VILLARIJO
Sr. Arribas Diego Llorente Dominguez Paye Vargas Soria Colaboraciones 1
© Los autores. © Edición: A+ARTE. 2012 © No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema electrónico, ni su tratamiento en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopiadora, por grabación u otros métodos, sin el permiso y por escrito de los titulares del copyrigth. Maqueta: Paye Vargas Soria.
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Beats of Oblivion is an artistic project, aiming at creative use of abandoned places. It involves a collaboration of artists and thinkers, who contribute with their work, thoughts and ideas, and try to recover past and present realities. It implies all types of ephemeral interventions, whose ultimate premise is total and absolute respect for the spaces and environments where they are made. On-site creations made in one place, with that place and for that place.
Latidos del olvido es un proyecto artístico, encaminado a “reutilizar” lugares abandonados o deteriororados, a causa del paso del tiempo y el olvido. Cuenta con la colaboración de artistas y pensadores que aportan sus intervenciones y reflexiones intentando rescatar realidades del pasado y del presente. Se trata de intervenciones efimeras de todo tipo (fotografía, pintura mural, escultura, proyecciones…) cuya máxima premisa es el respeto total y absoluto de los espacios y entornos donde son realizadas. Creaciones in situ, realizadas en un lugar, con ese lugar y para ese lugar. 3
Ephemeral and brief art, trying to be part of the memory of the land, enriches it in a delicate and surprising way. It aspires to leave a trace in the collective and individual memory and modify the perception of the place. The artists occupy those spaces temporarily, with no intention of grabbing them in a permanent way. The works full of life forced to succumb to the course of time, wind, rain…and left to transform until the very end of their existence. Traces of the past integrated into the landscape are part of the source of inspiration. Land, which has been temporarily liberated from any meaning, with the past and the future defined, is right now free for a while. Land, which offers the possibility to have different points of view without temporal space barriers let us work on it… the destruction of a building opens the way, the vegetation has grown over but there is a shortcut in the middle…here is a fence I cannot cross, but – there is a hole… . Maybe just in those space/time holes we will be able to find out a place that suits us..? Abandoned places with a great attraction.There is something worrying about those images, which tell us about the collapsed facades of the society, the ephemeral environment of the civilization and the relentless will of environment.
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Abandoning is a sign of death of time; however, the beauty makes itself stronger at the same moment that the time takes control over our days. It is therefore loneliness that may find great hidden treasures, which drive us to the pure sadness, hidden in the heart of the punished places by the memories that one day made them great in far past… “Beats of Oblivion” desires to come around those places in order to extract the beauty they had once saved. This is an open-project without any other purpose than to create art on the oblivion reflecting the present. It aims to be in a constant development, opening new ways and connections to drive it and generate new ideas. It does not aim at looking for a conclusion or a specific target, but it attempts to establish links between ‘the individual’ and ‘the collective’. The goal shall not be conditioned to any specific target, but to an amount of intentions, which will themselves define the shape and structure. We will update regularly on our works and texts at www.latidosdelolvido.com.
