Cuadernos ADANAE 7

12,00 €

Número

ADANAE

primavera 2009

ADANAE

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Revista de la Asociación de Antiguos Alumnos de «Estudio»

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C U A D E R N O S

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Nº 7 / PRIMAVERA 2009

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UADERNOS D E A DA N A E

Entrevista a Fernando R. Arroyo e Fernando Higueras e Concursos

e Documental ‘El secreto de edu-

car’ e III Homenaje a Profesores

e 69º Aniversario de «Estudio» e

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Edición del libro ‘Auto de Navidad’

MADRID

Ediciones de ADANAE SOCIOS / NO SOCIOS

Títeres con cachiporra, de Ángeles Gasset 12€ / 15€ Papeles perdidos, de Gonzalo Menéndez-Pidal 20€ / 20€ CD Las canciones del Auto de Navidad del colegio “Estudio” 12€ / 15€ Las colonias de vacaciones de la Institución Libre de Enseñanza.

Veinticinco años de su segunda etapa (1979-2004) 20€ / 20€ Tres historias de “Estudio”, de Javier Sáinz Moreno 12€ / 15€ Jimena Menéndez Pidal: Mentes para el saber, de Elena Fernández Tomás 25€ / 28€ El Colegio “Estudio” y la pervivencia de la educación liberal en España, de Mari Carmen Fayos y F. Stephen Riddel 15€ / 18€ Auto de Navidad del Colegio “Estudio” 15€ / 18€ DVD El secreto de educar, de Sonia Tercero 15€ / 18€

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Presentación

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ADANAE es un cruce donde los caminos de los antiguos alumnos de «Estudio» se reencuentran. Un punto de unión que crece en iniciativas y proyectos, en reuniones puntuales en las que no importa que hayan transcurrido 20, 25 ó 50 años desde que abandonamos el Colegio. Seguimos siendo esos pequeños disfrazados de mayores unidos por unos valores que se afianzan con el tiempo. Así lo afirma Javier Marías en el texto final de este número de Cuadernos. En esta nueva edición hemos querido reflejar este vínculo cada vez más estrecho entre todos los asociados que han participado en las diversas actividades y que nos prestan sus plumas en los reportajes de la revista.

De todos los temas que reseñamos, destacamos la publicación del libro Auto de Navidad del colegio «Estudio», la culminación del proyecto más ambicioso de ADANAE en los últimos años. Un sueño que no hubiéramos podido llevar a cabo sin la ayuda de muchos profesores del Colegio. A otros maestros más antiguos les dedicamos un homenaje en el que contamos con la calurosa y mágica colaboración de Miguel Gutiérrez del Arroyo.

Y viajamos a la historia de la fundación del Colegio gracias al documental dirigido por Sonia Tercero, El secreto de educar, una película que comenzó a gestar hace cinco años, investigando y documentándose en el Archivo Histórico del Colegio. Un brillante ejercicio cinematográfico en el que devuelve en imágenes el gran reto educativo de las fundadoras de «Estudio» y la vigencia actual de su legado.

Queremos, por último, dar las gracias a todos los que nos han acompañado en este camino con sus textos: Francisco Pérez, Gonzalo Redondo, Fico Miret, Gerardo Guinea y Miguel de Oriol y, especialmente, a todos los miembros del Coro de ADANAE. Y no nos olvidamos de otros compañeros que han colaborado desde el exilio, como Fernando Rodríguez Arroyo, al que dedicamos una amplia entrevista en la que nos abre los ojos hacia nuevos senderos: el de la ayuda humanitaria, la solidaridad, la tolerancia y el respeto.

NOTA: Al cierre de este número hemos recibido la triste noticia del fallecimiento de José Luis Bauluz Catalán, aquel maestro noble y bueno que nos enseñó que tras los números se esconde la responsabilidad. En la próxima edición le rendiremos un merecido homenaje.

Inma Garrido

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UADERNOS D E A DA N A E

Número 7 primavera 2009

S U M A R I O

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Editorial: Nuestro apoyo al Colegio Actividades 2008 Proyectos 2009 III Homenaje a antiguos profesores Texto de Miguel Gutiérrez del Arroyo

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Documental El secreto de educar Texto de Sonia Tercero

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En memoria de Fernando Higueras Texto de Miguel de Oriol

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VII Concurso Literario Texto de María Sánchez Torregrosa Posos, de Guillermo Mejías Una niña con coletas, de Eduardo Moratalla

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VI Concurso de Fotografía Edición del Auto de Navidad del colegio «Estudio» Texto de Guillermo Sáenz Escardó

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Viaje a Londres Texto de Gerardo Guinea

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Entrevista a Fernando Rodríguez Arroyo Texto de Inma Garrido y Fernando Rodríguez Arroyo

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69º Aniversario de «Estudio» Textos de Francisco Pérez Andrés y Fico Miret

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‘Disfrazados de mayores’ Artículo de Javier Marías

ADANAE

Edita ADANAE Presidente José Manuel Cajigas Vicepresidente Guillermo Sáenz Escardó Secretario Santos de Paz Alberquilla Tesorero Miguel Fortea Vocales José Luis Díez Huber Inma Garrido Rafael López Oliver Cecilia Requena Pallarés María Sánchez Torregrosa Álvaro Toledo Gerente Teresa Jordá Edición Inma Garrido Coordinación Teresa Jordá Diseño y maqueta Álvaro Alvarado y Javier Lerín Fotografías Archivo ADANAE, Álvaro Alvarado, Archivo Club Deportivo Estudio, Nacho García, Gerardo Guinea, Alberto López, Miguel Palacios, Mónica Porres y Fernando Rodríguez Impresión Impresos Izquierdo Tirada: 1.500 ejemplares Depósito Legal: M - 7637 - 2003 © 2009, de los textos, las imágenes y las fotografías, los autores © 2009, de la presente edición, ADANAE ADANAE. Asociación de Antiguos Alumnos de «Estudio» Colegio «Estudio». c/ Jimena Menéndez Pidal, 11 Aravaca. 28023 Madrid Tel. / fax 91 307 00 78 adanae@adanae.com www. adanae.com Número de socios: 1.261 Este número de Cuadernos de ADANAE se ha realizado gracias a las aportaciones de nuestros asociados.

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Nuestro apoyo al Colegio

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lo largo de los últimos años muchos antiguos alumnos han contribuido con sus ideas y sugerencias a apoyar al que fue su colegio. Desde ADANAE nos hemos sentido especialmente satisfechos de recoger esas ideas y hacer realidad algunas de ellas. Las hemos valorado, adaptado o ejecutado, y aún tenemos muchas pendientes de realizar. Nuestras decisiones buscan siempre el beneficio para el Colegio, los alumnos y el profesorado; dentro de nuestras modestas posibilidades y lo limitado de nuestros recursos procuramos organizar adecuadamente las actividades, elegir los momentos más oportunos, acometer con más urgencia las tareas que son más necesarias. Para todo ello la cooperación constante de los antiguos alumnos más activos es fundamental. Hemos recibido del Colegio ayuda y colaboración imprescindibles que agradecemos mucho.

Siempre con el máximo respeto al colegio y sin pretender interferir de manera alguna, hemos encauzado iniciativas de antiguos alumnos tan positivas como la realización de homenajes a profesores jubilados, la publicación de libros, la producción del DVD de la historia del Colegio o la bienvenida nueva edición del libro del Auto de Navidad.

Los antiguos alumnos tienen muy diversas vidas, profesiones e intereses.Tener un vehículo para recoger todo lo bueno que esa diversidad pueda aportar al Colegio supone una gran riqueza. Esa riqueza quedaría agostada si se pretendiera enclaustrar en rígidos esquemas de subordinación y dependencia. Es labor de la asociación, desde su tradicional funcionamiento abierto e independiente, abrir canales para que lleguen al Colegio experiencias e iniciativas de los antiguos alumnos que mantienen un vínculo con su colegio.

Nuestro valor radica en la posibilidad de aportar opiniones, enfoques o iniciativas desde la independencia de criterio. La autonomía de la asociación y la distancia del propio Colegio que toman con el tiempo los antiguos alumnos es una ventaja. Las visiones independientes, frescas, desinteresadas y experimentadas, han de ser siempre bien recibidas; ayudan y fortalecen. La uniformidad, la imposición o el simple desinterés por las opiniones ajenas no han sido nunca signos distintivos del colegio “Estudio”. La independencia de la asociación es un gigantesco activo irrenunciable que permitirá apoyar al Colegio aportando ideas, críticas e impulsos nuevos en el futuro, canalizando inquietudes, preocupaciones e intereses de los antiguos alumnos en beneficio del que sigue siendo su colegio.

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José Manuel Cajigas

P R E S I D E N T E D E L C O M I T É D I R E C T I VO D E A DA NA E

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e I TORNEO

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El Club Deportivo Estudio, con la colaboración de ADANAE, organizó un campeonato de

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baloncesto en el que participaron socios, jugadores y ex jugadores del Club, así como asociados de ADANAE. El Torneo se celebró el 7 de junio de 2008, en el Pabellón Gimnasio

Actividades 2008 GENERACIONES Paco Hernández del colegio «Estudio» y contó con la participación de 14 equipos de distintas generaciones (el año de generación corresponde al año de nacimiento de los jugadores), que relacionamos a continuación, junto con los nombres de sus capitanes: 1964-1967: Francisco Miret; 1967: Carlos Muñoz; 1969: Enrique Redondo; 1970-1973: Alberto Rubio y Nacho García; 1971: Ignacio del Pozo; 19711972: Álvaro Lozano; 1972: Daniel Herrero; 1974: Jorge Pardo; 1975: Gonzalo Redondo, EQUIPO CAMPEÓN; 1977-1978: Javier Villegas; EQUIPO SUBCAMPEÓN; 1980-1981: Erik

V I I F I E S TA A N U A L El 12 de junio celebramos la VII Fiesta Anual en Lolita lounge & bar.

Pudimos disfrutar de un concierto en directo a cargo del grupo The Danger Tunes, integrado por cinco jóvenes, tres de ellos antiguos alumnos: Omid Hejazi (promoción 2006), Martín Núñez y Diego Martín (ambos de la promoción 2005), Hernán Mogollón y Dani Vique.

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ESTUDIO

Mordt; 1980: Patricia García; 1982: Manuel Caso y Borja González de Mendoza, y 1984: Eduardo Castro.

Se jugaron 42 partidos de 10 minutos de duración, utilizando las 3 pistas del pabellón, y participaron 135 jugadores.

La competición se organizó dividiendo a los 14 equipos en dos grupos de 7 equipos y jugando por el sistema de “todos contra todos”, clasificándose directamente para la final el mejor equipo de cada grupo.

El torneo tuvo como primer ganador a la generación de 1975, que derrotó en la final a la generación de 1977-1978 en los penalties (tiros libres).

Fue una experiencia muy divertida que contó con la colaboración de Elena Flórez, como directora del colegio «Estudio» y de Alberto López, como presidente del C. D. Estudio, para la entrega de las copas de campeón y subcampeón (en la foto).

Al final de los partidos se sirvió un aperitivo que ayudó a recobrar las fuerzas a todos los participantes y sus familiares.

Gonzalo Redondo (promoción 1993)

e ADANAE ha editado dos nuevos libros en 2008: Auto de Navidad del colegio «Estudio», al que dedicamos un capítulo aparte en este número de Cuadernos, y El colegio «Estudio» y la pervivencia de la educación liberal en España, escrito por Mari Carmen Fayos (promoción 1963) y F. Stephen Riddel, traducido al castellano por Eva Rodríguez Halffter y prologado por Adela Salvador Alcaide (ambas, de la promoción 1963).

ADANAE presentó la obra el 26 de noviembre en Miguel Ángel 8.

Actividades 2008

L I B R O S

f Es una obra publicada inicialmente en inglés en el ámbito de las universidades norteamericanas, que refleja la vocación del colegio «Estudio» de aplicar unos principios pedagógicos fundados en la tolerancia, la libertad, el respeto, la responsabilidad y el liberalismo en sentido amplio. Es un extraordinario testimonio que recoge la experiencia de una época difícil de la historia reciente que supuso un gran reto para los que fundaban su labor educativa en tales principios.

I I C O N C I E R TO D E N AV I D A D Con la colaboración del Instituto Internacional en España (IIE), y en particular de su directora, Pilar Piñón (promoción 1979), celebramos un nuevo Concierto de Navidad en el Paraninfo, con el aforo completo. El 11 de diciembre de 2008, Pedro Iglesias Picazo (promoción 1975) y Rosa Rodríguez Santos, con su dúo de claves, nos ofrecieron un magnífico programa, con una selección de música de los siglos XVI, XVII y XVIII. En dos de las piezas interpretadas, el Fandango, de Luigi Boccherini, y Le tableau de l’opération de la taille, de Marin Marais, contaron con la colaboración de Paloma Arnáiz (promoción 1974) y Fernando Porras (padre de alumnos de «Estudio»).

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V I I C A M P E O N AT O D E P Á D E L

V I S I TA S FAC U LTA D D E F I L O S O F Í A

El VII Torneo de Pádel ADANAE tuvo lugar el 25 de octubre de 2008 en el Club Físico de Majadahonda. Participaron 16 parejas, 12 de ellas mixtas. El primer premio lo consiguieron Marta Paz y Luis Usera (ambos, de la promoción 1982). El segundo premio fue para Rafael Jordá (promoción 1981) y Rubén Darío, y el tercer puesto lo ocuparon Mónica Trill (profesora de «Estudio») y Luis Taboada (promoción 1993).

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ACTUACIÓN DEL CORO EN TÁMARA (PALENCIA)

Por iniciativa de Paz Medina (promoción 1959), el 29 de noviembre de 2008, los integrantes del Coro de ADANAE, bajo la dirección de Rafael Benedito (promoción 1952), cantaron las canciones del Auto de Navidad en la Iglesia Catedralicia de San Hipólito el Real, en Támara, bello pueblo palentino declarado conjunto histórico-artístico. Puedes leer la crónica del viaje, escrita por Elena Fernández Tomás (promoción 1964), en nuestra página web (www.adanae.com).

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El 9 de febrero de 2009 visitamos la exposición Facultad de Filosofía y Letras de Madrid en la Segunda República. Arquitectura y Universidad durante los años 30, en el Centro Cultural Conde Duque, guiados por los dos comisarios de la misma, Santiago LópezRíos (Vicedecano de Actividades Culturales, Facultad de Filología, UCM) y Juan Antonio González Cárceles (Profesor Titular de la Escuela de Arquitectura, UPM), así como por el geógrafo y profesor del Departamento de Humanidades de la UC3M, Daniel Marías (promoción 1994), que también participó activamente en el montaje de esta exposición. Disfrutar de las magníficas explicaciones de los tres fue un lujo para todos los asistentes. El Archivo Histórico Fundación Estudio (AHFE) colaboró también en esta exposición, cediendo documentación. Agradecemos a Pilar Piñón (Directora del Instituto Internacional en España) su invitación para realizar esta exclusiva visita.

A SA M B L E A G E N E R A L La Asamblea General de ADANAE se celebró el 19 de junio de 2008, en el colegio «Estudio», y en ella se aprobaron por unanimidad el Informe de Gestión, las Cuentas Anuales y el presupuesto para 2008.

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U N M O M E N T O D E L A E X C U R S I Ó N A L C A M I N O D E L C A L VA R I O

E N T R E R E TA M A S H A C I A S I E T E P I C O S

¡A la cuarta va la vencida! Eso pensamos el 14 de junio de 2008, cuando por fin desapareció el mal tiempo y pudimos realizar la excursión de primavera, con el itinerario Puerto de Navacerrada – Siete Picos. Damos fe de que la espera mereció la pena. El 18 de octubre nos atrevimos con otro interesante recorrido, Puerto de Navacerrada – Camino del Calvario – Collado Albo – Camorritos, que finalizamos “cantando bajo el diluvio”. Sobre todas las excursiones realizadas hasta hoy queremos subrayar dos cosas: el deleite para los sentidos que supone cada nueva visita a la sierra del Guadarrama y nuestro permanente agradecimiento a Leonardo Fernández Troyano (promoción 1955), sin cuya disposición a emprender la marcha cualquier sábado del año para compartir con todos los excursionistas su extraordinario conocimiento del medio, con nuevos y sorprendentes itinerarios, esta actividad no tendría el mismo éxito.

