SAYENCO 2 EDICION DEFINITIVA

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TEMUCO, ABRIL 2010


Amanecer Hincho mi corazón para que entre Como cascada ardiente el universo El nuevo día llega y su llegada Me deja sin aliento Canto como la gruta que es colmada, canto mi día nuevo. Por la gracia perdida y recobrada humilde soy sin dar y recibiendo hasta que la Gorgona de la noche va, derrotada, huyendo. Gabriela Mistral

Liwen Apolken ta ñi piwke, ta ñi konaam We trayenko wenu mapu mew We antü akuy, Akuymi Nüyu kelan Ül kantuken Apol lolo reke We antü ülkatun Ñamley ta ñi mogen ka wef kuy Potregen elukelan ka elukegen Akuy pun Gorgona mew, Ñumtuy ka amukuntuy. Traducción de Cristian Kalfuman

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“Amargo como un sorbo de mares� Gabriela Mistral

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A nuestra Gabriela Mistral

Fuiste el viento que sacudió el rosal para cubrir con pétalos la calle de los niños. ¿Cuántos sueños dormidos quedaron en tus sienes? ¿Cuántas caricias olvidadas en tus manos?, mas la palabra persiste en tus labios dormidos y en tu rostro casi exento de belleza se trasluce el encanto de los lirios ¡Si no fuiste madre! ¿Cómo pudiste derramar tantas caricias? ¿O es que en tu alma llevas dormido algún pequeño, que llenó de caricias tus mejillas? Porque al leer tus poemas se refleja a la madre derramando su cariño. ¿O es que guardas el secreto de otro amor desconocido?, ¿de un amor pequeñito y verdadero que encubrió el tiempo y el olvido? ¿Dónde está el velloncito de tu carne? ¿Dónde está aquel que inspiró tu cariño? Mi querida maestra… ¡Yo te admiro por todo ese amor desconocido! Y si fuiste verdaderamente madre… ¡Grítalo a mi oído! Porque sabré callarlo, si sé que llega alguna vez a nuestra alma tu olvido. Vicky Sáez Ganadora del concurso Gabriela Mistral 2009

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ilumina

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BAÑOS

La primera vez se vieron en un país extranjero. El calor del desierto se metió en la medina de la ciudad y ya no supo salir del laberinto de una bandeja de cobre batido. A ella le apeteció entrar en las aguas de aquellos ojos. Nadó agitando los brazos con un movimiento circular, y al volver a la superficie llevaba adheridas algunas gotas azules de las pupilas del hombre que acababa de conocer. A partir de ese día se encontraron con asiduidad. Al caer la tarde, ella lo esperaba en una esquina del callejón de los curtidores. Él aparecía aún con el gesto encorvado que mantenía al dibujar sólo las cosas posadas en el suelo: sombras de cedros, cubas de cal, cortezas, arenisca. Pasaron meses recorriendo en silencio mercados de tapices de nudos. Regresaron por separado a sus tierras. La mujer puso sus pocas pertenencias en un automóvil y rodó por ciudades de idioma desconocido. Coincidía con él en algún punto del viaje. Luego abandonó las carreteras para refugiarse en un barco. Nuevas ausencias con ocasionales escalas en las que el hombre repetía sus visitas de costumbre. A veces la mujer permanecía desnuda en la fosa del velero y, pasado el tiempo, observó que los rastros de los iris del amigo en su piel habían perdido fuerza. Vino la vejez montada sobre un banco de peces. Fue también el momento en que supo que la enfermedad destruía el cuerpo y el coraje del dibujante, y acudió a despedirse. Se miraron intensamente. Ella volvió a sumergirse, como en un primer encuentro renovado, en los ojos del hombre. Estiraba y flexionaba simultáneamente las piernas en el agua. Cuando él se calló, la mujer nadaba de espaldas, sus brazos se movían alternativamente como un molino en los ojos del agonizante. Todo para absorber el azul regresado. FRANCISCO JAVIER IRAZOKI

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EL ARTE DE NOMBRAR La ausencia del calor se llama frío; la ausencia del amor no tiene nombre.

SOLEDAD DE LAS COSTAS (abarrotadas de bañistas al sol) Hoy te quiero tanto como te quisiera si fueras tú el único bikini de esta playa. LIGHT-YEARS AWAY Perseguían mis ojos la luz de tu amor y tu amor no era más que una estrella apagada; y su luz sólo el último rayo dirigido hacia mí desde el confín del tiempo, a años luz de distancia. Miguelángel Zorrilla Larrea.

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Miguelรกngel Zorrilla Larrea.

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SER CHILENA O CHILENO IMPLICA: Haber nacido al final del mundo o al principio de él Danzar al compás de las olas o al vaivén de sismos imprevisibles Caminar de norte a sur o viceversa, con un ramo de copihues de los embelesados bosques sureños Sentir la sonrisa hermana del que resistió la dureza de sables Cruzarse abajo, con bandadas de patos silvestres que rompen el viento con sus graznidos Resistir junto al fogón la pérdida de bosques y pasado Tocar un trozo de hielo glacial que vaga impertérrito entre los desgranados archipiélagos queriendo llegar a su origen Sentir el sol abrazador del norte que curte piel y monte Cruzar la cordillera y dispersarse por el mapa con un trozo de esperanza en el capazo Saber que aquí o allá nos reconocen por el ímpetu de entrega que ponemos cuando hacemos o encontramos el camino ¡Ser chilena o chileno implica pactar con la vida al final de la tierra!

