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PROBLEMAS DE DISPOSICIÓN

Si bien un 80% de los sitios de disposición final de residuos sólidos domiciliarios tiene permisos ambientales o sanitarios, hay zonas con serias carencias y se vislumbra un futuro complejo. Conozca el panorama, región por región, las problemáticas y posibles soluciones.

Para récord Guinness: la Municipalidad de Ancud envía, desde el año 2021, los residuos sólidos domiciliarios (RSD) de sus habitantes hasta el relleno sanitario Laguna Verde de Los Ángeles, con un recorrido de ¡618 kilómetros!

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¿El problema? La provincia de Chiloé, de la que forma parte, carece de rellenos sanitarios y la mayoría de sus vertederos están colapsados y debieron haber cerrado hace años.

Aunque es una realidad extrema que no se repite en otra parte de Chile, varias regiones no tienen hoy –o no la tendrán en el corto plazo– la capacidad instalada suficiente ni con un estándar adecuado para disponer el total de RSD que generan, y que no reciclan, por lo que deben llevarlos a otras zonas del país.

Amplia Cobertura

El Programa Nacional de Residuos Sólidos, dependiente de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), tiene como objetivo central aumentar el porcentaje de desechos domiciliarios con disposición final en instalaciones sanitarias y ambientalmente adecuadas. ¿Cuál es el panorama al respecto? “Actualmente nuestro país cuenta con más del 80% de cobertura en cuanto a sitios que tienen su calificación ambiental o resolución sanitaria. Sin embargo, y a la luz de la corta vida útil que les queda a algunos, nos preocupa que esta realidad pueda cambiar y nos presente escenarios de crisis sanitarias”, advierten en dicho organismo.

Desde otra vereda, Marcel Szantó, profesor del Instituto de Geografía y director del Grupo de Investigación de Residuos Sólidos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), recuerda que la función del relleno sanitario es el confinamiento de los residuos para evitar los efectos adversos que se podrían producir por la aparición de enfermedades o vectores sanitarios que las propagan desde sitios con manejo inadecuado. “Desde esta perspectiva, ese objetivo se cumple en la mayoría de las instalaciones en Chile. No obstante, existen problemáticas operacionales en los rellenos que están asociadas a la aplicación del reglamento que los rige o de normas de emisiones de aguas, olores o ruidos. En su gran mayoría tienen o han tenido procesos de sanción por incumplimientos sanitarios o ambientales, los cuales están asociados a olores, incendios, deslizamientos y mal manejo de lixiviados”, revela.

El doctor e ingeniero en caminos, canales y puertos de la Universidad Politécnica de Madrid (España) ahonda en su diagnóstico: “En base a los análisis que hemos podido realizar, en las comunas que operan con rellenos sanitarios la situación está relativamente controlada. En cambio, donde hay vertederos y/o basurales se producen contingencias permanentes”

No obstante, citando un estudio que lideró en la PUCV hace un tiempo, Szantó asegura que hoy se estaría pagando a los operadores de rellenos apenas el 60% de la tarifa mínima necesaria calculada, “lo que explicaría los incumplimientos que se repiten de un relleno a otro, la mayoría de los cuales se vincula con la gestión de los lixiviados, que es una de las actividades más costosas”.

Falencias Y Soluciones

En relación a las brechas o falencias que impiden una mejor gestión en este ámbito, en la Subdere apuntan, sobre todo, “a la falta de planes estratégicos en materia de residuos a nivel regional, por lo que escasamente existen a nivel local”. Además, constatan una capacidad instalada insuficiente de rellenos y creen fundamental contar con equipos de profesionales altamente calificados para evaluar cada situación en las regiones. “Se requiere mayor fiscalización por parte de las instituciones responsables. La Subdere ha definido aportar con la orgánica local visibilizando las labores y responsabilidades de los actores competentes, y ha entregado recursos para contratar asistencias técnicas especializadas para distribuirla en los territorios y colaborar con los municipios más rezagados”, añaden.

En visión de Szantó, los organismos técnicos encargados de fiscalizar realizan su labor de la mejor forma posible y la normativa existe, sin embargo, ésta no se aplica de forma estricta. Ejemplifica: “En 2008 se promulgó el Decreto Supremo 189, referido al ‘Reglamento de Rellenos Sanitarios’, y a partir de esa fecha había 18 meses de plazo para terminar con los vertederos. Casi 15 años después, tenemos aún decenas de vertederos por todo el país y pareciera que cada día aparecen más”

Otra arista del problema, a su juicio, es la falta de previsión sobre la gestión de los residuos. Afirma: “Para comenzar la operación de un relleno sanitario se requieren entre 6 y 8 años previos de trabajo y en varias regiones de nuestro país ya estamos al menos 8 años atrasados. Un ejemplo vigente es la región del Biobío, que anuncia crisis sanitaria hace más un año sin haber medidas concretas hasta hoy, cuando el plazo de resolución es marzo próximo. Otros casos similares se dan en la región de Coquimbo y en Chiloé, donde no hay rellenos. La comuna de Ancud lleva ya 2 años enviando sus residuos a más de 600 km de distancia. Entonces, el problema es que no estamos mirando de forma estratégica el futuro del manejo de los residuos de nuestro país”

Para el destacado investigador y académico, los rellenos sanitarios no desaparecerán tan fácilmente como lo expresan algunas autoridades, ya que “a lo menos la fracción de rechazo de los RSD, que en el mejor de los casos es de un 25%, debe tener como destino estos recintos. Hoy, la Unión Europea (UE) deposita en rellenos o vertederos el 31% de sus desechos, mientras que el reciclado de los residuos sólidos alcanza un 39,2%, por lo que la disposición final es el segundo tratamiento más utilizado”

El relleno Santa Marta sufrió un gran incendio en 2016. Habitantes de Talagante alegan que la empresa a cargo aún no cumple sanciones.

Por último, hace una advertencia: “Chile registra una notable evolución en esta área en comparación con América latina y el Caribe, y va en la dirección correcta que tomó la UE, sin embargo, se encuentra en un momento en el que puede perder todo lo avanzado por falta de planificación”.

Plan De Inversiones

Para mejorar la gestión y disposición de los RSD a nivel nacional, la Subdere y los ministerios de Medio Ambiente y Salud han generado una instancia para evaluar y atender de manera conjunta las situaciones críticas del país en este campo. “Se ha realizado una bajada a través de la reactivación de las Secretarías Ejecutivas de Residuos Sólidos y Economía Circular, constituidas en todas las regiones, para que colaboren con la estrategia regional que debe liderar cada Gobierno Regional. Esta labor conducirá a un plan de inversiones que recogerá las necesidades del territorio para realizar una inversión consensuada y sostenible” , precisan en la Subdere.

Las iniciativas, en general, estarán enfocadas en el tratamiento de tres fracciones de residuos: la orgánica, inorgánica y descartable, pudiendo generarse proyectos de distinta escala en los territorios, como compostaje domiciliario, plantas de compostaje, puntos limpios, centros de acopio y centros de tratamiento integral que incluyan las fracciones antes señaladas.

Los operadores de El Molle (Valparaíso) se han comprometido a mejorar la gestión del recinto.

En el entendido de que se requieren líneas base para la formulación de los grandes proyectos y poder realizar las mediciones de cumplimientos de la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos (ENRO), durante el año 2023 la Subdere efectuará dos licitaciones. La primera se enfocará en sistematizar la información contenida en diversos sectores para ac-

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