JCSANZBELLOSO en la Revista Atticus 6 (enero 2016)

Page 1

Revista Atticus SEIS

1


Atticus: Nombre del personaje de la novela Matar un ruiseñor de la escritora Harper Lee. Fue llevada al cine protagonizada, magníficamente, por Gregory Peck. Atticus Finch representa los valores de un hombre tolerante, justo, recto que hace lo que debe para mantenerse firme en sus convicciones con honradez y valentía. Atticus: es el acrónimo de las artes liberales: danzA, arquiTectura, pinTura, lIteratura, Cine, escultUra y múSica. Atticus: es la morada de los dioses que suele estar ubicada en el último piso de las insulae y que solían disponer de un solarium para el solaz regocijo de su moradores. Atticus: Apellido por el que se conocía a Tito Pomponio Ático (Titus Pomponius Atticus, 109 a. C - 32 a. C). Historiador y escritor romano. Conocido por ser uno de los primeros editores de la historia al dedicarse a editar obras de sus amigos (entre ellos Cicerón). Atticus: Revista o punto de encuentro o solarium. Bienvenido lector. Tienes ante ti el número Seis de REVISTA ATTICUS Una revista hecha con mucha dedicación, esmero y cariño. Esperamos que esta publicación sea un vínculo de unión entre personas a las que les gusta disfrutar y promover el arte.

Editor: Luis José Cuadrado Gutiérrez Colaboradores: José Miguel Travieso Alonso - Juan Diego Caballero Oliver - Manolo Madrid - Diego Caballero Delgado Gonzalo Durán López - José Carlos Nistal - Enrique Alonso - Isaac Huerga Zotes - Cristina González Vítores - Ángela Hernández Benito - Jesús Trapote - Marina Caballero del Pozo - Almudena Martínez Martín Berta Cuadrado Mayoral - Jorge Canales - Sara del Pozo Lopez - Fernando Fernández Calvín - Liliana C. García - Francisco Puñal Suárez - Pilar Cañibano Gago Christian Mielost - Ángeles Redondo Álamo Francisco Javier Martínez - José Carlos Sanz Belloso Carlos Ibáñez Giralda - Inés Gutiérrez-Carbajal - Juan Antonio Sánchez Hernández - Javier Dámaso - María Orduña Cuevas - Cristy González Lozano - Katy Villagrá Saura - Ángel Comas - Estefanía Bautista Brocal Salvador Robles Miras - Guille Silva - Mike King - Maite García Córdoba - Rubén Gámez - Noemí Valiente Sánchez - Manuel Mata Atuse - Alicia Santamaría Jiménez - Juan González Diz - Noelia Toribio García Belén García Calvo - Mario Martínez - Javier Casado Alonso - Amparo Pozo Calvo - Andrés C. Bermejo Inés Mogollón Humor gráfico: Andrés Faro Lalanne - Alfredo Martirena - Morgan Fotógrafos colaboradores: José María Pérez Concellón - Chuchi Guerra - Jesús González (Haciendo Clack) - Antonio Torres Ochoa Diseño Portada: José Miguel Travieso Alonso Ilustración: Enrique Diego Blanco - Iris Caballero - Alberto Sobrino Marco Temprano - Felix Rebollo - Elena González Webmaster: www.revistaatticus.es Rubén García Gamarra Impresión: CarGraf Valladolid Maquetación: Luisjo Cuadrado

Medio Ambiente. Revista Atticus tambiés es una publicación electrónica. Antes de imprimir TODA la revista piensa si es eso lo que quieres, si necesitas leer todas las páginas. Piensa que puedes seleccionar las hojas que quieras imprimir. Y si encima lo haces por las dos caras, mucho mejor. Estarás contribuyendo a hacer un Redacción: mundo sostenible, es una responsabilidad de todos. Revista Atticus

C. Hernando de Acuña, 38 - 7 B 47014 Valladolid - España Teléfono: 983 115762 I.S.S.N Ed. Imp: 2173 - 951 X - Ed. Dig: 2174-1301 Depóstio Legal: VA - 763 - 2010

Portada realizada por José Miguel Travieso. © 2015 agosto Revista Atticus

Panorama de Ciudad Parquesol desde las instalaciones donde se edita Revista Atticus, en un bonito día de julio de 2015 en Valladolid.

