matar el tiempo hasta que empiece, de nuevo, el grupo que hipnotiza a la masa. Ese que la organización del festival ha sabido usar tan bien para vender las entradas. Y así, entre unos y otros, muchos grupos no tienen la atención que se merecen. Una lástima.
Eso sí, no nos engañemos. Hasta aquí la culpa de los nuevos que, al fin y al cabo, lo peor que se les puede achacar es no haber cambiado la situación. Nosotros, el público habitual, también nos las traemos. Somos los primeros que ignoramos el producto nacional en pos del Best New Music. Casi es el efecto contrario del que hablaba mi compañera Laura no hace mucho en su crítica hacia el apoyo sistemático a los grupos locales. Cuando de local extrapolamos a nacional, lo que vemos es generalmente un prejuicio claro. Yo soy el primero que muchas veces coge un disco nacional con desconfianza a pesar de haber leído buenas referencias del mismo y luego pierdo el culo por la nueva revelación de la NME. Y al final, a lo largo de un año, los discos que pueblan mi estantería son discos extranjeros o pienso en los conciertos a los que he ido y he visto a más grupos anglosajones que españoles. Y esto, en realidad, no es necesariamente malo si simplemente se debe a que realmente me gustan más estos grupos de habla inglesa que lo que he escu-
chado en el país. El problema es cuando se debe a que simplemente no le he dado las mismas oportunidades a un grupo que a otro atendiendo a si el grupo viene de fuera.
Luego vamos a las revistas especializadas, en esta web mismamente en ocasiones, y los contenidos respecto a grupos nacionales son mucho más escasos. Mucha prensa no le presta atención a grupos españoles y, encima, cuando lo hacen ponen en el foco a alguno de los grupos de los que hablaba antes, los de las hordas de fans. Total, lo que importa es vender y hacerse popular. Joder, si hasta resulta que separar los tops en nacionales e internacionales es la única manera de darle un poco de coba a lo que sale de nuestras fronteras, hasta ese punto de menosprecio hemos llegado. Y no vengáis, con parte de razón, de que es por el mero hecho de la cantidad de música que producimos porque sabemos que no es únicamente eso. Que ya son varios grupos españoles que han sido mucho más alabados fuera de nuestro país que en el nuestro. Y si lo han sido aquí ha sido después de que el magazine modernito inglés dijera “ojo, que esto mola”. Entonces si les prestamos atención, valientes imbéciles podemos ser a veces que nos escuchan de fuera con menos prejuicios que nosotros mismos. En España hay muchísima calidad y variedad, si buscáis podéis encontrar más de uno y más de dos grupos que casan con vuestros gustos, que lo que hacen no dista mucho ni en estilo ni en nivel de lo que encontraréis fuera. Haced un esfuerzo por encontrarlos. Volveos locos igual que os volvéis con otros. O seguid despreciando, ya os dirán por ahí cuál es el nuevo mesías de la escena española.
OPINIÓN | Por Jaime Mateo Herrero
En Mi Casa Nunca Se escucharon los Beatles
En mi casa nunca se escucharon los Beatles, ni los Rolling, ni tampoco los Who. Tan sólo casetes de La Oreja De Van Gogh y Ella Baila Solaen los viajes en coche por la Mancha. La única educación musical que tuve en mi infancia se fue a los siete años y desde ese momento tuve que ingeniármelas para alcanzar la madurez musical que ahora, con mis escasos 22 años, creo que empiezo a tener. Y es que, al fin y al cabo, la cabra tira al monte.
Criado en un pueblo de tres mil habitantes hasta los doce años, la única lección musical que recibí fueron las clases de flauta del colegio. La infancia es una edad temprana para descubrir música, pero seguro que algunos ya trasteabais con los vinilos de vuestros padres mientras yo escuchaba cada miércoles cómo tocaban la trompeta en los ensayos para Semana Santa la orquesta de mi pueblo.
