INDIEFERMAG Nº 4. Julio 2011

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INDIE

JULIO 2011| Nยบ4

magazine

THE HORRORS SKYING

OASIS DOSSIER

Y ADEMAS OS HABLAMOS DE

BLACK SABBATH * MOGWAI * Lร GER * BON IVER * THE MEN * GROOMS ELEANOR FRIEDBERGER * BURRITO PANZA * y mucho mรกs



INDICE

INDIEFERENCIA MAGAZINE Julio 2011

Review: The Horrors: Skying 3 / L端ger: Concrete Light 7 Retro: Mogwai: Young Team 8 / Black Sabbath: Vol.4 9 Dossier: Oasis 13 Ico Top: Julio 19 / Indispensables 22

Photo: Neil Krug


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REVIEW THE HORRORS Skying (2011) Por F. Javier Moreno

Al escuchar el nombre de The Horrors es imposible que a nadie no le venga a la mente una imagen única: las figuras lánguidas de unos chicos con ropa negra y ajustada, de peinados esperpénticos que es imposible que no recuerden a cualquier personaje de una película de Tim Burton. Hacen música estridente y gritan, inyectándote en el cerebro la idea de saltar y destrozar todo lo que tengas a tu paso sin mirar atrás, sin que te importe lo más mínimo nada de lo que hagas. Esta es la descripción de los miembros de esta banda, o más bien era la descripción de la primera época, ya que de unos años hasta ahora las cosas han pasado por diversos cambios. No todo es lo que era en un principio, un grupo que llamaba la atención de primeras por su estética, aunque su disco debut fuera rompedor, tanto en calidad como en estilo.

Primeros álbumes

The Horrors irrumpieron en la escena independiente británica haciendo ruido con su disco debut Strange House (2007), en una época en la que el “rock revival” y el “hype” estaban empezando a sentir síntomas de sobrecarga de grupos de un mismo estilo, y la variedad cada vez era menor en cuanto a bandas emergentes. Lograron un cambio de rumbo haciendo ver que había más cosas que ofrecer en la escena del momento. Dieron la campanada con el single “Sheena is a Parasite” (2006), hit con el que consiguieron llenar salas y tener sus primeras apariciones en festivales de renombre como los NME Awards Indie Rock Tour, con el que las bandas emergentes se dan a conocer al público gracias a la gran cantidad de gente que mueve la revista NME. Más tarde con su disco debut en el mercado conseguirían llegar a los festivales de verano como Glastonbury, The Carling Weekend, Summer Sonic Festival o el Festival Internacional de Benicàssim. Entre los temas más destacables de este primer álbum podemos encontrarnos con “Count in Fives”, “Draw Japan”, “Little Victories”, la misma “Sheena is a Parasite” o el bonus track “Death At The Chapel”, uno de los temas donde se puede ver todo el sonido de The Horrors concentrado en un solo tema. El post-punk y el garage rock inglés volvieron a surgir y con ello se conseguiría posteriormente la aparición de más grupos que seguirían esta estela.

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Años más tarde sacarían su segundo disco, Primary Colours (2009), con el que se temía un desgaste de su sonido, pero nos sorprendieron a todos y se superaron. Al escuchar y ver (publicaron el video en su web oficial) “Sea Within A Sea”, primer single de este nuevo trabajo, uno no sabía que expresar, era algo totalmente nuevo y diferente a lo que se podría esperar de la banda. Aunque mantuviera ese tono oscuro, donde ahora reinaba el suspense, realmente todo se llenaba de colores fosforescentes. Los pedales llenos de delays, reverberaciones y estructuras simples electrónicas que se expandían a su antojo en una atmósfera de sonido que delataba las intenciones del grupo. Un tema realmente memorable. Querían demostrar que no todo eran gritos y gamberrismo. Lo consiguieron. “Who Can Say”, “Scarlet Fields” o “New Ice Age” ponían unos cimientos totalmente nuevos en su sonido y prácticamente eliminaban por completo lo que les había caracterizado hasta ahora. La psicodelia reinaba, la voz de Faris Badwan era más calmada y los teclados habían pasado de sonar a organillo de feria o de una iglesia derruida y lúgubre, a unos teclados que tenían un gran protagonismo y que estructuraban grandes partes de los temas de este segundo disco. Teclados psicodélicos, setenteros, oscuros, pero también rebosantes de luz, lo cual impregnaba de matices bastante dispares toda la obra. Fue uno de los discos del año.

Tercer álbum, “Skying”

Tras esperar unos años han lanzado nuevo disco y lo han vuelto a conseguir. Han dado la vuelta a la tortilla añadiéndola nuevos ingredientes, decorándola con más matices y aunque ese toque oscuro y tétrico sigue presente en muchos temas, aparece la melancolía y pasajes alegres, siempre con la garra característica del grupo y la importancia del bajo en las estructuras musicales. Skying (2011), al igual que sus anteriores discos, cambia de registro. Esta vez no es tan radical como el que hubo del primero al segundo pero la diferencia sigue siendo notoria. Todo empieza con “Changing The Rain”, un regustillo al britpop de los 90 invaden nuestros oídos y los sintetizadores crean la atmósfera. Un tema tranquilo con un tono alegre que sorprende desde el primer segundo.


