BENEMERITA ESCUELA NORMAL “Manuel Ávila Camacho”
Curso: Desarrollo de Competencias Lingüísticas
Tema: El desarrollo del lenguaje escrito en preescolar (Relación con la jornada de prácticas)
Maestro(a): José Antonio Jasso Lugo
Alumna: Jazmín Vázquez Miranda
Educación Preescolar
Fecha: Martes 23 de Junio del 2015
EL DESARROLLO DEL LENGUAJE ESCRITO EN PREESCOLAR (RELACIÓN CON LA JORNADA DE PRÁCTICAS)
El dibujo infantil, es siempre realista en la intención, pero el niño no consigue representa lo que ve sino lo que sabe del modelo Luquet
El proceso de escritura, es un proceso por el cual debe pasar todo niño, pues le permite conocer y manejar un amplio sistema de representaciones que constituyen un instrumento estrictamente comunicativo, cuyas funciones se centran en la solución de problemas, la conservación y la transmisión de conocimientos incluso la diversión, enfatizando que la comprensión es la clave y el eje de todo proceso comunicativo cuando leemos y escribimos, si el niño no comprende lo que escribe, el proceso se convierte en un proceso inservible, pues no estamos exigiendo al niño un uso crítico para satisfacer la necesidad de que comprenda lo que quiere decir con sus propias palabras, en lugar de eso, estamos creando un niño que aprende por repetición más que por juicio propio. A lo largo del proceso de aprendizaje de la lengua escrita es necesario orientar el aprendizaje de los alumnos mucho más allá de descubrir el sistema alfabético, de descifrar o transcribir palabras. Es mucho más relevante que aprendan a hacer uso de la lengua escrita, sin importar incluso que el ritmo de aprendizaje sea más lento que el del resto del grupo, pues no existe edad exacta que defina el proceso por el cual pasan todos los niños, pues a pesar de ciertas estadísticas, existen factores que intervienen de forma directa o indirecta dentro del proceso de aprendizaje de todos los niños.
A lo largo del proceso de escritura el niño se ve enfrentado en diferentes etapas que permiten un desenvolvimiento pleno en el desarrollo de la lengua escrita. Primera fase: Realismo casual (hasta los tres años y medio) En esta primera fase el niño realiza dibujos que son mejor conocidos como garabateos, líneas dejadas sobre la hoja sin sentido. Aunque para el niño siempre tienen un sentido. Si el niño crea un dibujo libre, al preguntar que ha hecho, mencionara que es solo un dibujo, pero si se le pide al niño que dibuje algún objeto específico, te dirá exactamente lo que es, y lo que significa cada línea trazada, hasta
este punto cualquier semejanza entre el dibujo y el objeto a dibujar es solo parte de una causalidad.
La segunda fase: Realismo frustrado (de los tres años y medio hasta los cinco) A lo largo de esta fase, el niño empieza intentando dibujar algo preciso, sin embargo se ve enfrentado con algunos obstáculos, uno de ellos se ve relacionado con la motricidad del niño, pues en este punto empieza a tener un mejor control de sus movimientos y el porqué los realiza, y hace un uso exagerado de ellos. Otro de los obstáculos está encaminado hacia la atención que prestan los niños, si tú le pides al niño que observe todos los detalles de una imagen, puede ser más observador de lo que creemos, sin embargo si le pedimos que dibuje lo que se trabajó, o lo que vio a simple vista el niño omitirá varios detalles importantes, si se trata de dibujarse a sí mismos, puede incluso dibujar una cabeza con manos y pies, omitiendo como parte sin importancia el tronco del cuerpo, pues es un detalle que no llama su atención, para ellos en este punto solo es importante que su dibujo posea cabeza, manos y pies.