Los seis años siguientes transcurrieron en una capital de provincia en la que la única escena local que se apreciaba era el heavy-metal, estilo musical que nunca llegué a comprender. Sin embargo, el acercamiento a los garitos y pubs donde se podía escuchar rock español fue inevitable porque llegó el momento en
el que salir de fiesta se convirtió en un suplicio por tener que escuchar las últimas mierdas de reggeaton. Pero uno ya empezaba a descubrir grupos por sí solo, seducido primero por el pop, luego por el punk y finalmente por el rock. Pero ese bagaje musical siempre brilló por su ausencia. Las referencias y el pasado de los grupos que me gustaban era totalmente desconocido para mí. ¿Quién diablos era Ian Curtis? ¿Y Kurt Cobain? ¿Por qué se suicidaron? A mí nadie me lo contó. Menos mal que uno se escapó a los madriles para ir a la universidad y allí se abrió un mundo de posibilidades musicales. Salas de conciertos, tiendas de discos, festivales, giras de grandes grupos y gente con la que poder hablar de música… Todo aquello que siempre había pedido a gritos por fin al alcance de mis oídos. Pero no fue hasta el descubrimiento de los blogs musicales cuando realmente comencé a poder hablar de música. Mi ignorancia acerca de la existencia de revistas musicales como Rockdelux o Mondosonoro terminó hace tan solo un par de años. Porque cualquiera iba al quiosco del barrio donde me crié y preguntaba por algo que no fuese laSuperpop o la FHM. Por ello, la casi totalidad de mis descubrimientos musicales fueron en los blogs y revistas digitales como esta. A ellos y la inmediatez de internet debo todo lo que sé. También a los carteles de festivales, los cuales estudiaba de arriba a abajo para finalmente hacer lo imposible por asistir a ellos. Porque esa es otra, aquí no todos nos hemos criado con un FIB o un Summercase al lado de casa. Lo más cercano a un festival alternativo que hubo en mi ciudad no pasó de la primera edición. También las listas con lo mejor del año ayudaron lo suyo a la hora de seleccionar qué escuchar
entre tal cantidad de grupos y estilos. Y es que llega un momento en el que te encuentras en tal vorágine de buenos descubrimientos musicales que te preguntas cómo los árboles no te dejaron ver el bosque. Con todo esto os quiero decir que la educación musical y el entorno no son determinantes para acabar escuchando los 40principales o leyendo Pitchfork.
Luego está la gente que alardea de escuchar Sonic Youth desde que se echó el primer cubata, o de ir a conciertos de Lou Reed con sus padres o de tener un tocadiscos y veinte mil vinilos. Es lo que todos conocemos como postureo. Pues bien, yo no he vivido ni lo uno ni lo otro, pero no me avergüenzo de mi pasado ni me siento inferior por ello. Los Beatlesllegaron a mi vida hará tan sólo tres años cuando un colega me regaló el recopilatorio azul. Ahora soy yo el que le regala el rojo a mi madre por Navidad. Tampoco me importa reconocer que he pasado en apenas cuatro años de comprar entradas para Fito a comprar abonos del Primavera Sound. Y no, no me he sumado a ninguna moda, simplemente he tardado en descubrir el mundillo que me gusta y sólo queda agradecer a la gente que me ha ayudado a salir de la inopia musical en la que vivía, gente que existe más allá de Twitter y los blogs, por cierto.
Por todo esto animo a todos aquellos que tengan un “moderno de pueblo” en su interior a que lo saquen de las cuatro paredes de su cuarto. Que no hay de qué avergonzarse, que el postureo que impera en este mundillo no os eche para atrás. Hemos sido huérfanos musicales rodeados de viñas y “mainstream” sí, pero Pedro Almodóvar también salió de un pueblo de la Mancha rodeado de curas y mírenle ahora. Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 41
OPINIÓN | Por Laura Bauhaus
No apoyes a tus grupos locales El único argumento que no puedo rebatir es que, desde luego, queda precioso compartir en Facebook una foto que dice que apoyes a los grupos de tu ciudad, que, por si eres tan idiota que aún no te habías dado cuenta, todos los grupos que ahora te gustan empezaron siendo un grupo local. Bien. Queda precioso. Pero no puedo tragar con lo de que creáis que es de verdad. Y menos, con que no os deis cuenta del daño que hacéis. No debería estar permitido el borreguismo a estas alturas de la maldita película. No deberíais pensar que todo merece respeto por ser del mismo sitio que tú.
