Diagnóstico del Medio Físico

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Instituto de Territorio, Paisaje, Ambiente y Sostenibilidad

DIAGNÓSTICO DEL MEDIO FÍSICO

Dr. Domingo Gómez Orea


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DIAGNÓSTICO DEL MEDIO FÍSICO ÍNDICE 1

EL MEDIO FÍSICO...................................................................................................................................... 4

2 PAPEL DEL MEDIO FÍSICO EN LA ORDENACIÓN TERRITORIAL. CRITERIOS ECOLÓGICOS DE SOSTENIBILIDAD .............................................................................................................................................. 4 2.1 NUEVAS FUNCIONES COMO RECURSOS ................................................................................................ 6 2.2 CRITERIOS ECOLÓGICOS PARA LA SOSTENIBILIDAD .............................................................................. 7 2.2.1 Los criterios de sostenibilidad derivados de la utilización de recursos naturales ............................. 7 2.2.2 Los criterios de sostenibilidad derivados de la función de soporte ................................................... 8 2.2.3 Los criterios de sostenibilidad derivados de la función receptora de efluentes ................................ 9 3

LOS OBJETIVOS DEL DIAGNÓSTICO DEL MEDIO FÍSICO .......................................................................... 11

4 OPCIONES METODOLÓGICAS Y MODELOS PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL MEDIO FÍSICO ............................................................................................................................................................ 12 4.1 4.2 5

INTEGRACIÓN AL PRINCIPIO DEL PROCESO ......................................................................................... 14 INTEGRACIÓN AL FINAL DEL PROCESO ................................................................................................ 14

MODELOS RECOMENDADOS PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA .................................... 15

6 DESCRIPCIÓN DE LAS TAREAS COMUNES A LOS MODELOS EMPÍRICO E IMPACTO/ACTITUD (INTEGRACIÓN AL PRINCIPIO DEL PROCESO) PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL MEDIO FÍSICO ............................................................................................................................................................ 16 6.1 6.2 6.3 6.4 6.5 6.6 6.7 6.8 6.9

PROSPECCIÓN INTEGRADA DEL MEDIO FÍSICO.................................................................................... 16 IDENTIFICACIÓN Y CARTOGRAFÍA DE LAS UNIDADES DE INTEGRACIÓN O AMBIENTALES QUE DESCRIBEN Y MODELIZAN EL MEDIO FÍSICO ........................................................................................ 17 CRITERIOS PARA DEFINIR LAS UNIDADES AMBIENTALES O DE INTEGRACIÓN ..................................... 19 UNA TIPOLOGÍA ORIENTADORA DE UNIDADES AMBIENTALES, DE SÍNTESIS O DE INTEGRACIÓN................................... 20 DESCRIPCIÓN DE LAS UNIDADES AMBIENTALES.................................................................................. 22 VALORACIÓN DEL MEDIO FÍSICO A TRAVÉS DE LAS UNIDADES AMBIENTALES .................................... 24 REPRESENTACIÓN CARTOGRÁFICA DE LOS VALORES ASIGNADOS ...................................................... 27 RELACIÓN, TIPOLOGÍA Y DEFINICIÓN DE LAS ACTIVIDADES A ORDENAR EN EL PLAN, PARA LAS QUE SE DESEA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA .............................................................................. 27 ANÁLISIS DE LAS RELACIONES ENTRE LAS ACTIVIDADES POTENCIALES ............................................... 33

7 DESCRIPCIÓN DE LAS TAREAS ESPECÍFICAS DEL MODELO EMPÍRICO PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL MEDIO FÍSICO..................................................................................................................... 34 7.1 7.2

FORMACIÓN DE LA MATRIZ DE CAPACIDAD DE ACOGIDA ................................................................... 34 CARTOGRAFÍA DE LA CAPACIDAD DE ACOGIDA ................................................................................... 36

8 DESCRIPCIÓN DE LAS TAREAS ESPECÍFICAS DEL MODELO IMPACTO/APTITUD PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL MEDIO FÍSICO ................................................................................................. 37 8.1 8.2 8.3 8.4

FORMACIÓN DE UNA MATRIZ DE IMPACTO/APTITUD CRUZANDO UNIDADES DE INTEGRACIÓN CON ACTIVIDADES ....................................................................................................................................... 37 FIJACIÓN DE LOS CRITERIOS PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA ................................... 38 FORMACIÓN DE LA MATRIZ DE CAPACIDAD DE ACOGIDA ................................................................... 39 CARTOGRAFÍA DE LA CAPACIDAD DE ACOGIDA ................................................................................... 39

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CONFLICTOS EN RELACIÓN CON LA SITUACIÓN ACTUAL Y LAS TENDENCIAS.......................................... 40

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AMENAZAS, VULNERABILIDAD Y RIESGO ............................................................................................... 41

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1 EL MEDIO FÍSICO Por medio físico (del griego “physis”: naturaleza) se entiende el territorio y sus recursos en el más genuino y literal sentido de la palabra territorio: la tierra, la naturaleza más o menos transformada. Se trata de un sistema (figura 1) formado por los elementos y procesos del ambiente natural, tal y como se encuentran en un momento dado: el clima y el aire; los materiales, los procesos y las formas que adoptan tales materiales bajo la acción de dichos procesos; el suelo y el subsuelo; el agua; la biocenosis: vegetación y fauna, y sus relaciones con el hábitat que ocupan; los procesos activos y los riesgos de todo tipo: recarga de acuíferos subterráneos, erosión y sedimentación, procesos edáficos, ciclos de los materiales y de la energía, cadenas alimentarias, las formas antrópicas de aprovechamiento primario del suelo y de los recursos naturales; el paisaje o la percepción polisensorial y subjetiva de todo ello por la población, local o foránea, y las relaciones recíprocas entre población y sistema. Ver en apéndice 1 una relación desagregada y breve descripción de los factores del medio físico).

Figura 1.- Elementos y procesos que conforman el medio físico y las relaciones entre ellos.

2 PAPEL DEL MEDIO FÍSICO EN LA ORDENACIÓN TERRITORIAL. CRITERIOS ECOLÓGICOS DE SOSTENIBILIDAD El papel del medio físico en la ordenación territorial se entiende en términos de relación con las actividades humanas; ver la figura 3 destinada al Modelo Territorial de este curso, que ilustra la forma en que se relaciona con las actividades humanas; de esta relación derivan los criterios de sostenibilidad aplicables a dichas actividades; la figura 2 muestra la aplicación de dicha figura al caso de la agricultura. Esta relación permite traducir las formulaciones abstractas del concepto de sostenibilidad a criterios técnicos medibles y

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controlables, según explica el razonamiento que sigue. Parte de la idea de que toda actividad se ubica necesariamente sobre un entorno físico, y se relaciona con él a través de aquello que la actividad toma de él (influentes), de lo que emite a él (efluentes) y de los elementos físicos (edificios, equipos, etc.) que pone en él; y todo ello conformando un sistema armónico y funcional; en la medida en que la actividad esté integrada en su entorno físico natural será sostenible y contribuirá a la sostenibilidad del desarrollo. En este sentido, y de acuerdo con un modelo de tipo metabólico, toda actividad, se puede entender en términos de: 

Los influentes que utiliza: aire, agua, suelo, energía, recursos naturales, materias primas, etc.

Los elementos físicos que la forman, los cuales ocupan y transforman un espacio: edificios, infraestructuras, terrenos, instalaciones y equipos de todo tipo.

Los efluentes que emite en forma de materiales (emisiones, vertidos y residuos) y de energía. Son efluentes aquellas "producciones" inevitables sin utilidad para nadie, por lo que no disponen de mercado; se diferencian de los denominados subproductos en que éstos también se producen sin desearlo, pero son útiles para alguien que está dispuesto a ocuparse o incluso a pagar por ellos. Esta distinción es importante porque la gestión de ciertos efluentes puede requerir, legalmente, la intervención de un gestor autorizado, y porque pueden convertirse en subproductos con la aparición de nuevas tecnologías o a través de ciertos mecanismos como las denominadas bolsas de residuos: boletines en que los productores de efluentes anuncian de forma anónimas tal producción por si hubiera alguna actividad para la que el efluente fuera útil; en la medida en que surgen nuevas tecnologías y en que se incrementa la conciencia ambiental, aparece la idea de recursos de los residuos lo que da origen al interés de reciclar, reutilizar y recuperar.

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Figura 2.-Aplicación del diagrama relacional actividades-entorno a la agricultura.

Esta interpretación metabólica de la actividad, requiere que el medio físico en que se ubica cumpla tres funciones indispensables: 

Fuente de recursos naturales y materias primas que utilizará la actividad

Soporte de los elementos físicos que forman la actividad

Receptor de los efluentes que emite la actividad

Todo punto del territorio cumple o puede cumplir, en mayor o menor medida, estas funciones y debe ser enjuiciado desde esos tres puntos de vista. A ellos hay que añadir otras funciones territoriales menos relevantes, pero importantes también: elemento de investigación científica y cultural, indicador de cambios ambientales, regulador del equilibrio natural (filtración de radiaciones cósmicas, amortiguación de fluctuaciones climáticas...), etc.

2.1

NUEVAS FUNCIONES COMO RECURSOS

Las tres funciones citadas se comportan como recursos naturales, porque cumplen la doble condición de utilidad y escasez. Se trata de la "oferta" que hace el medio físico a las actividades que soportan el desarrollo, oferta que, a su vez, define -en positivo- las actividades razonables desde el punto de vista del territorio; la función "fuente de recursos y materias primas" sugiere las actividades a través de las cuales se pueden aprovechar dichos recursos, mientras las otras dos informan -en negativo- sobre las que serían tolerables por el medio físico.

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2.2

CRITERIOS ECOLÓGICOS PARA LA SOSTENIBILIDAD

Las interacciones entre la actividad y el territorio deben entenderse en términos de los seis conceptos citados en el modelo; una disposición como la que señala la figura, ayuda a entenderlas y a concretar los criterios ecológicos de la sostenibilidad. 2.2.1

Los criterios de sostenibilidad derivados de la utilización de recursos naturales

A los efectos aquí tratados, los recursos naturales del medio físico son de dos tipos: renovables y no renovables. Los recursos naturales renovables son aquellos que se autorreproducen en unos determinados ciclos temporales y de acuerdo con unas determinadas tasas de renovación, las cuales marcan un límite a la extracción si no se quiere incurrir en sobreexplotación y, al final, agotamiento del recurso. Es el caso de los recursos biológicos: vegetales y animales, de los recursos edáficos de renovabilidad lenta generalmente, del agua contenida en un acuífero subterráneo con un flujo limitado de recarga, etc. El criterio de sostenibilidad para las actividades que utilizan este tipo de recursos, consiste en respetar sus tasas de renovación; así la capacidad biológica de reproducción de los recursos madereros, cinegéticos o piscícolas, constituyen el umbral por encima del cual el consumo agota el propio recurso; la extracción de agua de un acuífero subterráneo solo es sostenible si, por término medio, se hace por debajo de su recarga anual o interanual. Para conocer las tasas de renovación de un recurso determinado hay que recurrir a la información bibliográfica que, generalmente, será insuficiente, debiendo complementarla con información directa y basada en el conocimiento local; por otra parte, todo recurso forma parte de un ecosistema e interacciona con otros a través de relaciones muy complejas, por lo que la información obtenida debe ser interpretada a la luz del conjunto, haciendo uso para ello de la denominada prospección integrada del medio (ver el epígrafe de este mismo capítulo dedicado a la Información del Medio Físico). Resulta muy útil, también, recurrir al conocimiento de la población local, que habiendo evolucionado con el ecosistema, dispone de información empírica obtenida por el procedimiento de prueba y error a lo largo de mucho tiempo; así la población local proporciona un tipo de información difícil de explicar en términos científicos, la cual resulta insustituible para complementar el conocimiento científico y elaborar un juicio certero sobre la situación en que se encuentran los recursos Existen también los llamados recursos fluentes o renovables puros, cuyo origen está en la energía solar: el viento, la energía de las mareas o la propia radiación solar directa, que se producen continuamente según un flujo que marca el umbral o límite para su aprovechamiento, pero que no se pueden agotar, y, aunque se pierden cuando no se utilizan, ello no merma las posibilidades de aprovechamiento futuro. Su condición de inagotables hace que no les sean de aplicación los criterios de sostenibilidad. Los recursos no renovables son aquellos que no se autorreponen o lo hacen de forma extremadamente lenta a escala humana; se pueden distinguir, a su vez, dos tipos:

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1. Los que se consumen cuando se utilizan, como los minerales (conviene advertir sobre la gran cantidad de metales que se reciclan) y combustibles fósiles, cuya disponibilidad disminuye inexorablemente con el tiempo. El criterio de sostenibilidad para este tipo de recursos consiste en: 

Utilizarlos dando prioridad a los aprovechamientos que admitan el reciclado, la reutilización o la recuperación sobre aquellos que supongan un consumo definitivo de ellos.

Jerarquizar aquellos aprovechamientos que no admiten el reciclado o reutilización para dar prioridad a los más eficaces desde el punto de vista de la calidad de vida de los ciudadanos.

Respetar unos ritmos de consumo. El ritmo a que puede ser consumido admite tres puntos de vista. Primero: en el lenguaje de los economistas, el ritmo debe ser tal que dé tiempo a la aparición de otro recurso o tecnología que lo sustituya antes de agotarse. Segundo: el ritmo debe permitir el reequilibro del medio adaptándose a las nuevas condiciones y sustituyendo una dinámica por otra; a estos efectos, conviene señalar que el alto valor ecológico y paisajístico de muchos ecosistemas artificiales se explica porque se han generado de forma pausada, progresiva, a través de un largo proceso de adaptación. Tercero: el ritmo ha de ser suficientemente lento para permitir una gestión ambiental correcta de la explotación: es sabido que la rapidez es generalmente incompatible con una gestión responsable.

2. Los que no se consumen cuando se hace uso de ellos; tienen generalmente carácter cultural: cuevas, puntos de interés geológico, yacimientos arqueológicos y paleontológicos, paisajes minerales o monumentos históricos. El criterio de sostenibilidad se asocia aquí al respeto a una capacidad de carga o intensidad máxima de uso: número de personas que pueden hacer uso de él por unidad de tiempo y de superficie, sin que se produzcan deteriores significativos en su cantidad y calidad. Este concepto de intensidad, tiene una segunda interpretación, relacionada con la idea de congestión: el número de personas por unidad de tiempo y de superficie que puede hacer uso de un recurso paisajístico o cultural debe estar por debajo de la sensación de congestión para los visitantes, momento a partir del cual el recurso deja de ser atractivo, incluso, para ciertas personas, pierde la condición de recurso. 2.2.2

Los criterios de sostenibilidad derivados de la función de soporte

Toda actividad necesita un espacio o soporte físico que ocupa y transforma; en realidad toda actividad implica un uso del suelo y éste no es otra cosa que la adaptación de un espacio para las funciones de la actividad que sobre él se realiza; una finca agrícola es un espacio adaptado para la producción primaria, un polígono industrial es un espacio adaptado para la transformación de materias primas, y una carretera es un espacio adaptado para la circulación rápida y segura de vehículos automóviles. Por su parte el medio físico, a través del cual se realiza la función de soporte, no es homogéneo, sino que se organiza en “unidades ambientales” (o espacios relativamente homogéneos cada uno de los cuales constituye la expresión externa de un ecosistema subyacente) y está

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afectado por todo tipo de procesos, amenazas y riesgos, algunos de los cuales determinan poderosamente la localización de las actividades, como los de inundación, erosión, etc.; pues bien, las unidades ambientales y los procesos activos, definen el concepto de capacidad de acogida del territorio para las actividades humanas, concepto que define la relación entre los ecosistemas y las actividades expresada en términos de vocacionalidad, compatibilidad o incompatibilidad, y representa la concertación entre los dos elementos que intervienen en la dialéctica conservación-desarrollo: la aptitud o potencialidad y el impacto o fragilidad: 

Aptitud: medida en que el medio físico o una unidad ambiental cumple los requisitos locacionales de una actividad. El concepto incluye las amenazas (inundación, desprendimientos, erosión, etc.) para la actividad.

Impacto: efecto de la actividad sobre el medio, dependiente de su

fragilidad, y en consecuencia, de la homeostasia y resiliencia de los ecosistemas y de los recursos del medio físico. También se podría entender y expresar esta función distinguiendo entre "capacidad de acogida de los ecosistemas" y "capacidad de acogida del territorio". La primera se deduce de los conceptos de impacto y aptitud, mientras la segunda añade a aquella las amenazas naturales y riesgos. El criterio de sostenibilidad para esta función viene definido por el respeto a la capacidad de acogida del medio físico; en la medida en que la localización de las actividades se aproxime más o menos a ella se estará consiguiendo mejor o peor coherencia territorial, sostenibilidad, en suma. Como antes, el criterio de respeto a la capacidad de acogida es un objetivo de sostenibilidad al que se tiende, pero que no siempre es posible conseguir; en cualquier caso será tolerable una cierta desviación en la medida en que resulte justificada, conocida y controlada. 2.2.3

Los criterios de sostenibilidad derivados de la función receptora de efluentes

Toda actividad produce bienes deseados, subproductos y efluentes; efluente es aquello que se produce sin desearlo y que, por el momento no es útil para nadie; los efluentes se denominan emisiones cuando son gaseosos, vertidos cuando líquidos y residuos cuando sólidos; la función receptora del medio físico se produce a través de los denominados vectores ambientales, que son el aire, el agua y el suelo; a pesar de que la intuición puede indicar lo contrario, no existe correspondencia biunívoca entre emisiones, vertidos y residuos con los vectores aire, agua y suelo, respectivamente, antes bien la contaminación tiene carácter intervectorial: las emisiones van primero al aire pero una parte considerable de ellas acaban en el suelo o en el agua, los vertidos emiten gases y depositan sedimentos (sólidos) y los residuos emiten, asimismo, gases y lixiviados (líquidos). Los vectores ambientales, tienen una propiedad común: la capacidad de asimilación o medida en que pueden absorber vertidos sin consecuencias ambientales significativas; el criterio de sostenibilidad aquí vendrá marcado por el respeto a dicha propiedad. Entra así en juego el complejo fenómeno de la contaminación, que, más allá de la simple emisión, implica, al menos, cuatro procesos:

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Emisión o incorporación de un efluente al correspondiente vector.

