CARNE: MATERIA PRIMA
Sr. Arribas Diego Llorente Dominguez Enrique Rubio Romero Paye Vargas Soria Colaboraciones 1
© Los autores. © Edición: A+ARTE. 2012 © No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema electrónico, ni su tratamiento en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopiadora, por grabación u otros métodos, sin el permiso y por escrito de los titulares del copyrigth. Maqueta: Paye Vargas Soria.
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Beats of Oblivion is an artistic project, aimed at the creative use of abandoned places. It involves the collaboration of artists and thinkers, who contribute with their work, thoughts and ideas, and try to recover past and present realities. It implies all types of ephemeral interventions, whose ultimate premise is total and absolute respect for the spaces and environments where they are made. On-site creations made in one place, with that place and for that place.
Latidos del olvido es un proyecto artístico, encaminado a “reutilizar” lugares abandonados o deteriororados, a causa del paso del tiempo y el olvido. Cuenta con la colaboración de artistas y pensadores que aportan sus intervenciones y reflexiones intentando rescatar realidades del pasado y del presente. Se trata de intervenciones efímeras de todo tipo (fotografía, pintura mural, escultura, proyecciones…) cuya máxima premisa es el respeto total y absoluto de los espacios y entornos donde son realizadas. Creaciones in situ, realizadas en un lugar, con ese lugar y para ese lugar. 3
“Meat: raw material” This deserted place in the heart of the city surrounded by liveliness, voices and urban sounds- evokes boxes of silence and decadent stillness. In former times, it was a place where, day-to-day, people used to work, suffer and dream. Ironically, the deepest peace took possession of it and the appeasement experienced in its surroundings recreates in our minds the false eternity of those things which seem to keep out of time. Waste products remaining from mass production let us reconstruct the constant process of development of this industry, as if we were urban archaeologists. These products are transformed into remains, into material evidences of our civilizations. Although they are apparently dumb and inactive, they always announce something. Rubble is mixed with cardboards and labels as well as casings for sausages and trays for meat products. There are dozens of bundles of documents on the floor. Boots and vestiges that testify the economical 4
activity in this place. The firmest omen of the final victory of dirtiness and rubbish. Every crack is an unknown story. Every damp patch is a slap against the “progress” linked to the building in the past. Every single spoiled surrounding means a particular decline. Nowadays we go accompanied with the desolation and the utter degradation of the production. Traces of life involve us in a new adventure for urban explorers easily led by the magic and the mystery of neglected items.
Carne: materia prima Rodeado de vida, de voces, de sonidos urbanos, este lugar abandonado en el corazón de la ciudad evoca cajas de silencio y de decadente tranquilidad. En algún momento fue el lugar donde a diario se trabajaba, se sufría y se soñaba. Irónicamente la paz más absoluta se ha apoderado de él y el apaciguamiento experimentado en sus ambientes recrean en nuestra imaginación la falsa eternidad de aquellas cosas que parecen quedar al margen del tiempo. Los objetos residuales de la fabricación en serie nos permiten (como arqueólogos urbanos) reconstruir el devenir de esta industria. Se transforman en restos, en testimonios materiales de nuestras civilizaciones que, aunque mudos e inertes en apariencia, informan siempre de algo. Los escombros se mezclan con los cartones y etiquetas, tripas para hacer embutidos y bandejas de productos cárnicos. Aparecen decenas de legajos de documentos desperdigados por el suelo. Botas y restos que atestiguan la actividad
económica de este lugar. Es el más firme presagio de la victoria final de la suciedad y la basura. Cada grieta es una historia ignota. Cada mancha de humedad una bofetada al “progreso”, en algún momento asociado al edificio. Cada ambiente deteriorado una decadencia particular. Hoy nos acompañan la desolación y el abandono total de la producción, vestigios de vida, nos envuelven en una nueva aventura a los exploradores urbanos, dejándonos llevar por la magia y el misterio de lo abandonado.
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A SOMBRA DEL TIEMPO
Sr. Arribas
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“The shadow of the time VI”, January 2012 No option of fighting, without replies, without battle, without memory and without glory. Offal. “La sombra del tiempo VI”, Enero 2012 Sin opción de lucha, sin réplica, sin batalla, sin recuerdo y sin gloria. Despojos.
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The cold and hard white of the tiles overcome any other element and the meat-hooks leave us among the hardness of the site; in front of these canvas when you take a brush, the adrenaline grows to addictive levels. First of all, this project emerged with the intention to keep these feelings it did not finish the way it was planned. At the beginning, I thought about continuing “the shadow of the time” and in fact, the made murals kept this line of work. But, by chance or fate, it was pointed out to me that in one of the pictures of my work an inscription which reads GOWY was noticed, and had been overlooked by me. It is a part of “the shadow of the time VIII”. This inscription has arisen accidently during the process. Curiously enough, while searching for Gowy on the Internet, it appears that he is a Flemish painter (1615-1661) and among his most outstanding works are: “The Fall of Icarus” (1636-37) at Prado Museum (Madrid).The myths about Icarus tell the story of a father (Dedalus) and his son (Icarus) who were both imprisoned. Dedalus prepared wings made of feathers and wax trying to escape. When both of them were ready to fly, Dedalus advised Icarus not to fly too 10
high afraid that the direct sunlight would melt the wax - but not too low, because the sea foam would wet the wings. The boy started to soar as if he was about to reach the paradise. The burning sun softened the wax, which kept together the feathers and they were detached. Icarus shook his arms, but there were not enough feathers to keep him in the air and he fell down into the sea. The myth of Icarus represents the human desire for the unachievable, the freedom - and the willingness to die trying to get it. The mural I have painted has many relations with this topic. Draw your own conclusions.