En “You Said” un sintetizador abre el tema y unas voces en segundo plano hacen presencia. El buen rollo que se respiraba en el primer tema continua presente en este también (y en la mayoría de los temas del álbum, ¿para qué vamos a engañarnos?), con ligeros toques de melancolía en la voz de Faris y en el puente que se sitúa antes de los estribillos. Se respira bastante tranquilidad. “I Can See Through You” recuerda a los Horrors del segundo álbum, con más garra y un teclado que manda en la melodía, aunque la voz de Faris sigue presentando cambios, ahora hasta se permite pronunciar un “lalalalá” muy “popero”. Cada vez suenan menos oscuros, aunque el suspense siempre este presente. “Endless Blue” rezuma magia por todos los lados, bastante relajación, atmósferas de sintetizadores se expanden y crean la visión de la brisa chocando contra las ramas de los árboles y las olas del mar en un colorido amanecer, trompetas suenan de fondo y de repente entra la guitarra rebosante de distorsión, el ritmo de batería y bajo se aceleran. Vuelven a sonar los Horrors del segundo disco junto con nuevos matices. Un teclado pone la guinda psicodélica de rigor. “Dive in” contiene un arpegio en bucle durante todo el tema con una atmósfera repleta de reverberaciones y delays, el estribillo se torna melancólico. Todo tiene un toque noventero. El final termina con un poco más de fuerza. Llegados a este punto podemos ver que el tono del disco se va a mover entre la tranquilidad, toques psicodélicos y algún arranque en el que aceleran el ritmo para añadirle más fuerza. En una primera escucha puede pecar de monótono si no se le presta demasiada atención, pero la música se escucha con todos los sentidos agudizados para no dejar escapar ni un solo detalle, si no métete algodón en los oídos.

“Still Life”, el primer single de “Skying” se sitúa en la sexta posición. De nuevo tiene un aroma retro, sintetizadores de fondo, la calma vuelve a impregnarnos. Faris parece que susurra, ¡quién se lo diría cuando debutaron con Strange House! “Wild Eyed” continúa con el pop. Si vemos a Faris, Joshua, Rhys y compañía repletos de ácidos saltando por una pradera y una lluvia de estrellas fugaces sobre sus cabezas, no será sorprendente. Consiguen que alucinemos sin consumir sustancias ilegales, es un hecho. Las trompetas del final del tema con delays son muestra de ello. Llegamos a la pista número ocho, la que para mi es el mejor tema del álbum junto con el que lo cierra. “Moving Further Away” empieza con un efecto flanger que se cuela en los oídos y no para de rebotar. Un ritmo de batería totalmente pegadizo y bailable hará que empieces a mover los brazos como si tuvieras las baquetas de la batería en las manos. “Everybody, moving further away!” se oye recitar, a estas alturas de disco estamos todos volando y viendo zapatos de cuero bailar solos sobre el suelo. Sobre la mitad de la canción

vuelve el post punk que huele a Joy Division a kilómetros. Escuchamos a las gaviotas volar sobre el mar, una calma que cada vez va aumentando el tono, haciéndonos esperar expectantes el estallido musical. Vuelve la guitarra inundándonos de distorsión de nuevo y el ritmo se acelera. Todo un viaje que tras más de ocho minutos se hace incluso corto. “Monica Gems” nos prepara para el final. Uno de los temas más alegres y con sonido britrock que podremos encontrar en el disco. Coros de fondo y buen rollo, un temazo para ponérselo en el coche mientras bordeas el mar.

Y llegamos al inevitable final, la melancolía y la tristeza hecha canción, “Oceans Burning”. Con un pequeña introducción un tanto oscura y una guitarra con delays, Faris vuelve a susurrar, el fin de un viaje que llega a su triste final. Como casi todos los finales de un largo recorrido del que hemos tenido buenas experiencias. Veremos arder los océanos mientras sus olas rompen contra los acantilados. ¿Quién no ha tenido esa visión en una despedida? Una despedida de alguien o un lugar, con el mal cuerpo que te deja como consecuencia, pero que realmente aunque sea algo triste lo acabas disfrutando, apreciando y saboreando. Así es como te hace sentir esta canción. Una sensación que hemos tenido miles de veces y que volveremos a tener otras tantas. Hay un pequeño “break” y vuelve la fuerza, lo bohemio y melancólico se dan la mano con un pequeño rayo esperanzador. El típico ¿Y por qué no vamos a volver a vernos? Tira la colilla de tu cigarro humeante sobre el agua en llamas sin mirar atrás, siempre habrá un momento para volver a verse o visitar aquel recóndito lugar que te hace sentir especial. The Horrors han vuelto para quedarse por siempre. Julio 2011 INDIEFERENCIA MAGAZINE 7


REVIEW LÜGER Concrete Light (2011) Por Jesús Marín

Lo primero, quisiera disculparme porque esta review está hecha desde la admiración hacia unos músicos que hicieron que mereciera la pena cada segundo que no dormí por verlos en el Low Cost Festival. Dicho esto, empecemos.

Lo de la escena musical española no tiene nombre. Que grupos como El Canto del Loco estén encumbrados en los cielos de las radio-fórmulas y dando giras constantemente y otros como Lüger tengan que autoproducirse sus disco. No es justo señores, no es justo.

Este quinteto madrileño ha llegado a tocar en el famoso SXSW americano. Algo tendrán, ¿no? Su estilo musical, un tanto ecléctico, los sitúa a medio camino entre la psicodelia y el kraut rock, con toques electrónicos y post rockeros. En definitiva, una auténtica bomba a los oídos. Música señores, música. Hecha con dos cojones, y aquí, en España.

Concrete Light es su segundo larga duración, que después del homónimo “Lüger”, no ha hecho sino confirmar que son un grupazo. El primer cañonazo nos lo disparan a través de “Monkees everywhere”, que con la repetición del título a modo de mantra a lo largo de toda la canción nos lleva hacia una de sus composiciones más alegres y menos rebuscadas. Por supuesto, el muro de sonido que tanto gusta a éste que escribe, formado por el sintetizador y las guitarras rugiendo sobre una poderosa batería me pone los pelos de punta.

“Dracula’s chauffeur wants more” nos lleva de vuelta a los páramos mas oscuros del primer disco, con una percusión inicial, digna de ver en directo, que da paso a una guitarra con un efecto muy “creepy”, que podría pertenecer a una banda sonora de cualquier película de serie B de los años 80. “Hot Stuff” es un rompepistas. Si la pinchasen en cualquier antro de modernos, se volverían locos mientras bailan mirando sus Converse. Con esos punteos sueltos, la base electrónica de la canción queda perfectamente encajada.