Lucy Sepúlveda Velásquez

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COLORANTE

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El caminante Camina, sobre la madera enferma y el espliego, sobre telares rotos y huesos que se muerden, camina, como animal sin lengua sobre la cicatriz del aire, trazos de mar lento, como el olvido, palpitando, tal vez entre los f贸sforos y el miedo. Hay un techo guardando la soledad del sur, el lugar donde tu coraz贸n gotea un ni帽o y una hogaza. Chile roto y largo, camina.

Sara Castelar Lorca

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Elegía Lloro en la soledad del árbol y el madero, bajo la luz que escribe la sal y la tiniebla, bajo la extensa noche que habita bajo el mar. Lloro la tierra fértil que expulsa sus raíces, el desgastado lomo donde el esfuerzo es vano y en su recuerdo lamen el barro y la miseria. Lloro el ladrido errante de los perros nocturnos, el óxido del zinc que arrastra la memoria, la puerta y la pared que trazan lo terrible. Lloro el pulmón que olvida y el cuerpo que interrumpe, la orilla que atraviesa el mar junto a sus muertos para encender la muerte y atravesar mi canto. Lloro la habitación que el sueño no pronuncia, el párpado y la carne donde amanece el miedo, las ramas que limitan el aire con lo oscuro. Lloro el amor del hombre, del hijo y de la madre, el escombro del mundo, la bicicleta hundida, y el llanto que la edad extingue en sus relojes. Lloro la tierra, el grito, el pronombre y el hambre, la réplica que sangra en los hijos de Chile, el llanto y la miseria de mi pueblo dolido.

Benjamín León

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AMOR NO TE VAYAS

Si no fuera el tenerte cada día enganchado a la sed de verte cerca y amarte con razón tan dulce y terca sabiendo que sin ello moriría.

Si no fuera la luz que sonreía por tu boca perenne como alberca con luceros abriéndonos la cerca para un sol que en tu seno no cabría.

Quedaría apagado el sentimiento, dolería mi amor sin tu presencia, lloraría tu marcha aquel momento.

Partiría llorando mi carencia, acabaría en ti todo el sustento y me iría hacia el mundo por tu ausencia.

Javier Arnaiz

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RAÍZ CUADRADA

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Oleaje están sonando entre los escombros entre las algas y arena provistas de vagos recuerdos anécdotas de barcos fluctuantes que yacen silenciosos y ahogados tan sólo la orquesta acompaña a suaves tambores descienden sus notas del cielo efímero pero hermoso estallan al roce tan tranquilo y sereno ensordece el tiempo al presente nada existe en este minuto ni los segundos se salvan del oleaje travieso que todo lo lleva regreso a su origen hacia ese horizonte sin marcos donde se pierden conceptos se olvidan recuerdos cómo llevarse aquel silencio ruidoso sólo quedaron las nubes diluidas en las despintadas olas que enceguecen al andante de turno sólo las nubes y el agua mezcladas y separadas

Paulina Contreras

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Miraré y veré las ramas desnudas. Llueve, el techo se baña, en el hogar se oyen relámpagos que se tragan la noche. Arbustos flameando, pájaros refugiados. Llueve, en el invierno, llueve, nubes caudalosas, desde el pasado, llueve.

TARDE OTOÑAL Rebosa la gota crepúscula en los caminos. Sopla el viento aún joven en la tarde otoñal.

Consuelo Martínez Astorga

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Gerardo Araneda, Taller Sayenco.

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DISCRIMINACIÓN

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AMANECER Los gallos amanecen y tú duermes. Nadie veló mi vigilia. Soy mi único testigo. Las sombras abandonan los tejados Y los mirlos van recogiendo Las primeras luces. Hoy quiero ver tus ojos abrirse. Amaneceré en tu almohada. Por tus cejas saldrá el sol. Silencio. Dulce espera. Amanece. Perfecto Herrera.

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EL POZO DEL OLVIDO

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EX ÁRBOLES Alguien rompió sus cálidas arterias Y cerró los cauces de su savia. ¿Hachas, fuego, homicidas? Porque tu muerte es también la nuestra. En la colina azul Abre sus poros la selva. Pero aquí Se alzan los brazos inertes, Tu estatura convertida en carbón Y avanza el follaje yerto, Cunde la tierra desnuda del austro, la madera rota, el desmonte… ¿hasta cuándo? Selva Saavedra, El claro oficio eterno de la vida, Ediciones UFRO

RENKE EM Yniy katxenmayu tañi eñum mollfvn Ka katxvy chef amulen renke ñi ko Toki, kvtxal, lagvmchefe? Tami lan, inchegey ka fey. Feychi kalfu winkul mew Nvlay ñi fiztxawa ta mawiza. Welu faw Witxam pvrrami ñi langechi lipag Tami txemvn kuyum kechiletuy Amuley ñi alvg tapvl, Yafvlugtuy txiltxan willi Mapu, Txafoley tayiñ mamvll Afi ta mawiza Rumel Feleay am? Traducción de Juan Ñanculef