Arte efímero y fugaz, que intenta inscribirse en la memoria de un territorio, enriqueciéndolo de manera sutil y sorprendente. Pretende dejar huella en la memoria colectiva e individual y modificar la percepción del espacio arquitectónico sobre todo en su aspecto sensible, sin dejar marcas perennes. La relación de los artistas con los espacios es ambivalente ya que se basa en la toma de posesión, por un tiempo reducido, de un espacio que no le pertenece. Obras llenas de vida que son sometidas al paso del tiempo, el viento, la lluvia… que deciden transformarlo y darles fin. Huellas del pasado integradas en el paisaje forman parte de las fuentes de inspiración. Territorios que temporalmente se han liberado de significados, tienen un pasado y un futuro formalizado, pero que ahora son libres. Territorios que dan la oportunidad de tener diferentes puntos de vista sin límites temporales o espaciales y sobre todo permiten actuar… La destrucción de un edificio abre paso, las plantas han crecido pero hay un atajo en el medio… Aquí hay una valla y no se puede pasar, pero allí hay un agujero… Quizás solamente en estos agujeros espaciotemporales seamos capaces de encontrar el espacio a nuestra medida. Lugares abandonados que tienen un gran atractivo. Hay algo inquietante en estas imágenes que nos habla sobre el derrumbe
de las fachadas de la sociedad, la naturaleza efímera de la civilización y la voluntad implacable de la naturaleza. El abandono es un síntoma de fallecimiento en el tiempo, pero también la belleza se curte a medida que el mismo toma las riendas de nuestros días. Por ello en la soledad también se pueden hallar grandes tesoros ocultos que nos conducen hacia la tristeza más pura, oculta en el corazón de lugares castigados a manos de los recuerdos que un día los hicieron grandes en un pasado lejano... Latidos del olvido quiere acercarse a esos lugares para extraer de los mismos toda la belleza que albergan. Es un proyecto abierto sin otro fin más allá que el de crear arte en el olvido reflexionando en el presente. Pretende ser un proyecto en constante evolución, abriendo nuevos caminos y conexiones para la circulación y generación de nuevas ideas. No busca una conclusión ni una finalidad concreta, sino establecer vínculos entre el interior y el exterior, entre lo individual y lo colectivo. El objetivo no está condicionado por la obtención de resultados concretos, sino que es más bien una suma de intenciones que definirá en sí misma la forma y estructura. Periódicamente iremos publicando en nuestro blog (www. latidosdelolvido. com) las diferentes intervenciones y textos realizados.
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Beats Oblivion attempts to salvage the stifled whisper of the abandoned villages in our land, Soria. That is why Villarijo was chosen as the first action area, a deserted place on “Tierras Altas”. At this stage, there have been four artistic interventions created with a total respect for the ruins. Driven by the desire to fill life into the shadows, like modern magicians we strive to recover the muffled sound of a persistent heartbeat, marks of our other lives: the ones of our parents and grandparents. José Hierro said: we never are wherever we finally die; we are where we die every day. Following this premise, the absence seems to be less empty than ever. The four projects that are part of this performance (“The Shadow of Time” by Javier Arribas Pérez, “Urban Laboratory”by Diego Llorente Dominguez, “hands-free time is dead and sand leaving, sand flying” by Enrique Romero Rubio and “The Beauty Decline” by Paye Vargas Soria) have populated Villarijo with shadows and objects out of context, sand sculptures and projected words. Later, everything shall be
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converted into a material for the future exhibitions. This meeting is motivated by the eternal question of time passage as well as the question of the final death, which the oblivion is; encouraged by the romantic and decadent taste of the ruins strangled by nature and the primary question concerning the origin and the roots. Archaeological work that drives us to a reflection on the price paid, without naive looks to the utopia but back to the essential. Eva Lavilla
Latidos del Olvido pretende rescatar el murmullo ahogado de los pueblos abandonados de nuestra tierra de Soria. Para ello se ha elegido como primer espacio de actuación Villarijo, un despoblado de las Tierras Altas. En este escenario se han realizado intervenciones artísticas con un absoluto respeto hacia las ruinas. Animados por el deseo de insuflar vida a las sombras, como magos modernos buscamos recuperar el sonido apagado de un latido persistente, las huellas de nuestras otras vidas: las de nuestros padres y abuelos. Decía José Hierro que jamás estamos donde morimos definitivamente sino donde morimos día a día. Desde esta premisa la ausencia es menos vacío que nunca. Los proyectos que integran esta actuación (La sombra del Tiempo de Javier Arribas Pérez, Laboratorio urbano de Diego Llorente Domínguez, El tiempo sin manos está muerto y La Belleza de la decadencia de Paye Vargas Soria) han poblado Villarijo de sombras y objetos descontextualizados y palabras proyectadas. Posteriormente todo ello se convertirá en material para futuras exposiciones.
Este encuentro está motivado por la pregunta eterna del paso del tiempo y de la muerte definitiva que es el olvido; alentado por el gusto romántico y decadente de las ruinas estranguladas por la naturaleza y por la pregunta primordial sobre origen y las raíces. Una labor arqueológica que nos conduce a la reflexión sobre el precio pagado, sin miradas ingenuas a utópicas arcadias pero de vuelta a lo esencial. Eva Lavilla
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A SOMBRA DEL TIEMPO
Sr. Arribas
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The shadows pass gently through the abandoned surfaces‌ Las sombras recorren delicadamente las superficies abandonadas...
