DEBATE
DOSSIER SOBRE LA UNID AD DE IZQUIERDA Y EL MOVIMIEN TO POL ÍT ICO Y SOCIAL EN REPÚBLICA DOMINICANA
SEPTIEMBRE 2007
IZQUIERDA VIVA REFLEXIÓN
Y
ACCIÓN
PARA EL
CAMBIO POLÍTICO
“Pensamiento y Acción Fundidos en Armas Contra la Injusticia”*
Dentro de un panorama nacional caracterizado, entre otras cosas, por el aumento de las desigualdades y el deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías, así como un aumento de la podredumbre de los partidos del sistema -acompañado todo esto de una politica represiva de irrespeto del derecho a protestar y a disentir-, la izquierda dominicana se plantea el tema de la necesidad de la unidad entre sus fuerzas; dejando abierta la posibilidad de que en esa unidad converjan otras tendencias, que sin catalogarse abiertamente de izquierda, puedan converger en la conformación de un nuevo referente alternativo que aglutine a todos los sectores y fuerzas afectados por el modelo y las políticas vigentes. Ello sobre las bases de coincidir en torno a metas y objetivos programáticos de un proyecto de nación que priorice al ser humano y la integridad de la nación Dominicana. Estos esfuerzos unitarios de las izquierdas por unificarse no son nada nuevos, ni mucho menos lo son los argumentos que lo sustentan. Sin embargo subyacen en ellos la necesidad de un discurso autocritico en tornos a esfuerzos pasados. De igual manera, el discurso de casi todos sus sectores expresan argumentos y proclamas que dicen lo mismo en cuanto a la necesidad de la unidad y de lo imposible de que separados podemos lograr cambios a favor de nuestras metas. La izquierda toda, desde diferentes perspectivas y argumentaciones, tiene algo que contar en cuanto a procesos unitarios, participación electoral y alianzas coyunturales; sobre esfuerzos unitarios exclusivamente de las izquierdas se pueden mencionar el Frente de Izquierda Dominicana, la Unidad Revolucionaria Caamañista, la Unidad del Pueblo, el Frente Amplio, el Torrente Patriótico, entre otros. Otros esfuerzos de alianzas coyunturales mas heterogéneos los fueron- el Bloque de la Dignidad con Juan Bosch
(donde en las decisiones internas cada voto de las izquierdas –Línea Roja, Nuevo Rumbo, Bandera Proletaria,…contaba menos que la de los otros partidos de derecha); o el Acuerdo de Santiago (PRD, MPD, PQD...); o en las últimas décadas, el caso del PTD de González Espinosa que logró colarse en el sistema de partidos gracias a la unidad con el PRD, terminando derechizándose paulatinamente hasta convertirse en uno más de los partidos llamado bisagras. Es importante y necesario que cada cual analice y evalué critica y autocráticamente esos procesos. Solo el autoanali-
sis, la autocrítica y la evaluación honesta y sincera, claro que sin la intención de quedarnos en una mera disertación teórica, puede permitirnos avanzar a partir de los errores y aciertos. A pesar del discurso unitario común o parecido, a pesar de sentarnos por mutuo acuerdo a discutir sobre la unidad, “en el fondo de nuestros corazoncitos” cada quien se siente “La Vanguardia”, poseedores de “la verdad” ante la cual esperamos que los demás sucumban en algún momento. Cada cual se siente ser “El Partido”, y a la par que participamos en alianzas, hacemos esfuerzos paralelos de crear nuestro propio “frente” unitario y democrático, asegurándonos que estén bajo nuestras directrices y control. Tal vez sea un atrevimiento decir que es común ver dirigentes que se duplican entre varias organizaciones a la vez y que si aplicáramos el sistema aritmético de simplicación, más de una de nuestras organizaciones se convertirían en una. Pero la verdad que, “a esta altura del partido”, si a alguien pretendiéramos engañar como izquierda, sería a nosotros mismo. Pero no se trata tampoco de irrespetar la autonomía a la
IZQUIERDA VIVA --