MANUAL PARA LA
FORMACIÓN DE FORMADORES WS3
Funded by the Erasmus+ Programme of the European Union
Contenido
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Introducciรณn
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Workshop 3: Emprendimiento
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Introducción El objetivo ...de este Kit de formación es el de ofrecer una descripción teórica de los contenidos que se desarrollarán durante los tres talleres. Estos contenidos fueron preparados con el objetivo de ser desarrollados durante un tiempo estimado de 4 horas cada uno y si desea realizar todas las actividades durante este tiempo, debe utilizar nuestras sugerencias de tiempo. En este kit de formación puede encontrar ideas de ejercicios, información sobre los autores principales para cada tema, materiales para utilizar si desea desarrollar las habilidades en su propia clase. Puede usar partes de la formación o toda la formación.
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Workshop 3: Emprendimiento
Autores: Gomez, A.; McKeown, I Entidad: Fundación Universidad-Empresa; University of Wolverhampton
Agenda Actividad
Tiempo
Materiales
Descripción
1. Presentación.
00:20
Diapositiva 1
Breve reseña/ explicación del tema; Breve presentación de los participantes en el entrenamiento.
2. Presentación Challenge Academy.
00:10
Diapositivas Challenge Academy.
Presentación de la plataforma.
3. Emprendimiento. Diferencia entre Empresario y Emprendedor.
00:20
Diapositiva 2
Presentación del concepto y video. No venimos a enseñar emprendimiento venimos a debatir con el profesorado sobre la materia.
4. Ejercicio 1
00:30
Diapositiva 3
¿El emprendimiento se puede enseñar?
5. Objetivos del seminario.
00:15
Diapositivas 4-7 Que pretendemos con este seminario.
6. Definición de emprendedor.
00:10
Diapositiva 8
Debate sobre términos importante pues aquí radican mucho de los conflictos existentes.
7. Competencias.
00:10
Diapositivas 9-15
Emprendimiento en un entorno de Educación Basada en Competencias.
8. Mentalidad.
00:30
Diapositivas 16-19
Elementos clave de la Mentalidad Emprendedora.
9. Ejercicio 2.
00:30
Diapositiva 20
Ser nuestro propio CEO.
10. Ejercicio 3.
00:45
Diapositiva 25
Profesores emprendedores.
11. Conclusiones.
00:20
Evaluación de los resultados de los tres ejercicios y aprobación de las principales conclusiones.
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Presentación del tema y debate terminológico Diapositiva 2
Es muy importante iniciar el presente Seminario aclarando que no se trata de formar sobre la materias sino a plantear un verdadero debate sobre el tema y, que a través de los tres ejercicios que vamos a desarrollar, extraigamos una serie de conclusiones que nos permitan valorar el estado de la materia en su Universidad, en su país, en América Latina y en Europa, con el objetivo de poder establecer juntos un posible planteamiento de futuro que nos ayude a mejorar la empleabilidad de los alumnos y, además a mejorar la capacidad de nuestra Universidad y la propia de todos y cada uno de los que estamos hoy aquí reunidos. Nos adentramos en el debate con una discusión sobre las terminologías. Nos colocamos y pedimos definiciones a cada uno de ellos sobre ambos conceptos: • •
Empresario. Emprendedor.
En la pizarra detallamos las características que nos han dado sobre cada uno de ellos. Generamos desde el inicio un debate intenso y cuanto más abierto mejor, siendo responsabilidad del instructor la de recoger los resultados de los diferentes debate a lo largo del presente Seminario
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Ejercicio 1: ¿El emprendedor nace o se hace? Diapositivas 3-4
Es un debate ya hasta cierto modo anticuado que nos permite establecer el marco general para el desarrollo de la Jormada Objetivos Crear, reconocer y desarrollar oportunidades es el núcleo mismo de la iniciativa emprendedora; Este módulo está destinado a ayudar a las instituciones de educación superior para que puedan analizar sus capacidades para desarrollar entre sus egresados su capacidad emprendedora. ¿Cuál sería la palabra que mejor pudiera describir el concepto de emprendedor?. ¿Y el emprendedor nace o se hace?. El término «emprender» nos ilustra sobre las ambigüedades de esta competencia. En Castellano, Emprender significa «iniciar una acción difícil». El Emprendimiento es una materia de la que todo el mundo habla y que desde hace tiempo ya se ha convertido en una verdadera tendencia. Se ha procedido a dar lo que muchos llaman como verdadera “Fiebre Emprendedora”, que se ha visto traducida en cursos, programas y hasta Grados especializados en Emprendimiento. Pero lo primero que debemos dejar claro es que emprender es algo más que crear una empresa, emprender es una actitud, es una competencia que no nos lleva simplemente a montar un negocio propio, nos lleva a desarrollar unas capacidades que nos pueden definir con independencia de querer crear o no nuestra propia empresa Por tanto, como principio básico, quisiéramos establecer la idea de que: Todo Empresario es un emprendedor, pero no necesariamente todo emprendedor es un empresario.
