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Una trayectoria, una obra, una biblioteca: el legado de Bernardo Lemus Mendoza
Legado
Una trayectoria, una obra, una biblioteca: el legado de Bernardo Lemus Mendoza
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“En diciembre 16 de 2011, por iniciativa de sus hijos, se inauguró la Biblioteca “Lic. Bernardo Lemus Mendoza” -Yo’o Guatemala-, como un acto que buscaba dignificar la memoria de un destacado académico, sobresaliente profesional, ilustre y excelente ser humano, asesinado durante la oscura historia de nuestro país”.
De esa forma inicia la breve reseña que Brenda Itzé Lemus Gordillo, hija de Bernardo Lemus Mendoza, publicó en el FB de la biblioteca municipal de Purulhá, Baja Verapaz, de la cual es Directora Ejecutiva ad honorem.
“Sin tenerlo planificado, me acerqué y me enamoré de los niños de Purulhá, quienes al igual que mi papá cuando niño, se aferraron a cualquier mínima oportunidad”, agrega Brenda Itzé en su testimonio sobre el más reciente legado de quien fuera destacado dirigente juvenil y estudiantil, revolucionario, economista brillante, connotado profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y miembro del Consejo Superior Universitario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, asesinado por agentes del Estado el 29 de enero de 1981.
Su trayectoria revolucionaria
Hace 37 años cayó abatido a balazos el economista Bernardo Lemus Mendoza a manos de los equipos de asesinos que actuaban dentro del Ejército y las
1. Este segmento fue elaborado por el historiador Edgar Ruano Najarro, especialista en la historia del movimiento obrero y comunista en Guatemala.
policías Nacional y de Hacienda. Era originario de Purulhá, Baja Verapaz, de una modesta familia rural que lo vio nacer en 1933.
No era la primera vez que Bernardo Lemus, Nayo Lemus, como se le llamaba en la Universidad de San Carlos, estaba en la mira de los represores. Quizá en 1955 o 1956 Nayo estuvo a punto de caer en una redada de la policía, pero logró escapar y frente a la implacable persecución partió al exilio en México. Y es que Nayo Lemus, a los veinticinco años de edad, ya era un cuadro revolucionario de primera.
Su trayectoria revolucionaria había empezado hacia 1949, en establecimientos de secundaria en la ciudad de Cobán, Alta Verapaz, en donde se había distinguido como líder estudiantil. Por esos años trabó contacto con la organización Alianza de la Juventud Democrática (AJD), organización juvenil de orientación revolucionaria y, junto con militantes del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) de esa ciudad, llevó a cabo muchas actividades políticas, culturales, sociales, con el fin de atraer más miembros a la AJD. A la altura de 1951 ingresó formalmente al PGT y como resultado de su capacidad de trabajo, su disciplina y entrega revolucionaria fue electo como delegado al II Congreso partidario, en diciembre de 1952. Desde entonces, a los 19 años, fue destacado por el Partido para llevar a cabo tareas organizativas y políticas entre la juventud guatemalteca.
A la caída del régimen revolucionario en 1954, el PGT se vio obligado a pasar a la vida clandestina y los militantes que se quedaron en Guatemala se dieron a la tarea de reconstruir las estructuras del partido. Nayo estuvo entre ellos, y por un tiempo fue un enlace secreto entre los miembros de la dirección, que vivían en una rigurosa clandestinidad, y el resto del partido. Así, pues, Nayo Lemus fue una pieza importante en la recuperación democrática operada entre 1954 y finales de esa década.
Después de su regreso de México, a principios de 1957, Nayo se hizo cargo de la Juventud
Patriótica del Trabajo (JPT), organización juvenil a cuya creación había contribuido. Dada la importancia del trabajo desarrollado por Nayo en esos años, durante un buen tiempo era invitado permanente a las reuniones del Comisión Política, que, como se sabe, era el órgano de dirección política más importante en la estructura partidaria.
Así transcurrió la juventud de Nayo, en la vida legal bajo el gobierno revolucionario de Árbenz, en la clandestinidad bajos los gobiernos derechistas de Carlos Castillo Armas, Miguel Ydígoras Fuentes y Enrique Peralta Azurdia.
