IDEAS EDITORIAL Y SITUACIONES
Hacia una democracia participativa Jorge Gustavo Munévar Mora72
Artículo recibido: 2011/05/15 Artículo aprobado: 2011/06/20
Ciudad Paz-ando Bogotá, primer semestre de 2011. Vol. 4, núm. 1: págs. 58-66
Introducción
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U
no de los temas de mayor consenso en la Carta Constitucional de 1991, está el de la participación (art. 1º C.P.) establece que un fin esencial del Estado es el de “facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la nación…” (art. 2 C.P.). Dentro de estos fundamentos es claro que el nuevo ordenamiento jurídico se basa en la soberanía popular y en la democracia participativa; la pretensión es que el pueblo pueda ser el responsable de su propio destino; quien establezca su camino; el derrotero de sus propios intereses; los de la comunidad y los de la sociedad en general.1
La participación, tiene una doble connotación: es un derecho del ser humano y a la vez se constituye como un deber. “En este nuevo estilo de democracia, el ciudadano está llamado a tener parte activa en el gobierno de su país mediante y diversos y múltiples medios de elección, consulta, control, vigilancia e impulso”2. La democracia está ligada a la participación; es el nivel de participación ciudadana lo que garantiza y legitima una verdadera democracia; la Constitución estipula que la soberanía reside única y exclusivamente en el pueblo y que de él emana el poder público. El Estado tiene como finalidad, entre otras, propiciar que la ciudadanía sea consciente
1 Abogado, investigador, profesor universitario, magister en educación superior, asesor de la Asamblea Nacional Constituyente, miembro de la Comisión Especial Legislativa.
2 Córdoba Triviño, Jaime. “Carta del Defensor”. En: Revista Su Defensor Nº 8, Bogotá, Marzo de 1994.