3 minute read
Las niñas aprenden a ser mujeres
Las niñas aprenden a ser mujeres
A través de la socialización se generan procesos de identificación, se crean modelos a seguir. En el caso de las niñas se espera que la identificación sea con la madre y en su ausencia, con la figura de alguna otra mujer. Es un aprendizaje emocional y profundo que va más allá de la observación y la imitación de un modelo: implica pensarse a sí mismas constantemente, pensar el mundo que las rodea, y de acuerdo al tipo de ambiente y de normas sociales tienen un mayor o menor margen de alternativas y modelos. Por lo tanto, la introyección y adopción de emociones, culpas, ideologías, actitudes, comportamientos y valores de la feminidad tradicional también se da en mayor o menor grado. Así, a mayor grado de restricción y represión, menor margen de exploración y libertad.
La normativa social que predomina para las niñas son las conductas encaminadas al cuidado de la estética, a la maternidad, al trabajo doméstico y al cuidado de las personas; se les enseña a imitar a la madre, que por muy moderna y ejecutiva que sea, no deja de tener la responsabilidad del ámbito doméstico. Aunque actualmente en diversos círculos sociales se estimula a las niñas para que estudien y se preparen profesionalmente, eso no las aleja de seguir siendo educadas con los elementos mencionados.
A las niñas se les generan elementos de identificación a través del juego y otras actividades, se les otorgan objetos en forma de juguetes: muñecas y artefactos domésticos en diminuto. Lo que se busca es generarles identidad, que aprendan a interactuar con muñecas: darles de comer, vestirlas y procurarles todos los cuidados necesarios. Este comportamiento se presenta de una manera inconsciente en los primeros años de vida (Sau, 1993), pero es la preparación simbólica para arraigar el servilismo del ser para otros.
Las niñas se enfrentan a la ambigüedad: por una parte, se identifican con la madre en el cuidado de muñecas y en las labores domésticas, pero al mismo tiempo aprenden simbólicamente que estas “actividades de mujer” no son tan importantes como el “trabajo del hombre”. No es que las niñas y los niños quieran jugar a las muñecas y los coches respectivamente por naturaleza, sino que son los mundos que se les acerca, e implícita y explícitamente cuando quieren explorar y experimentar el mundo contrario o uno por creación propia,
RELATO ADICIONAL
“-¿Por qué sólo los niños pueden comprar súper héroes, mientras que las niñas se supone que deben comprar princesas?
¿Por qué las empresas nos engañan para que compremos las cosas rosas?
Algunas niñas pueden querer los súper héroes y algunos niños querer las princesas. ¿Por qué sólo las niñas vamos a tener que comprar lo rosa y los niños las cosas de otros colores?”.
Cuestiona Riley de 5 años en medio de una juguetería.
Fuente: http://bit.ly/16koSaa
VIDEO
Este video se hizo famoso por la interesante crítica que realiza su protagonista, una niña de cinco años. Según la pequeña, las empresas obligan a elegir juguetes de acuerdo a su sexo, si eres niña te debe gustar lo rosa y si eres niño lo azul. Pero ella se pregunta por qué las niñas no pueden decidir si quieren juguetes azules y ellos rosas.
Riley on Marketing (subtitulado al español) por David Bocci
se les prohíbe. En esto no hay nada de instintos y sí mucho de aprendizaje con imposiciones y normas sociales de una visión androcéntrica y adultocéntrica.
En la pubertad, la diferencia de género aprendida hasta ese momento se hace plenamente consciente con la aparición de los cambios físicos y biológicos. La menstruación que es medular en el aprendizaje de ser mujeres, refleja la importancia social de la maternidad, pues no se es mujer por sí misma o por la madurez psico-emocional, sino por el hecho de poder procrear (Sau, 1993). Cuando llegan a la adolescencia, las niñas ya aprendieron patrones de comportamiento que las adhieren a lo femenino. De tal manera que transitan del juego infantil a las principales asignaciones y responsabilidades que se les demanda en la vida adulta.
ACTIVIDAD
A través de la socialización se generan procesos de identificación y se crean modelos a seguir. Con la socialización moral se definen normas, lo bueno y lo malo, lo que pueden y no hacer las niñas y los niños, es decir se transmiten los roles de género.
Identifica en la comunidad en que trabajas cuáles son los principales elementos y dinámicas de socialización para las niñas.
NIÑAS