Entrevista Rosa Aguilar.Ministra de MARM. Veterinarios Jun 11

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184entrevista “Nunca seremos capaces de llegar a pagar debidamente a nuestros agricultores, ganaderos y pescadores todo lo que la sociedad les debe”

Rosa Aguilar Rivero Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) Tras su toma de posesión como nueva ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) en octubre de 2010, Rosa Aguilar aseguró que su prioridad en cuanto a sus funciones sería la defensa y la gestión de las políticas ambientales, la lucha contra el cambio climático, la protección del patrimonio natural, del medio rural, de la biodiversidad y del mar. En esta entrevista concedida en exclusiva a Veterinarios, Rosa Aguilar asegura que, desde su nueva responsabilidad, tendrá muy presente las políticas agroalimentarias entre las actividades económicas estratégicas, fundamentales según su opinión para la recuperación económica y nuestro desarrollo.


194 “Una actividad agropecuaria y pesquera debidamente regulada, estructurada

y controlada es la principal

valedora de nuestros ecosistemas” un marco absolutamente respetuoso con el desarrollo sostenible, la biodiversidad y la imprescindible riqueza y variabilidad genética. En la actual crisis económica y financiera, ¿qué papel pueden tener la producción primaria y la industria agroalimentaria nacionales?

Sra. ministra, esta entrevista del número “cero” de la revista Veterinarios no podía empezar sin darle la enhorabuena por su aún reciente nombramiento como Ministra de Medio ambiente y Medio Rural y Marino. Ahora bien, ¿qué sentimientos le abordaron al ser nombrada? Sin duda alguna el de una gran responsabilidad fue el principal de los sentimientos que me produjo la confianza depositada en mí por el presidente del Gobierno. Más aún si cabe en el actual contexto de crisis económica en el que nos encontramos, donde se hace más necesario que nunca el esfuerzo y la colaboración de todos. Y en eso se basa y se basará mi trabajo, en la permanente colaboración con todas las Administraciones y con todos los sectores por los que vela este Ministerio; sin olvidar por supuesto a la sociedad civil y a la comunidad científica, cuyos criterios son imprescindibles para ofrecer a la ciudadanía políticas a la altura de sus necesidades y de sus expectativas. Hay quien ve un contrasentido en la agrupación en un mismo departamento de las políticas productivas y proteccionistas. ¿Qué opinión le merece esta visión? Pues la verdad es que dicho “contrasentido” no se ajusta a la realidad. La actividad productiva y proteccionista son las dos caras de una misma moneda. Están necesariamente interrelacionadas y son obligatoriamente interdependientes, hasta el punto de que no se puede entender la una sin la otra. A nadie se le debe escapar que una actividad agraria y pesquera debidamente regulada, estructurada y controlada es la principal valedora de nuestros ecosistemas. Y por ello velan cada día este Ministerio y sus técnicos, para garantizar una actividad productiva estratégica, productora de alimentos de calidad en la cantidad necesaria, a precios justos y asumibles por productores y consumidores, con los niveles irrenunciables de seguridad y en

Indudablemente fundamental. La producción primaria, y con ella la industria agroalimentaria, es la base de algo tan simple como vital: la alimentación de los ciudadanos. Por eso el Gobierno ha incluido a la industria agroalimentaria, y con ella implícitamente a la producción primaria, entre las actividades económicas estratégicas, en tanto que fundamentales para nuestra recuperación económica y nuestro desarrollo. Pero es que además, la industria agroalimentaria constituye, tanto en España como en el conjunto de la UE, el primer subsector industrial por encima de cualquier otro y bajo cualquier parámetro que analicemos (porcentaje del PIB; empleo generado; volumen de negocio, etcétera). Y por si fuera poco con un valor añadido sobre el resto de la actividad industrial: su indudable ligazón con el territorio, incluido su infinitamente menor grado de deslocalización. Por todo ello constituye la primera herramienta de la vertebración territorial de España, de la diversificación y de la sostenibilidad económica y social de nuestro medio rural. Un medio rural que supone el 80% de nuestro territorio y que constituye el hogar de al menos el 25% de la ciudadanía Hoy, la sociedad vive de espaldas al campo. ¿Qué se puede hacer para revertir esta situación? Todas y todos hemos de luchar y esforzarnos para dotar de visibilidad al campo, cada uno desde nuestra posición. La labor pedagógica y comunicativa se me antoja por tanto fundamental. Como he dicho, la actividad agraria y pesquera tiene una innegable función económica y productiva, pero también social. Así, la vertebración territorial, la conservación de nuestros ecosistemas en el país con mayor riqueza en biodiversidad de Europa, la conservación de medios y modos de vida tradicionales y de todo su acervo cultural, y así un largo etcétera. Todo ello reporta a la sociedad en su conjunto unos valores que no se le reconocen, ni se le remuneran, en su justa medida. Es más, su valor es tan alto que por mucho que avancemos, y en ello estamos cada día, seguramente nunca seamos capaces de llegar a pagar debidamente a nuestros agricultores, ganaderos y pescadores todo lo que la sociedad les debe. Ante las esporádicas crisis alimentarias, tanto nacionales, como europeas o mundiales, ¿con qué garantías cuentan los ciudadanos españoles? ¿Es segura nuestra producción alimentaria? Los españoles, como todos los ciudadanos de la UE, podemos estar seguros de que los alimentos que consumimos y de los altos niveles de seguridad alimentaria en la UE, tanto desde el punto de vista del