El blanco frío y duro de los azulejos se apodera de cualquier otro elemento y los ganchos para colgar carne te sitúan ante la dureza del lugar, delante de estos lienzos cuando coges el pincel la adrenalina sube a niveles adictivos. Este proyecto inicialmente surgió con la intención de mantener estas sensaciones, no tenía el planteamiento en el que finalmente ha derivado. En un principio me planteé una continuidad de “La sombra del Tiempo” y de hecho, los murales realizados mantenían esa línea de trabajo. Pero, casualidad o destino, me comentaron que en una de las fotografías de mis obras se percibía una inscripción en la que se leía claramente GOWY, la cual había pasado desapercibida anteriormente para mí. Forma parte de la obra “La sombra del tiempo VII”. Esta inscripción surgió fortuitamente durante el proceso sin ninguna intencionalidad. Curiosamente, al escribir Gowy en cualquier buscador de Internet, aparece como un pintor flamenco (1615-1661) y entre sus obras destaca especialmente “La caída de Ícaro” (1636-37) que se encuentra en el Museo de El Prado. El mito de Ícaro cuenta la historia de un padre (Dédalo) y su hijo (Ícaro) encarcelados. Dédalo construyó unas alas
de cera y plumas para lograr escapar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. El muchacho comenzó a ascender como si quisiese llegar al paraíso. El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y éstas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar. El mito de Ícaro representa la característica humana de desear lo inalcanzable, la libertad y perecer en el intento. El mural que estaba pintando guarda grandes similitudes con el tema. Saquen ustedes sus propias conclusiones.
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“The shadow of the time VII”, January 2012 Detalle del mural “La sombra del Tiempo VII”, Enero 2012
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“The shadow of the time VII”, January 2012 There comes a time in life when we must learn to fight...
“La sombra del Tiempo VII” , Enero 2012 A veces en la vida hay que saber luchar…
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“The shadow of the time VIII” , January 2012 If you are not willing to fight they will manage to tame the biped. “La sombra del tiempo VIII” , Enero 2012 Si no estás dispuesto a luchar lograrán domesticar al bípedo.
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“The shadow of the time IX”, March 2012 The endless waiting, abandoned memory, the torn roots and the slow, but clear decline of the matter. “La sombra del tiempo IX” , Marzo 2012 La espera que nunca termina, el recuerdo abandonado, las raíces arrancadas, el deterioro lento pero rotundo de la materia
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“The shadow of the time X”, March 2012 Body is armed for the fight, but blow after blow beasts are tamed as they assume not to reply and thus accept their own destiny. “La sombra del tiempo X”, Marzo 2012 El cuerpo está preparado para la batalla pero golpe tras golpe domestican a las fieras que sin réplica asumen y acatan su destino.
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“The shadow of the time XI”, April 2012 “La sombra del Tiempo XI”, Abril 2012
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ABRICACIÓN EN SERIE
Diego Llorente Dominguez
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”Mass production I”
Transformation process of ideas into useful services. “Fabricación en serie I”
Proceso de transformación de ideas en servicios útiles.
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“Mass production”
“Fabricación en serie”
It takes nothing or almost nothing to be just like all the rest. Work dignifies a man, work gives answer to: “what are you?” or “what do you want to do?” Refusing that question means refusing reality, everything we do transforms the world, and the world transforms us. We are all different. Industrialization overcame the crafts years ago and therefore our life became standardized. However, refusing its advantages is absurd; affordable prices, profitability, efficiency. New terms that determine how we act each and every day, new values created for bringing many advantages to humanity. If we do control it and continue using it like a tool, we will enjoy a fuller life. Otherwise, it will be our executioner, producing our needs and our debts. This work attempts to look for a reflection about it. Through the space of a factory, its products, the elements composing the site and the traces of people, it attempts to create a stage, which will allow us to abstract the essence of our role in society as an active part of the community. Redefining and revising the meanings of the simplest terms, which define mass production.
Poco o nada cuesta ser uno más. El trabajo dignifica al hombre, el trabajo responder a: “¿Qué eres?” o “¿qué quieres ser?”. Negar su respuesta es negar la realidad, lo que hacemos transforma al mundo y este nos transforma a nosotros. Todos somos diferentes. Hace ya mucho tiempo que la industrialización ganó la partida a la artesanía y con ella se estandarizaron nuestras vidas, sin embargo negar sus ventajas es absurdo; precios asequibles, rentabilidad, eficiencia. Nuevos términos que determinan nuestro día, nuevos valores que nacieron para aportar ventajas a la humanidad. Si tenemos el control sobre ellos y los utilizamos como herramienta disfrutaremos de una vida más plena. Si no, serán nuestros verdugos; producirán nuestras necesidades y nuestras deudas. Este trabajo busca una reflexión sobre ello. A través de los espacios de una fábrica, de sus productos, de los elementos que componen el lugar y de la huella de las personas, se pretende crear un escenario que nos permita abstraer la esencia de nuestro papel en la sociedad como parte activa de ella. Redefiniendo y revisando los significados de términos más elementales que definen la producción en serie.