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“The shadow of the time I” (Soria, September 2011) “La sombra del tiempo I” (Soria, Septiembre 2011)
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The endless waiting, abandoned memory, the torn roots and the slow, but clear decline of the matter. Many forgotten emotions and experiences. Why? Everything has an end, but this one..? In the oblivion wounded by the air, the announced death is slow and disturbing. With no chance of fighting, replies, battle, memory and with no chance of glory. The shadows pass gently through the abandoned surfaces, leaving no trace on the substance, images remain unnoticed and in a continual change. After I have faced the shadow as an image, which lies in a space, the development of this image is unavoidably constrained by physical limits; there comes a moment, in which work equipment is a burden and the work has to leave its impediment to the gravity, focus on its own evolution in the digital universe. On the oblivion walls, I will begin the works in a traditional way, with the natural materials, pigments picked up on the land without binding substance just water. In order to achieve ephemeral works, which will be digitalized and continued in a digital technique, without any kind of physical limitation and in an absolute freedom of creation. This digital image will be treated with a free software, which allows for freedom of work.
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La espera que nunca termina, el recuerdo abandonado, las raíces arrancadas, el deterioro lento pero rotundo de la materia. Tantas emociones y vivencias olvidadas ¿por qué? Todo tiene un final, pero ese final… en el olvido herido por el aire, es una muerte anunciada lenta y angustiosa. Sin opción de lucha, sin replica, sin batalla, sin recuerdo y sin gloria. Las sombras recorren delicadamente las superficies abandonadas, sin dejar huella sobre la materia, son imágenes que pasan inadvertidas en un continuo cambio. Al enfrentarme a la sombra como imagen que ocupa un lugar en el espacio, el desarrollo de la obra esta necesariamente condicionado a límites físicos; llega un punto en que el material de trabajo es un lastre y la obra tiene que desprenderse de la atadura a la propia gravedad, centrando su evolución en el universo digital. Sobre los muros y paredes olvidados comenzaré las obras con los medios tradicionales, con los materiales de la tierra, pigmentos recogidos del terreno sin aglutinante simplemente con agua. Con el fin de realizar obras efímeras que serán digitalizadas y continuadas desde la perspectiva digital, sin ningún tipo de límite físico, en completa libertad creativa. Esta imagen digital será tratada por medio de software libre que permite la libertad de trabajo. Finalmente las obras creadas serán positivadas en tela y trabajadas con los medios plásticos tradicionales.
“The shadow of the time II” (Soria, September 2011) “La sombra del tiempo II” (Soria, Octubre 2011)
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“The shadow of the time III” (Soria, October 2011) “La sombra del tiempo III” (Soria, Octubre 2011)
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“The shadow of the time IV” (Soria, November 2011) “La sombra del tiempo IV” (Soria, Noviembre 2011)
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“The shadow of the time V” (Soria, December 2011) “La sombra del tiempo V” (Soria, Diciembre 2011)
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…do not grieve, for the joy of the LORD is your strength.” Nehemías 8:10 …no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. Nehemías 8:10
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ABORATORIO URBANO
Diego Llorente Dominguez 21
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”Urban Laboratory I”. (Soria, october 2011)
What are you looking at? “Laboratorio urbano I”. (Soria, octubre de 2011)
¿Qué miras?
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Tradition, culture and customs of people are not trivial or equal for the whole humanity. Each context defines different problems and solutions.There are universal and timeless realities: the squares are meeting points, the buildings are residential houses or functional places, and finally streets as the connections between them. However, each of them meets a need and they altogether describe the identity of a culture. Different decisions indicate certain direction, behaviour and evolution. Sometimes these decisions are wrong and carry on fatal consequences. Occasionally, they are successful and represent an advance for the society. There are also random decisions, which do not lead to any point but just fall into the oblivion thus building our history to a greater or lesser extent. This work aims at reinventing the reality, inquiring about each of the decisions and evaluating them according to the needs of the society. It is about an experiment based on the tradition, like the logical humanity evolution, enlarging the progress without refusing human’s knowledge acquired throughout life and contributing as basing on the foundations of it. 24
It is about questioning everything. It is about suggestion of other ideas, other values to recycle or revive the successes of the past. It is about progress without destroying. It is about being part of what we are, about writing our own history. The intervention in Villarijo is an attempt to humanize the village and apply personal skills to the whole, manifesting the feelings we share, in order to learn from ourselves. New concepts created after the Villarijo extinction will be applied in order to add them to the existing context.Those objects and actual trends will be placed in harmony with tradition. Stages will be created to propose to the spectator a new vision making out of context, some sort of an imposed reality in order to encourage new ideas. These scenarios will be photographed and removed afterwards as to recover the original state. As an experiment, a proposal, a vision of what might have been, using the village identity before it has been contaminated.