Dispersión/dilución y transformación del efluente en el seno del vector.

Inmisión o nivel que queda en el vector. El concepto de carga crítica se

aplica a la inmisión, entendiéndose por tal el umbral de concentración de un contaminante a partir del cual se producen efectos ambientales significativos. 

Consecuencias ambientales de los procesos anteriores, es decir efectos sobre el ser humano, el biotopo, la biocenosis o los bienes materiales.

En el caso del aire la relación entre emisión e inmisión se deriva de la capacidad dispersante, o potencial del aire o de la atmósfera para diluir y dispersar agentes contaminantes potenciales; se trata de una propiedad relacionada con la estabilidad de la atmósfera en una determinada zona, que depende, a su vez, de la frecuencia y dirección de los vientos, de turbulencias, de mezclado vertical, de la presencia de fenómenos de inversión térmica, de la frecuencia de nieblas, lluvias, etc. parámetros que se sintetizan en una matriz de estabilidad atmosférica. En el caso del agua la capacidad de asimilación se asocia a la capacidad de autodepuración o capacidad del agua -en cualquiera de las formas en que se encuentre: ríos, masas, etc., en cuanto recurso, ligado, por tanto, a un uso, y en cuanto ecosistema- para procesar los vertidos que se le incorporen; esta facultad depende fundamentalmente de la cantidad de agua, del caudal en el caso de un río, del régimen -el régimen turbulento produce una gran aireación que contribuye mucho a la capacidad autodepuradora, mientras ocurre lo contrario en el régimen laminar-, de la renovación, etc. La carga crítica del vector agua distingue su función como soporte de vida: ecosistema o biotopo en el que se desarrolla una forma particular de biocenosis, y en cuanto recurso destinado a muy diferentes usos: doméstico, recreativo, agrario, industrial, etc.; en el primer caso la calidad del agua se asocia a la biocenosis que soporta, mientras en el segundo la calidad está vinculada a los requerimientos del uso; en ambos casos la calidad y la cantidad del agua son conceptos inseparables. Por último el vector suelo es un medio lleno de vida con multitud de microorganismos, en el que se producen complicados flujos de interacción que le confieren un elevado papel de filtrado y de procesado para los elementos que se le incorporan; el suelo hace suyos dichos elementos y se beneficia de ellos hasta un cierto nivel; incorporar estiércol líquido al suelo, por ejemplo, debería ser interpretado como beneficioso, en términos generales, sin embargo se conoce la existencia de concentraciones de nitratos, nitritos, fosfatos e, incluso, metales pesados, por encima de las cargas críticas en zonas de concentración de actividades ganaderas intensivas, que ponen de manifiesto cómo una mala gestión de ese subproducto ha superado la capacidad de asimilación de este vector. Las figuras que relacionan actividades y sugieren relaciones biunívocas entre los tres requerimientos de las actividades y las tres funciones paralelas del medio; sin embargo la interacción es más compleja; la extracción de recursos naturales produce emisiones y requiere elementos físicos que utilizan la función receptora y de soporte respectivamente; la extracción de agua de un río debilita su potencial autodepurador, receptor por tanto; la ocupación de un terreno por los

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elementos físicos de las actividades impide la extracción de recursos, y la emisión de contaminantes a un cauce reduce su potencial como recurso. Ello no invalida lo dicho, solo lo perfecciona; como en otros casos, la figura y su explicación configuran un modelo, una imagen necesariamente simplificada de la realidad, que ayuda a entender el concepto abstracto de desarrollo sostenible, del que se viene usando de forma poco definida, trasladándolo a la sostenibilidad de las actividades que le dan cauce. Aunque hay que considerar otros aspectos, no sería desarrollo sostenible aquel que se apoyase en actividades que utilizasen los recursos naturales renovables por encima de su tasa de renovación y los no renovables por encima de unos ritmos o intensidades de uso determinados, distribuyese actividad en el territorio sin respetar su capacidad de acogida y emitiese contaminantes por encima de la capacidad de asimilación de los vectores ambientales. Estos conceptos, aunque abstractos, no son entelequias, sino que se determinan de forma suficientemente precisa mediante modelos manejados por especialistas. En ocasiones puede no conocerse su magnitud, pero, a efectos de la sostenibilidad de una actividad y de los impactos que genera, más importante que el dato es el espíritu, es decir la forma en que los proyectistas, gestores y decisores en general, plantean las actividades con flexibilidad suficiente para adaptarse a los criterios expuestos. Todo lo anterior proporciona una magnífica base para la concertación de los agentes implicados en la gestión del desarrollo. Solo sobre la determinación de los parámetros aludidos será posible establecer acuerdos para el reparto del aprovechamiento posible de los ecosistemas, entendiendo que, como se dijo, las tres funciones enunciadas constituyen recursos indispensables para el desarrollo. Según lo expuesto, la relación actividades-medio físico, puede ser entendida en términos de "oferta" y "demanda": el medio físico y sus recursos constituyen la oferta, mientras las actividades a implantar por los agentes sociales, públicos o privados, determinan la demanda. La ordenación territorial ha de buscar la concertación entre ambas. El razonamiento puede ser enfocado desde dos puntos de vista, si no encontrados, sí dialécticamente contrapuestos, en cuanto representan opciones con muy diferentes intereses, que, en caricatura, podrían hacerse corresponder con el del "promotor/desarrollista" que razona en términos de la actividad, y el del "conservador/ecologista" cuyo punto de vista es el medio en el que aquella se ubica. De los tres conceptos citados, la capacidad de acogida tiene más claro sentido territorial u horizontal: síntesis de numerosas características y procesos del medio físico; las tasas de renovación y la capacidad de asimilación tienen carácter vertical en cuanto se asocian a elementos simples o vectores del medio.

3 LOS OBJETIVOS DEL DIAGNÓSTICO DEL MEDIO FÍSICO El análisis y diagnóstico del medio físico pretende conocer cómo es y cómo funciona, qué conflictos y problemas le afectan y de qué potencialidad dispone este subsistema, para abordar desde tal conocimiento la “lectura” del medio físico a través del concepto más importante que aporta su diagnóstico a la ordenación territorial: la determinación de la Capacidad de Acogida para las actividades a ordenar.

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La capacidad de acogida es el concepto final a partir del cual se integra el medio físico con el resto de los subsistemas para configurar el diagnóstico global del sistema territorial; depende, para cada punto del territorio o unidad ambiental (y para cada actividad) de su valor o méritos de conservación, de su fragilidad, potencialidad y amenazas naturales; y está condicionada por las afecciones normativas del suelo. Representa la capacidad de acogida de una unidad ambiental, el uso y aprovechamiento al que puede destinarse tal unidad concertando dos puntos de vista conflictivos si no contrapuestos: el del promotor de la actividad que ese uso comporta y el punto de vista social que exige conservar el medio físico; la capacidad de acogida representa en suma, la potencialidad del medio físico para las actividades que soportarán el desarrollo. Para representarla de forma fácilmente utilizable en la elaboración de un plan, se determina para unas unidades territoriales operacionales o de toma de decisiones, definidas bajo diversos criterios a las que se puede denominar de diversas formas: unidades de integración, en cuanto integran en sus límites los diferentes aspectos que conforman el medio físico, unidades de síntesis, en cuanto sintetizan la información temática sobre el medio físico o unidades ambientales, en cuanto representan la manifestación externa del ecosistema que subyace y por tanto un ambiente relativamente homogéneo. En este texto se tenderá a utilizar más esta última expresión. Para facilitar la utilización de la capacidad de acogida en la formulación del plan, conviene representarla sobre un plano de unidades ambientales acompañadas por una tabla o matriz de capacidad de acogida, con el formato de la figura 9.

4 OPCIONES METODOLÓGICAS Y MODELOS PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL MEDIO FÍSICO Las figuras 3 y 4, muestran los caminos alternativos que se pueden recorrer para determinar la capacidad de acogida del medio físico y los modelos específicos a utilizar en un momento determinado de cada camino. A continuación se hace una breve exposición de las tareas, caminos y modelos, a modo de introducción, pero se desarrollan detalladamente en el libro Gómez Orea, D. y Gómez Villarino, A. 2013.Ordenación Territorial. Mundi Prensa. Madrid, al que remitimos al lector interesado. Teniendo en cuenta que el medio físico es un sistema formado por numerosos factores, surgen dos grandes opciones: 

Integración al principio del proceso (figura 3): se trabaja desde el comienzo con unidades de integración (ambientales o de síntesis), sobre las que se determina y representa la capacidad de acogida.

Integración en una fase avanzada del proceso (figura 4), después de trabajar con cada uno de los factores del medio físico

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Figura 3.- Opciones metodológicas para determinar la capacidad de acogida del medio físico: integración al principio del proceso.

Figura 4.- Opciones metodológicas para determinar la capacidad de acogida del medio físico: integración al final del proceso.

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4.1

INTEGRACIÓN AL PRINCIPIO DEL PROCESO

Comienza este camino con la prospección integrada del medio físico (aproximación a su conocimiento por un equipo formado por expertos en geomorfología, vegetación, usos del suelo y paisaje), para definir unidades de integración y para valorarlas; hecho esto, se pueden aplicar uno de los dos modelos siguientes:

Modelo Empírico Este modelo, de carácter sintético, se basa en la experiencia y en el conocimiento directo del medio físico. Hace una aproximación integrada al conocimiento del medio desde el principio; es tal vez el que resulta más acorde con el carácter del medio físico, con el conocimiento intuitivo de los ecosistemas, con la información “osmótica” y con el sentido común. Utiliza como técnicas básicas la denominada prospección integrada del medio y la construcción de matrices de capacidad de acogida atribuyendo directamente un rango de capacidad de acogida a cada unidad de integración.

Modelo impacto/aptitud (integración al principio del proceso) En este modelo, de carácter más sistemático que el anterior, se formaliza la matriz de capacidad de acogida pasando previamente por una matriz de impacto y aptitud y por la aplicación de unas reglas para obtener rangos de capacidad de acogida a partir de unos rangos de aptitud e impacto.

4.2

INTEGRACIÓN AL FINAL DEL PROCESO

Este camino se inicia con la información y cartografía de los factores del medio físico y la valoración de aquellos valorables (los susceptibles de recibir impactos); hecho esto surge la posibilidad de aplicar uno de los dos modelos representados en las figura 4 y sus versiones:

Modelo Impacto/aptitud (integración al final del proceso) Como se ha dicho, este modelo se basa en los conceptos de impacto y de aptitud, pero ahora según las dos opciones alternativas siguientes: 

Superposición: opera construyendo matrices de impacto y de aptitud por

factores que se traducen a capas cartográficas de impacto y de aptitud y luego se superponen para obtener una representación de la capacidad de acogida del medio físico. 

Aplicación informatizada: opera, como antes, construyendo primero

matrices de impacto y de aptitud, definiendo después una unidad de integración sobre la que agrega los valores anteriores aplicando una regla para obtener rangos o valores de capacidad de acogida.

Modelo de capacidad de acogida por factores Este modelo parte de un conocimiento profundo de los factores del medio físico, sigue construyendo matrices de capacidad de acogida para cada factor y termina definiendo las unidades territoriales sobre las que definirá los rangos de capacidad de acogida aplicando unas reglas que establece el propio modelo.

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La aplicación de todos los modelos requiere formalizar dos tareas básicas asociadas a los dos elementos implicados en la relación uso-territorio: la prospección y conocimiento del medio físico y la relación de las actividades a considerar en el plan: como vehículo de desarrollo y como elemento de ordenación.

5 MODELOS

RECOMENDADOS CAPACIDAD DE ACOGIDA

PARA

DETERMINAR

LA

De entre los esbozados en el punto anterior, la experiencia de los autores recomienda utilizar preferentemente y de forma complementaria los dos modelos que operan integrando al principio del proceso, es decir el Modelo Empírico y el Modelo Impacto/aptitud (integración al principio del proceso), porque resultan más coherentes con el carácter sistémico del medio físico, incluso con su conocimiento intuitivo. No obstante, para dar autosuficiencia, se incluyen en el apéndice 2 a ella la descripción de los modelos que operan integrando al final del proceso. A continuación se describen de forma detallada las tareas necesarias para aplicarlos. Como muestran los diagramas de flujo que los representan, figuras 5 y 6, dichos modelos comparte una serie de tareas comunes a las que se añaden otras específicas para cada uno de ellos.

Figura 5.- Diagrama de flujos del modelo empírico.

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Figura 6.- Diagrama de flujos del modelo impacto aptitud: integración al principio del proceso.

6 DESCRIPCIÓN DE LAS TAREAS COMUNES A LOS MODELOS EMPÍRICO E IMPACTO/ACTITUD (INTEGRACIÓN AL PRINCIPIO DEL PROCESO) PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL MEDIO FÍSICO Se describe estos modelos siguiendo las tareas comunes especificadas en los citados diagramas de flujos de las figuras 5 y 6.

6.1

PROSPECCIÓN INTEGRADA DEL MEDIO FÍSICO

Es una forma de acceder al conocimiento y a la interpretación del medio físico realizada por un equipo multidisciplinar de expertos que trabajan intercambiando conocimientos para llegar a una comprensión conjunta del ámbito estudiado; en el equipo deben estar presentes, al menos, expertos en cada una de las componentes más sintéticas y explicativas del sistema: 

Geomorfología, que sintetiza información sobre materiales, formas y procesos, en unidades geomorfológicas basadas en el hecho de que las formas del terreno son el resultado de las acción a lo largo del tiempo de unos procesos sobre unos materiales.

Cobertura vegetal del suelo, incluidos cultivos, que manifiesta las

condiciones climáticas y edáficas determinantes de la vida, las relaciones entre el medio biótico y abiótico y las actividades humanas imperantes. 

Usos del suelo, reflejo de la relación del hombre con su entorno en términos de aprovechamientos y comportamientos.

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Paisaje, entendido como la expresión externa y perceptible del medio que denuncia la salud de los ecosistemas que subyacen, su evolución y la huella histórica del hombre.

Esta aproximación al conocimiento del medio físico da una visión muy buena de su funcionamiento y permite obtener con facilidad unidades de integración, ambientales o de síntesis.

6.2

IDENTIFICACIÓN Y CARTOGRAFÍA DE LAS UNIDADES DE INTEGRACIÓN O AMBIENTALES QUE DESCRIBEN Y MODELIZAN EL MEDIO FÍSICO

Las unidades ambientales son recintos territoriales (figuras 7 y 8) relativamente homogéneos que representan externamente el ecosistema subyacente; permite por tanto hacer una aproximación por sistemas al conocimiento del medio físico, rompiendo así la aproximación por capas o factores, lo que permite un entendimiento más real, útil y operativo del medio físico; y por eso se les llama también unidades de integración o de síntesis. Se adoptan como sectores territoriales básicos, tanto en el diagnóstico del medio físico como a lo largo del proceso de toma de decisiones que implica la elaboración del plan; por eso en ocasiones nos referiremos a ellas con la denominación de unidades operacionales. En función de las unidades ambientales se valorarán los méritos de conservación del medio físico, las amenazas a este por actividades expectantes, la vocación natural o capacidad de acogida, las degradaciones e impactos existentes, etc. Las unidades ambientales se pueden definir e identificar de varias formas: 

Empírica, a partir de la experiencia y de un buen conocimiento directo del terreno y de las personas que conviven y evolucionan con él, dependiendo su vida de él: agricultores, pastores, recolectores, etc.

Por superposición de aquellos factores del medio físico con mayor carga explicativa: la geomorfología (que describe materiales, formas y procesos del medio inerte y sintetiza sus relaciones), la cobertura vegetal, incluyendo cultivos (que explica las condiciones ambientales determinantes de la vida y sintetiza las relaciones entre el medio biótico y abiótico) y los usos del suelo (que explican el devenir histórico de las formas de utilización y aprovechamiento del suelo y sus recursos), y la percepción de todo ello. Así se consigue, indirectamente, una cierta homogeneidad respecto al resto de los factores de inventario, generalmente suficiente, al menos en las zonas menos complejas del ámbito del plan.

Por divisiones sucesivas del territorio atendiendo primero a semejanzas climáticas, después a la estructura geológica, luego a la estructura geomorfológica, a continuación a la cobertura vegetal y, por último, al suelo y a los usos de éste.

Las unidades ambientales se definen y nombran por sus rasgos relevantes: cobertura vegetal, uso del suelo y sustrato geomorfológico; conviene incluir tales rasgos en su nomenclatura, la cual debe ser muy cuidada para que puedan ser entendida por cualquiera.