”Mass production II”
Product; any assets or services offered to the market in order to fulfil a desire or a necessity. “Fabricación en serie II”
Producto; bien o servicio que se ofrece al mercado para cubrir un deseo o una necesidad.
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”Mass production III”
Product; any assets or services offered to the market in order to fulfil a desire or a necessity. “Fabricación en serie III”
Producto; bien o servicio que se ofrece al mercado para cubrir un deseo o una necesidad.
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”Mass production V”
System; whole compounded of several parts organized and related to each other to achieve any objective. “Fabricación en serie V”
Sistema; conjunto de partes organizadas y relacionadas que interactúan entre sí para lograr un objetivo.
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“Mass production IV”
Work; provision of services on a voluntary basis. “Fabricación en serie IV”
Trabajo, prestación de servicios de forma voluntaria.
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RANSPARENTE
Enrique Rubio Romero
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“Transparent” Shapes don`t exist, only the need to look for them. Time doesn`t exist; only the patina covers the truth. “Transparente” No existen las formas, solo la necesidad de buscarlas. No existe el tiempo, solo la pátina que cubre de verdad.
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“Transparent II” Restricting the evolution of the piece of work to the preconceptions of the traditional sculpture would mean to fall into error adapting the creation to the space. “Transparente II” Limitar la evolución de la obra a las ideas preconcebidas de la escultura tradicional sería caer en el error de adecuar la creación al espacio.
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“Transparent III” “Transparente III”
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Transparencies, the undulations of their shapes, the aptitude for limiting spaces, the own wound that dirtiness has left in them as an indelible trace of time, their patina. Las transparencias, el ondular de sus formas, la capacidad de limitar espacios, la propia herida que la suciedad ha dejado en ellas como imborrable huella del tiempo, su pรกtina.
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“TRANSPARENT” Shapes do not exist, only the need to look for them. Time does not exist, only the patina covers the truth. Time imposes its reason, work emerges from nothing… The challenge to face myself up to a visibly abandoned space is the salutary lesson for the search of shapes: these have their own life; they grow up and give us more than we require. The fact to ignore how to face up the artistic production –with the advantages of knowing that we are in an abandoned space- suggests this creative points brought by the restrictions, whichever they are. As an initial approach, the void. As material resource, nothing. Essential premises to create something; something attached to the place which generates it. The only way to connect the piece of work to this place is by starting from the materials or from the spatial resources coming from the confiscated places. It is not only basically created for aesthetics. It is the fact to do it nearly for the obligation to provide another point 36
of view of the space, our personal point of view. It is not a question of leaving a personal print in this place, it is the fact of building an ephemeral act of creation in it –emulating those who previously built an act of life in those places- and the only thing left is their reminiscences. It is a fact that every place means something to us; the difficulty in searching it is the need to create, the need to see something that satisfies us aesthetically. But it can not just be stopped there; this project must begin to flow from a momentary symbiosis between the place and the piece of work which must also contribute to do it and working such a way that this piece of work can be detached from this place afterwards maintaining its essence. We generate shapes. These ones grow and take possession of spaces. Then, the need to make them have their own lives appears. Just to test. After the initial contact and following the basis and rules that emerge from it. I am trying to meditate about the place aesthetically and vitally. In order to do it, I took it out of context and carried out a subsequent studio piece of work.
Regarding “MEAT: raw material” the result is the project called “TRANSPARENT”. An item that lost its utility in the place of the intervention -plastic stripes that belonged to cold-storage room doors- is the one that gives me the motive for creating the piece of work; it starts to speak in its own language and interacts with the confiscated building; transparencies, the undulations of their shapes, the aptitude for limiting spaces, the own wound that dirtiness has left in them as an indelible trace of time, their patina. The item and its plastic resources are treated from an aesthetical purpose. All this is done moving around different rooms inside the building where the intervention is done. The results generate the need to keep on investigating about its possibilities. Which is the aim for this intervention? Of course, there is no an objective. At least beforehand, because restricting the evolution of the piece of work to the preconceptions of the traditional sculpture would mean to fall into error adapting the creation to the space, invading it.
That means not to allow the place -with its own physiognomy and materialsto recreate itself. Which are the results pursued? All of them. Starting from the shapes that flow, it will be interesting to see how the piece of work is born and how it grows till its final evolution in the studio. This piece of work must be detached from the materials and places it was created from, searching in the essence of the resulting creation a new interpretation of itself. That is why the project can be concluded with two parallel ideas and no necessarily with some points in common. These ideas are: seeing how a material resource has different or even aesthetical behaviours depending on the spaces and analyzing the essence and particularity of each space confiscated in a studio piece of work.