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Volvemos a la parte oscura, con cierto toque barroco en la introducción de “Shirokovsky pallasite I”, para continuar con una batería que machaca el tema avanzando hasta el enlace con “Shirokovsky pallasite II” donde escuchamos de nuevo la voz del cantante del grupo. Lo mejor de esta canción dividida en dos partes queda para el final, con el tremendo sólo de guitarra aderezado de efectos que desemboca en un brutal final de canción.

Cierra el disco “Zwischenspiel/quidquid latet apparebit”, con un inicio casi fúnebre que hace presagiar mas psicodelia en este epílogo. Rápidamente, cesa este tono de la canción para dar paso a unos ritmos arábigos que relajan toda la brutalidad que aún quedaba en nuestros oídos después de escuchar la canción anterior. Avanzada la mitad del tema, hace acto de aparición un ritmo de batería que introduce un cambio en la canción, convirtiéndola en una especie de tema medieval con toques psicodélicos que funciona a la perfección. Cabe prestar especial atención a los pequeños detalles que se escuchan por detrás de los instrumentos principales.

En resumidas cuentas, es muy triste que si un disco (o dos) como éste lo hiciera un grupo del norte de Europa o americano, estaríamos hablando de uno de los discos del año. Espero que Lüger lleguen muy lejos. Calidad tienen, directo también. Sólo falta que les den un empujoncito desde alguna discográfica, aunque sea pequeñita. Es una buena noticia que grupos como Lüger, Domo, Seashell Velasco, Bëiruth, Cuzo, Rip KC y tantos otros estén dando que hablar. Nosotros desde Indiferencia les deseamos lo mejor, a todos ellos.


RETRO REVIEW MOGWAI Young Team (1997) Por Jesús Marín

El disco empieza con una declaración de intenciones, “Yes! I’m a long way from home”, en la que con una introducción narrada nos conducen hacia un paisaje creado a base de guitarras que nos transporta hacia el segundo tema, “Like Herod”, donde ya podemos empezar a ver las características típicas del género. Cambios de tempo, de intensidad, momentos en los que se hace el silencio casi absoluto para luego desgarrarlo con un buen guitarrazo. Eso es Mogwai y eso es el post rock. Y todo eso durante casi 12 minutos.

“Katrien”, una de sus pocas canciones con letra por decirlo de alguna manera, seguida de “Radar maker”, una deliciosa introducción en piano para el siguiente tema, “Tracy”. El siguiente corte del disco es “Summer” (priority versión) donde vuelven la fuerza y las guitarras que son capaces de saturar unos altavoces. Un calmado piano nos da la bienvenida a “With portfolio”, canción llena de efectos de guitarra y reverbs, haciendo de su escucha con los ojos cerrados una experiencia interesante.

La parte final del disco empieza con “R U still in 2 it”, canción que cuenta con la colaboración vocal de Aidan Moffat, cantante de otro famoso grupo de shoegaze y post rock, Arab Strap. Como sucede en Katrien, más que cantar es recitar los versos acompañando a la melodía que los acompaña. Es una canción llena de melancolía,

triste, en un contrapunto a lo que puede tenernos acostumbrados los paisajísticos acordes del post rock, con un sonido constante como comprobamos en la posterior canción, “A cheery wave from stranded youngsters”.

Y para cerrar el disco, “Mogwai fear Satan”. Una canción que se merece no un párrafo para ella sola, sino páginas y páginas de alabanzas. Desde el primer segundo de sus dieciséis minutos de duración quiere atraparte, que te dejes llevar por ella. No puedo escribir objetivamente sobre esta canción, es superior a mis fuerzas. Una batería que sólo para cuando la música que tenemos que escuchar es cercana al silencio, unas guitarras que tan pronto tocan de forma casi inaudible y después son capaces de pasar a destrozar tímpanos sin remilgo alguno. Una deliciosa flauta dulce, que nos devuelve a la tranquilidad después del frenetismo de los primeros 4 minutos de canción. Si estáis escuchando el disco y os sobresaltáis cuando viene el cambio, enhorabuena, es porque la canción os ha conseguido hipnotizar. Ya sabéis, si queréis empezar en el post-rock, coged el Young Team y dadle escuchas. No os arrepentiréis.

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BLACK SABBATH VOL.4

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REVIEW BLACK SABBATH Vol.4 (1972) Por F. Javier Moreno

Siempre ha habido y habrá grupos que marquen epoca y que dejen huella para el resto de la historia de la música, y hablar de Black Sabbath es hacerlo de uno de los grupos más importante del rock, o más bien deberíamos decir del heavy metal. La banda de Birmingham fue formada en el año 1967, después de que la banda Mythology dejara de existir. El guitarrista Tony Iommi y el batería Bill Ward buscaron músicos para forma un nuevo grupo y fue entonces cuando encontraron al bajista Geezer Butler y al cantante Ozzy Osbourne, los cuales venían de la banda Rare Breed. También estaban el guitarrista Jimmy Phillips y el saxofonista Alan Clarke.

Comienzos

Pasarían a llamarse The Polka Tulk Blues Company, Polka Tulk y finalmente Earth, momento en el que pasaron a ser un cuarteto tras la marcha de Phillips y Clarke. Tocaban versiones de Jimi Hendrix, Cream y Blue Cheer en pubs de Inglaterra, Dinamarca y Alemania. Tras varias idas y venidas, experiencias de alguno de los miembros en otros grupos como en diciembre de 1968 de Lommi en Jethro Tull y la vuelta fugaz en Enero de 1969 por no estar de acuerdo con la dirección que tomaba su nueva banda. Fueron confundidos en Inglaterra con otro grupo que también se llama Earth y cambiaron de nombre nuevamente para llamarse finalmente Black Sabbath, debido a una película de terror que estaban poniendo en el cine de enfrente de su local de ensayo.