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La mentalidad emprendedora Diapositivas 8-11
La empresa no se trata solo de habilidades y capacidades comerciales o de establecer nuevas empresas, sino que es una forma de pensar y comportarse que puede tener un impacto en todas las partes de nuestra sociedad y nuestra economía. Aunque la investigación sobre la psicología de los emprendedores sugiere que no hay un conjunto único de características que sugiera el éxito, las siguientes siete características de mentalidad a menudo son compartidas por empresarios exitosos: (Discuta cada uno de estos a su vez con los estudiantes: ¿qué piensan que son más importantes?) Necesidad de Logro: El deseo de sobresalir, para lograr un objetivo específico, ha sido argumentado por McClelland y otros como una característica importante de los empresarios. Alto locus de control interno: el deseo de controlar el propio destino, la creencia en su propia capacidad para determinar su éxito e influir en el entorno externo. Curiosidad: una mente inquisitiva es muy común entre los empresarios y puede fortalecer su capacidad de ver las cosas desde una perspectiva nueva. Siempre haciendo preguntas, buscando diferentes maneras de hacer las cosas; creando o detectando nuevas oportunidades Perseverancia: la determinación de perseverar a través de dificultades y desafíos y resistir el rechazo y la decepción es una mentalidad crítica que mantiene al emprendedor en marcha. Ver los desafíos y los reveses como oportunidades de aprendizaje ayuda a mantener al empresario enfocado y optimista. Autoconfianza: Muchos autores han sostenido que la alta autoeficacia o autoconfianza en sus propias ideas y su capacidad para movilizar recursos y motivar a otros para que sucedan es un rasgo importante de la mentalidad. Actitud de tolerancia a la ambigüedad y toma de riesgos: una capacidad de recuperación y tolerancia a la ambigüedad y el cambio; lo que se ha descrito en el campo del deporte como dureza mental; que ayuda al emprendedor a enfrentar situaciones inciertas y difíciles y aún permanece abierto a tomar decisiones de riesgo es otro factor de mentalidad crítica. Visión: Crear una visión emprendedora es un acto de la imaginación: lo ves en tu mente antes de que se vuelva real en el mundo; elaborando la visión en la realidad. Compartiendo su visión de una manera que inspira a otros, comunicando claramente esto en un mensaje convincente. El emprendimiento no solo se refiere a la creación de nuevas empresas y/o negocios. Hoy en día a su vez es entendida como una competencia que engloba un conjunto de habilidades y destrezas como son la creatividad, el liderazgo, el trabajo en equipo, la innovación, la toma de decisiones…; todas ellas demandadas en el ámbito personal, social y profesional. Por tanto, debemos establecer una clara diferencia entre ambos conceptos. Para ello podremos consultar el siguiente video: https://youtu.be/ZXItr3i_GKc
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La palabra emprendimiento
proviene del francés entrepreneur que significa pionero. Según Fayolle, Gailly y Lassas-‐Clerc (2006), el emprendimiento tiene dos perspectivas.
Por un lado, en términos de impacto directo que se refiere a la creación de nuevas empresas y/o empleo. Y por otro lado, en términos de impacto indirecto. Esto es, el estímulo del espíritu emprendedor. Estos mismos autores sostienen que el emprendimiento no está exclusivamente relacionado con la creación de nuevas empresas o negocios. Esta idea se ver reforzada por autores como Ruiz (2015), Kuratko (2005) y Kirby (2004) al afirmar que el emprendedor no necesariamente debe convertirse en empresario. Damián (2013), por su parte, presenta un doble enfoque. Por un lado está el enfoque utilitarista que hace referencia a la acción de montar una empresa y/o negocio. El segundo enfoque es más bien social y amplio ya que se refiere al conjunto de competencias transversales que cualquier persona puede emplear a lo largo de su vida para ser ciudadano activo y obtener empleo pero no necesariamente para montar una empresa o negocio. Para la Comisión Europea (2008) el emprendimiento es la capacidad de transformar las ideas en acción. Esta se considera una competencia transversal y clave para todos los seres humanos, útil en todos los ámbitos de la vida, tanto personal, social como profesional (Comisión Europea, 2016a; Comisión Europea, 2008).
