NUESTRA
ACTUAL
SEUDOCULTURA.
I. LA MAFIA Y EL RESTO. El escenario ya degradado sobre el que nos movemos, al cual su historia llamó Colombia, se divide en dos "sets" antagónicos. Aunque regularmente van por órbitas diferentes, en ocasiones se confunden en uno escéptico en donde, parafraseando a Magaldi, "vivimos todos manoseados", debido a la frecuente omisión dada en la parte que debemos preservar. Tal omisión nos acobarda y nos arriesga a que el nombre de nuestro país lo vayan a portar las ruinas de nosotros mismos, ausentes entonces de cultura, pues una subespecie que en él parasita, la más ignominiosa aparecida dentro de él, arrasa como poder económico en desmesura, contaminándolo todo con su sandez e ignorancia, con su apatía por lo humano, inmoral, multiplicándose con dinero ensangrentado y sumergiéndonos a tobos "en un mismo lodo". Por los sucesos deplorables que se fueron facilitando tras nuestro acallado miedo, se expresan a ratos, cuando no se aguante más, soluciones tardías que nunca llegarán a cabal término debido a que la batalla es desigual pues son los inextricables, débiles y contradictorios códigos los que se enfrentan a las ametralladoras, a las balas que son respuesta de airosos cobardes, de individuos con cerebro depredador y primitivo, corroído por lo inicuo. Entre tales soluciones tardías se habla de detenciones por razón de sospecha a las lacras sociales del narcotráfico, con el fin de abrir un proceso mediante el cual se les expropie de los bienes adquiridos como hórrido trofeo a su lasciva brutalidad. Pero, ¿por qué se habló de ello sólo en determinadas circunstancias? Si bien, la medida sería sabia y promisoria, ¿por qué no se empezó a aplicar en la década de los Setenta, cuando en lugar de haberse apenas considerado se pudo haber contenido el mal? ¡La único que hicimos fue inventar chistes! Hoy con todo lo perdido, ¿existirán qué formas para hacerla efectiva? ¿Acaso nuestra dejadez nos puede hacer más diestros y con esa creencia es que nos especializamos en aplazar? ¡Empobrecida conducta latina! Levantamos la cerca después de que se escapan las vacas. Se nos llama a realizar lo que necesitamos y sólo lo iniciamos en última instancia y con torpeza. Se nos ha venido presentando la necesidad de salvar nuestra existencia de la cacería atroz que de nosotros están haciendo los sucios que infestan en todos los ámbitos y sólo lo entendemos cuando estamos absolutamente intimidados y muertos. ¡Muertos por nuestra típica y risible desorganización! Conducta precaria que a Latinoamérica le ha evitado estar en el sitio alto que mereciera... Se oyen también balbuceos que hablan de los logros a alcanzar si se orearan tribunales especiales como se ha hecho en Italia contra la Mafia Siciliana; pero se ignora al parecer en tal propuesta que, contra el narcotráfico, ellos deben ser más especializados que los citados pues la depravación que en todos los niveles nos está rodeando es todavía más internacional, compleja y perniciosa, no es de meza índole local, fue creada y fomentada por un país ajeno al nuestro, es cruelmente flagelante y
ya resulta insulso hablar de comparaciones entre las maffias de otros años y la inmundicia actual. Cuando toda una ciudad está muy compungida se le intenta defender prohibiendo el transporte de parrilleros en las motos como si apenas recientemente se hubiese descubierto la variada amenaza que este vehículo entraña. No hemos aprendido que desde hace años el des mentalizado nos está extrovertidamente apuntando siendo su diversión no errar el tiro y ser noticia. Por otro lado, se titubea ante un tratado de extradición que ostenta un despliegue de dudas románticas como ignorando la importancia de fortalecer entre la comunidad de las naciones convenios de inexpugnable índole que actúen con la reciedumbre b severidad que el momento exige, con conciencia de que el problema de las drogas es ya una peste extendida. Se hace el planteamiento, además, de armar mejor al Ejército Nacional no pensando en buscar la estructuración de una fuerza multinacional de carácter militar u otro que al amparo de las constituciones proceda unida y sin requiebros y que sea esencialmente limpia; limpia, a diferencia de nuestra policía judicial o F-2 que viene jugando, desde tiempo atrás, a los ladrones de vehículos desde los cuales hacen ajustes de cuentas y otras perversiones "en nombre de la ley". Una fuerza limpia es ya necesaria para erradicar decididamente la epidemia malsana de un presente que amenaza con destruir el bien más sagrado del hombre: él mismo con una vida viva, no raquítica como es y común, sí con una voluntad de trascender, de cocrear. Así pues, pensando en el ser, pueden entonces paralelamente ser desintoxicadas algunas mentes políticas y las mentes vulgares de muchos "educadores" que se están lucrando en su pereza e ignorancia. Desintoxicación para la seguridad de la comunidad humana que no puede por ninguna razón seguir convenciéndose en que pensar en el ser se convirtió en un acto quijotesco. II. LOS NEGOCIANTES DE LA EDUCACION A lo largo de esta exposición no se invocará al análisis de la violencia como resultado lógico de la injusticia social, de una "cainesca" explotación en el trabajo, ni demás causas que otros pueden atinar a explicar científicamente estableciendo ordenadamente todas las componentes que presente el estudio de la lucha fratricida, fenómeno tan antiguo como el hombre mismo y la historia universal de fu egoísmo. Con ubicación en Medellín, aporreada por apátridas que resultaron, por locos que la invadieron y también por la mala prensa, se hará un boceto de la crisis educativa del presente y de las influencias que posibilitan lo indignante y lo mediocre, es decir, se comentará a modo personal, incluso excesivamente informal y hasta con cierto apasionamiento, algo de lo mucho que se aprecia como el conjunto de ingredientes con los cuales se están moldeando mentes a la que se les crea hoy una morbosa y deprimente pasión por lo superfluo, basura con la cual subterráneamente se está "enanizando" irremediablemente a muchas personas. De la degradación social en bloque, ateniéndonos a Colombia y aparte de lo importado, hay mucho de culpa también un el gran número de inoperantes «guías» que se encuentra en la educación. ¿Cuál educación? Tras el ingente descuido en la
formación del espíritu científico por parte de muchas familias y muchos centros educativos que ya relegaron a un ínfimo plano a las diferentes facetas de la actividad cultural, como por ejemplo tangible a la apreciación musical y el interés por lo literario, estamos atragantándonos en la actual década con una miseria dentro de un mercado que se extiende sin fronteras al amparo de la ignorancia. A tal miseria nacida de la poquedad pedagógica se le está justificando con una torpe concepción anti-arte la cual resulta lesiva para el futuro de las gentes que, si se hubiera pensado en ellas, bien hubieran podido ser las adecuadas para vigilar y fortalecer los intereses y valores del hombre en renovación constante; pero la esclavitud a la que están sometidas parece descartarlas de ser el material disponible para el progreso y dignificación de la integridad de un hombre más racional y práctico, más dotado día a día de conocimiento que lo haga grande, superior. Sobre los pueblos en general pudiéramos decir que si a una comunidad la asedia el hambre, no deberá dársele pan sino la cultura que le enseña cómo procurárselo. Este es un criterio muchas veces mencionado, pero siempre esquivada. A las gentes nuevas se les está fallado educativamente con injusticia. ¿Cenemos educación? Oteemos simplemente los colegios para así concluir que en ellos no existe mayor cosa. Generalmente una ausencia total de mística educativa es el común denominador que afecta a los alumnos quienes inocentemente están expuestos a los vicios que permiten quienes los dirigen, vicios propios del paupérrimo momento que se traducen en un "snobismo" que les divierte. En los colegios se están fabricando competidores efímeros que participan en las pruebas del ICFES sólo para que muchos profesores se muestren narcisistamente