Venga ya. Quiero decir, mi ciudad también está llena de grupos. Hay grupos que merecen apoyo, y por los que renuncio a un vaso lleno de vodka y naranja, porque prefiero pagar por verles tocar. Porque, dentro de los grupos que son pequeños y que nadie conoce demasiado, hay personas, y esas personas trabajan, y se han tirado muchas horas en un local de ensayo, y tienen más que aportarnos que nosotros a ellos, aunque no lo sepan siquiera. No hablo en abstracto. Tengo media docena de nombres en la cabeza ahora mismo. Como el grupo que ya no existe de ese guitarrista que se cogió una borrachera memorable con una botella de licor café en el
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piso de una de mis amigas hace un mes. O el grupo de la bajista guapa. O esos chicos que tocan un género que no se aproxima en absoluto a lo que me gusta, pero dan tanta puta caña en el escenario que sólo por eso ya merecen la pena. De otro de los grupos hice una reseña una vez, y tuvieron el detalle de mandarme su EP muy poco después de que saliese reseñado en Mondosonoro. Eh, pero también están los otros. Los grupos infumables. Lo que hasta en Guantánamo considerarían una tortura más allá de lo humanamente razonable. Y con esto quiero dejar muy claro que no me refiero sólo a sonido, a tocar bien o a tocar muy mal. Me refiero a la actitud. Al trabajo. A tomarte en serio la música y a patearle el culo al local de ensayo cada vez que preparas un tema. Existe una gran carencia de todo eso a nivel local. Y lo sabéis. Lo más estúpido es que lo sabéis.
Fui a trabajar, a hacer una crónica de Kentucky Bridgeburners, que son el proyecto paralelo de Blaine Carthwright, de Nashvilles Pussies. La sala en la que tocaban estaba vacía, pero dieron un bolo increíble. Cuando salí a fumar, Earl Crim, el guitarrista, estaba en la puerta, también con el cigarrillo en la mano, dando las gracias por haber ido a la gente que salía. Bendito seas, muchachote. Seríamos unas quince personas en la sala. También fui a hacer una crónica de un grupo de metal-hardcore-whatever-sonarmuy-mal de mierda, en el que sólo es un músico de verdad el guitarrista. Al resto, les costó un montón de reseñas darle las gracias al fotógrafo. ¿Hace falta que sea más explícita, en serio? Por eso no trago con vuestros carteles de support
your local scene. Porque tengo claro quién se merece mi apoyo, mi dinero, y mi entusiasmo, y quién no. Y, además, y creo que esto es lo más importante, creo que poner al mismo nivel a la gente que tiene talento y calidad, y se esfuerza, y a las rockstars mentales que sólo saben hacerse pajas mentales, es hacerle una putada bastante grande a los primeros. Equiparar a un grupo malo, sin talento, sin ganas y sin coherencia, con otro que sí tiene todo eso es insultar a los músicos de verdad, y hacerlo en sus lindas caritas. Y no creo que eso sea justo. No quiero contribuir a darle las mismas oportunidades de grabar, de tocar en escenarios grandes, de ir de gira, a los grupos buenos y a los grupos de mierda. No quiero que se hable al mismo nivel ni que estén igual de llenos los conciertos de la gente que sirve para hacer música y los de la que no. Precisamente porque las salas llenas, las primeras grabaciones, los escenarios en festivales con cierto nombre, son las oportunidades más claras que tiene un grupo local bueno de convertirse en un grupo conocido, y porque, por lo poco que sé, esas oportunidades no las regala nadie y no hay demasiadas. No es justo que las acaparen los que no sirven para esto. Bueno, no sé si es justo. Pero a mí no me parece bien, y no me apetece jugar así. No me sale del clit, no sé si me explico.
No apoyes la escena local. No apoyes a la gente sólo porque la tienes al lado. Vete a todos los conciertos, y, después, decide quién merece tu dinero y tus recomendaciones de fan histérica. Pero no rebloguees una sola vez más eso de apoya a tu escena local sin antes pararte a pensar un poco. Apoya el talento.
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I N D I E Q U E TA S ¿Tienes una banda?
Entonces estás en la sección adecuada. En este espacio tratamos de ayudar a esos grupos musicales que están comenzando y quieren darse a conocer, quieren que la música que han creado con tanta pasión sea escuchada por la mayor cantidad de personas posible.
¿Cuáles serán promocionadas?¿Qué sacan de beneficio las bandas?
Una vez que escuchemos la maqueta en la redacción los discos autoproducidos/maquetas/EPs que recibamos en nuestro correo, elegiremos las que más nos gusten y serán promocionadas mediante una pequeña review que será publicada en la web, como también en nuestra cuenta de twitter y Facebook de la revista. En esta review hablaremos sobre la banda y la maqueta. Además las 5 mejores maquetas de cada mes saldrán en la revista del PDF mensual en su sección correspondiente.