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Figura 7.- Ejemplo del mapa de unidades ambientales del Valle de Zapotitan (El Salvador).

Figura 8.-Ejemplo del mapa de unidades ambientales del Cant贸n de Cuenca (Ecuador).

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6.3

CRITERIOS PARA DEFINIR LAS UNIDADES AMBIENTALES O DE INTEGRACIÓN

Las unidades ambientales se pueden identificar en función de los siguientes criterios, los cuales no son excluyentes sino que se pueden solapar en algunas de las unidades: 

Criterios ecológicos para definir aquellas unidades que muestran indicadores ecológicos sobresalientes, generales de los ecosistemas o específicos. Los elementos principales de atención para concretar territorialmente este criterio son la vegetación y la fauna.

Criterios científico-culturales, para definir aquellos sectores donde lo relevante es su interés para la ciencia o la cultura de masas e iniciación a la naturaleza.

Criterios paisajísticos, que permiten definir zonas donde lo más relevante es la calidad estética de la base paisajística o su visibilidad en términos de recepción o de emisión de vistas.

Criterios de funcionalidad, permiten definir unidades por el papel que cumplen ciertas zonas en el conjunto del ámbito, por ejemplo en la recarga de acuífero, en el control de la erosión, para la alimentación de la fauna o de la población.

Criterios de productividad primaria, caracterizados por una capacidad sobresaliente del territorio para la producción agraria, o simplemente de biomasa. Los indicadores principales de este criterio son la calidad agrológica del suelo, su uso y aprovechamiento actual, el clima local y el microclima. A la productividad citada se añade el potencial ligado a la explotación de recursos mineros o hidráulicos, de la energía eólica, de la insolación o mareomotriz y otras formas de recursos tangibles o intangibles.

Aspectos críticos o condicionantes superpuestos Existen ciertas características del medio físico sin relevancia por sí solas para definir unidades ambientales, pero que condicionan fuertemente la capacidad de acogida de la unidad sobre la que operan. Estos se pueden cartografiar mediante una trama superpuesta, como sobrecarga, a las unidades ambientales: inundabilidad del terreno, inestabilidad o deslizamientos de materiales, sismicidad, vulcanismo, recarga y vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos subterráneos, la erosionabilidad, capacidad dispersante de la atmósfera, sensibilidad al fuego, etc.

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6.4

UNA TIPOLOGÍA ORIENTADORA DE UNIDADES AMBIENTALES, DE SÍNTESIS O DE INTEGRACIÓN

Conscientes del interés metodológico de las unidades ambientales y de la importancia de acertar en su definición, a continuación se da una tipología orientativa de ellas que, con las lógicas precauciones y ajustes, puede adoptarse como referencia. I.

UNIDADES DEFINIDAS POR CRITERIOS ECOLOGICOS

I. a Ecosistemas bien conservados I.a.1 Ecosistemas climácicos I.a.1.1 Bosques autóctonos en buen estado I.a.1.2 Acantilados multiespecífica

costeros

colonizados

por

vegetación

I.a.2 Zonas húmedas I.a.2.1 Estuarios y marismas I.a.2.2 Lagunas I.a.2.3 Embalses I.a.3 Complejos fluviales bien definidos I.b Ecosistemas definidos por aspectos ecológicos particulares I.b.1 Vegetación sobresaliente I.b.1.1 Áreas de vegetación especial I.b.1.2 Repoblaciones forestales bien ordenadas I.b.2 Hábitats faunísticos de interés I.b.2.1 Hábitats con endemismos I.b.2.2 Hábitats de rapaces I.b.2.3 Rutas migratorias y puntos de paso I.b.3 Vegetación de cantiles y roquedos en zonas elevadas I.b.4 Complejos dunares bien conservados I.c Ecosistemas degradados o de sustitución I.c.1 Bosque autóctono degradado I.c.1.1 En etapa serial inferior a la climax I.c.1.2 Con enclaves de vegetación exótica de crecimiento rápido I.c.2 Repoblaciones forestales I.c.3 Pastizal/matorral degradado

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II.

UNIDADES DEFINIDAS POR CRITERIOS CIENTIFICO-CULTURALES

II.a Yacimientos paleontológicos II.b Sitios de interés geológico II.c Sitios de interés geomorfológico II.d Acantilados costeros III.

UNIDADES DEFINIDAS POR CRITERIOS DE PRODUCTIVIDAD

III.a Áreas de alta productividad agrícola actual III.a.1 Por infraestructuras agrarias III.a.1.1 Regadíos III.a.1.2 Zonas de huertas III.a.2 Por la calidad y aprovechamiento actual de los suelos III.a.2.1 Praderías fértiles y productivas III.a.2.2 Pastizales cacuminales III.a.2.3 Secanos de alta productividad sobre suelos buenos III.a.2.4 Cultivos de frutales en secano sobre suelos buenos III.a.2.5 Viñedos productivos con denominación de origen III.a.2.6 Choperas bien cultivadas III.b Áreas de alta productividad agrícola potencial III.b.1 Suelos de clase agrológica I o II no incluidos en clases anteriores III.c Áreas de mediana productividad agrícola III.c.1 Pastizales III.c.2 Cultivos sobre clase agrológica III o IV. III.d. Áreas con recursos minerales explotables III.e. Áreas proclives al aprovechamiento de recursos eólicos III.f. Áreas favorables al aprovechamiento energético de la insolación III.g. Áreas con potencial mareomotriz IV.

UNIDADES DEFINIDAS POR CRITERIOS PAISAJISTICOS

IV.a Paisajes de alta calidad intrínseca IV.b Zonas de alta incidencia visual IV.c Zonas de alto potencial de vistas IV.d Zonas culminantes no incluídas en clases anteriores IV.e Singularidades paisajísticas

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IV.f Playas IV.g Islotes V.

ZONAS URBANAS

ASPECTOS CRÍTICOS SUPERPUESTOS. superpuestas a las unidades anteriores:

Se

representan

con

sobrecargas

A. Áreas erosionables o con riesgos de erosión B. Áreas susceptibles de fenómenos de deslizamiento/desprendimiento (movimientos de ladera) C. Áreas inundables D. Áreas vulnerables frente a riesgos de tipo litoral E. Áreas sensibles al fuego F. Otras

6.5

DESCRIPCIÓN DE LAS UNIDADES AMBIENTALES

Para dar consistencia informativa a la capacidad de acogida, conviene describir cada una de las unidades ambientales en fichas descriptivas ad hoc (ver ejemplo en figura 9) incluyendo una fotografía significativa y una breve síntesis de los aspectos más relevantes, tales como los siguientes: 

Caracterización microclimática

Materiales, procesos y formas que componen la base física de la unidad.

Biocenosis y ecosistemas que la configuran o de los que forma parte. Especies notables de flora y fauna. Papel en el funcionamiento del conjunto.

Usos del suelo actuales, formas de utilización, influencias y aprovechamiento histórico, significado de la unidad en la economía del ámbito.

Base paisajística e intervisibilidad de la unidad, fundamentalmente en relación con las zonas accesibles habitadas y/o más frecuentadas por la población.

Papel de la unidad en el funcionamiento del conjunto o de aspectos notables de él.

Estado de conservación, y aspectos sobresalientes de tipo científico, cultural y/o didáctico.

Afecciones legales del suelo.

Degradaciones existentes y amenazas futuras. Posibilidades de corrección y prevención.

Potencialidad y actividades vocacionales y forma de hacerlas efectivas.

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Fragilidad y resiliencia.

Otras características de interés para la interpretación de la unidad.

Figura 9.- Ejemplo de ficha descriptiva de una unidad de integración (ambiental).

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6.6

VALORACIÓN DEL MEDIO FÍSICO A TRAVÉS DE LAS UNIDADES AMBIENTALES

Se entiende por valor de una unidad ambiental sus méritos de conservación que aconsejan conservarla o, lo que es lo mismo, evitar la alteración de la forma en que se viene utilizando y aprovechando históricamente. La expresión gráfica de este valor (figuras 10 y 11) muestra dónde se concentra el patrimonio natural más importante del territorio, el cual debe conservarse derivando, en la medida de lo posible, las actividades más agresivas hacia las zonas menos valiosas. En cierto modo este mapa de valor representa una primera aproximación a la capacidad de acogida del medio físico, aunque no es suficiente.

Dimensiones, criterios y escalas de valor El valor de cada unidad puede considerarse como la resultante de varias dimensiones, las cuales coinciden con los criterios de definición de las unidades ambientales: ecológica, científico/cultural, paisajística, productiva y funcional.

Figura 10.- Ejemplo del mapa de valoración del Valle de Zapotitan (El Salvador) basado en el mapa de unidades ambientales de la figura 7.

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Figura 11.-Ejemplo del mapa de valoración del Cantón de Cuenca (Ecuador), basado en el mapa de unidades ambientales de la figura 8.

Las dimensiones de valor enumeradas son básicamente de carácter cualitativo, excepto el caso de la productividad que se puede medir en una escala de proporcionalidad. Por ello la valoración exige aplicar criterios de valor ampliamente aceptados y contrastados, así como utilizar escalas jerárquicas que proporcionan simples rangos de valor. Los más importantes de dichos criterios son los siguientes:

Para el valor ecológico 

Grado de evolución ecológica

Diversidad

Naturalidad

Rareza

Representatividad

Significación para la región

Singularidad

Carácter endémico

Complejidad

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Para el valor paisajístico 

Composición estética de la unidad

Armonía o coherencia con su vocación natural

Vistas desde y hacia ella

Olores, sonidos, etc. que permiten el disfrute sensorial de ella

Otros.

Para el valor científico-cultural 

Elementos notables para la investigación

Idem para la cultura de masas y sensibilización social

Idem para educación de escolares

Para el valor funcional 

Papel de la unidad para el ecosistema, para alguna de sus componentes, para la población, para las actividades humanas, etc. por ejemplo:

Control de la erosión

“Producción” y retención de agua, control de avenidas, recarga de acuíferos subterráneos

Filtrado de contaminantes

Alimentación de fauna migratoria

Alimentación de poblaciones

Protección de meteoros como el viento, etc.

Para el valor productivo 

Calidad agrológica del suelo

Microclima o clima local

Presencia de agua

Forma de uso y aprovechamiento

Otros

Tabla de valoración Aplicando los criterios citados a las unidades ambientales se puede confeccionar una tabla con la estructura de la figura 12, que recoge los valores atribuidos a cada dimensión de las que forman cada una de las unidades de integración

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Figura 12.- Formato de tabla para valorar unidades de integración o ambientales .

Conviene completar la valoración descrita, que se refiere a la situación actual, con otra valoración relativa a:

6.7

La situación primigenia, antes de la intervención humana.

El estado evolutivo en que se encuentra la unidad y, por consiguiente, sus valores.

La calidad que demanda la sociedad y el grado de sacrificio que está dispuesta a realizar para alcanzarla.

El grado de esfuerzo necesario para alcanzar un valor potencial razonable.

REPRESENTACIÓN CARTOGRÁFICA DE LOS VALORES ASIGNADOS

Esta tabla, al estar referida territorialmente a las unidades ambientales, admite una representación cartográfica inmediata (figuras 10 y 11). El mapa de valoración, muestra ya una primera aproximación a la capacidad de acogida porque indica las zonas que se deben conservar y aquellas en las que se pude actuar.

6.8

RELACIÓN, TIPOLOGÍA Y DEFINICIÓN DE LAS ACTIVIDADES A ORDENAR EN EL PLAN, PARA LAS QUE SE DESEA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA

Se ha dicho que la capacidad de acogida relaciona las actividades con el medio; para ello hay que definir aquellas actividades que deban ser objeto de ordenación y regulación en el plan. Estas pueden darse en la actualidad o no darse, pero estar expectantes en el territorio porque existan recursos (naturales, humanos o construidos) inexplotados, por la presencia de aptitudes de la población no aprovechadas o porque haya promotores dispuestos a invertir en actividades no existentes; a ellas hay que añadir las derivadas de las previsiones establecidas por los niveles administrativos superiores de decisión, particularmente aquellas que se intenta favorecer mediante ayudas técnicas, financieras o de gestión (figura 9).

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Figura 13.-Deducción de las actividades para las que se determina la capacidad de acogida.

La relación de actividades a considerar en el plan es un punto que exige la visión conjunta de los cuatro subsistemas que conforman el sistema territorial; la que se da a continuación es solo orientativa. Constituye un hito que requiere gran atención porque, de un lado, las actividades humanas son el objeto central del plan: se trata precisamente de ordenar las actividades en el espacio, y de otro, porque el tipo de actividades a considerar refleja y va a ser determinante en el estilo de desarrollo que implica el plan. A. CONSERVACIÓN Y REGENERACIÓN DE LA NATURALEZA

Preservación estricta Mantenimiento de la situación actual y su evolución sin intervención humana o intervención mínima y de carácter estrictamente científico o cultural. Las zonas a que se aplique serían dignas de que se les otorgue alguna de las figuras más restrictivas de protección legalmente establecidas.

Conservación activa Continuidad del uso actual, mantenimiento indefinido de las condiciones de uso y explotación tradicionales que se vienen realizando, siempre con la participación activa del hombre.

Regeneración del ecosistema y/o del paisaje Tratamientos culturales capaces de reconducir la zona a que se aplique a su situación primigenia o a otros estados de equilibrio supuestamente más valiosos. Esta regeneración puede adoptar formas distintas según la casuística particular de las unidades a que se asigne (podas selectivas, pastoreo controlado, limpieza, eliminación selectiva de la vegetación, tratamiento de plagas y enfermedades, etc.) pudiendo especificarse éstas en el propio plan o dejarlo al criterio del responsable en la fase de ejecución.

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Actividades científico culturales Utilización del medio para experiencias e investigación de tipo científico, visitas de difusión de conocimientos en orden a la cultura de masas e iniciación a la naturaleza. Incluye los edificios, equipos e instalaciones (laboratorios, aulas, elementos de observación, etc.) necesarios.

Repoblación forestal: bosque protector Plantación o siembra de especies arbóreas seleccionadas por criterios ecológicos o paisajísticos, pasando los productivos a un segundo plano. No significa que los espacios a que se asigne esta actividad se sustraigan al aprovechamiento económico, sino que éste queda supeditado a la conservación de la naturaleza y del paisaje. Puede considerarse esta actividad como un caso particular de la regeneración del ecosistema o del paisaje. B. ESPARCIMIENTO Y DEPORTES AL AIRE LIBRE

Excursionismo y contemplación Actividad de tipo extensivo que implica el simple tránsito peatonal, que no requiere, o sólo de pequeña envergadura, infraestructuras o acondicionamiento para su práctica: pasos sobre arroyos, tramos de sendas, miradores, etc., que se presumen cuidadosas e integradas en el paisaje.

Recreo concentrado Adaptación de un espacio localizado para actividades recreativas concentradas de distinto tipo, dotándolo con equipos de pequeña entidad: mesas, bancos, barbacoas, fuentes, servicios sanitarios, juegos de niños, papeleras, crematorio de basuras, alguna edificación de pequeña entidad para el servicio de la zona.

Camping Instalaciones fijas con dotaciones y servicios variables en función de su categoría, que exigen una fuerte adaptación y alteración directa del medio y suponen presión sobre su entorno.

Baño y actividades náuticas Incluye no solo la práctica de estas actividades, sino también el necesario acondicionamiento de terrenos anejos en la ribera.

Caza Práctica de esta actividad de acuerdo con la reglamentación, nacional o autonómica, que la regula.

Pesca Práctica de esta actividad de acuerdo con la reglamentación, nacional o autonómica, que la regula.

Motocross, trial Práctica de estos deportes sobre terrenos o circuitos acondicionados para ello, incluyendo el propio acondicionamiento.

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Circulación campo a través con vehículos todo terreno Práctica de esta actividad sobre espacios no acondicionados. C. ACTIVIDADES AGRARIAS

Recolección de plantas de extracto: aromáticas, medicinales, condimentarias o cosméticas Recolección manual o mecanizada de este tipo de plantas.

Recolección de hongos y setas Recolección manual de estas especies

Agricultura extensiva de secano Además del laboreo y otras prácticas de cultivo, esta actividad incluye la construcción de los edificios e instalaciones ligados a la explotación.

Agricultura de regadío Incluye todas las obras e instalaciones necesarias a esta actividad (acequias, caminos, depósitos de agua, etc.) así como los edificios ligados a la explotación agraria.

Huertos familiares y/o metropolitanos Se trata de un especial tipo de agricultura de regadío en parcelas muy pequeñas, con finalidad de autoconsumo y/o de ocio para el usuario.

Agricultura industrial: Invernaderos Instalaciones fijas bajo cubierta de vidrio o plástico para cultivo forzado.

Pascicultura Preparación del terreno, incluyendo instalaciones de control, albergue y manejo del ganado, así como el pastoreo y los cuidados culturales para su práctica.

Pastoreo Aprovechamiento de los pastizales naturales a diente por el ganado, incluyendo las instalaciones necesarias para ello: vallas de separación, electrificadas o no, bebederos, refugios, etc.

Edificaciones ganaderas Edificaciones e instalaciones para la cría de ganado en cautividad.

Repoblación forestal: bosque productor Repoblación forestal con las especies más adecuadas desde el punto de vista de la producción maderera y su ordenación de acuerdo con el principio de "producción sostenida".