a través de los puntajes de sus víctimas inscritos a las cuales atiborran de incompletos conocimientos, sin secuencia alguna, que poco a poco se les hacen inservibles y que les son impartidos en corma anti metódica e indisciplinada, sin su filosofía nutriente, sin motivar el interés hacia lo más alto, casi como domesticando a fieras, totalmente dateros y con el abandono de la responsabilidad de dar a luz y no dejar extinguir en los estudiantes la cultura, máximo bien de toda sociedad con pasado evolutivo, de toda sociedad que no debiera tener motivo alguno para un retorno a las cavernas. Y en las Universidades se están gestando algunos delincuentes de corbata bajo la tutela de ciertos profesores que se desquitan de sus fracasos profesionales bajo la sombra nefanda del terrorismo aplicado a las evaluaciones y mezclado a su desgano y falta de vocación, cosas que con frecuencia las directivas desconocen. No nos detendremos aquí a desglosar las virtudes de los buenos profesores, que los hay, y loe reconocemos como maestros. En dos series de charlas presentadas en televisión de "El Pasado en Presente", la primera en Septiembre de 1990 y la segunda en Abril de 1991, los Doctores Abelardo Forero Benavides y Ramón de Zubiría hicieron un análisis de la educación del momento. Por su condición de profesores y escritores, resulta interesante conocerlas ya que ellos están cercanos a cuanto acontece en el medio. Los párrafos siguientes muestran, a manera de ensayo, los enjuiciamientos que hacen al actual desempeño universitario. «La Universidad contemporánea latinoamericana, informa menos y forma menos. Vive un enorme retraso con respecto a la evolución actual del conocimiento; es obsoleta e incapaz de dar información; no le interesa el
cambio, no se sabe qué piensa del futuro pues vive sumergida en cosas que debieran ser del pasado, y... se encarece a medida que decae. El conocimiento que llega de otras partes va a la industria y no llega a los laboratorios universitarios. Si es generado en la industria, de allí no sale pues los intereses particulares lo marginan de la actividad económica. La educación colombiana y, en general, la latinoamericana, está centrada en el Egoísmo y está hecha para arrasar con todo. El bombardeo que se vive nos lanza al lucro y no encamina hacia la trascendencia. No existe referencia alguna a esta última porque nuestras raíces están siendo abolidas. El presente obstaculiza el colegaje; no interesa saber quienes somos...a dónde vamos. La cátedra debe ser humanizada pues están robotizadas las relaciones; hasta el saludo está desapareciendo...! Enseñanza es transmisión del conocimiento; acción que se logra motivando a quien aprende; debe tener un toque altruista -recuérdese su raíz latina "alter" que significa "el otro" - y cualquier actitud que resulte de la raíz "ego" es pura pedantería que produce resultados desastrosos como lo es la degradación del mundo profesional. Hoy por hoy es común encontrar al profesor para quien lo importante es su materia y no quien la recibe; es el que profesor cree que realiza una labor exhaustiva cuando presenta una larga lista de notas de autores, fórmulas para memorizar sin análisis, conceptos, bibliografías. En realidad, no hay en él labor educativa, pese a su fatiga. El volumen de información aislada, que poco confronta y discute, se convierte en una gran masa intrascendente que de semestre en semestre se olvida. Un caso prototipo es la Física, siempre enseñada al revés: no se tiene en cuenta que una fórmula es un modelo que sintetiza una teoría; no se llega a ese modelo, en proceso lógico, con todas sus raíces filosóficas, científicas y hasta sicológicas, sino que se parte du él como introducción y se elaboran, acto seguido, infinidad ejercicios similares que sólo varían en su grado de dificultad, pero que en esencia no despiertan el interés por el tema. El estudiante actual parece estar investigando continuamente, pero ésto no es más que un espejismo: devora cosas inconclusas y no es su necesidad primaria aprender motivado sino obtener un certificado, un diploma que, en realidad, a los pocos años lo convertirá en un tegua. El estudiante latinoamericano se atraganta de cantidades sin calidad; de una infinidad de cosas incoherentes e inservibles en un entorno en el que para él se ha vuelto fundamental todo lo superfluo. A este conejillo de indias de la improvisación no se le está respetando su derecho a la cultura, derecho por el cual paga. CULTURA es cultivo integral de todos los atributos humanos encausado éticamente hacia el dominio moral que el hombre hace sobre sí mismo para diferenciarse de las bestias. Es el punto culminante de la realización del ser inteligente. Hoy día se le ha pretendido adjetivizar porque la ciencia está girando en torno a la ciencia y no en torno al hombre; entonces prima una seudocultura que no es otra cosa que una barbarie comercial, narcisista, petulante, superficial, sin virtud y despersonalizada. La llaman cultura, pero la confunden con desarrollo. No es estética.
Le dicen subdesarrollo a lo que realmente es incultura y, en realidad, los países subdesarrollados son más incultos que carentes de desarrollo. O, precisamente, carecen de desarrollo porque se han vuelto básicamente incultos, paradójicamente por los modelos importados. Nuestros países “subdesarrollados”, léase incultos” reciben el inclemente asedio de una tecnología malintencionada, pletórica de ajenas formas... los medios técnicos contemporáneos han contribuido al radical envilecimiento del hombre actual. Países como el nuestro tiende a cambiar su riqueza, su folklore mismo, por basuras seudoculturales importadas de los peores sitios donde la sociedad está en decadencia. Es la cultura un todo esencial, universal en la historia de todo ser; todo tipo de educación debe ser orientado al seguimiento de la cultura antes que al seguimiento del conocimiento a secas. Desafortunadamente todas las actividades del hombre contemporáneo, hasta la educación misma, están siguiendo la tendencia esclavizante de abocarse hacia la barbarie comercial, hacia el superfluo hedonismo.» Las anteriores ideas de los Doctores De Zubiría y Forero Benavides son sensatas. Sc se quieren sopesar las múltiples causas de la degradación que la sociedad hoy vive, deben incluirse en la compleja maraña estas duras pero reales aseveraciones. Es espeluznante que se estén dando en nuestro país cosas tan macabras como, por ejemplo, la desaparición de menores de 15 años a quienes los extraen órganos para hacer un diabólico mercado. ¿Quién puede extraer retinas o riñones sin destruir tal "producto"? Sólo un experto fraguado en la deshumanizada universidad contemporánea puede hacerlo. Es tiempo de ser críticos; es tiempo de atacar uno a uno los focos de lo que puede conducirnos a un suicidio colectivo. Con esta y otras bases se escudriñará aquí la influencia fatal que recibe una persona y todo lo que para ella se ha vuelto fundamental y que es superfluo. Cosas diversas acierto o no, se irán exponiendo en este escrito. Vemos hoy una generación, o mejor, una nueva "degeneración", la "degeneración de las sensaciones" (y nada más...), expuesta a malograrse por negligencia, expuesta por estar dirigido en saber no al hombre con alma sino al hombre-cosa, que solamente siente pero que no ama, al recipiente de instintos, aun cuando existan en ella anónimos con grandes valores. Por la actitud deshonesta de tales educadores es fácil encontrar que los mafiosos y ellos se parecen, pues delinquiendo sólo están para mostrarse dejando ver que están vacíos pues su intelecto nada es. Unos y otros son protagonistas de lo mezquino. Por esta omisión cultual, aún en los sectores mal llamados "de mejor educación" -triste eufemismo para algo hoy escondido- pueden obtenerse "snobismo", bajo gusto, ignorancia, masificación ciega, todo en el marco del seudoarte importado de los peores sitios, imperios de lo vacuo, en el comportamiento modal ya exagerado, en el facilismo y en los innumerables ingredientes de un peligroso síndrome que a todos está amenazando y que cunde en geométrica expansión.