La tradición, cultura y costumbres de un pueblo no son triviales ni iguales para toda la humanidad. Cada contexto define unos problemas y soluciones independientes. Existen también realidades universales y atemporales: las plazas son puntos de encuentro, las casas unidades habitables o funcionales y las calles, conexiones entre ellas. Pero cada una responde a una necesidad y el conjunto de ellas caracteriza la identidad de una cultura. Distintas decisiones marcan una dirección, un comportamiento y una evolución. En ocasiones estas decisiones son erróneas y arrastran consecuencias fatales. Otras veces son acertadas y suponen un avance de la sociedad. Existen también decisiones aleatorias que no llevan a ningún punto y simplemente quedan en el olvido. Pero en mayor o menor medida todas construyen la historia que vivimos. Este trabajo, pretende reinventar la realidad, cuestionar cada una de las decisiones tomadas y valorarlas en función a las necesidades de la sociedad. Se trata de un experimento basado en la tradición como la evolución lógica del hombre, cómo continuar progresando sin negar la sabiduría del hombre a lo largo
de su existencia y hacer una aportación en base a todo el camino recorrido. Se trata de cuestionar todo. Se trata de proponer otras ideas, otros valores que permitan reciclar o avivar los aciertos del pasado. Se trata de avanzar sin destruir. Se trata de sentirnos parte de lo que somos, de escribir nuestra propia historia. Esta intervención en Villarijo consistirá en humanizar el pueblo y aplicar los conocimientos personales al conjunto. En exteriorizar los sentimientos que compartimos, en aprender de nosotros mismos. Se aplicarán conceptos nuevos creados desde la extinción de Villarijo para sumarlos al contexto existente. Se colocarán objetos y tendencias de nuestros días en armonía con la tradición. Se crearan escenarios que propongan una nueva visión descontextualizando al espectador nuestra realidad impuesta para animar la creación de nuevas ideas. Estos escenarios serán fotografiados y desmontados tras las tomas recuperando el estado actual. Como un experimento, una propuesta, una visión de lo que podría haber sido, aprovechando la identidad que el pueblo tuvo sin haber sido contaminada desde entonces. 25
”Urban Laboratory II”. (Soria, october 2011)
A grid to begin thinking, arranging, using. In the same way, the ideas turn into another shape with the time, but always keep the essence… “Laboratorio urbano II”. (Soria, octubre de 2011)
Una trama en la que empezar a pensar, a ordenar, a utilizar. Igual que las ideas con el tiempo toma otra forma, pero siempre queda su esencia...
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”Urban Laboratory III”. (Soria, october 2011)
The exterior shape defines the interior structure of the work, the context, everything. “Laboratorio urbano III”. (Soria, octubre de 2011)
La forma exterior determina la estructura interna de la obra, del entorno, del todo.
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”Urban Laboratory IV”. (Soria, october 2011)
Beginning or ending. Take the way or wait for it. “Laboratorio urbano IV”. (Soria, octubre de 2011)
Principio o fin. Tomar el camino o esperar su llegada.
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A BELLEZA DE LA DECADENCIA
Paye Vargas Soria
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Hotels, factories, hospitals, theatres, train stations, mental hospitals, mansions, as well as even villages and cities accumulate dust and abandon agony. For many reasons, they are breaking down before our eyes arousing ambivalent feelings; mixing strange beauty exhibiting pure decadence along with sadness and uneasiness that continues to grow, faced with the inexorable end of everything. Passionate about special aura, the abandoned places recreated themselves turning into “ruins”; becoming something, they were just as potential. They are the future brought to fruition; the most tangible proof of the ephemeral. Everything wrings, breaks, totters and cracks. Anyone, who dreamed about perpetuity, will be plunged into decline faster than expected. As stills in an old film, which has never been projected, or maybe as the last scenes of an unreal and naive optimism, the evolution of the abandoned places teaches us that we are sentenced to be just memories and then oblivion. Who can remain impassive by ruins? Who cannot see in it his own obvious and inescapable future? Is this not the reason to refuse and ignore it? Places of implicit contrasts. Particular decline materialized, and the beauty. The abandoned spaces combine light and dark, and the shadows to extend on it the land of mould, worms and debris.