Edificaciones asociadas a la explotación agraria Edificios destinados al almacenamiento de productos, materiales o maquinaria de la explotación así como los necesarios para otros servicios de la misma.

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Vivienda rural Edificación destinada a las personas directamente ocupadas en los trabajos de la explotación D. URBANIZACIÓN

Urbanización institucional Edificaciones aisladas de tamaño relativamente grande en amplios espacios abiertos, destinadas a albergar instituciones públicas o privadas: hospitales, universidades, colegios, cárceles, etc. Se supone resuelta la eliminación de las aguas residuales mediante algún tipo de tratamiento.

Vivienda aislada Vivienda en el campo que no cuenta con los servicios urbanísticos convencionales: acceso rodado, abastecimiento y saneamiento de agua, abastecimiento de electricidad y otras formas de energía, etc.

Urbanización dispersa en parcela grande Viviendas unifamiliares en parcelas de tamaño superior a ...... m2 y contiguas. En cuanto urbanización se les supone dotadas de las instalaciones necesarias de saneamiento y depuración de aguas residuales.

Urbanización dispersa en parcela pequeña Viviendas unifamiliares aisladas en parcelas de tamaño entre ..... y ..... m2, con instalación de saneamiento y depuración de aguas.

Urbanización de media densidad Viviendas unifamiliares aisladas en parcelas inferiores a ..... m2. u otro tipo de urbanización en que al menos quede libre de edificación, de viario y otros usos que impermeabilizan, el 50% del terreno.

Urbanización de alta densidad Cualquier urbanización que suponga mayor densidad u ocupación del suelo que en el caso anterior. E. ACTIVIDADES INDUSTRIALES.

Polígonos industriales Terrenos urbanizados para localización industrial, incluyendo esta.

Industria pesada aislada Industria con edificaciones de distinto tipo que ocupa la práctica totalidad del espacio afectado, con posibilidad de emitir vertidos sólidos, líquidos y gaseosos.

Industria limpia Se asimila a la urbanización de media o alta densidad a la que puede acompañar.

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Industria extractiva Incluye todo tipo de extracción de materiales útiles del subsuelo, tanto por métodos subterráneos o de interior como de superficie o a cielo abierto, así como las instalaciones necesarias (plantas de tratamiento, naves, etc.). F. INFRAESTRUCTURAS

Autopistas Según definición de la vigente Ley de Carreteras; es preceptivo su cerramiento en toda su longitud.

Autovías Según definición de la vigente Ley de Carreteras; no es preceptivo su cerramiento.

Carreteras Según definición de la Ley de Carreteras

Ferrocarriles Vías férreas para la circulación de trenes

Pistas forestales Vías rurales para la gestión extracción de productos de los bosques

Líneas aéreas de conducción eléctrica o telefónica Tendido aéreo de cables soportados por postes o torres anclados en el terreno.

Oleoductos, gaseoductos, etc. Infraestructuras para transportar combustibles fósiles licuados o gasificados

Embalses Presa y almacenamiento de agua en cerradas artificiales.

Canales hidráulicos Canales para el transporte de agua

Antenas para telefonía móvil, televisión y otras instalaciones puntuales de comunicación. Artefactos muy conspicuos y visibles, generalmente anclados en zonas culminantes del terreno. G. DEPOSICION DE RESIDUOS

Vertederos de residuos inertes. Escombreras Acumulación controlada de residuos sólidos inertes, procedentes de derribos, desmontes, vaciados, tierras sobrantes o inertes procedentes de la minería o de la industria.

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Vertedero de residuos urbanos Acumulación controlada de residuos procedentes de basuras domésticas y de composición heterogénea.

Vertederos de residuos tóxicos Vertidos de procedencia industrial de tipo tóxico o peligroso.

Cementerios Inhumación de cadáveres humanos; incluye instalaciones propias de este tipo de equipamiento: crematorio, capilla, zonas ajardinadas, etc.

6.9

ANÁLISIS DE LAS RELACIONES ENTRE LAS ACTIVIDADES POTENCIALES

Para orientar la distribución de las actividades en el espacio (lo que resultará muy útil a la ahora de definir categorías de ordenación en la fase de planificación y de elaborar la normativa particular asociada a ellas) conviene determinar las relaciones entre las actividades a considerar en el plan. Tales relaciones se pueden referir a la superposición, a la proximidad o a la coexistencia en la misma categoría de ordenación e incluir o no la variable tiempo, por ejemplo para actividades informales de ocio y recreo al aire libre. Para establecer las relaciones se cruzan pares de actividades en una matriz simétrica (figura 14), en cuyas celdas se señala la relación, por ejemplo, en los siguientes términos:

Sinergia: dos actividades se refuerzan cuando se practican en el mismo espacio

(o en espacios contiguos o próximos) y al mismo tiempo. Por ejemplo horticultura y apicultura: las abejas favorecen la polinización de las plantas y estas aprovechas sus flores para alimentarse y hacer su trabajo; esta circunstancia se aprovecha, por ejemplo en los invernaderos de agricultura industrial inoculando ciertos tipos de insectos para favorecer la polinización. La industria agroalimentaria y la producción agrícola (o ganadera) intensiva, se refuerzan cuando se practican en espacios contiguos; lo mismo ocurre con el equipamiento turístico y la conservación de patrimonio cultural.

Complementariedad: dos actividades se complementan sin llegar a reforzarse; la complementariedad se puede interpretar como sinergia débil. Por ejemplo, la repoblación forestal productora o conservadora y la caza; el senderismo y la caza fotográfica.

Neutralidad o no aplicable: dos actividades son neutras cuento no tiene sentido (no aplica) su coexistencia en el espacio, ni en el tiempo; por ejemplo, el baño y la caza.

Compatibilidad: dos actividades se pueden practicar en el mismo espacio y al mismo tiempo sin merma para el ejercicio de ninguna de ellas. Por ejemplo, senderismo y acampada.

Disfuncional: el ejercicio de una actividad disminuye la calidad de los factores

que determinan la otra. Por ejemplo la residencia y el despegue y aterrizaje de aviones en los conos de vuelo; la pesca y el baño en un río.

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Incompatibilidad en el tiempo: dos actividades se pueden practicarse en el mismo lugar, pero no al mismo tiempo. Por ejemplo, la caza y el senderismo.

Incompatible en el tiempo y en el espacio: dos actividades no se pueden practicar al mismo tiempo y en el mismo lugar. Por ejemplo la urbanización y la conservación de la naturaleza; la caza fotográfica y deporte formalizado en equipos.

Se puede ampliar esta matriz con otra en la que se vuelvan a cruzar los “cruces” de ésta con las actividades.

Figura 14.- Formato de una matriz de relación entre actividades.

7 DESCRIPCIÓN DE LAS TAREAS ESPECÍFICAS DEL MODELO EMPÍRICO PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL MEDIO FÍSICO 7.1

FORMACIÓN DE LA MATRIZ DE CAPACIDAD DE ACOGIDA

A partir de las tareas descritas, se pasa a formalizar una Matriz de Capacidad de Acogida; para ello se cruzan en una tabla de doble entrada con el formato que muestra la figura 15. y ejemplo en la 16. las actividades señaladas en el punto anterior con las unidades ambientales identificadas, cartografíalas y valoradas. Las casillas de cruce se pueden formalizar de diversas maneras, pero aquí se recomienda utilizar los siguientes conceptos y códigos:

Usos y actividades vocacionales 

Coincidentes con el uso actual: representado en la tabla por el código ... , indica que la unidad ambiental a que se asigna se está utilizando racionalmente en la actualidad.

No coincidente con el uso actual: representado por el código ..., indica que conviene cambiar el uso actual en caso de incompatibilidad con el propiciado, o que se superponga, como uso múltiple, en caso de compatibilidad.

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Usos y actividades compatibles 

Sin limitaciones: representado por el código ... indica que es compatible con las características de la unidad a que se aplica, aunque no vocacional.

Con limitaciones: representado por ..., significa que sólo es aceptable en ciertas condiciones definidas por informes, dictámenes o licencias favorables del organismo responsable de la administración. Incluso sometidos a EIA, indicando que el uso sólo es aceptable en las condiciones que determine un Estudio de Impacto Ambiental, en la fase de proyecto.

Usos y actividades disfuncionales 

Representados por el código ..., indica que la ubicación de la actividad en la unidad ambiental, produciría molestias a la situación actual incluso efectos indeseables sin llegar a ser graves en sus características y valores ecológicos, culturales, paisajísticos, funcionales o productivos.

Usos y actividades incompatibles 

Representados por el código ..., indica que si se ubicase en la unidad, se produciría quebranto grave en sus características y valores ecológicos, culturales, paisajísticos, funcionales o productivos.

No aplicable 

Representado por el código ... o en blanco, indica que la actividad no tiene sentido en la unidad correspondiente.

Figura 15.- Formato de una tabla de capacidad de acogida; Vij: Capacidad de acogida de la unidad ambiental i para la actividad j. V: Vocacional, C: Compatible, (Cs sin limitaciones, Cl compatible con limitaciones), I: Incompatible.

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Figura 16.- Ejemplo de tabla sencilla de capacidad de acogida.

7.2

CARTOGRAFÍA DE LA CAPACIDAD DE ACOGIDA

Formalizada la matriz de capacidad de acogida, se procede a representarla cartográficamente, según las siguientes opciones: 

Una capa de Capacidad de Acogida para cada actividad

Una capa sintética de Capacidad de Acogida a partir de las capas de capacidad de acogida por actividades, resumiendo los "niveles de uso" que caben en el medio físico.

Matriz de Capacidad de Acogida como leyenda del mapa de unidades ambientales; esta representación constituye un verdadero modelo global o integrado de la capacidad de acogida del medio físico, al especificar para cada una de las unidades los usos vocacionales, los compatibles y los incompatibles.

Este es un modelo de diagnóstico, no de propuestas; sólo representa lo que se podría llamar la vocación natural intrínseca de las unidades ambientales, sin tener en cuenta consideraciones de otro orden que, sin duda, inciden poderosamente en el destino que se atribuya en el plan al suelo. Resulta pertinente esta advertencia porque puede ocurrir que las propuestas del plan no respeten en su totalidad la capacidad de acogida del territorio por razones de oportunidad, situación, coste, etc. basadas en consideraciones de tipo económico, social o geográfico.

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8 DESCRIPCIÓN DE LAS TAREAS ESPECÍFICAS DEL MODELO IMPACTO/APTITUD PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL MEDIO FÍSICO Este modelo impacto/aptitud, cuyas tareas se representa en el diagrama de flujos de la figura 6, opera sobre los conceptos de impacto: efecto de una actividad sobre una unidad ambiental genérica, y de aptitud: medida en que una unidad de integración cubre los requisitos locacionales y de funcionamiento de una actividad. El modelo se fundamenta en la evidencia de que, de acuerdo con las definiciones dadas, la mayor capacidad de acogida para una actividad determinada corresponde a aquellas unidades ambientales donde coincide la máxima aptitud y el mínimo impacto negativo o, en su caso, el máximo impacto positivo. Desde un punto de vista social podría decirse que en ese lugar convergen los intereses del promotor de la actividad y del conservacionista del medio físico.

8.1

FORMACIÓN DE UNA MATRIZ DE IMPACTO/APTITUD CRUZANDO UNIDADES DE INTEGRACIÓN CON ACTIVIDADES

Esta matriz se forma cruzando las unidades ambientales con las actividades a ordenar y regular por el plan. Se pueden formar diferentes tipos de matrices, pero la forma más simple y eficaz de hacerlo consiste en el formato representado en la figura 17.

Figura 17.-Formato de la matriz de impacto/aptitud: Ini: Impacto de la actividad n sobre la unidad ambiental i; Ain: Aptitud de la unidad ambiental i para la actividad n.

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Los rangos o valores de impacto pueden adoptar diferentes formas, por ejemplo: 

Muy desfavorable

Desfavorable

Indiferente

Positivo.

O bien esta otra: 

+ 2 Muy positivo

+ 1 Positivo

0 Indiferente

- 1 Negativo

- 2 Muy negativo

- infinito: Excluyente.

Pero también puede expresarse por el cambio de rango en la escala de valor que introduciría la actividad en la hipótesis de que se ubicase en la unidad correspondiente. Los valores de aptitud pueden adoptar códigos similares a los de impacto, por ejemplo: 

+ 2 Muy positiva

+ 1 Positiva

0 Indiferente

- 1 Negativa

- 2 Muy negativa

- infinito: Excluyente.

Esta escala resulta gráfica y cómoda pero puede también utilizarse otra con valores de 1 a 5, que semánticamente se traducen a: muy baja, baja, media, alta y muy alta; incluso por debajo del 1 podría estar la calificación de excluyente.

8.2

FIJACIÓN DE LOS CRITERIOS PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ACOGIDA

Estos criterios se fijan cruzando en una tabla los rangos de impacto y de aptitud establecidos en el punto anterior para establecer los rangos de capacidad de acogida, como muestra la figura 18.

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Figura 18.-Criterios para determinar los rangos o clases de capacidad de acogida a partir de los rangos o clases de impacto y aptitud.

8.3

FORMACIÓN DE LA MATRIZ DE CAPACIDAD DE ACOGIDA

Aplicando los criterios descritos a las matrices de impacto y aptitud, se obtendrá la capacidad de acogida de cada una de las unidades ambientales adoptadas para cada actividad. Llevada la matriz al plano de unidades de integración o ambientales (y superponiéndole los condicionantes derivados de las amenazas o aspectos críticos), proporcionará un modelo de la capacidad de acogida del medio físico para cada actividad.

8.4

CARTOGRAFÍA DE LA CAPACIDAD DE ACOGIDA

Formalizada la matriz de capacidad de acogida, se puede proceder, como en el modelo anterior, a representarla cartográficamente, según las siguientes opciones: 

Una capas de Capacidad de Acogida para cada actividad

Una capa sintética de Capacidad de Acogida a partir de las capas de capacidad de acogida por actividades, resumiendo los "niveles de uso" que caben en el medio físico.

Matriz de Capacidad de Acogida como leyenda del mapa de unidades de integración o ambientales; igual que en el modelo anterior, esta representación constituye un verdadero modelo global de la capacidad de acogida del territorio, al especificar para cada unidad los usos vocacionales, los compatibles y los incompatibles.

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9 CONFLICTOS EN RELACIÓN CON LA SITUACIÓN ACTUAL Y LAS TENDENCIAS Como se dijo, en una de las primeras fases informativas del diagnóstico del medio físico, se analizan las degradaciones y amenazas existentes, las afecciones del suelo, particularmente la clasificación y calificación urbanística y las repercusiones territoriales de la legislación sectorial. Por otro lado, en este momento, se dispone de un conocimiento muy completo del valor del medio físico y de su capacidad de acogida. Se trata ahora de identificar, describir, valorar y cartografiar los conflictos que se generan por comparación entre ambos tipos de conceptos (figura 19). Teniendo en cuenta la repercusión del urbanismo en el suelo, uno de los conflictos más interesantes a considerar, a nivel municipal, es precisamente el que se deriva de la clasificación y calificación urbanística establecida por el planeamiento municipal. Las divergencias pueden operar en los dos sentidos siguientes: a) La clasificación propuesta por el planeamiento supera la capacidad de acogida del territorio. Existe entonces un conflicto cuya gravedad varía en dos direcciones: 

con el grado de valor de conservación del suelo y la diferencia entre la capacidad de acogida y la propuesta del planeamiento,

con el grado de compromiso adquirido, y, por tanto, la reversibilidad de la propuesta y el coste que ello supondría, incluyendo los posibles derechos adquiridos.

b) La clasificación propuesta por el planeamiento otorga mayor protección al medio físico que la permitida por la capacidad de acogida. Esta situación constituye un conflicto menor, pero debe tenerse en cuenta que la mejor integración con el medio físico se produce cuando coincide la capacidad de acogida y su uso y aprovechamiento.

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Figura 19.-La comparación entre la realidad, afecciones y previsiones legales sobre el suelo y el valor de éste y su capacidad de acogida, permiten identificar conflictos que el plan ha de resolver.

10 AMENAZAS, VULNERABILIDAD Y RIESGO1 Frecuentemente las noticias califican de "catástrofes naturales", procesos naturales muchos de ellos conocidos y predecibles, si no en cuanto al momento de su ocurrencia, sí en cuanto a la seguridad de ella; es el caso, por ejemplo, de las inundaciones asociadas a ciertos periodos de recurrencia (anual, decenal, 25, 100 o 500 años) cuya probabilidad de ocurrencia es segura aunque el momento en que se produzca está sometida a incertidumbre. Las catástrofes a que se refieren tales noticias no son naturales, pues este calificativo solo alude a una parte de la causa, sino humanas porque la causa real hay que atribuirla a la exposición de la población y de sus bienes a los efectos derivados de tales procesos naturales y, en particular a la forma de ocupación del suelo por las actividades humanas y a la forma en que se construyen los elementos físicos (edificios, infraestructuras e instalaciones) que las cobijan y soportan. Es el caso por ejemplo de la ocupación residencial de las zonas afectadas por el flujo previsible de coladas volcánicas, por movimientos sísmicos, por desplazamientos en masa de materiales o por inundaciones.

1

La idea de amenaza, peligrosidad y riesgo, se ha desarrollado en tiempos relativamente recientes; uno de sus orígenes está en la industria aeroespacial (desde 1967); con anterioridad se requería “buenas prácticas de ingeniería” simplemente para prevenir los riesgos; en la industria nuclear existe el concepto de “Accidente máximo creíble” y se definen escenarios de futuro. En 1975 se introduce el concepto de Análisis probabilístico del riesgo; en el Sector Químico destaca la Directiva Post Seveso de 1982, etc.