La tercera fase: Realismo intelectual (de los cinco a los ocho años) Una vez que el niño ha pasado por las fases anteriores, se ve enfrentado en una lucha contra el dibujo realista de un adulto, y su dibujo realista, el cual se diferencia del realismo visual de un adulto, al realismo intelectual de un niño. Este proceso se lleva a cabo a través de varios procesos que aún no quedan del todo claro en el proceso de escritura de los niños, por ejemplo, en ocasiones separan partes del dibujo que para ellos no son completamente claras, por ejemplo, separan el cabello de las personas, también pueden hacer uso de la “trasparecía” dibujando lo que hay dentro de algo, por ejemplo si el niño dibuja una casa, puede dejar visible lo que hay dentro de la misma, en esta etapa el niño comienza a usar el color real de los objetos que dibuja.
La cuarta fase: Realismo visual (a partir de los ocho años) En esta última etapa el niño empieza a representar lo que ve tal cual lo observa, hace uso adecuado de los colores, e incluso atiende los detalles del modelo a dibujar, en ocasiones el niño puede tomar el dibujo como una tarea obsoleta y lo realiza sin darle la importancia debida, mientras que en otros casos, el alumno toma el dibujo como algo personal, por lo que le pone esfuerzo y dedicación a la estética del mismo. Sin embargo el niño aún puede verse enfrentado por una situación difícil, y al no poder llevar a cabo el dibujo hará un retroceso en el proceso que ya había desechado.
Es importante que los docentes tomen en cuenta el proceso por el que ésta pasando cada niño, pues aunque el proceso debe ser el mismo, el ritmo no lo será. En la instancia dentro del jardín de niños, existen procesos aplicados por las educadoras titulares, que ayudan a que el niño reconozca por lo menos su nombre, sin embargo en ocasiones se trata de un proceso de repetición donde el niño copia su nombre de alguna parte, o lo reconoce en su silla de trabajo gracias a la ayuda de una estampa, y ¿cómo afecta o ayuda esto en el proceso del lenguaje escrito? Es importante reconocer que el lenguaje escrito no es un proceso de repetición, si el niño tiene la capacidad, puede aprender a escribir su nombre entendiendo lo que dice, porque lo dice, y como saber lo que dice. Durante mi jornada de prácticas del Lunes 25 de Mayo al viernes 12 de Junio del 2015 trabaje con el grupo de 1°”A”, son 22 alumnos de los cuales son 15 niños y 7 niñas, de 3 o 4 años de edad la mayoría de ellos. El grupo en aspectos generales es un grupo muy aplicado, con el que se puede trabajar muy bien, a excepción de algunos detalles en cuanto a los acuerdos que existen dentro del aula, sin embargo de forma general es un grupo muy aplicado y disciplinado. Algunas de las actividades con las que trabaje, fueron actividades que contribuyen a las primeras bases de escritura, sin embargo la edad de los alumnos, y el tiempo que llevan dentro del jardín, me hizo percatarme que no todos son capaces de hacer un dibujo que entre en la segunda fase, me refiero a que en su mayoría los niños siguen en la fase de los garabatos, donde al preguntarles ellos le dan un significado propio al dibujo, haciendo énfasis en el tema visto, lo que demuestra que ponen la atención suficiente para expresarlo gráficamente, sin embargo ellos son quienes le dan un sentido a sus líneas, y quienes reconocer lo que quieren expresar, por lo que era muy importante que yo como educadora practicante me tomara el tiempo necesario para entender el proceso de cada niño y sobre todo lo que quiso expresa a través de su lenguaje escrito. Para mí, el lenguaje escrito es de vital importancia dentro del proceso de los niños, y no solo en el nivel preescolar, pues lo que pase dentro del jardín de niños, será definitivo para lo que sucederá después de. Cuidar, valorar y sobre todo entender este proceso, no es tarea fácil, sin embargo es una tarea necesaria y de gran utilidad, no solo como un escalón más en el aprendizaje del alumno, sino que incluso puede ser útil también en el proceso de enseñanza del docente.