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There is a clear link between abandoned spaces and nostalgia. It is a particular idea namely irreversible time. The past will never be achieved again. We wake up faced with the harsh reality realizing our unfulfilled desires. Nostalgia and reflection mixed with twisted steel; of which the trauma of the innocence arises, the optimism in ruins. Sings of the arrogant, vain human, the “architectonic ruins” reveal the inconstant human acts faced to the power of the simple damp.The romantic meaning of the vegetation splitting the walls of a building or the uncontrolled roots destroying the pavement, gain a new meaning before the astonished gaze, showing how weak the security is with the time passing by. The abandoned spaces force us to meditate about our own failure, materializing the infinite cost of any instant. The buildings have their clues, the stone and the cement talk about the people who have lived and still live, even nowadays being, objectively, just empty spaces. The atmosphere of these places leads one to imagine what kind of life it was, but we also appreciate their “sordid beauty” and let them drive us to reflex about society by their “ruins”. Explicit beauty, sinister and decrepit. A society without ruins is just a society without memories. Looking at these spaces, I can even notice in a blurred way what had happened at that time. And, here it is the solemn beauty of
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the decline, the evocate whisper of the quiet history, which walls of the spaces give off and the eternal contemplation of something that probably does not exist anymore‌ Places inhabited by the space. Memory stores look like talking from the silence. Forgotten by the humanity, avoided by the uncertainty and buried by time. Places in old days had power and life, and now are
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just in a distant lament converted already, with the time passage, into a sad whisper. This project consists of projections of texts and words, placed vinyl on the walls and installations with different elements appearing in the space of the abandoned places.
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Hoteles, fábricas, hospitales, estaciones, manicómios, mansiones, e incluso pueblos y ciudades, acumulan el polvo y la agonía propias del abandono. Por múltiples motivos, se desmoronan poco a poco ante nuestros ojos, despertando sensaciones ambivalentes; mezclando la extraña belleza que todas las decadencias exhiben junto a la tristeza y desazón que nacen frente a la inexorable impermanencia de todas las cosas. Investidos de un aura especial, los lugares abandonados se recrean a sí mismos al convertirse en “ruinas”; transfigurándose en algo que sólo eran en potencia. Son el futuro materializado; la prueba más tangible de lo efímero. Todo se retuerce, se quiebra, se tambalea y cruje. Aquel que soñó con la perennidad, se ve sumido en el ocaso; muchas veces antes de lo imaginado o previsto. Como si fueran los fotogramas de una película antigua que no terminó de proyectarse, o tal vez las últimas escenas de un optimismo irreal e ingenuo, el devenir de los sitios abandonados nos enseña que todos estamos condenados a ser recuerdo y después olvido. ¿Quién puede permanecer impasible ante una ruina? ¿Quién no ve en ellas su propio e ineludible porvenir? ¿Acaso no será ése el motivo por el cual tantos rehúyen de ellas, ignorándolas y quitándoselas de la mente? Sitios de implícitos contraste. Materializaciones concretas del deterioro y, al mismo tiempo objeto de belleza, los espacios abandonados combinan
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el claroscuro y las sombras para destacar en ellas el mismísimo reino del moho, los gusanos y el escombro. Hay una clara relación entre los sitios abandonados y la nostalgia. En ellos se vuelve concreta una idea: la del tiempo irreversible. Lo que pasó ya no podrá ser alcanzado nunca más. Nos despiertan a la cruda realidad de vernos frente a frente con nuestros deseos incumplidos. Nostal gia y reflexión se amalgaman entre los hierros retorcidos; y de ellos surge el trauma de la inocencia perdida, del optimismo en ruinas. Símbolos de la inútil arrogancia humana, las “ruinas arquitectónicas” develan lo inconstante que son las obras del hombre frente al poder imparable de la simple humedad. El romántico significado de las enredaderas partiendo los muros de un edificio o la descontrolada fuerza de las raíces destruyendo el pavimento, cobran nuevo sentido ante nuestra atónita mirada, enseñándonos cuán delgada es la seguridad ante el solo paso del tiempo. Los lugares abandonados nos obligan a meditar en nuestra propia podredumbre, materializando el precio infinito de cada instante. Los edificios tienen su pulso, la piedra y el cemento hablan de los que en sus paredes habitaron y siguen haciéndolo incluso cuando tan sólo son, objetivamente, espacios vacíos. La atmósfera de estos lugares nos