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“TRANSPARENTE” No existen las formas, solo la necesidad de buscarlas. No existe el tiempo, sólo la pátina que cubre de verdad. El tiempo impone su razón, la obra surge de la nada... El reto de enfrentarme a un espacio aparentemente abandonado es el revulsivo de la búsqueda de las formas, estas tienen su vida propia, crecen y nos dan más de lo que les pedimos. Desconocer como afrontar la producción artística, con las ventajas que nos hace sabernos en un espacio abandonado, sugiere ese punto creativo que nos aportan las limitaciones, cualesquiera que sean. Como planteamiento inicial, la nada. Como recursos materiales, ninguno. Premisas esenciales para crear algo, algo ligado al lugar que lo genera. Sólo partiendo de lo materiales o de los recursos espaciales de cada uno de los lugares intervenidos, es posible que la obra esté ligada a ellos. No es el crear por simple estética. Es el hacerlo por la casi obligación de dar otra visión de un espacio, la personal. No es el dejar una impronta personal en el lugar, es el hacer tan solo un acto efímero 38
de creación en el mismo, emulando a quienes antes hicieron un acto de vida en éstos y ya no hay sino el recuerdo. Es evidente que cada lugar nos sugiere algo, la dificultad de buscarlo es la necesidad de crear, de ver algo que nos satisfaga estéticamente. Pero no puede quedar simplemente ahí, el proyecto tiene que nacer de una simbiosis momentánea entre lugar y obra, aportando también ella y funcionado de manera que la obra pueda después desligarse del lugar y mantener la esencia de éste. Generamos formas. Éstas crecen y se apoderan de los espacios. Surge entonces la necesidad de hacerlas tener vida propia. Experimentar. Tras la primera toma de contacto y siguiendo la base y las pautas que de ella surgen. Trato con mi obra de hacer una reflexión estética y vital del lugar, realizando una descontestualización y una posterior obra de taller. En el caso de “Carne: Materia prima” es el proyecto “Transparente”. Un elemento que ha perdido su utilidad (tiras de plástico que fueron puertas de cámaras frigoríficas) en el lugar de la intervención, es el que da pie a crear la obra, empieza a hablar en su propio lenguaje e inte-
racciona con el edificio intervenido; las transparencias, el ondular de sus formas, la capacidad de limitar espacios, la propia herida que la suciedad ha dejado en ellas como imborrable huella del tiempo, su pátina. El objeto y sus recursos plásticos son tratados desde una intencionalidad estética por diferentes estancias del edificio en el que se realiza la intervención. Los resultados son los que generan la necesidad de proseguir en la investigación de sus posibilidades. ¿El objeto de esta intervención? Claro esta, ninguno. Al menos a priori, pues limitar la evolución de la obra a las ideas preconcebidas de la escultura tradicional sería caer en el error de adecuar la creación al espacio, invadirlo. No permitir que sea éste quien con fisionomía y sus materiales se recree a sí mismo. ¿El resultado que se busca? Todos. Desde las formas que surgen será interesante ver como la obra nace y crece para después buscar su evolución en el taller, desligándose de los materiales y lugares que la han originado y buscando en la esencia de lo que se ha generado una nueva interpretación de la misma.
Por lo cual el proyecto puede concluir con dos ideas paralelas y no necesariamente con puntos en común. Ver como un recurso material tiene diferentes o iguales comportamientos estéticos en distintos espacios, y analizar la esencia y particularidad de cada lugar intervenido en una obra de taller.
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“Transparent IV” Sometimes you must wait for the light to be able to see the right way. “Transparente IV” En ocasiones hay que esperar a la luz para poder ver el camino.
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“Transparent V” “Transparente V”
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... Ideas flow, thoughts flow, feelings flow. Sometimes you must pause time to allow life to flow‌ ...fluyen las ideas, fluyen los pensamientos, fluyen los sentimientos. A veces hay que parar el tiempo para que la vida fluya...