E L G R U P O D E L A E X C U R S I Ó N A L C A L VA R I O , J U N T O A L A N D É N

SIETE PICOS AL FONDO

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CINE DE VERANO: EL HONOR DE LAS INJURIAS

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13 Biennale de CinéEl 19 de junio de ma Espagnol d’An2008, en el colegio necy ’08. Producido «Estudio», proyectapor No hay penas, mos el largometraje-documental El hode Guillermo Salanor de las injurias, franca y Enrique Miret (ambos de la sobre el anarquista Felipe Sandoval, espromoción 1979), además han intercrito y dirigido en 2007 por el pintor y venido otros antiescritor Carlos Garguos alumnos, coC A R L O S G A R C Í A - A L I X , E N P R I M E R P L A N O, cía-Alix (promoción mo Isabel de las D U R A N T E E L R O DA J E 1974). El largomeCasas (promoción traje fue galardonado con el segundo premio 1977), directora de producción, Lucía Laín en la categoría Tiempo de historia, en la 52 Se- (promoción 1990), directora de documentamana Internacional de Cine de Valladolid, y con ción, y Marcos Flórez (promoción 2001), resel Premio del Público & Premio “DeMon” en la ponsable del montaje.

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e CINE DE VERANO: JAIME DE ARMIÑÁN El 18 de junio de 2009 realizaremos un homenaje a Jaime de Armiñán (promoción 1945), con motivo de su 80º aniversario. Contaremos con su presencia y con la proyección de la película 14 Fabian Road. Escrita y dirigida por el cineasta, se estrenó en 2008 en el Festival de Málaga, donde obtuvo el Premio al Mejor Guión. El reparto cuenta con Ángela Molina, Ana Torrent, Omero Antonutti, Fele Martínez y Fernando Guillén, entre otros.

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Proyectos 2009 VIAJES Gerardo Guinea y Galyna Lazaryeva van a continuar proponiéndonos nuevos e interesantes viajes. En este Cuadernos nos hacemos eco del último realizado a Londres, en marzo de 2009.

Para el verano están previstos otros dos: Rusia y Ucrania.

Además tienen en proyecto repetir una excursión de una semana, realizada en 1969 en «Estudio», desde St Jean du Pied de Port a Santiago de Compostela.

I I I C O N C I E RT O D E N AV I DA D Tras el éxito de las primeras ediciones, celebraremos un nuevo concierto en diciembre de 2009.

II TORNEO DE G E N E R AC I O N E S C . D. E S T U D I O - A DA N A E La buena acogida que tuvo el I Torneo organizado por el Club Deportivo en 2008 nos ha llevado a sumarnos a la organización de la segunda edición, a propuesta del Club, lo cual nos enorgullece y agradecemos enormemente.

Agenda

EXCURSIONES Realizaremos dos nuevas excursiones a la sierra del Guadarrama, guiados por Leonardo Fernández Troyano (promoción 1955). Una en primavera: Puerto de Navacerrada – La Maliciosa – Puerto de Cotos, y una segunda en otoño cuyo itinerario está por determinar.

A propuesta de Gerardo Guinea, a cada excursión le asignaremos un nivel de dificultad, determinado por una, dos o tres botas de montaña, que se corresponderá con grado de iniciación, medio o experimentado, respectivamente.

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LIBROS En otoño de 2009 presentaremos en la Residencia de Estudiantes el libro Mathematicians of the World, Unite! The International Congress of Mathematicians – A Human Endeavor, escrito por el matemático Guillermo P. Curbera (promoción 1979). En palabras de su autor, es un libro para todos los públicos, que busca mostrar que la ciencia y sus actores principales, los científicos, viven en el mundo y comparten las mismas pasiones que los demás, lo que muestra otra razón más por la que la ciencia es una actividad genuinamente universal.

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III Homenaje a antiguos profesores

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El 17 de abril de 2009 nos reunimos dos centenares de amigos y compañeros en el Paraninfo del Instituto Internacional en España (IIE) para celebrar el III Homenaje a Antiguos Profesores de «Estudio».

Abrió el acto José Manuel Cajigas, presidente del Comité Directivo de ADANAE, quien agradeció a Pilar Piñón (promoción 1979),

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directora del IIE, y a Miguel Gutiérrez del Arroyo (promoción 1975), maestro de ceremonias, su apoyo constante y participación desde el I Homenaje celebrado en 2005. Agradeció también la colaboración de otros muchos antiguos alumnos y la presencia del numeroso público que acudió para arropar a los nueve profesores homenajeados (de izquierda a derecha), Tere Vela, Gerardo Guinea, Julia Iraceburu, José Abreu, (Carmen Ugena), Charo Morales, Charo Ruiz, Lolita Corróns, Rafael Benedito y Manuel Terán (que no pudo asistir), todos ellos nacidos antes de 1936. Excusó la ausencia de Manuel Terán, por un imprevisto de última hora, y destacó la presencia de Carmen Ugena, invitada especial al acto, y que el 16 de agosto de 2009 cumplirá cien años.

De las palabras de José Manuel Cajigas queremos destacar estas líneas: “Todos sabemos del escaso reconocimiento social de la labor del profesorado. Desde la Asociación de Antiguos Alumnos de «Estudio» decicimos poner nuestro granito de arena para paliar, en lo que estaba en nuestra mano, esa falta de reconomcimiento. Hace cuatro años, en enero de 2005, hicimos el primer homenaje a profesores que entonces eran mayores de 80 años. Este tercer

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homenaje está dedicado a los profesores nacidos antes de 1936. Este acto es el más importante de todos cuantos organiza ADANAE, y con él queremos agradeceros vuestro trabajo, vuestro esfuerzo y dedicación durante tantos años. Queremos transmitiros nuestro cariño, nuestra admiración, nuestro profundo agradecimiento.”

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l Paraninfo se convirtió por unas horas en el salón de la casa de Miguel Gutiérrez del Arroyo, trasladando la escena a la tarde anterior al III Homenaje a Antiguos Profesores. Con el pretexto de preparar el acto del día siguiente a la perfección, había citado en su casa, uno tras otro, a Teresa Jordá, gerente de ADANAE, a los nueve profesores homenajeados, a los antiguos alumnos que iban a entregar los borradores de bronce a los profesores, y a Mónica Porres (promoción 1986), que iba a realizar las fotos oficiales. Durante toda la escenificación teatral, contó con la ayuda imprescindible de su hafiz doméstico, Manolo Romero de Pablos (promoción 1975). Miguel Gutiérrez del Arroyo, con sus bromas y geniales trucos de magia, su entusiasmo y buen hacer, mantuvo encantados a los asistentes durante unas intensas dos horas y media, acompañadas de risas y aplausos de todos.

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Sr. Rafael Benedito Astray (Música, 1959-1969) Entregó el borrador el Coro de ADANAE al completo, que le dedicó una coplilla-sorpresa Rafael Benedito Astray entra en 1959 como profesor de Música. Después, como es tan inquieto, fue Director del Coro del Auto y hoy, del Coro de ADANAE. Y fue también pianista del Ballet Nacional de España en los años ochenta. Es hijo de D. Rafael Benedito, prestigioso musicólogo, de cuyo cancionero se extraían muchas de las piezas que se cantaban en la ILE. Rafael fue primero alumno de «Estudio» (promoción 1952), y, como tal, tiene un récord: haber actuado en el Auto como San José durante cuatro años ¡y tres de ellos siendo ya ex alumno!

A nuestra promoción nos dio música en la Clase VIII. Nos dijo, al entrar, que se llamaba Cuchufleto Fernández. Todavía no sé por qué. ¡Y venía a clase en Vespa! Era Ud. un profesor muy simpático, alegre y jovial y ha contagiado a muchos de nosotros el interés y el amor por la música.

Su entusiasmo se prolonga hasta hoy en día, y se refleja en los ensayos y conciertos con el coro de ADANAE, cuyos miembros confiesan que se lo pasan bomba con Ud. ¡Y que hasta les cuenta chistes!

Sr. José María Abreu Masip (Gimnasia, 1969-2000) Entregaron el borrador Nacho García Veiga (promoción 1991) y José Aparicio (profesor de Gimnasia de «Estudio») José Mª Abreu Masip entró en «Estudio» en el año 1969 como profesor de Gimnasia y estuvo dando clase 31 años. En el año 2000 dijo “basta”.

Fue jugador de baloncesto del Estudiantes en los años 50, con los hermanos Codina, DíazMiguel y otras glorias. Cuando tiraba a canasta un balón, los metía todos. En eso se le notaba que había sido jugador.

Fue el primer profesor de gimnasia que tuve, incluso antes que Paco Hernández. Nos daba clases de Mini-basket a los pequeños recién llegados a Valdemarín. Tras muchos años en el colegio, cuentan que Abreu llamaba “gallinas” a sus alumnos cuando protestaban porque les hacía correr hacia el Tobogán cuando había mucha hierba alta y cardos: “Sois unos gallinas, en mis primeros tiempos, corríamos por aquí, pero con pesos”. Y era ver-

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dad, corríamos por parejas con los contrapesos de las canastas de baloncesto.

El Sr. Abreu representaba la cara amable de la gimnasia en «Estudio». Fue Ud. un profesor cercano (sobre todo si nos marcaba cuando entrábamos a canasta) y también cariñoso. Y muy educado (nos llamaba “Señores”: “Sr. Gutiérrez, defienda, por favor” y nosotros a él: “Allá voy, Sr. Abreu”). Aquello parecía el Palacio de Buckingham. También nos ascendía a señores cuando nos regañaba. Pero le salía tan mal echarnos la bronca, que casi nunca le creíamos. Era un buenazo.

Srta. Lolita Corróns Rodríguez (Párvulos y Lengua, Literatura e Historia, 1948-1968) Entregaron el borrador Leonardo Fernández Troyano (promoción 1955) y Gabriel Villegas (promoción 1966) María Dolores Corróns Rodríguez fue alumna de «Estudio» en la sede de Mola. Entró como profesora en 1948, siendo muy joven, y estuvo en el colegio 20 años. Le tengo que decir que yo no fui alumno suyo, pero varios de sus discípulos coinciden en que era muy guapa y les tenía a todos enamorados.

Fue profesora de Lengua, Literatura e Historia, en Miguel Ángel. Pero también fue profesora de Párvulos; algunos alumnos la recuerdan en mitad de las escaleras, como un faro, vigilando que no corrieran ni se chocaran las filas de los que subían y los que bajaban, siempre “pisando huevos” (como decía la Srta. Ángeles). Y he leído por ahí que llevaba en brazos a los niños cuando se caían en el jardín y se hacían una herida en la rodilla.

Dicen de Ud. que era muy buena profesora y que ponía buenas notas, y buenas coletillas también. Tan buenas, que los padres consideraban sus Sobresalientes como Notables, y los Notables como Aprobados, sobre todo comparando sus calificaciones con las que ponía la Srta. Pilar Elorza, que daba su misma materia en otras clases, y que era un “hueso”. Y por eso los alumnos la preferían a Ud., porque era más pacífica y no castigaba.

Después de estar 20 años en «Estudio», se marchó a EEUU (Ohio State University) para impartir Lengua Española.

Y para Ud. la Srta. Ángeles fue una figura importantísima en su vida de maestra.

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Sr. Gerardo Guinea Rodríguez (Francés, 1965-1974) Entregaron el borrador Elena Gallego (promoción 1970) y Beatriz Aguilera (promoción 1975) Gerardo Guinea nació en Vitoria. Entra en «Estudio» en 1965, como profesor de Francés, aunque también dio clase de Lengua y Literatura, de Historia, de Matemáticas, incluso sustituía, en su ausencia, a Rafael Benedito en las clases de música. Porque, según el Sr. Guinea decía, “Yo valía para todo”.

También fundó, junto a Tere Vela y Elsa López, la Guardería para hijos de profesores. Como decía: “fui un feliz comodín en la Sección”.

Era un profesor muy agradable, de maneras muy suaves y hablaba bajo. No perdía nunca la compostura. Cuando el jaleo en clase era supino, alzaba un poco la voz y nos decía algo así: “Chicos, por favor, callaros, porque llega un momento en el que me exaspero y ya no sé qué hacer…”.

También nos acompañó en excursiones de curso, y organizaba estancias de verano en el extranjero. Se lo debió pasar muy bien con nosotros porque no sólo no dejó de hacerlas, sino que hoy continúa, infatigable y entusiasta, organizando viajes con antiguos alumnos y profesores, y dando vueltas por Europa con ellos: Reino Unido, Países Bálticos, Francia y, sobre todo, Rusia. Las crónicas de esos periplos, que he leído en los Cuadernos de ADANAE, son fantásticas.

Srta. Julia Iraceburu Larragueta (Inglés y Matemáticas, 1972-1999) Entregó el borrador Saleta Rosón (promoción 1983) Julia Iraceburu entró en «Estudio» en 1972. Parece ser que tuvo una entrevista previa con la Srta. Ángeles y la Srta. Nieves (como era costumbre) pero que a ella, que acababa de llegar de dar clases en un colegio de EEUU, le parecía que le hablaban en “clave”: Ruta, Auto de Navidad… ¡Le tuvieron que “traducir” después, al darse cuenta de que no entendía nada!

Días después, mantuvo otra entrevista con la Srta. Maruja Llopis, que le habló de Fichas, Subrayados, Sangrados, Carpetas clasificadoras… agobiante ¿no?

Ella misma nos ha contado que, a los pocos días de empezar a dar clase, la Srta. Jimena se quedó muy seria cuando le preguntó que qué tal se manejaba y ella le contestó que iba a INTENTAR AGUANTAR hasta Navidades.

Pues algo pasaría, ya que estuvo dando clase en «Estudio» nada menos que 27 años.

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A ver si ha pillado ya el “léxico” del colegio: HAFIZ, BORBOLLITOS, PARANINFO, EL IGLOO DE VALDEMARÍN, FICHA AMARILLA… Espléndido.

También recuerda con mucho cariño la llegada a la mesa de guardia por la mañana y lo divertidos que eran los cambios de hora con Rosa Bernis, Carmen Villalobos, José Antonio Ramiro, Maruja Llopis, Mercedes Paradinas, etc., a veces con sus consabidos enfados, pero en general la armonía era enorme.

Srta. Charo Morales Arias (Lengua y Literatura, 1978-1988) Entregó el borrador Inma Garrido (promoción 1983) Según sus propias declaraciones, su paso por el colegio “ha sido una etapa de mi vida llena de recuerdos amables y enriquecedores. Yo ya me siento homenajeada por haber tenido la dicha de contar con tan excelentes alumnos, de los que me sorprendió gratamente su vivacidad y sentido crítico, y haber compartido con ellos tantas horas de una época de su vida en la que todo está por descubrir”. O me explica esto o no voy a tener más remedio que darle algo suelto.

También nos ha dicho que recuerda con alegría las excursiones y visitas con las clases fuera del ámbito del colegio, en especial las visitas a la Estación de Seguimiento de Satélites Artificiales, con la Srta. Mª Antonia de Lamo. Siempre paseaban después de la visita, a solas, por el campo y ella le daba una maravillosa lección de botánica.

Hay una anécdota, cuando era profesora asesora de una Clase 16: “la clase 16 hizo una travesura que produjo una suspensión de las clases (¡cómo sería!) y todos esperaban una reprimenda mía. Pero les sorprendí con un regalo para cada alumno y fue mejor que la reprimenda. Subsanaron la travesura y todos tan contentos”. No sabe cómo lamento no haber sido alumno suyo.