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hace imaginar cómo fue la vida en ellos, pero también apreciamos su “belleza sórdida” y nos llevan a reflexionar sobre la sociedad por medio de sus ruinas. Belleza explícita, siniestra y de decrepitud. Una sociedad sin ruinas es una sociedad desmemoriada. Al observar estos espacios, puedo incluso ver de manera difusa lo que allí trans-
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curría.Y he ahí la solemne belleza del declive, el evocador susurro de la historia silenciosa que desprenden sus paredes y la contemplación eterna de algo que quizá ya no exista… Lugares habitados por el vacío. Son almacenes de recuerdos que parecen hablar desde el silencio. Olvidados por la mano humana, dejado bajo el cobijo de la incerti-
dumbre y enterrados por el tiempo. Lugares que antaĂąo tuvieron fuerza y vida, y ahora no son mĂĄs que un lejano lamento convertido ya, por el discurrir del tiempo, en un triste susurro.
de los diferentes espacios de lugares abadonados.
Se trata de proyecciones de textos y palabras y vinilos pegados sobre las paredes
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C
olaboraciones
Julián Alonso Silvano Andrés de la Morena Fco. José Francisco Carrera Eva Lavilla Borja Lucena Góngara Rubén Varillas
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293, 253, 223, 161…
…una cuenta que remonta el tiempo hasta comienzos del siglo XX y más aún. El Diccionario de Madoz hablaba de 32 vecinos, 32 fuegos encendidos en Villarijo hacia 1850. Alrededor de 130 almas acomodadas en bancos de madera junto al hogar, buscando el calor y el descanso en una existencia marcada por la dureza del entorno y el clima. Situado en las Tierras Altas de Soria, los adjetivos que describen esta comarca son desde siempre los mismos: dura, agreste, inaccesible, áspera… Están acabando los años 60 y Villarijo como tantos otros pueblos de la España interior se vacía. Las sierras grisáceas expulsan hombres y mujeres que empaquetan lo fundamental y se marchan. A comienzos de los 70 son los últimos de una larga cadena que empezó con el desarrollismo industrial y que termina con una errónea decisión política. El Estado por medio de ICONA repuebla la zona con pinos con la idea de impulsar la economía en una comarca que tuvo en la ganadería 44
trashumante su motor económico pero que ahora agoniza. La iniciativa no tendrá éxito y lejos de mantener la población del lugar será un factor más de abandono. Sus habitantes se perderán en los crecientes barrios obreros de Logroño, Bilbao o Pamplona. Mientras, el pueblo es agrupado a San Pedro Manrique y finalmente abandonado. Poco años antes, el anuncio cierto de su muerte había sido el cierre de la escuela. En el noreste de la provincia de Soria, en un extremo que es frontera con La Rioja, está Villarijo. El acceso no es fácil, nos espera una hora de camino desde Taniñe por la pista forestal que se abrió para la explotación de los pinos y que describe un vaivén fatigoso. Antes de llegar otros despoblados de sonoros nombres se convierten en paso obligado: Buimanco, Valdemoro, Armejún, Peñazcurña…, y es que esta es una de las zonas más despobladas de España. Villarijo, como todos ellos, es un contraste de paisajes. El entorno duro se dulcifica por acción del agua, el río Linares recorre el valle en el que el clima se hace más llevadero y crecen los frutales (ahora
asilvestrados), los cerezos, los melocotoneros, los ciruelos e incuso los olivos (el pueblo contaba con el único trujal de Soria). El Mediterráneo aparece como un exotismo en esta esquina perdida de Soria. El olvido, sin embargo no ha sido total porque aquellos que emigraron y sus hijos se han encargado de mantener su memoria. Así pues, la muerte definitiva e irrevocable no se había apoderado todavía de las ruinas del pueblo cuando decidimos intervenir; sólo se puede reanimar un cuerpo en el que resta un hálito de vida. Eva Lavilla
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Toda huida tiene un precio
Castilla sin batalla
No podré volver de mi dilatado exilio como si volviera de la nada. Lo siento, tierra mía, donde el tallo floreció hasta que se hizo carne de horizonte.