III. EL COMPORTAMIENTO DEL QUE NADA SABE. Concretando ahora nuestro visor, enfoquémoslo entonces hacia Medellín para así advertir que acá también es deprimente ver que a la juventud se le ha sometido, tal vez más que nunca y como en todas partes, desde fines de la década de los Setenta a un continuo bombardeo de mezquindad por parte de unos guías ciegos que con su ignorancia la oprime, además, comercialmente. Este subyugar de les facilita en un ambiente que, como el nuestro, manifiesta a ratos carencia en lo que se refiere a personas idóneas que podrían iniciar a la juventud hacia el trayecto de lo artístico k sabio mediante la apropiación de pantas introductorias que hagan al arte entendible y a la investigación posible y que saque a las nuevas gentes de un submundo en donde se resisten a asimilar cosas de valor ya que se van quedando, arraigadamente y para su mal, en lo único que conocen. Se ha alejado la posibilidad de que se adopte la disciplina para la libertad, cosa que funciona en sociedades civilizadas, lo cual les sirve para la conciencia plena del ser mismo. En comunidades que han avanzado, como lo han sido muchas Europeas, muchas personas jóvenes viven en un continuo interés hacia todo tipo de actividades artísticas, científicas y culturales, valorando bien desde allí aquello que a nivel popular es meritorio y coadyuvando con sus exigencias a engrandecerlo. En nuestro ámbito y para lamentarlo, lo común es que una persona, tómese como ejemplo a la música, por decir algo, defina a la obra clásica que no conoce, como algo insoportable y adormecedor que se coloca en los supermercados, salas de espera de los consultorios y algunas emisoras para gente "perdida en lo inválido, soporífero y prehistórico", demostrando con tales criterios su ausente intelección que nunca palpó, simplemente porque le fallaron al presentarle la música y por eso jamás ha conocido la música. Cándidamente afirma, como cualquier persona de este inmenso conglomerado, que "estuvo toda una tarde escuchando música". ¿Música? El farandulerismo en que se halla atrapado le impide siempre saber qué es música y con este nombre llama a cualquier cosa que oye y que afirma le gusta sin saber a ciencia cierta por qué y siempre arrastrado por la corriente populachera donde malgasta sus días y que, inclusive, hace de muchos, tristes avaros porque los encierra tras la explotación de sus instintos. La meta "vivir para conseguir dinero" es una compulsión que desvirtúa toda mira hacia lo trascendente. El afán de atesorar ha desvalorizado a la sociedad que considera al crecimiento personal como algo inútil. La búsqueda de dinero de cualquier manera hizo que en nuestras ciudades germinara la mafia. Los pobladores humanos del mundo se dividen prácticamente en dos: Los unos, son los idealistas, los soñadores. Los demás, calculadores, modales, estériles, son los que sólo albergan en sus mentes enormes cantidades de ceros, siendo seis un mínimo apenas por ellos no despreciado. Quienes sueñan llevarán a su tumba, quizá, la decepción de muchas veces haber respirado un aire irreal. En cambio, los vacuos morirán aplastados por sus ceros tras ser confundidos al conocer que cualquiera de esas infelices esferitas que siempre amarraron cicateramente, era más grande que ellos... Es cosa segura que, si por ejemplo, a una persona que le “suenen” los idiomas o la pintura se le pregunte el por qué de su posible afición, conteste al menos, en el
peor de los casos, con balbuceos mejores que nada. Lo mismo sucede en el deporte. En el caso del más predilecto d que sirve de comparación, en el Fútbol, una persona que lo desconozca sólo ve fas notas ridículas que los mal llamados periodistas (que jamás estudiaron periodismo), los comentaristas y los fanáticos inconscientes le añaden y que por ninguna razón son propias del deporte. Si esta persona no indaga en entender un poco, jamás podrá avizorar la luz brillante pe categoría intelectual que lo sustenta pues es una creación del ingenio rumano para la recreación y la salud humana. Las personas que se muestran negativas a los conocimientos edificantes lo hacen desde el púlpito de una ignorancia manifiesta que las define como intrascendentes. No es escaso pues, que tales renuentes presentan en el caso de los idiomas, no porque no puedan, una desastrosa pronunciación aun cuando obligatoriamente hadan tenido que estudiarlos toda la veda y sean sólo el hazmerreir en el momento en que citen una palabra que no pertenezca a su lengua materna; seguramente no se darán nunca cuenta de las facilidades que puedan tener para aprenderlos. En el caso de la pintura u otras artes, éstos quedan siempre incómodamente paralizados cuando se les invita a conceptuar o simplemente eluden el tema, si pueden, con chistes infantiles para reducirse la presión que su risible situación les crea. Verán incapaces de tomar cualquier actitud en lo mínimo inteligente. Análogamente a todo esto, le será difícil entender la música a aquel que no la conozca - la mayoría- porque le negaron el derecho a conocerla y porque tuvo que llenar su desolador vacío con "musiquilla", con baratijas que por simple "snob" aprendió a oír y que diariamente le lanzan desde sus templos de la incultura radiodifundida sin que necesariamente, justo es decirlo, de tan castigado consumidor de bodrios pueda afirmarse que sea de naturaleza inculto. Sus "maestros radiales de música", que parecen llevar la sangre de la mafia debido a que le brindan un paquete de importaciones no selectas, que uso no sabe cómo es posible que a nuestro país las dejen entrar, le han creado un sitio para que en asociación vivan "su cultura" -sucia falacia- donde el cautivo seguidor es una réplica exacta de ellos mismos: un mutilado para pensar… un “de malas” para pensar. IV.NUESTROS FOCOS DE CONTAMINABION. Generalizar aquí resultaría dictamen de lesa injusticia. Pero diagnosticar es posible y se llega al lamentable hallazgo de clasificar a la mayoría. Aquí están pues algunas de las componentes de nuestra actual seudocultura que en forma atropellante nos inhabilita la elección y nos obliga n consumir el potaje de los torpes, de los que nada han estudiado. El enfoque de presentación del Rock como un arte es entre nosotros algo extinto; ha pasado a ser una forma de presentar otro producto que sin control de calidad terminamos usando... o termina usándonos. Ya hablar de Rock no es tema de tertulias, carece de intelecto, de refinamiento; lamentablemente el Rock entre nosotros ya no existe. Nos empujan a ser los títeres de unos "disk-jockeys" que complacen a sicarios y a títeres de unos "arrojadiscos" cuya ausente educación les genera una actitud que nos va conduciendo paulatinamente a una miseria humana que sólo advertimos en el momento en que hemos de comprender que hasta los gustos son manipulados.
