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CONSECUENCIAS DE LA PANDEMIA
Las consecuencias de la pandemia incluyen más de 14 millones de patologías no diagnosticadas y 570.000 cirugías pendientes
Las diversas fases de desprogramación quirúrgica que han sufrido los hospitales han dejado un importante acumulado de cirugías pendientes de realización. Las desprogramaciones de quirófanos han sido claves para ganar capacidad asistencial cuando los hospitales lo han requerido. Sin embargo, junto a un menor volumen de indicaciones, han engrosado las listas de espera y han tensado la capacidad operativa del sistema hospitalario.
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El efecto combinado de ambos factores ha llevado a los hospitales del SNS a realizar, en 2020, un 18% menos de intervenciones programadas. Es un dato comparado con el volumen anual realizado en 2019. Proyectado al total nacional, ese porcentaje supone 570.000 cirugías menos que las realizadas en 2019. Esta cifra es cercana al total de cirugías en lista de espera declarados en un año normal por el Ministerio de Sanidad.
Un informe de IQVIA presentado hace pocos días afirmaba que el número de hospitalizaciones por Covid-19 sería prácticamente cero en el próximo
mes de octubre. Son los escenarios más optimistas, y manteniendo el ritmo de vacunación previsto por el Gobierno. Sin embargo, la excepcionalidad que la gestión de la pandemia ha supuesto en los hospitales ha puesto a prueba el sistema hasta límites desconocidos hasta. Arroja cifras que resultan preocupantes de cara al funcionamiento del sistema de salud. Los análisis de IQVIA del primer trimestre de 2021, con los hospitales condicionados por la ola posterior a Navidad contribuyen a aumentar esas cifras.
Pese a que los hospitales han ido recuperando progresivamente el volumen de cirugías programadas y pendientes respecto a los mismos meses de 2019, el impacto sufrido durante la primera ola de la Covid-19, con caídas entre el 40% y el 80% de cirugías programadas respecto al mes equivalente de 2019, ha terminado lastrando la cifra global anual.
La afectación en el volumen de cirugías programadas se produce independientemente del impacto del Covid-19 en los distintos hospitales. La caída en el volumen de actividad quirúrgica programada es independiente del porcentaje de admisiones que supone Covid sobre el total de admisiones urgentes del hospital en 2020.
José Luís Fernández es Senior VP y Director General de IQVIA en EMEA. Para él, la transformación digital jugará un papel fundamental en la recuperación. “Después del control de la pandemia el mayor reto para el sistema sanitario es la gestión de los retrasos en diagnósticos y cirugías programadas. Por eso, avanzar en la digitalización del sistema es fundamental para afrontar este importante reto de forma eficiente”. 14 millones de nuevos diagnósticos no detectados, el verdadero reto del sistema Más importante incluso que la caída en actividad quirúrgica programada es la caída de nuevos diagnósticos. Habitualmente está liderada por la demanda de los propios pacientes. Según el análisis de IQVIA, el número de nuevos diagnósticos ha caído un 25% en términos generales a lo largo de 2020. Son datos comparados con los nuevos pacientes que fueron diagnosticados en 2019.
En oncología la caída de nuevos diagnósticos es del 13%. En consonancia están las enfermedades del sistema nervioso con una caída del 26% o la patología respiratoria, la más afectada, con caídas promedio del 45%.
Los pacientes que no han sido diagnosticados y tratados al ritmo que deberían en el 2020 entrarán en el sistema con una salud mucho más deteriorada y, en algunas ocasiones, en estadios más avanzados que lo que veíamos hasta ahora. Sin duda, buena parte de los retos para el sistema de salud pasa por abordar ambas situaciones descritas, algo en lo que algunas administraciones ya están trabajando desde hace unos meses.
En palabras de Carles Illa, director de IQVIA Healthcare, “la pandemia ha traído lo peor y a la vez ha sacado lo mejor de nuestro sistema de salud. Al margen de lo preocupante de estas cifras, la situación supone una oportunidad única para dar un salto cualitativo en dos áreas históricamente mejorables: la optimización del rendimiento quirúrgico y el uso de modelos predictivos para ayudar a encontrar cuanto antes posibles pacientes no diagnosticados”.