El estilo musical nos es indiferente, aunque debería encajar dentro de los que solemos hablar en la revista: indie, rock, rock alternativo, post-rock, shoegaze, indietronica, dreampop, psicodélica,..etc.
¿Qué es necesario?
Tener un disco autoproducido/EP/Maqueta. Mínimo 2 canciones. Tener vuestro trabajo colgado en Soundcloud o Bandcamp. No tener sello discográfico.
¡Envíanos vuestro trabajo!
Las demos/maquetas/EPs nos las tenéis que enviar a esta dirección de correo: indiequetas@indiefermag.com
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I C O T O P MARZO 2013 Por Quique G贸mez
46 INDIEFERENCIA MAGAZINE Abril 2013
Ico Top | INTERNACIONAL
Marnie Stern
The Chronicles Of Marnia
Y Marnie Stern lo consiguió. Tras tres intentos previos con sendos álbumes, la chiflada artista neoyorquina vuelve no sólo para poner el grito en el cielo con otro importante disco, sino que con él se impone al resto de artistas en una competencia impensable. Lo mejor de todo es que ésto lo consigue siendo fiel a su particular estilo, lo que mejor sabe hacer, ese noise-rock experimental centrado en su estridente voz y la no menos particular forma de tocar la guitarra. "The Chronicles Of Marnia" es una auténtica barbaridad de disco que debería poner a esta, la artista más indie del panorama actual, en el reservado espacio de los elegidos de una puta vez.
La historia musical de Marnie Stern pasa por el fichaje con Kill Rock Stars, que albergó el sorprendente y más que prometedor debut "In Advance Of The Broken Arm" (2007) del que la crítica ya empezó a dar buena cuenta. Llegaron a decir de él que era el disco de rock más excitante de 2007, y al año siguiente ya fue nombrada mejor guitarrista femenina de todos los tiempos en la revista Venus Zine (esperemos que Carrie Brownstein no la lea) y
nominada a mejor disco de punk y mejor artista femenina en los Plug Music Awards (ganaron Gogol Bordello y St. Vincent respectivamente). Parece mentira que, tras toda esta vorágine, estemos hablando de, hoy por hoy, su disco menos bueno (que no peor). Para su segundo álbum, año y medio después, ya se encargó el resto de publicaciones de ponerlo por las nubes. Merecidísimamente. "This Is It and I Am It and You Are It and So Is That and He Is It and She Is It and It Is It and That Is That" (2008) era, hasta este mes, su mejor álbum, de impecable factura, tremenda originalidad y sonando más limpio que el primero, al cual se le permitía esa suciedad, pero que descubría aquí una nueva vertiente aún más nítida y atractiva. Para esta primera etapa en su trayectoria le acompañaba Zach Hill a la batería, tanto en el estudio como en las giras, aunque tuvo que ser sustituido (cuando éste se fue a grabar con sus Hella) por el bueno de Kid Millions (Oneida) que la acompaña desde entonces. Progresivamente ha ido acortando la duración de sus discos que, buscándoles un pero, sí se podían hacer algo largos debido, en parte a la estridencia del total. Para su tercer asalto, "Marnie Stern" (2010), ya iba por 10 temas, el número perfecto que vuelve a repetir ahora. Ese homónimo álbum tenía, no sé por qué, algo menos de gancho aun sonando mejor que todo lo anterior, más sofisticado y profesional.
Cuestión de sensaciones o, simplemente, había dejado el listón demasiado alto en cuanto a originalidad. Aún así, la sola presencia de "Risky Biz" justificaba el calificativo de tremendo.
Y llegamos a esta nueva maravilla, la joya de la corona, su cénit artístico (o no, quién sabe), el que empieza con "Year Of The Glad", un sensacional sencillo adelantado antes del lanzamiento y que nos puso los dientes largos. En sólo una canción ya encontramos todo lo que nos gusta de ella: acordes y tapping guitar, contenido rítmico importante y mezcla de voces melódicas con estridencia. Exageradísimo. Cuando te quieres recomponer, empieza "You Don't Turn Down", pero tras la intro de un minuto te suelta el bofetón para tumbarnos de nuevo antes del también relajado outtro. Hasta las calmadas funcionan aquí mejor, igual en parte por el acertado orden del disco. Así ocurre con "Noonan", la que da nombre al disco o "East Side Glory". Hay momentos para la épica ("Proof Of Life" casi al final), pero donde se mueve como pez en el agua es en los temas chillones como esos otros singles (geniales "Nothing Is Easy" y la divertida"Immortals"), o en puros ejercicios de guitarra como "Hell Yes" o "Still Moving". Marnie Stern acaba de lanzar su mejor disco y uno de los mejores de lo que va de año. Ya va siendo hora de hacerle caso. Te queremos, Marnie. Mucho.