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A BELLEZA DE LA DECADENCIA
Paye Vargas Soria
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Waste and scary scenes. Emptiness and feelings of loneliness put the fear, spark the imagination, and announce the irreversibility. While making destiny, we approach the truth. Perhaps that is the principle, due to which so many people refuse to visit them, deny and avoid them; forgetting the intrinsic beauty they have. In the abandoned places colours rarely keep their brightness. Opaqueness dominates everywhere and a sad patina covers just about everything. Leaving in their long agony, places once full of life, projects and hopes. Faded and forgotten, they only remain hoping for their complete extinction. These places allow us to naturally digest the meaning of decline. They are living and specific examples of how “everything changes”. Understanding the change means understanding decay and decline. They awake our curiosity. Attract us. Raise questions and, of course, hypothesises, which try to answer those initial questions. Most of the time, these will be unresolved questions, uncorroborated; myth generators that will finish idealizing the past, until it becomes a “golden age”. Abandoned places remit us to a peaceful and quiet context. Going around 50
them alone is crucial, deep. Areas of peace and existential reflection, because that reflection is possible only when silence summons the interior peace. That moment, moment of a farewell for others, becomes a beginning for me. It is there and over the years as those places, once abandoned, forgotten and deteriorated by the time, begin to be recalled, discovered and reemerged from the dust, and now they come to exist. They bring themselves back. They are converted, transformed, and begin a new way; dusting down their memories and leaving open again theirs closed doors. Craving to be explored, known, remembered. The magic of these places, which were once hospitals, factories, hotels… today, in my view, recaptures their lost life, makes sense again, perhaps with a different usefulness, but brings a new meaning through theirs broken windows and their flaking walls, through their fading tones of wood, through the dust that encompasses everything… Now, they are waiting for us…
Escenarios yermos y atemorizantes. El vacío y la soledad meten miedo, ponen en efervescencia la imaginación, anunciando lo irremediable. Materializando el destino al que todos nos dirigimos. Tal vez sea ése el motivo por el cual tantas personas se niegan a visitarlos, renegando de ellos, esquivándolos; olvidando la belleza intrínseca que poseen. En los lugares abandonados rara vez los colores mantienen su brillo. Lo opaco señorea por doquier y una pátina de tristeza cubre absolutamente todo. Dejando en larga agonía, espacios otrora llenos de vida, de proyectos y esperanzas. Descoloridos, olvidados, sólo les resta esperar su completa desaparición. Estos sitios nos permiten digerir con más naturalidad el sentido de las decadencias. Son ejemplos vivientes, concretos, de que todo cambia. Comprender el cambio es comprender el deterioro y la decadencia. Despiertan nuestra curiosidad. Nos atraen. Generan dudas y, por supuesto, hipótesis que intentan resolver esas preguntas iniciales. La mayor parte de las veces serán cuestiones irresueltas, incomprobables; generadoras de mitos que terminarán idealizando el pasado hasta convertirlo en una “edad dorada”.
Los sitios abandonados nos remiten a un contexto de paz y tranquilidad. Recorrerlos en solitario resulta una experiencia casi iniciática, profunda. Campos de paz y reflexión existencial, ya que ésta sólo es posible cuando el silencio convoca a la paz interior. En ese momento que para otros es una despedida para mi se convierte en un inicio. Es ahí, y con el paso de los años, como esos lugares, que fueron abandonados, olvidados, empiezan a recordarse, empiezan a descubrirse, empiezan a resurgir entre el polvo del tiempo que los hizo sucumbir, y de nuevo vuelven a ser. Se reencuentran. Se transforman, se convierten, empiezan un nuevo camino, desempolvan sus recuerdos y dejan abiertas de nuevo sus puertas cerradas. Ansían ser explorados, conocidos, recordados. La magia de estos lugares que en otro tiempo fueron hospitales, fábricas, hoteles...hoy, a mis ojos, recobran la vida que perdieron, vuelven a tener un sentido, otra utilidad quizás, pero un objetivo se abre a través de sus ventanas rotas y sus paredes desconchadas, a través de sus maderas ajadas, a través del polvo que lo envuelve todo... Ahora, nos están esperando... 51
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These deserted places –stained, dirty, covered with dust and grime, dampness and rust- are stark collections of samples of the material decadence of things.
Manchados, sucios, vestidos de polvo y mugre, humedad y óxido, los sitios abandonados son los muestrarios descarnados de la decadencia material de las cosas. .
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Although apparently stopped in a limbo, these deserted places deceive us, because the slow and inexorable evolution phagocytes and erodes them. Even if it is still masked, death goes with them.
Aunque en apariencia detenidos en un limbo, los lugares abandonados nos engaĂąan, porque el devenir, lento e inexorable, los fagocita y erosiona. AĂşn enmascarada, la muerte los acompaĂąa. .