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CONSUNCIÓN

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ALUD Que no se acuerden de ti quiere decir calle peligrosa. Ya no encuentras otro motivo que el de bendecir con lágrimas la historia de los tiempos. Te han buscado por las páginas del cielo encapuchado, pero al parecer llegan muy pero que muy tarde, tú ya habías robado al viejo Caronte su maldita barca, y Caruso reventaba con su voz doliente los más bellos crisoles de las horas, pero has de saber que lo último que veas sean palabras muy lejanas, que lo último que beses sean labios de veneno, que lo último que toques sea la aldaba de tu nombre donde ya no vive nadie, ni la sombra tan siquiera que siempre te aguardaba en el 7º beso, ni las buenas noches que que ya jamás serán miel de tus oídos; reinaré para ti y hasta que muera todas las islas de los suicidios.

De niño, paraíso tomado por las despedidas, lágrima capaz de no ser jamás llorada, peregrinaje hacia los carnavales de los ensueños...di con todos los tesoros, saqueé todos los palacios, me fugué de todas las prisiones, padecí otro abecedario, quemé todos los hogares, desaté todos los instintos, enterré todos los secretos. De niño...

de niño... de niño... llorar, quiero llorar solo. Rodeado de

fuego, tumbado en las nubes, dentro de los pozos. Llorar, llorar solo. Cubierto de nieve, llevado por el viento, salpicado de estrellas. Llorar, llorar solo. Sobre todas las raíces, llorar. Llorar al fin, hacia el vertiginoso abismo donde se encuentra un mundo. ¿A qué la llave si los guardianes empalados a las puertas? ¿Cuándo no el verdugo limpió el hacha con hartazgo sin quitarse la capucha? ¿De dónde la emigración de esas vocales portuarias que todo lo unen?

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¿Cómo el sonido de los timbales y su congregación bajo otra mano distinta a la tuya? ¿Quién sus propósitos dicta en las cimas de nuestro ser con tanta ira? ¿En qué momento de la orgía decidió el sabio la música propicia para el suicidio? ¿Cuál la condena de morder la blancura inusitada de unos muslos tanto o más dulces que la noche?

Hemos crecido juntos. Yo estuve a tu lado en las infatigables horas de fiebre, ¡oh alborada!, ¡ay arco sobre mis cuerdas!, y tú reverberabas sin ataduras. Hoy te hago llegar mi dolor en un amanecer de zapatos viejos. Cuanto anduve a lomos del elefante de fuego se me olvidó en el país de tus labios. En 1937 en una casa de reposo Isolda arrodillada reza a unas gafas de sol, y es que solamente regresa un trueno, tan sólo uno de los corderos marcados con tu inicial en mi purgatorio, y es que en el pecho viaja un polizón, un polizón embarcado hasta nuestras últimas horas desde antes que nacemos. Tu silencio me desvela como un telefonazo de madrugada en el caserón de los ancianos mudos, ¡está bien, grávido cielo! no hablaré más de ti, respetaré tu ausencia. Ahora sí que sé que soy una puerta que solamente puede cerrarse por dentro, que ya en el tiempo a sombra enamorada que fuimos, como único testigo, la muerte abrevia.

Sergio Oiarzabal

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Imposible poesía. Este alma de mar, tan llena de vacío, este toro de mar que muge y que salpica, este rayo de sol que en lo cimero reverbera, fluye, huye… y esta palabra muerta que no acaba… Este alma de ansia, de mares infinitos, este temblor de sol de sombras y delirios, este jugar a árbol que dobla y no se quiebra: ¿Dónde se habrá de ir, cuando la niebla frene el resplandor y se haga piedra? Porqué seguir esta búsqueda imposible. De nada sirve ya llorar si no contestas al urgente grito de mi ansia. Poesía, te repudio. Tú sabes cómo te he buscado hiriendo el subsuelo de mi alma. Ahora callaré, pues que te muestras anodina y errática. Qué doloroso placer era buscarte. Qué gozosa espina clavándose en el centro de la carne hasta arrancar la sangre, hasta verter la esencia misma de sentirte viva. Algo se ha muerto entre nosotros. Me voy, ya no hay camino. Cerrado está el cuaderno y quedarán sus páginas en blanco. Octavio Fernández Zotes.

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No escribo nada, pero me dan ganas. No escribo nada, pero me dan ganas. Tengo la mente como un diccionario, llena de palabras que tengo que mantener vivas. En el altillo viven un murciélago y una araña enorme. No me dan miedo. Están ahí. Subo poco, a prender o apagar la luz, a buscar un juguete, o a nada, a mirar a la araña. Tengo la fantasía de que el murciélago se quiere comer a la araña, pero como no se mueve, el murciélago no la encuentra, aunque la siente. Frente a mi ventana hay un árbol de manzanas, sí, con manzanas. A la tarde se llena de loros y loras. Es lo único que se oye a esa hora. Miro el manzano y por detrás asoma la montaña, que parece mirar, a su vez, hacia acá. Hay palomas. Pero son como gallinas. Duermen la siesta en el tejado. Cristina Cambareri.