Docente de primera línea
De acuerdo con una semblanza sobre su vida profesional, publicada por la agencia alternativa de noticias Cerigua en diciembre de 2011, Bernardo Lemus fue profesor de varias generaciones de economistas; impartió la cátedra de Desarrollo Económico en el pensum de estudios del plan de estudios de 1969, en la Facultad de Ciencias Económicas de la USAC. Citando al también economista Eduardo Antonio Velásquez Carrera, quien fuera alumno de Lemus Mendoza, el académico se graduó en 1969 y emprendió estudios de postgrado en Italia, en el Instituto di Studi per lo Sviluppo Economico en Nápoles; en su desempeño profesional trabajó en compañías de seguros y otras empresas, fue líder estudiantil, presidente de la Asociación de Estudiantes de 1961-1962 y secretario de la Facultad de Ciencias Económicas en el período de 1967-1970.
En la universidad estatal, recuerda la nota de Cerigua, fue representante del claustro de profesores de su facultad ante el Consejo Superior Universitario (CSU) y Director General Financiero; fue presidente del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR/USAC) entre 1976 y 1978.
Velásquez, citado por Cerigua, recordó que Lemus Mendoza fue candidato a Rector de la USAC en las elecciones que ganara Saúl Osorio Paz y se encontraba laborando en la Secretaría General de Planificación Económica cuando fue asesinado durante el gobierno de Lucas García, el 29 de enero de 1981.
Bernardo Lemus Mendoza (Fotografía recuperada de https://cerigua.org/ article/distinguido-docente-de-la-usac-asesinado-en-1981-s/)
Días antes de morir, el académico fundó junto a su esposa, la también economista Thelma Isabel Gordillo, el Hotel Posada Montaña del Quetzal, pionero en promover el concepto de ecoturismo y conservación de los bosques de la zona de la Verapaz.
La biblioteca
De acuerdo con el ya citado reporte de Cerigua, el 16 de diciembre se realizaría el acto público de dignificación, en el que la biblioteca municipal de Purulhá recibió el nombre de Bernardo Lemus Mendoza. En el acto se entregarían 160 libros, dentro de los cuales aproximadamente 53 títulos sobre memoria histórica e historia reciente de Guatemala. Según el relato de Brenda Itzé, a mediados de 2012 la municipalidad de Purulhá abrió al público los servicios de la biblioteca. “No fue sino en noviembre de ese año que personalmente me embarqué tiempo completo en este viaje sin retorno”, comenta.
Y agrega “las ideas maravillosas de acción, un equipo de distinguidos profesionales y amigos comenzaron a dar fruto con casi el 100% de efectividad para aquel chico que entrara a la biblioteca buscando apoyo, porque todos queremos mejores oportunidades de vida.
“Fue así como, sin pensarlo, se inició el cambio al que se han sumado voluntarios grandes y chicos, entidades del Estado,
profesionales, iniciativa privada, niños y padres de la comunidad.
“Hoy por hoy somos cientos de personas en diferentes continentes, quienes le apostamos al sueño y legado de Nayo Lemus, como era cariñosamente llamado por quienes tuvimos la suerte de conocerlo”, dice su hija.
El legado humano de Bernardo Lemus: su hija y sus hijos en la inauguración de la biblioteca que lleva su nombre en Purulhá, Baja Verapaz. (Fotografía recuperada de https://www.facebook.com/ search/top/?q=biblioteca%20 lic.%20bernardo%20lemus%20 mendoza)
Diversas vías para el desarrollo de Guatemala: la tesis de Bernardo Lemus2
Prólogo
(Julio Gómez Padilla)
El joven economista Bernardo Lemus Mendoza me ha pedido que prologue el sobretiro de su tesis profesional, presentada al Tribunal examinador en el reciente acto de su graduación bajo el título: “DIVERSAS VIAS PARA EL DESARROLLO DE GUATEMALA”. Lo hago con mucho entusiasmo, por dos razones principales: 1) El Licenciado Lemus Mendoza es de una nueva generación de economistas que es promesa para la profesión y la ciencia; que une a su pasión y energía una definida vocación por el estudio y la labor investigativa, especialmente en lo que atañe a los problemas
2. Reproducimos a continuación el Prólogo escrito por Julio Gómez Padilla y una Nota del Autor, para su obra Diversas vías para el desarrollo de Guatemala, publicada en diciembre de 1966 por la Editorial Escolar Piedra Santa. Revista Análisis de la Realidad Nacional agradece a Jacqueline Rodríguez el apoyo para transcribir estos textos. populares. 2) El trabajo de tesis fue realizado centrando el problema, sin recurrir a excesivos análisis abstractos o parcializadamente cuantitativos cuando no también con fuerte pecado de subjetivismo, como los que suelen emplearse por ciertos economistas, que han hecho del esoteriamo y el fárrago un método.