Srta. Charo Ruiz López-Rúa (Lengua y Literatura, 1971-1997) Entregaron el borrador Mike Cristóbal (promoción 1980) y Pepa Lozano (promoción 1988) Rosario Ruiz dio clase en «Estudio» durante 26 años. Sus alumnos la recuerdan como muy buena profesora pero, sobre todo, como una experta conocedora de los entresijos del Siglo de Oro español. Nos sorprendía la soltura con que hablaba siempre de Lope de Vega, como si lo hubiera conocido en persona. Así, con confianza: “Como dice Lope” o “según me dice Lope” o “Aquí Lope escribiría” o “a la manera de Lope”. Vamos, que ella y Lope eran uña y carne. Pero no menos que Cervantes, al que citaba también con la familiaridad que le dan tantos años de relación con él.

Solo le hubiese faltado soltar alguna vez: “Como dice mi Manquito de Lepanto…”.

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Le leí unas opiniones que tengo de algunos de sus ex alumnos: “La Srta. Charo fue la profesora que más impacto tuvo en mí. Me descubrió un mundo nuevo. Me enseñó a reflexionar sobre la vida a través del lenguaje. Fue imprescindible para poder entender después la filosofía que otros buenos profesores trataron de enseñarme”.

“La señorita Charo vivía en mi barrio. La observaba y era la misma que sería siempre luego en clase: imponente, seria, guapa, fuerte. Cuando ya en la clase 16 me dio clase, comprobé el pánico que provocaba su severidad, que a veces parecía casi antipática. Pero tenía también un sentido del humor inteligente y selectivo.Y recuerdo cuando una vez, en la peluquería del barrio, se soltó el moño que siempre llevaba y apareció una melena que le llegaba casi por la mitad de la espalda. Fue el día que aprendí de la señorita Charo que las cosas no siempre son lo que parecen”.

“Charo consiguió que me diera cuenta de que alguien que no se sabe expresar es menos persona. Despertó en mí el interés por los conceptos que encierran las palabras. Y lo hizo de una forma vibrante, ilusionada, rigurosa y la vez amena. Me metió el gusanillo en el cuerpo”.

16 Sr. Manuel Terán Troyano (Ciencias Naturales, Geografía, Biología, 1955-1963) Entregó el borrador Consuelo Álvarez de Miranda (promoción 1965) a Manolo Romero (promoción 1975), que lo recogió en nombre de Manuel Terán Manuel Terán Troyano forma parte de una ilustre saga familiar: Su padre fue D. Manuel Terán, geógrafo y maestro de geógrafos, y profesor del Instituto Escuela. Fue un histórico profesor del colegio y antes, alumno, en los años cuarenta.

Después entró como profesor de Ciencias Naturales y, según alumnos suyos con los que he hablado, es uno de los mejores profesores que ha tenido «Estudio». Exigente, no dejaba pasar una, pero lograba que aprendieran casi sin darse cuenta. Les enseñaba a hacer cuadros sinópticos y a clasificar y ordenar temas. O sea, a organizar la cabeza. Y, además, se sentían encantados porque el Sr. Terán tenía plena confianza en ellos y prestaba sin problemas libros de Microscopía a chavales de 15 años, sabiendo que se los devolverían.

La opinión entre las chicas tenía ciertos matices: Le adoraban por su entrega, dedicación y forma de dar las clases. Pero es que muchas de ellas estaban enamoradas de él, por lo que no sé si es una opinión muy objetiva…

Sus alumnos recuerdan como excepcional una excursión a Cuenca, en el curso 1964-65, con 5º, 6º y Preu juntos, en la que les acompañaron, nada menos que la Srta. Kuki, que explicó lo rela-

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cionado con Historia del Arte (incluida la Iglesia de Arcas), Eduardo Martínez de Pisón, que se encargó de la parte Geológica, y Manuel Terán, que les enseñó y explicó “los hocinos”, terrenos que dejan las quebradas de las montañas cerca de los ríos. Allí pudieron ver los minihuertos de subsistencia e, incluso, hablaron con alguno de sus propietarios.

Me interesa mucho una opinión que nos ha dado él mismo sobre sus objetivos educativos: “Yo pretendía que los alumnos, a su nivel, con sus conocimientos todavía incipientes en la materia, pudiesen llegar a establecer un “diálogo” con la naturaleza. Las excursiones constituían la oportunidad de encontrarse juntos profesores y alumnos para dialogar con la naturaleza, y también para dialogar entre ellos de forma más distendida, personal y relajada, y calibrar lo conseguido en las clases diarias, en las que solamente a través de la palabra, del dibujo, de los esquemas o de rudimentarias proyecciones, podía comunicar su intención”.

Srta. Tere Vela Rubio (Gimnasia, 1954-1997) Entregaron el borrador Ángeles Gasset (promoción 1970) y las hermanas Mari Luz (promoción 1976) y Raquel Paz (promoción 1979) Tere Vela Rubio ha dado Educación Física en «Estudio» durante 43 años, yo creo que con la misma energía, que no sé de dónde la ha sacado. Profesora de las chicas, además de Educación Física daba Gimnasia rítmica, Gimnasia deportiva, Baloncesto… hasta enseñaba bailes del Auto de Navidad. Si se hubiera inventado antes, es de las que habría fichado por el Circo del Sol. Sus chicas la consideraban como una excelente profesora de gimnasia. De hecho, convirtió al equipo de gimnasia femenina de «Estudio» en campeón Regional y Nacional en numerosos y sucesivos Campeonatos Escolares. Tenían totalmente humilladas a sus grandes rivales, las de Alicante.

Era muy dura y exigente en los entrenamientos, pero era otra muy diferente en las competiciones. Mientras en los entrenos gritaba y se desaforaba, en los campeonatos era suave, dulce, serena, equilibrada, siempre animando a sus chicas, que se sentían muy apoyadas por su parte y ganaban mucha seguridad. Eso sí, nunca dejaba que vieran a otros equipos competidores, supongo que para que no se pusieran nerviosas y estuvieran concentradas.

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Pero su verdadera pasión era el Baloncesto. Y esa pasión, dicen sus alumnas, la transmitía perfectamente. Alguna recuerda que con su famosa frase: “Espabila, Fabila, que viene el oso y te come”, aún sin tener ni idea de quién era ese tal Fabila, sabía que debía bajar a toda prisa a defender, y no despistarse. Y sus rivales más duras, las Irlandesas, se morían de envidia al verlas jugar.

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Srta. Carmen Ugena Moya (Geografía y Secretaría Escolar, 1945-1983) Le entregaron un gran ramo de flores Elena Flórez (promoción 1969), directora de «Estudio», e Isabel Vázquez (compañera de Secretaría de Carmen Ugena) Me gustaría leerle unas opiniones que me han dejado escritas sobre Ud: Alumno de la promoción 1962: “Además de ser profesora de Geografía, la Srta. Carmen Ugena trabajó durante muchos años en la Secretaría de «Estudio». En Miguel Ángel, ella aparecía todos los meses en las distintas aulas agitando en el aire las carpetillas grises de notas y diciendo: ¡Chicos, notas! ¡chicos, notas! Era agradable que nos las pidiera así, que se alegrara mucho cuando se las entregábamos, que no nos regañara nunca, excepto cuando algún alumno se las entregaba tardísimo.

Ese ¡chicos, notas! formaba parte de los sonidos habituales del colegio. Y así, con ese buen humor y esa paciencia con los alumnos, cuarenta y tantos años. No diré cuántos, porque ya los mencionamos en su homenaje de 2005, cuando le entregamos el “borrador” y ella nos corrigió diciendo que habían sido dos años más. Porque era precisa, seria, cumplidora y reivindicativa con los mayores. Así que me dije: Esta es la Srta. Carmen Ugena, la misma de entonces, que no me la han cambiado, mi profe de Geografía, la chica joven de siempre, con pelo blanco, pero la misma, la auténtica, la genuina”.

Compañera de la Secretaría de «Estudio»: “Recuerdo a Carmen con mucho cariño, siempre fue un placer trabajar con ella codo con codo. Llegamos a tener mucha confianza, es una mujer simpatiquísima y divertida, pero que nunca perdía el ritmo de trabajo; me transmitió el espíritu de «Estudio» y disfrutamos de momentos muy entrañables. He compartido con ella la mayor parte de mi vida laboral. El Colegio ha sido mi primer y único trabajo y ella me acogió desde el primer día, dándome siempre ejemplo del buen hacer y con una capacidad de trabajo asombrosa. Me enseñó lo importante que es la organización y la disciplina, me formó en la responsabilidad y en el respeto y es a ella a quien debo toda mi capacidad de trabajo y mi forma de trabajar día a día. Han sido muchos años juntas en un despacho pequeño y toda una vida compartida. Le deseo de todo corazón muchas felicidades y si tuviera que poner una nota a Carmen, sería un Sobresaliente con Matrícula de Honor… por supuesto, escrito en bolígrafo verde”.

Miguel Gutiérrez del Arroyo (promoción 1975) N Ú M E R O

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e Documental: ‘El secreto de educar’ f En otoño de 2008, en el Paraninfo del Instituto Internacional en España, realizamos dos proyecciones del documental El secreto de educar, dirigido por Sonia Tercero (promoción 1984) y en el que se cuenta la historia del colegio «Estudio», repasando las circunstancias históricas de la fundación del Colegio, los hitos fundamentales de su evolución, los principios pedagógicos, las experiencias y recuerdos de personas vinculadas a «Estudio», etc., incluyendo entrevistas y testimonios de profesores y antiguos alumnos, películas, fotografías y documentos inéditos. El rodaje y producción se prolongaron a lo largo de un curso entero (2007-2008), para poder abarcar la mayor parte de las actividades representativas del sistema educativo que imparte «Estudio» (Fiesta de Fin de Curso, Auto de Navidad, etc.). El proceso de edición se terminó en julio de 2008. Sonia Tercero invitó a ADANAE a participar en la producción de esta obra, que estamos seguros será del agrado de los antiguos alumnos.

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n octubre de 2008 vio literalmente la luz un proyecto en pantalla de lo que ha sido el trabajo de más de un año para elaborar el documental El secreto de educar. Si ya de por sí ha sido un trabajo estimulante, por el proceso de documentación y descubrimiento, lo mejor estaba por llegar: el aluvión de comentarios generados, en los que destacaba, sobre todo, el sentimiento de orgullo de haber pertenecido a esta Institución.

Poder compartir con muchísimas personas el resultado de la investigación, sobre la particular lucha de Jimena, Kuki y Ángeles, sólo es una parte. Lo más bonito ha sido descubrir, a través de los testimonios orales de las personas que han colaborado con este documental y del desarrollo de los hechos de la historia del colegio, la profundidad de su pensamiento en la lucha de una nueva línea pedagógica.

Con los comentarios al margen en las entrevistas y con las reflexiones sobre documentos revisados, uno va acumulando percepciones o sensaciones que no se pueden documentar, pero que son concluyentes. Son los mensajes que están en el ambiente, que fluyen a través de los ‘poros’ de la historia.

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La esencia de este mensaje revelador, que ha ido apareciendo reiteradamente, es que Jimena Menéndez Pidal, Carmen García del Diestro y Ángeles Gasset de las Morenas querían formar otro tipo de personas. Querían contribuir a una nueva sociedad educando personas sensibles capaces de tener una vida plena y de adaptarse a las situaciones que el destino nos plantea. La intuición me dice que además querían educar a personas que pudieran cambiar el futuro de nuestro país, desde la razón y el respeto.

La historia se fue revelando cada vez más interesante. Esta fuerte idea de cambio, que subyace a través de toda la investigación, tenía un sentido real y de alguna manera lo percibí como revolucionario, siendo promovido por mujeres, en un momento en que nuestro país sufría una dura posguerra y una absoluta falta de libertad. Este mensaje subyacente me rompió todos los esquemas preconcebidos y la imagen que tenía grabada en mi retina de ellas tres desde mi lejana infancia.

Efectivamente, descubrí que, remontándonos un paso antes en la historia, uno de los objetivos fundacionales del Instituto-Escuela, donde ejercieron la docencia, era crear un nuevo tipo de ciudadano que se pudiera desenvolver en la vida pública. Posiblemente, este principio cívico, muy relacionado con la actual asignatura de ‘educación para la ciudadanía’, era el origen de mi sospecha y quizás ellas incidieran en él con más fuerza, al vivir en un contexto políticamente opresivo, desde la clandestinidad del principio de su proyecto pedagógico: «Estudio».

Esta nueva faceta más progresista de las fundadoras corresponde al ambiente en el que vivían las mujeres antes de 1936 y cómo eran parte motora de la vida pública y de ese impulso modernizador de la vida cultural, educativa y política de nuestro país, ejerciendo con toda plenitud sus derechos.

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A nuestra promoción (1984), nos tocó vivir el final de la dictadura, en donde socialmente se trasmitía una imagen de la mujer basada en principios de sumisión, madre de familia, perfecta cocinera con delantal, como en los anuncios de la única televisión de la época. Todo esto me ha hecho recordar que en el Colegio, aparte del rigor y la austeridad, había un contraste, cuando nuestras maestras y maestros dejaban entrever ‘la chispa’ de su bagaje modernizador que, sin alharacas, nos hacía sus cómplices.

No es que estuvieran ‘locos’, es que pertenecían a una generación que ya había vivido en otros valores democráticos, en los que nosotros sólo estábamos empezando a ser educados, y su talento brotaba con fuerza por los resquicios del Sistema. Pero con la dictadura franquista, todo ese intelecto se relegó al silencio más absoluto, en donde «Estudio» fue una excepción.

Lo original y motivador a la vez de esta ‘nuestra historia’, es ese flujo refrescante de valentía y resistencia, para lograr cambiar las cosas. He aprendido que todo tiene un origen, una razón de ser y que la historia hay que revisarla para que sea la base del progreso de la cultura de un país o de nuestras vidas.

Ese mensaje de ‘cambio’ es el mayor aliciente que yo he recibido de ellas tres en este trabajo, parte de su particular ‘SECRETO’ DE EDUCAR al que yo humildemente he aportado mi granito de arena. Desearía que este ‘impulso’, que ellas quisieron imprimir en sus alumnos, sea motor de muchos cambios promovidos por todos los que han vivido esta experiencia.

P.D.: Quiero agradecer a mi ‘maestra-amiga’, Elena Gallego, su apoyo constante, que me ha ayudado a observar la historia y a descifrar estos mensajes en clave, convertidos en elementos motivadores de este ‘viaje’.

Sonia Tercero (promoción 1984) D O C U M E N T A L :

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En memoria de Fernando Higueras f

El 7 de mayo de 2008 celebramos un homenaje a Fernando Higueras Díaz (prom. 1948), fallecido en el mes de enero a los 77 años, uno de los arquitectos españoles con más renombre internacional. Arquitecto de extraordinaria personalidad y originalidad, recibió multitud de premios y reconocimientos, entre ellos, el Premio Nacional de Arquitectura en 1961. Fue el arquitecto responsable, en 1960, del proyecto del edificio actual del Colegio en Valdemarín.

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El acto tuvo lugar en el Paraninfo del colegio «Estudio». Participaron los arquitectos José Mª de Churtichaga (prom. 1985), promotor del homenaje, Ricardo Higueras Cárdenas (prom. 1986), hijo del homenajeado, Jorge Gómez Sánchez (prom. 1973), así como Elvira Ontañón (prom. 1948), patrona de la Fundación Estudio, amiga personal y compañera de promoción de Fernando Higueras. Estuvieron también presentes en el homenaje Beatriz de la Gándara (prom.

1971) y el arquitecto y director de cine Fernando Colomo, que presentaron el reportaje que ambos rodaron en el verano de 2007 para su serie “Madrid Arquitectura”, sobre edificios emblemáticos de Madrid, dedicado a Fernando Higueras y al edificio del Centro de Restauraciones en la Ciudad Universitaria de Madrid (conocido como “la corona de espinas”) y que proyectamos durante el homenaje. Varios asistentes intervinieron espontáneamente para recordar la personalidad y la obra de Fernando Higueras, entre ellos el arquitecto Miguel de Oriol e Ybarra, que dedicó unas emocionantes y sentidas palabras a la arquitectura de su gran amigo y que no ha dudado en colaborar con ADANAE para la realización de este Cuadernos.