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Viento del sur. Aún no ha salido el sol. Olor a pan. Se abre en la flor el contenido beso de la raíz. Un picaflor suspendido en el aire ¡y ya no está! También sus ojos recorrieron un día los mismos versos.

Nieto y abuelo, luna llena en sus ojos: la misma edad. Noche estival. En medio del silencio cae una fruta.

Juan Carlos Durilén.

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Mitad mentira Vuelvo a mentir con gracia. Estos días han sido luminosos como si el cielo raso no existiera y todas las moléculas del sol vinieran a instalarse aquí en tu ausencia. No extraño nada, una libertad fresca me circunda energizada. Pero a veces, cuando pienso en ti y fallece como piedra la esperanza vuelvo a mentir: me siento bien, tan sólo mis pestañas sostienen una vaga inclinación de tristeza y acallan el pequeño rumor de un llanto abandonado en esa almohada. Pasan los días y camino casi con alegría, casi sin rabia, lejos de ti, con mi sonrisa, como una bandera de mentiras necesarias. Carmen Hernández Burgos.

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El haz dorado Los momentos me vencen. Imaginación... libérate de ese viejo lastre arraigado. Sí... Veo tenue luz, lechos de seda roja y caricias bajo las sombras. Yo lo hago con amor, con amor. Amor con cuentagotas, amor por segundos, segundos eternos y yo perdida en el tiempo. El segundo Chakra fluye en espiral por mi columna hasta sentir un hormigueo en el vértice de la corona. Medito, transciendo y sucumbo en el cosmos, ¿puedes ver el haz dorado...? Innana Tammuz (1.996)

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OJO PORQUE TE VE

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Con ganas de retorcerle un dedo a la muerte

Con ganas de retorcerle un dedo a la muerte, de arrancarle con un pellizco nuevamente un grito a la vida, de no cuestionarme hoy, ya tarde, por qué dejé de hacer o de practicar aquello en que fui tan bueno. Ansioso por experimentar de nuevo, las mismas o nuevas emociones, volveré a ensayar delante del espejo aquel gesto casual y desenfadado antes de que se convierta en tremendamente patético. Daré cuerda para atrás a los relojes, -o mejor- les extirparé las manecillas, vencido el interés por esperar en su puerta para obtener del pasado una confesión de culpabilidad. Óscar Alberdi Sáenz.

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Tendré lluvias de otoño en verano ¿Dónde están las campanas de otoño que recogí cuando llovía? ¿Dónde están las verdades de una arena llena de huellas? ¿Dónde quedaron las cortinas de invierno Que con los pensamientos tejí? ¿Dónde encuentro las respuestas de los sueños centelleantes? Tengo lluvias de otoño en verano, Tengo un reloj lleno de cristales cocidos, Encontré los sueños en el pacto del firmamento. Pero… ¿dónde están las guitarras De las llamas con manos estiradas? ¿Dónde viven los corazones desconsolados? ¿Dónde están las palmas de los padres que se van con el mar? ¿Dónde están los recuerdos que danzan? Solemnes en la escritura de una tinta desgastada. Los sentimientos tocan violines ahora junto al cajón rojo. Los ojos creen más que el oído, Los afectos abrazan más que las manos. Pero… aún tengo dudas cautivas. ¿Dónde está la voz cautelosa, Pastoril, libertadora? Está en el trono de quien quiere vivir con emociones, De quien quiere aceptar su piel, De quien llena su vida de agua de río. Muy bien, Tendré entonces lluvias de otoño En verano toda la vida.

Consuelo Martínez Astorga

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Esencia de hermanos Lucía es una pequeña niña encontrada en un barco, ya hace una hora que su padre junto a su hermano habían salido de la habitación en la cual se encontraban , Lucía llora desesperada, sale de la habitación, ve a mucha gente corriendo sin dirección alguna, gritan desesperados. Lucía se acerca a una señora que se encuentra sentada, no corre ni grita; le pregunta qué es lo que sucede y ella desconcertada le dice, “el barco se incendia, hay que salir de aquí”, y corre sin destino, Lucía corre por su padre y su hermano grita por todos los pasillos pero no los encuentra por ningún lado. Luego llega a la parte de la cocina, y ve el cuerpo de su padre al lado de mucha gente muerta , se acerca al cuerpo de su padre que aún sigue vivo, y le dice , “Lucía busca a tu hermano él esta vivo” , la mano del padre que tenía puesta en la cara de Lucía , cae hasta el suelo, Lucía grita: “¡No…!” y llora al lado del cuerpo de su padre por unos segundos y piensa en lo que le dijo su padre y se va a buscar a su hermano, grita con todo su aliento, Joaquín , Joaquín, pero no lo encuentra , pasan unas horas y llega la ayuda al barco un policía toma en brazos a Lucia y Lucía le dice: “mi hermano”, pero el policía no toma en cuenta lo que dice, la suben a un barco en el que sólo iban niños, esa noche era helada, a Lucía le pasan una manta y se envuelve con ella , se quedó pensando en Joaquín y al final se durmió de puro cansada, a la mañana siguiente a Lucía la llevan a un orfanato y después de un mes la adopta una familia de un régimen muy estricto. A Joaquín también lo llevan a un orfanato pero a él lo adoptan después de unas semanas, Joaquín llega a una familia de muy buen dinero; cuando llega a su nueva casa ve su pieza, tiene una cama y muchos cuadros de pintores argentinos y españoles ya que a sus padres adoptivos les gustaba mucho el arte. Mientras que Lucía llegó a una casa muy grande y oscura; cuando subió a su habitación vio muchas fotos pegadas en la pared y Lucía preguntó a su nueva madre Ursula “¿Quiénes son?” El padre le contesta, “son tus antepasados”. Joaquín tenía todas las regalías que Lucía no podía tener. 44