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Pero las actividades humanas no son solo los receptores típicos de los efectos de tales procesos y amenazas naturales, sino que las propias actividades antrópicas tienen fuertes implicaciones en la agravación de ciertas amenazas como la de inundación, afectada por la forma en que se ocupa y aprovecha la cuenca vertiente de cursos de agua, o el desplazamientos en bloque de materiales y desechos depositados por el hombre en lugares inadecuados y de forma improcedente. Y otras veces las amenazas proceden de circunstancias antrópicas, como explosiones, roturas de presas de residuos en el sector minero, escapes de emisiones gaseosas dañinas para la salud o incluso letales, vertidos venenosos a cauces o deposición de residuos peligrosos en áreas de recarga de acuíferos que luego se aprovechan por la población, etc. Todo ello implica, como en tantos otros temas, adoptar medidas en tres vías complementarias, cuando no sinérgicas: la preventiva (representada por la ordenación territorial y por los instrumentos preventivos de gestión ambiental), la correctora asociada a los comportamientos de los agentes socioeconómicos y la curativa que se orienta a fortalecer las zonas ya afectadas.

Amenaza Es la probabilidad de ocurrencia de un evento (sismos, deslizamientos, inundaciones, huracanes, tsunamis, erupciones volcánicas, etc.) potencialmente dañino, caracterizado por una cierta intensidad, dentro de un periodo dado y en un área determinada. Se trata de una fuente de peligro asociada a un fenómeno que puede manifestarse en daños a la población, a los bienes materiales o al ambiente; por ello se añade a la idea de amenaza, en los estudios de riesgo, la de peligro o peligrosidad: una eventual fuente de daño cuya llegada real a la población es incierta. Esta incertidumbre se cuantifica mediante la probabilidad de que ocurra un evento en función de los registros históricos durante un período de tiempo significativo. Las amenazas naturales se pueden clasificar así: 

Procesos tectónicos, relacionados con la geodinámica interna; están condicionados por tres factores fundamentales: la naturaleza de los materiales, su estructura y su estado de tensión-deformación. Son la sismicidad y el vulcanismo.

Procesos relacionados con la geodinámica externa; están determinados

por los factores climáticos y por la naturaleza geológica de los materiales. Son los movimientos de ladera y deslizamientos, hundimientos y desplomes en acantilados y zonas con fuertes pendientes, inundabilidad, procesos de erosión actual y erosionabilidad o erosión potencial, sobreexplotación, contaminación y salinización de los acuíferos subterráneos o de suelos etc. 

Otros: Incendios forestales y vulnerabilidad a los incendios (afección a las personas, bienes materiales y medio ambiente).

Existen diversas metodologías para evaluar amenazas. Una muy útil elabora matrices que clasifican la amenaza por los dos conceptos principales que la definen: la intensidad y la frecuencia. Esta es la matriz básica para clasificar las amenazas en función de la intensidad y la frecuencia. La intensidad se asocia al

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tipo de amenaza con otras matrices que clasifican esta intensidad en tres rangos, alta, media y baja, con parámetros que se establecen para cada tipo de amenaza. Por ejemplo en el caso de las inundaciones estáticas el principal indicador para clasificar el nivel de amenaza es la altura del nivel de inundación sobre el nivel del terreno.

Vulnerabilidad Es la susceptibilidad de un terreno para sufrir daños o pérdidas económicas, sociales o ambientales, en función de su ubicación y de sus características físicas, socioeconómicas, culturales y ambientales, que determinan la predisposición intrínseca de una comunidad al efecto de las amenazas. Se suele expresar en términos de los daños o pérdidas potenciales que se espera ocurran según el grado de severidad o intensidad del fenómeno al que está expuesto. Dentro del concepto de vulnerabilidad se puede incluir la vulnerabilidad física, por exposición, la socioeconómica, y la ambiental. Cada una de ellas se puede cartografiar en términos de clases o rangos, por ejemplo, en tres o en cinco niveles. La vulnerabilidad puede ser física por exposición humana afectando a la salud o vida de las personas, económica afectando a bienes o servicios económicos, estructural afectando a infraestructuras, equipamientos, etc. ambiental afectando a especies, biocenosis, ecosistemas, contaminación, etc., cada una de las cuales se evalúa a través de indicadores específicos. La vulnerabilidad total se obtiene por agregación de las anteriores para cada amenaza concreta, variando el peso de cada uno de ellos en función de la amenaza. Tales pesos se atribuyen por un panel de expertos. En ordenación territorial las amenazas se asocian al medio físico y pueden sugerir categorías de ordenación específicas que las representen en el modelo territorial objetivo o sobrecargas sobre otras categorías de ordenación; en ambos casos las amenazas son traducibles a normas relativas al uso y los aprovechamientos del suelo; mientras la vulnerabilidad se asocia a la población y sus actividades y se considera un problema susceptible de mitigación y de gestión, por lo tanto se asocia más al programa de intervención del plan.

Riesgo (figura 20) Es la probabilidad de que se produzcan pérdidas socio-económicas en un determinado momento y en un área del territorio determinada, a causa de una amenaza. Se obtiene superponiendo la amenaza y su cartografía con la vulnerabilidad de los elementos expuestos y su cartografía. Riesgo = Amenaza x Vulnerabilidad También se puede definir como los daños esperados (expresados en términos de personas, propiedades o actividades económicas afectadas) por fenómenos naturales particulares sobre elementos específicos durante un período de referencia en una región dada. Un análisis de riesgo trata de contestar a las siguientes cuestiones: ¿Qué puede ocurrir?, ¿Cuál es la probabilidad de que ocurra?, En el supuesto que ocurra ¿Cuáles son sus consecuencias?

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Figura 20.-Amenazas, vulnerabilidad y riesgo.

Incertidumbre Se diferencia del riesgo en que no se conoce la probabilidad de ocurrencia; se consideran dos tipos de incertidumbre: Aleatoria: consecuencia de la variabilidad natural del sistema, la cual se puede cuantificar por medidas y estimaciones estadísticas o por opinión de expertos, y la Epistémica: consecuencia de la falta de conocimiento del sistema, la cual solo se puede cuantificar a través de la opinión de expertos.

Exigencia legal En España, la Ley 8/2007 de Suelo exige someter los desarrollos urbanísticos, lo que se hace extensivo a la ordenación territorial, a una evaluación ambiental previa y a un informe de sostenibilidad en el que se deberá incluir un mapa de riesgos naturales del ámbito objeto de la ordenación. Este mandato valora la conexión entre la ordenación territorial y la prevención de riesgos, en beneficio de la seguridad de los ciudadanos y de sus bienes. Además señala a la prevención de riesgos como uno de los criterios para clasificar terrenos como suelo no urbanizable, al establecer que los terrenos con riesgos naturales o tecnológicos, incluidos los de inundación o de otros accidentes graves, y cuantos prevea la legislación de ordenación territorial o urbanística, quedarán preservados de su transformación urbanística. Los propietarios de terrenos deben respetar las limitaciones impuestas en áreas amenazadas por procesos naturales acreditados en la correspondiente cartografía de riesgos. Las áreas amenazadas por riesgos naturales y las limitaciones impuestas en ellas serán las establecidas por las Administraciones públicas competentes para la prevención de cada riesgo, a las que también corresponderá evaluar en cada caso el cumplimiento del deber de prevenirlos. En dichas áreas no debe permitirse ninguna construcción, instalación o uso de suelo incompatible con tales riesgos.

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APÉNDICES

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APÉNDICE 1. LA INFORMACIÓN DEL MEDIO FÍSICO POR FACTORES

En este apéndice primero se da un listado de los elementos y procesos comúnmente considerados en el análisis del medio físico, y luego se describen en términos de los aspectos más relevantes en la ordenación territorial. Conviene distinguir entre información elemental, por ejemplo datos básicos de clima, de la corteza terrestre, etc. y elaborada que supone traducirla a índices fácilmente utilizables en la formulación del plan; por ejemplo obtener índices de productividad primaria, de confort climático o de capacidad dispersante de la atmósfera a partir de los datos climáticos básicos; extraer índices de amenazas naturales, de peligrosidad o riesgo a partir de los datos básicos sobre la corteza terrestre; índices de autodepuración de un cauce a partir de la información elemental sobre caudas, régimen, características químicas o biológicas, etc. La relación que se da es orientativa, debiendo ajustarse a cada caso particular, y se organiza en niveles, de los cuales el tercero es el principal; los conceptos incluidos en este nivel deben ser objeto de representación en cartografía temática; las variables en que podrían descomponerse dichos conceptos son datos básicos con carácter descriptivo.

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1. Medio inerte 1.1. Factores climáticos 1.1.1. Índices bioclimáticos y/o de aptitud climática 1.1.2. Capacidad dispersante de la atmósfera 1.1.3. Confort climático 1.1.4. Régimen de radiación: recursos energéticos 1.1.5. Microclimas 1.1.6. Amenazas asociadas al cambio climático 1.2. Aire 1.2.1. Calidad del aire: contaminación 1.2.2. Régimen de vientos: recursos energéticos 1.2.3. Amenazas asociadas a los vientos 1.2.4. Niveles de ruido 1.3. Agua 1.3.1. Localización, régimen, calidad: ríos, embalses, fuentes, manantiales, etc. 1.3.2. Áreas de recarga y tasa de renovación de acuíferos subterráneos 1.3.3. Capacidad de autodepuración 1.4. Materiales, formas y procesos del medio inerte 1.4.1. Morfología del terreno, pendientes 1.4.2. Litología. Recursos minerales 1.4.3. Procesos diapirismo.

geodinámicos

internos:

vulcanismo,

sismicidad,

1.4.4. Procesos geodinámicos externos: movimientos de ladera, hundimientos, avenidas, expansividad, erosión/sedimentación, etc. 1.4.5. Erosionabilidad 1.4.6. Recarga y vulnerabilidad a la contaminación de los acuíferos subterráneos 1.4.7. Condiciones constructivas de los terrenos 1.4.8. Patrimonio geológico, recursos culturales 1.5. Aptitud de los suelos para la agricultura 1.5.1. Tipos de suelos 1.5.2. Clases agrológicas

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2. Medio biótico 2.1. Vegetación 2.1.1. Unidades de vegetación natural actual 2.1.2. Unidades de vegetación natural potencial 2.1.3. Unidades de vegetación artificial 2.1.4. Elementos singulares 2.1.5. Especies notables por rareza, situación en peligro, etc. 2.2. Fauna 2.2.1. Unidades/hábitats faunísticos 2.2.2. Rutas migratorias y puntos de paso 2.2.3. Elementos singulares 2.2.4. Especies sobresalientes por diversas razones 3. Medio perceptual: paisaje 3.1. Base paisajística 3.1.1. Unidades de la base paisajística 3.1.2. Elementos sobresalientes 3.2. Perceptores potenciales y lugares relevantes para la percepción 3.3. Potencial de visualización y cuencas visuales 3.4. Exposición visual en función de los lugares relevantes para la percepción 3.5. Recursos científico-culturales

Factores climáticos El conocimiento del clima tiene varias formas importantes de aplicación en la ordenación del territorio: 

como indicador de las condiciones ambientales en general: índices bioclimáticos y/o de aptitud bioclimática, microclimas especiales, etc.

como condicionante de la localización: capacidad dispersante de la atmósfera y su dirección dominante,

como condicionante del estabilidad/calmas, etc.

como recurso: evaluación energética de la insolación y de los vientos, confort climático, etc.

diseño:

lluvia,

viento,

insolación,

nieve,

Todos estos aspectos constituyen parámetros operativos de aplicación directa en la toma de decisiones, que dependen de una serie de datos climáticos básicos: temperaturas, régimen y forma de las precipitaciones, insolación,

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radiación, frecuencia de nieblas, de inversiones térmicas, dirección y velocidad de los vientos, etc.

Calidad del aire Este factor está muy relacionado con el clima, pero también con ciertas características de la superficie terrestre, ya que el nivel de inmisión, determinante de la calidad del aire, que se mide por la ausencia de contaminantes, depende de: 

las condiciones de dispersión de la atmósfera,

la fisiografía del territorio al incidir en las condiciones de dispersión atmosférica, así como la existencia de obstáculos naturales o artificiales al movimiento del aire,

los tipos y niveles de emisión de las actividades humanas.

Como contaminación del aire hay que considerar también la energía disipada en forma de ruido (que puede cartografiarse mediante líneas o zonas isofónicas) y de calor.

Agua A efectos de localización de las actividades humanas el agua ha de considerarse desde tres puntos de vista: como recurso, como medio receptor de vertidos y como ecosistema o soporte de vida; todos ellos están muy relacionados entre sí, pero condicionan de diferente manera la localización. En cuanto recurso, el agua debe ser inventariada en términos de cantidad, calidad (en función del uso a que se destine), distribución/localización, régimen y tasas de renovación anual e interanual. Ello para las diferentes formas en que se encuentra tanto superficiales (cursos de agua, fuentes y manantiales, lagos, lagunas, embalses y zonas pantanosas) como subterráneas (profundidad y variaciones estacionales del nivel freático y/o piezométrico, capacidad y calidad del acuífero, áreas y tipos de recarga y protección natural ante la introducción de agentes extraños). En cuanto medio receptor el agua ha de ser interpretada en términos de capacidad de autodepuración, función del régimen y de sus características físicas y biológicas. En cuanto ecosistema interesa su valor o méritos de conservación basados en indicadores ecológicos como la diversidad, y otros. Existe en España una Red de Control de Calidad del agua superficial cuyos datos se publican anualmente: caudal, temperatura, aspecto, oxígeno disuelto, materiales en suspensión, pH. Tds, dQO, dBO5, coliformes, cloruros y metales pesados, entre otros. En cuanto a las aguas subterráneas, complementariamente, importa la vulnerabilidad a la contaminación de los acuíferos subterráneos, aspecto que depende más de los materiales del suelo y de la circulación del agua por él. También el ITGE dispone de la correspondiente red de control de calidad cuyos resultados se almacenen en una base de datos informatizada.

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Materiales, procesos y formas del medio inerte Contrariamente a lo que podría parecer, el medio geológico está sometido a procesos naturales (internos y externos) e inducidos por el hombre cuya acción sobre los materiales da forma a la corteza terrestre (figura 1); por otro lado, materiales, procesos y formas determinan y condicionan el tipo, la localización y el comportamiento de las actividades humanas a considerar en el plan. Los materiales, formados por tres tipos de rocas: ígneas, sedimentarias y metamórficas, contienen recursos minerales (metálicos, industriales y ornamentales), energéticos, hídricos y culturales; y unidos a los procesos y las formas, determinan aspectos tan relevantes como las áreas de recarga de acuíferos y la vulnerabilidad de éstos a la contaminación, la erosionabilidad de los terrenos, sus condiciones constructivas y las amenazas y riesgos de variada naturaleza que pueden afectar a las personas y a los bienes materiales, como infraestructuras, instalaciones productivas o áreas urbanizadas. Las rocas ígneas, procedentes de la solidificación de un magma, pueden albergar recursos mineros de importancia, disponen de buena capacidad portante, carecen de recursos energéticos y, no siendo permeables, hídrogeológicos, lo que les proporciona, en principio, buenas condiciones para la ubicación de actividades que emitan efluentes al suelo, como vertederos, presas y balsas de residuos, etc.

Figura 21.- Un bloque diagrama manifiesta de forma explícita la relación entre materiales, procesos y formas; la figura se refiere a un tramo del Corredor del Henares.

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Figura 22.-Información geológica para la ordenación territorial.

Las rocas sedimentarias, formadas por depósito o precipitación de materiales procedentes de otras áreas, suelen contener recursos minerales (metálicos, industriales y ornamentales), energéticos (petróleo, carbón) e hidrogeológicos y presentan características muy variables en cuanto a los condicionantes: capacidad portante, recarga, vulnerabilidad de acuíferos y erosionabilidad; conviene destacar el papel de las rocas permeables (calizas y dolomías fracturadas o kársticas, arenas, areniscas, conglomerados y gravas, etc.) en la recarga de acuíferos y la mayor exposición a la contaminación de los acuíferos en rocas fracturadas o karstificadas frente a los permeables por porosidad (arenas y areniscas, por ejemplo) debido a la más lenta circulación del agua en estos y al poder filtrante de los sedimentos que contienen. Las rocas metamórficas, formadas por transformación de otras rocas a causa de elevadas temperaturas y presiones, pueden contener o ser ellas mismas recursos mineros; su carácter escasamente permeable hace que no dispongan de recursos hidrogeológicos de importancia, su capacidad portante es de media a muy alta con ciertas discontinuidades y su erosionabilidad variable. Los procesos geodinámicos actuantes en la corteza terrestre pueden clasificarse como sigue: a) Procesos tectónicos o relacionados con la geodinámica interna; están condicionados por tres factores fundamentales: la naturaleza de los materiales, su estructura y su estado de tensión-deformación. Son: 

Vulcanismo

Sismicidad

Diapirismo

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b) Procesos relacionados con la geodinámica externa; están condicionados por los factores climáticos y por la naturaleza geológica de los materiales. Son: 

Movimientos de ladera

Hundimientos, subsidiencias y colapsos

Expansividad

Avenidas

Procesos de erosión-sedimentación, continentales y costeros

Procesos eólicos

Estos procesos, fenómenos naturales que van modelando la superficie terrestre, pueden representar graves amenazas y riesgos para bienes materiales y para personas. Las pérdidas provocadas por los desastres o catástrofes naturales se incrementan de forma paralela al uso y explotación creciente que el hombre hace del territorio. Por ello es necesario profundizar en su conocimiento y aplicarlo en la ordenación del territorio, así como en el diseño y construcción de edificaciones e infraestructuras; en este sentido se elaboran mapas de riesgos. A partir del conocimiento de los procesos geológicos naturales y sus amenazas, se pueden tomar medidas encaminadas a prevenir, mitigar o evitar los riesgos o daños esperables. Estas medidas pueden ser: 

Estructurales: Construcción de estructuras resistentes para modificar las condiciones del terreno.