Él prefirió ensayar una investigación objetiva, histórica, cualitativa y visionaria, del problema de las vías del desarrollo para Guatemala, recurriendo a las penetrantes categorías del Materialismo Histórico. La aplicación del método dialéctico materialista a este tipo de cuestiones, es ya de incalculable valor científico; invita a un análisis o discusión progresiva a base de los hechos reales, de la vida misma y no de esquemas de desarrollo a veces construidos contra las convicciones y experiencias mismas del economista, que los imagina a los acomoda
a las presiones políticas circunstanciales.
En el Licenciado Lemus Mendoza no encontramos ninguna dicotomía; al contrario, él en su lucha como estudiante y como ciudadano y ahora como economista, viene sosteniendo que para que Guatemala pueda desencadenar sus fuerzas productivas y organizar sus relaciones de producción con vivencia de la justicia social, es insoslayable, urgente, un cambio cualitativo profundo en la estructura de la producción, especialmente en su sector agrario, donde el hombre sin tierra y sin salario se halla hoy, como ayer, oprimido por el terrateniente latifundista y las condiciones miserables que lo rodean, consecuencias del estancamiento general del país y la voracidad y unilateralidad de la inversión monopólica extranjera; es decir: consecuencia de las subsistencias feudales y del imperialismo, si queremos hablar claro.
Pretender caminar cuantitativamente, a pasitos y regresones, con habilidades de ratón y claudicaciones, dentro de esa contradictoria y pesada telaraña de intereses creados, capaces de sobornar, doblegar y aún de derrocar gobiernos, es sencillamente utópico. El economista que sostenga que sin reformas estructurales profundas (¡y ya nadie se atreve a sostenerlo, por lo menos verbalmente!) puede encontrarse la marcha en vez del traspiés, el porvenir en vez del encharcamiento, traiciona su condición científica. Por ello el licenciado Lemus certeramente nos señala que, haciendo honor al ilustre apellido de nuestra Ciencia, herencia de Montchrétien y los clásicos, los problemas económicos los economistas deben enfocarlos también políticamente. Solo así las soluciones no se quedarán plasmadas en modelos ideales impecables y podrán tener juego en la vida social, condicionada necesariamente por la lucha y organización de los hombres según sus intereses de grupo o de clase.
Tres vías posibles de desarrollo para países atrasados como el nuestro, analiza el autor de la tesis. La vía capitalista independiente, que fuera (pero ya no lo es más) una posibilidad histórica a finales del siglo XVIII, si ponemos en la línea divisoria entre la Edad Media y la moderna a la Revolución francesa por su profundidad y trascendencia en el mundo entero. La vía capitalista
dependiente (que en cierta forma combatiera Federico List), en la que la misma burguesía nacional resulta entregada y sujeta al capital monopolista extranjero, a través de la libertad absoluta para comerciantes e inversionistas, las alianzas para el progreso, las seudo integraciones económicas, los préstamos y las asistencias técnicas, las garantías al capital, etc., vía que no puede tener por meta real beneficiar al país ni menos a su población, pues fundamentalmente se abre en provecho de los grandes intereses foráneos.
Y la vía no capitalista, que el ponente caracteriza como basada en lo esencial en los intereses nacionales, en un amplísimo respaldo social y político, policiasista; en una acumulación de fuerzas suficientes para reestructurar sobre bases nuevas a la economía, sobre todo a la economía agraria, y desarrollar un fuerte sector mixto y estatal de producción, impulsor y dirigente del desarrollo económico, revolucionaria y democráticamente planificado en todos sus aspectos. El Lic. Lemus lo califica como un régimen temporal dentro del que se plantean en nuevas formas la lucha de clases y durante el cual, acordemente con las metas elegidas y ajustadas a las exigencias de resolver prontamente, problemas populares ingentes y seculares tales como el subempleo y la deficiencia del ingreso individual, el hambre, la desnutrición y la enfermedad, el analfabetismo, la inadecuada tenencia de la tierra, es posible (dentro de ciertos límites) estimular la colaboración de los sectores más patrióticos y progresistas de la burguesía nacional. Esta esperanza, desde luego –y en esto disentimos un tanto con el autor de la tesis–, no podemos extenderla al capitalismo financiero, difícil, por otra parte de caracterizar con precisión científica en nuestro medio, salvo como servidor o apéndice directo del imperialismo o del naciente capital bancario guatemalteco, todavía dominado por los señores de la tierra y del gran comercio de importación.