Tiempo después Butler compuso un tema llamado “Black Sabbath” tras tener una visión sobre una figura negra encapuchada a los pies de su cama. Sin ser consciente de ello, usaron el tritono, (conocido como “Intervalo del Diablo”, prohibido en la música en el periodo del Medievo ya que la Iglesia afirmaba que el Diablo entraba a la música a través de este intervalo) y el sonido y las letras siniestras les empujo en una dirección oscura, fama que se ganaron, 12 INDIEFERENCIA MAGAZINE Julio 2011

algo que contrastaba con la música del momento, folk y cultura hippie. Tras conseguir su nombre definitivo, comenzaron a escribir temas de este estilo, intentando crear el sinónimo de las películas de terror en forma musical.

Primeros trabajos

Tuvieron un gran álbum debut, Black Sabbath (1970), lanzado al mercado el viernes 13 del mes de Febrero, cuyo tema homónimo y que abría el disco, ponía de manifiesto el sonido siniestro que te ibas a encontrar a la medida que continuaras escribiendo. Meses más tarde, en Octubre del mismo año lanzaron su segundo disco, Paranoid (1970), con el que consiguieron una gran polémica pero a la vez grandes alabanzas. Este disco contenía dos de los temas más importantes de la banda, la que daba nombre al disco, “Paranoid” y “Iron Man”. Con estos éxitos consiguieron una gira por los Estados Unidos. El disco fue un referente para el estilo que instauraron, el Heavy Metal.

Seis meses después de lanzar su segundo disco, lanzaron al mercado “Master of Reality” (1971), álbum que contenía los primeros temas acústicos, pero también temas pesados, oscuros y toques psicodélicos como “After Forever”, “Sweet Leaf” o la la grandiosa “Children of the Grave”, todo un clásico. Tras su tercer disco tomaron un descanso, ya que no pararon de grabar y tocar directos en apenas 3 años.

Black Sabbath Vol. 4, el cuarto álbum

En 1972, los miembros de la banda se reunieron en Los Ángeles para comenzar a trabajar en su nuevo trabajo en los estudios Record Plant. Tuvieron muchos problemas a la hora de grabar el disco, todo esto fue debido al abuso de diferentes drogas como la cocaína, estimulantes y tranquilizantes, todo el proceso fue bastante difícil. También el disco tuvo


bastante polémica debido al título que le pusieron en primer lugar “Snowblind”, nombre que también le dieron a una de las canciones incluidas en este trabajo. El tema trataba sobre el abuso de la cocaína y la discográfica cambió en el último momento el título por el de Black Sabbath Vol. 4. La verdad es que no se rompieron mucho la cabeza los de la discográfica al poner el nombre y no tenía tampoco mucho sentido, ya que no había ningún otro disco numerado. Exploraron nuevos sonidos, usaron pianos e instrumentos de cuerda y lo más llamativo es que algunas de las canciones se dividen en varias partes, por lo que hay bastante contrastes, como comenzar un tema como si fuera una balada y terminar explotando con solos y con ritmos de batería bastante rápidos. El disco consiguió el disco de oro en menos de un mes, pese a las críticas negativas nuevamente.

El Vol. 4 comienza con un extenso primer tema divido en dos partes "Wheels of Confusion”, la primera parte y “The Straightener" como segunda. En la primera parte, una guitarra cargada de distorsión abre el tema, parece que llora y seguidamente podemos escuchar el cambio de tono a algo más animado, cortes de guitarra resuenan incesantes y la voz de Ozzy parece no albergar tristeza alguna, llena de energía comienza a alzarse “Innocence was just another word, was it illusion?”, redobles de batería continúan resonando con un incesante riff de guitarra. Comienza el heavy, el ritmo cambia y se vuelve agresivo, es el momento de mover la cabeza a uno y otro lado. Tras una parte instrumental comienza la segunda parte, “The Straightener", con un tono más psicodélico, el reverb de la guitarra se apodera de nosotros, Tony Lommi se recrea a la guitarra. Con tan solo el primer tema ya han conseguido emocionarnos como nunca antes.

“Tomorrow´s Dream”, continúa con un ritmo rockero que no nos hará parar de movernos, Ozzy sigue gritando con su voz y la guitarra nos embriaga al son de unos riffs que no paran de resonar en nuestra cabeza. La balada “Changes” continua con nuestra aventura sónica, comenzando con un piano melancólico y Osbourne diciendo que se siente infeliz y triste con la perdida de la mejor amiga que ha tenido “era mi mujer, la quería mucho”, prosigue cantando, llegando al estribillo envuelto con violines mientras continua la melodía del piano. En la breve “FX” flotan los ecos de las cuerdas arañadas por el guitarrista, todo muy calmado y generando suspense, (funcionando el tema a

modo de interludio), da paso al siguiente tema. “Supernaut”, es el tema que pone un ambiente mucho más desenfadado y alegre de lo que llevamos de álbum. Todo un espectáculo rítmico de la batería nos hará bailar sin parar. Sin poder casi ni respirar, llegamos a la polémica “Snowblind”. La cocaína como tema principal de la letra y lo que nos puede ofrecer como estimulante de nuestros sentidos, la guitarra se torna melancólica por momentos en el estribillo. Cambios desenfrenados de batería, una parte orquestada y con la frase que prevalece al final “Tumbado al sol, ciego por la nieve”, da como consecuencia un solo estridente lleno de fuerza que termina en “face out”. “Cornucopia” sigue con tonos oscuros y alegres a la par, contrastando de nuevo, pasando por el rock&roll más divertido y llegando a guitarras pesadas al ritmo de una batería que son como un mazo golpeando el suelo.

Comenzamos la recta final con “Laguna Sunrise”, un tema instrumental que comienza con una guitarra acústica con violines de fondo que adquiere por momentos una atmósfera como si estuviéramos vislumbrando paisajes idílicos, como visitando un paraíso rodeado de mares, prados verdes y un sol radiante. Algo bastante contrario a la oscuridad que suele reinar en la mayoría de los temas que hemos escuchado hasta ahora.