2

© Revista Atticus. Contacto: admin@revistaatticus.es www.revistaatticus.es

Revista Atticus SEIS


Tras el cercado: Intrusiones dibujos: José Carlos Sanz poemas: Javier Dámaso Octubre de 2015

D

el otro lado de la segunda cerca histórica de la ciudad. De este lado, a la sombra de la Casa del Sol, en una franja que fue camino de ronda, en el borde, a un costado. Fuera de la seguridad, incierta quizá, que da el estar dentro de lo protegido y confinado por la muralla, fuera de las leyes interiores, de los circuitos intramuros, Gondomatik, WashBar, se sitúa en ese margen, de posición en el límite, tras el cercado, como la serie de dibujos y textos que acoge esta exposición. Sucinta propuesta para transitar lugares de la provisionalidad, para improvisar recorridos por los escenarios de lo transitorio. La serie de veinticinco dibujos parte de lo mínimo para desarrollar un recorrido en escenas, cada vez más complejas y tensas, hasta su deshilvane, como avance de su disolución. Desde unas composiciones, con recursos gráficos mínimos, se va ganando en complejidad y se incrementa la densidad de las estructuras. Muchas son composiciones frágiles, de escasa trabazón, que plantean estrategias de ocupación del plano, en grupos duales contrapuestos, o repetidos, en juegos de puntos, trazos y manchas de color que, en tanteos leves, aluden a diferentes estrados de posicionamiento, implantación e invasión del campo plástico. Abunda el juego de «dobles parejas». Duplicidades de esquemas similares, en paridades no especulares, que pueden aludir al original, la copia o a la repetición; también a la idea del «doble», a la duplicidad por mitosis, meiosis, simpatía, o probablemente, por suplantación. Breve gramática de signos que apunta, en oscilaciones pareadas, hacia otras esferas asentadas en los debates del reemplazo y la sustitución: juegos de impostura. Atisbos de bipolaridad en situaciones confrontadas, con duplicaciones disímiles agrupadas dos a dos. Esquemas de signos, garabatos y fragmentos de color que pueden recordar esbozos o croquis de poblados, despoblados y de vestigios de ruinas, batallas o estratos arqueológicos. ¿Exploraciones topológicas de la provisionalidad, la fluctuación y la mutabilidad? Vacilación ante la elección entre dos posibles opciones; frívolas elecciones que oscilan entre la más «apetecible», la más adecuada, la más conveniente o la de nuestro mayor interés: una, la otra, ¿las dos? Otros dibujos se adentran en regiones laterales, en surcos escritos, renglones con rastrojeras, setos caligráficos armados … o asentamientos a mitad de camino de montar o de desmontar. Provisionalidades, cuestiones de doble identidad, intromisiones, intrusiones y otras incertidumbres. Y como incrustación de la palabra en la plástica, entrelazados, unos poemas que toman el cercado y lo vegetal como punto de partida. De la antigua dialéctica intramuros/extramuros ínsita en la ciudad, a la experiencia subjetiva del callejero. Lo vegetal como metáfora poética del amor y el desamor, de la vida, del tiempo tecnológico que ignora y desprecia la vieja sabiduría, como metáfora del furor de la naturaleza, expresión de los ancestros y las querencias, del descontrol postindustrial y la falta de dominio real de las cosas… Y la vieja nostalgia de un mundo rural otrora vivo que se entromete, en un tiempo infantil tras el cercado, como un intruso más, en medio de todo este cúmulo de intrusismos. Nota de la redacción. Este texto se eleboró para la exposición que se celebró en Gondomatik, Wash-Bar, Valladolid 138

Revista Atticus SEIS


Revista Atticus SEIS

139


Tras el cercado Tras el cercado, el mundo volaba siempre sin el dominio absoluto de la ciudad.

Intramuros, la ciudad serpenteaba entre el agua de la Esgueva. La vida, el orden, el poder, la Iglesia.

Tras el cercado, extramuros. Prados, caminos, pájaros, arbustos, la raposa, más gatos, gallinas, campos de labor, casas aisladas, un convento.

Intramuros, la vida explotaba a borbotones. Casas, gentes, perros, gatos, vagabundos. Intramuros, a la sombra del gran teatro adiviné la vida. Calle de un poeta, Leopoldo Cano, mero nombre, sin poemas.

Tras el cercado, mi vida, calle de la Torrecilla, Madre de Dios, Portillo del Prado, Gondomar. Aquí, aquí estamos. Tras el cercado. Vegetal desamor I Como atrapa la madreselva así es el amor. Una extensión vegetal a tu alrededor. No son flechas de un simple diosecillo… —olvida a Cupido—. Es la retama que te retiene y casi invisible se extiende sobre ti. ¿Y el desamor? ¿Será también una planta el desamor?

