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D. T. Suzuki: el filósofo budista que divulgó el zen en todo el mundo
a t i s d u b o f o s ó f l e l i : z u k S u T . D .
n d o m u e l d o o t e n n e z l e ó g u l v d i e q u
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El 11 de noviembre de 2020 se celebró el 150.º aniversario del nacimiento de D. T. Suzuki. Los logros de Suzuki son el resultado de toda una vida consagrada a difundir en inglés el pensamiento oriental y japonés por el mundo.
Suzuki Teitarō Daisetsu (18701966), que adoptó la ortografía Daisetz para su nombre budista y que es conocido por muchos en Occidente como D.T. Suzuki, fue un erudito y escritor que introdujo a varias generaciones de occidentales en el budismo zen y, más ampliamente, en el pensamiento y cultura de Asia y Japón. Pero los logros de Suzuki no se limitaron a difundir el zen por el mundo. Su estudio pionero sobre los myōkōnin, los seguidores laicos de la secta budista Jōdo Shinshū, figuró de manera destacada en su libro de 1944 Nihonteki reisei (Espiritualidad japonesa), y su traducción del Kyōgyō shinshō, las escrituras del fundador de la secta, Shinran, fue una importante adición al cuerpo de la literatura budista en inglés. Sin embargo, parece haber sido solo reconocido como el introductor y divulgador del zen en Occidente. Mucha gente en el extranjero piensa de él que es un monje zen, pero no es así, y nunca tuvo intenciones misioneras o pretendió hablar de la teoría o filosofía zen en primer lugar. De hecho, no era su intención original ganar conversos occidentales al zen, o, de hecho, explicar su doctrina desde un punto de vista teórico o filosófico. Su motivación, más bien, fue el deseo de compartir con otros la sabiduría que había obtenido de su propia práctica del zen, de acuerdo con el voto budista de salvar, o liberar, a todos los seres sintientes (shujō muhen seigando). El dicho furyū monji “no dependencia de las palabras” expresa la importancia que el zen da a la experiencia directa y personal, en oposición a la transmisión verbal de la doctrina religiosa. Por naturaleza, el zen tiende a desafiar la verbalización, y explicarlo en inglés resultaba aún más desafiante. Cuando un extranjero pregunta qué es el zen, si uno solo explica que es “la no dependencia de las palabras”, no se ha transmitido el verdadero significado del zen. Sin algún medio de comunicación, es imposible despertar el estado de zen en la mente de la persona con la que se está hablando. El filósofo Nishitani Keiji (1900-1990), discípulo del filósofo Nishida Kitarō, uno de los amigos más cercanos de Suzuki, describió su tarea de la siguiente manera: “El trabajo de Suzuki se centró en la transmisión del budismo, del zen en particular, y esto no es una tarea sencilla, ni siquiera para alguien versado en zen y en lenguas extranjeras. Obviamente, uno necesita estar completamente inmerso en la larga tradición del zen. Pero al mismo tiempo, uno debe ser capaz de verlo a través de ojos contemporáneos y enmarcarlo como algo relevante para el mundo de hoy.” En resumen, la tarea de Suzuki fue mucho más allá de la traducción de libros o la interpretación inglesa los términos del zen. Suzuki comunicó su mensaje no sólo a través de libros y conferencias, sino también a través de la interacción directa y personal, animando y respondiendo a preguntas dondequiera que fuera. Fue en tales escenarios, edificando a otros a través de su presencia inmediata, así como de sus palabras, que Suzuki se hizo presente. Fue la primera persona en ofrecer acceso abierto a la experiencia del zen.