“St. Vitus' Dance” continúa con la fiesta de rockera, un tema breve que sirve para cambiar de tercio al apoteósico final. El doble tema final se divide en dos partes. La primera se llama “Under the Sun”, con la que tenemos el retorno de una guitarra pesada con un tempo lento que pronto adquirirá un tono heavy con Ozzy poniendo su bota encima del amplificador y cantando como si estuviera en el borde un acantilado agitando su cabeza y como si señalara a todos aquellos que le criticaban, cantando todo en lo que él cree o deja de creer, que nadie te repercuta en tus creencias o lo que quieres ser o hacer. Tenemos un puente pausado y comienza un riff de guitarra que se repite hasta el final, desdoblamiento de guitarras y un solo de guitarra que deja bastante claro todo lo que es Black Sabbath, lo que quieren ser y lo que no va a conseguir nadie para dejar que sean lo que son. Termina con esta segunda parte, “Every Day Comes and Goes”.El espíritu del heavy metal que nació a finales de los 60s y que siempre tendremos en el corazón. Julio 2011 INDIEFERENCIA MAGAZINE 13


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OASIS DOSSIER ¿A quién se le ocurre hablar a estas alturas de Oasis, la banda de la que ya se ha dicho todo? Pues porque nunca está de más acordarse de uno de los grupos más importantes de los últimos años y porque les tengo mucho cariño. No me olvido de ellos, ahora que los caminos de los dos hermanos se han separado en Beady Eye y Noel Gallagher.

Ésto no es más que un humilde y subjetivo homenaje a la polémica banda de Manchester, ahora que no existen como tal. Aquí analizamos su carrera centrándonos en sus álbumes de estudio, sin contar el caras B (The Masterplan) y los discos en directo (Familiar To Millions) o recopilatorios (Stop The Clocks, Time Flies… 1994-2009).

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DOSSIER OASIS

Por Quique Gómez

Definitely Maybe (1994)

Empezar hablando del Definitely Maybe está muy bien por dos razones: a) porque es muy fácil hablar del típico álbum debut de una banda que consigue la fama casi al instante; y b) porque nos sirve como referencia a partir de ahora para continuar con el resto de su discografía. Sí, Definitely Maybe es el techo de esta banda y vamos a comparar el resto con él. Qué putada sacarlo tan pronto y no dejar algo de tanta magia para el resto.

En una época en la que aún ni se conocía el verdadero significado del término brit-pop, aparece el primer disco de los de Mánchester respaldado por el lanzamiento de singles del calibre de “Supersonic”, “Live Forever” o “Cigarettes & Alcohol”. Los metieron en la liga de Suede y Blur, aunque lo de ellos era más el rock & roll de los Beatles o los Stones. 11 canciones como 11 soles en las que, curiosamente, siempre canta Liam. Poco más que decir, es casi perfecto. Uno de los mejores discos salido de las islas en aquella década. * 10/10 Mejor canción: “Life Forever”

Ahora, mejores músicos, confirmaron sus prepotentes apariciones extramusicales autodefiniéndose como “la mejor banda del mundo”. Los mejores no, pero los más famosos, seguro. Tras la muerte de Kurt Cobain, Oasis se habían convertido en la banda de los ’90. Imparables. * 8/10 Mejor canción: “Roll With It”

Be Here Now (1997)

(What’s The Story) Morning Glory? (1995)

Antes de este segundo álbum publicaron el EP Whatever (1994) que ya indicaba el camino que iban a seguir a partir de entonces. Arreglos de cuerda y demás instrumentación melódica para dotar las canciones de más profundidad y complejidad. De hecho Noel despide al batería (entra Alan White) por falta de técnica para esos temas. Les fue de maravilla, y no sólo en lo comercial (22 millones de copias vendidas), ya que algunas canciones, aún sin la frescura del primero, ganaban en “redondez”. Es verdad que no estuvieron tan inspirados como en su debut (algo lógico), pero mantuvieron el tipo, y de qué manera, con un Noel aún en estado de gracia en la composición (“Some Might Say” maravillosa, “Cast No Shadow” para su amiguete Richard Ashcroft, “She’s Electric” traviesa), y atreviéndose a cantar alguna que otra (“Don’t Look Back In Anger” fue número 2 en las listas).

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La gente estaba tan ansiosa por lo nuevo de Oasis que, al salir éste, reventó todos los récords de venta posibles. El tercero por fin, tras el apabullante éxito de Morning Glory, era el peor de los tres, sí, pero desde luego no era tan malo como ellos mismos han reconocido tantas veces. El problema de este disco son esas canciones alargadas hasta el aburrimiento, esa búsqueda incesante por su propio “Hey Jude” que ya dejaban caer en la última canción de su disco previo, “Champagne Supernova”. Y son canciones bonitas (“Stand By Me”, “Don’t Go Away” y “All Around The World”), pero, vamos a ver, no hacía falta llevarlas hasta los 9 minutos.

Otro inconveniente es ese intento tan común a muchas bandas británicas de buscar un sonido más americano, más caluroso, más desértico (“Fade In-Out”). Tendrían que haberles recomendado que parasen, porque esa búsqueda no terminó aquí y no les fue mucho mejor. Sin ir más lejos, hace un mes, Arctic Monkeys demostraron –por segunda vez- cómo se hace. Aún así, el disco esconde joyas que recuerdan al primer trabajo, como “I Hope, I Think, I Know” o esa “My Big Mouth”, que sin ser de las mejores, la letra es un cachondeo, además de suponer un mensajito oculto a la banda rival (Blur) demostrando que el sarcasmo no era sólo cosa de los pijos de Londres. * 6/10 Mejor canción: “I Think, I Hope, I Know”


De todo el meollo central ni hablamos. Eso sí, remontan milagrosamente el disco las tres últimas canciones, donde el tercer single y mejor canción del disco (“Sunday Morning Call”) se convierte en una de las mejores interpretadas por Noel; “I Can See A Liar” demuestra quién es el mejor vocalista de toda su generación; y “Roll It Over” cierra de forma digna y beatleniana un mal disco, pero aún así dejando un rayo de esperanza en el futuro… * 4/10 Mejor canción: “Sunday Morning Call”

Heathen Chemistry (2002)

Standing On The Shoulders Of Giants (2000)

Muchos cambios en la banda tras la temporada sabática: hartos de escuchar lo cuesta abajo que iban (y lo que les quedaba) fichan guitarra nuevo (Gem Archer) y bajo nuevo (Andy Bell); Liam atreviéndose a componer (“Little James”, no sé cómo se la permitieron); logotipo nuevo… Eso sí, la actitud chulesca y desafiante de siempre, peleítas entre hermanos, prensa amarilla… lo típico.