204entrevista abastecimiento como de la inocuidad, son los más altos del mundo. La trazabilidad es total, haciendo valer el principio “De la granja a la mesa”. La legislación nacional y comunitaria, junto con los controles de todas las Administraciones implicadas, y el autocontrol de los operadores productivos así lo garantizan. De hecho, los esporádicos casos de crisis y alertas alimentarias son la mejor prueba de ello. Si se descubren es precisamente porque se persiguen; y si se conocen es precisamente por la aplicación de la política de transparencia e información al ciudadano. En ello, desde nuestras granjas, caladeros y tierras de labor, trabajan cada día miles de profesionales, muchos de ellos, por cierto, veterinarios, junto con otros profesionales como los ingenieros agrónomos además de los propios productores. En su saber hacer y en su excelente formación podemos confiar todos los consumidores.

En el caso de la pesca, la relación es evidente. La actividad humana ha estado a punto de poner en peligro la propia viabilidad ecológica de los recursos naturales; es decir, de los recursos pesqueros. De ahí el desarrollo exponencial de la acuicultura, del que nuestro país es un claro ejemplo. La I+D+i en acuicultura ha permitido que hoy aproximadamente el 40% de nuestro consumo, insisto, con los niveles de seguridad alimentaria más elevados, proceda de la acuicultura. Y sin duda se debe seguir avanzando en este camino, potenciando este sector vital ya para muchos trabajadores, lo que redundará en innegables beneficios sociales y económicos en muchas zonas de nuestro país.

Más allá de los intrínsecos valores éticos de las políticas de conservación, ¿qué otros beneficios reportan estas actividades a la sociedad actual?

La veterinaria, todos los sabemos, está apoyada por más de 8.000 años de historia, desde su nacimiento como característica consustancial del Neolítico. A lo largo de su historia, la ciencia y la profesión veterinaria ha ido acumulando un impresionante acervo de conocimientos, a la vez que explorando nuevos campos de actividad. Hoy, el veterinario vela, como siempre, por la sanidad animal y por la producción animal. Pero a la vez se erige en garante de la salud pública, de la seguridad alimentaria, de la protección de la biodiversidad y de la sostenibilidad de los ecosistemas del planeta. Sinceramente, se me ocurren pocas profesiones tan versátiles y útiles para el conjunto de las sociedades y de los pueblos de la tierra. Y de cara al futuro aún más, si es que tenemos que proporcionar alimentos en cantidad y calidad a una población humana que llegará a los 9.000 millones de habitantes en 2050.

Son muchos y muy variados. Es verdad que los valores éticos, y estéticos, son evidentes para todo el mundo. Pero deben considerarse asuntos tan destacables como la generación de fuentes de energía renovables que tienen un valor económico directo y sin duda mucho recorrido por delante. Otro ejemplo es la conservación de la variabilidad genética de plantas y animales, también vital para la preservación de la propia vida, y que permite el desarrollo de la actividad de I+D+i en un campo como es el de la biotecnología, con su enorme potencial de crecimiento y aplicabilidad. Por último, señalar un principio básico, y es que un ecosistema saludable, sano y bello es la base de una actividad turística y educativa creciente que también tiene un reflejo directo en términos económicos y de empleo. Al fin y al cabo, el ser humano es parte integrante de la naturaleza y por ende de cualquier actividad humana.

¿Qué papel cree usted que tiene la profesión veterinaria en la defensa de todos los retos de los que está usted hablando?

Finalmente, ¿qué opina usted del nacimiento de la revista Veterinarios? Pues me gustaría aprovechar la oportunidad que me ofrece esta entrevista para felicitar a la Asociación del Cuerpo Nacional Veterinario, y por extensión al Cuerpo Nacional Veterinario, por esta iniciativa. El CNV cuenta con una historia ya centenaria de servicio público. Una historia llena de esfuerzos pero plagada de éxitos y que, gracias a su

“Darles la enhorabuena por la salida de la

revista Veterinarios y las gracias por su trabajo diario. Es mi deseo que esta

publicación cumpla con las expectativas

que muchos hemos depositado en ella” Respecto al Medio Marino, en su opinión, ¿es la Política Pesquera Común suficiente para mantener la actividad productiva y económica y la necesaria conservación de los recursos pesqueros? La Política Pesquera Común (PPC) es una política fundamental. Pero como cualquier política ha de estar, necesariamente, en permanente evolución, tratando de cumplir con las necesidades de la sociedad a la que sirve y a la que servimos los responsables políticos y los técnicos.

permanente dedicación y colaboración con otros veterinarios y con otros profesionales, ha permitido a España contar con una cabaña ganadera sana y rentable, con una salud pública más y mejor defendida, con una seguridad alimentaria de altísimo nivel, con una industria alimentaria puntera y claramente exportadora y con un medio ambiente más y mejor cuidado. Así que solo puedo darles la enhorabuena por esta iniciativa y las gracias por su trabajo diario. Es mi deseo que la publicación Veterinarios cumpla con las expectativas que muchos hemos depositado en ella.


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