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ué personaje! Le recuerdo allá por los primeros años cincuenta, como excelso dibujante en papel Guarro cuando la calidad del carboncillo era muy importante. La marca Dupré, francesa, tenía dos variedades y cada una de ellas, la dura para encajar, la blanda para manchar, ayudaba al lucimiento. Los yesos traducidos en luz y sombra por Fernando eran deslumbrantes. Sencillamente mejores que los de los demás competidores en aquella Academia de ingreso –L. Izquierdo– en los altos del Palacio de La Prensa.

PA T I O C E N T R A L D E L A “ C O R O N A D E Echábamos la tarde persiguiendo nada menos que la belleza a través de nuestros dibujos. Fernando, de vez en cuando, tocaba la guitarra. Y cómo la tocaba. Un día nos dijo: “Me ha citado Andrés Segovia”.Todos los años el gran maestro recibía al mejor de los aspirantes a su paso por Madrid para cualificarlos. A los dos días, impacientes, le preguntamos: –¿cómo te ha ido?– y nos contestó rotundo: “soy, según el maestro, después de él, el mejor, así que lo dejo”. Y desde entonces redujo su pretensión suma para acompañar magistralmente y con E N

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ritmo sincopado los discos de jazz. Disfrutaba al máximo con Eartha Kitt.

Sus acuarelas se expresan con el mismo acento espontáneo y fluido. La pintura, la arquitectura y la música, como todos saben, son parientes cercanas. Fernando creó escuela; Tenreiro, Ridruejo, etc., le emulaban con talento. Antonio López trabó temprana amistad con quien desde el principio le admiraba. Y es que Higueras descubría el arte allí donde iba a surgir. Así fue creando

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su colección, que llegó a ser importante. Esparcía sus percepciones entre sus compañeros amigos: hubo quien compró bodegones de un “Antoñito” en agraz por 5.000 ptas.

Mientras cursábamos la carrera, él protegía a quienes, humildes, prometían según su criterio certero. Sus comentarios, cuando laudatorios, elevaban la moral del catecúmeno que, desde entonces, pasaba a ser cofrade del futuro.

En su proyecto fin de carrera se destapó con su basílica poli-lítica: P L A N TA D E L A C A S A W U T R I C H E N L A N Z A R O T E creada en base a una sola “piedra tipo” multiplicada hasta el infinito, conseguía un espacio interior mágico y sorprendentemente místico.

Al terminar mis estudios en La Escuela, gané una beca Fulbright para ilustrarme en 25 Urbanismo. Curiosamente, eran los EEUU los que impartían una ciencia en la que el magisterio debía inspirarse en la Europa de Hipodamo. Allí estuve un año largo que me sirvió para enamorarme profundamente de La España que se quedaba atrás y lejos.

Al volver, me di cuenta de que mis compañeros –en su representación vanguardista– estaban de vuelta sin haber ido, es decir, iban adelante, lideraban, por lo que no quedaban atrás en lejanía histórica sino más bien apuntaban a la Gloria. Mies Van der Rohe, el real origen de lo que más tarde se llamaría minimalismo, había mentido en el Seagram. Una de sus fachadas vítreas era opaca y su predicada austeridad se revestía con carpinterías de bronce. Estaba claro que no le resultaba suficiente la rotundidad zen de sus plantas y la rigurosa estructuración de sus volúmenes. Perseguía, con disimulo racionalista, por su conciencia culpable, la belleza. Y es que La Arquitectura es Arte, Arte Mayor, no solo construcción ingeniosa. Mis amigos, Higueras a la cabeza, lo sabían, lo sentían desde sus adentros. Fernando no disimulaba, capitaneaba aquella revolución orgullosa y descarada tras la guapura constructiva.

Higueras, Inza, Dols, sin haber probado el mesianismo, sin tener idea de la concisión y precisión del lenguaje constructivo que habría de cristalizar en la High Tech británica, proyectaban desde su visceralidad ibérica, el espacio que, superando a la razón pura, E N

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perseguía el misterio esquivo de lo sublime.

Fernando, asociado con P. Capote –después A. Miró– y con J. Serrano Suñer, gana una serie de concursos en los que la seriedad estructural de Antonio y la solera expresiva de José, se suman a su imaginación calurosamente meridional.

La ciudad de los artistas, La corona de espinas, La Casa Fierro en Marbella, Las viviendas para los militares en San Bernardo, sus actuaciones bancarias en Serrano y residencias en la prolongación de la Castellana van regando de inspiración independiente un panorama arquitectónico madrileño que ya aburría en su obsesión por obedecer la cara arquitectura purista noreuropea desde nuestra pobreza económica y técnica. Su proyecto de Marina para Montecarlo con A. Miró y J. Serrano Suñer, entra en el capítulo exclusivo de arquitectura para la Historia.

Inventa para los ricos árabes, viaja a Japón y a Sudamérica para publicitarse, se gasta el oro y el moro. Su extroversión anárquica, su capacidad crítica y su talento insultan a la mansa ortodoxia madrileña. Su intensidad pierde ritmo –el ritmo es su más evidente compromiso arquitectónico– al advenimiento de las sucesivas crisis económicas de los ochenta y noventa.

Es entonces cuando se embarca en la construcción de Santa María de Caná.

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P á g i n a a n t e r i o r : M A Q U E T A D E L P R O Y E C T O PA R A M O N T E C A R L O . A r r i b a : C A P I L L A - A U D I T O R I O D E L C O L E G I O « E S T U D I O »

Ha perdido clientela, no hay mercado. Y él puede construir una iglesia, un templo desde el que adorar al Infinito, en el que quede cristalizada su firma imbuida de acento meridional histórico. Se entrega, se pasa y sufre.

El último proyecto inspirado que le conozco es un rascacielos horizontal, así lo titulaba. Del vértice de una pértiga altísima –cientos de metros– pendía de cables tensos, una corona circular cercana a tierra. Una idea.

Muere creando, independiente. Le admiran los jóvenes. Le aplaudirá el futuro cuando haya pasado tiempo suficiente; cuando los maestros del recetario internacional dejen de pontificar hacia el aburrimiento.

Hoy, Fernando estará disfrutando de Dios, infinita belleza, y quiero creer que Dios estará gozando de él, obra puramente suya.

Miguel de Oriol e Ybarra, 11 de febrero de 2008 E N

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VII Concurso Literario

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El Concurso Literario de ADANAE no pretende otra cosa que lograr que perdure el gusto que se nos inculcó en el colegio «Estudio» por escribir. Ofrece a alumnos, ex alumnos, profesores y antiguos profesores una plataforma donde exhibir las historias que quieren contar y donde ser reconocidos por su trabajo a través de un jurado.

Desde el Comité Directivo de ADANAE animamos a todos a seguir participando y a ayudarnos a mantener esa buena costumbre que es escribir y que no deberíamos perder a pesar del trabajo, los estudios, la falta de tiempo o las obligaciones familiares. Porque escribir es una forma de espantar viejos fantasmas, conocernos mejor, divertirnos, ponernos en la piel de personas que nos son ajenas en la vida real, o de hacer un esbozo de la sociedad actual.

Quien se enfrenta a un papel en blanco tiene ante sí un lienzo sobre el que 28

dibujar mundos imaginarios, personajes inventados o situaciones inverosímiles.

Y a través de Cuadernos de ADANAE esas historias consiguen llegar a muchas personas deseosas de escapar, por unos instantes, de la rutina y la realidad.

María Sánchez Torregrosa (promoción 2001)

MIEMBRO DEL JURADO

D E I Z Q U I E R DA A D E R E C H A : C A N D E L A D E L A M AC O R R A ( AC C É S I T F O T O ) , E D UA R D O M O R ATA L L A ( A C C É S I T L I T E R A R I O ) , G U I L L E R M O M E J Í A S (PRIMER PREMIO LITERARIO). LUCAS LERÍN (ACCÉSIT FOTO) Y ALEJANDRO SEBASTIÁN (PRIMER PREMIO FOTO)

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VII Concurso Literario ADANAE Primer Premio

POSOS de Guillermo Mejías, promoción 2006

os posos me provocan rechazo. Feos e informes, destacan sobre el blanco de la taza.

Pero, en estos momentos, es lo único que puede tranquilizarme. Posos y ansiolíticos, puestos al mismo nivel.

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Mi nombre no importa. Pueden escoger el que prefieran. Tengo miedo. A mis veinte años estoy, ya saben, en la flor de la vida. Terrible frase. Reflexiono sobre ella más de lo debido, y acabo paranoico de mis propios pensamientos. No me tomen por loco, aunque quizás les convendría cambiarse de acera cuando me vean.

La pócima burbujeante que acecha en la taza se va enfriando conforme pasa el tiempo.

Tiempo.

El tiempo es mi ventaja y mi maldición. A mi edad, uno ya no es un niño. Sin embargo, aún me estremezco de angustia cuando confirmo que la vida es un único puzzle, y que debo conformarme con hacer fuerza para que encaje cada pieza en una posición que no le corresponde.

La angustia empieza por una elección. La elección de la carrera. A pecho descubierto.

A primera vista, todo encajaba. Era buen estudiante y me relacionaba como lo hace un chico con un mínimo de sensibilidad, es decir, desastrosamente. Fui pasto de influencias: televisión, homólogos sanguíneos que algunos llaman familia, cine. Cocinaba lentamente un explosivo. Y finalmente explotó. Suspendí varias asignaturas, lo que hizo que me regodease en la tristeza y blandiera la autocompasión a modo de ariete psicológico.

Algunos me consideran un cretino. Lo acepto, aunque ellos no entienden que forma parte de una barrera emocional que mantiene mi locura a flote. Yo prefiero calificarme de vago físico: ideas brillantes y muy poca voluntad para llevarlas a cabo.

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Se van disolviendo. Los posos. Casi podría hacer una metáfora de la vida, observándolos.

No lo voy a hacer. Echo de menos las travesuras que hacía de pequeño. La verdadera felicidad, si existiese, consistiría en recuerdos evocadores.

Una chica de mi edad se va a sentar cerca de mí. Las tinieblas de la timidez se extienden con rapidez y por mucho que patalee me arrastran sin piedad. Bajo la cabeza cuando ella pasa por mi lado.

Voy al cuarto de baño. Nunca estoy contento con mi aspecto y siempre acabo ejecutando una especie de bucle capilar en el aseo: me peino hacia un lado, me lavo la cara, me peino hacia el otro, me lavo otra vez. Al final, todo hacia atrás. Como mi autoestima. Al salir vuelvo a encontrarme con la chica de antes y mi cuerpo se aparta de su camino. Desde pequeño me aterra el rechazo. Además de cretino, tonto.

Hay días en los que soy incapaz de salir de mi habitación. Llego a casa y me tumbo en la cama. Intento dormir un poco. No puedo. Leo a Kafka. Resulta bastante contraproducente.

30 La vida es un camino de sentido único. Todavía me queda mucho por vivir y parece lejana la idea de que haya un final.

A la semana de estos acontecimientos se desató la catástrofe. En una revisión, el médico me detectó una grave afección en ambos ojos. Irreversible, dijo. Recuerdo cuando me lo describieron. No gesticulé, no lloré, ni siquiera busqué refugio en la mirada de mis padres.

Sencillamente, no aceptaba que aquello pudiera suceder.

Imagínense lo que supone ser ciego. Todo tu mundo cambia: ya no puedes leer el correo electrónico.

El hombre no puede volar, ahora tú no puedes ver. Así de sencillo. Casi da risa. No puedo mirar a las chicas por la calle. Por supuesto, la carrera queda descartada. Resuelto el problema de la elección. Ya no tengo anhelos porque no puedo acceder a ellos. Pura lógica.

Mis padres casi se infectan los conductos lacrimales de tanto escupir lágrimas. Lloraban ante mi supuesto estado de shock. Ante mí, no obstante, un nuevo mundo se abría. EspanN Ú M E R O

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toso, pero nuevo al menos. Hasta las necesidades fisiológicas eran un desafío. Nunca creí que se pudiera llorar y reír a la vez. Se puede. Y durante muchas noches.

Vivía el presente. El entorno, al inicio compasivo y caritativo, fue optando por evitarme. No les culpo. Yo hubiera hecho lo mismo. Seré discapacitado pero sigo siendo un cretino, no lo olviden.

Uno de los bulos que circulan sobre la ceguera es la perpetua oscuridad total. Es falso. A veces, yo conseguía ver luces, pero no prestaba atención porque era inútil tratar de enfocar: La película estaba velada.

O eso pensaba yo. Tres meses después de la pérdida total de visión, vislumbré fugazmente mi primera imagen: algo tan prosaico como una taza de café. No dije nada. Quizás era sólo un producto de mi imaginación. A la desesperada, mi subconsciente bien hubiera podido crear una ilusión con la que torturarme. Guardé mi secreto y esperé.

Ese brevísimo instante de tiempo abrió un torrente de emociones que me rebosó por completo. Fui consciente de lo imbécil que había sido al despreciar el día a día en busca de sueños desdibujados. Los detalles son el global y el global son los detalles. Una parte de mí estaba convencida de la futura recuperación. Hasta me permití fantasear sobre momentos dramáticos, por ejemplo, irrumpiendo en el salón de casa pregonando mi cura milagrosa.

Pero no recuperé la visión normal.

La cosa, sin embargo, ha mejorado. Ahora soy capaz de ver manchas y detectar movimientos. Los colores son leves recuerdos, a los que intento aferrarme como perro rabioso para conservar mi existencia anterior. Ya no estoy deprimido, no me deslizo sobre la vida, camino por ella. Disfruto intentando descifrar los mensajes de la bandeja de entrada en mi ordenador. Estoy orgulloso de mis habilidades culinarias. Nunca imaginé que pudiera alegrarme de acudir a la universidad.

No se equivoquen. Mi cretinez me impide convertirme en esas personas que dan saltos por la calle agradeciendo seguir vivos. Estoy jodido y soy consciente de ello, pero no soy idiota. He tenido suerte. No lo olvido.

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Mis viejos pensamientos me asaltan de nuevo. La primera vez que me atreví a considerar en serio mi futuro solté una carcajada tan estridente que asusté a mi madre. A ese hilarante comienzo le siguió una etapa de escalofríos mezclada con resignación en proporción 4:2.

Ahora contaba con importantes limitaciones físicas. Pero también disponía de barreras psicológicas para afrontar los reveses. Aunque tus miedos siempre te atrapan.

Los días transcurren. No se detienen.

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Incluso llegué a paladear el amor. En el hospital, recomendaron a mis padres llevarme a terapia con otras personas invidentes. Inmediatamente me negué, por supuesto, pero ni siquiera era capaz de dar un portazo al no saber dónde estaba la puerta, perdonen el sarcasmo. Acabé aceptando. Durante las estancias en aquella orgía de cegatos conocí a Laura, una chica de diecisiete años cuya mayor ocupación era intentar resolver el cubo de Rubik (sí, yo tampoco lo entiendo). Era tan rara que me gustaba estar con ella escuchando sus delirantes estrategias para lograrlo. Cuando huela a flores sabré que lo he terminado, argumentaba. Bendita niña. No contaré nuestro primer beso porque sería una parodia de las películas de Woody Allen. Fuimos novios una temporada, hasta que se marchó con su familia a Barcelona para probar una nueva terapia génica. Su marcha me fulminó.

Negación.

Ira. Resignación.

Depresión.

Aceptación.

Al final, todo cicatriza, aunque la sigo echando de menos.

Ir tomando conciencia de mi nueva y ¿definitiva? situación no era fácil. Disfrutar de lo que se tiene, disfrutar de lo que se tiene, disfrutar de lo que se tiene, me repetían y me repetía.

La ambición, en gotitas, con cuidado para no empaparse.

Me procuré pequeñas metas que, con los meses, se convirtieron en grandes logros. La felicidad como camino, sin un fin concreto, tan sólo disfrutando del placer de recorrerlo. Mezclado con todo, había días en los que la angustia me asfixiaba. Añoraba la luz, su textura, incluso la relacioné con un sabor: amargo y dulzón.

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Y con la casualidad como fuente de venturas, en pleno desayuno sobrevino la claridad.

Entre el segundo y el tercer bocado a mi querida tostada de mermelada y margarina, la volví a ver.