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C
olaboraciones
Julián Alonso Silvano Andrés de la Morena Iván del Arco Santiago Ulises Faragüit Fco. José Francisco Carrera Eva Lavilla Rey Borja Lucena Góngora
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Detritus-Landia I
Habría que inventar un nuevo término para los lugares que ya no nos pertenecen, los que abandonamos o de los que hemos sido expulsados. Marc Augé acuñó el de los no lugares para esos espacios de la postmodernidad en los que el ser queda en suspenso, donde la transitoriedad corroe la esencia del individuo (si es que tal cosa existe de forma objetiva). No nos gusta el concepto de arqueología industrial, demasiado emparentado con el espíritu romántico de la ruina porque sólo rescata aquello que es estéticamente bello e institucionalmente útil; las antiguas estaciones de ferrocarril y las fábricas de ladrillo con sus hermosas chimeneas son ahora centros cívicos de la democracia postindustrial. ¡Tan hermosas que han borrado definitivamente las huellas de la explotación y el hollín! Sin embargo aquí hay una apuesta clara por el feísmo, que es una expe-
riencia estética e intelectual tan fértil como la contemplación de la más bella de las arquitecturas. Lo que un día fue lugar de trabajo es hoy umbral hacia otra dimensión. Entramos a las tripas de la sociedad, accedemos al laberinto de puertas desvencijadas y mobiliario arrumbado. No sólo pasado y abandono pretérito. El ruido nos anuncia el encuentro con seres fagocitados por la voraz alimaña, hombres desdibujados que recorren nuestras ciudades como espectros en su búsqueda de un refugio. Tenemos miedo. Basura, detritus… grandes contenedores urbanos de suciedad y recuerdos. “El horror, el horror” era el grito ahogado de Kurtz, pero nosotros no estamos en la selva tropical. Y sin embargo el blanco azulejo nos devuelve una imagen fría y húmeda (un escalofrío), la sorprendente soledad de una silla recrea espacios de tortura pasada y presente… Entonces recurrimos a la única estrategia artística y vital que se nos antoja posible: la Re-apropiación. Lo que 59
importa es el espacio vivido y aprehendido por las personas. Es el proceso de encarnación que incorpora sentido y significado. En cada uno de esos lugares hemos prendido notas con las que escribir nuestra autobiografía, un discurso del yo que necesita asirse a lo material para conjurar el miedo a disolverse en paisajes urbanos que no nos reconozcan como suyos. Para no ser nunca más fantasmas de nuestras propias vidas, para ser carne y piedra, con permiso de Richard Sennett. Eva Lavilla Rey
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Detritus-Landia II
Somos carne. Y sin embargo enfrentamos la carne con una arcada. Las tripas del animal del que nos nutrimos, las tripas de una sociedad que consume, deglute y expulsa nos dan asco. Nuestro interior nos da asco, por eso hemos metamorfoseado nuestra materia en un espacio corporal aséptico, bienvenidos al Disney de la carne. Esta es la ridícula solución provisional a la que nos hemos agarrado, la que plastifica la piel para negar el tiempo y la enfermedad. Somos herederos de una tradición que asquea la realidad corporal, que separa quirúrgicamente la podredumbre de la razón. Somos presos de todo tipo de dualismos materia-alma, naturaleza-cultura, mujer-hombre que hemos aprendido como verdades irrefutables desde la fe y la filosofía; así prendados de la idea platónica del alma quedamos atrapados en un mundo sin extensión,
hologramas de una vida incompleta, seres descarnados y creíamos “divinos”. Pero eso era entonces…. Ahora cerramos la escotilla desde el otro lado, temerosos del virus invasor de la conciencia, hemos construido sofisticados mataderos del yo, del nosotros. Entregamos fácilmente nuestra alma para convertirnos en zombis, carne desposeída. Alegres víctimas no inocentes en procesión hacia el Gran Sacrificio intercambiando plenitud por un simulacro acharolado. Pero está bien, nos decimos. Está bien, convencidos de estar viviendo un borrador, la previa a un partido decisivo. Y sin embargo somos esa carne que despreciamos por su gravedad y por ser recuerdo constante de la única certeza que quisiéramos olvidar. Somos esa carne de la que cuelga un reloj como una argolla y que va desprendiendo su lastre a diario, allí quedan las escamas entre las sábanas de nuestra cama (constato admirada cada mañana cuánta muerte había en mí ayer). Carne embutida en una idea de nosotros
que nos constriñe y que nos libera a veces. Un cuerpo que ha aprendido a vivir. Proponemos una terapia de choque: proponemos un espejo que nos devuelva una imagen apropiada de nosotros y del mundo que habitamos. Y una estrategia táctil de reapropiación, seguros de que no podremos ignorar lo que ya hemos tocado y manipulado. Proponemos descubrir que no somos ángeles incorpóreos sino materia hecha verbo, materia que huele, suda, materia corrompible, materia que piensa, materia que ama. Somos Carne, carne torturada, clasificada, marcada, carne que se embota y se consume. Pero además seres encarnados que aman. Carne que ama. Eva Lavilla Rey
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Aquí y ahora
El brillo trepanó azul
Pero aquí y ahora, ya no hay ojos que contemplen la línea de aquel horizonte entre el azul y el blanco del invierno.
Cuando aquel brillo trepanó azul