… un futuro que todavía no llega. Ya con la nueva formación engrasada y haciendo oídos sordos a las críticas, como quien no quiere la cosa, se preparan para su quinto álbum. Fácil, desde luego, lo tenían para mejorar, pero tampoco es que se esmeraran demasiado. Ese esperanzador final en el disco anterior se esfuma tras la correcta “The Hindu Times”, a la cual le siguen un par de petardos (incluido “Stop Crying Your Heart Out”, enésimo intento de balada perfecta post-Wonderwall). Pero, ¡oh! ¡Qué sorpresa! “Songbird” llega a nuestros oídos, sonreímos y va la canción y se esfuma enseguida. La ponemos de nuevo, mierda, es lo que estábamos esperando, una canción corta y directa. Espera, que descubrimos que, además, está compuesta por Liam. La ponemos una vez más. Es perfecta. Exactamente esto mismo hacían The Beatles sin, ejem, despeinarse.

Vamos a dejarlo claro desde el principio: Standing On The Shoulder Of Giants es, con diferencia, el peor disco de la banda. Single flojo para empezar con el detalle de no ser muy largo (“Go Let It Out”) y single peor para continuar (“Who Feels Love?”), una especie de copia tediosa de alguna canción rara de los idolatrados Stone Roses o Ian Brown en solitario, esta vez con desierto incluido hasta en el vídeo.

Luego llega Noel para poner las cosas en su sitio, con otro single “a la americana” y su solapada outro instrumental. “(Probably) All In The Mind” y “She Is Love” no pasan del correcto para acabar con un rollo (otra de Liam) y una oculta. Sensación final: a medida que el resto de la banda va cogiendo más peso en la composición, Noel a su vez va a su rollo haciendo canciones para él mismo. Y, la verdad, ya no está inspirado y parece que se la suda. Seguían sin remontar el vuelo. Menos mal que son cabezones… gracias a Dios. * 5/10 Mejor canción: “Songbird”

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DOSSIER OASIS

Don’t Believe The Truth (2005)

Pasan años hasta el sexto disco de estudio. Los hermanos Gallagher, únicos integrantes durante toda la carrera del grupo, por sus cojones que sacan a la banda del pozo, ya por orgullo. Y tras dos discos mediocres, más les valía tener más canciones y menos mala leche.

Pues las tenían. El disco empieza muy pero que muy bien, muy rock & roll, casi sin descanso y con canciones cortas. Han aprendido de sus errores, conocen sus limitaciones (aun sin reconocerlas) y saben hacia dónde mirar: hacia Definitely Maybe. Descaradamente.

grupo. No era intencionado y, supongo, no será el final definitivo, viendo la tendencia actual de las bandas a reunirse y poder seguir disfrutando de sus éxitos en festivales de verano, recopilatorios y, ¿por qué no, nuevo(s) disco(s)?. Además, no resulta muy fiable que ellos mismos digan que no vuelven a tocar juntos conociendo el número de veces que lo han hecho ya con tanta pelea.

“Turn Up The Sun” y la velvetiana “Mucky Fingers” entran solas hasta el primer single donde la voz (esa voz) de Liam rellena casi cualquier hueco. Luego otra preciosidad y el extraño y circense segundo single, “The Importance Of Being Idle”, que parece sacado de Moulin Rouge. Un poquito de relleno a mitad de disco para llegar a otro baladón sobreproducido, “Keep The Dream Alive”. Debe ser cuestión de gustos, y

tanto intentarlo ya cansa, pero a mí ésta me parece impresionante. Cursi y previsible como pocas, pero nos la cuelan en el Morning Glory y nadie se entera. Y el disco se va. “A Bell Will Ring” no está mal y “Let There Be Love” es un pastel, sí, pero para acabar, y con los dos hermanos turnándose, queda bastante digno. Exactamente 10 años después de su disco más famoso nadie, absolutamente nadie, apostaba porque los hermanísimos sacasen un disco a la altura de aquél. Bien, Oasis, ¡bien! 8/10 Mejor canción: “Songbird”

Dig Out Your Soul (2008)

A modo de premonición, Oasis nombra a su séptimo álbum de forma que no podía quedar mejor con la disolución de un

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El disco no llega a la calidad del anterior, pero por poco. Tras ese Don’t Believe The Truth, están en una época de rejuvenecimiento, y los fans nos damos por orgullosos viendo de lo que son capaces. De hecho, sabíamos que no llegarían jamás al Definitely Maybe, pero también sabíamos (ya curados de espanto) que el disco iba a ser bueno. La primera mitad suena mejor, más continuista al citado álbum anterior, más rock & roll. El resto es un poco más denso. Aún así, el disco entero mantiene un gustillo por la psicodelia (“To Be Where There’s Life” con sitares incluidos) que se deja ver no sólo en la portada y que supone otra similitud más con los adorados Beatles: final de carrera con caso omiso a la crítica y evasión lisérgica (se desconocen las “trampas” que consumieron). Como buenos alumnos que siempre fueron.