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Competencias clave
El Parlamento y la Comisión Europea establecieron ocho competencias clave para todo estudiante: 1. Comunicación en lengua materna. 2. Comunicación en lenguas extranjeras. 3. Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología. 4. Competencia digital. 5. Aprender a aprender. 6. Competencias sociales y cívicas. 7. Sentido de la iniciativa y espíritu de empresa. 8. Conciencia y expresión culturales.
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¿Por qué se ha integrado en
el diseño de la Educación el debate sobre las competencias? Esto expresa un enfoque orientado hacia la demanda pero que precisa complementarse con una conceptualización de la competencia como estructura mental de carácter interno en el sentido de capacidades o disposiciones relacionadas con las personas (Rychen y Salganik, 2006). Cada competencia se construye en cuanto integración de habilidades cognitivas y prácticas asociadas, saberes, creatividad, motivación, valores, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de la conducta que se movilizan para efectuar una acción efectiva. Resulta que existe una clara disociación entre el tipo de profesional que el tejido empresarial demanda y el tipo de formación que se imparte. A su vez, el profesorado se está alejando de la empresa. Se le exige dedicación plena a la enseñanza y no se le facilita compaginar actividades educativas con el desempeño profesional dentro de los sectores productivos para los que están formando. Además, los intentos de acercamiento de la empresa a la universidad o viceversa se ven como un posible ataque a su autonomía en vez de oportunidades de mejora y por tanto, se dificulta una retroalimentación mutua. Es en este entorno en el que la Empleabilidad, entendida como la capacidad o potencial de un alumno para ser seleccionado por una empresas, se establece a través del desarrollo de unas competencias clave, como son las que hemos señalado con anterioridad. La necesidad de que los individuos piensen y actúen de manera reflexiva es central para este marco de competencias. La reflexión implica no sólo la habilidad para aplicar una fórmula rutinariamente, o un método para afrontar una situación, sino también la habilidad para manejar el cambio,
aprender de la experiencia y pensar y actuar con una perspectiva crítica. Nosotros nos vamos a centrar no en un debate sobre los conceptos, nos queremos centrar en la competencia emprendedora, por otro lado, común en ambos términos. Por tanto, ¿qué es la Competencia Emprendedora? ¿Por qué es una competencia clave para el futuro de nuestros egresados?. Porque al final, Emprender es una forma de enfrentarse a la vida, una manera diferente de ver las cosas y hacer de ellas algo distinto. Es encontrar oportunidades en las peores situaciones y aprender a aprovechar el lado más positivo de cada momento. También es creer en nosotras y nosotros mismos más allá de lo que digan las demás personas, y seguir adelante con nuestras ideas hasta el final. A lo largo de las próximas páginas vamos a plantear ideas, sugerencias y argumentos que los puedan llevar a la reflexión sobre cómo hacer de nuestros egresados unos grandes emprendedores, cómo podremos ayudarles a desarrollar esta competencia. Este documento no se presenta ni pretende ser un manual técnico o científico sobre emprendimiento, por dos razones, en primer lugar porque en la Red tienen a su alcance toda la información que puedan necesitar sobre la materia, pero, sobre todo porque no hemos venido aquí a tratar de formarles en emprendimiento. Venimos aquí a compartir con Uds. Ideas y experiencias, reflexiones sobre cómo ser transformadores, como ser facilitadores, como ser instrumentos del cambio en nuestras respectivas instituciones de educación superior. Como poder llegar ser nosotros los primeros emprendedores y enfrentarnos al resto de ayudar a nuestros alumnos a desarrollar esta competencia.
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¿Por dónde empezamos?
La Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea, en la puesta en práctica del Programa Educación y Formación “Competencias clave para un aprendizaje a lo largo de la vida”, señala que el espíritu emprendedor conlleva la responsabilidad de las acciones propias, junto al desarrollo de una visión estratégica, saber marcar y cumplir objetivos y estar motivado para el éxito. Esta definición nos da un buen punto de inicio. Emprender como la capacidad de poder poner en marcha ideas creativas para solucionar problemas reales en nuestra vida. Por lo tanto, hablamos de poder desarrollar nuestra creatividad, nuestra capacidad de resolver problemas, de motivarnos, de superarnos, de tomar la iniciativa, y todo ello trabajando en conjunto con otras personas y, en muchas ocasiones hacerlo asumiendo ciertos riesgos y, sobre todo teniendo confianza en nosotros mismos. Tras leer este último párrafo, todos podremos ser conscientes de la importancia de una competencia como ésta y que, para muchos el desarrollo de la misma puede significar la diferencia entre el éxito o el fracaso profesional. Ante todo, debemos ser plenamente conscientes de que hablamos de un concepto tremendamente amplio, la amplitud de la competencia emprendedora ha hecho que se la denomine de varias maneras en los textos internacionales: «actuar autónomamente» (OCDE), «espíritu emprendedor» (UE), «autonomía e iniciativa personal». Capacidad Emprendedora, porque cada día se hace más patente la necesidad de convertir las necesidades y los deseos en actos de voluntad, consistentes en tomar decisiones, hacer elecciones y dirigir la acción.
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Hablamos de:
1. Desarrollar la capacidad de actuar dentro del marco general. De comprender patrones en el contexto de las acciones y las decisiones, tener una idea sobre el sistema en el que se vive. De
3. De asumir una orientación hacia el futuro que implica optimismo y desarrollo del potencial personal, pero también un asentamiento firme en el ámbito de lo viable. Hablamos por tanto de una visión
Supone poder transformar ideas en acciones; es decir, proponerse objetivos y planificar y llevar a cabo proyectos.
conocer las estructuras sociales, la política, las prácticas sociales, las reglas formales e informales, las expectativas, los roles, y comprender leyes y reglamentos, conocer las normas sociales no escritas, los códigos morales, los modales y el protocolo. De poder identificar las consecuencias directas e indirectas de las acciones y elegir entre distintas posibilidades de acción, reflexionando sobre sus potenciales consecuencias en relación con las normas y los objetivos individuales y compartidos. 2. De desarrollar la capacidad de formar y llevar a cabo planes de vida y proyectos personales. De aplicar el concepto de «Project management» a las personas. Requiere que los individuos interpreten la vida como una narración ordenada, a la que pueden dar sentido y propósito en un entorno cambiante, a menudo fragmentado.
diferente, de una verdadera mentalidad emprendedora (ver imagen), que conlleva el desarrollo de una seria de indicaros empresariales y emprendedores, como nos indicaba en su momento el Prof. José Antonio Marina. (Ver cuadro). Esta competencia se refiere, por una parte, a la adquisición de la conciencia y aplicación de un conjunto de valores y actitudes personales interrelaciona- das, como la responsabilidad, la perseverancia, el conocimiento de sí mismo y la autoestima, la creatividad, la autocrítica, el control emocional, la capacidad de elegir, de calcular riesgos y de afrontar los problemas, así como la capacidad de demorar la necesidad de satisfacción inmediata, de aprender de los errores y de asumir riesgos. Por otra parte, remite a la capacidad de elegir con criterio propio, de imaginar proyectos, y de llevar adelante las acciones necesarias para desarrollar las opciones y planes personales –en
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Fuente: La Competencia Emprendedora. José Antonio Marina (2010)
el marco de proyectos individuales o colectivos– responsabilizándose de ellos, tanto en el ámbito personal, como social y laboral. Supone poder transformar las ideas en acciones; es decir, proponerse objetivos y planificar y llevar a cabo proyectos. Requiere, por tanto, poder reelaborar los planteamientos previos o elaborar nuevas ideas, buscar soluciones y llevarlas a la práctica. Además, analizar posibilidades y limitaciones, conocer las fases de desarrollo de un proyecto, planificar, tomar decisiones, actuar, evaluar lo hecho y autoevaluarse, extraer conclusiones y valorar las posibilidades de mejora. Exige, por todo ello, tener una visión estratégica de los retos y oportunidades que ayuden a identificar y cumplir objetivos y a mantener la motivación para lograr el éxito en las
tareas emprendidas, con una sana ambición personal, académica y profesional.
uadamente a los demás las propias decisiones, y trabajar de forma cooperativa y flexible.