En los días actuales de existencia y vigorización del mundo socialista, de clamor violento de los pueblos coloniales y semicoloniales y dependientes por su liberación económica y política, y de lucha clasista de los pueblos por el desarrollo económico (cuantitativamente entendido, subrayémoslo), de búsqueda de formas humanas y equitativas de organización social
que eviten la enajenación del hombre y su aplastamiento por las mismas fuerzas que ha sido capaz de crear a través de la historia, es imposible digo, que en esta época de guerra fría y caliente y de revoluciones populares, que la burguesía no se amedrante y haga pactos “antikomunistas” hasta con sus jurados enemigos de ayer: los terratenientes semifeudales y los inversionistas monopolistas, no obstante que estén disputándole su patio.
Esta es una de las razones fundamentales del cierre de la vía capitalista independiente, otrora a la orden del día. Hoy por hoy están en juego la penetración imperialista, en mayor o menor grado, grotesca o disimulada, o la liberación político económica decidida de los pueblos rompiendo las cadenas del imperialismo y la férula anacrónica de los terratenientes feudales. Pero este tercer camino: la vía no capitalista, por el masivo y recio apoyo social que demanda, en nuestros países subdesarrollados sólo puede lograrse a base de un programa de hondas y amplias reestructuraciones, firme y claro, revolucionario, el cual, por su propia dinámica y el conocimiento de las leyes objetivas que rigen las relaciones económico-políticas mundiales, aunque se inicie como vía no capitalista y camine así por algún tiempo, tendrá que desembocar irreversiblemente en una sociedad nueva.
Guatemala, diciembre de 1966 Lic. Julio Gómez Padilla
Nota del autor
(Bernardo Lemus Mendoza)
Debido al interés demostrado por muchos amigos y compañeros en conocer esta tesis, así como otras personas pertenecientes a los diversos sectores sociales, que como aquellos, están interesados en el desarrollo económico y social del país, ampliamos la edición de este trabajo presentado en el acto de graduación, cuyo título inicial es “DIVERSAS VIAS PARA EL DESARROLLO DE GUATEMALA”, pero que dada la similitud de problemas, puede perfectamente generalizarse a toda el área centroamericana, sin que pierda, en lo fundamental, su validez.
Aprovechando la oportunidad, quisiéramos profundidad en algunos aspectos y aclarar algunas dudas y comentarios que sobre el punto fundamental de la tesis se han expresado.
1. En relación a esto último, principalmente se han expresado dudas en el sentido de si será posible “un tercer camino” de desarrollo, incluyendo dentro los otros dos: “el camino capitalista”, y el “camino socialista”. Quisiéramos aclarar de una vez por todas que la “vía no capitalista de desarrollo”, no constituye ese “tercer camino”. Quizá tal interpretación se debe al título original, razón por la cual hemos quitado de él la primera palabra del mismo. Con el objeto de centrar el problema, nos vemos obligados a extendernos sobre el particular.
La humanidad ha seguido una línea de desarrollo progresivo, en cuyo trayecto ha pasado por distintos estadios, de los inferiores a los superiores, algunos de ellos claramente diferenciables, pero que nunca se han dado químicamente puros; por ejemplo, tomemos al país más avanzado del capitalismo: los Estados Unidos. A pesar de la tecnificación, automación y desarrollo alcanzado por su producción principal, aún subsisten ciertas artesanías y formas de producción precapitalistas.