No estructurales: Adopción de medidas, generalmente a través de ordenación territorial, para controlar el uso y aprovechamiento de las zonas problemáticas.

La actividad volcánica puede asolar enormes extensiones de terreno. Las coladas de lava y los piroclastos, junto con el propio edificio volcánico, modifican la morfología del terreno, pudiendo inducir diversos tipos de riesgos, condicionados, además, por la presencia de zonas habitadas o de actividades que puedan ser afectadas. Ante la dificultad de predicciones temporales las zonas activas, que están localizadas, deben ser objeto de vigilancia y prevención. Los mapas de riesgo volcánico consisten en la evaluación y representación gráfica de los fenómenos que pueden esperarse en una erupción volcánica y sus efectos previsibles sobre el entorno. Se basan en el estudio del comportamiento del volcán a partir del registro de la actividad anterior, teniendo en cuenta, además, la topografía de la zona, la red de drenaje, la población, las infraestructuras y las construcciones circundantes. Se debe añadir a la previsión de los posibles fenómenos volcánicos directos (explosiones, coladas, etc.), los asociados (flujos o avalanchas de lodos o rocas), y los caminos probables que recorrerán. Los movimientos sísmicos o terremotos constituyen, tras las inundaciones, los fenómenos geológicos que mayor destrucción y pérdidas de vidas humanas han ocasionado en diversos puntos del planeta. Consisten en movimientos vibratorios de la corteza terrestre originados por la liberación repentina de energía en zonas tectónicamente activas de la corteza o del manto superior. Se

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presentan de forma brusca y frecuentemente, sin manifestaciones previas perceptibles; su duración varía de algunos segundos a varios minutos afectando a zonas de extensión muy variable. La liberación de energía en fallas activas ocasiona, en general, los terremotos de mayor magnitud y más catastróficos, pero existen otras causas que pueden ocasionar sismicidad, como los movimientos de magma asociados a procesos eruptivos en zonas volcánicas. También pueden inducir pequeños terremotos las grandes explotaciones mineras, las variaciones repentinas del nivel de agua de los embalses, y los deslizamientos súbitos. Todo el conjunto de ondas de propagación da lugar a movimientos ondulatorios en el terreno que, a causa de sus diferentes frecuencias, provoca agrietamientos, desprendimientos y desplazamientos con la consiguiente rotura de todo tipo de construcciones situadas en la zona de influencia. En las zonas litorales los terremotos originados en el mar pueden provocar enormes olas, llamadas tsunamis, que llegan a destruir ciudades costeras. Los daños causados por terremotos se miden por su intensidad, mientras que el grado de movimiento registrado, independiente de los daños, se mide por su magnitud (a través de instrumentos de registro). La escala de intensidad de Mercalli contiene doce grados que van desde el sismo que no llega a ser percibido por personas hasta aquel que da lugar a la destrucción total de la zona. La escala de Richter tiene diferentes grados de magnitud, habiendo sido 9 la máxima medida hasta el momento. Los mapas de peligrosidad por movimientos sísmicos pueden realizarse en función del grado de magnitud o aceleración sísmica esperable (calculadas por análisis de terremotos históricos y de las características de los procesos). Los mapas de isosistas, que dan el grado de intensidad esperable en una zona sísmica, se establecen en función de los daños previsibles o causados anteriormente, y se interpretan como mapas de riesgos. La representación cartográfica de epicentros es también una herramienta para conocer la distribución y densidad de terremotos de áreas sísmicas. Actualmente, se desarrollan cartografías más específicas de microzonación sísmica en zonas concretas pobladas, y cartografías de riesgos en función de la presencia de fallas activas y de la magnitud de los movimientos esperable, monitorizando para ello la actividad de las fracturas. Un factor condicionante del riesgo sísmico es la naturaleza del terreno afectado: en función de las características litológicas, los efectos del terremoto pueden ser atenuados o acrecentados. Los materiales blandos son propensos al colapso, flujo o licuefacción. Asimismo la distancia al foco condiciona los posibles daños, aunque los efectos de un terremoto pueden extenderse centenares de kilómetros. La prevención ante los movimientos sísmicos y procesos asociados, exige realizar los comentados mapas de peligrosidad y riesgos y construir estructuras resistentes, aspecto que desarrolla la ingeniería sísmica y recogen todas las normas vigentes al respecto. En España existe, desde el año 1974, una normativa referente a construcciones en áreas de diferente grado de intensidad sísmica.

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El diapirismo es un proceso ligado a materiales salinos o evaporíticos, que consiste en el ascenso y extrusión del material en forma de domo debido a las presiones litostáticas ejercidas por los terrenos circundantes y suprayacentes. Los diapiros se producen pues por el desplazamiento y acumulación de las rocas evaporíticas, más plásticas y más ligeras, que levantan o perforan la superficie. En el caso de materiales yesíferos, los movimientos inducidos en superficie pueden ser debidos al propio ascenso del material o al hinchamiento por procesos de hidratación. Otras veces el movimiento se origina por el cambio de volumen provocado por la disolución. Los diapiros suelen llevar asociados manantiales salinos. El fenómeno del diapirismo debe quedar detectado antes de distribuir actividad en el territorio, en los correspondientes mapas de riesgo. Los movimientos de ladera son uno de los procesos geodinámicos más extendidos, que afecta a cualquier región climática y a todo tipo de materiales y morfologías. Se trata de desplazamientos gravitacionales de material que tiene lugar en las laderas o taludes, debido a los reajustes que provoca la variación de las condiciones de estabilidad. Hay muchos tipos, siendo los deslizamientos y desprendimientos los más comunes; estos, aunque se dan de forma natural, aparecen con frecuencia asociados a las acciones humanas: taludes de carreteras, vías de ferrocarril, minería a cielo abierto, escombreras, laderas de embalses, etc., con resultados desastrosos y cuantiosas pérdidas económicas: cortes de vías de comunicación, aterramiento de embalses, represamiento en vías, agrietamientos y ruina de edificios, etc. Los movimientos de ladera constituyen uno de los riesgos geológicos que más fácilmente puede ser prevenido y evitado, tanto con medidas estructurales como no estructurales. Si bien no suelen suponer catástrofes naturales, los daños ocasionados son superiores a los originados por otros procesos más violentos y espectaculares. En la última década, se ha producido un gran avance en la realización de cartografía de peligrosidad y riesgo asociados a los movimientos de ladera, que incluyen la localización y características de los procesos actuales y potenciales. La estimación de la probabilidad de que ocurran movimientos de ladera en una zona determinada se establece a partir del estudio de todos los factores que influyen (desencadenantes o condicionantes) en estos procesos: litología, pendientes, climatología, hidrogeología de detalle, etc., haciendo uso para ello de la interpretación de fotografías aéreas, de mapas diversos (topográficos, geomorfológicos, geotécnicos, etc.) y de información de personas que viven en la zona de estudio. Los hundimientos (colapsos rápidos) y subsidiencias (lentos), son movimientos verticales del terreno asociados a la presencia de materiales kársticos (o de ciertas actividades como explotaciones subterráneas fundamentalmente); su causa está en las cavidades subterráneas producidas por la erosión del agua y su manifestación en las formas superficiales típicas del modelado kárstico como dolinas, uvalas y poljes. Aparte de los efectos directos de estos procesos de hundimiento (que suelen tener dimensiones máximas de unos cuantos metros de diámetro y profundidad), las zonas kársticas pueden sufrir inundaciones debido a los sistemas de flujo y drenaje que en ellos funcionan.

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El reconocimiento de las zonas hundidas o potencialmente colapsables, de las cavidades y de las zonas inundables por karsticidad, permite la selección de áreas estables o la toma de medidas adecuadas para cimentación de edificios u otras obras. En zonas con explotaciones mineras de interior, debe tenerse en cuenta su repercusión sobre el área de influencia en superficie la cual dependerá del tipo de explotación minera y de la naturaleza del terreno. Los procesos de expansividad, aunque en menor medida y de una forma menos notoria que otro tipo de fenómenos dinámicos naturales, provocan movimientos no uniformes de componente vertical. Se deben a la presencia de arcillas expansivas (también se puede dar, aunque de forma más lenta, en anhidritas, que aumentan su volumen al pasar a yeso) en los suelos que cambian de volumen, bajo ciertas condiciones, en función de su contenido en humedad. El fenómeno no suele producir efectos espectaculares ni daños personales, pero sí deterioro, y ruina en ocasiones, de taludes, edificios, conducciones y todo tipo de estructuras asentadas sobre zonas expansivas. Aparte de los factores climáticos que condicionan los procesos de expansividad, las actuaciones antrópicas pueden también desencadenarlos, en cuanto modifiquen el contenido de humedad natural del terreno: humectación rápida debida a riegos, plantaciones que desecan las capas superficiales, desecaciones por incidencia de hornos y calefacciones, etc. Las avenidas, inundaciones o desbordamientos de los ríos son procesos naturales de la geodinámica externa que pueden verse agravados por actuaciones antrópicas. Sus daños sobre personas y bienes se magnifican por la tendencia de las actividades económicas a localizarse selectivamente sobre los espacios ribereños. Las avenidas se pueden caracterizar por su periodo de retorno: tiempo medio, en términos de probabilidad, que tardan en repetirse a lo largo de la historia del río; según esto, las avenidas con mayor periodo de retorno tendrán mayores caudales y causarán más daños. Los factores desencadenantes de una avenida pueden ser las lluvias, el deshielo súbito y la liberación de aguas retenidas natural o artificialmente, pudiendo coincidir varios de estos factores. Su gravedad depende de la intensidad con que operen tales factores y de las características de la cuenca fluvial. Estas últimas pertenecen a los siguientes grupos: 

Geomorfológicas: pendiente de la cuenca, tamaño, forma y red de drenaje,

Hidrogeológicas: capacidad de infiltración y almacenamiento,

Cubierta vegetal: reducción y regulación de la escorrentía,

Edáficas: capacidad de retención de agua,

Hidráulicas: sección y pendiente del cauce,

Antrópicas: puentes en el cauce, embalses, obras de regulación, encauzamientos, áreas urbanizadas, áreas de uso agrícola, etc.

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Los efectos son directos: inundación, aterramientos, modificación de cauces, e inducidos o asociados: movimientos de ladera, erosión, rotura de obras hidráulicas y contaminación química o bacteriológica. Su mitigación puede abordarse a través de medidas estructurales: embalses para la laminación de avenidas, obras de defensa en los cauces, corrección de torrentes y de acciones para la conservación de suelos y lucha contra la erosión. Estas deben ir precedidas de una correcta ordenación territorial, apoyada en mapas de riesgos o de peligrosidad y referida tanto a las zonas potencialmente inundables en distintos periodos de retorno, cuanto al control de los usos en la cuenca vertiente, como ilustra la figura 2 de la lección 12. Los procesos de erosión-sedimentación, que "sensu estricto" incluyen también los movimientos de ladera, son fenómenos determinados por la agresividad del clima y por la erosionabilidad de la superficie. En España, donde el tipo de erosión más extendido es la hídrica, la agresividad del clima está fundamentalmente ligada a la torrencialidad de las lluvias. En las áreas de erosión eólica, será la fuerza y dirección de los vientos el parámetro que controle la agresividad del clima. La erosionabilidad de la superficie depende de los siguientes factores: 

Factor

litológico:

Factor edáfico: la erosionabilidad disminuye con la madurez edáfica del

las rocas duras, consolidadas, son difícilmente erosionables, mientras las blandas lo son fácilmente: los limos en mayor grado que las arenas (gracias a la permeabilidad de éstas) y que las arcillas (gracias a sus cargas eléctricas moleculares), excepto en las expansivas. suelo y con el contenido en materia orgánica y aumenta con el de limo.

Factor geomorfológico: la erosionabilidad aumenta con la pendiente y la longitud de pendiente.

Factor vegetación: la vegetación disminuye la energía cinética con que las

gotas de agua llegan al suelo, dificulta la escorrentía, retiene físicamente las partículas de suelo e incrementa el porcentaje de materia orgánica del suelo lo cual redunda en una mayor estabilidad, porosidad y permeabilidad, características todas ellas que reducen la erosionabilidad. La vegetación forestal o natural cubre el suelo durante todo el año, mientras que los cultivos agrícolas dejan el suelo desnudo y desprotegido cierto tiempo. Además la densidad de la vegetación, la presencia de varios estratos o el índice foliar de las especies presentes, son parámetros que controlan el grado de protección de la vegetación. En cualquier caso, se puede afirmar que la vegetación arbórea o arbustiva densa protege el suelo para cualquier grado de la pendiente. En cambio, la cubierta herbácea, por muy bien conservada que esté, no garantiza la protección por encima del 30%. Los cultivos agrícolas no protegen suelos con más del 3% de pendiente, haciéndose incontenible la erosión a partir del 18 ó 20%; por ello son necesarias prácticas agrícolas de conservación en cultivos con pendientes del 3% al 20%, no siendo aconsejable el cultivo en laderas de más del 20%. Todas estas cifras son orientativas, pudiendo variar en función de la agresividad del clima y de los otros factores que controlan los procesos de erosión.

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Factor antrópico: el hombre introduce cambios en el medio natural que modifican los procesos erosivos; positivamente cuando introduce prácticas de conservación de suelos agrícolas, corrección de cauces torrenciales, etc., negativamente a través de incendios forestales, deforestación, prácticas culturales y cultivos inapropiados, sobrepastoreo, etc.

La ordenación del medio físico requiere cartografiar la erosión, actual y potencial; esta última se refiere a la que habría en caso de eliminar la protección que supone la vegetación u otros factores protectores. Tal cartografía puede realizarse a partir de ecuaciones paramétricas de pérdida de suelo (como la ecuación universal de la erosión) o a partir del análisis de las formas de erosión para la erosión actual. La cartografía apoyada en medidas directas de pérdida de suelo son muy raras por la dificultad de abarcar grandes áreas y porque requiere largas series de mediciones. Los procesos de la dinámica litoral, están controlados por el oleaje, las corrientes de marea y los cambios relativos en el nivel del mar; éstos, actuando sobre los materiales existentes dan origen a costas acantiladas o escarpadas, costas bajas arenosas (playas) y costas accidentadas con presencia de rías o estuarios. En las costas abruptas predomina el proceso erosivo; el ataque del oleaje a los materiales competentes que forman los acantilados produce el retroceso de la línea de costa. Las playas y otras formaciones sedimentarias como flechas litorales, barras arenosas, marismas y deltas, son resultado de procesos dinámicos que confieren a las costas un carácter móvil con geometrías cambiantes. Resulta más significativo el caso de las playas, las cuales, formadas por la acumulación de arena que produce el oleaje, pueden sufrir retrocesos porque se ubiquen obstáculos en la costa que impidan la deposición de materiales, porque las corrientes de marea actuantes en la zona no transporten material para su sedimentación o porque, éstas últimas, incidan en la playa con direcciones favorables a la erosión. El material que se deposita en la costa procede, en gran medida, de los aportes fluviales; por ello las zonas escarpadas y altas reflejan ausencia de erosión. En cambio las playas arenosas, que suelen estar asociadas a entrantes costeros, reflejan el potencial erosivo de la cuenca o de los acantilados costeros a los que se asocian. Los riesgos geológicos asociados a la dinámica litoral están relacionados con los procesos erosivos y sedimentarios actuantes y con el carácter de los materiales presentes en estas zonas. La construcción resulta afectada por los procesos de oleaje, mareas y cambios del nivel del mar, que pueden dar lugar a pérdida o deposición de materiales; en zonas arenosas, pantanosas o de marismas, se ha de contar con los problemas asociados a materiales no cohesivos y blandos: inestabilidad de excavaciones, baja capacidad portante, materiales saturados, niveles freáticos superficiales, etc. Por otro lado las actividades antrópicas en el interior modifican la disposición de los materiales y la dinámica litoral; destaca el aumento de aportes por deforestación y/o destrucción de la cubierta vegetal, la reducción de aportes fluviales por construcción de embalses, obras de regulación y repoblación

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forestal, la extracción de arena en playas, cordones dunares, cauces de ríos, etc., la interrupción de la deriva litoral por construcción de puertos, diques, etc. y el vertido de escombros y aguas residuales. Por último, la erosión eólica, de escasa incidencia en España, tiene en el fenómeno de las dunas móviles su representación más problemática de cara al diagnóstico del medio físico, tanto por el interés científico-cultural del proceso como por los efectos que puede producir el avance y extensión del manto arenoso sobre las actividades humanas. Se presenta generalmente en zonas litorales gracias al arrastre y acumulación de arenas de playa por los vientos dominantes del interior. Las formas del terreno son el resultado de la acción de los procesos geodinámicos sobre los materiales de la corteza terrestre. De ahí que su análisis permitirá detectar y entender tales procesos, establecer hipótesis sobre la evolución en el tiempo y deducir las características de los materiales presentes. Este hecho justifica su importancia en el análisis territorial. A ello hay que añadir que una adecuada cartografía geomorfológica resulta indispensable para definir las unidades de integración en el diagnóstico, las cuales serán el soporte sobre el que se establezca la capacidad de acogida del territorio. Esta circunstancia es de importancia excepcional como se verá en un epígrafe posterior. Una aproximación de mayor a menor escala, tal como la que se expone a continuación, facilita la percepción de la estructura del territorio: 

Conjuntos

geológicos nacionales: son grandes unidades con características geológicas similares. Por ejemplo las grandes cuencas terciarias, el Macizo Hespérico, etc., en España.