Además, comporta una actitud positiva hacia el cambio y la innovación que presupone flexibilidad de planteamientos, pudiendo comprender dichos cambios como oportunidades, adaptarse crítica y constructivamente a ellos, afrontar los problemas y encontrar soluciones en cada uno de los proyectos vitales que se emprenden.
Otra dimensión importante de esta competencia, muy relacionada con esta vertiente más social, está constituida por aquellas habilidades y actitudes relacionadas con el liderazgo de proyectos, que incluyen la confianza en uno mismo, la empatía, el espíritu de superación, las habilidades para el diálogo y la cooperación, la organización de tiempos y tareas, la capacidad de afirmar y defender derechos o la asunción de riesgos.
En la medida en que la autonomía e iniciativa personal involucran a menudo a otras personas, esta competencia obliga a disponer de habilidades socia- les para relacionarse, cooperar y trabajar en equipo: ponerse en el lugar del otro, valorar las ideas de los demás, dialogar y negociar, la asertividad para hacer saber adec-
En síntesis, la autonomía y la iniciativa personal suponen ser capaz de imaginar, emprender, desarrollar y evaluar acciones o proyectos individuales o colectivos con creatividad, confianza, responsabilidad y sentido crítico.
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Hablamos por tanto petencias.
de capacitar a nuestros alumnos en com-
El Informe the Interagency Working Group on Life Skills in EFA, Education For All (UNESCO, 2004) concluye que la educación en competencias para
Los métodos de enseñanza deben ser interactivos y centrados en el estudiante, y debería conllevar cambios en el comportamiento, basándose en las necesidades de los participantes. En muchos países se han iniciado programas para desarrollar esta
No estamos sólo educando en competencias; estamos formando ciudadanos. No estamos enseñando destrezas, sino ayudando a formar personalidades creadoras y buenas. la vida debe ser un proceso educativo de desarrollo de conocimientos, actitudes, valores y habilidades para afrontar nuevos desafíos a lo largo de la vida. Es una educación relacionada directamente con el desarrollo humano sostenible, porque promueve las capacidades humanas. El informe Life-Long Learning in the Knowledge Economy, de la Global Conference on Life Long Learning (Stuttgart 2002, Banco Mundial) asegura que el crecimiento está cada vez en mayor medida dirigido por el conocimiento. La economía del conocimiento supone un desafío para los sistemas educativos en todo el mundo, ya que los mercados de trabajo demandan habilidades tradicionales y nuevas competencias. Las instituciones y las políticas deben alinearse para crear sistemas educativos de alto rendimiento y centrados en el estudiante (learner driven)
competencia, poniendo la mayor parte de las veces el énfasis en el aspecto empresarial, es decir, en el campo del emprendimiento económico La adquisición de competencias requiere una multiplicidad de experiencias, en varios niveles, de manera que los alumnos puedan ejercitar sus capacidades, contrastar sus ideas y desarrollar sus propios intereses. Los programas de alumnos emprendedores están en esta corriente de aprendizaje a través de la experiencia directa. También las iniciativas de voluntariado, de servicio social, que se promueven desde la escuela, permiten al alumno participar en proyectos reales, desarrollando su autonomía e iniciativa personal. La definición de las competencias claves necesarias para que los individuos lleven una vida exitosa y responsable y para que la sociedad enfrente los retos del presente y del futuro cercano origina muchas dudas como: ¿qué tipo de sociedad imagi-
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namos y deseamos? O, de lo contrario, ¿cuál es el no deseable?
Educación = instrucción + formación del carácter.
¿Qué hace exitosa una vida? ¿A qué desarrollo social y económico nos referimos? ¿Se está discutiendo la transformación del orden social existente o su conservación? (Rychen y Salganik, 2004, p. 31).
Combinar el potencial educativo y el científico con las cualificaciones empresariales mediante el desarrollo de competencias emprendedoras posibilitará el aprovechamiento de los resultados académicos y los logros de la investigación científica para alcanzar progresos en el avance, innovación y mejora de la sociedad actual.