140

Revista Atticus SEIS


Revista Atticus SEIS

141


268

Revista Atticus SEIS


El cuadro dentro del cuadro & The time travelers José Carlos Sanz Belloso

T

anto en la historia de la pintura como en la del cine se recurre periódicamente al recurso de hacer obras en las que lo narrado sea una capa interna a la de su propia naturaleza, o intrahistoria. El cuadro dentro del cuadro, y el cine dentro del cine. Contar pictóricamente relatos que representen a su vez cuadros y escenas encuadradas o enmarcadas, y películas que narran cómo se filma una película, desde un registro figuradamente superior, pero no menos subjetivo. Juegos de presentaciones, re-representaciones o sobre-representaciones; fingimientos en posturas, aposturas e imposturas, con los artificios-artes del artista, muchas veces con una labor asumida de hábil impostor, de maestro en trucos, mañas y técnicas, virtuoso de la trampa, perito en el engaño. Engaños para poder elaborar sutiles o mecánicas operaciones artísticas, que se cobijan en un sistema de convenciones y códigos de enunciación y exposición con otros de interpretación, lectura, percepción… compartidos entre artistas, productores de arte… y espectadores, visitadores o consumidores del mismo. Si en Pessoa el poeta es un fingidor, para Jean Nouvel el arquitecto es un charlatán así como para Oteiza el artista es un «tramposo». Los juegos del arte, el artista y la sociedad que los alumbra, son signos del grado de sofisticación de su cultura, y detentan una parte de su propia especificidad, en su identidad cualitativa. Hoy el artista maniobra como un chamán, como iluminado plástico que informa y anticipa el devenir de la contemporaneidad, como agente necesario para revelar la sustancia de lo inefable… en los devenires, derivas y derrotas de la ultramodernidad, con fenómenos artísticos aledaños, en sus periferias, parajes alternativos y tierras de nadie.

En la página anterior: Gabinete de coleccionista, c. 1630. Frans Francken II (1581-1642) Óleo sobre tabla, 58,5 x 87,5 cm Museo de Belas Artes da Coruña

Durante la segunda mitad del siglo XVI se ponen de moda en España los jardines anticuarios o arqueológicos. Recintos con colecciones de piezas antiguas, principalmente del mundo grecolatino. Galerías o loggias se adornan con estatuaria clásica, se organizan parterres, cuadros y arriates en función de los contenidos arqueológicos de sus promotores. Muros con hornacinas, palacios con patios y estancias con edículos, plataformas, pórticos, etc., se reconfiguran o levantan de nueva planta con el fin principal de servir de marco, acomodo o como fondo de efigies, bustos, relieves, fragmentos de piezas escultóricas y arquitectónicas, y toda suerte de vestigios materiales de un pasado glorioso que se pretendía recrear, al que denodadamente se quería volver, o al menos dirigir toda la intensidad de su sentir y su mirada. En paralelo surgen los gabinetes de pintura, o reuniones de pintura generalmente orientadas hacia algún tema concreto, o con una selección de varios. Forman parte de los gabinetes de anticuario, o Cuartos de Maravillas, que versaban sobre distintas ramas del saber, no solo sobre ciencias naturales. Personas muy cultivadas, grandes curiosos y amantes del arte, y del propio conocimiento, este como fin de colección en sí mismo, se embarcan en colecciones de todo tipo de piezas y cosas. Entre ellos abundan los que reúnen fondos pictóricos notables, no necesariamente en exclusividad respecto a otras colecciones paralelas. Atesoran innumerables cuadros que se tienden a reunir en grandes salas, en amplísimos y altos salones donde se puedan contemplar todos a la vez. El cuadro en sí se valora como objeto de cultura y saber, como parte de un conjunto, serie o género, que a su vez queda representado en un lienzo, con tema específico de gabinete de pintor o pinacoteca privada, en una obra en la que se incrustan otras pinturas, o pinturas pintadas. En el museo del Prado encontramos El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas de David Teniers. En la exposición Tiempos de Melancolía, del museo Nacional de Escultura de Valladolid, una de las obras pertenece a esta corriente, común a toda Europa, siendo uno de los géneros específicamente flamencos. Este estudio del pintor, Gabinete de coleccionista, obra en torno a 1630, atribuida a la mano de Frans Francken II, es una tabla de 58,5 x 87,5 cm, en la que encaja veintidós pinturas en una estancia no especialmente desahogada. El cuadro procede del Museo de Bellas Artes de la Coruña. Entremos en el cuadro. La perspectiva elegida es