Los padres adoptivos en lo único que acertaron fue en inscribirlos en el mismo Liceo, el Liceo Jorge Luis Borges. Lucía ya a esa fecha tenia 15 y Joaquín 16, pasaron muchos años y los dos habían cambiado mucho, pero ninguno de los dos se olvidaban que tenían un hermano perdido, los dos se destacaban por sus notas y talentos: Joaquín se destacaba por componer poemas y canciones y Lucía por cantar bailar y actuar. Lo malo era que en la familia que llegó Lucía no le dejaban actuar porque los padres creían que era algo muy vulgar, bailar, decían, era muy provocativo y cantar podía pero sólo canciones de la iglesia mientras que Joaquín podía hacer lo que quisiera. Joaquín con Lucía no se han visto ya que el liceo donde van es muy grande pero Susana su amiga en común un día jueves los presenta. Joaquín con Lucía se quedan mirando y Susana se va anhelando que sus amigo sean novios pero cuando Lucía con Joaquín se miran en sus ojos sólo se muestra una ternura muy bonita; ese día fueron a tomar un café a un restaurante que queda cerca del liceo y Lucía le pregunta a Joaquín, “¿y donde vives?”, y él le responde, “En una villa llamada Orquisia, ¿y tu?” y ella, “en Villa Martina”, y pasan toda la tarde conversando y después Joaquín la va a dejar a su casa y a los padres de Lucía no les gusta que ella tenga amigos hombres pero creo que Joaquín les gustó a los padres de Lucía pero ella les dejó bien en claro que él era sólo un amigo. Pasan dos años y Lucía con Joaquín son muy amigos, se tienen mucha confianza y mucho respeto entre ellos y Susana todavía sigue creyendo que entre ellos podría haber una relación ya que ella no cree en la amistad entre un hombre y una mujer. Pero Joaquín le dice, “pero entre una amistad entre hermanos sí”. Susana le dice “¿Qué?”, y lucía contesta: “¿Qué estas diciendo?” “Soy tu hermano, Lucía”. “No, no puede ser tú mi hermano siendo mi mejor amigo… ahora sos mi hermano te extrañé tanto…”, y él, “Yo igual” y Susana no queda entendiendo nada pero lo único que dice es que la esencia de hermano no se va nunca y los dos le preguntan “¿por qué dices eso?” Y Susana, finalmente: “Porque ustedes pasaron mas de 12 años y ahora se dan cuenta de que son hermanos”. Joaquín dice, “bueno como dices tú la esencia de hermano nunca se va, aunque pase una eternidad”.

Katherine Antipe Ruiz

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Gerardo Araneda, Taller Sayenco.

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Distancia Si no existieran fronteras, Te aseguro Estaríamos juntos, Y nuestro amor Sería tan grande como el mar Más limpio que el viento cordillerano Que golpea nuestros rostros Morenos al atardecer. Si la distancia que nos separa fuera menos extensa, nuestro amor sería libre, y podría volar como aquellas gaviotas que aún añoras de tu infancia por los bosques sagrados de mi alma. Si no estuviéramos Tan lejos el uno del otro, Nuestro añor sería una bendición Como la intensa lluvia Para la tierra sureña. Daniela Barrenechea Neculqueo

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RECETA POÉTICA La página Difícil de juglar propuso en su día una receta para hacer un poema que cocinamos en el taller: en el primer verso, vertemos un sustantivo; en el segundo, disponemos dos adjetivos separados por “o” o “pero”; en el tercero, añadimos un verbo y un adverbio; en el cuarto, una comparación que comience por “como”; para terminar, decoramos con un último verso que empiece “Si tan sólo…”. He aquí algunos de los platos resultantes. Los que van sin firmar son colectivos. Bon appetit. Paloma Sencilla pero libre Vuelas rápidamente Como el fénix al renacer de las cenizas Si tan sólo mi alma tuviese alas…

Guitarra Silenciosa o maravillosa Cantas suavemente Como un ave en la mañana. Si tan sólo pudiera tocarte. Nicol Calfunao

Karina Campos Gato Tierno pero salvaje Acaricias suave Como las hojas sobre el árbol

Copihue Rojizo pero sutil, Floreces apasionadamente Como si fuese primavera. ¡Si tan sólo pudiese acariciarte!

Si tan sólo pudiera verte… Consuelo del Río Flor Hermosa pero peligrosa Giras tranquilamente Como el sol que nos alumbra.