En otros países, la convivencia de distintas relaciones de producción ha sido más acentuada, como en los países de Asia, tanto es así, que hasta se ha hablado
del llamado “modo asiático de producción”, que constituye una vía especial que encontraron tales países, para encaminar su desarrollo de la comunidad primitiva a formas más avanzadas de producción, sin tener que pasar por el camino clásico del esclavismo. Es decir que conociendo ya el hombre un modo de producción más avanzado que la esclavitud, podía acelerar el progreso, pero al mismo tiempo tomando en cuenta las leyes del desarrollo social. Igual cosa puede decirse ahora de la vía que han encontrado los países de Asia y África: “La vía no capitalista de desarrollo”, la cual no solo respeta las leyes fundamentales del desarrollo social, sino que las aprovecha en beneficios del mismo.
En los actuales momentos históricos, es imposible vivir el desarrollo clásico de los países europeos, los pueblos semifeudales y dependientes, como lo dejamos explicado en la tesis, se desenvuelven en condiciones que no son ni nacional, ni internacionalmente, las que se dieron en los siglos XVII, XVIII y XIX. Querer entonces asirse a las normas clásicas de desarrollo, es vivir en el pasado, no comprender los cambios, no vivir la realidad. Considerar a la sociedad y las leyes sociales como inmutables, es el grave error en que caen los propugnadores de “lassaize faire”; solamente la conversión de los países capitalistas más avanzados en países imperialistas, que han hecho de las relaciones con las áreas atrasadas una relación de dependencia y domino de sus economías, ha cambiado sustancialmente las condiciones que hacían posible dicha vía clásica, lo que la convierte a estas alturas históricas en ilusoria.
Por otro lado, pretender implantar el socialismo de la noche a la mañana, como si la mutabilidad de las leyes dependiera exclusivamente de la voluntad de los hombres, y no de todos, sino de algunos de ellos, es también desconocer las leyes del desarrollo social, es también desconocer la realidad, es vivir en el otro extremo del liberalismo, no en el pasado –ni tampoco en el futuro–, sino de ilusiones. El propio Marx, dice “las naciones pueden y deben escarmentar en cabeza ajena. Aunque una sociedad haya encontrado el rastro de la ley natural con arreglo a la cual se mueve –y la finalidad última de esta obra es, en efecto, descubrir la ley económica que preside el movimiento de la sociedad
moderna–, jamás podrá saltar ni descartar por decreto las fases naturales de su desarrollo. Podrá únicamente acortar y mitigar los dolores del parto”.3 Nosotros, por nuestra parte, decimos sobre el particular “Imponer un régimen de producción, está fuera de toda lógica de desarrollo, pues este corresponderá a las condiciones objetivas que existen en el momento histórico de que se trate, de la misma manera que tampoco se puede mantener eternamente un modo de producción que ya no corresponda a la armonía relativa que debe haber entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción”.4
Por eso somos partidarios de que el desarrollo de nuestro país debe verse en forma nueva, creadora. Nos corresponde buscar un camino que no solo sea progresista, por cuanto debe estar acorde con las necesidades del pueblo, sino que además sea factible. Este es a nuestro juicio lo que las distintas fuerzas que propugnan, a su modo, por el desarrollo, olvidan con frecuencia, sino es que siempre. En nuestro país, de acuerdo con la realidad histórica, ninguna de las fuerzas en pugna –clases sociales y en consecuencia partidos y grupos políticos– es capaz de conducir al país por sí sola hacia el progreso, y por consiguiente, de acuerdo solamente a los peculiares intereses que representa.
En consecuencia cada una de las clases interesadas en el desarrollo debe, por un lado, garantizar sus propios intereses, y, por el otro, respetar los intereses de las otras clases sociales; pero, al mismo tiempo debe ceder en parte de sus posiciones, de tal modo que se pueda formar ese frente común en pro del país y en contra del enemigo común: las compañías extranjeras y los terratenientes criollos. Sólo así es posible caminar con paso seguro por el sendero del desarrollo pues son muy fuertes los intereses que se oponen al mismo. En primer lugar se opone al desarrollo de los países dependientes, el imperialismo, por consiguiente cualquiera que sea el grupo que los impulse, debe enfrentarse a esta fuerza poderosa, cuya embestida, dadas las circunstancias actuales, no puede resistirla un solo grupo político. Así mismo, son enemigos
3. Marx, Carlos. El capital-Prólogo a la primera edición. Pág. XV. 4. Lemus M., Bernardo. “Diversas vías para el desarrollo de Guatemala”, Pág. 10. Nov. 1966.