Conjuntos geomorfológicos: división de los anteriores por criterios fisiográficos con significado general. Por ejemplo: las alineaciones morfológicas de los sistemas montañosos, las rampas que unen éstos con las cuencas, las grandes planicies de arrasamiento, etc.

Unidades geomorfológicas: subdivisión, a su vez, de los conjuntos

geomorfológicos en unidades con características genéticas similares: un ejemplo claro sería la red fluvial de una zona con todos los elementos generados por ésta. 

Elementos geomorfológicos: descomposición de las unidades según las formas. Las unidades geomorfológicas se definen según el agente geodinámico que modela las formas. Estos son de dos tipos: o

internos, los que actuando desde el interior del planeta manifiestan sus efectos en superficie: se trata de los fenómenos tectónicos y volcánicos generadores de relieves abruptos, reflejo de una gran liberación de energía, en desequilibrio, que serán desgastados por los agentes externos; estos producirán formas estructurales o volcánicas.

o

externos: que actúan desde el exterior en la interfase tierra-aire. Se trata de los agentes atmosféricos, las aguas superficiales, la gravedad y el hombre.

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Las formas estructurales derivan, por erosión, de las estructuras tectónicas y litológicas, en función de las cuales se producen los siguientes tipos: o

Sobre estratos horizontales: mesetas, mesas y cerros testigos; a las hay que añadir los cañones producto de la incisión fluvial.

o

Sobre estratos plegados: hogbacks y crestas, según que la inclinación sea mayor o menor de 45 º, respectivamente. Los crestones son un caso límite que se produce sobre capas verticales.

Derivadas de fracturas: con fisonomías típicas, anchura pequeña, mientras que la longitud y profundidad pueden ser grandes.

Las formas volcánicas presentan perfiles abruptos, típicos de los edificios volcánicos; con escasos recursos si no son de carácter turístico o minero. Formas menores son conos cinder, coladas de lava, cráteres, pitones, calderas, formas derivadas de emisiones piroclásticas, etc. Las formas debidas a procesos fluviales proceden de la erosión: gargantas, barrancos, cañones, valles, cuencas de recepción, terrazas, o de la acumulación de materiales: llanuras aluviales, terrazas, abanicos aluviales, conos de deyección y deltas. Las formas derivadas de los procesos eólicos también proceden de la erosión de material, muy características, o de su acumulación: dunas. Las formas glaciares y periglaciares de erosión producen circos glaciares, artesas glaciares y crestas dentadas. Las de acumulación son morrenas laterales, de fondo y frontales, formas glaciofluviales y formas glaciolacustres. Las derivadas de los procesos kársticos, causados por la disolución de la roca por el agua, son de dos tipos: 

Endokársticas, constituidas por simas y cavernas en las que se generan edificios muy diversas como son: estalactitas, estalagmitas, terrazas debidas a la actividad de los ríos subterráneos, acumulaciones de bloques cementados, etc.

Exokársticas, visibles en la superficie del terreno. Las más importantes son lapiaces (superficie irregular, con microcanales, oquedades, alvéolos, etc., de escala muy variada), dolinas (depresiones en forma de embudo), poljes (zonas deprimidas de fondo plano y grandes dimensiones, recubiertas de aluviones y productos residuales de la disolución de calizas), uvalas (depresiones formadas por la unión de varias dolinas cercanas), valles ciegos (no existe salida, perdiéndose los cursos fluviales en sumideros), valles muertos (valles amplios y bien desarrollados que carecen de canal, con el fondo ocupado por bloques y clastos irregulares procedentes de las laderas).

Las formas kársticas, que revelan recursos hidrogeológicos, constituyen zonas de riesgo de los siguientes tipos: 

Riesgos geomecánicos, resultado de la acción de factores naturales (hidrogeológicos, terremotos, lixiviado y disolución en el pie de taludes) y antrópicos (presas, vibraciones por voladura y regadíos importantes) que dan lugar a una serie de fenómenos más o menos rápidos, como

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generación de nuevas dolinas, colapso de bóvedas de cavidades, subsidencia de suelos kársticos y desestabilización de rellenos y de laderas. 

Riesgos hidrogeológicos, motivados, los más importantes, por actuaciones humanas sobre las formas kársticas, destacan:

Inundaciones: derivadas del taponamiento de sumideros,

Fugas de presas: reactivación de sistemas de cavidades y conductos por el aumento de presión que origina el llenado de embalses,

Irrupciones acuíferas subterráneas (minas y túneles): principalmente a modificaciones de la geometría subterránea,

Contaminación de acuíferos kársticos: consecuencia de la instalación de vertederos y redes locales de saneamiento en zonas conectadas con formas exokársticas y endokársticas. Es práctica común reprobable la utilización de dolinas, simas, cañones, etc., como vertederos.

Contaminación hidroquímica: debida a la liberación de acuíferos salinos o a la construcción de embalses en zonas de karst salinos.

Intrusiones salinas: a causa de la sobre-explotación de los recursos hídricos subterráneos en zonas costeras.

Generación de terremotos: debidos al colapso de bóvedas por causas naturales, por la generación de vibraciones en explosiones o por el llenado de embalses.

Acumulación de gases nocivos en cavidades: acumulación natural de CO2 o procedente de vertederos.

debidas

Las formas derivadas de fenómenos gravitacionales se producen cuando la gravedad, superando las fuerzas cohesivas de las rocas o actuando sobre materiales incoherentes, los desplaza a favor de la pendiente. Las formas más características son: 

Coluviones:

Canchales: parecidos a los coluviones pero de mayor y más homogéneo

acumulaciones incoherentes de fragmentos heterométricos y generalmente de composición heterogénea.

de

roca

tamaño.

Estas formas pueden originarse por procesos tales como desprendimientos o desplomes, cabeceos, deslizamientos (rotacionales y transnacionales), flujos (reptaciones, solifluxión, coladas de barro, flujo de derrubios) y avalanchas. Estos movimientos, son de alto riesgo si se producen en las cercanías de poblaciones u obras civiles. Las formas derivadas de la dinámica litoral, como en casos anteriores, son erosivas o de acumulación. Las primeras pueden ser heredadas, caso de las rías o intrusiones del mar en los tramos inferiores de valles fluviales y propias del ambiente costero, producidas por el oleaje y por el material que su acción remueve: son los acantilados y las plataformas de abrasión, estas últimas obra del desgaste del oleaje cargado de arenas o gravas. La acumulación del material

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extraído de los acantilados y el aportado por los ríos y viento, produce layas, barras litorales y llanuras de fango. Por último las formas poligénicas, son el resultado de más de un agente morfogenético. Destacan las superficies de erosión, cerros testigo o 'inselbergs' ("monte isla") y glacis (superficies de suave pendiente que, enraizadas en una vertiente, la enlazan con un fondo de valle o depresión).

Patrimonio geológico Los materiales de la corteza terrestre, los procesos que en ella actúan y las formas que generan, además de recursos materiales y condicionantes, constituyen un patrimonio de gran valor cultural y científico cuya pérdida en la mayoría de los casos es irreparable. La ordenación del territorio ha de prever la protección de los puntos de interés geológico por su valor intrínseco, de la misma forma en que protege las singularidades de flora y fauna. Los puntos de interés geológico son recursos no renovables de índole cultural o científica, de gran interés para reconocer e interpretar la evolución de los procesos geológicos que han modelado nuestro planeta. Su conjunto conforma el patrimonio geológico de cada región o país, incluso la importancia de algunas singularidades geológicas llega a ser tal que se consideran de valor supranacional. La tradición histórica o turística, una buena visualización, la sencillez de exposición didáctica y comodidad de acceso, la espectacularidad, expresividad y excepcionalidad, son algunas características a tener en cuenta en la valoración de las singularidades geológicas para su posible conservación. Organismos nacionales (Instituto Geominero de España), autonómicos e incluso municipales, vienen desarrollando, desde 1978, trabajos de inventario de los Puntos de Interés Geológico: PIG

El suelo, soporte y despensa de las plantas El suelo, donde se anclan y nutren las plantas, es la parte superior de la corteza terrestre modificada por la acción, lenta pero profunda, de elementos atmosféricos, climáticos, bióticos y antrópicos. Así se ha generado un complejo y delicado sistema en el que interaccionan materiales terrestres orgánicos e inorgánicos, agua, vegetales y animales superiores y multitud de microorganismos. En este sistema tiene lugar el desarrollo de los productores primarios, vegetales, de los que dependen los consumidores primarios, herbívoros, que a su vez soportan a los consumidores secundarios o carnívoros..., y así toda una estructura organizada en niveles tróficos sobre los que se producen los ciclos de materiales y de la energía; en el ascenso de un nivel al siguiente se da una pérdida de energía, y desde cada uno de ellos, un retorno de materiales al suelo gracias a la acción de los organismos descomponedores. En los sistemas naturales los ciclos de materiales y de energía son en general largos, dependiendo de su madurez; en ellos gran parte de la energía solar captada por la acción clorofílica de los vegetales, se destina al propio mantenimiento del sistema, lo que impide un aprovechamiento intensivo neto por parte del hombre. En cambio en los agrosistemas estos ciclos se acortan intencionadamente en beneficio de la productividad neta.

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El papel del suelo debe ser entendido de distinta forma en uno y otro caso: desde el punto de vista ecológico en los ecosistemas naturales, y desde el punto de vista de la productividad primaria en los sistemas agrícolas. Se trata del valor intrínseco, basado en su génesis edafológica, frente al valor de uso basado en otras características, tal como pendientes, facilidad de laboreo, pedregosidad, drenaje, capacidad de retención de agua, disponibilidad de nutrientes, clima, etc. Aunque existe una relación entre ambos aspectos, no siempre a un suelo ecológicamente evolucionado le corresponde una posibilidad de uso agrícola y, por consiguiente, una elevada productividad; es el caso, por ejemplo, de un suelo bien desarrollado bajo un bosque en una pendiente elevada: no admite un uso agrícola porque acabaría con él. La ciencia que se ocupa del estudio de los suelos es la edafología, que trabaja sobre su génesis y sobre sus características intrínsecas. Un estudio edafológico es el soporte a partir del cual se establecerá la calidad intrínseca del suelo y su capacidad para el uso agrario. Por consiguiente el estudio del suelo a efectos del análisis y diagnóstico territorial, se orienta en dos direcciones: 

Inventario y clasificación de suelos a partir de su génesis y de sus características intrínsecas; existen varias clasificaciones de las cuales destacan la clasificación mundial de suelos del servicio de conservación de suelos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América (U.S.D.A.) y el sistema de clasificación del suelo de la F.A.O.

Inventario y clasificación de suelos desde el punto de vista de su capacidad de uso agrario; la forma más utilizada en España procede, también, del U.S.D.A., y se expresa en términos de clases agrológicas (divisibles en subclases y unidades, según detalle requerido), que son agrupaciones de suelos con riesgos y limitaciones similares ante el uso agrícola. Para cada clase puede establecerse su productividad actual con prácticas comunes de cultivo y su productividad potencial derivada de la posibilidad de admitir técnicas e infraestructuras agrarias especiales, como riegos.

CARTA EUROPEA DE SUELOS (Consejo de Europa) 1. El suelo es uno de los bienes más preciosos de la humanidad. Permite la vida de los vegetales, animales y del hombre sobre la superficie de la tierra. 2. El suelo es un recurso limitado que se destruye fácilmente. 3. La sociedad industrial utiliza el suelo con fines tanto agrícolas como industriales y otros. La política de ordenación del territorio debe concebirse en función de las propiedades de los suelos y de las necesidades de la sociedad actual y futura. 4. Los agricultores y los forestales deben adoptar medidas adecuadas para preservar la calidad del suelo. 5. El suelo debe ser protegido de la erosión.

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6. El suelo debe ser protegido contra la contaminación. 7. Las aglomeraciones urbanas deben organizarse de modo que provoquen el menor número de efectos negativos sobre las zonas limítrofes. 8. En la realización de obras públicas y en la concesión de planes de transformación deben valorarse las repercusiones sobre las tierras circunstantes y deben tomarse las medidas adecuadas. 9. Es indispensable la elaboración de un inventario de los recursos de suelos. 10. Son necesarios un mayor esfuerzo de investigación científica y una colaboración interdisciplinaria para asegurar la utilización racional y la conservación de los suelos. 11. La conservación de los suelos debe ser objeto de una instrucción a todos los niveles y de una información pública cada vez mayor. 12. Los gobiernos y las autoridades administrativas planificarán y ordenarán racionalmente los recursos del suelo.

El medio biótico: vegetación y fauna La vegetación es uno de los más importantes indicadores de las condiciones naturales del territorio, y no sólo de los naturales, clima, suelo y agua, sino también de las influencias antrópicas recibidas. Es asimismo un elemento capital en la caracterización del paisaje y el soporte de las comunidades faunísticas. Su estabilidad la hace fácilmente cartografiable en unidades relativamente homogéneas que se corresponden con una uniformidad ecológica; puede preverse su evolución en el tiempo de acuerdo con las tablas de sucesión existentes, lo que facilita la interpretación de las influencias recibidas en el pasado y la predicción de situaciones futuras bajo acciones naturales o antrópicas. Todo ello hace indispensable el análisis del recubrimiento vegetal del suelo en los trabajos de planificación territorial. Se inventaría en forma de unidades homogéneas, reconocibles y cartografiables por técnicas de teledetección; la homogeneidad es relativa dependiendo de la escala de trabajo y el criterio para definir las unidades variable, desde el puramente fisionómico, basado en la estructura dominante de la vegetación, hasta los estadísticos que descienden a la composición florística de diversas estaciones de muestreo. Cada una de las unidades inventariadas debe quedar descrita en función de una serie de atributos que servirán de base a la posterior valoración, de los cuales destacan: estado vegetativo, especies dominantes y representativas, etapa serial en que se encuentra y su evolución espontánea, cobertura, densidad y continuidad/homogeneidad de la formación, presencia de endemismos u originalidad genética, carácter relicto en su caso, diversidad, rareza, singularidad y estabilidad de la formación, productividad bruta y neta, etc.

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Contrariamente a la vegetación, la fauna es un factor difícil de inventariar por la dificultad de cartografiar, valorar y predecir su evolución. Ello se debe a varias características propias de las comunidades faunísticas como son las siguientes: 

Su movilidad en el espacio.

Su variación en el tiempo, al estar sometidas a oscilaciones periódicas no siempre bien conocidas.

La diferencia que puede existir entre los lugares de alimentación, nidificación, reproducción o estancia.

La enorme cantidad de especies existentes, muy superior a las florísticas, difícilmente detectables por técnicas de percepción remota.

El carácter migratorio de muchas especies.

No obstante su estudio se facilita gracias a que las comunidades faunísticas se hallan ligadas por una fuerte relación de dependencia a determinados biotopos. Muchas veces vienen definidas por la vegetación (comunidades vegetales que soportan una fauna característica asociada); otras por la geomorfología (acantilados); por la existencia de agua (marismas, ríos, etc.) o por las actuaciones antrópicas (parques, basureros, núcleos). También existen especies que son excelentes indicadores del tipo de comunidad (ciertos vertebrados, lepidópteros, etc.) y de su estado de conservación (superdepredadores). Las unidades detectadas deben quedar descritas por las especies presentes más representativas o indicadoras de alguna particularidad, las protegidas y frágiles, las especies en peligro, vulnerables o raras; las especies sensibles, (indicadores biológicos), las de gran valor de captura (cinegéticas), de alta consideración conservacionista, especialistas de hábitat (reducida valencia ecológica), especies cuya variación poblacional indica el patrón de la comunidad, especies de etapa pionera de la sucesión, etc.

Degradaciones Las degradaciones se refieren a situaciones indeseables de hecho, las cuales pueden ser actuales o potenciales basadas en hipótesis futuro en función de las tendencias observadas y en las previsiones detectadas en el capítulo de afecciones. El concepto de degradación es relativo, en principio se trata de situaciones insatisfactorias desde el punto de vista de la ecología, el paisaje o el uso del suelo, que podrá venir indicada por la ausencia de vegetación donde debería haberla, por un uso inadecuado del suelo es decir discordante con la capacidad de acogida del territorio o superposición y desorden de actividades, por la explotación de recursos naturales renovables por encima de su tasa de renovación, por la presencia de procesos erosivos activos, por la alteración negativa de otros elementos y procesos del medio, por la presencia de contaminaciones de diverso tipo, incluida la visual, etc. Resulta útil agruparlas en función del origen de los impactos producidos: 

Degradaciones derivadas del cambio en los usos del suelo: o

directas: ocupación

o

indirectas: efectos inducidos, despoblamiento rural, abandono de la agricultura, aumento de accesibilidad a espacios naturales, etc.