Muñeca Bella pero despiadada Sentirte y verte continuamente Como mi propio dolor. Si tan sólo dejaras de ser hermosa… Denise Fuentes

Si tan sólo tus lágrimas me vieran… Mailen Sepúlveda. Golondrina Bellísima pero chillona, Giras vertiginosamente Como un avión enloquecido.

Lápiz Mordido o cabizbajo Escribes interminablemente Como los ríos de aguas tronantes. Si tan sólo contaras en tu tinta mi sangre…

Si tan sólo en mi mano sosegaras tu vuelo…

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GOLONCHILLA

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NO CUENTES. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 vamos de nuevo 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 no logras contener las lágrimas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 de nuevo piensas en contar tu historia 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 no a todos les parece impactante 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 nadie te conoce bien 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 todos saben pero nadie quiere enfrentar la realidad 1, 2, 3, 4, 5, 6 las mismas preguntas cada día 1, 2, 3, 4, 5 no entiendes tus pensamientos y menos tus sentimientos 1, 2, 3, 4 queda poco para arrepentirte 1, 2, 3 no sabes qué hacer 1, 2 tu mente y tu corazón ya no dan más 1, 2 tú serás fuerte 1, 2, 3 tú sabes de dónde sacar fuerzas cuando ya no das más 1 te esperaré hasta que quieras venir a mí 0 comienza de nuevo Felicidad, tristeza, risas fingidas de esa manera nadie se da cuenta de tu dolor

Bárbara Mora

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DOS POEMAS DE AMOR DE DOS JÓVENES ESPERANZADAS

Mira, amor mío: Desata el nudo que nos cierra el paso a ser felices. Pero, amor mío, si lo desato ¿te podré volver a ver? ¿O acaso nuestro amor morirá si desato aquel nudo? No importa, amor mío. Nuestros sentimientos con caricias estarán. Dame un beso para que aquel nudo que desates con tu dulce boca sea el estruendo que deje surgir el amor. Nicol Calfunao, 2ºA

Amor mío: Seguiré soñando con ese día, Seguiré pidiéndole a Dios por un momento a tu lado, Por una caricia de tus manos, Por un beso de tus labios. Y si Dios no puede concederme ese deseo, Seguiré deseándote en el silencio de mi alma, Seguiré dibujando tu rostro en mi almohada, Y encontraré la forma en que algún día se unan tus ganas y las mías En un abrazo tan dulce, tan apretado, Que lo triste y lo temido habrán desaparecido para dar paso a la mayor felicidad de mi vida… Haberte conocido en cuerpo y alma. Mailen Sepúlveda, 7ºA.

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PARA NO OLVIDARLO Hoy he visitado la tumba de mi padre. En veinticinco años es la segunda vez que lo hago. La primera, fue un día del padre, dos años después de perderlo. Aquel día lo planeé. Miré los papeles que tenía guardados mi madre. Entré en el cementerio, pregunté dónde estaba el módulo de San Casiano. Izquierda, columna uno, fila dos. Cuando llegué ante su lápida ni siquiera me impresioné. Iba acompañada y no soy amiga de exhibir mis sentimientos. Hoy ni lo he pensado. Tenia cita con mi médico. Al salir, vi el cementerio a lo lejos. Mis pies me han llevado corriendo hasta los pies de su tumba. Hoy no he preguntado ni me he perdido. He ido derechita, como cuando de pequeña, mi padre me llamaba con su potente silbido. Allí donde yo estuviera, mis pies se ponían en marcha hacia él, hacia sus brazos de padre, hacia sus besos de padre, hacia mi seguridad absoluta. He limpiado su lápida con un pañuelo de papel. Con el mismo pañuelo he secado mis lágrimas. Tenía que hablar con él. Todos mis amigos me aconsejan, me dicen haz esto o aquello, es lo mejor. Pero yo necesito la opinión de mi padre. Yo no creo en Dios pero siempre he creído en mi padre. He hablado con él. Se lo he contado todo. Veía su sonrisa a través de la piedra. No me ha juzgado. Me decía “Sé feliz, hija”. Hija…él me llamaba así, no me decía niña, ni chiquilla, ni cariño. Me decía “hija…”. Si le pedía consejo me decía “¿Qué quieres que te diga, hija?” Para decirme "te quiero" me decía “hija de mis entretelas…” Al llegar a casa, he guardado el pañuelo en mi cajón. Polvo de su lápida y lágrimas de mis ojos. He escrito en un papel todo lo que nos hemos dicho hoy. Para no olvidarlo. Ana María Díaz Pérez