¿Quién dijo ay de los vencidos?
Recuerdo la claridad, los rincones de la culpa a los catorce años, pero no podré volver más que a visitar a los enfermos. Lo siento, tierra mía. Huí, mas la traición nunca llegará a la sangre. Ahí está la palabra, mano tierna, que dejará mi nombre por los caminos que tú ya sabes. El deseo será herida para siempre, la vuelta será refugio de la herida, carne de horizonte, cuando antaño, en aquellos días del trabajo, la cuna hizo llaga y los caminos de la reja y de la albarda me pusieron a resguardo del olvido, aunque no pueda volver de mi dilatado exilio como si volviera de la nada.
Hoy el ay es de los vencedores el ay vencedor que regresa a la patria destrozada y la casa del padre siempre dispuesta al prodigio está sin padre y sin casa porque el ay de hoy es de los vencedores. Batallas hoy de ay que vaciaron el tiempo y ya hoy hay ay dolor de tiempo en la casa vacía del padre. Horror y cólera del tiempo hoy hay ay sin memoria. Vae victis que vuelvan los guerreros que sólo queda hoy ay épica en el tedio y derrota en los pesares.
(Del libro Castilla, roca y verbo) Silvano Andrés de la Morena
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El libro del olvido I
El libro del olvido II
Te pido que florezcas,
Si cada paso da lugar a cada beso
que florezcas dulcemente
y cada beso se hace aire estallando en cada rostro,
y que nada ya te hiera, que nada rompa la belleza infinita que se aloja en tu esperanza y que con todo lo aprendido escribas para mí el libro cierto de la vida de la muerte y del olvido.
si cada roce de tus labios goza de la libertad del no nacido que abre los ojos para crear el mundo, si eso ocurre, amado mío, si eso acaso pudieraocurrir, todo por fin tendría sentido aunque me supiera perdido, asustado y herido de amor y de silencio, encontrado así en el olvido. Francisco José Francisco Carrera
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De pueblos y fantasmas
Hace ya siete años que la soriana Mercedes Álvarez nos regaló esa película llena de poesía, ese documental cargado de historias y de historia, que es El cielo gira. Una crónica del abandono y del paso del tiempo que, en su naturaleza simbólica, condensa la historia de nuestra tierra castellana, todo el tiempo vivido por sus habitantes y todas las horas que ya nunca serán. Resulta paradójico que una película tan viva como aquella (que llevaba toda una narración escondida detrás su andamiaje documental) nos esté hablando en realidad de una muerte lenta, la de nuestros pueblos y nuestros campos. Los campos de Castilla que, como sus gentes, se consumen en su propia despoblación y abandono. Más de una década después, el arte vuelve a adueñarse del mismo tema, de aquella nostalgia triste que contagiaba El cielo gira. La adversidad no desaparece por el simple hecho de apartar los ojos, las ruinas no despiertan solas de su silencio. Esa es la evidencia, 48
obstinada como las manijas de un reloj, que nos quiere recordar Latidos del olvido, la intervención artística que tres creadores sorianos (Javier Arribas Pérez, Diego Llorente Domínguez y Paye Vargas Soria) llevaron a cabo en Villarijo; otro de tantos pueblos olvidados en la región. “Latidos del Olvido pretende rescatar el murmullo ahogado de los pueblos abandonados de nuestra tierra de Soria. Para ello se ha elegido como primer espacio de actuación Villarijo, un despoblado de las Tierras Altas. En este escenario se han realizado numerosas intervenciones artísticas con un absoluto respeto hacia las ruinas”, señala la profesora de historia Eva Lavilla en el prólogo-presentación de la intervención. Así sucedió y así sigue sucediendo: Javier Arribas rescata/recrea sombras en las paredes mudas (“La sombra del tiempo”), Diego Llorente inventa escenarios que cuestionaran las decisiones del pasado (“Laboratorio urbano”) y Paye Vargas proyecta palabras de luz, textos fugaces que no dejaron más huella sobre los muros que el recuerdo de su presencia (“La belleza de la decadencia”).
