LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DE VALLADOLID
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No olvidemos, por otro lado, que ha sido a través de los procesos de concentración parcelaria cómo se ha podido aumentar, hasta limites extremos, la cantidad de edificación que podía soportar el Casco Histórico, ya que la única manera de "justificar" dicha cantidad era mediante el ofrecimiento de unas mejores condiciones de rentabilidad económica de la unidad parcelaria: Aumento de la edificabilidad, nuevas alineaciones ... etc, eran medidas que tenían que ir acompañadas de la definición de nuevos lotes parcelarios, más regulares y de mayor dimensión. Las zonas donde se han producido sustituciones tipológicas, en este sentido, coinciden con aquellas donde ha tenido lugar un cambio en la organización del plano parcelario. Resulta significativo, por ejemplo, cómo un conjunto de 564 parcelas existentes en 1960 han pasado a convertirse en 190. Y cómo las parcelas totales y transformadas superan el 40 por ciento del total existente. Se pueden superponer, en este sentido, el plano del "ámbito residencial" y el plano que hace referencia a la "propiedad del suelo", sin apenas existir diferencias entre ambos, por lo que se refiere a la coincidencia entre "zona transformada" y "variación del plano parcelario". Sí observamos diferencias, sin embargo, si superponemos al "plano de propiedad del suelo" aquel que representa el "grado de terciarización". La forma que adopta la superposición de estos dos últimos procesos es completamente diferente a la observada con los dos anteriores . El proceso de terciarización, en efecto, no ha dado lugar a un cambio en el plano parcelario tan radical como el observado en aquellas zonas donde se han producido nuevos elementos residenciales. Las sustituciones que han supuesto terciarizar los alrededores de la Plaza Mayor (sobre todo la zona situada al sur de la misma) no han tenido necesidad de replantear el plano parcelario de la forma tan radical como ha sucedido con las sustituciones a residencia. Ello puede indicar la preexistencia, en dicha zona terciarizada, de un tipo de parcelación adaptable, en principio, a los requerimientos espaciales de las actividades que gestionan el movimiento de capitales.
Transformaciones históricas y "áreas de centralidad" La formación de la "centralidad" se constituye como un fenómeno cuyas raíces las encontramos en la historia del lugar con el que se identifica espacialmente. Resulta necesario, en este sentido, relacionar el proceso de formación de la "centralidad" con acontecimientos históricos, de signo espacial, que se han ido sucediendo y yuxtaponiéndose, entre sí, en un mismo lugar urbano. Se trata, además, de acontecimientos que, en cada momento histórico, han expresado una específica manera de entender la "centralidad", de ahí que dicha yuxtaposición se constituya, al final, como el encuentro solapado de diferentes "formas centrales" , planteándose esta "estratificación histórica" como el espacio resultante final que da sentido a las "áreas de centralidad" actuales. Es esta "yuxtaposición" la que es capaz de conformar el sentido de