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YO

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NOTICIA DE CARMEN BOLEROS Nacida en 1964 en New York, Carmen Boleros creció entre autos de lujo y mayordomos. Siendo educada para ser una respetada dama de la alta sociedad, una que nunca llego a ser pues por mas profesores de todo tipo de áreas que se pusieron a su disposición su espíritu aventurero y salvaje no se pudo silenciar y mucho menos opacar. Aun cuando con el fin de complacer a sus padres entró a la carrera de medicina no pudieron evitar lo inevitable: ese nublado día de 1988 cuando Carmen Boleros encontró aquello que desde infante sintió perdido, se encontraba en la pileta de una plaza cualquiera, una simple botella con un poema dentro titulado "A quien me encuentre". Cada palabra, cada verso armónica e ingeniosamente escrito conmovieron en lo más profundo el corazón de Carmen para llevarla luego a las últimas letras que resonaron en su cabeza "Autor: El soñador". Fue en ese mismo momento en que su destino cambió, abandonando su carrera al día siguiente de tan mágico suceso e ingresando al mundo de los poemas, las tertulias y las interminables tardes frente al lápiz y papel llegando contra la voluntad de su entorno cada vez más alto, siendo reconocida por todo aquel que se detenía a leer sus poemas no sólo en libros sino mas frecuentemente en los bancos, las murallas o hasta la delicada hoja de entre las cientos de un árbol primaveral. Finalmente en 1992 como era característico de su personalidad se esfumó como el aire dejando un mensaje en la pata de la silla de su estudio "En busca del soñador".

Paulina Contreras

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VOLVER Es grato regresar. Siempre es grato volver a los lugares blancos que siente la orfandad del fermento que añora cada estación que pasa como ave migratoria. Es grato recorrer las calles y las plazas que la resaca inunda con intimismo fértil, rescatando secretos que ya no son exactos, temblando entre la espuma que se agita, que cambia, que se pliega, en una deserción que se va yendo y llega hasta la calma inmóvil de la contemplación. Es grato revivir ese misterio, esa transformación involuntaria que sucede en el alma mientras se vuelve sorda y temeraria, ese recuerdo atado a una antigua condena que fue lugar de encuentro, destello y paraíso de otro instante al que salvas de los instantes muertos. Se hace grato ese olor, ese sabor a olvido que la memoria evoca, ese sentir la dicha de la vida que en la desdicha pugna por ser cierta, ese gozar ingrato que acorrala y sorprende sin conmiseración. Y en esa gratitud regreso, vuelvo, recorro los rincones alumbrados 60


por una luz distinta, igual que un fuego nuevo que busca en las ciudades sus cenizas prensadas en los ángulos muertos de esquinas permanentes, revivo mutaciones de cada primavera y cada otoño, aspiro la intemperie de la rosa cortada como pálida ofren da que agónica se encoge entre las manos, saboreo las lágrimas que la hojarasca pone junto al frío del tiempo, aceptando su azar perecedero. Porque volver tiene algo de ese negar la sombra consumada, de ese espantar los gestos que anidan la costumbre para reconocer la irrealidad que a fuerza de ahuyentar nos acompaña en patios escondidos y ateridos, lejos ya de lugares que ya no son iguales a aquellos en que fue grato vivir. Julián Borao

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Nombrando No inventes otro lenguaje. Mi nombre es ayer, hoy, siempre, el mismo rodar de muertos por la garganta. *** Para nombrarte digo PIEDRA y se arremolina grava por el cauce abrupto de mi boca. Elisa Berna MartĂ­nez

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Chile, levántate, y aun cojeando, avanza, y aun dolorido, vence. Chile tenaz. Oh, llamarada vivaz: oh fuego en pie. Chile exultante. Chile invencible. Aliento indomeñable. Tierra de fuego, voluntad ardiente. Por más muerte que sople, tú más vivo. Por más piedras que caigan, tú más fuerte. Por más días de sombra, tú más día. Javier Aguirre

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EL INFIERNO SON LOS OTROS

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INUTILIDADES En un baúl de paisajes encontré un arrecife de bordadas soledades. Con su espuma me vestí, con sus crespos roquedos adorné mi cabeza, y me fui a buscar llanuras que diesen testimonio de mayores claridades. Los huecos llorosos de mundos primigenios acogieron las congojas de heridas lacerantes, y al acercarse el crepúsculo recibí el finiquito del declinar de las ideologías. Ya no lloro, ya no río, ya de plata y púrpura enmascara el espanto sus manos descarnadas. Quisiera ensordecer al mundo y solo hallo desgarro y desafío, miserias y fortunas encadenadas. ¿Por qué? – pregunto – y una voz pagana contesta: porque tus rosas encarnadas, tus casas de pájaros, tus quimeras, tus amores,.. son trasuntos, porque sólo eres un hombre que arroja, sordamente, rocas desde la montaña. En el agua de mi sueño solo han florecido espléndidas inutilidades. Perfecto Herrera.

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TELÚRICO (Temuco, 1920). Lucila Godoy Alcayaga, directora del liceo que se llamará en su honor Gabriela Mistral, iza su mirada severa para ver entrar en su despacho a un adolescente delgado como un suspiro que escribe poemas. Tímidamente, el cabro –tiene apenas dieciséis años- deposita una cuartilla autografiada sobre la mesa de la admirada maestra. De pronto, el escritorio se sacude, oscila, traquetea violentamente. Ambos se afirman en él, con los ojos muy abiertos, hasta que cede el temblor. Lucila mira el texto: “Esto que escribes tiene mucha fuerza, Neftalí”.

