3 minute read

Ver el mundo de otra forma

El oficio de vivir Ver el mundo de otra forma

E

Advertisement

duardo Barranco Salazar, egresado de la licenciatura en Creación Literaria de la Universidad Autónoma de la Ciudad de

México (UACM); empleado de la Unidad de Comunicación Social del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); habla de su más reciente libro El oficio de vivir II, una continuación de un primer volumen de diez crónicas disímiles de oficios urbanos y rurales.

Diez historias con títulos que bien podríamos dejárselos a los críticos que encuentran hasta lo menos insospechado en ellos. Narraciones con varios hilos conductores, que coinciden en la soledad y sus vicisitudes, generalmente. Historias con personajes muchas veces invisibilizados, vilipendiados. El libro es en todo caso un agradecimiento a su labor y aportación a la comunidad. Es parte de un eco, de una resonancia a sus vidas muchas veces abandonadas al anonimato. Pues tengo la firme convicción que no siempre la gran historia es aquella donde aparecen superhéroes, ni aquella de seres extraordinarios. La gran historia es también la que viven los personajes de todos los días, con vidas sumergidas en la monotonía, en donde una mínima variación los hará ver el mundo de otra forma. Y esa cierta diferenciación en sus vidas será lo sorprendente, lo inexplicable, lo maravilloso.

Un libro que trata de recomponer las cosas con las mujeres, es decir, de darle un mejor y justo lugar dentro de la sociedad, de reivindicarla, de mostrar su mundo a través de sus experiencias de vida en sus oficios. Esa singularidad es realmente un privilegio, por lo que se refiere a la construcción de valores dentro de una sociedad. Ellas que viven todos los días al día, con la necesidad de tener algo suyo, un techo, una historia, un lugar que les pertenezca. Se trata de un libro-espejo el cual refleja lo que somos, pero también lo que debemos ser. Ante él la gente conocerá a esas mujeres personajes, y al mismo tiempo puede y se reconozca en ellas, en sus batallas, en sus luchas, en sus insistencias de vida. Que el lector crezca, que cambie junto con ellas.

Vidas narradas a través de la crónica, ese género que logra trasmitir emociones inusuales, debido, principalmente, a esa reivindicación del regionalismo de la cultura de cierto lugar. Sirve, del mismo modo, para hacer una valoración a la interpretación y al significado de la conciencia social. Ya que la crónica es un género que crea vínculos por el contacto directo; además que permite dar luz a lo marginado; señala cómo esas voces que suelen integrar un colectivo ignorado o masas anónimas resultan individualizadas y hallan un espacio de expresión en ella. Porque la realidad no sólo está en los medios de comunicación dominantes, sino también, en los proyectos que suelen parecer menores.

El oficio de vivir II, dice Barranco Salazar, es un libro al que le guardo singular aprecio debido al proceso de creación y elaboración a causa de la pandemia y todas sus consecuencias. En él, comenta, nos encontramos con un periodismo narrativo que utiliza mecanismos de la literatura, donde intento singularizar, focalizar los hechos, entrar en la mente del otro, redescubrir lo real, o bien hacerlo visible.

Paul Ricoeur, decía que narrar es una de las formas fundamentales en que el ser humano le da sentido a su experiencia. Y narrar es ordenar, elegir, descartar, atreverse, tomar decisiones, de ahí que tengamos que dar voz a otros. En este género hay una voz que emerge, y aunque sea a ínfima escala, cuando existe la voluntad de empatía, como lo dice el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer; el esfuerzo por comprender al otro, el mundo es, al menos, menos injusto.

This article is from: