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Un niño con Trastorno por Déficit de Atención es tratable
De no atenderse a tiempo puede desencadenar en conductas suicidas S
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i el niño, en los primeros años de vida es inatento, se le dificulta concentrarse y mantener la atención en una actividad, es el momento ideal para ponerlo en manos de un especialista en Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), para un diagnóstico temprano, porque no atenderlo puede desencadenar otras enfermedades mentales en la edad adulta, de acuerdo con especialistas en neurología y pediatría.
El jefe del Departamento de Neurología Pediátrica en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, doctor Eduardo Barragán Pérez, dice que lo preocupante es que aún existen diversos mitos sobre el TDAH como es la incredulidad, pues hasta el 8.3% de los padres consideran que es una dificultad de crianza y no una enfermedad.
Y estos niños no atendidos serán candidatos a sufrir una serie de enfermedades mentales como la depresión, ansiedad, abuso de sustancias tóxicas, conductas
La conducta hiperactiva, por ejemplo, puede caracterizarse por la necesidad del pequeño de mantenerse en constante movimiento, de brincar o correr en situaciones que pueden considerarse inapropiadas, o la conducta impulsiva en la que suelen interrumpir a otras personas y no pueden esperar su turno.
Para estos casos, el diagnóstico temprano del THDA permite plantear una intervención médica integral personalizada y oportuna, con el fin de brindar orientación a los padres de familia en el manejo conductual de sus hijos, sugirió el paidopsiquiatra del Hospital Regional “1° de Octubre” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), José Luis Pozos Saldívar.
De esa manera se logra una mayor adaptación en el entorno escolar, familiar y social, porque este padecimiento afecta el desarrollo integral de infantes y adolescentes que en muchas ocasiones son estigmatizados como “incompetentes”, “problemáticos” o “niños malos” cuando en realidad lo que les sucede no es cuestión de actitud o moral, tiene que ver con afectaciones estructurales del cerebro.
Cuando estos pacientes no cumplen la expectativa de rendimiento académico o personal esperada para su edad, corren el riesgo de ser relegados en la escuela o ser blanco de bullying, y a veces, sus padres caen en la impotencia y desesperación, lo que puede llegar al grado de infringirles castigo físico. “Por ejemplo, adolescentes que siguen teniendo conductas externalizadas de impulsividad e inquietud pueden desarrollar problemas de tipo emocional, como ansiedad, depresión, conductas auto mutilatorias, abuso en consumo de sustancias e incluso intentos suicidas, situaciones que se ven de manera importante en los servicios de urgencias y en varios casos están asociadas a diagnóstico de THDA”.
Pero, con una intervención profesional adecuada entre psicólogo, psiquiatra y neurólogo pediatra, según se requiera, permite prevenir y evitar que los pacientes sean víctimas de maltrato tanto en el hogar como en la escuela.
Tales situaciones hay que prevenirlas y evitarlas a toda costa con una ade cu ada or ie nta ción a padre s y maestros, “porque si persisten terminan mermando más la autoestima de los pacientes”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que a nivel global el Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención afecta entre cinco y ocho por ciento de la población; en tanto que, en México, el Instituto Nacional de Psiquiatría refiere una prevalencia aproximada del cinco por ciento.