Tres artistas, tres individuos de carne y hueso insuflándole vida a las sombras y a los espíritus de otro tiempo, creando entre escombros y vestigios del pasado,como aquellos viajeros románticos que creían descubrir la belleza entre las ruinas de civilizaciones decadentes. No me dirán ustedes que no es un proyecto valiente y sugerente. Cuánto les hubiera gustado a los habitantes de Villarejo que ya no son, que ya no estarán. Ustedes, al contrario que ellos, todavía tienen tiempo de pasearse por este blog para constatar que Soria y sus artistas aún están muy vivos. Rubén Varillas
“Calles deshabitadas por la lluvia I”
Aunque me veas no estoy aquí. Soy sólo un pálido holograma reflejo de lo que nunca he sido. Lo puedes comprobar. Tu mano me atraviesa como quien se sumerge en las aguas tranquilas de un estanque. Soy alguien que no existe, la proyección de un sueño que no puedes tocar. Cuando apagas la luz me desvanezco.
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“Calles deshabitadas por la lluvia II”
“Calles deshabitadas por la lluvia III”
Él convoca el silencio. Hay muerte en su mirada.
El fracaso es un río de aguas estancadas. Alguien te arrojó al agua, y más valiera que te hubieses ahogado lentamente, con mansa aceptación, sin resistencia.
Muerte en su mirada. Muerte. Por la a venida abajo un viento frío sopla. Un viento frío. Viento. Por la acera el vacío. Nadie en la calle. Nadie. Él convoca el silencio.
Te debates ahora sin saber con certeza lo que va a ser de ti en estos tiempos de niebla y desazón. Sólo ves sombras danzando a tus espaldas, mariposas de alambre en un cielo sin luz. Y quisieras llorar pero no puedes. No quieres aceptar ese silencio que se instala en tu pecho sin llamarlo. Te gustaría gritar, pero no sabes dónde se esconde el grito, su refugio secreto, el lugar de la sangre. La ciénaga te oculta y estás solo.
Julián Alonso
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Los hombres...
Los hombres construyen casas, levantan edificios, abren el espacio para plazas, para calles que transitar; hacen un mundo donde lo que había, simplemente, era la presencia indiferente del cosmos, de las piedras y los arbustos. Ese mundo está hecho para permanecer, para que exista algo duradero que escape a la hecatombe continua del tiempo y los procesos naturales, para fundar un lugar. Pero el mundo, para seguir siendo mundo y no meramente materia en devenir inacabable, necesita que quienes lo construyen y lo heredan se cuiden, a su vez, de conservarlo. Sin el cuidado de las cosas, se abate sobre ellas la amenaza de la desaparición, y regresan a ser momentos del metabolismo de la naturaleza, alimentos perecederos de los que el universo se nutre para seguir en movimiento. Entonces, la piedra que levantaba habitaciones vuelve a fundirse con el suelo; el adobe se derrite hasta ser, otra vez, barro; la plaza es de nuevo ganada por la vegetación que abole
el espacio en el que los hombres hablaban, se insultaban, comerciaban o reían. Cuando lo hecho para permanecer es abandonado, a los hombres sólo les queda ser operarios del proceso digestivo de la naturaleza. Cuando lo levantado para durar es descuidado, los hombres se quedan sin mundo, y sólo les queda la preocupación por sí mismos. Trabajan y consumen sin dejar nada persistente. Detrás, como resto de un pasado en el que todavía había cosas, han quedado las paredes, los escalones que llevaban al piso de arriba, las mecedoras, las colchas de punto y el quicio de las puertas; también las tejas, las persianas inútiles, las muñecas de trapo, el atizador del fuego, el marco de las ventanas. Lentamente van borrándose, diluyén, desvaneciéndose en una naturaleza que se inmiscuye por las grietas y las junturas y, algún día, lo devorará todo.Pero hoy, todavía, llevan adheridas las sombras de quienes las heredaron, las usaron y transmitieron, porque las cosas guardan el rastro de aquel que alguna vez cuidó de ellas. Borja Lucena Góngora,
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