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Las mexicanas y el cáncer
Pocas palabras de nuestro vocabulario tienen un impacto tan negativo en nuestra vida cotidiana como la palabra cáncer. LAS MEXICANAS Y EL CÁNCER
Cuando una persona es diagnosticada con cáncer, el diagnóstico representaba hasta hace algunos años, una sentencia fatal. Entonces, padecer cáncer representaba sinónimo de muerte.
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Sin embargo, el cáncer es curable cuando es detectado a tiempo, pues la ciencia médica avanza en esta materia a pasos agigantados.
Un diagnóstico oportuno y su atención específica ofrecen un buen pronóstico.
Pero: ¿qué es el cáncer?
El cáncer es un trastorno físico que se puede originar en cualquier parte del cuerpo. Inicia cuando se altera la función de algunas células y estas crecen en forma desordenada y desproporcionada.
La palabra cáncer proviene del griego karkino o cangrejo y este deriva de otra raíz kar, duro, esto al referirse a que se trata de un trastorno duro y de difícil atención.
Es importante saber que el cáncer no es una sola enfermedad pues existen muchos tipos de cáncer y puede desarrollarse en los pulmones, en las mamas, el colon y hasta en la piel, entre otros.
Cada una de las células de nuestro cuerpo tiene ciertas funciones. Nuestras células se dividen de manera ordenada. Sin embargo, estas células mueren cuando se desgastan y se dañan, entonces otras surgen en su lugar.
El cáncer se desarrolla cuando las células crecen fuera de control formando células que desplazan a las normales, dando origen a tejido enfermo que favorece la formación de tumores.
En México, el cáncer afecta en distinta medida a hombres y mujeres, pero en esta ocasión nos referiremos al cáncer femenino, que en nuestro país mata cada año a miles de mujeres, por lo que la prevención a través del diagnóstico oportuno es fundamental para salvar vidas y ofrecer buena calidad de vida a las pacientes.
El cáncer de mama y el cáncer cérvico-uterino constituyen las dos primeras causas de muerte por neoplasias malignas en mujeres mayores de 25 años en México.
Cada dos horas muere una mexicana a causa del cáncer de mama y se estima que al menos nueve mujeres mueren cada día por cáncer en el cuello del útero.
En el caso del cáncer de seno, la autoexploración de mamas es una herramienta que salva vidas y que permite a las mujeres detectar cualquier anormalidad en la piel de los senos, pequeñas protuberan- cias, cambios en la coloración o consistencia de las zonas aledañas a los senos.
Por ello, es imprescindible enseñar a las jovencitas a hacer una rutina de la autoexploración un méto- do preventivo que las remita a la atención de un especialista en caso de ser necesario.
De esta manera, el apoyo diag- nóstico que ofrecen las mas- tografías y otros exámenes como las biopsias, pueden ser la diferen- cia entre la vida y la muerte.
Respecto al cáncer cérvico-uteri- no, la mejor manera de prevenirlo es, ahora que existe la vacuna con- tra el virus del Papiloma Humano, es vacunar a niñas a partir de los 12 años y los dos refuerzos posteriores.
En México como en el mundo, los jóvenes están iniciando su activi- dad sexual a cada vez menor edad, de ahí la importancia de prevenir las enfermedades de transmisión sexual y con ello, erradicar la posibi- lidad de que puedan desarrollar patologías en el cuello de su útero, antecedente del cáncer cérvi- co-uterino.
Los especialistas recomiendan también el chequeo periódico con el ginecólogo y realizarse el examen del Papanicolau, por lo menos una vez al año.
Y para mayor seguridad en el des- carte de una neoplasia, sugieren hacerse un estudio de colposcopía que revela la presencia de cualquier tejido anormal y con ello la certeza de un tratamiento específico.
Cada año, en el mundo, mueren casi 16 millones de mujeres a causa del cáncer cérvico-uterino y mamario y de no incentivar las acciones preventivas, la tendencia puede aumentar en casi 70 por ciento en los próximos 20 años.
Todos podemos hacer nuestra parte en el combate a estas dos mortales variedades de cáncer.
Las madres, enseñando a sus hi- jas los métodos preventivos y en el caso de los varones, asumir la responsabilidad que tenemos en apoyar a nuestras esposas, madres e hijas en promover la importancia de herramientas como la autoex- ploración y los estudios clínicos y radiológicos necesarios.