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Low / The Invisible Way
Sigo sin entender las moderadas críticas a este nuevo álbum de Low, el décimo de su carrera discográfica y que coincide con su vigésimo aniversario como banda. El trío de Duluth (Minnesota) compuesto por el matrimonio mormón Alan Sparhawk y Mimi Parker y, desde 2008, por el bajista y teclista Steve Garrington, editan este precioso "The Invisible Way" con el que la prensa no ha querido mojarse ni un poco. ¿Qué pasa, que van a tener que sonar transgresores el resto de su vida? ¿Que no tienen ellos derecho a sonar dulces y delicados a la vez que sofisticados? ¿Su innovación no se puede tratar, esta vez, de una tendencia hacia algo más suave? Este álbum, como la mayoría de los anteriores, es espectacular, y la producción de Jeff Tweedy (Wilco) no sólo se nota, sino que además ayuda, ya que existe un protagonismo insólito en el piano y en la suave voz de Mimi, que canta la mitad del disco. El hándicap es llamarse Low. Discarral.
Waxahatchee / Cerulean Salt
El estrafalario nombre con el que Katie Crutchfield firma sus discos, Waxahatchee, pertenece al lago de Alabama de donde ella procede, estado donde parecía lo normal encontrar raíces country o americana, tan propio de ese otra comunidad colindante, Nashville (Tennessee). Pero nada más lejos de la realidad, esta joven artista no sólo escupe lo que le rodea en forma de preciosas canciones, sino que se desmarca de los suyos con un gusto exquisito que la lleva a explorar otros estilos como el punk, el grunge o el pop. A falta de descubrir qué tal su álbum de debut del año pasado ("American Weekend"), podemos afirmar que su mezcla de registros, aun con limitados recursos vocales, la acercan a la Cat Power del "Moon Pix" (1998) hacia atrás, la de la mínima expresión de banda de rock con profundo melodrama, tanto acústico como eléctrico. Este "Cerulean Salt" es de las sorpresas más agradables de este 2013.
The Men / New Moon
Parece mentira que los imparables The Men (cuarto disco desde 2010) cambien así de registro viendo la velocidad a la que producen y que, encima, les salga tan bien la jugada. Es cierto que la progresión que llevan ha ido en descenso en cuanto a fuerza se refiere (que no intensidad) desde que debutaron con "Immaculada" (2010) haciéndose aún llamar We Are The Men, pero es que en la primera mitad de este "New Moon" se parecen a The Walkmen, practicando un soul-rock para casi todos los públicos, con mucho de revival, de lo-fi e incluso de country (la primera "Open The Door" es toda una declaración de intenciones). Pero no todo iba a ser un camino de rosas, y es que en la segunda mitad se sueltan la melena aun conservando ese regustillo por el sonido a directo que tan bien encajaba con la cara A. "I Saw Her Face", probablemente la mejor, es la que hace de perfecto hemisferio a tan diferentes polos sonoros. Unos cracks.
Kavinsky / OutRun
Mientras esperamos impacientes el inminente regreso de Daft Punk, nada mejor que disfrutar del extraordinario trabajo con el que debuta en largo Vincent Belorgey, otro artista house de la escena electrónica francesa bajo el nombre artístico de Kavinsky. El origen de "OutRun" se remonta al hostión que se llevó hace ya años con su Testarossa y que le ha inspirado no sólo para su imagen (videoclips, portadas) sino también como referencia icónica (la portada de su"1986 EP" (2007), año del accidente; o el famosísimo videojuego de SEGA con el que ha nombrado este disco). Importante DJ de la escena francesa en la década anterior, ahora por fin se atreve con un larga duración donde "Blizzard","ProtoVision" y "Rampage" entran solas para demostrar que no sólo iba a servir la excusa de introducir "Testarossa Autodrive" y "Nightcall" (incluida en la bso de la majestuosa Drive). Aquí hay funk, electro, "ochenteo", hip-hop... pero sobre todo, muy buen gusto.
48 INDIEFERENCIA MAGAZINE Abril 2013
Ico Top | NACIONAL
Pony Bravo / De Palmas Y Cacería
hecho de que su procedencia (Sevilla) tenga algo que ver no lo discute nadie a día de hoy, pero qué coño, somos españoles y siempre nos ha gustado tomarnos las cosas con algo de guasa. Si no, qué sería de nosotros.
Podría parecer a la primera escucha de este "De Palmas Y Cacería" que Pony Bravo no se toman muy en serio su propio trabajo, que la parodia les ha podido a la seriedad. Pero no se confundan, porque a poco que se preste atención, aquí hay mucho donde rascar, mezclando, eso sí, los sonidos rock, funk y post-punk con el mejor de los sentidos del humor. El
Y démosles las gracias, que toda su música se puede escuchar y descargar de forma gratuita gracias a una licencia Creative Commons, y que pone de manifiesto que existen bandas que, por encima del enriquecimiento, prefieren la divulgación. En "Mi DNI", por ejemplo, le dan un buen repaso al mundo de las discográficas a base de humor satírico que ninguna otra banda (fuera de la rumba) practica. Las influencias de bandas como Triana o Veneno se
fusionan con otras mucho más nuevaoleras como Devo, !!! (chk chk chk), Talking Heads o el krautrock en general. Tienen que ser muy buenos para pegarle a tan diferentes palos y que les salga así de bien, como el cachondeo de la muy funky"Eurovegas" (lo que pasa en Eurovegas, en Eurovegas se queda / se reparten fichas con la cara del Rey / miedo y asco en Eurovegas), la visión rave del desfase ibicenco en "Ibitza" (salvando las distancias, al estilo LCD SoundSystem), o la letra del "morito moro cantarín" en "Zambra De Guantánamo", que, a diferencia de la reivindicación más protestante o política (M.I.A.), aquí nos vamos a partir el ojete. Pony Bravo, unos grandes.
Los Coronas / Adiós Sancho
El españolismo se perdió un poco, el pasado verano, con la pérdida de Sancho Gracia, ilustre actor y grande entre los grandes que, gracias a gente como Los Coronas, vamos a tardar más en olvidar. El disco en general y su primera canción en particular, una preciosa ranchera western (y ojo con la última), van por él. Con este "Adiós Sancho", sucesor del también magnífico "El Baile Final De Los Locos Y Los Cuerdos" (2009), aparcan de momento el proyecto conjunto con Arizona Baby (que dio lugar a Corizonas) y se adentran en lo que mejor saben hacer: el surf-rock instrumental. El trompetista ucraniano Yevhen Riechkalov, su arma secreta como ellos mismos afirman, está pletórico a lo largo de las 13 canciones ("Baila Lola" es un hit instantáneo), algunas de las cuales encajarían perfectamente en películas tanto de Eastwood como de Tarantino. Aunque pensándolo mejor, podría ser la mejor banda sonora posible deCurro Jiménez.
Sr. Chinarro / Enhorabuena A Los Cuatro
El bueno de Antonio Luque y su banda Sr. Chinarro no faltan a su cita anual y exactamente un año después de "¡Menos Samba!" aparece su decimotercer disco de estudio, este "Enhorabuena A Los Cuatro", donde ya no está solo. Vuelve a haber más de lo que ya conocemos (letras de autor con picardía especial pero, y aquí repite, mucho sentido del humor) pero con una mejor producción y acompañado de otros artistas amigos de la talla de Linda Mirada, Pau Roca(La Habitación Roja), Guilla Mostaza (Ellos), Anni B Sweet, Pablo Maronda o Alfonso Luna (Tachenko). Lo que ha ganado en calidad de sonido, tono vocal y colaboraciones lo ha perdido en seriedad, ya que el nuevo aire desenfadado que practica desde "Presidente" (2011), se dispara aquí en todas las direcciones. Es un valor seguro, porque vuelve a ser otro discazo (destaca "Rechace Imiaciones").
Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 49
INDIESPENSABLES: Marzo 2013
Quique Gómez
DISCOS
CANCIONES
Jesús D. Marín
DISCOS
CANCIONES
F. Javier M. Bel
DISCOS
CANCIONES
David G. Altarejos DISCOS
CANCIONES
Joaquín Ollero
DISCOS
CANCIONES
Alejandra Otero
DISCOS
CANCIONES
1. Marnie Stern - The Chronicles Of Marnia 2. Low - The Invisible War 3. Justin Timberlake - The 20/20 Experience 4. Waxahatchee - Cerulean Salt 5. The Men - New Moon
1. Woodkid - The Golden Age 2. Suede - Bloodsports 3. The Suicide Of Western Culture - Hope Only Bri... 4. Bigott - Blue Jeans 5. And So I Watch You From Afar - All Hail Bright...
