VERSOS DE GABINO Germรกn Arens
COLECCIร N POETS
VERSOS DE GABINO Germรกn Arens
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©VERSOS DE GABINO - Germán Arens, 2016. JÁMPSTER EBOOKS http://jampster.cl Diseño: Constanza Fuenzalida Edición y Diagramación: Matías Fuentes Aguirre VERSOS DE GABINO de Germán Arens editado por Jámpster Ebooks está bajo una licencia de Creative Commons 4.0 Internacional Reconocimiento - No Comercial - Sin Obra Derivada.
VERSOS DE GABINO Germรกn Arens
Gabino Quiroga es ante todo mi amigo. Nos conocimos a los siete años. Éramos de Río Colorado. Desde hace veintidós años, Gabino vive en Bahía Blanca, ciudad costera ubicada al sur de la provincia de Buenos Aires. Germán Arens
Administrativo
Debido a mi trabajo administrativo desde hace veintidós años concurro al banco de la nación argentina de lunes a viernes. Consecuente a mi rutina he seguido con detenimiento el proceso de los días en hombres y mujeres subordinados a la suya en el banco de la nación. Siempre me mostré reticente al comentario fatuo de compañeros en espera de ser atendidos en las largas colas del banco de la nación. Sin embargo, conozco hasta el detalle más ínfimo entre los detalles que impregna el tiempo en los empleados del banco de la nación; así como ellos conocerán los de este hombre que de manera intachable concurre todos los días al banco de la nación.
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Escena
Hay un orden definido en las maĂąanas; una certidumbre donde se suceden caras, pasos, autos. Una escena es la siguiente. Llevo en mi respiraciĂłn la certeza de que nada es cierto.
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Hombre solo
Hombre solo y a su lado los hombres busca razón en su disposición a escribir y al intentar dirigirse abiertamente a sus desprecios prescinde de veintisiete apellidos pertenecientes a políticos, periodistas, poetas … enumerados con anterioridad al inicio de estos versos. Hombre solo y a su lado los hombres en la dirección general impositiva sostiene su birome con la “poesía completa” de Osvaldo Lamborghini y se pregunta si en la hora del medio cuando todos los caminos conducen al ombligo la impaciencia es común.
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Hombre solo deja de escribir ante el llamado de una cajera.
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Sirena
Voy hacia un hombre que alterna su atención entre mis cejas y un cartel: (¿querés ser chef?) cuando la sirena que no es quimera ave ni mujer suena suena suena y nadie repara en una ambulancia que se conduce con presura al lugar donde amenaza la muerte. Era tan inusual ese sonido en mi pueblo que todos corríamos. Quien quiera oír que preste oreja. ¿Quien quiera pescar que se moje el culo?
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Ciudad
Hace veintidós años que vivo en Bahía Blanca y la particularidad más notoria que me ha dado mi persona comparándome con aquel que fui en el pueblo, es que en esos ratos en que caminar es preciso ya no me detengo ante el encuentro de algún pájaro imposibilitado de volar. Dejé de ser niño al reparar en aquellos que no tienen quien responda. Por eso me solidarizo con el gato deseoso que aguarda la noche.
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Vecinos
Ayer… (no daré datos precisos en relación a Waimann, dejo situado el ayer en algún lugar de mi tiempo) vi a Waimann esperando a la muerte en su puerta de calle. Lo sé muerto desde hace cuatro meses, predestinación de su médico. Ayer… vi a Waimann esperando a la muerte y hoy Waimann está muerto. Ayer… además de a Waimann esperando a la muerte en su puerta de calle ví que Alberto satisfecho volvía del gimnasio.
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Y ayer, ademĂĄs de a Waimann en su puerta de calle esperando a la muerte, al momento en que Alberto satisfecho volvĂa del gimnasio pude ver a la mujer de Kandia y en sus manos, de la cooperativa obrera cinco bolsas. Todos ellos (mis vecinos) me han visto, aunque no tienen el deseo irrelevante de escribirme.
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Autorreferencia
Sé por amigos que la crítica ha desaprobado la carga autorreferencial de mis escritos. Es preciso contarle a esos amigos que todos los días a las 19 hrs. paso por el hospital español y recuerdo las palabras de mi padre al neonatólogo que tiró de mis brazos el 20 de octubre de 1967: —Si al chico le pasa algo, te mato.–
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Politizar
Es insustancial la palabra y en el intento de generar conciencia política, diría repulsiva. Es que basta un botón para muestra que desabrigue mi esperanza. Y es tan cierta mi observación, no así la esgrimida por el poeta que mediante acontecimientos muertos relata sucesos referidos a los méritos de un líder histórico entre cadencias, imágenes, medidas… insistiendo en que metáforas y adjetivos han dejado de utilizarse como recursos poéticos; que el sol sigue siendo sol y está amaneciendo.
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Los obvios
Pasos pisados tantos zapatos merodeando inapetente guardo esta primera palabra pasos para indagar de pe a pa en teorizaciones por veredas tan tan tan que piso suerte y para marche completa una doña me pide la sostenga y mis manos atufan de años. Me cuelgan versos rojos ante el semáforo y los ansiosos se parecen a quienes están por disparar sin intención de retrovisarse. En estas calles mcdonald’s los obvios están tan tan que hamburguesas somos.
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Adjetivo
Son pocas las personas recibidas en mi casa. Por una mala disposiciĂłn de mĂ pocas me generan algo bueno. Soy un ser social y acepto el adjetivo por esperar a quien no llega.
