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NINO PERNETTI

EL CORAZÓN DE CORAL GABLES

Por: Salvatore Laudicina

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Parcos, los aromas culinarios de Italia viven su duelo. Aunque amables y simpáticas con quienes las ocupan, las mesas no disimulan su tristeza. Los manteles lloran adoloridos, los platos y las copas no desean ser usados.

No es para menos. Coral Gables ha dejado de latir. Se fue Nino Pernetti, el hombre detrás de los sabores y momentos inolvidables de Caffe Abbracci, uno de los lugares más emblemáticos de Miami. Pero recordarlo con un minuto de silencio sería una afrenta al perfume exótico de su sonrisa, mezcla de felicidad, gratitud, optimismo y alegría de vivir. Pernetti sigue vivo en los rincones de su local, en los ojos de sus hijas Tatiana y Katerina, y

en la memoria de sus amigos y clientes, a quienes divertía con sus chistes y ocurrencias.

Una calle con su nombre cala más en la memoria colectiva que recordarlo entre sollozos. De llevarse a cabo el homenaje póstumo, mientras el alcalde Vince Lago corta la cinta, muy seguramente, soplarán los primaverales vientos de su natal Lombardía y el pavimento se vestirá de un olor a café recién hecho.

Para conocer la grandeza de Pernetti, hay que leer las páginas de su vida y popularizar su mensaje de lucha y perseverancia incansables. Una historia que inicia en la adolescencia, protagonizada por un Nino de 13 años, barista en un restaurante. En su juventud, recorre el mundo y labora en hoteles para ganarse la vida.

Todo cambia cuando llega a la Ciudad del Sol. Literalmente, es amor a primera vista. Decidido a echar raíces y triunfar en La Florida, recorre un camino hecho a pulso, con la mirada puesta en el triunfo.

En 1985, un amigo le propone asociarse y abrir un restaurante, originalmente llamado Café Baci en Ponce de León Boulevard. Al cabo de unas semanas, el lugar se convierte en el favorito de importantes hombres de negocios, nativos y turistas.

Tiempo después, tras disolver la sociedad, Pernetti invierte el dinero de la venta en Caffe Abbracci, inaugurado en 1989. Durante 30 años, puntual, impecable de pies a cabeza, con una sonrisa en los labios, le da la bienvenida a familias tradicionales, políticos, empresarios y personalidades como Al Pacino, Gloria y Emilio Estefan. “Maravilloso hombre con una gran personalidad que será recordado con cariño por muchos, incluyéndome a mí”, así lo describe Michael C. Góngora, comisionado de Miami Beach. Otros, lo recuerdan por las recetas de su libro "Caffe Abbracci: historia de vida y viajes alrededor del mundo".

Pero sus empleados, su segunda familia, siempre lo verán almorzando pescado y verduras, un sorbo de prosecco, algunas bayas en una copa de martini y tal vez un espresso, sentado en su mesa favorita.

La vida sigue en Caffe Abbracci, pero nada será igual.

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