Cuando estudiamos la competencia de emprender, debemos definir qué proyectos consideramos más valiosos para la sociedad, porque serán los que trataremos que los alumnos emprendan. No nos interesa educar la competencia de emprender si no establecemos unos objetivos personales y sociales, concreta- dos en un conjunto de valores compartidos (Marina, 2004). No estamos sólo educando en competencias; estamos formando ciudadanos. No estamos enseñando destrezas, sino ayudando a formar personalidades creadoras y buenas. Por eso, creo que el modelo educativo que mejor recoge estas aspiraciones, y puede aprovechar además una rica tradición pedagógica, es el que considera que la educación debe regirse por una sencilla fórmula:
“Los profesores y profesoras pasan a convertirse en el recurso crítico más valioso de nuestra sociedad, pues deben ser los actores que deben protagonizar el cambio” (De la Fuente, Vera y Cardelle-‐Elawar, 2012, p.958). De hecho, recientemente se viene hablando del término teacherpreneur que es una combinación de profesor y emprendedor. Los teacherpreneurs son profesores con pasión, seguros, flexibles, que rompen las reglas preestablecidas y cuentan con expertos en sus clases (Arruti, 2013). Es preciso señalar que la universidad hoy en día se ha sumado a la tercera misión, conocido también como modelo de triple hélice (universidad-‐in-
dustria-‐gobierno). En otras palabras, además de la enseñanza y la investigación, el nuevo papel de la universidad es contribuir a la economía (Etzkowitz y Leydesdorff, 1998). Es más, el profesorado universitario debería promover la formación emprendedora pero lamentablemente no ocurre así en muchos casos: “El profesorado universitario tiende a primar la formación específica de cada disciplina en detrimento de la formación emprendedora, entre otros motivos por una falta de desconocimiento por su parte de cómo enseñar su disciplina de manera emprendedora” (Ripollés, 2011, p.84). El enfoque adecuado para desarrollo de las competencias emprendedoras debe fortalecerse desde la perspectiva educativa mediante la utilización de las habilidades de la creatividad, capacidad de iniciativa personal y grupal, resolución de problemas, la valoración de los riesgos económicos y la elaboración de planes y proyectos empresariales, la toma adecuada de soluciones, etc. ¿Nos sumamos al reto?.
Ejercicio 2: Ser nuestro propio CEO Se trata de un ejercicio colaborativo. Primero se deben poner en común las ideas y visiones sobre el concepto de llegar a ser nuestro propio CEO. El principio básico radica en que las competencias emprendedoras no deben focalizarse en abrir nuestra propia empresa, no todo el mundo es válido para ser un Empresario. Pero sí todo el mundo puede y debe ser un emprendedor. De ahí surge la tendencia en la Educación Superior de llevar los principios básicos de la educación emprendedora hacia la idea de que todo alumno, de que todo egresado debe ser el CEO de sí mismo. ¿Y esto que significa? Que debe estar capacitado para afrontar, analizar y resolver problemas que deberá afrontar en su vida diaria y hacerlo para ello con las competencias propias del emprendedor: • • • • •
Empuje. Iniciativa. Creatividad. Sin miedo al fracaso. Con capacidad de asumir los errores, aprender y volver de nuevo a intentarlo.
Todas las Universidades americanas pertenecientes a la Ivy League han dado una prioridad fundamental hacia este objetivo. Nosotros. • • • •
Profesores Universitarios. Desde nuestra experiencia. Con nuestros conocimientos. ¿Cómo podemos plantear acciones concretas que les permitan a nuestros alumnos poder alcanzar este objetivo?
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Planteamos • • •
Trabajar en parejas. Analizar los principios mencionados que serán explicados por el Instructor. Tratar de desarrollar posibles herramientas docentes (la imaginación será nuestro límite, tratemos de ser disruptivos y de pensar de una forma diferente).
No hay límites y todo vale • • • •
Plantear tipo de actividad que podría ser desarrollada en el seno de un aula con estudiantes de Educación Superior. Objetivo. Instrucciones. Desarrollo.
Al final del ejercicio todas las parejas presentarán sus propuestas y los asistentes decidirán cuál es la mejor de ellas para poder ser tomada en consideración de cada a futuros progresos concretos en posibles proyectos de Educación Emprendedora.