Pequeña.

Blanca.

Sucia por dentro.

Con el asa medio rota. Solemne.

Miré dentro. No quedaba casi café. Diminutas motas negruzcas abarrotaban el fondo.

Parpadeé varios segundos. Solté una lágrima.

Parece que la película aún no estaba definitivamente velada.

Busqué en mi memoria algún verso para tan delicioso momento pero no regurgité ninguno, de modo que improvisé uno de mi propio estilo: –Caca, culo, pedo, pis– susurré.

–¿Qué pasa, hijo?– preguntó mi madre.

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–Los posos, mamá, los posos. ¿No te parecen perfectos?

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GUILLERMO MEJÍAS Promoción 2006. De profesión hijo único y aspirante a Quijote de vampiros, elfos y dragones. Actualmente curso tercero de Químicas en la UCM. Me gustan tanto las matemáticas como el medio artístico en todas sus manifestaciones, pasando por los malabares o el clown, si bien tengo el temor de no sentir lo suficiente. Incluyo el placer de poder pensar en las musarañas. Prefiero la duda al dogma. Rozando el surrealismo, miro con incertidumbre el futuro que se me presenta.

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VII Concurso Literario ADANAE Segundo Premio

UNA NIÑA CON COLETAS de Eduardo Moratalla, promoción 1998

na niña con coletas miraba por la ventana. Su cara de muñeca de porcelana tenía un gesto serio e inexpresivo, sus pensamientos no volaban entre juegos como los del resto de niñas de su edad. Maria, a sus 10 años, estaba perdida en un lugar de difícil nombre, Ulán Udé.

La nieve caía sobre la inmensa estepa siberiana, blanca y vacía, parecía la imagen de un sueño. Una suave línea sobre el horizonte marcaba el contorno de una cordillera de montañas, al otro lado estaba Mongolia. En el interminable manto blanco, veinte hombres trabajaban sin descanso en la construcción del kilómetro 5.640 de la vía férrea del Transiberiano. Cuarenta grados bajo cero; las pieles de renos, ovejas y osos cubrían sus cuerpos de la cabeza a los pies. Sus encallecidas manos quedaban tapadas por guantes de lana que apenas les protegían del contacto con el hielo.

Entre aquellos hombres destacaba Pavel, su llamativo gorro negro de marta cibelina rompía la monotonía cromática del lugar, era un recuerdo de su esposa. En cada respiración, sus pulmones parecían quebrarse. Por alguna rendija entre la ropa se escapaba su aliento, que caía al suelo en forma de fina lluvia de cristales helados, allí lo llamaban “el susurro de las estrellas”. Los cuerpos de aquellos hombres se movían como en una perfecta coreografía, no paraban, no podían parar. Ellos eran sólo una pequeña parte de un proyecto faraónico, estaban creando camino, creaban futuro, pero ellos sólo sentían frío.

Maria metió otra pieza de leña en la estufa de ladrillo. La madera del suelo crujía a su paso, la austeridad de la casa le recordaba su soledad. Una pequeña cama, una incómoda mesa, un trozo de pan de centeno y un plato vacío esperaban a Pavel. Una cazuela sobre el fuego de leña calentaba la ración diaria que el zar Nicolás II de Rusia entregaba a sus súbditos. Maria removió el guiso como su madre le había enseñado. Antes de morir, había tenido tiempo de educar a Maria en sus obligaciones; lamentablemente, de sus derechos nunca tuvo tiempo de hablarle. El aire sucio y polvoriento que escupía la estufa inundaba la habitación. El ambiente era claustrofóbico y desalentador. La servidumbre se había abolido,

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pero ella seguía siendo una esclava. No había nada, no tenía nada, nada podía hacer. La niña con coletas seguía mirando por la ventana.

Pavel, con sus más de 120 kilos, se movía con dificultad. Agarraba su pesado martillo y golpeaba una y otra vez los clavos de la vía. Su espalda se doblaba, encorvándose hasta el extremo. En cada movimiento parecía consumir su último suspiro. No podía más, estaba exhausto, paró y se sentó sobre la nieve unos segundos, necesitaba un descanso. Levantó la cabeza y vio a su hija en la ventana; sus ojos y su nariz, las únicas partes en contacto con el gélido viento, mostraron una mueca de alegría. Pavel levantó su pesado brazo y saludó efusivamente, Maria correspondió con la mejor de sus falsas sonrisas. * Maria tiene ahora 38 años y niega con la cabeza. Su tez es dura, casi acartonada, y sus pómulos anchos. Siente una mano en el hombro, una palma fría y sudada toca su piel desnuda. Ella se gira y enciende la mejor de sus falsas sonrisas a Andrei, un perfecto extraño.

El ambiente es austero y reconocible, lleva más de tres años en el mismo lugar. Una sala vacía y claustrofóbica, un catre pequeño e incómodo, un pequeño brasero pegado a la pared de piedra les aleja del ambiente exterior, su ropa tirada por el suelo, suciedad. Un fuerte olor a pescado podrido emana de un pequeño cuenco de madera. El ambiente es insoportable, es su hogar.

Andrei parece nervioso, como si fuera su primera vez. Está desnudo, sólo unas altas y gruesas botas protegen sus pies del gélido suelo gris, de grises baldosas, que soporta su gris existencia. Su cuerpo es orondo y está totalmente cubierto de pelo, una espesa y negra barba puebla su cara. Sus miradas son esquivas, sus movimientos mecánicos. Al girarse Maria, las manos de Andrei van directamente a sus pequeños pechos, el frío de sus manos hace que sus pezones se ericen, una punzada de dolor le impacta en la sien, la mejor de sus falsas sonrisas intenta ocultarlo. * Una niña con coletas miraba el anochecer, apenas eran las cuatro de la tarde, allí el día era corto y las noches interminables. Fuera no quedaba nadie, el frío era inaguantable. Pavel, sentado a la mesa, devoraba un trozo de cordero. Sus manos blanquecinas y entumecidas agarraban la jugosa carne con ansia, la grasa le chorreaba por la barba y el bigote. Bebía con violencia para calmar su sed, el alcohol aceleraba la llegada del alba, le ayudaba a descansar. La imagen de ese hombre primario, sin rumbo, casi un animal, provocaba una gran ternura en Maria. En esos momentos, comprendía por qué su madre le había querido: era por pena. Maria estaba triste, tenía sólo diez años pero ya había aprendido a esconderse en ese inmenso desierto de hielo, la mejor de sus falsas sonrisas era su disfraz. Pero su escondite no le aliviaba el dolor.

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* Cristianos ortodoxos, budistas, musulmanes y tradiciones tribales convivían en Siberia hasta 1917. La Revolución bolchevique rechazó todo tipo de cultos ajenos al partido y a sus dirigentes. En 1922, Stalin se convierte en Primer Secretario del Partido Comunista. Sus deseos de concentrar todo el poder en torno a su figura le llevan a endurecer la persecución de toda manifestación religiosa. En 1928 comienzan los arrestos masivos a clérigos y monjes, muchos de ellos fueron ejecutados, el resto enviados a campos de trabajo. Las purgas y deportaciones a Siberia fueron de tal magnitud que los lugares de reclusión se quedaron pequeños. De esta manera, las iglesias y templos fueron reutilizados como cárceles para presos comunes.

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* La luz llega tenue y temblorosa desde el largo pasillo. El eco del silencio queda roto por una cama que chirría, sus metales gastados aguantan como pueden los 120 kilos de Andrei echado sobre Maria. Ella reconoce la agobiante sensación de estar aplastada. Su carcelero está dentro de ella. Siente sus pelos oprimiéndole el pecho, le cuesta respirar. Él jadea sonoramente, absorbiendo a cada respiración el tibio y húmedo aire de aquel cuchitril. Su garganta, al inspirar, emite un agudo y extraño sonido.

El dolor de Maria va en aumento, pero mantiene la mejor de sus falsas sonrisas encendida. Tiene la mirada perdida y su mente en el final de aquello, lleva tanto tiempo encerrada que duda si nació privada de libertad. Necesita terminar con esa vida, cree que teniendo dentro a ese hombre podrá tener la oportunidad que siempre le han negado. Pensar en sus esperanzas le alivia. Su mirada se centra en el gesto descompuesto, sudoroso, cejijunto y barbudo de ese hombre que se mueve torpe y espasmódicamente dentro de ella. Un extraño sentimiento de gratitud hace que levante su mano para acariciar su prominente calvicie. Él tiene los ojos cerrados, no aprecia la caricia. Todos sus sentidos se concentran en sí mismo, necesita vaciar su soledad.

El peso de Andrei cae muerto sobre Maria y un cálido ardor recorre su vientre. Maria queda oprimida por el peso de Andrei y un agudo olor a sudor se incrusta en su paladar.

Su infinita repugnancia queda oculta por la mejor de sus falsas sonrisas. Él está exhausto, Maria le mira y le acaricia la espalda. El tacto del sudor sobre unos finos y largos pelos le recuerda a su infancia. Sus ojos de negro azabache miran a través de las rejas. * Maria abrazaba a Pavel y le acariciaba la espalda, el tacto del sudor sobre esos finos y largos pelos le agradaba. La casa estaba húmeda, la poca ropa que tenían estaba amontonada en una esquina junto a las botas de piel de caballo. La botella de vodka se había terminaN Ú M E R O

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do. La estufa de ladrillo todavía funcionaba. Se sentía aliviada, ya no sentía dolor. Su padre se subió los pantalones y agarró un pequeño pañuelo que recorrió su pecho borrando los restos de su acción. Maria notó una caricia suave, ya no sentía dolor. Su padre se puso la camisa cubriendo su velludo torso y la entregó un beso cálido y cariñoso que acarició su frente. Tras esto, Pavel se desmoronó en la cama a dormir. Ella se levantó aliviada y se cubrió. Había pasado otra noche. Ya no sentía dolor.

Su padre empezó a emitir un sonoro y agudo sonido, roncaba. Al oírlo, Maria se quitó la mejor de sus falsas sonrisas y liberó todas las lágrimas que estaban contenidas en su interior. Por la ventana casi todo era oscuridad, apenas se veían unos pequeños agujeros blancos y temblorosos: las estrellas. Eran la esperanza, el más allá, algo parecido a la libertad. Las sentía demasiado lejos, estaban demasiado lejos. * Andrei resopla sonriente, agradecido, orgulloso. La presión sobre el pecho de Maria ha desaparecido, su respiración recupera el aire perdido. Siente frío, las gotas de sudor que ha derramado Andrei se pegan a su piel como fina escarcha. Instintivamente se levanta y se pone su grueso traje a rayas, la tela áspera y acartonada roza como lija contra su dura piel de gallina.

Cubrir su pudor la reconforta, ya no siente dolor. La escarcha se va tornando en rocío, la sensación es extrañamente relajante. Entre sus piernas siente un agradable calor que corre lenta y torpemente hacia sus pies. El tibio pero nauseabundo alivio se trunca al ver como la masiva figura se coloca el uniforme. Maria se sobrepone como siempre ha hecho.

–¿Ahora me vas dar la libertad?– pregunta impaciente.

La mirada desinteresada de Andrei se centra en ella mientras se ajusta su chaqueta roja con la hoz y el martillo bordados sobre su pecho.

–Si el partido me descubriera, me matarían–. Afirma temeroso. * Ulán Udé era un pequeño pueblo que se convirtió en nudo de comunicaciones entre Rusia, Mongolia y China tras la construcción del Ferrocarril Transiberiano a comienzos del siglo XX. En esa ciudad, las vías se bifurcaban: una parte continuaba por Siberia hasta Vladivostok, la otra se desviaba cruzando las montañas en dirección a Pekín, tras atravesar Mongolia por Ulan Bator. Cada uno de los destinos contaba con su propio vagón restaurante que servía la comida típica de las regiones por las que transitaba. * Tenía veinte años, Maria miraba por la ventana como todos los días. Vestía el delantal blanco propio de las grandes ocasiones; era domingo, ese día pasaba el tren. Frente a ella, una estación de madera con un larguísimo andén, al final del cual había una pequeña caseta.

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En su puerta estaba Pavel, que lucía orgulloso su gorra de jefe de estación que tanto esfuerzo le había costado conseguir. Movía sus brazos como si bailara, eran las señas al conductor del Transiberiano que estaba llegando.

Alrededor del tren se organizó un gran bazar: comerciantes rusos, mongoles y chinos se amontonaban en torno a los vagones restaurante para vender sus productos. En ese mercado espontáneo se cruzaban grandes cestas de carne de reno, pescado seco, especias y licores. Los cocineros, sin bajarse de los vagones, negociaban los productos que compraban a través de las ventanas, mientras los comerciantes se empujaban para llegar hasta ellos. Los cocineros del Transiberiano tenían fama en todo el mundo, eran elegidos entre lo más selecto de cada país tras una dura y larga selección que solía durar más de un año.

Su prestigio era tal, que se había puesto de moda entre la aristocracia subir al Transiberiano exclusivamente para almorzar o cenar.

En los vagones de pasajeros también se arremolinaban otros mercaderes que ofrecían todo tipo de productos, desde abrigos de piel de pescado a pieles de tigre de bengala. El caótico y fascinante espectáculo era observado con indiferencia por Maria. Ese día, ella sólo podía pensar en una cosa, miraba pero no veía.

Pavel levantó su brazo e hizo sonar su silbato. La máquina aumentó su estridente ruido y comenzó a andar levantando una gran humareda. Su padre, como siempre hacía, se giró hacia la ventana y miró a Maria. Ella estaba impertérrita, pero quiso regalar a Pavel la que pensaba que sería la última de sus falsas sonrisas. * Andrei camina para salir de la celda con sus llaves en la mano, Maria se planta frente a él, cortándole el paso. La mano de Andrei se acerca nerviosa hacia su pistola, pero ella la frena, siente como los tensos pero atrofiados músculos de él regañan para llegar a su arma.

Maria roza sus labios con los de Andrei, la sensación de sequedad y la náusea por su mal aliento quedan ocultos por la mejor de sus falsas sonrisas. El brazo de Andrei se relaja.

–Llevo más de quince años presa y tres en esta iglesia, eres todo lo que tengo. Sé justo conmigo–, clama Maria desesperada.

En el gesto de Andrei se deja entrever un halo de ternura que pronto se desvanece, dejando paso a una sonrisa socarrona.

–Justicia es que pagues por tus actos. Mataste a tu padre y este es el lugar en el que debes permanecer–, dicta Andrei frío, seguro, cortante. * Las viejas tradiciones de supervivencia permitieron a las distintas tribus indígenas de Siberia sobrevivir en las condiciones más adversas. Su ritual más controvertido era la eutanaN Ú M E R O

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sia, aplicada con el fin de no malgastar alimentos y esfuerzo en seres improductivos. El chamán de cada tribu, su líder religioso, clavaba un largo cuchillo en forma de media luna en el pecho de viejos y enfermos. Posteriormente, en una gran ceremonia, se cocinaba y comía la carne de los muertos. * El plato caliente ya estaba preparado, la estufa de ladrillos funcionaba. Maria esperaba impaciente y caminaba de un lado a otro. Apenas podía dar tres pasos antes de tener que girarse, aquella casa cada vez parecía más pequeña. Era de noche, eran las seis de la tarde.

Desde que se había abierto una tasca en el pueblo, Pavel acudía todas las tardes a beber.

Maria lo tenía todo preparado, estaba impaciente, la espera se hizo eterna.

