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El maltrato físico y psicológico, de lo que más sufren los niños en tiempos de pandemia

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Quédate en casa” es el mensaje que se repite para evitar contagios de coronavirus. Sin embargo, en mu“ chas niñas y niños víctimas de agresión, la casa no es un lugar de protección, la violencia en su contra suceden en el hogar, principalmente de padres y otros familiares.

“¡Deja de estar dando lata!”, “¡Te dije que no me interrumpas!”, es uno de los gritos que salen por la ventana de una casa de una unidad habitacional en la alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México. Luego, se escucha un golpe seco seguido del llanto de un niño o niña que en segundos es acallado con un “¡y si sigues llorando, te voy a dar más fuerte, para que llores de verdad!”. En tiempos del COVID19, el panorama de violencia aumenta para la infancia.

El encierro para evitar más contagios, el estrés por cubrir con las horas de trabajo a distancia, la incertidumbre económica de las madres y padres como consecuencia de la pandemia, así como el cumplimiento de las tareas escolares en tiempos y horarios específicos, no han sido una buena combinación. En México, la violencia contra niñas, niños y adolescentes ha incrementado desde que empezó la cuarentena.

En marzo de este año, la Línea Mujeres de Locatel de la Ciudad de México recibió más de 100 llamadas denunciando

violencia física contra menores de edad, el doble de las registradas el mismo mes del 2019. Las llamadas que se hicieron a esa línea también solicitaban ayuda para atender casos de violencia psicológica, sexual, y descuido, en ese orden.

Sin embargo, no hay información exacta que permita identificar cuántos niños y niñas han sido víctimas de agresiones. En la mayoría de los casos de violencia contra la infancia, el agresor es una persona cercana y, cuando ocurre en el hogar, la familia, que debería ser un ambiente seguro para los menores de edad, se vuelve un entorno que los violenta.

El confinamiento incrementa la tensión que deriva en maltrato psicológico y físico a los niños. Los efectos emocionales a que están expuestos por el aislamiento, el estrés y el alejamiento social y familiar, entre otros aspectos, podrá tener repercusiones en la salud emocional de los menores.

El maltrato infantil afecta la salud física y mental, pone en riesgo la capacidad de los menores para aprender y socializar, y afecta el desarrollo afectivo y relacional a lo largo de sus vidas. Miles de niñas y niños en el mundo están siendo víctimas, muchas veces en silencio, de abusos físicos, sexuales y psicológicos, por lo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reafirma su compromiso de garantizar sus derechos y protección, a propósito del Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión que se conmemora cada 4 de junio.

Uno de los rubros que deberán tener atención especial es la salud de los menores. Si bien la incidencia del coronavirus en la niñez es baja, en México menos del 1.5% de los casos confirmados, las consecuencias en la salud mental y física de los menores podrán ser relevantes.

El ISSSTE es una institución de seguridad y servicios sociales que reconoce, fomenta y defiende los derechos de las niñas y los niños, como el derecho a la salud, la alimentación, la educación, la diversión y a ser tomados en cuenta. Asimismo, rechaza todo tipo de discriminación y agresión violenta contra los menores de edad.

El aislamiento social por el COVID-19 no tiene para cuándo y, la realidad, es que mientras las niñas y niños no puedan salir de sus casas, están expuestos a mayores niveles de violencia sin que nadie les ayude a enfrentarlos. Para minimizar lo anterior, se recomienda que los padres y familiares, pongan más atención a los menores durante el confinamiento, ser pacientes, darles un buen alimento y consuelo, participar en actividades como juegos, lectura de libros, ejercicios físicos, etc.; y lo principal, integrarlos al núcleo familiar y evitar agresiones sobre su persona.

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