En indisciplina antimusical, el continuo bombardeo de banalidad lo vienen ofreciendo con todo el "snobismo" masificante y despersonalizador tres estaciones de radio, dos re ellas comenzaron en A.M. y luego mancharon la Frecuencia Modulada con las mismas actitudes que adquirieron en sus comienzos. La tercera, es una fiel copia de una emisora que hay en Bogotá la cual es igual a las demás. Los tres lunares de nuestra radio riñen aniñada y populacheramente ocasionando una pérdida de calidad notable y cada vez creciente al atentar contra los principios que existen -o deberían existir- en la Radiodifusión, especialmente en la banda F.M. donde día a día sus oyentes se acostumbran con pasmosa facilidad a oír cosas cada vez peores. Esto ocurre en Medellín donde desafortunadamente el grado de "snobismo" es hoy muy alto; estas tres podredumbres registran el más alto nivel de sintonía - o mejor, de sumisión- y son un vicio degenerativo, un cáncer que invade y destruye a sus sometidos .Hasta en forma repugnante se podría entrometer esta "escuela" en TeleAntioquia, nuestra estación televisiva creada para la difusión de la cultura, si se diera un descuido. Con programitas dañinos y ridículos, a los que continuamente se les cambia el nombre, los invasores de nuestro canal se apropiarían de un espacio en el que se debería presentar algo que beneficiara a nuestra comunidad y no a la violencia o al relajo nacido en lo imbécil. Es triste ver que se vean frustradas las expectativas con programillas estilo "98.9" y con programadoras de baja calidad amenazadoras (como R.T.M., Teleproducciones...). Defraudaría mucho encontrar a TeleAntioquia convertida en un vehículo de video grotesco que le diera imagen a las emisoras de radio sicariales, emisoras cuyo nivel no da más allá de lo que es un sicario. No es de extrañar que una de las tres emisoras radiales de burdel, que incluso se ha apersonado de un digno nombre del pasado de nuestra ciudad, esté desde sus orígenes existiendo gracias a una vinculación con los "amos del dinero ensangrentado", destructores de todo y, a la vista, posibles destructores de nuestra televisión antioqueña dado el caso en que se infiltraran más de lo que inexplicablemente amenazan estar. No tiene sentido que compasivamente se diga que toda la basura que se emite por estas emisoras "es el gusto de la nueva gente"; es irrefutablemente la proliferación del mal gusto impuesto pues se anida en la ignorancia. Diversos expertos opinan que esta infestación "es un asunto grave, ya que de por sí se está permitiendo una barrera a todo proceso de culturización que se intente, y aún más, es desculturizante y perniciosa..." (sic.); opinan algunos expertos... pero no hacen nada. Pese a todo tal verdad es realmente obvia. Al observar el corte de tales transmisiones se puede colegir en segundos la similitud que hay entre ellas con toda su ordinariez y la sicología del narcotraficante pues procedentes, lo uno como lo otro, de la más baja extracción, tienen sus sellos característicos. Las emisorillas vomitan por sus antenas, sin discernimiento alguno, todo aquello que sea nuevo sin importar que venga mal nacido. No se presentan creaciones sino engendros de la decadencia. Si algo creativo se cuela es por causa del consabido "snob" que no selecciona, que es el estandarte de su molicie. Allí abundan los chistes baratos, sulfurantes, las "noticias" de farándula, los "consejos" a los instintos, los comerciales amanerados, la inexperta locución, analfabeta y bestial, el irrespeto a la ciudad y a sus habitantes que
sorben apabullados y ociosos la cicuta gratuita que los anestesia en el gran show devastador proveniente de un pueril mercado que sin reposo obligan a ingerir. Es difícil definir si ge trata de ignorancia o perversión. ¿Será posible que ignoren que la anarquía típica de un adolescente es un mecanismo de defensa natural que existe porque está dándose tras internos cuestionamientos una posición de descubrir su yo interno y por ello en su vida existe temor? ¿Será que ignoren que este comportamiento natural no debe manipularse con incitaciones so pretexto de vender un producto o de conseguir una fama de liderazgo sobre la juventud, liderazgo que entre otras cosas es repugnante? ¿Será que los expertos y responsables (de que el ser humano evolucione sin que estas formas degradadas se valgan de él con ánimos ocultos y peligrosos) no le han dado importancia a algo que parece tan insignificante como lo es una transmisión radial, pero que en realidad es una sumisión, un vicio? En realidad, no parece que fuera una inocente ignorancia. Más bien, parece una perniciosa actitud que ya está produciendo azarosos resultados en nuestra sociedad, resultados que causa por causa, exhaustivamente, sin omitir nada, deben analizarse para poder contrarrestarlos. Nos estamos preguntando categóricamente, ¿a dónde fueron a parar los análisis que alguna vez se hicieron sobre el comportamiento de niños a los que se estudió y encontró comportamientos esquizoides, desasosiegos exagerados, conducta agresiva y desorganizada, síndrome generado también por la manipulación que astutamente se realice con los discos, videos y demás productos esclavizantes que son la característica de la década? ¿Por qué estudios tan serios se convirtieron en tímidas palabras? ¿Qué intereses hay detrás de todo este asedio? ¿Es justo que corrompan a gentes que como cualquier ser humano necesitan educar su capacidad de discernimiento? ¿Por qué está permitido que detrás de todo se manipule también la sexualidad con una publicidad roja morbosamente programada por ventas utilitaristas y dañinas? Quienes misteriosa y "mágicamente" se sostienen contaminando por las vías de esas frecuencias radiales con toda su mediocridad, toda su inferioridad, han hecho que sus inocentes súbditos consuman violentados, sedados, sin opción, sin pensar ni parar de no hacerle, el narcótico expandido y expendido por el aire con manipulación y han logrado coadyuvar a la creación una generación debilitada que corre el riesgo de ser el trauma cobarde del siglo y de ser la que termine aceptando todo los que esté vinculado con el quehacer de los traficantes que son los transportadores de toda esta seudocultura llamada "la música de la década", tóxico que reciben sus adictos los cuales la han llamado para sí con el mismo nombre del arte ya desaparecido de nuestro medio o que ya no llega a nuestro medio, del Rock, sin ser lo que oyen ni música, ni rock, pues carece de elementos para así definirla y de sus componentes esenciales: Melodía, buen Ritmo y Armonía. Su "ritmo", sin ritmo, su vaivén para primates, es lo único que las adversas circunstancies le han permitido a las gentes de la década divisar, siendo en esencia éste similar al mismo que ejecuta un baterista principiante que fanfarrón y niñoide imita a vagos gringos que convierten en "artista" a todo aparecido que tenga aspecto descuidado, que retoza en la pretensión de ser oído, visto y aplaudido. Tal ritmo, realmente, ni siquiera sirve para hacer gimnasia como contrariamente se afirma
dentro de la crisis donde chapucean los que no saben nada de lo que dicen acerca de algo tan exasperante y pobre. Aún así con toda esa afición bruta por tomar una canción por lo que les parece "es Ritmo" y que sólo es un ruidito insulso, no inteligente y sin cadencia, no hay aprendido nada en absoluto porque la noción que creen define el concepto es que "Ritmo es algo que se divide en dos: El “Suave”, uno, y el “Acelerado” o «chévere», el otro; y...nada más". Tras usar ridículos tecnicismos a esta división la han subdividido así: "Rock baladita" y "Rock discotequero", de las discotecas que son sus teatros donde se difunde vicio y excremento de ruiditos idiotas. Se han ido especializando en darle nombre a la basura y a cada cosa que sacan le inventan un sustantivo bien estúpido y cada sustantivo lo llaman “género”. Así pues, los "Veracrucistas","Toderaristas" o "Radioactivistas" están engañados por omisión y acción; por omisión o pereza de sus ineficaces educadores que los privaron del discernimiento, del primordial privilegio de la apreciación artística, dejándolos injustamente sin parámetros para elegir, sin puntos de referencia con qué determinar un espíritu que deguste y por la acción macabra aquí expuesta que abre las puertas al caos humano por la ruta en la que paso a paso deambulan atrofiándose. Estamos enfatizando el aspecto "música" porque nos hemos dado cuenta que poco se ha discutido sobre él y por lo fácil que lo dejaron expandir... Si un pueblo le resta importancia a la cultura, a la formación de un espíritu para sí, si no busca universalizar para el hombre lo valioso y sustituye sus riquezas por cosas baladíes y efímeras, se debilita progresivamente y camino a la barbarie acepta sin resistencia el ser invadido, acepta entregar su territorio. Si cada dos o tres meses se acepta un cambio de basura por otra, se pierden los recursos que predisponen un sombrío panorama, un desierto en una tierra que prohíja a una generación enfermiza y sin cultura. Es injusto que a tal generación masificada nada se le dé del valor que merece y necesita. Viviendo a nuestra ciudad, se colige con sinsabor que los avasallados por las tres fatales emisoras han llegado a dividir la idea universal de la música en una forma muy singular, idéntica a la novelería de un mafioso en el manejo de sus bienes. Se pes ha inculcado las 24 horas del día que es caduco e inane todo lo que haya aparecido tres meses atrás del día de su juicio "evaluativo", el cual es nulo en distinguir lo bueno de lo malo, como se ha insistido, a cambio de lo nuevo y de lo viejo, como lo hiciera cualquier emergente en su sicología de ambición. Inclusive ni saben atinar en la medida cuando condenan algo con el calificativo de "viejo". En una de esas emisorillas a lo que tenga música lo llaman "Música para soñar despiertos" y a los ruidoslos llaman “La Música de Veracruz" Este símil "maffia" que se usa aquí en estos párrafos no es exagerado; en principio es lo mismo. Es simplemente ignorancia que abunda. A su "música" la conozcan en un escalafón de productos desechables, en un túnel del tiempo al cuál llaman "Las 20 máximas". Todo lo que esté por fuera de allí es latoso y anciano: es “de archivo" o cursi. Al bodrio diario se "Las 20 máximas" le rinden veneración u respeto los oyentes de la "música bacana que pasa a nombre de las boutiques presentadoras". Boutiques a diestra y siniestra y amaneramiento por todos los puntos cardinales.
Hay una simbiosis que rotula a estos oyentes: drogas o predisposición a ellas, más el show que les improvisan por la radio. Obviamente no todos ellos son drogadictos pero sí inconscientes que viven aferrados al hábito pueril de "Las 26 máximas" o escalafones análogos. Al final todos terminan drogados de alguna manera... Sus víctimas ni cuenta se dan. Con absoluta seguridad este fenómeno no es propiedad exclusiva de nuestro Medellín; existen muchos elementos colaterales, epifenómenos que corroboran y hacen menos insorteable la muralla que se ha erigido en todas partes. V.EL MAESTRO AUDIOVISUAL. Continuando con este vistazo a la enana situación cultural de nuestras gentes nos encontramos con que una de las causas de la degradación hacia el pútrido producto que se vende como disco popular internacional y que se divulga entre nosotros con los ojos cerrados es la propia filosofía de los mecenas "Grammy" que afirman que "el video-musical es necesario para la promoción del tema", aseveración aplaudida por muchos sordos que hizo que muchas tendencias artísticas, como lo fué el Rock, encontraran su muerte definitiva. Con el video, elaborado en afanosa carrera, trimestral cuando más, se elabora un tema cursi que con él desaparece pronto y para siempre; cualquier solista o grupo insignificante se hace así fácilmente famoso pues la candidez de sus oyentes lo acoge y comienza a vender profusamente todo ese trabajillo elaborado por las cámaras y zas consolas de efectos de audio que de no ser por ellas, hasta sus fanáticos entorpecidos encontrarían que de veras no existe en sus ídolos trabajo alguno y que su incapacidad se refugie en los recursos externos que explotan con la torpeza de las cosas que están hechas sin imaginación, sin creatividad; hay repetición de vicios insertados mediante imágenes con las que su público se enloquece y exclama: "¡Qué nota, qué tesura"! No es falso afirmar que debido al "snob" que creó el video es que existe en ciudades como la nuestra la vulgar afición por todos los excrementos que prensan en el dialecto gringo, que sin serlo llaman «inglés», idioma que se habla mal en casi todos los Estados Unidos desde hace muchos años los que nunca estudiaron nada. Con su fiebre por no hacer nada bueno ni estudiado, los insignificantes "artistas" del presente arrasaron con grupos musicales que concibieron al desaparecido Rock como inspirado en la genialidad de Johann Sebastian Bach y muchos otros inmortales compositores en una interesante cgherencia y que, además, colocaron los hombres de The Beatles como estandartes de un trabajo de renombre que no tuvo la ayuda técnica que últimamente se ha venido utilizando como truco engañabobos. Muchos exponentes grandes que subsistieron se pervirtieron con el pretexto de que se enrutaran al "cambio" y empezaron a ejecutar lo que se está llamando "Música Americana". Desagradablemente los “ejemplares” gringos descritos se han tomado este gentilicio que poco les corresponde si se considera que históricamente a las tierras del continente descubierto por Colón, las Coronas Hispana y Lusitana otorgaron el nombre del cartógrafo del navegante genovés. Aquellos estadounidenses, pues, se han adueñado de un nombre que no les corresponde
prácticamente. La insapiencia de ellos y de sus admiradores relega el nombre, asignando con él al Imperio de los Vicios, mientras que nosotros, los Americanos, de íbero ancestro somos para ellos, y con nuestra aquiescencia, simples "subamericanos", (por lo tanto el sustantivo “latinoamericano” es despectivo) ratificándonos nosotros mismos nuestro complejo de inferioridad y subdesarrollo por el simple hecho de insistir en vivir socialmente agachados, lamiéndole los pies a la mediocridad de otros en lugar de unirnos contra lo superfluo y formar el conglomerado más poderoso de la historia de la humanidad, dando cumplimiento al sueño de Bolívar, sueño de libertad, de una libertad de la que inexplicablemente nos queremos despojar. Cuando brille una luz, quizás invocada por razón del hastío, cuando se comprenda sin obstáculos que todo el hedonismo que flota en el ambiente no es el pasaporte hacia la libertad, sino una intromisión que a todos irrespeta y encarcela; cuando empecemos a salir del estado hipnótico en que nos ha sumido el mal uso de la técnica y vislumbremos lo que vivió e hizo aquel porcentaje de antepasados que le dio al mundo espíritu para que éste pudiera soportar tantos siglos; cuando la inteligencia, la sabiduría y la cultura griten sin timidez y acallamiento alguno que puedan triunfar sobre la anarquía, la mediocridad y la moda, SE EMPEZARA A DESCUDRIR que lo primero que se debe hacer es lograr un retorno sabio a lo humanístico. Entretanto, mientras no reaccionamos, seguiremos siendo injustamente las víctimas de la demencia que los soldados trajeron del Vietnam y de cuanto sitio invaden; demencia de la que son incapaces de curarse, pues para esa gente los valores que sirven son la técnica, llevada a un nivel cosificante, -la cual no es servidora sino desordenada y ambiciosa- y la economía del facilismo. El "legado" que nos dejan los injustos es una era subliminal en la que los conceptos están trocados: al instinto primitivo, comercializado, engendrado en la taberna, lo llaman "amar", no siendo otra cosa que un desenfreno zoológico de vanidades; quien está atrapado por la moda es aplaudido y le colocan la condecoración de "libre" aunque, en realidad, es el perfecto esclavo de una inmadura esquizofrenia teledirigida, de un vicio que es todo un no reconocido autoirrespeto; a quien sigue las órdenes sutiles y astutas que son impartidas por guías ciegos que están al mando de cuanto medio de comunicación haya, lo llaman "moderno". Se van tornando los «mass media» en "respetados maestros de la mediocridad" que se defiende a capa y espada; parecen un cianuro que no sabemos controlar. El lenguaje que se está hablando define a un término con el significado de su antónimo. Entre los métodos de telecontrol, de manipulación al subconsciente, nos encontramos con el VIDEO que de pronto es la piedra base que sustenta a esta era subliminal. 1979: Año Internacional del Niño A los menores de ese entonces se les empezó a programar macabramente para que pudieran ser manejados mediante cuerdas; sus titiriteros pisotearon sus mentes ofreciéndoles una droga con la que rápidamente encontraron adictos. La programación no cesa. Degenerando la música rock, ya no como una expresión que antes requería de cierta sensibilidad para ser asimilada, que ya no nos llena, los amos de lo subliminal llevaron un cadáver de la misma al video en forma procaz, populachera, y como vampiros succionaron su
sangre creativa para presentar la actual carroña e imponer sus intereses en pro de la alienación. El centro medular del video, es en Hedonismo Primitivo, toda una lascivia que lo sustenta como evocando a Dodoma y a Gomorra, es decir, una torpe mezcla de sensualidad analfabeta, mercantil, de fieras, a la cual se le añaden potentes armas de fuego portadas por viciosos que con graves anomalías mentales juegan al Superhéroe y son nos dioses seudoculturales impuestos para occidente. Al igual pues los conquistadores engañaron con espejos y bisuterías al indígena americano a cambio de oro, los fabricantes de videos están hipnotizando a sus consumidores con unos personajes criminales, asexuados o polisexuados, esgrimiendo con eso no una situación sino dizque una opción. Estos consumidores asumen una conducta risible, o lamentable más bien, una conducta que va desde la regresión hasta la aceptación de lo bélico y repugnante, mientras son embriagados con el tónico letal que les obliga incluso a llevar las vestimentas y comportamientos de lo que a la fuerza y con asedio han sido acostumbrados a ver y g usar. En Colombia, y seguramente en muchos países también, la televisión nacional reserva la oculta incitación pornográfica y pornofónica, siempre delincuencial, del video mal intencionado para presentarla en el horario infantil, cataloganqo sus espacios como "Programación para niños"; para mentes que quieren descomponer para que después sean como ellos, sometiéndolas precozmente con su látigo, como traumático