Ejercicio 3: El profesor emprendedor Objetivo ¿Cómo podemos ser los profesores los primeros emprendedores que demuestren los efectos beneficiosos del emprendimiento desde las propias aulas? ¿Cómo se relaciona el perfil docente con la competencia emprendedora?: Ya hay muchos trabajos cuyo origen son los propios docentes de las Universidades de la Region: https://bit.ly/2unNrV8 Hemos analizado a lo largo de la sesión la importancia de la competencia emprendedora y cómo podemos incorporar la cultura emprendedora en el seno de las actividades docentes. Pero, la competencia emprendedora no tiene mejor forma de ser transmitida que con el ejemplo. ¿Cómo el Profesor Universitario puede ser un ejemplo emprendedor para su alumno? Por tanto, en el marco de la última reflexión, queremos hacerles la siguiente pregunta: ¿SE PUEDE SER PROFESOR Y SER EMPRENDEDOR? De nuevo no nos referimos a compatibilizar la docencia con la gestión de un proyecto empresarial propio. Nos referimos a todas y cada una de las características en las que se divide la competencia emprendedora.
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¿Hoy, 2018, es posible ser profesor y emprendedor? ¿Existe el “Teacherpreneur”? • • • • • •
Debate abierto. Analizar los comentarios de los profesores en función del país en el que presten su docencia. ¿Qué necesitarían para serlo? ¿Si ya lo son cómo lo han logrado? ¿Qué consejos podrían ofrecer? ¿En su país se fomenta el ser emprendedor?
Seminario Emprendimiento Instrucciones a los instructores •
Al igual que los dos anteriores hablamos de un Seminario previsto sobre una duración de 4 horas.
•
En este caso el Seminario busca más centrarse en un proceso de debate y de reflexión que en un Seminario tradicional donde se produce una transmisión de conocimiento del instructor al instruido.
•
El Emprendimiento, entendido como una competencia transversal, debe ser trasmitido de una forma totalmente diferente, se trata de generar convencidos de la causa emprendedora, se trata de generar embajadores del emprendimiento.
•
Debemos y queremos generar una nueva generación de docentes que sean capaces de transmitir a sus estudiantes una nueva forma de ver la vida, que enseñemos a nuestros estudiante que la vida profesional se va a focalizar en resolver problemas a diario que van a tener que afrontar y van a tener que tratar de dar solución: esta es la Filosofia de SER NUESTRO PROPIO CEO, de la filosofía en la que pivota todo el planteamiento de este Seminario.
•
El Seminario por tanto puede seguirse perfectamente por las slides sin necesidad de un documento guía, si bien existe un documento detallado en los Materiales de Soporte para todo aquel que opte por ese camino, así mismo hemos procedido a recopilar una de las mayores bibliografías útiles sobre emprendimiento y competencia emprendedora, que ponemos a disposición tanto de los formadores como de sus futuros discípulos.
•
Planteamos por tanto este Seminario como una jornada de análisis donde el formador deberá conseguir al final de la misma una serie de conclusiones, ideas y propuestas que puedan ser puestas en común con todos los socios del Proyecto.
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La parte práctica pivotará sobre los tres ejercicios que se detallan: 1. ¿EL EMPRESARIO NACE O SE HACE? El emprendedor es innato o es una competencia que puede ser desarrollada a través de la práctica. ¿Todo tipo de personas pueden ser emprendedoras? 2. SER NUESTRO PROPIO CEO. Aquí planteamos un ejercicio de reflexión que nos pueda llevar a que los profesores participantes puedan aportar sus ideas y su experiencia de cómo llegar a lograr ese paradigma a través de la Docencia, y qué instrumentos o metodologías concretas se podrían implementar. 3. PROFESOR EMPRENDEDOR: ¿Cómo iniciar el reto siendo el profesor el primer emprendedor del aula? ¿Cómo un profesor puede ser emprendedor? ¿Qué necesita de su institución para lograrlo?. Si estos tres ejercicios se desarrollan de una forma adecuada las conclusiones alcanzadas, que deberían ser sometidas a la aprobación de los asistentes, serán de una enorme utilidad.
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Contacto Marina Ventura, Coordinador. Oficina de Alumni y servicios de carrera. Instituto Universitario de Lisboa (ISCTE-IUL) T: +351 21 790 3000 marina.ventura@iscte.pt Av. das Forças Armadas, 1649-026 Lisboa, Portugal.
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