Sin sorpresas, exceptuando que aquí no hay baladón, el disco incluye buenos singles y mantiene el tipo. Dignísima despedida a una carrera llena de altibajos pero de una media de calidad que ya la quisieran la gran mayoría de bandas de la actualidad. Supieron remontar el vuelo y callar muchas bocas a base de canciones. Que de eso ha tratado siempre. * 7’5/10 Mejor canción: “The Schok Of The Lightning”


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Ico Top: Julio

Por Quique Gómez

Bon Iver / Bon Iver

Justin Vernon reaparece tras el impresionante, a la vez que triste, For Emma, Forever Ago (2007, reeditado en 2008). Y cuando se trata de semejante debut, uno tiene miedo a que no se repita tal hazaña. Ya no está tan triste, se le está pasando poco a poco la tan dura pérdida y lo demuestra en unas canciones más optimistas a la vez que llenas. Llenas de instrumentos, de arreglos, de coros y de, sobre todo, riesgo. Tras la impresionante “Perth” que abre el disco y que ya deja ver por dónde van los tiros, aparece en “Minnesota, WI” su voz desnuda, sin falsete. No por mucho tiempo, eso sí. Pasan los minutos casi sin enterarte, se suceden trompetas, batería a veces contundente, más variedad en cuerdas y mucho teclado. Hay canciones que nos trasladan a su primer

disco, pero siempre con la sensación de que quiere seguir creciendo. Parecía difícil, pero lo consigue en prácticamente todo el álbum. La vuelta de tuerca al más puro estilo Beirut en “Towers”, o el subidón emocional en el primer single (“Calgary”) no podía ocurrir hace unos años. Cierra el disco una preciosidad instrumental y una ochentada total: una canción que parece sacada de alguna banda sonora de peli erótica imaginaria hecha por Kenny G (saxo incluido). Ese caluroso y meloso sonido que consiguió en su tan aclamado primer disco sigue presente en canciones (“Holocene”, “Michicant” o “Wash.”), pero no cabe duda de que Bon Iver quiere pasar página. Páginas de oro con las que está llenando su, hasta ahora, corta carrera. Dos discos, dos maravillas.

The Horrors / Skying

Aparecer en la portada de NME (o de IndieferenciaMag) no es tarea fácil. Cuando esta – antes- polémica banda lo hicieron en la famosa revista inglesa fue por ruido. Ruido en dos sentidos: en el musical y en el promocional. Carne de cañón para publicaciones como aquella, que se alimentan del producto de usar y tirar, lo más rápido posible. Y a por otros nuevos; así funcionan las cosas ahora. Los nuevos Strokes, más oscuros, con una imagen aún más cool y con la actitud más rock que se recuerda en años (buscar crónica de su concierto en Moby Dick). Gracias a Dios, estos Horrors no quisieron seguir los pasos de todas esas bandas caídas ya en el olvido. En su segundo álbum dieron tal giro musical (no así en la imagen) que no parecían ni ellos. Referencias evidentes en My Bloody Valentine o The Cure, con un sonido muchísimo más profundo que, aún sin sonar a nuevo, con tanto pedal y sintetizador te dejaban el culo torcido.

En Skying repiten fórmula pero la llevan incluso más lejos. Quién coño nos iba a decir hace unos años que íbamos a mencionar a Pulp o Suede en una crítica de un disco de esta gente. Y no, no es brit pop el terreno que quieren dominar, pero es verdad que permiten llenar sus canciones con esa sofisticación pop que consiguieron sólo los buenos de aquella gloriosa época en las islas. Aún mejor que Primary Colours (2009). Por eso, porque ahora sí que son buenos de verdad, son portada de IndieferenciaMag.

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Ico Top: Julio

The Men / Leave Home

Esta gente engaña. Pese al comienzo psicodélico del primer tema, lo de esta banda es punk y del bruto. Lo que empieza siendo una versión más hard de los recientes Tame Impala (con una especie de estribillo neo-hippie repetido) se acaba convirtiendo en los Slint del siglo XXI. Otro intento más de acercamiento al sagrado Spiderland (1991) tras Pissed Jeans y Part Chimp. Pues resulta que estos brutos de Brooklyn son los que más cerca se quedan, puesto que cada canción es un intento de innovación constante. “Lotus” es rock puro, en el que una de las guitarras (la no distorsionada) sustituye cualquier voz posible para que te des cuenta al final de que no has echado en falta a ningún vocalista. En “Think” ponen toda la carne en el asador y destapan su lado más salvaje, con un desgañitado Nick Chiericozzi dándolo todo. Lo más interesante de este disco, insisto, es su búsqueda por la originalidad, nada de lo que conocemos vale ya y, si quieres llegar más lejos, tienes que dejarte los huevos en cada intento, algo así como lo que intentaron los tan imitados Slint. Destacan esas canciones agobiantes (“L.A.D.O.C.H.”), que con gran habilidad llevan al extremo. “()” es otra maravilla, esta vez más cerca del post, en la que te ponen la piel de gallina con ese final que enlazan de forma magistral y para seguir con la emoción, en “Bataille”. Tanta tralla bien merece descanso, pero no por mucho tiempo, porque el tramo final de la instrumental “Shittin’ With The Shah” hace que quieras que no acabe nunca. El disco acaba con una canción que ya podría firmar el propio Ian Curtis si aún siguiese con vida. Ya me gustaría ver la cara que pondría él tras escuchar esta banda. Nombres importantes en las influencias de una banda que, esperemos, y por el bien del punk actual, tenga larga vida.

Grooms / Prom

Menuda sorpresa me he llevado con estos jóvenes neoyorquinos. Otros de Brooklyn, debe estar de moda. No conocía su primer disco (desde ya en busca de él), pero si es la mitad de bueno que éste, merecerá la pena. Hacen indie-rock, y podríamos clasificarlos a medio camino entre Tapes’n Tapes (del primer álbum) y algo más contundente en cuanto a ruido, como, por ejemplo Dinosaur Jr. Beben de toda esa maravillosa generación en la que, injustamente, se quiso meter a bandas como Pavement y Sonic Youth en el mismo saco. Vale, no inventan nada, pero aquí hay un poco de todo aquello, y se agradece que siga habiendo bandas que se acuerden de los orígenes. Desde lo más ruidista-transgresor (esa que da nombre al disco) a la melodía más relajada (“Skating With Girl”), pasando por la cortísima pero intensa “Sharing” (esa colaboración femenina hace que ahora miremos en la dirección de Asobi Seksu). Más variedad pop en el resto de canciones que, en lugar de servir de relleno, enriquecen un disco redondo y muy original. Movimiento muy de agradecer habiéndose metido en ese terreno tan peligroso que es el indie de guitarras tal y como está el panorama actual. Habrá que seguirlos muy de cerca.

Eleanor Friedberger / Last Summer

El disco en solitario de la mitad del dúo The Fiery Furnaces es uno de los mejores discos de The Fiery Furnaces. Sí, es prácticamente lo mismo, no vais a echar para nada de menos a su hermano Matthew. Ya desde la primera “My Mistakes” te das cuenta de que nada ha cambiado. Todas las cartas sobre la mesa. Pop en el más puro sentido de la palabra. ¿Indie? Venga vale, pues indie también, lo que sea con lo que se clasifique a los Furnaces, ni más ni menos. Inspirada sobre todo en las canciones más “veloces” (ojo con las baladas, que tampoco se quedan tan atrás), y al igual que en compañía de su hermano, esa búsqueda loca, pero con estilo, por la canción ideal tarareable es lo que realmente le debemos de toda su discografía. “Heaven” con su piano y su estribillo es un claro ejemplo; “Roosvelt Island”, aun siendo un poco larga, mantiene el nivel alto, así como la simplísima pero eficaz “I Won’t Fall Apart On You Tonight”. Para cuando te quieres dar cuenta, el disco se ha esfumado y tú con la sonrisa de oreja a oreja. Ojalá todos los discos del verano sonasen tan jodidamente refrescantes como éste. El bajón que supone intentarlo por estas fechas en Mtv o KissTv es tan gordo, tan plagado de “Jenni Farlopas” y “Katy Perrys”, que mejor le volvemos a dar al play a este gran álbum.

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Ico Top: Julio

6. Crystal Antlers - Two-Way Mirror

7. SBTRKT - SBTRKT

9. Com Truise - Galactic Melt

10. Memory Tapes - Player Piano

Nacional

8. Washed Out - Within and Without

1. Burrito Panza / Solo Y Mal Acompañado

Raúl Cimas, un buen albaceteño y paisano de este grupo, define este disco como “luminoso y oscuro pero refrescante como una jarra de cerveza”. Burrito Panza firman el enésimo episodio del Albacete rock, y es que, sin ir más lejos, esta banda está compuesta por militantes de Mercromina, Surfin’ Bichos, Los Alienistas (los de Fernando Alfaro) o Travolta. Demasiada calidad como para no sacar un disco bueno. El disco no es bueno, es cojonudo. Rock romántico, a veces susurrado y a veces con mala hostia que configuran uno de los debuts del año y una más que agradable sorpresa en el panorama nacional. Por momentos distorsionados, psicodélicos o retorcidos, algo muy común no sólo a esas bandas de la capital manchega, sino también a las que asoman en la ciudad de la “mala follá” (y no sólo en el nombre del disco). Ojo a los tops de finales de año. Estamos muy orgullosos.

2. Copiloto / El Inicio, El Desencanto Y El Círculo De Confianza 3. Fasenuova / A La Quinta Hoguera

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INDIESPENSABLES: Julio

Discos

Quique Gómez

1. Bon Iver – Bon Iver 2. The Horrors – Skying 3. The Men – Leave Home 4. Grooms – Proms 5. Eleanor Friedberger – Last Summer

F. Javier Moreno Bel

1. The Horrors – Skying 2. Jon Fratelli - Psycho Jukebox 3. Bon Iver – Bon Iver 4. Wolf Gang - Suego Faults 5. Work Drugs - Tropic of Capricorn

Ander Simón

1. Washed Out - Within and Without 2. The Horrors – Skying 3. Bon Iver – Bon Iver 4. Work Drugs - Tropic of Capricorn 5. Jon Fratelli - Psycho Jukebox

Jesús Daniel Marín

1. Jon Fratelli - Psycho Jukebox 2. The Horrors – Skying 3. Wolf Gang - Suego Faults 4. They Might Be Giants - Join us 5. Crystal Antlers - Two Way Mirror

David García Altarejos

1. Bon Iver – Bon Iver 2. The Horrors – Skying 3. Portugal. The Man In The Mountain, In The Cloud 4. Memory Tapes - Player Piano 5. Washed Out - Within and Without

Canciones Quique Gómez

1. The Horrors - Endless Blue 2. Bon Iver - Calgary 3. The Men - () 4. How To Dress Well - Suicide Dream 1 5. Washed Out - Amor Fati

Jesús Daniel Marín

1. Jon Fratelli - Baby We're Refugees 2. Jon Fratelli - Oh Shangri-La 3. The Horrors - Oceans Burning 4. They Might Be Giants - Celebration 5. Wolf Gang - Lions And Cages

Ander Simón

1. M83 - Midnight City 2. Peppercorn - I'll Get Back To You 3. The Horrors - I Can See Through You 4. Real Estate - It’s Real 5. Bon Iver - Perth

David García Altarejos

F. Javier Moreno Bel

1. The Horrors Everybody Moving Further Away 2. M83 - Midnight City 3. Jon Fratelli - Baby We're Refugees 4. Danger Mouse & Danielle Luppi – Rose With A Broken Neck 5. Cat's Eyes – Over You

1. Bon Iver - Holocene 2. Memory Tapes - Worries 3. The Horrors - Endless Blue 4. Portugal. The Man - Senseless 5. Washed Out - Eyes Be Closed Julio 2011 INDIEFERENCIA MAGAZINE 23


REDACCIÓN

Ander Simón, Quique Gómez, Joaquín Ollero, F. Javier Moreno, Jesús Daniel Marín, David García Altarejos y Juanfran García DISEÑO & MAQUETACIÓN

F. Javier Moreno

FOTOGRAFIA / AGRADECIMIENTOS

Neil Krug - www.neilkrug.com Andrew Whitton - www.andrewwhitton.com WEB

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MAIL

indieferenciamagazine@gmail.com En INDIEFERENCIA Magazine tenemos el fin de divulgar información sobre la música que nos gusta. Desde los grupos más destacados de la escena hasta las nuevas bandas que aún son desconocidas por la mayoría del público.




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