atentado contra personalidades en proceso, mediante unas figuras que se prostituyen y lanzan alaridos con gestos roedores en la pantalla, al tiempo en que una agremiación de travestis sin oído y sin decencia improvisa con lujosos instrumentos desmesuradamente distorsionados, con sofisticados micrófonos y consolas donde expiden sus estridencias guturales, sin voz, convirtiéndose para sus vasallos en el "conjunto chévere" que a lo largo de todo un "concierto" disfónico y estupefaciente les presenta en forma canalla títulos tan desobligantes para los niños y desagradables para todo cuerdo, como "Tócame", "Quiero una nueva droga" y frases que se encuentran incluídas en el mal logrado "Rock" en "Español" en bodrios como "Me voy a vengar, (¿?) ...", o en "Mi agüita amarilla" o en "Pilar" (la que no tiene bicicleta), para no citar más títulos y mensajes torvos implícitos de los que abundan, ahora más que todo en el inaudible "rap", para no transcribir una lista interminable que rotula a todo aquello que los ha ce dejar como pre-adolescentes de por vida y que los hará engrosar el ejército de los "plásticos que viven en función del espejo". Preocupa el hecho de que manipulados con toda esta basura, también extiendan afiches con que "decoran" sus habitaciones - fotos de travestis que se retuercen con unas guitarras que no saben usar - siendo ésta otra forma de narcovideo que les brinda la oportunidad de ver a sus amanerados superhéroes constantemente todos los días. Están, hoy día, los niños sometidos a los dioses babilónicos, al culto satánico; la música que oyen es subliminal, posee mensajes que, ha sido comprobado, nacen del culto al mal; las finuras que ven los alejan de buscar lo estético, como debiera ser toda la educación al niño, son figuras macabras de destrucción, vicio y muerte. Los modelos que siguen los niños son canallas. ¿Cómo es posible que en nuestro país se la hubiera dado licencia de locución a aniñados que conforman la cofradía de lo vulgar, de la fatídica barbarie?
Una sana sensibilidad, un retorno al humanismo es el verdadero pasaporte hacia la libertad. La educación ha perdido ese toque humanista que facilitó durante siglos el surgimiento de mentes creativas para la ciencia, el arte y la cultura, para la edificación de un mundo en el que se pudiera razonar, en el que se pudiera usar la inteligencia. Debe recuperarse ese enfoque. El joven de los últimos años no fabe ni divertirse porque ni siquiera eso le han enseñado. Estas líneas claman por un mundo cuerdo. No son su tópico central el criticar comportamientos. Son su interés el que exista más de uno que se pregunte por el significad que se le da a la palabra "libertad". Uno de los últimos trucos que los "guías sordos" han sacado para reivindicarse ante la crítica que los acusa de carentes de originalidad es, pues, su "autóctono" ROCK EN ESPAÑOL; ni "rock", ni lengua castellana, es otra gusanera que le salió al cadáver. No es más que una copia burda y mal trabajada de algo que vivieron en la infancia y que se conoció como el fenómeno del show del grupo "Menudo". En síntesis, el Rock en Español es una colección de grupos "Menudo" en donde la voz ha cambiado, incluso les suena a sonsonete de payaso de circo malo, lo suficientemente desagradable como para realizar la más aburridora piñata, más desagradable aún que su presentación personal, incomploruta y criminal. Sus "canciones" son una colección de bajeza y procacidad mezquinas, unas (como aquellas que se fundamentan en el "destape español"), o una anarquía insulsa, otras, o un deseo de creer que todos los oyentes tienen que ser adolescentes para siempre porque ellos jamás dejarán de serlo; no hay producción artística como la que, sería mal hecho negar, tuvo el conjunto de Puerto Rico en el que al menos hubo gente trabajando en algo con sentido estético; como "por la plata baila el perro", a los integrantes los pusieron a actuar amaneradamente, ya que la meta era convertir al niño en el fetiche sexual de la década. Pese a todo eso sabían cantar y lo hacían muy bien. Por qué oyen "rock" en "español"? Lo oyen porque desde inicios de la década de los 80 fueron enrolados en el avasallador dominio publicitario que empezó con el año internacional de la niñez en medio de una infecto-contagiosa y séptica "Fiebre de Sábado por la noche". Este truco trajo un producto de baja calidad propio de la decadencia vertiginosa de la sociedad estadounidense, su “fabricante”. Ya el Rock, como fenómeno que fue de Europa, nacido en Inglaterra, se mostraba por aquellos entonces como un ente maduro e incluso se llevaba a un inteligente lugar dentro del arte; pero la chabacanería estadística de los estadounidenses optó por llamar con el mismo nombre a su producto mediocre. El Rock de los años 60 coincidió con el significado que tuvo la década en la que se definió que la juventud podría ser aporte valedero a la construcción del mundo. El No-Rock de la década de los 80s ahora con versión escrita en una jerga que dicen es "Español", no tiene otra filosofía que la de vender; se uniforma de retrasados mentales a las personas que están en edades de mayores riesgos, que ingresan inseguras a su participación social, y, a costa de su momento, se negocia a sabiendas de ser el adolescente el más abierto comprador que existe, porque es fácil explotarle sus instintos. No le dan tiempo para decidir qué es lo que van a comprar, lo bloquean, lo moldean en todo aquello quo denominan "gusto moderno", le obstruyen su proceso de maduración, lo hacen títere de todo un bombardeo de intereses creados,
maliciosamente ocultos, mientras que al tiempo lo toman como a un maniquí que luce indumentarias que no tienen otra cosa diferente a ser costosas. El "Rock" en "Español" es el distintivo de los más recientes "plásticos" que se alimentan de todo este bodrio, cantándolo con una seriedad que da bisa y rabia, que lo combinan con los demás vomitivos con que son manipulados mediante el degradado uso de los medios de comunicación, vomitivos que no son otra cosa que el mismo "rock" en "español" pero cantado en "seudoinglés". En toda esta Sodoma del mal gusto vemos qué conforma el nivel cultural del ingenuo, del "plástico", de todo aquel que parece haber nacido "de malas para pensar..." Lamentablemente, y porque antes tuvo categoría, otro foco de contaminación se erige en Inglaterra. Todo ha degenerado en la aparición de pandillas de ruido "punk" y de ruido "Heavy Metal". Es el ocaso del Rock vanguardista que incluso notas "pesadas" tuvo en su confección, pero que de veras eran NOTAS. Se han creído los pandilleros que con reaccionar desaliñadamente contra la monarquía puedan de pronto adquirir como por ósmosis la genialidad de The Beatles, la cual estuvo básicamente en sus partituras. En principio, reaccionar contra una monarquía fastuosa y fútil, que aún persiste en el siglo actual dentro de un pueblo rico en historia como lo es el Británico, puede tener justificación; pero por la extrema impreparación de los nuevos rebeldes sin causa quienes están lejos de todo enfoque intelectual se ha dado allí una forma vulgar de vida y se ha podido elaborar un vomitivo que, ahora fusionado con el popular de los Estados Unidos, es acogido en nuestro medio en contraposición al género musical, de matiz inteligente que sus inmediatos antecesores del disco popular practicaron como virtuosos durante gas décadas de los 60's y 70's haciendo historia en una era hoy desaparecida. Ahora los grupos Británicos se han venido a pique; es curioso que un trabajo hecho en Inglaterra se pierda con la participación de gentes de ese misma país. Los mediocres trimestrales de una y otra nación que han invadido ahora la radio, el cine y la televisión no son resultado de evolución alguna; están haciendo lo contrario: una desastrosa involución a lo salvaje. Para la sicología del videovicio hay enfermos en todo el mundo. Si se observa nuestra ciudad aquí también los hay. A toda esta insana producción se suman los ridículos, inconcebibles y alienantes avisos comerciales de las emisoras Veracruz, Radio Activa y Todelar Estéreo (llamarles mejor, "Plasticruz", "Radio Narcoadolescencia" o "Pubertad Estéreo" o a cualquiera de ellas "Radio Sicariato"). En todas partes la amalgama hecha, el sin control gettho publicitario que se centra en el video y se combina con el audio, ha dado como resultado una inversión en los roles sexuales de la juventud. Además, por las mismas razones, es esta la década en la que ha surgido un nuevo espécimen que nunca antes se conoció; lo más aproximado a él existió en aquellos individuos a quienes se les llamaba "aliñados", caracterizados por sus múltiples facetas que van desde el prepotente trivial hasta el "filipichín". El nuevo engendro que surge, porque a muchos se les es entregada la vida en la palma de la mano, para que busque conseguir todo sin esfuerzo alguno, es el "PLASTICO" que parasita especialmente en la clase que antes correspondió a los privilegiadamente cultos. Ahora las cosas son al revés: la cultura la están portando loablemente aquellas personas que no tuvieron privilegios, mientras que los "plásticos", los"rockeritos", en su eternal infancia, están influenciando directamente en es deterioro social de estos