del desarrollo, los terratenientes y los comerciantes ligados al comercio internacional, –que por otro lado es económicamente débil en nuestro país– además de enfrentar la oposición de las dos poderosas fuerzas mencionadas, a quienes afecta las medidas que podría tomar, también deberá enfrentar la oposición de las fuerzas politizadas de los trabajadores: obreros y campesinos, y los grupos de la pequeña burguesía que los dirigen, a quienes los cambios que se proponen parecen insuficientes a sus necesidades. A la conquista del poder y por consiguiente a la posibilidad de que hiciera gobierno la izquierda revolucionaria, se opone además del imperialismo y los terratenientes, la propia burguesía e incluso parte importante de la pequeña burguesía –clases medias– que temen que un cambio revolucionario radical los afecte seriamente en sus intereses económicos. Aparte, de que al poder de estos últimos, se oponen las propias condiciones de atraso de la producción.
Así mismo, el poder, típico de grupos indefinidos o heterogéneos, que en consecuencia no luchen por el control de poder económico, sino solo sirven políticamente a éste, no solo han demostrado ser ineficaces, sino que seguirán viéndose desplazados por su propia impotencia.
En consecuencia, solamente un poder policlasista, que incluya TODAS las clases interesadas en el desarrollo del país, independientemente de sus particulares intereses, podrá hacer gobierno y acelerar el desarrollo.
2. Conviene también tratar a la ligera una laguna que contiene el trabajo, que por falta de tiempo no pudo incluirse y que aquí por falta de espacio, únicamente se menciona a la ligera. Se trata de que no quedó claramente definida la ley económica fundamental de los regímenes que se mencionan y calificar como vías de desarrollo.
En primer lugar, diremos que la correspondiente al régimen económico que actualmente vive el país, podría escribirse así: LA LEY ECONÓMICA FUNDAMENTAL DEL REGIMEN ECONÓMICO ACUAL DE GUATEMAL, SE CIFRA EN QUE EL PLUSPRODUCTO SE PRODUCE PRINCIPALMENTE EN BENEFICIO DE LAS COMPAÑIAS IMPERIALISTAS EXTRANJERAS Y EN SEGUNDO LUGAR DE LOS COMERCIANTES Y
USUREROS LIGADOS A LOS INTERESES INTERNACIONALES; QUE SE ENCAMINA A LA ELIMINACIÓN ECONÓMICA TOTAL DE LA BURGUESÍA NACIONAL Y A LA AMPLIACIÓN DEL MERCADO EN FORMA HORIZONTAL, SIN PREVIOS CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA, Y, POR CONSIGUIENTE, TOLERA POR UN PERIODO MAS O MENOS LARGO LA EXISTENCIA DE RELACIONES DE PRODUCCIÓN ATRASADAS Y EN CONSECUENCIA DE LOS TERRATENIENTES QUE LAS MANTIENEN.
De allí que se trate de conquistar un régimen económico y social, que en primer lugar tome las medidas indispensables, de acuerdo con las leyes del desarrollo, para liquidar dicha ley económica fundamental y que con una base social fuerte le permita encaminarse a construir un régimen transitorio cuya LEY ECONÓMICA FUNDAMENTAL SE CIFRE EN APROVECHAR EL PLUSPRODUCTO ACTUAL EN PROMOVER EL DESARROLLO DEL REGIMEN ECONÓMICO NACIONAL EN FORMA INDEPENDIENTE, PERMITIENDO A LA BURGUESIA NACIONAL CONSERVAR E INCREMENTAR SU RIQUEZA MEDIANTE EL APROVECHAMIENTO DE PARTE DE LA PLUSVALIA; PERO, AL MISMO TIEMPO, GARANTIZANDO MEJORES CONDICIONES DE VIDA Y TRABAJO A LOS OBREROS Y CAMPESINOS, CANALIZANDO LA MAYOR PARTE DE LA PLUSVALIA HACIA LAS OBRAS BÁSICAS QUE EL DESARROLLO NECESITA, MEDIANTE LA CREACIÓN DE UN SECTOR ESTATAL DE LA ECONOMÍA, QUE AMPLÍE EL MERCADO EN FORMA VERTICAL.
Aunque quisiéramos referirnos a otros aspectos, esperamos la oportunidad futura para revisar este trabajo y profundizar sobre sus tesis principales si, como creemos, despierta el interés de los sectores políticos y económicos progresistas, interesados en el desarrollo del país.
El autor.