1. Woodkid - The Golden Age 2. Atoms for Peace - Amok 3 The Strokes - Comedown Machine 4.The Suicide Of Western Culture - Hope Only Bri... 5. The Men - New Moon
1. Youth Lagoon - Wondrous Bughouse 2. Atoms for Peace - Amok 3. The Strokes - Comedown Machine 4. The Suicide of Western Culture - Hope Only Bri... 5. Lemaïtre - Relativity 3
1. Rhye - Woman 2. Justin Timberlake - The 20/20 Experience 3. David Bowie - The Next Day 4. Phosphorescent - Muchacho 5. Youth Lagoon - Wondrous Bughouse
1. The Strokes - Comedown Machine 2. Atoms For Peace - Amok 3. David Bowie - Where Are We Now? 4. Suede - Bloodsports 5. Bigott - Blue Jeans
50 INDIEFERENCIA MAGAZINE Abril 2013
1. Pony Bravo - Mi DNI 2. Vampire Weekend - Step 3. Low - Just Make It Stop 4. Justin Timberlake - Suit & Tie 5. Los Coronas - Baila Lola
1. Suede - Hit Me 2. Woodkid - The Golden Age 3. And So I Watch You From Afar - Big Thinks Do... 4. M83 - Starwaves 5. Hurts - The Crow
1. Woodkid - I Love You 2. The Strokes - Call It Fate Call It Karma 3. Vampire Weekend - Step 4. David Bowie - Valentine's Day 5. Cancer Bats - Sonic Mind Assault
1. Youth Lagoon - Mute 2. The Strokes - Partners in Crime 3. Lemaïtre - Continuum 4. Atoms for Peace - Jury Judge And Executioner 5. Daughter - Youth
1. Justin Timberlake - Mirrors 2. Rhye - Open 3. Youth Lagoon - Dropla 4. The Men - Half Angel Half Light 5. David Bowie - Valentine's Day
1. The Strokes - Call It Fate Call It Karma 2. Atoms For Peace - Judge Jury and Executioner 3. Vampire Weekend - Step 4. Primal Scream - It's Alright, It's OK 5. M83 - StarWaves
INDIESPENSABLES: Marzo 2013
Ander Sim贸n
DISCOS
CANCIONES
Jaime M. Herrero DISCOS
CANCIONES
1. Daughter - If You Leave 2. Woodkid - The Golden Age 3. Marnie Stern - The Chronicles of Marnia 4. Suede - Bloodsports 5. The Strokes - Comedown Machine
1. Waxahatchee - Cerulean Salt 2. Youth Lagoon - Wondrous Bughouse 3. Rhye - Woman 4. Phosphorescent - Muchacho 5. John Grant - Pale Green Ghosts
1. Vampire Weekend - Step 2. Marnie Stern - Hell Yes 3. Woodkid - I Love You 4. The Strokes - Welcome to Japan 5. Suede - Faultlines
1. The Knife - A Tooth for an Eye 2. Vampire Weekend - Step 3. Yeah Yeah Yeahs - Sacrilege 4. Waxahatchee - Peace & Quiet 5. Phosphorescent - A Charm / A Blade
LISTAS SPOTIFY
URL - http://open.spotify.com/user/1113679117
Abril 2013 INDIEFERENCIA MAGAZINE 51
REDACCIÓN
Ander Simón, Quique Gómez, Joaquín Ollero, F. Javier Moreno, Jesús Daniel Marín, David García Altarejos, Alejandra Otero, J.N. Carretero, Sergio Herguedas, Jaime Mateo Herrero, Daniel López Martín y Laura Bauhaus, Inma Paz. DISEÑO & MAQUETACIÓN
F. Javier Moreno
www.hrstudios.es WEB
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Foto Hurts por Konstantinos Panapakidis - www.chromateka.com Foto Yo La Tengo por Matthew Salacuse - www.salacuse.com Irregular Label
contact@indiefermag.com En INDIEFERENCIA Magazine tenemos el fin de divulgar información sobre la música que nos gusta. Desde los grupos más destacados de la escena hasta las nuevas bandas que aún son desconocidas por la mayoría del público.