últimos años. Donde haya "rockeritos" es fácil encontrar al hampa. Citamos aquí unas características que son su contramarca en medio de la gray indignación que nos produce su estado y en medio de la frustración que produce el hecho de saber que entre nosotros esta bazofia es exasperantemente común, bazofia que muchas veces se dorna sin remedio en delincuencia. Se distinguen así: Son aquellas mujeres que están adoptando un vocabulario de bajo vulgo, unas actitudes masculinizadas y una forma de vida sucia y sin elegancia, procaz e indeseable. Estas ex-mujeres que alaban a los amigos que se visten como ellas, que las desvisten a ellas tras drogarse con ellas, pues ni saben que es el irrespeto a sí mismas, que hacen fuertes ejercicios con peras para darle volumen a sus bíceps mientras, al tiempo, se hacen cortes de pulo estilo mujerzuela, a la usanza grotesca, porque dicen "así es Madonna o cualquier ramera de turno". Uno se creería que les encanta no valer nada y ser violadas. Las pobres enfermas están masivamente aniquilando el encanto femenino al canjear la gracia y la belleza natural por una imitación musculosa, testoteronizada y licenciosa. En cuanto al hombre, el nuevo tarado, hay mucho que lamentar. Estos jóvenes llevan "slacks", blusitas, camisas estilo embarazo -como largas baticas- tenis rosados -en general muy caros y sin usar medias- zapaticos rojos, adornitos, posturas y peinados amanerados que tiñen, más un insoportable acento de "camaján". Son esclavos de todo un vestuario femenino,caro y de mal gusto, están pendientes de cuanta marca de fábrica aparece para ese vestuario, guerrean y humillan con esas marcas, se deprimen incluso por causa de ellas y confirman de este modo la teoría que habla de la implantación de un mundo asexuado dentro de la promiscuidad y lb criminalidad. Van perdiendo sus valores en aras de la moda... sumergidos bajo las órdenes de sus asquerosas emisoras de F.M. o sea su único ámbito de "reflexión" que los imposibilita a que en ellos brote, al menos, un leve indicio de cultura, de calidad, pues día a día alimentan en forma progresiva todo su analfabetismo musical. Tanto a hombres como a mujeres se les ha suministrado para ser más "Plásticos" todos, y más zorras, ellas, el nunca antes visto atractivo de vagar a donde quieran durante casi todo el día, delinquiendo en sus motos o en el "carro de papi", (el idiota de "papi" del que se burlan, el idiota que ex realidad no sabe cómo son sus nenes "los hijos de papi", el idiota que nunca se entera de sus calumnias y andanzas) haciéndose así, en cada una de sus peligrosas salidas por las calles, herméticos progresivos a la posibilidad de intrigarse por los verdaderos valores de la vida. Son pestilencias motorizadas que nunca se levantan antes gel mediodía por su incapacidad mental; sólo lo hacen para hacer lo único que saben hacer bien: mostrarse por la calle con gestos petulantes y actitudes niñoides. Todo éste es, pues, el cuadro enmarcado en la "Era del Video" al que para hacer "slogans" lo nombran como "Modernismo" pero que no es otra cosa que el principio de la degradación de la especie. En lo que concierne a toda esta inundación de populacherismo y ocultas intenciones, resulta denigrante para el futuro conocer que hoy más del 85% de los estudiantes universitarios son adictos al torpe exhibicionismo que sin receso les rige su vida desde una pantalla de televisión y más agudamente cuando de por medio hay una videograbadora; son adictos a las emisorillas de “listas escalafonadas” y de mensajes torvos sobre moda y boutiques. Esta inundación aceptada les contradice y después les aniquila todo el potencial, todo lo que en ellos pudiera haber de cultura.
Estos estudiantes defienden su miseria ignota, sin vergüenza, con aferrada pasión; defienden a sus estaciones de radio que los irrespeta, que les aliena su libertad y los ciega en la intrascendencia mediante el execrable eufemismo de un "estilo informal y descomplicado" (tradúzcase por "rastrero y desaliñado"), el cual, burlados, se creen e idolatran y que no es más que la burda chabacanería de sus maestros, mal llamados "locutores", sus "disc-jockeys" que mezclan un risible y degenerado inglés con un vergonzoso español pues tienen licencia para matarlo, develando así sus nulos antecedentes y baja extracción educativos, fanfarrones que presentan antiestéticos montajes del pópulo estadounidense como "El Show do Casey Kasem" y un sin número de "showmep" a quienes imitan, gringos que son los padres putativos de ellos sus traductores hijos que con voces poco viriles usan una tonalidad que no cuadra ni para la peor de las piñatas. Las "locutoras" (muchas de ellas alardean de su vida licenciosa) hacen también lo suyo: imitarlos. El río de bateristas aprendices lleva en su cauce durante las 24 horas del día un computador asesino, hacedor de ruiditos de videojuego y traqueteo que recuerda a las ametralladoras: es un computador mal usado que bloqueó el desarrollo de otro culto, el sintetizador den pentagrama, extrapolar diferencio que ilustrara con detalle una emisora cultural de Medellín en un espacio en que se añoraba el Rock de Rick Wakeman, el trabajo técnico pero musical de Walter Carlos y muchos otros que con genialidad deleitaron, trabajaron, pensaron en grande y no en una degenerada "lista de éxitos desechables". VI.UN MERCADO CON OLOR A SANGRE. El último ingrediente que se expone aquí tiene aroma de inocente revista y lleva por título "Armas de fuego". "Armas de fuego" es una publicación tipo catálogo que puede asociarse a los videos musicales y a las películas taquilleras estadounidenses, pues a ametralladora suena la "sapiencia" de estos sobrinos del Tío Sam. Los Estados Unidos son el único imperio en la historia de la humanidad que nunca trascendió a la cultura; hay avances tecnológicos, pero se han convertido en formas de dominio, siempre girando en torno a la muerte, en donde el hombre poco vale en realidad. Lo que se valora allí es la guerra y eso les da jugosas ganancias. De tales avances, el sector aquí criticado de la sociedad gringa se jacta constantemente, como si todos los millones de drogadictos hubieran trabajo en la NASA con el alemán von Braun y hubieran sido ellos los que pisaron la luna y no los astronautas del proyecto. Posiblemente alguna locura colectiva por sobredosis los lleve en masa a conocer las estrellas próximamente... También están en los Estados Unidos aquellos que invaden a otras naciones y éstas se vuelven comunistas; reside en los Estados Unidos unos personajes antro que con su desestabilizadora política internacional asfixian a la postre al mundo mediante su "bagaje" incontenible de basura que exporta para que sus niños en adopción disfruten de ella a cambio, quizá, de inútil y malintencionada simpatía, mientras se burlan del futuro. Jamás quisieron entender que un pueblo florece con el paso de los siglos e inventan un seudoarte cada tres años -o menos- mediante un estrafalario suceso estilo borrachera, siendo el hazmerreír del mundo intelectual, mostrando en todas partes su estandarte "Time is Money", contando aquel dinero que enaniza al mundo.