Un portazo despertó a Maria de sus sueños. Pavel entro tambaleándose y dejó la entrada llena de nieve. Una corriente llevó un filo de viento helado sobre el cuello de Maria, un escalofrío le removió por dentro. Pavel cerró la pesada puerta, sin pausa se quitó las nevadas botas y colgó los abrigos de piel de oveja en un tétrico perchero de astas de reno. Estaba en ropa interior. Maria por fin se iba a revelar. Pavel se sentó en la cama y miró a Maria con su oronda y descompuesta cara de amor. Sus ojos pedían caricias, su cuerpo pedía sexo, Maria pedía venganza. Pavel sonrió dulcemente, mostrando los pocos dientes que le quedaban. Ella comenzó a acercarse lentamente y él se alegró por la cercanía de su adorada hija. Maria llegó a la altura de Pavel y sacó un cuchillo que llevaba bajo el blanco delantal; los sentidos de Pavel no reaccionaron. Toda su rabia estaba en ese filo, en ese segundo, Maria cargó contra el corazón de Pavel, pero algo la frenó. No fue su padre, Pavel seguía inmóvil mirándola fijamente, estaba confuso. Algo empujó a Maria hacia atrás, cayó de espaldas al suelo y soltó el cuchillo. Pavel seguía sentado sin poder reaccionar. El sentimiento de culpa peleaba dentro de la cabeza de Maria. Tenía que hacerlo pero no podía, algo dentro de ella se lo impedía, era su padre, era lo único que tenía, le quería, le odiaba.

Pavel se levantó, cogió el cuchillo y se acercó serenamente a Maria. Con la mano extendida intentó acariciarla la cara, ella le esquivó, nunca lo había hecho. Su gesto era serio y frío, haciendo un esfuerzo fue incluso capaz de sacar la mejor de sus falsas sonrisas, pero esta vez las lágrimas no se contuvieron. Los ojos de Maria rompieron a llorar con una frialdad aterradora, sentía demasiado dolor. Pavel miró fijamente a Maria, la quería, su hija era el único placer que le hacía seguir vivo, la necesitaba, era su mujer. Pavel no podía entender nada, su pequeña quería matarle, la miró unos segundos e intentó pensar. Las manos de Maria temblaban. Pavel lo vio y comprendió, ella tenía miedo, le tenía miedo.

–¿Me temes?– preguntó dubitativo.

Maria no reconoció la voz de su padre, casi nunca hablaban, no sabían de qué hablar.

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–Tienes que acabar con este dolor, no quiero seguir sufriendo, ¡no puedo aguantar más!

Sus desgarradas palabras contrastaban con su gesto impasible. Sólo las lágrimas parecían estar acorde con la situación.

–Yo te quiero–, dijo Pavel tartamudeando, él nunca había pronunciado esas palabras.

Maria, al escucharlo, se sintió confundida, dentro de ella se generó el dolor más intenso que había experimentado en su vida, sangraba en lo más profundo del alma. Estaba rota en mil pedazos como muñeca de porcelana al explotar contra el suelo. Sus labios comenzaron a moverse sin que ella lo ordenase. El corazón era el que mandaba.

–Si de verdad me quieres, acaba con esto–, suplicó Maria.

Maria agarró la mano en la que su padre tenía el cuchillo y tiró de ella en dirección a su corazón. Los músculos de Pavel se tensaron. El filo se frenó justo cuando la punta tocó su pecho. Pavel contuvo el cuchillo, sintió la temblorosa mano de su hija sobre la suya, una lágrima recorrió difícilmente su rugosa y áspera piel hasta caer en su espesa barba. Miró por última vez aquellos preciosos ojos de negro azabache que tanto quería.

–Lo siento, perdóname.

Pavel cerró los ojos y tiró del cuchillo tan fuerte como pudo, el filo se introdujo suavemente en su piel, llegando fácilmente hasta su corazón; al llegar allí, descubrió que su corazón ya estaba destrozado.

El cuerpo de Pavel cayó pesada y sonoramente. Ella no oyó nada. Maria mantenía puesta la mejor de sus falsas sonrisas, sobre la que corría un río de lágrimas. Se acercó a su padre lo más sigilosamente que pudo, por nada del mundo quería que se despertase. Le dio un tierno y largo beso de despedida sobre su frente inerte que aún estaba sudada, sus labios se mojaron, sabor salino, metálico, era nauseabundo, al menos ya no sentía dolor. * –Yo no maté a mi padre–, afirma Maria desgarrada.

Su gesto se arruga, la mejor de sus falsas sonrisas no oculta las lágrimas de sus ojos.

Andrei siente ternura hacia ella. Un beso cálido y cariñoso acaricia la frente de Maria. Los recuerdos quiebran sus rodillas, su energía se desvanece y cae al suelo apoyándose en los barrotes de la puerta. Su cara toca las sucias y gélidas baldosas grises. Desnuda con su traje a rayas siente en la nuca el desprecio.

–No importa lo que tú digas, ni lo que yo piense. La verdad es propiedad del partido.

Un desagradable chirrido desgarra los tímpanos. Sus manos aferradas a los barrotes tiemblan. Él, erguido y relajado con su uniforme rojo, ya está al otro lado. El corazón herido de Maria tira como tantas veces de su boca para poder hablar.

–El partido no es la justicia.

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Él, con la mejor de sus falsas sonrisas de autocomplacencia, la mira con pena. Andrei agarra fuerte los barrotes y los agita sin poder moverlos, son duros, firmes, inflexibles, separan el mundo.

–Esto es la justicia.

Orgulloso de su actuación, Andrei se gira lenta y tranquilamente con la seguridad de quien está al otro lado. Sus pies desaparecen sigilosos como si su mórbida masa flotara por un verde prado. Las baldosas grises acarician la cara de Maria, su tez siente el duro ardor que provoca el hielo. Las lágrimas parecen estalactitas, su mirada cruza más allá de los barrotes. Fuera sólo ve una temblorosa luz que le recuerda a las estrellas, el más allá, algo parecido a la libertad. * Andrei fue enviado dos años después a un GULAG, donde murió al poco tiempo. Nunca supo los motivos que le llevaron allí. * Maria murió de tuberculosis en esa misma iglesia diez años después. Nunca conoció la libertad. f 41

EDUARDO MORATALLA Para conocerme, léeme (Jean-Paul Sartre).

Periodista sin ejercer, he enfocado mi carrera por la vía audiovisual mediante mi empresa Grabarte Producciones Audiovisuales. Estoy especialmente interesado en el límite virtual entre la ficción y el documental. Generar historias cuya verosimilitud sea igual a cualquiera de las que nos acercan los comunicadores, creando este mundo virtual de la realidad mediada en el que vivimos. En este contexto se enmarcan también mis relatos.

Por cierto, la cita es inventada, pero ¿a quién puede importarle?

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VI Concurso de Fotografía

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En esta edición hemos reunido un importante número de fotografías en las más diversas técnicas y soportes, continuando en una línea que, año tras año, destaca por la calidad de los trabajos. El jurado, formado en esta ocasión por la fotógrafa Mónica Ochoa (prom.

1982), la arquitecta y profesora de Dibujo Técnico en «Estudio», Cristina Arenillas (prom. 1984), y el pintor y miembro del Comité Directivo de ADANAE, Álvaro Toledo (prom. 1983), decidió seleccionar ocho fotografías finalistas, entre las ochenta y cuatro presentadas, acordando, por unanimidad, conceder el 1º premio (escultura de Adrián Carra, prom. 1977, y premio en metálico de 300 €) a la fotografía titulada Er genario, de Alejandro Sebastián (prom. 2003), así como dos accésit de 200 € y 150 €, respectivamente, a las fotografías presentadas por Lucas Lerín y por Candela de la Macorra (Candela ya obtuvo el 1º premio en la II Edición).

Finalista CIUDAD DE LADRILLOS DE ADOBE Por Álvaro Fernández (promoción 2002)

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Finalista ESPINA DORSAL Por Miguel Jiménez (promoción 1966)

Finalista MATERIALES HERIDOS. XVII Por Alejandro Sebastián (promoción 2003)

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Finalista MARINA EN LA PISCINA Por Javier Lerín (promoción 1972)

Finalista JUEGOS DE AGUA Por Miguel Jiménez (promoción 1966)

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Accésit

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EL VACÍO DE BERNINI

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por Candela de la Macorra (promoción 2001)

por Lucas Lerín (promoción 2008)

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Primer Premio

ER GENARIO por Alejandro Sebastián, (promoción 2003)

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Edición del ‘Auto de Navidad del colegio «Estudio»’

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El día 18 de diciembre de 2008, en el mismo escenario donde se representa el Auto, en el Paraninfo del colegio «Estudio», presentamos el libro Auto de Navidad del colegio «Estudio», editado por ADANAE, y que ha supuesto la culminación de un proyecto en el que hemos estado trabajando estos últimos años.

Intervinieron en la presentación Guillermo Sáenz (promoción 1989), vicepresidente del Comité Directivo de ADANAE, Elena Gallego (promoción 1970), profesora del Colegio y responsable del Archivo Histórico Fundación Estudio (AHFE), y 46

Javier Lerín (promoción 1972), diseñador gráfico y creador, junto con Álvaro Alvarado (promoción 1972), del diseño de la obra.

Todos ellos destacaron la necesidad y relevancia de esta nueva edición, que recoge el Auto tal y como se representa en la actualidad. Resaltaron también la labor de equipo realizada desde las primeras etapas del proceso, pues en esta obra colectiva hemos contado con la colaboración entusiasta de antiguos alumnos y profesores de «Estudio».

El contenido del libro se ha estructurado en dos partes bien diferenciadas. La primera es la principal: el Auto de Navidad, tal y como se representa en la actualidad en el Colegio. La segunda es un conjunto de Apéndices que recogen el origen de los textos, la música, los bailes, el vestuario y otros temas de interés.

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UN GRAN PROYECTO COLECTIVO uando en el verano de 2001 iniciamos una nueva etapa en ADANAE, nos propusimos un montón de proyectos que se agolpaban en las interminables actas de las primeras reuniones. De todas las iniciativas, ninguna nos gustaba tanto ni suscitaba tanta unanimidad como la edición de un nuevo libro del Auto de Navidad. Todos sabíamos lo apreciado y raro que era cada ejemplar de la anterior edición de Aguilar, por no mencionar ediciones anteriores, y casi todos habíamos estudiado y ensayado alguna vez textos del Auto sobre ejemplares que se desfallecían planos sobre la mesa al pasar las páginas, pidiendo a gritos el ingreso en aquel taller de encuadernación del Sr. Mora, en el que renacían milagrosamente los libros.

La nueva edición estaba, por lo tanto, en nuestra “lista de tareas” desde el verano de 2001, aunque todos éramos conscientes de las dificultades y de los pasos intermedios que habíamos de dar. Por ello, decidimos dar prioridad a otros proyectos de menor envergadura, manteniendo el libro del Auto en el punto de mira. Significativamente, nuestro primer proyecto editorial consistió en terminar algo que muy acertadamente había iniciado el anterior Comité de ADANAE; el CD con las canciones del Auto. Tampoco fue casual que poco después editase ADANAE el libro de la Srta. Ángeles, Títeres con cachiporra, al que 47 seguiría una larga lista de trabajos editoriales, muchos en compañía de otras entidades afines.

Desde el inicio, el presidente del Comité Directivo de ADANAE, José Manuel Cajigas, se puso al frente del proyecto con el entusiasmo y la determinación inquebrantable que le caracterizan. En todas las largas y nocturnas reuniones del Comité de ADANAE ha estado el libro en el orden del día. Siempre teníamos novedades, buenas o malas, que se adivinaban en el ánimo con que José Manuel abría la sesión.

D E I Z Q U I E R DA A D E R E C H A : G U I L L E R M O S Á E N Z E S C A R D Ó , E L E NA G A L L E G O Y J AV I E R L E R Í N, D U R A N T E L A P R E S E N TA C I Ó N D E L L I B R O No estaba solo en esta empresa.

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‘ A U T O

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« E S T U D I O » ’

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Tenemos la suerte de contar con una experta editora en el Comité, Inma Garrido, cuya contribución en todo cuanto se edita es decisiva, y también lo ha sido en este libro. Y tenemos la suerte de contar con un experto en todo cuanto es bello, Álvaro Toledo, que ha contribuido de manera determinante a que el libro sea una realidad, y que pone su impronta estética a todo cuanto hace ADANAE, aunque deteste tener que involucrarse, como él mismo diría, hasta en los arreglos florales. Los restanN Ú M E R O

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tes miembros del Comité Directivo de ADANAE también se han volcado con esta iniciativa, y lo puedo escribir sin que sea un ejercicio de autobombo, ya que quien les escribe no ha pasado de ser en todo esto un simple hafiz de los del Auto, testigo de excepción de la representación, pero desempeñando funciones humildes muy alejadas de los actores.

En todo caso, la característica más destacada del libro del Auto es que se trata de una obra colectiva, en la que han contribuido de manera entusiasta alumnos, ex alumnos y profesores de «Estudio». En este aspecto es trasunto del propio Auto, cuya característica más destacada es su condición de obra colectiva, y en ese ánimo participan cada año más de ochocientos alumnos y profesores de «Estudio», con un entusiasmo extraordinario, lo que para mí constituye su principal virtud y lo que le otorga un papel educativo esencial.

En este sentido hay que agradecer el apoyo del Colegio y de su Dirección, de la Fundación «Estudio» y de la familia Catalán Menéndez-Pidal, y la contribución especial a esta obra de Álvaro Alvarado y Javier Lerín, Carmina Gobernado, Elena Gallego y el Archivo Histórico Fundación Estudio, Teresa Ramírez, Montserrat Gutiérrez, Pedro Álvarez de Miranda, Julita Ben, Rocío Secades, Ana Gurruchaga, Maite y Paz López Gutiérrez, Mónica Porres, Gonzalo de la Serna, Luis Sánchez, Juanjo Caurcel, Sara Catalán y Carlos Gancedo-Rodríguez Carazo.

Como toda obra colectiva, requiere una ingente labor de compilación y coordinación, y esta tarea tiene un nombre propio; Teresa Jordá, pilar fundamental de ADANAE desde el año 2002, quien comparte con José Manuel Cajigas la virtud de la perseverancia, y quien se ha entregado a la labor del libro del Auto con el buen hacer de siempre, además de escribir dos excelentes apéndices.

El libro del Auto de Navidad sintetiza la idea que tenemos de la labor de la Asociación de Antiguos Alumnos quienes estamos en el Comité de ADANAE, y se resume en la dedicatoria del libro: “De los antiguos alumnos a los profesores del Colegio, en reconocimiento por su labor”.

Es esta la función esencial de la Asociación y la que nos ha impulsado en este proyecto: debía hacerse como agradecimiento y homenaje a «Estudio», a la Srta. Jimena y a todos cuantos han dedicado su vida a la educación en el colegio.

ADANAE, utilizando la expresión de Baltasar Gracián, ha igualado con la vida el pensamiento, dando vida a este proyecto largamente acariciado. Vendrán otros. Afortunadamente, la lista de tareas y proyectos sigue creciendo.

Guillermo Sáenz Escardó (promoción 1989), Vicepresidente de ADANAE E D I C I Ó N

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En agosto 2008, Gerardo Guinea, miembro de ADANAE y uno de los profesores homenajeados en 2009, y su mujer, Galyna Lazaryeva, realizaron un nuevo viaje a Rusia, con el mismo éxito de organización que el año anterior. En www.adanae.com puedes leer la crónica correspondiente a un capítulo de dicho viaje. Para Cuadernos hemos querido centrar el interés en el corto pero intenso viaje a Londres, del 18 al 22 de marzo de 2009, que organizaron para visitar dos importantes exposiciones: Bizancio 330-1453 y 500 aniversario de Palladio.

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l avión en Barajas saldría con una hora de retraso, eso nos anunciaban. Bueno, pues esperaríamos. La terminal 4 es muy espectacular, pero ofrece pocas facilidades al pasajero que debe esperar: ausencia de bancos o sillas que no sean “de pago”, en cafetería. Pasamos un control estricto cuando llega la hora. Viaje sin incidentes.

En Londres se han debido equivocar con el tiempo (meteorológico, se entiende): luce un cielo azul sin asomo de nubes (sí, en marzo y en Londres) y aún son sólo las 15h30. Claro es que anochecerá para las seis y media. El Gatwick Express es un gran invento. Es muy cómodo y en 30 minutos justos nos deja en Victoria Station. En autocar hubiéramos tardado más de una hora. Luego, los taxis ingleses (de fácil acceso, pues basta con inclinar un poquillo la cabeza para entrar en ellos), nos llevan en 10 minutos al hotel.