Aquí ya es todo soledad y ausencia, hueso enterrado, caminos sin herradura y calles que no escuchan el balido de la oveja ni el mirlo inquieto que va de la chimenea a la teja. El ser no es aquí. Oquedad tras todos los adobes cansados y el río, desamparado por la azada, vuelve a sus fueros de antaño y el jilguero no tiene oídos para el canto. Aquí huyeron los tiempos. Me lo dice el dolor de esa pared despanzurrada, que enseña todos los restos de memoria en sus entrañas. Nadie conoce aquí un presente, tras huir la palabra. Silvano Andrés de la Morena Del libro La línea del tiempo
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el gozne de tu vientre, las estrellas cansaban el camino entre el caucho del asfalto. Todo soledad en el silencio blanco del neón, de poco sirvió el grito de mi voz medrosa. Tu mano buscaba, entre la sangre que soñaba libertad, recta el auxilio de una mano. Solos, sin ladridos de perros a lo lejos, miramos nuestras caras amarillas, con la rabia de las palabras que se ignoraban en la niebla del brillo azul en el asfalto. Silvano Andrés de la Morena del libro “Cuchillos de mudanza”
In memoriam
Memoria, es la palabra que mejor define el espacio asolado por el tiempo y el olvido de moradores fugados, que obligados por nuevas realidades, dejaron al libre destino los designios de este espacio cárnico. Las albas y silenciosas salas son un canto a la decrepitud, a la fugacidad del tiempo, a la nueva comprensión del concepto de la vanitas en nuestro siglo XXI.Vanitas vanitatis, vanidad de vanidades, término cuya hermenéutica se pierde en realidades superficiales, analogías eternas entre el pasado y el presente. La vanidad del progreso ha desocupado este lugar, donde otrora hedores de muerte ni siquiera presagiaban su muerte misma. Sin embargo, el verdadero significado de la vanitas es el recuerdo de la fugacidad y los límites existenciales, por lo que el tiempo es protagonista inexorable cual parca del destino que en cualquier momento corta el hilo y, súbito, todo se desvanece, esgrime el aliento de la vida. La actividad cesa, las voces tornan súbito murmullo,
silencio, tan solo roto por los impremeditados y caprichosos pasos de quien burla turbar la paz de este lugar anónimo. El viento discurre entre corrientes que con sus aleatorios bamboleos generan estruendos que estremecen rompiendo los solitarios y rítmicos sonidos de las pisadas de un visitante eventual, de un aventurero que busca rescatar por un momento el recuerdo del viejo matadero. Sólo recuerdo, inútil rescate de un espacio que está sentenciado por la triada del destino y por el hombre mismo. El abandono es metáfora de la materia, su vetusta utilidad torna analogía de su futuro, es imagen de una destrucción irremediable, realidad sin retorno. La rudeza y fuerza de su antiguo tejido industrial se desmorona bajo el espectro del abandono. Los hedores de sangre tornan cemento convertido en su propia defunción. Deceso romántico como aquel que profesaba John Ruskin, quien promulgaba la belleza de la decrepitud y el fin de una muerte anunciada, pues una arquitectura como el hombre nace, se desarrolla y se extingue. Parece que 63
la justicia poética se ha hecho eco de este espacio. El matadero muere, y poco a poco, cambiante por la acción inconsciente de plurales acciones inconexas, muta y se desmorona lentamente, como las palabras sin lector caen en el olvido, como el silencio roto por vidrios que se resquebrajan, como los papeles de archivos derribados vuelan sin sentido, como las cuerdas se balancean cual reloj que ha comenzado su marcha atrás... ¡Oh, cruda realidad! Nada es eterno. De nuevo la muerte se muestra alegoría de la única eternidad, la rueda del mundo que nunca perece. Y así, entre grafitis, desconocidos invitados a la última cena, las sombras refuerzan el ambiente metafísico que desprende el espacio, blanco, abandonado, espíritu tétrico que aún se respira entre las salas decadentes, recrean un órfico ambiente en continua noche, donde el blanco torna oscuridad y el negro manifiesta el patetismo de la muerte. La sombra que en otras ocasiones es doble de la realidad, se convierte en espectro e incertidumbre, imagen universal y ex64
presionista, eco de una existencia pasada y olvidada, espejismo fantasmagórico del hoy que no atisba su futuro. Sin embargo, este ambiente dantesco, en apariencia carente de caminos, encuentra su luz en la expresión estética de la obra de Paye, Enrique, Javier y Diego, quienes dejan su impronta en efímeras intervenciones arrojadas a un futuro incierto. Sin embargo, su obra resucitará a este espacio en cada persona que lo observe y lo sienta, que lo recuerde y oníricamente traslade sus sentimientos por un momento a épocas de ferviente actividad. Sus imágenes son esas nuevas vanitas del siglo XXI, membranzas del ayer, ecos del mañana. Así, la alegoría de la muerte, el desvanecimiento irreversible, decae en pro de la resurrección de su memoria. Y de este modo, cada vez que apreciemos y sintamos su obra, dejándonos empapar por la frescura de su juventud, pensemos: per semper, in memoriam,“Carne: materia prima”. Iván del Arco Santiago
El libro del olvido III Cada noche se acerca a un estanque y ese estanque es distinto cada día. El cielo se ilumina de repente y tiembla. Ve su rostro reflejado en un agua clara y cristalina mas no se reconoce.
lo acepta y así se duerme, arropada quedamente en su tristeza, silenciosa y blanca y luminosa como el mármol, lo acepta, lo olvida, se duerme y no vuelve a soñar nunca más. Francisco José Francisco Carrera.