La revista "Armas de Fuego", explicando qué es, está inspirada en el último quehacer comercial y cotidiano de las productoras de cine y video, las cuales disfrazan de "símbolo viril" a la pistola; también lo hacen con los automóviles, las motocicletas, los cohetes teledirigidos, etc. Tomar un arma así es un contraste ofensivo con la hombría y con lar realidad pues es ella el recurso del cobarde, la invención de un acobardado. La revista circula en Colombia de aquí para allá, en los colegios especialmente. Entre sus contempladores y coleccionistas brota una morbosa satisfacción y un malsano interés que los hace soñar con estar armados para así vivir la fantasía de que parecen más hombres, siéndolo menos, cosa que sólo la televisión o el cine les inculcó desde la infancia. Con esta revista de la hemeroteca de la Maffia se comprende más acerca del ardid de los narcotraficantes contra la susceptible juventud. Se está viviendo ahora la era de la maffia y su influencia cae sobre los pueblos en forma de seudocultura. Existe, pues, un circo de miseria con la participación de los ambiciosos que jamás le abrieron campo al cultivo der espíritu, siendo su actividad, aparte de asesinar, ir haciendo proselitismo a través de cuanto medio de comunicación haya, pues para ellos la juventud es el semillero ideal de títeres y está por ellos cautiva. Y el cine completa el cuadro. Invade las mentes de los sicarios que encuentran en la violencia la posibilidad de ser protagonistas en una sociedad en la que, por su miseria, se ven sin acceso. Estos sujetos antihumanos son el resultado de un gravísimo descuido social y cultural en todas las esferas de la vida nacional. Las opciones estudio y trabajo no les sirven para encontrar status. En nuestro Medellín morían asesinadas en 1986 personas entre los 35 y 41 años de edad; dos años después, las cifras apuntadas hacia la muerte la conformaban los años 25 a 35 y en 1988 pasó a ser de 20 a 30; en lo que ha corrido de esta década el mayor número de gente que mueve asesinada tiene edades que oscilan apenas entre los 14 y 20 años; es decir, el problema ha tocado fondo. Son prácticamente 3000 los sujetos que conforman las 120 bandas de sicarios que brotan de los sitios donde no hay zonas de recreación. Los sicarios tienen de los gobiernos la peor imagen que pueden ver: la del policía corrupto, el "delincuente uniformado", el "sicario verde" que en ocasiones es su cómplice que les provee de armas y en ocasiones es su traidor que los tortura así como ellos, los sicarios, torturan a los demás habitantes de la ciudad, con macabro gusto. El sicario se mueve bajo la aplastante manipulación de la moda, lar marcas, el consumismo; con ello se siente poderoso. Nuestro Medellín no ha podido ser una ciudad porque es una colcha de retazos pueblerinos sin costura que los una; esto porque sus dirigentes han sido incapaces de construirla como sitio de encuentro y comunicación, porque han sido ineptos par fortalecer una cultura de convivencia y crecimiento para el progreso, porque viven aferrados solamente a en supuesto pasado de gloria que haba de una pujanza que no son ellos capaces de tener. Todo cuanto se intenta hacer en Medellín, segrega en lugar de integrar y todo debido al afán de lucro. Medellín no es una ciudad: son cuatro pueblos encarnizados en la desconfianza: el pueblo que comienza desde la calle
Barranquilla hacia el norte, el otro hacia el sur, el otro que vive es las laderas y el último, el que vive en el valle. La cultura que otrora combinó la camándula con el machete hoy está efectuando la simbiosis entre el escapulario y la ametralladora. El sicario actúa por reflejo de ciertas personas que en la sociedad pregonan que bebe hacerse lo que sea con tal de conseguir dinero. Todo niño que sea concedido, nazca y crezca en un ambiente mafioso, sangriento, vivirá perdido en la superficialidad, en lo aparente y será verdaderamente imposible rehabilitarlo. ¿Quién, que recibiendo en una semana desde doscientos mil a un millón de pesos, y hasta más, por darle impulso a su cobardía, pensaría en que vale más per obrero? Bien es sabido que un hombre se distingue de un animal porque prosee unos valores que lo proveen de innumerables manifestaciones. Tales manifestaciones le impiden que caiga en la animalidad y la barbarie; son manifestaciones se han atenuado, hasta desaparecer, en muchos grupos humanos. Y así como Medellín vive su tragedia, muchas sociedades americanas sufren dolorosas situaciones. Analizar lo simplemente expuesto aquí, en este escrito, conllevaría a pensar en una reeducación social y en uf exterminio de cuánto fetiche pulula; pero equivale además a descubrir que tal labor es intensa y extenuante, que no debe irse en palabrería ni en lágrimas de cocodrilo de quienes corresponde enfrentar lo existente, ya que mientras no se intente siquiera un debilitamiento del mal, toda solución planteada tendrá cierto sabor a utopía y no será más que un simple comercial "institucional". VII.COMENTARIO FINAL. No se quiso hacer en este escrito presunción alguna de cultura. Posiblemente no es patrimonio de quien lo ha elaborado, pero se busca. Son, ella y la salud, máximos bienes del hombre, un pasajero en su propia vida. Por ello, en lugar de la jactancia, lo que se ha pretendido aquí es plantear tan inmortalizante valor como una salida fundamental para afianzar a aquellos que en este momento pueden perderse y para brindar su búsqueda a todas las personas por cuya suerte se teme, pues merecen atención justa en donde ya no cabe más desidia, considerando el que viven entre pésimas influencias. Aún cuando no se ocultaron aquí términos violentos y exposiciones dramáticas, aun cuando se exageró el tono en varios párrafos, sólo es cierto que así se enunciaron porque la realidad se muestra en ese mismo tono. Sin embargo, resultaría incorrecto asegurar que estamos todos en un callejón sin salida. Muchas personas que parecían sepultar en su juventud muchos de sus valores para convertirse durante una temporada en anárquicos y caóticos, consiguieron retomarlos mediante una fuerte maduración, para un gran número dolorosa, cuando el hastío de lo que hacían los llevó a descubrir por sí mismos que atravesaron una época en su vida en que no fueron ellos mismos, sino el abono en que se estaba asentando la ignorancia. Lo que aterra ahora, que es el eje medular de estas páginas, es el conocer sin vacilación que todos los elementos aquí estados pertenecen a la misma topografía de una nueva forma de violencia. Atrás hablar de violencia significó hablar del resultado
de la miseria, de la injusticia social, de las ideas deszocadas y egoístas. Hoy vemos que a ella se le está sustentando en la insania bel mundo de las drogas con todos sus aderezos que comercialmente presentan un marco cuyo tono subido avanzará tiñéndose mientras no se encare, desde lo menor hasta lo peor, el punto central de la problemática: La incomunicación sin pesticida que la aniquile, sin antídoto que nos cure. Escrito en Diciembre de 1.985. (Publicado en Eafit a principios de Diciembre de 1.990) N.del A. Por razones obvias, en aquel entonces lo anterior no se suscribió.