Es el primer día, el primer atardecer, y cada uno quiere ir por su cuenta. Unos hacen una buena caminata a pie hasta Picadilly Circus, y más allá, hasta el Covent Garden. Otros recorren el

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barrio, los demás ya han acordado encontrarse con conocidos. Todos saben que a la mañana siguiente tenemos cita en la Royal Academy a las 10 en punto, hora para la que se han reservado las entradas para la visita de la exposición de Byzantium que aparece anunciada en metros y autobuses.

Arte y cultura del imperio bizantino, ese es el tema de la exposición Byzantium 330-1453. Claro, en nuestros bachilleres (muy diferentes unos de los otros, dada nuestra diferencia de edad) estudiábamos el Imperio Romano, que duró bastante menos, con cierto rigor, pero el imperio bizantino quedaba relegado a unas líneas en las que aprendimos que cayó en 1453, ante el Imperio Turco, y que esa fecha sirvió para marcar el comienzo de la Edad Moderna. Incluso algunos sabíamos que entonces cayó la dinastía de los Paleólogos, de nombre tan bonito de pronunciar. Pero ¿qué pasó en esos once siglos? Es lo que aprendimos en esa magnífica exposición para cuya visita, cuando nosotros entrábamos, ya se había formado una larguísima cola. Y así, en diferentes salas dedicadas a diferentes aspectos del Imperio, su arte y su vida, nos fuimos deleitando, sí, de verdad deleitando, contemplando los objetos y recuerdos: Constantino el Grande, Justiniano, la época de los iconoclastas, la vida en la corte, la vida diaria de los bizantinos, sus iconos, sus relaciones con Occidente, el desarrollo del arte más allá de Bizancio (iglesias orientales ortodoxas o armenias), Moscú como “tercera Roma” tras la caída del imperio. Y, para finalizar, los iconos traídos del monasterio de Santa Catalina del Sinaí, iconos del siglo VII y VIII, cuando se fundó el monasterio, que nunca habían salido de él. ¡Qué maravilla, ese icono de “la Escalera del Paraíso” del siglo XII! Una exposición que podía ser contemplada sin prisas en algo menos de una hora y media, como debe ser. Luego, a la salida… nueva dispersión. Comprar buenos tés en Fortnum and Masons, que estaba justo enfrente, recorrer Londres en las tres horas del trayecto de los autobuses de la Big Bus Company, bajando y subiendo a discreción, o contemplar V I A J E

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las tiendas de lujo. Bien, al día siguiente nos encontraríamos nuevamente en el mismo lugar, en la Royal Academy, a las 10, para recorrer la exposición dedicada a Palladio.

Andrea Palladio, su vida y legado. Nacido 500 años antes, esta exposición, que llegaba de Vicenza, tenía que hacer forzosamente escala en Londres, ya que Inglaterra alberga el mayor número de mansiones de estilo palladiano. La misma Royal Academy era una de ellas. De nuevo, qué magnífico recorrido por maquetas a gran escala de sus principales obras. Facsímiles de sus escritos y de sus planos. Supimos incluso que se presentó a concurso para la construcción del Escorial, aunque no fue aceptado. “Magnífico, opinaron algunos; pero… esto tenemos que verlo en la realidad, así que, Gerardo, ve preparando para finales de septiembre o primeros de octubre una visita a Venecia y Vicenza para contemplar su obra in situ”. Lo intentaremos.

Nueva dispersión. Café con ricos pasteles en la pastelería Valeria, que fue abierta en 1929 y estaba a pocos metros. Todos querían ver la Modern Tate Gallery y recorrer el Támesis en barco, o visitar el insuperable Museo de la Ciencia, y ver muy de cerca el Big Ben y el British Museum. Nuestros jóvenes hicieron todo eso y más. Laura Conde hasta tenía una entrada para un musical (uno de los veinte en cartel), El rey león. Al día siguiente nos aseguró que era simplemente magnífico como espectáculo.

Nos vimos a la noche en la cafetería del hotel. Por la mañana, lujosos y cómodos vehículos (Mercedes) nos trasladaron a Victoria Station para tomar de nuevo el Gatwick Express, y, desde este aeropuerto, utilizando las líneas aéreas portuguesas, con escala de una hora y media en Oporto, llegamos puntualmente a Barajas a la hora prevista. ¡Qué delicioso vuelo este último, el Oporto-Madrid en un avión de no más de 30 plazas que nos daba la impresión de que, a lo mejor, nos hacía un looping!

Volvimos de Londres cargados de botellas de buenos vinos de Oporto. A propósito, qué hermoso aeropuerto el de esta ciudad. La visita de ésta la hemos puesto en cartera, pues también es un bello lugar de nuestra querida Europa.

Gerardo Guinea, antiguo profesor de «Estudio».

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Entrevista a Fernando Rodríguez Arroyo Fernando Rodríguez Arroyo (promoción 1982) lleva ya casi cinco años en Sudán, trabajando en la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). También ha vivido bastantes años en Angola y en África del Este. Actualmente está esperando un cambio de destino, aunque cree que será dentro del continente. Cuando le propusimos esta entrevista, no dudó un instante: “no estoy seguro de que yo tenga nada muy interesante que decir, pero creo que puede ser bueno hablar de África, de las Naciones Unidas o de los problemas humanitarios del mundo. Todas estas cosas están un poco devaluadas hoy en día, en favor de otros problemas más inmediatos, pero están ahí y yo soy un proselitista nato”.

53 rquitecto de profesión, antes de terminar la carrera entró en contacto, casi por casualidad, con el mundo de la cooperación. Desde el primer momento se sintió enormemente atraído por el espíritu y el trabajo de las organizaciones no gubernamentales y decidió comprometerse con ese mundo. Trabajó bastantes años como arquitecto para la ONG Médicos del Mundo, proyectando y construyendo edificios de infraestructura sanitaria y educativa en Bosnia, Albania, Zaire, Angola y

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Ruanda. En 1999, “sentó la cabeza” y volvió a España. Ingresó en Dragados y Construcciones, pero las buenas intenciones duraron poco y la empresa le envió casi inmediatamente a Costa de Marfil, donde permaneció un año desarrollando un proyecto de construcción de varios centros de formación profesional.

P: ¿Cómo entraste a trabajar para Naciones Unidas?

R: Como tantas otras cosas en mi vida, esto también sucedió por casualidad. EstanF E R N A N D O

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do de vacaciones en España en la Navidad de 1999, hubo un golpe de estado en Costa de Marfil y el gobierno fue derrocado por una junta militar. El proyecto que desarrollábamos era para el gobierno, concretamente para el Ministerio de Educación, pero ese cambio en la situación política dejó a la empresa sin contraparte legal en el país. Se abrió un período de incertidumbre para todos los que trabajábamos allí. En ese momento, y de forma totalmente inesperada, recibí una propuesta de la oficina de las Naciones Unidas en Angola para volver allí, esta vez en tareas de coordinación de asistencia humanitaria. Yo había trabajado ya dos años en Angola con Médicos del Mundo y estaba enamorado de ese país, de modo que no me costó mucho decidirme y aceptar aquella propuesta. Tras algunas formalidades, regresé a Angola en marzo de 2000 y empecé a trabajar para Naciones Unidas.

P: ¿Cómo se ha desarrollado tu carrera en este organismo internacional?

R: Actualmente soy el responsable de OCHA para la región de Darfur del Sur; la más complicada de las que he conocido a lo largo de mi estancia en Sudán. Empecé a trabajar como responsable de una pequeña oficina provincial de OCHA en el interior de Angola, en una ciudad del altiplano llamada Huambo. El país estaba sumido aún en una guerra civil que ya duraba casi veinticinco años, y la situación era muy complicada. De Huambo pasé a otras oficinas proN Ú M E R O

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vinciales, y finalmente a la oficina central en la capital, Luanda.

Después de cuatro años en aquel país me propusieron trasladarme a Haití. Llegué allí a comienzos de 2004 como director adjunto de nuestra oficina. La situación que se vivía en aquel momento era la del caos que siguió al derrocamiento del antiguo presidente y los graves desastres naturales que se produjeron aquel año. Tras algo más de un año en Haití me trasladé al sur de Sudán, donde trabajé como responsable de varias oficinas regionales de OCHA hasta 2005, año en que comencé mi actual etapa en Darfur (Sudán), en el noreste del país.

P: ¿Cuál es la función de la OCHA dentro de Naciones Unidas?

R: La OCHA es la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios. En esencia, el objetivo principal de la oficina es trasladar las necesidades y preocupaciones de los afectados por una crisis humanitaria a todos aquellos que pueden hacer algo para aliviar la situación.

Algunas de las actividades desarrolladas por OCHA sobre el terreno para lograr esto son la organización de misiones conjuntas de evaluación de la situación humanitaria, el análisis de la información disponible sobre la crisis de que se trate y la elaboración de un plan de acción para responder a la crisis de una forma adecuada. OCHA está presente en algunas zonas del mundo propensas a los desastres naturales a través de

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oficinas dedicadas a la observación de parámetros que puedan indicar la inminencia de una catástrofe.

En la actualidad, aproximadamente 600 personas trabajan para OCHA en unos treinta “puntos calientes” del mundo. Su sede mundial se encuentra en Nueva York, con una subsede localizada en Ginebra.

P: ¿Cuál es tu responsabilidad dentro de esta organización?

R: Actualmente soy el responsable de la oficina de OCHA en el sur de Darfur, encuadrada dentro de la misión de OCHA en Sudán. Debido a la complejidad del conflicto y la extensión geográfica de esta zona se trata de una oficina regional relativamente grande. En ella trabajamos treinta personas de ocho nacionalidades, en todas las especialidades que mencionaba antes. La oficina está situada en Nyala, la capital del sur de Darfur, y tiene una suboficina en Ed Daein, en el sureste de la región.

P: ¿Es importante hablar de África en estos momentos?

R: Creo que lo verdaderamente importante es intentar ver más allá de nuestro entorno y sobreponernos a la inmediatez de lo cotidiano. Profundizar en el conocimiento de otros países y familiarizarnos con sus problemas nos aportará, cuando menos, una nueva perspectiva del mundo en que vivimos.

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A menudo se tiende a pensar en África como en un espacio geográfico homogéneo, y estamos tan acostumbrados a las malas noticias que proceden de allí que frecuentemente asociamos ese espacio con ideas puramente negativas.

Y sin embargo, África es un continente infinitamente diverso. En él vive la población más joven del planeta, y en él tiene su origen, por ejemplo, una buena parte de los valores culturales y sociales que los europeos meridionales consideramos como propios. La riqueza cultural de África es incalculable. Sus riquezas materiales, a veces tan mal administradas, son también muy cuantiosas. Los éxitos o fracasos políticos y sociales de África tienen un impacto cada vez más visible en el resto del mundo. Hace unos dos mil años, Plinio el Viejo escribió su famosa máxima Ex Africa surgit semper aliquid novo (Siempre brota algo nuevo de África).

P: ¿Cuáles son los principales problemas humanitarios de este continente?

R: Aunque es imposible generalizar sobre las dificultades de un continente tan diverso como África, son problemas muy serios el impacto de las enfermedades infecciosas, los climas poco favorables o adversos, la superpoblacion en algunos países o la mala gestión de muchos de los gobiernos africanos. Personalmente creo que el principal F E R N A N D O

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problema humanitario de África es el reducido acceso de la población a la educación básica.

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P: ¿Son muy distintos los problemas que encontraste en Angola de los que vives hoy en Sudán?

R: En algunos aspectos los problemas de Angola eran muy parecidos a lo que se viven hoy en día en Darfur. Sobre todo, el problema de grandes masas de desplazados internos sin un horizonte vital muy claro, ni mucho menos, una solución al problema que les había llevado a ese desplazamiento. En Darfur, quizá el ambiente de trabajo con las autoridades del país está más enrarecido de lo que estaba en Angola en aquellos tiempos. En Darfur hay una gran multiplicidad de bandos contendientes y el problema se extiende también a las relaciones tribales, lo que no sucedía en Angola. Además, en Angola no existía el problema del cambio climático como un factor en el conflicto, que es el caso en Darfur. Sin embargo, Angola estaba (y sigue estando) infestada de minas antipersonas y esto no es, al menos de momento, un problema en Darfur. Ambos conflictos han causado la muerte de cientos de miles de personas y el desplazamiento de varios millones de civiles. Es difícil diferenciar entre el sufrimiento de las víctimas en ambos países; en cualquier caso, las necesiN Ú M E R O

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dades básicas generadas por ambos desastres son parecidas.

P: ¿Cómo ayudáis a las víctimas civiles de los conflictos bélicos?

R: Un plan de acción característico de OCHA en un conflicto bélico comenzaría con la organización de una misión para evaluar las necesidades de la población civil afectada por el conflicto, conjuntamente con algunas de las agencias de Naciones Unidas (tales como UNICEF, PMA etc.) y ONGs presentes en el terreno. A esa evaluación inicial seguiría la negociación con los bandos contendientes de uno o varios “corredores humanitarios” hacia las víctimas y la coordinación de la prestación inmediata de ayuda con los elementos que estén disponibles en ese momento en el terreno. A continuación, y en coordinación con las organizaciones humanitarias implicadas, OCHA elaboraría un plan de ayuda a medio o largo plazo y lo sometería, en nombre de todos los solicitantes, a la consideración de los organismos donantes. Frecuentemente, estos son las embajadas de otros gobiernos, bien directamente o a través de organismos especializados (tales como la Agencia Española de Cooperación Internacional). A continuación, OCHA comenzaría una evaluación continua de la calidad e idoneidad de la operación humanitaria en curso, asegurándose de que

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todos los organismos intervinientes trabajen de forma coordinada y dispongan de información adecuada y necesaria para la toma de decisiones sobre esa operación hasta que termine la fase critica del desastre, se considere que ha desaparecido el peligro que condujo a la crisis y se haya iniciado la recuperación de la población civil.

P: ¿Cómo actuáis en casos de desastres naturales?

R: OCHA tiene algunas oficinas en zonas del mundo propensas a los desastres naturales. La misión más importante de estas oficinas es asegurarse de que los mecanismos locales o regionales de respuesta a un desastre se encuentren preparados en todo momento y sean capaces de responder a ese desastre rápida y coordinadamente. Esas oficinas han de ser también capaces de movilizar en poco tiempo una respuesta internacional si la gravedad de la crisis así lo requiere. Las oficinas de “alerta temprana” dedican una buena parte de su tiempo a interpretar datos provenientes de muchos otros organismos que puedan advertir de la inminencia de un desastre natural.

P: ¿Cuáles son tus proyectos de futuro?

R: Mis proyectos más inmediatos son los de trabajar en alguna de las oficinas regionales de OCHA, supervisando las actividades realizadas en varios países de la zona. A veces me resulta atractiva la idea de alejarme un E N T R E V I S T A

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tiempo de la línea de emergencia y reflexionar sobre estos años con algo de perspectiva. De todos modos, estas intenciones de estabilidad suelen durarme poco tiempo, y de momento sigo viéndome en el “terreno”, allá donde sea necesario.

P: ¿Uno se desarraiga de su país y de los amigos viviendo tan lejos?

R: He pensado muchísimo en la idea del desarraigo a lo largo de los últimos años. De hecho, las reflexiones sobre el desarraigo y las comparaciones con otros modelos de vida son uno de los temas más frecuentes de conversación entre los expatriados que trabajan en ayuda humanitaria o cooperación internacional. Aunque no he llegado a ninguna conclusión muy nítida intuyo que, más que a los lugares, uno está arraigado a la personas. Yo tengo un profundo arraigo a mi familia y a mis amigos, y aunque esté lejos los llevo siempre conmigo y procuro visitarles lo más a menudo que me es posible. Como esos vínculos son muy poderosos y están muy vivos en mí, no me siento desarraigado, aunque a veces uno siente que el contacto con los seres queridos no es todo lo frecuente que uno quisiera.

P: ¿Echas de menos España?

R: Sobre todo, echo de menos a la gente que quiero y que está en España. Pero también echo a veces de menos a mi ciudad, Madrid.