Cierra los ojos y sueña dentro del sueño, sueña que no es capaz de soñar. Es el vacío lo que sueña, es la nada. Al abrir los ojos el estanque se ha secado y su vida, su eterna, incierta vida se oscurece de repente y ya no tiembla, 65
No le sonrías nunca
Su vida -sus recuerdoses una colección de postales insulsas, instantáneas de un tiempo inexistente, frustraciones a todo color, recuerdos de lugares, poses, días encerrados en las dos dimensiones - trece por dieciocho de su cerebro plano. Julián Alonso
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Espacios vacios
El Espacio sólo existe cuando hay algo que lo ocupa, y que permanece en él. El espacio en si es una entelequia, un presupuesto, el lugar donde se ha de conjugar el verbo ser. Pero este verbo es, a su vez, la identidad que se realiza con otros verbos. Se es-algo, y ese algo es otro verbo, se es trabajador, se es orante, se es viajero…por tanto no se es ser-puro sino ser-actor. Las fábricas se convierten es espacios privilegiados, en testigos eternos de verbos eternos que transforman la sustancia bruta destilando vida. A través de sus puertas entraron obreros, seres también definidos por su acción, por su humanidad. A través de los ventanales la luz pasa a formar parte de la materia trabajada. Son construcciones imposibles, templos alquímicos de fuerza y oro de manera que la eternidad del metal noble es el en-si de la fábrica, que graba la vida de una comarca concreta. Se ha convertido en algo más que en un edificio, es la expresión plástica de expe-
riencias humanas. Es la metamorfosis de la oxidación como cambio de sustancia interna. El abandono es la desaparición de ese Ser que da ser al espacio. Este alejamiento de ese ser no implica la desaparición del espacio, pero lo transfiere a otro tiempo verbal: el pretérito, entonces es cuando decimos “esto fue una iglesia”, “esto fue una estación”, “esto fue una fábrica”…el pretérito es tan fuerte que marca de identidad eterna al espacio, le da nombre y le lleva a un nuevo presente: la antigua fábrica, la vieja estación…El abandono es el vaciamiento interno, el extrañamiento, la alienación, el sin sentido. Como el amante que es abandonado y experimenta el vacío y el vértigo de la eterna soledad, así los edificios parecen derrumbarse en espíritu. Y en cuanto humanos nos resistimos a ello, queremos ver a través de sus paredes, y contemplar su contenido verbal, de vida de dynamis de acción perpetua. Descubrimos que los espacios y los tiempos van uniéndose en constantes
intersecciones, haciendo eternos bucles. Que el no-ser, al igual que el Ser no es algo abstracto, sino que se realiza en una realidad material, porque el espíritu no es más que una manifestación, una irradiación de la materia. Ulises Faragüit.
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Arte y fábrica
El arte puede servir a propósitos variados. Puede aspirar a construir refugios y defensas contra una realidad a menudo amenazante, a ensamblar un cielo protector en el que sea posible olvidarse de lo oscuro. Tenemos así un arte tranquilizador, como un medio amable y suave en el que abandonarnos a la ensoñación o la ternura. Sí, La realidad es siempre excesiva. Pero, tarde o temprano, el arte tiene que empeñarse en lo indecible , es decir, en la tentativa de mirar realmente cómo aparecen las cosas ante nosotros, como se reúnen en constelaciones que comúnmente evitamos atender, y cómo cada una de ellas desafía realmente nuestra capacidad de soportar. En este sentido, el arte no construye paraísos artificiales, sino que más bien es capaz de arruinarlos para arrojarnos la oportunidad de mantener la mirada ante lo que siempre esta ahí, ante el mundo en su materialidad escandalosa, ante nuestra 68
vida tan frágil en él, nuestra vida siempre inferior a la que las teorías filosóficas, las promesas políticas o las películas de Hollywood a menudo quieren darnos. La vida del más mundano de todos los seres –porque eso somos al fin y al caboambiciona en el arte más mundo. La aportación del proyecto coral “latidos del olvido” ha de entenderse de esta manera, como una plasmación de la ambición por sumergirse en lo real, aunque sea a veces insoportable; una intervención que, lejos de debilitar la presencia del mundo, nos ofrece la experiencia del arte como una intensificación de la realidad, tal y como gustaba de decir Nietzsche. El paisaje de abandono en el que nos introducimos es el escenario de una batalla hace tiempo entablada y perdida. Es la fábrica, el lugar por antonomasia de lo moderno. El marco en el que el trabajo se transformó en una guerra, en una llamada desesperada a la movilización total de todas las fuerzas y todas las vidas, en la epifanía de una economía que en el siglo XX tomó el casi
exclusivo avatar de economía de guerra y se apoderó de todos los recursos con el único imperativo de la producción. Todo es procesado en la automática actividad fabril. En este espacio casi solemne, el de una industria cárnica abandonada, los azulejos blancuzcos despiden un breve fulgor entre la inmundicia; por todas partes, restos indistintos de instrumentos, de herramientas, de albaranes y anotaciones escrupulosas, de cosas que se usaron en una lucha en ocasiones atroz, en ocasiones monótona y tediosa. En el desamparo se esparce desordenado todo lo que un ejército empleó, todo lo que gastó, todo lo que dejó precipitadamente atrás en su retirada inesperada y caótica. Queda el paisaje de una batalla, el marco en el que ya sólo es posible adivinar sombras terroríficas, o dolientes, o gestos desesperados de espectros que siguen trabajando, que siguen siendo reclutados por las mañanas en un llamamiento que no termina ni siquiera con la muerte y se repite como la muerte. Las figuras arrancadas al silencio de los azulejos están
trazadas con sobriedad, con contención, con la disciplina de no deslizarse hacia el sentimentalismo, sólo apuntando lo que no puede callarse ni ocultarse; sobre el pálido soporte de lo que fue un matadero se esbozan cuerpos en tensión detenida, contorsiones y movimientos cristalizados, acciones corporales atrapadas en su sola ejecución y sin la esperanza de llegar ya nunca a fin alguno. Esas imágenes convocadas en negro tienen el poder y la memoria de una belleza, pero de una belleza desolada, sin azúcares, como la evocada por Rilke al comenzar sus “Elegías de Duino”: una belleza que es anuncio de lo terrible. Borja Lucena Góngora,
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