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Emisión y vertido de contaminantes: o

al aire, al agua y al suelo

o

discordancias en el paisaje

o

introducción de flora o fauna exótica, controles biológicos, etc.

o

emisión de ruido de vibraciones o de otras formas de energía (calor, por ejemplo).

Sobreexplotación de recursos naturales, ecosistemas y paisajes por encima de las tasas de renovación anual o interanual: acuíferos subterráneos, bosques, pastos, suelos, recursos pesqueros, esparcimiento y recreo al aire libre, etc.

Subexplotación de recursos consiguiente degradación

Situaciones con riesgos geológicos naturales o inducidos

Incendios forestales

Plagas y enfermedades

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naturales,

ecosistemas

y

paisajes

y

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APÉNDICE 2. DESCRIPCIÓN DE LOS MODELOS QUE OPERAN MEDIANTE INTEGRACIÓN AL FINAL DEL PROCESO ÍNDICE 1

MODELO IMPACTO/ACTITUD: INTEGRACIÓN AL FINAL DEL PROCESO POR SUPERPOSICIÓN DE CAPAS..67 1.1 INFORMACIÓN Y CARTOGRAFÍA DE CADA UNO DE LOS FACTORES DEL MEDIO FÍSICO, EN CLASES O UNIDADES TEMÁTICAS HOMOGÉNEAS PARA CADA FACTOR Y A LA MISMA ESCALA ....................................... 67 1.2 VALORACIÓN DE CADA FACTOR .......................................................................................................... 67 1.3 VALORACIÓN DEL MEDIO FÍSICO ......................................................................................................... 68 1.4 ACTIVIDADES ....................................................................................................................................... 68 1.5 FACTORES DE IMPACTO....................................................................................................................... 68 1.6 MATRICES DE IMPACTO....................................................................................................................... 68 1.7 CARTOGRAFÍA DE LAS MATRICES DE IMPACTO ................................................................................... 69 1.8 IMPACTO AGREGADO .......................................................................................................................... 69 1.9 FACTORES DE APTITUD ........................................................................................................................ 69 1.10 MATRICES DE APTITUD ........................................................................................................................ 69 1.11 CARTOGRAFÍA DE LAS MATRICES DE APTITUD .................................................................................... 70 1.12 APTITUD AGREGADA ........................................................................................................................... 70 1.13 CAPACIDAD DE ACOGIDA POR ACTIVIDADES....................................................................................... 70 1.14 CAPACIDAD DE ACOGIDA GLOBAL ....................................................................................................... 70

2

MODELO IMPACTO/APTITUD: INTEGRACIÓN INFORMATIZADA AL FINAL PROCESO, MEDIANTE UN GIS 71

3

MODELO DE CAPACIDAD DE ACOGIDA POR FACTORES: INTEGRACIÓN AL FINAL DEL PROCESO ............ 73

Como se dijo en el punto 4.2 del texto, estos modelos inician con la información y cartografía de los factores del medio físico y la valoración de los que se consideran valorables (los susceptibles de reducir su valor de conservación, es decir, de recibir impactos); hecho esto surge la posibilidad de aplicar uno de los dos modelos representados en las figura 4 de la lección y sus versiones: Modelo impacto/aptitud: integración al final del proceso por superposición de capas, Modelo Impacto/aptitud: integración informatizada al final del proceso mediante un GIS y Modelo de capacidad de acogida por factores: integración al final del proceso. Se describen en los puntos siguientes.

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Figura 23.- Diagrama de flujos del modelo Impacto/aptitud; integración al final del proceso por superposición de capas.

1 MODELO IMPACTO/ACTITUD: INTEGRACIÓN AL FINAL DEL PROCESO POR SUPERPOSICIÓN DE CAPAS El modelo impacto/aptitud se aplica de acuerdo con la secuencia de tareas que muestra la figura 1, las cuales se describen a continuación.

1.1

INFORMACIÓN Y CARTOGRAFÍA DE CADA UNO DE LOS FACTORES DEL MEDIO FÍSICO, EN CLASES O UNIDADES TEMÁTICAS HOMOGÉNEAS PARA CADA FACTOR Y A LA MISMA ESCALA

Frecuentemente esta información está disponible en las bases de datos de los diferentes países, aunque a veces puede requerir contrastar su calidad y en su caso perfeccionarla así como ampliar u homogenizar las escalas para que se puedan comparar, superponer, etc. Si no se dispone de dicha información habrá que Esta tarea no requiere explicación; se trata de hacer.

1.2

VALORACIÓN DE CADA FACTOR

Valoración de las clases inventariadas de cada uno de los factores valorables (que serán aquellos cuyas clases inventariadas sean susceptibles de ser ordenadas según sus méritos de conservación), y atribución a dichas clases de un rango de valor en una escala común. Dichos rangos se asignan aplicando criterios de estado de conservación, evolución ecológica, diversidad, complejidad, rareza, singularidad, naturalidad, significación, etc. Se puede

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establecer esta valoración en un cuadro como el de la figura 2; en las casillas de cruce se dispone el rango de valor dado a cada clase. Atribuyendo una trama o color a cada valor y disponiéndolos sobre la cartografía del factor se obtendrá un mapa de valor para cada factor.

Figura 24.-Formato de una tabla de valoración por elementos o factores del medio físico

1.3

VALORACIÓN DEL MEDIO FÍSICO

Superposición de los mapas de valores por factores para obtener el valor agregado del medio físico, y su representación en una capa de valoración conjunta.

1.4

ACTIVIDADES

Identificación de las actividades a considerar en el plan, y que deban ser objeto de ordenación y regulación.

1.5

FACTORES DE IMPACTO

Identificación, para cada actividad, de los factores susceptibles de recibir impacto (positivo o negativo) por la implantación y el funcionamiento de tal actividad. Por ejemplo para la actividad infraestructuras de comunicación (carreteras) estos factores podrían ser suelos, vegetación, fauna y paisaje.

1.6

MATRICES DE IMPACTO

Formación de matrices de impacto, una para cada factor valorado, con el formato de la Figura 3. En las casillas de cruce se dispone el impacto expresado por el cambio de rango en la escala de valor que se produciría si la actividad considerada se dispusiese en la clase correspondiente de cada factor.

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Figura 25.- Formato de matriz de impactos sobre un elemento/factor del medio.

1.7

CARTOGRAFÍA DE LAS MATRICES DE IMPACTO

Traducción de las matrices de impacto a capas cartográficas, atribuyendo a cada valor de impacto una trama o color (más intenso y oscuro para los impactos negativos más altos, y más claros para los mayores impactos positivos) y llevarlo al mapa del factor. Si la gama de impactos fuese -2, -1, 0, +1, +2, por ejemplo, la gama de colores podría ser azul muy oscuro, azul oscuro, azul claro, azul muy claro y blanco. Para el ejemplo citado se tendrían cuatro mapas de impacto: sobre suelos, sobre vegetación, sobre fauna y sobre paisaje.

1.8

IMPACTO AGREGADO

Superposición de los mapas de impacto para obtener el impacto agregado sobre el medio físico. Conviene expresar el resultado en 4 ó 5 tonalidades de color.

1.9

FACTORES DE APTITUD

Identificación de los factores que determinan la aptitud del medio físico para cada actividad. En el ejemplo podrían ser geotecnia, pendientes, y propiedad del suelo.

1.10 MATRICES DE APTITUD Formación de una matriz de aptitud para cada factor, que puede tener el formato de la figura 4; las casillas de cruce rellenan con una escala del tipo +2, +1, 0, -1, -2 y - infinito, equivalente a muy positiva, positiva, indiferente, negativa, muy negativa y excluyente.

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Figura 26.- Formato de matriz de aptitud de un elemento/factor del medio.

1.11 CARTOGRAFÍA DE LAS MATRICES DE APTITUD Traducción, como en el caso del impacto, de las matrices de aptitud a capas cartográficas asignando tramas o colores más suaves o claros a las clases con aptitud positiva más alta que se van oscureciendo a medida que disminuye la aptitud. La aptitud excluyente se colorea de negro. Tendremos así un mapa de aptitud para cada factor, tres en el caso del ejemplo.

1.12 APTITUD AGREGADA Superposición de los mapas anteriores para obtener la aptitud agregada o total del medio físico para la actividad. Se representa también en una capa con 4 o 5 gamas de intensidad o de color.

1.13 CAPACIDAD DE ACOGIDA POR ACTIVIDADES Superposición del mapa de impacto agregado y de aptitud total para obtener un mapa representativo de la capacidad de acogida del medio físico para la actividad correspondiente. Se puede representar a través de tramas o colores, por ejemplo, manchas blancas para marcar las zonas de mayor capacidad de acogida, la cual va disminuyendo a medida que se intensifica el color. Este mapa puede haber integrado en su propio proceso de elaboración las amenazas y riesgos naturales, en caso contrario hay que superponerlos como sobrecargas.

1.14 CAPACIDAD DE ACOGIDA GLOBAL Integración de las capas anteriores para obtener el mapa o modelo de capacidad de acogida global del medio físico, expresada por niveles de uso o por cualquier otro sistema.

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2 MODELO IMPACTO/APTITUD: INTEGRACIÓN INFORMATIZADA AL FINAL PROCESO, MEDIANTE UN GIS La figura 5 representa el diagrama de flujos correspondiente a la secuencia de tareas que comporta el desarrollo del modelo. En ella se puede observar la coincidencia de las 7 primeras tareas, incluida la formación de las matrices de impacto y de aptitud con el modelo anterior; es decir que se repiten los pasos 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7, por lo que no se describen aquí. Tales tareas se realizan con la ayuda de un GIS, capaz de almacenar, cruzar y superponer información gráfica y numérica, por lo que al finalizarlas se dispone de los mapas temáticos de cada uno de los factores o elementos del medio físico representados en clases o unidades homogéneas, de una capas de valoración, de sendas capas de impactos y aptitudes y de las matrices de impacto y de aptitud elaboradas.

Figura 27.-Diagrama de flujos del modelo Impacto/aptitud: integración informatizada al final del proceso mediante un GIS. .

A partir de aquí, el modelo se aplica como señalan las tareas siguientes: 

Elección de la unidad de integración que se adoptará como unidad operacional. Esta puede ser una cuadrícula superpuesta al ámbito, cuyo tamaño se adaptará a la escala del trabajo, o bien, aprovechando la potencia y rapidez de los modernos GIS, cualquier otro tipo de unidad.

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 

Asignación de pesos a los factores de impacto para obtener el valor o rango agregado de impacto por suma ponderada. Asignación de pesos a los factores de aptitud para obtener el valor o rango de aptitud agregada, tal como muestra la figura 6.

Figura 28.-Formato de tabla de coeficientes de ponderación de los factores/elementos de inventario para formar la aptitud de una cuadrícula o unidad de integración. PjI: Peso del factor j para la aptitud de la actividad I; PnN: Peso del factor n para la aptitud de la actividad N.

Los pesos o coeficientes de ponderación de los factores de impacto y de los de aptitud, se atribuyen mediante las técnicas clásicas de investigación social (comparación por pares, atribución de rangos, clasificación por grados escalares, etc.). Los pesos correspondientes a valor y a impacto (que coinciden) representan la contribución relativa de cada factor a la calidad del territorio; los correspondientes a la aptitud, representan la contribución relativa de cada uno de ellos a la aptitud total de la unidad para cada una de las actividades. Obtención del valor o rango agregado (no más de cinco rangos) del impacto de cada actividad sobre la unidad de integración por suma ponderada: suma de los productos de los valores por los pesos dividido por la suma de los pesos. Estos valores se pueden representar en una capa, lo que puede resultar útil, por ejemplo, en la gestión de proyectos, como una primera aproximación a su integración ambiental. Obtención del valor o rango agregado (no más de cinco rangos) de la aptitud de la unidad operacional para las diferentes actividades por suma ponderada, como en el caso anterior para los impactos.

En este momento nos encontramos en una situación similar a una matriz de impacto y aptitud, si bien las unidades operacionales o de integración aquí son de otro tipo; por consiguiente las tareas que siguen son: 

Fijación de los criterios para determinar la capacidad de acogida, cruzando en una tabla los rangos de impacto y de aptitud para establecer los rangos de capacidad de acogida, como muestra la figura7. También los criterios se introducen en GIS. Aplicando los criterios señalados a los rangos agregados de impacto y aptitud, se obtendrán los rangos de capacidad de acogida de cada una de las unidades de integración adoptadas, para cada actividad.

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Figura 29.- Criterios para determinar los rangos o clases de capacidad de acogida a partir de los rangos o clases de impacto y aptitud.

Todas estas operaciones se hacen con la herramienta GIS, la cual puede proporcionar diferentes salidas cartográficas, por ejemplo: 

Capas de Capacidad de Acogida para cada actividad

Capa sintética de Capacidad de Acogida a partir de las capas de capacidad de acogida por actividades, resumiendo los "niveles de uso" que caben en el medio físico.

Matriz de Capacidad de Acogida como leyenda del mapa de unidades de integración o ambientales; esta representación constituye un verdadero modelo global de la capacidad de acogida del territorio, al especificar para cada unidad los usos vocacionales, los compatibles y los incompatibles.

3 MODELO DE CAPACIDAD DE ACOGIDA POR FACTORES: INTEGRACIÓN AL FINAL DEL PROCESO Este modelo, que fue desarrollado por Domingo Gómez Orea y colaboradores con el nombre de MAUSAR (Modelo de Asignación de Usos del Suelo en Áreas Rurales) en el campo de la planificación territorial, opera integrando los conocimientos y criterios de expertos en los elementos/factores del medio físico que intervienen en la localización; tal integración se realiza por agregación de la capacidad de acogida determinada por cada uno de tales expertos reflexionando desde su propio campo de especialización. Tal como especifica el diagrama de flujos de la Figura 8 las tres primeras tareas para aplicar el modelo coinciden con las de los dos modelos precedentes: se parte, como siempre, de un ámbito geográfico a ordenar sobre el que se realiza una prospección por factores/elementos que se plasma en una serie de mapas temáticos representando clases o unidades temáticas homogéneas para cada uno de ellos: clases agrológicas, por ejemplo, para suelos, tramos de pendiente comprendida en un cierto intervalo, clases de vegetación, unidades de paisaje, biotopos faunísticos, rangos de carga portante del suelo, tipos de litología, clases de aprovechamiento del suelo, etc. Todos los mapas deben realizarse con un grado similar de detalle y representarse a la misma escala. Los factores inventariados se valoran atribuyendo un rango de valor a las clases inventariadas, se representan en los correspondientes mapas de valor y se superponen para obtener un mapa de valores agregados del medio físico.

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Cada experto formaliza su matriz de acogida desde su punto de vista y desde su propio campo de conocimiento. Estas matrices adoptan el formato que muestra la figura; las casillas de cruce se formalizan mediante códigos similares a los descritos en el modelo empírico, u otros, como por ejemplo: 

Código 4: vocacional; la clase a que se asigna indica que es muy capaz para acoger la actuación, tanto desde el punto de vista del promotor como del conservacionista.

Código 3: aceptable sin limitaciones; la clase a que se asigna, sin ser vocacionalmente adecuada para acoger la actuación, resulta aceptable, desde los dos puntos de vista citados.

Código 2: aceptable con limitaciones; se aplica a situaciones similares al caso anterior, pero con la condición de un control riguroso sobre la actuación en términos de diseño, tecnología, materiales, etc. Uno de estos controles, tal vez el más eficaz, es la vinculación al procedimiento de evaluación de impacto ambiental.

Código 1: incompatible, significa que la clase no reúne condiciones para la localización de la actividad desde el punto de vista del promotor, del conservacionista o de ambos.

Código 0: no aplicable, no tiene sentido la localización de la actividad en la clase a la que se aplica.

Figura 30.-Diagrama de flujos del modelo de capacidad de acogida por factores.

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Figura 31.- Formato de tabla/matriz de acogida de un elemento/factor del medio físico Cij: capacidad de la clase j del factor/elemento que se evalúa para la actividad i.

A continuación se define la unidad operacional o de integración; esta puede ser la cuadrícula definida por un retículo previamente superpuesto al territorio (cuyo tamaño debe adecuarse a la complejidad del medio y al margen de error que introduce su heterogeneidad), o bien utilizar otros recintos obtenidos por superposición de capas temáticas mediante un GIS. Paralelamente, se definen los criterios de asignación de las clases de capacidad agregada a partir de los datos de las matrices sectoriales, tal como expresa la figura 10. Pueden establecerse distintas alternativas en relación con estos criterios, cada una de las cuales proporciona un modelo distinto de capacidad e acogida del medio físico, en función del punto de vista prevaleciente (desde conservacionista a ultranza a desarrollista a ultranza). Los mapas que representan los factores inventariados en forma de clases homogéneas, las coordenadas de las retículas, las matrices de capacidad por factores y los criterios de formación de los rangos de capacidad de acogida, constituyen las entradas del programa informático. Este proporciona, a partir de ellas, las clases de capacidad de acogida agregada para cada unidad operacional y las representa en el mapa correspondiente; como en los otros modelos expuestos, los mapas de capacidad para cada actividad pueden integrarse para obtener un modelo global de capacidad de acogida del territorio.

Figura 32.-Criterios de asignación de clases de capacidad a las unidades de integración en función de los valores asignados por los expertos en cada factor

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