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Hombres y mujeres de blanco frente al COVID-19, los héroes

El director general del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez Pineda, con médicos y enfermeras.

AMLO y LARP enaltecen su heroica labor al arriesgar la vida

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n ciudades de Italia, España, Reino Unido… desde sus balcones, los habitantes gritan porras, vitorean, alientan a los hombres y mujeres de blanco que están en E el frente de batalla contra la COVID-19, porque para ellos son héroes; no aquí en México, donde lejos de mostrar esa condición solidaria que nos caracteriza, reciben agravios.

Ante esta situación, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y los titulares del sistema de salud público, entre ellos, el director del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez Pineda enaltecieron la heroica labor que realizan

Sobra decir que el personal médico y de enfermería constituye la primera línea de defensa contra la COVID-19, el enemigo invisible, por mucho, la mayor amenaza epidemiológica en lo que va del siglo XXI; y en México, como en todo el mundo, arriesgan sus vidas ante esta nueva enfermedad para la cual desafortunadamente todavía no existe cura ni vacuna.

Estos héroes lo están dando todo para proteger la vida y el bienestar de las personas en momentos verdaderamente complicados. ¿A cambio de qué lo hacen? Mejor deberíamos preguntarnos: ¿qué podemos hacer como sociedad para compensar el sacrificio que están haciendo por su país en la situación actual?

de la salud, se atrevían a recibir personas con el contagio del virus.

Lo hacen, además, bajo condiciones duras y extenuantes: doblando turnos, pasando horas, días sin comer y sin dormir, enfrentando carencias de infraestructura y equipo de protección para evitar contagios y, por si fuera poco, alejados de sus familias.

Poder ello, esta crisis sanitaria nos convoca a generar conciencia en torno a la importancia de la labor que realizan las y los profesionales de la salud, así como a reflexionar sobre la manera en que los compensamos por los servicios vitales que nos prestan.

Porque en lugar de eso, las agresiones se acumulan. A finales de marzo, en Axochiapan, Morelos, al sur de Cuernavaca, un grupo de pobladores amenazó quemar el Hospital Ángel Ventura Neri, como advertencia si los profesionales El jueves 9 de abril se registró otro caso en Hospital General de Zona 48, del IMSS, de San Pedro Xalpa, Azcapotzalco; dos días después ocurrió en el Hospital Gabriel Mancera, ambos en la ciudad de México. Es decir, lo mismo en nosocomios del IMSS, ISSSTE o de la Secretaría de Salud.

Las agresiones llegaron a tal grado que directivos del hospital civil de Guadalajara, pidieron a enfermeras no usaran uniforme fuera de las instalaciones, debido a que les negaban el servicio en el transporte público. La misma situación se reportó desde Yucatán; en tanto en Sinaloa rociaron con cloro a una enfermera.

Lo anterior a pesar de que históricamente, la medicina y la enfermería han sido las profesiones más reconocidas y respetadas en México. Consecuentemente, son los profesionistas mejor calificados por las y los mexicanos, muy por encima de abogados, banqueros, jueces, policías e incluso sacerdotes, de acuerdo con estadísticas del INEGI.

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