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Me considero un madrileño casi “militante”, y siempre me ha fascinado la historia de Madrid; la pasada y la presente. Siempre tengo conmigo algún libro sobre Madrid, y procuro estar al día de lo que ocurre a través de Internet o de Radio Exterior de España.

A veces, cuando escucho las cosas de España, me entran un poco de nostalgia y unas ganas enormes de dar una vuelta por allí para visitar a los muchos amigos que tengo repartidos por todo el país y cerciorarme de que todo sigue “en su sitio”. Hago esto siempre que me es posible, y en esas ocasiones me doy cuenta de que he echado mucho de menos a mi país sin ser consciente de ello.

P: ¿Crees que los asociados de ADANAE pueden colaborar en tu labor en África?

R: Desde luego que sí. Hay muchas formas de colaborar, pero creo que la más importante es la toma de conciencia de los problemas con los que OCHA se enfrenta en el continente. Debe hacerse de una forma crítica, sin aceptar a priori los conceptos o las explicaciones más “al uso”. El primer paso es, por tanto, tratar de profundizar en la información que se nos ofrece, a menudo de forma muy superficial, sobre lo que está N Ú M E R O

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ocurriendo en un país que atraviesa una crisis humanitaria. Leer sobre las circunstancias en que se ha producido y tratar de entender cómo y por qué se ha llegado hasta ese punto. Es decir, interesarse en uno o varios problemas específicos e intentar saber cuál es su historia; qué se está haciendo para aliviar la situación, qué organismos están interviniendo y qué labores desarrollan exactamente. A continuación es posible ayudar a alguna de esas organizaciones, y hay muchas maneras de hacerlo. Desde contribuir a la difusión de su labor a través de foros a los que tengamos acceso, a la implicación directa en algún programa de voluntariado, o la afiliación a esa organización.

Lo más importante es que, cualquiera que sea la naturaleza de nuestra ayuda, se trate de una acción informada.

Creo que actuar de esta forma y ser capaces de levantar la vista de nuestros propios problemas y conocer en profundidad otros que están lejos de nuestro entorno inmediato es también una forma de ayudarnos a nosotros mismos.

Inma Garrido (promoción 1983) / Fernando Rodríguez Arroyo (promoción 1982)

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69º Aniversario de «Estudio» Cada año son más numerosos los antiguos alumnos que asisten a la

celebración del aniversario de «Estudio». Coincidiendo con el 69º aniversario, el 7 de febrero de 2009 nos reunimos en el colegio más de 300 compañeros.

La promoción 1984, que conmemoraba su 25º aniversario consiguió un récord de participación, con 92 compañeros. También fueron numerosos los antiguos alumnos de las promociones 1959 y 1999, y los alumnos de la promoción saliente de 2009 (promoción saliente). La promoción 1988, por su parte, celebró una fiesta esa misma noche, convocando a más de un centenar de amigos para conmemorar su 20º aniversario. Muchas otras promociones realizan encuentros mensuales y semestrales, algunas incluso semanales.

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20 AÑOS NO ES NADA… odo empezó gracias a ADANAE. El asociado José Mª Sastre (Sunde) pensó en organizar una reunión de su promoción y la Asociación le puso en contacto con otro asociado de su curso, Francisco Pérez, allá por el verano de 2008. Lo primero era localizar a nuestros compañeros, desperdigados tras 20 años fuera del Colegio: pusimos en marcha toda la maquinaria de internet (blog, lista de correo, Youtube,…) y para finales de año teníamos en la agenda a casi toda la promoción: 140 personas nacidas en 1970 y, la mayoría de ellas, alumnos de «Estudio» hasta 1988. Lo demás fue coser y cantar: bajo el estímulo y permanente empuje de Sunde nos juntamos una docena de “organizadores”, cada uno con sus capacidades profesionales (publicidad, tecnología, administración, diseño, logística, intendencia,…) y las cosas salieron casi solas: el 7 de febrero nos reunimos alrededor de 120 antiguos alumnos de «Estudio» en una fiesta que duró toda la noche, pero que se hizo muy corta porque 20 años no es nada, y una noche para el reencuentro, menos aún. Más información en www.estudio1970.com.

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Francisco Pérez Andrés (promoción 1988) 25 AÑOS DE RECUERDOS quí nos encontramos de nuevo, 25 años después, tal y como somos, como éramos… porque como otro ex alumno escribió hace poco sobre un reencuentro similar a éste: “Porque… volvimos a ser nosotros, sólo que disfrazados de mayores” (ver artículo de Javier Marías reproducido en pág. 63 de este Cuadernos). En esta intervención de nuestra promoción nos gustaría recordar lo que hemos sentido y percibido en una etapa tan importante de nuestras vidas. Para ello hemos reunido algunas reflexiones de nuestros compañeros.

Hay recuerdos que en nuestra memoria tenemos grabados, como: los Curritos, la Gimnasia, el Pipipiií, pipipí, el Depósito, el Tobogán, los Hafices, la Delegación, la Ficha Amarilla, el misterioso y mítico “Libro Negro”, la Señorita y… Señor, el ¿Puedo ir a “un sitio”?, el Encantados, el Auto de Navidad, el Fin de Curso, el pelo y la redecilla de la Srta. Pura, el “delantalillo” de infinitos bolsillos de la Srta. Ángeles, las gafas de la Srta. Llopis, la pin-

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tura de labios de la Srta. Nieves, los Romances, los Cuadernos, las Fichas, la Capilla… a la vez sala de conciertos o teatro o lugar de reunión, los Vestuarios, el Gimnasio de Judo o… el SEMIcubierto, la Pista de Patinaje, la Ducha con agua helada… ¡salvo para las niñas!, los Poyetes (aunque no sea correcto) de las ventanas, las Persianas, el Borrador y las Tizas, el Estanque, las Salidas a la Pizarra, las “Corridas” de Rosa Bernis, el “es cuando no es castellano”, la Cruz de madera de la 1ª Comunión, las Excursiones, los Toros de Guisando, la Semana Cultural, y el “miedorespetoadmiración” (en una sola palabra) a la Srta. Jimena.

Pero, además de estos recuerdos, está lo que sentimos, antes y ahora, lo que nos enseñó y tal vez aprendimos… o simplemente cómo poder describir lo que vivimos: Una de ellas es la Tolerancia, en la acepción de la RAE como respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. Y la Diversidad, en este caso, como variedad, desemejanza, diferencia.

Y muchas más como: IRREPETIBLE, NATURALEZA, LIBERTAD, SANO, MAGIA, MÚSICA, AMISTAD, ALEGRÍA, DESCUBRIR.

Y frases: –La gente, que había de todo, lo cual esta muy bien, y también mucho gilipollas, pero también gente de paz, gente sana, gente lista, gente divertida y gente normal.

–Allí pasé mi infancia y todas esas cosas no sólo se refieren a “leer” y a “escribir” sino a “ser” y “estar” en la vida. Porque todas las Señoritas que ya eran mayores y que andaban por allí por todas partes desprendían virtudes de las que uno se hacía dueño.

–(Refiriéndose a los profesores y profesoras del Colegio) Cuando me convertí en profesora, hace ya casi veinte años, todos ellos se me vinieron a la memoria de golpe ¡qué entrañables! El amor al trabajo bien organizado y bien hecho, el sentido de las palabras y cómo plasmarlas y lo importantes que son para pensar, el amor a la literatura. Ellos son “irrepetibles” ¿no crees?

Aunque también hay otras aportaciones: SOLEDAD, MALOS, MALAS, INJUSTO, SI NO ERES DE UNA BUENA “FAMILIA”… y también SI ERES DE UNA BUENA “FAMILIA”…, LOCAS, DURO, TRISTE.

En definitiva, como bien ha dicho alguien de nuestra promoción: –La verdad es que son tantos los recuerdos que es difícil expresarlos en pocas palabras.

Para ello también nos vamos a apropiar de ideas vertidas en un documental titulado El secreto de educar, o como se dice en su comienzo La aventura de educar, aunque para mí es “El ARTE de educar” como expresión de virtud, disposición y habilidad para hacer algo.

Este excelente testimonio ha sido escrito, dirigido… bueno, al fin y al cabo, “parido” en el sentido más amplio de la palabra, por Sonia Tercero, miembro de nuestra promoción.

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En él se habla de saber escuchar, inquietud, investigar, curiosidad, las ganas de experimentar, tener que pensar, tomar una decisión, tener una opinión, capacidad de razonar, de dialogar, la idea de la rectitud…

Por último, personalmente no puedo desaprovechar esta oportunidad para resaltar tres 1984. cuestiones: No sólo es por mi evidente relación durante muchos años, pero debo destacar la labor realizada por el Club Deportivo Estudio, lo que supone el trabajo de una entidad en la que participan actualmente cerca de un millar de alumnos y ex alumnos del Colegio. Incluso en algunos cursos supone más de un 70% de los niños matriculados. Pienso que aquí se debe reconocer, ya que creo que hay ocasiones en que no es así entendido.

Otra es ADANAE, la Asociación de antiguos alumnos que nos acoge a todos nosotros, con Teresa Jordá, también de nuestra promoción, siempre “al pie del cañón”. Muchos no olvidamos las palabras de la Srta. Jimena en este mismo lugar, cuando en 1990 nos hizo llegar un mensaje: todos debíamos contribuir para garantizar el futuro de «Estudio».

Este ES un proyecto que iniciaron unos pocos, pero en el que han participado y ayudado MUCHOS. Y para finalizar, estas dos entidades y otras hoy presentes, como la Fundación Estudio, no tendrían razón de ser sin la existencia del Colegio. La Srta. Carmen Ugena, en el documental El secreto de educar, contó una anécdota muy bella e IMPORTANTE: –¡Ahora sí va a ser el Instituto-Escuela de verdad!

–¿Por qué?, ¿por los edificios?

–¡No! Es por ese grupo de profesoras…

Haciendo un símil, pienso que no debemos olvidar que el colegio «Estudio» y todo lo que representa no puede ser SÓLO el edificio, el método, lo heredado, el poso de muchos años. Su presente y futuro depende de eso, de este grupo de MAESTROS que son los que tienen que mantener todo lo que aquí hemos destacado y mucho más. Por ello, es lo que más deberíamos cuidar TODOS… ENTRE TODOS. Fico Miret (promoción 1984) N Ú M E R O

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omo a cualquiera en las mismas circunstancias, la reunión me hacía ilusión y me daba miedo, luego me puso nervioso. En 1968 acabé el preuniversitario y salí del colegio «Estudio», en el que había permanecido desde los cuatro años. Hace una semana, a instancias de uno de los pocos compañeros con los que mantengo amistad, José Manuel Vidal, que además es mi cardiólogo desde hace un decenio, unos cuarenta miembros de aquella promoción fuimos a su casa y nos vimos las caras, en algún caso por primera vez en cuarenta años. Mercedes Cabrera, la Ministra de Educación, y yo teníamos la ventaja de que esa cara se nos ve en la prensa de vez en cuando y era difícil que le diéramos un susto a nadie. Da temor encontrarse con cincuenta y siete años a quienes dejamos de ver con dieciséis o diecisiete. De hecho dudaba que fuera aconsejable. A algunos los había vuelto a ver hacía veinte, con motivo de una reunión similar, pero eso es también mucho.

Fue muy agradable y divertido, y, tras unos segundos de desconcierto, todo el mundo resultó reconocible. Había que hacer una corrección de enfoque, acoplar la cara infantil o juvenil que uno guardaba en la memoria a la del hombre o la mujer maduros que tenía ahora uno enfrente. A los pocos minutos, en el peor de los casos, se obraba una superposición y, por así decir, uno conseguía “encajar” las dos imágenes, la del pasado remoto y la del presente, sin que ésta borrara aquélla del todo ni aquélla desmintiera del todo a ésta.

Nadie preguntaba mucho por la vida actual de cada cual, más allá del “Qué tal te va” impuesto por la educación. Esa vida actual en realidad no interesaba, a ninguno nos importaba saber a qué se dedicaba el otro, si tenía hijos, mujer o marido, porque enseguida se congeló el tiempo y empezamos a tener la sensación de que la vida verdadera era aquella, la de estar todos juntos sin profesión ni ataduras, en la vaga y eternizada expectativa de la infancia, y de que cuanto había ocurrido y venido después de separarnos era accidental y secundario, una especie de desviación de lo natural, o de error, o acaso un larguísimo sueño que tocaba a su fin al reencontrarnos aquella noche, como si pensáramos: “Este es mi lugar. Estos son mis compañeros primeros, con los que eché a andar por el mundo y con los que conviví a diario durante trece años fundamentales; aquí están las primeras chicas que me gustaron, mis primeros enemigos con los que me pegué en el patio para luego hacer siempre las paces; aquí están mis primeros amigos a los que procuré ser leal, aquí mi primera representación del mundo, en la que aprendí ya casi todo”.

Era curioso ver y sentir el afecto espontáneo con que nos tratábamos todos (hasta los que no nos caíamos muy bien en el colegio), con una natural tendencia a abrazarnos, a

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pasar una mano cariñosa por el brazo, a que las mujeres, cuando la noche ya estuvo avanzada y tomamos asiento, apoyaran sus cabezas cansadas en los hombros de los hombres en quienes confiaban, como si fuéramos hermanos. Allí nadie podía ser un farsante, y no había ministra ni escritor que valieran, ni médico, arquitecto, abogado, ingeniero, periodista o psiquiatra. Nadie era nada más que el que siempre fue en clase. “Ellos me conocen bien”, pensé, “nunca podría engañarlos: todos sabemos cómo es cada uno, aquí no cabe ningún fingimiento”. Oh, y me sentí tan cómodo, tan a salvo y tan a resguardo. Hablé con la primera niña -niña entonces- que me gustó, a los cuatro años, María José Gancedo, simpatiquísima; y con la segunda, a los seis, Margarita Castillo; reconocí a Marín y a Peña, y el primero montó un DVD con viejas fotografías que nos sumergió aún más no en el pasado, sino en el tiempo que está siempre ahí, esperándonos; a Onís y a Tatay, antaño pendencieros y que hoy organizan safaris; a Lambea y a Suárez-Carreño, y a los cariñosos Gamero, Salgado y Ruiz-Bravo; a Marianne, Suseta, Asun y María Rosa, a Carmen Bernis y a Lola Lantero, ahora rubia casi platino; estaba Mercedes, también muy simpática, sin guardaespaldas por una vez porque allí era donde menos los necesitaba. No puedo nombrarlos a todos. Dos han muerto: mi mejor amigo de la primera infancia, Bauluz, y África, de la que alguien contó cómo en otra reunión, a la que no asistí, se despidió de Gonzalo Domínguez Torán con un beso casi cincuentón en la boca, y le dijo: “Tenía esto pendiente desde la niñez. Ahora ya me quedo tranquila al respecto”. Brindamos por ellos y por otros ausentes: Inés Ortega, Liven Porter, Javier Fernández del Riego, Paloma Agrasot, Rafael López Barrantes, algunos no habían podido venir desde América.

Preferí no quedarme hasta el final. No quería irme cuando ya no hubiera más remedio y por ende sentirme “expulsado” de la verdadera vida, de la más auténtica, de aquella en la que no hay disimulos y todo es diáfano. Me rondaban dos pensamientos contradictorios, o eran sentimientos: por un lado, “Si siguiéramos aquí un día tras otro, sería una pesadilla”.

Por otro, y era más fuerte, “Que no se acabe, por favor, que no se acabe esto”. Por eso me fui, cuando aún quedaban muchos y muy animados. Para acabar yo la experiencia feérica, de abolición o más bien compresión del tiempo, y que no fuera otro quien me la terminara, ni siquiera el anfitrión delicado y generoso. Porque, como dijo alguien, volvimos a ser nosotros, sólo que disfrazados de mayores. Nuestros muchos años, nuestras profesiones y fracasos o logros, nuestras mujeres o maridos e hijos, pasaron a no ser más que eso, disfraces que se ponen los niños.

Javier Marías Franco (promoción 1968).

Publicado en El País Semanal, 4 de enero de 2009 N Ú M E R O

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Revista de la Asociación de Antiguos Alumnos de «Estudio»

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Nº 7 / PRIMAVERA 2009

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