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La tarde
Se acaba la tarde y en el iris del sol las gaviotas en la ría. Está lejos lejos lejano el monte cada día más lejos, aunque parado a 30 metros sobre el mar distingo naranja la ruta la 3. En ascensor ascendí hasta mi casa. ¡Ay Germán, Germancito no aparecen las palabras! Y me volví al nadie de chico cuando flaquito y austero me dormía entre los perros. ¡Ite de una vez y por todas! me decía la cabeza.
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Pereza
En homenaje a la desidia que siento por todo perecen palabritas pergeñadas a desgano de ganas de vivir perdiendo perdido en esta periferia poética donde el sustantivo leche transgrede los hervores creativos de mis contemporáneos libreversistas. A mi la muerte me filosofa cortito y a las divinidades antepongo mi pelela. A la posteridad la postergo porque vendrá del huevo como quien vino. Qué malicia esta malicia de decir siendo tantos. Qué contrariedad la de pensar cuando no hay respuestas a la pregunta que nos asiste.
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Lloverá
Ociquéa perro mi rodilla por un hueso por un hueso y un ramalazo leve locura pasa mujer doradita doradita como churro de vidriera mientras el mismo de los días toma café y una poli de labios acerados se suena y no huele mira los autos. Lloverá. Como los astros las palabras se mueven en relación de dependencia, sobre todo en ámbitos de trabajo dependientes del gobierno. Palabras a la intrascendencia las mías, las de todos. ¿Lloverá? 23
Nosotros
Fuman cuatro nosotros en un encierro sin decírnoslo. Detrás de Rojitas ventanas rojas una rata de uvas blancas ratera columpia el ni se mueven habitual de yertos culos nuestros. Se hace poca la noche cuando hay que volver al ni se sabe después de salidos de donde para el martes vernos. Devolvámonos a la palabra que el silencio ya se hartó de ellas.
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Inquietud
Al pie de un edificio en calle Estomba aparento esperar un colectivo. Cuento los autos que pasan en cinco minutos exactos. No quisiera ser semáforo para decir que sí que no que sí que no. Aunque tener tres ojos... Las calles son estrechas como todos los caminos, los autos son 253. Mañana a la misma hora estaré en calle Mitre a la misma altura y con la misma inquietud.
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Tantas y tantas
Cientos y cientos de personas tantas y tantas. En la esquina un hombre y un libro hablan de un Ăşnico camino. Yo siento deseos de dudar todo el tiempo y busco entre iguales diferencias vanas.
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Articulaciones
En uno de los pasillos de la clínica de Osecac, obra social a la que fuera incorporado por mi mujer aguardan tres señoras en años y dos hombres uno soy dos hombres no tanto sostenidos /idas por cartílagos y huesos por huesos color hueso. ¿Me explico? Todos por sillones negros huesos y cartílagos cartílagos y huesos color hueso articulados entre si si si si. Conjunción que nos identifica ¿cómo hombres y mujeres? ¿cómo mujeres y hombres? Dos de las apariencias son mortecinas, es en los ojos donde no hay y nada es producto de la luz para parar por tiempo indeterminado.
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Correo argentino
Tramité una queja en el correo argentino. Dos días después recibí una respuesta en mi domicilio donde se decía: Sr: Gabino Quiroga Bahía Blanca Buenos Aires De nuestra mayor consideración nos dirigimos a usted en relación a su presentación de fecha 7/3/2009 registrada en este centro de atención. Por los inconvenientes que nos expresa su exposición, queremos comunicarle que en el correo consideramos positivo crear un fluido contacto con nuestros clientes realimentando permanentemente esta relación. Sin más, lamentando los inconvenientes a los que se haya visto sujeto 28
hacemos propicia la oportunidad para saludar a usted muy cordialmente.
Carla Valda Centro de atenciĂłn al cliente Correo Oficial de la RepĂşblica Argentina
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En el centro de todo
Diente de león de león obstinado, aguijón de la ortiga que trasciende mi carne. La pala caliente en mis manos mamíferas; hileras de surco que marco, que marco, que marco. Enterrados escombros de vida morida, dermis gramilla de un poquito de suelo. La tierra se mueve paralela a mis pies placenta de madre que envuelve tenaz. A la izquierda un colegio, por atrás un hotel, por el lado derecho Alberto y Señora o Señora y Alberto, adelante la puerta que nos abre a la casa, y en el centro de todo mi hija que grita mirando hacia arriba: ¡Te quiero mucho en la boca, Luna!
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Mi lugar
¿Qué certeras certezas harán al alarde de moradores venideros al lugar en que moro morondo y moroso al nombrarme? En uno de los cuartos que hacen a la casa di con las: “Bases para una Argentina Moderna” -José Martínez de Hoz “El mundo de las matemáticas” -James R. Newman “Mi médico” -Guía práctica de medicina e higiene “Curso de lingüística general” -Ferdinand de Saussure Después elaboré una imagen de ese alguien anterior a mí que no compartiré. 31
Dejo a quien sustituya mi lugar algo de mi carne (Cuando digo carne me refiero con exactitud a la yema de mi dedo Ăndice que perdiera mejorando la tierra devenida en huerto.) y la palabra que mĂĄs quiero y nunca escribo.
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GERMÁN ARENS (Bahía Blanca, 1967). Ha publicado Pueblada (Ediciones en Danza, 2008), Versos de Gabino (El Suri Porfiado, 2009), Los Ojos del Cordero (El Suri Porfiado, 2010), Antología 2007-2010 (Goles Rosas, 2010), En una nave comandada por Enrique unos pocos hombres abandonamos la Tierra (Vox — Ediciones Cinosargo, 2012 y 2013), Siempre creí que los zombis eran los protagonistas de un subgénero del cine de terror clase B (Vox – 2013), Sin más compañía que una linterna (Borde Perdido Editora, 2014) y Desiderio (Club Hem, 2015).