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Acción por la salud de la mujer
La pandemia no creó las desigualdades, pero sí las hizo más visibles a los ojos de la sociedad
Michelle Bachelet, Alta Comisionada Derechos Humanos de la ONU Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES)
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Margot Wallström, Vice Primera Ministra de Suecia
La contingencia sanitaria por el nuevo coronavirus reveló un sistema de género injusto y desigual, y un modelo económico fallido que históricamente ha afectado particularmente a mujeres y niñas, por lo cual, la coordinación de estrategias y acciones innovadoras efectivas para todas y todos, es el gran desafío de los gobiernos, coincidieron especialistas.
La presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), Nadine Gasman; la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet y a Margot Wallström, Vice Primera Ministra de Suecia, coincidieron en que el virus infecta a todos por igual, pero sus impactos son los que discriminan en mayor medida a mujeres y niñas.
Estas reflexiones se externaron durante el seminario web “El impacto de la pandemia COVID-19 en las mujeres y en los derechos de las mujeres, en América Latina”, organizado recientemente por el Instituto Nórdico de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, Suecia.
Michelle Bachelet destacó que esta situación, en Latinoamérica es particularmente evidente para las
mujeres y niñas que trabajan en el sector informal, trabajadoras del hogar, indígenas, afrodescendientes, discapacitadas, migrantes, con VIH y todas las pertenecientes a la comunidad LGBTTI; en consecuencia las respuestas que se generen para atender la crisis del Covid-19 deben considerar la perspectiva de género y conocer sus necesidades.
Margot Wallström, dijo que “las mujeres se ven más afectadas durante la pandemia porque son valientes trabajadoras de la salud, son valientes científicas, son líderes en las tomas de decisiones de todos los niveles sociales y, a menudo, son obligadas a realizar trabajos de cuidados sin remuneración. Y así como son cuidadoras, también se encuentran en la primera línea de respuesta en esta pandemia”..
En América Latina, del total de las mujeres que trabajan, 59 por ciento lo hacen en el mercado informal y este, es “uno de los mayores factores de vulnerabilidad de las mujeres, lo que significa no contar con seguridad social por si llegan a enfermarse y esto se agrava cuando no pueden trabajar porque se encuentran en zonas que han sido cerradas por la cuarentena”.
Nadine Gasman hizo un llamado a las y los líderes mundiales a “…colaborar entre países; compartamos nuestras experiencias y prácticas efectivas para tener
un impacto real y rápido en el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres y las niñas, durante y después de esta emergencia, de modo que, a través de condiciones de cooperación internacional, se garantice la igualdad en el acceso global a medicamentos, vacunas y equipos médicos para enfrentar la crisis COVID-19, con la premisa de que los países más pobres son los más afectados, por lo que el acceso equitativo a servicios y dispositivos médicos se conviertan en una prioridad para las y los más vulnerables ”.
Y recordar que en la sociedad actual, las mujeres y las niñas deben estar protegidas, ya que representan a la población más vulnerable en lo que a la salud se refiere y por lo tanto sus necesidades deben ser prioritarias en cualquier país del mundo, así lo declara la Organización Mundial de la Salud.