REUNIÓN DE EXTREMOS Sentada en un banco de la Plaza de Armas de Temuco Cecilia leía ensimismada. Cuanto más avanzaba en la narración, más se desligaba de su entorno. Giraba el mundo, el tráfico, paseantes y sombras, y ella permanecía inmóvil, inmersa en su aventura. De pronto, todo estaba detenido. Y en el silencio blanco, dos esculturas se desperezaron. El guerrero mapuche y el conquistador extremeño se le acercaron y, dejando a un lado lanza y cruz, se sentaron flanqueándola, fijando sus ojos atónitos en las páginas del libro. Cecilia les sonrió y siguió leyendo La Araucana.

Javier Aguirre

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Bases del Certamen Literario Gabriela Mistral 2010 1. Podrán participar estudiantes de 6º Básico a 4º Medio, tanto del Liceo Gabriela Mistral de Temuco, como de otros establecimientos, ya sean de Chile o del extranjero; en este caso las edades de los concursantes habrán de estar comprendidas entre los 10 y los 20 años. 2. El tema de los trabajos presentados deberá estar relacionado con la figura o la obra de la poetisa Gabriela Mistral, en cualquiera de sus facetas, como pensadora, educadora, poeta, siempre gran mujer. 3. Los trabajos no tienen límite de extensión. 4. El género de los trabajos presentados es libre. Se pueden presentar narraciones, poemas, ensayos, poemas visuales… se valorará la originalidad. 5. El plazo final para la presentación de los trabajos será el 31 de mayo de 2010 al mediodía. 6. Un jurado deliberará y otorgará un Primer Premio y las menciones que considere oportunas, y se hará entrega de los mismos en una ceremonia que será convenientemente anunciada. 7. Los trabajos a concurso se podrán enviar presentar en el Laboratorio de Inglés del Liceo Gabriela Mistral o directamente en mano a los profesores del departamento de Lenguaje y Comunicación, con los datos personales en sobre aparte cerrado, en el que se lea el título de la obra y seudónimo, o por e-mail a sayencotaller@yahoo.es adjuntando los datos personales y el trabajo en archivos separados, señalando en el asunto “Concurso Gabriela Mistral”. 8. Las obras ganadoras serán incluídas en una publicación en honor de Gabriela Mistral.

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Ilustraciones y poemas visuales (páginas): Miguelángel Zorrilla (7,37,49,63,67) Andrea Sierpe (páginas 3,17,22,23,26,45,55,66); Felicidad Pérez Perea (9,18); Consuelo Martínez (19); Nancy Cifuentes Palma (16,25,46); Karina Campos (43); Gerardo Araneda (21, 47); Romina Fernández (53); Javier Aguirre (1,2,4,5,6,10,11, 15,24,30,31,32, 33,36,38, 39,40,41, 48,50,51,52,54,57, 59,60, 61,62,64,65). Alberto Giacometti, “El caminante”, escultura. (12); Julio Cabezas (68); imágenes tomadas de los blogs de los propios poetas: (40,56,68). Poemas y cuentos: Gabriela Mistral, “Amanecer” (2); Traducción al mapudundun: “Liwen” Cristian Kalfuman (2); Vicky Sáez, “A nuestra Gabriela Mistral” (4); Francisco Javier Irazoki, “Baños”, poema en prosa (6); Miguelángel Zorrilla Larrea, Poemas de Extasis de bolsillo (8) y “Terpsícore” (9); Lucy Sepúlveda, “Ser chilena o chileno” (10); Sara Castelar Lorca, “El caminante” (12): Benjamín León, “Elegía” (14); Javier Arnáiz, “No te vayas” (16); Paulina Contreras, “Oleaje” (18); Consuelo Martínez Astorga, “Miraré…” y “Tarde Otoñal” (20); Gerardo Araneda, “Cuando se enojan…” (21); Perfecto Herrera Ramos, “Amanecer” (23); Selva Saavedra, “Ex árboles” , con su traducción al mapudungun de Juan Ñanculef (25); Sergio Oiarzabal, “Alud” (27); Octavio Fernández Zotes, “Imposible poesía” (30); Cristina Cambareri “No escribo nada, pero me dan ganas”, (32); Juan Carlos Durilén, “Hojas de Haiku” (34); Carmen Hernández Burgos, “Mitad mentira” (36); Inanna Tammuz (Nadia Hindi), “El haz dorado” (38); Óscar Alberdi Sáenz, “Con ganas de retorcerle un dedo a la muerte” (40); Consuelo Martínez, “Tendré lluvias de otoño en verano” (42); Katherine Antipe, “Esencia de hermanos”, (44,45); Gerardo Araneda, “Entre los chilcos” (47); Daniela Barrenechea Neculqueo, “Distancia” (48); Taller Sayenco, “Receta poética” (50); Bárbara Mora, “No cuentes” (52); Nicole Calfuman y Mailen Sepúlveda, “Dos poemas de amor de dos jóvenes esperanzadas”, (54); Ana María Díaz Pérez, “Para no olvidarlo” (56); Paulina Shinyiro Contreras, “Noticia de Carmen Boleros” (58); Julián Borao, “Volver” (60,61); Elisa Berna Martínez, “Nombrando” (62); Javier Aguirre Ortiz, “Chile, levántate”(64), Perfecto Herrera,“Inutilidades” (66); Javier Aguirre, “Telúrico” y “Extremos” (68); Bases del Concurso Gabriela Mistral,(70).

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