Revista Atticus SEIS

269


El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas, 1647-151 David Teniers (1610-1690). Óleo sobre lámina de cobre, 104,8 x 130,4 cm. Museo Nacional de Prado

una vista cónica central y frontal, con puntos de fuga convergentes en el centro del rectángulo, siendo la más usual en estos cuadros de gabinete, y quizá la más ventajosa para los fines que se pretenden. La unidad perspectiva renacentista elegida es la que se asume por generaciones y generaciones de pintores, corrientes y estilos, hasta el siglo XX, y pasa a ser aceptada como la mejor, la más veraz y realista en Occidente, sin otra alternativa. Fueron tales los esfuerzos para que así se entronizase como la única forma de ver, que se toma como axioma en las corrientes objetivistas fotográficas, con el punto focal, el del ojo (derecho) - objetivo, del que parte un infinito haz de rayos hacia el mundo. Este punto se sitúa respecto de la línea horizontal del horizonte, las más de las veces, a la altura de la cabeza de un hombre medio. En estos gabinetes pintados se elige una visual más alta, elevada hacia el punto medio de altura to270

tal del espacio. Así se logra dar una mayor objetividad a la historia, contemplada con cierta autoridad y control superior y unitario del espacio representado; en este se recogen frontalmente los cuadros con diferentes temas, eliminando las líneas de fuga de sus lados verticales, sin deformaciones no deseadas. Los cuadros conservan los lados paralelos dos a dos, sin ser en ningún caso trapecios. En el caso de la tabla en manos de los dos personajes principales, relegados a un segundo plano, a la derecha, sí se insinúa una deformación espacial en perspectiva en ella. El punto de vista del pintor se obtendría bien subiéndose a un andamio o plataforma, o bien desde una escalera, un rellano, ventana o estancia con balcón o saledizo, en la cuarta pared de la representación. Un «objetivo» a cierta altura enfoca «objetivamente», al igual que en múltiples construcciones pictóricas renacentistas, e incluso tardo góticas, en las que se empezaban a intuir, como prototécnica, la

Revista Atticus SEIS


Gabinete de Curiosidades de Cornelis van der Geest, 1628, Willem van Haecht, (1593-1637) Óleo sobre tabla, 100 x 130 cm. Casa-Museo de Rubens, Amberes.

unidad espacial perspectiva humanista, con la primacía del ojo racional que «tridimensionaliza» la organización visual y mental de lo real. En muchos cuadros de gabinetes de pintura, se elige una entrada de luz natural por el lado izquierdo, a través de ventanas o cristaleras, mientras que a la derecha pueden aparecer puertas o estancias cerradas o exteriores, como en Gabinete de Curiosidades de Cornelis van der Geest, obra de Willem van Haecht, en la Casa-Museo de Rubens en Amberes. En alguno, como el mencionado de David Teniers, una misteriosa puerta central abierta acapara la fuga, en varios sentidos. Otros ejemplos singulares representan cuadros de ruinas de la Antigüedad de forma monotemática, en vastos espacios de construcciones grandiosas, en parte ruinas habitadas por pinturas. La naturaleza ilusionista de la pintura tradicional, desde el Renacimiento y hasta las Vanguardias históricas del siglo XX, basa su éxito en su fácil comprensión, mostrando sin recato sus aparentemente naturales artificios técnicos, con un claro mensaje y su

«sincero» contenido, en un enmarcado bidimensional que actúa como una ventana colocada verticalmente ante nuestra vista, colgada en un muro, o pintada sobre él. El cuadro que nos ocupa, emerge como una amplia ventana y la colección de cuadros como un muestrario de múltiples ventanas. Los estudios de pintor, los gabinetes que realmente existieron, con decenas de cuadros reales, estarían en sintonía con la multiplicidad de ventanas que se abren en las pantallas de nuestros dispositivos audiovisuales, o con los anuncios de las plazas y calles de las metrópolis, teselando un espacio tridimensional que quedaría revestido por ventanas-cuadro y ventanas «ventanas». En lo ilusorio de la acción congelada, incluso aunque no haya personas ni un suceso aparente, se experimentan otras inquietantes intuiciones. Manejar como herramienta compleja el ilusionismo pictórico deja al espectador la posibilidad de explorar nuevos estratos. Siendo todo lo pintado fingimiento, con muy poca imaginación podemos ver la ventanas y puerta laterales a su vez como otros cuadros compañeros

Revista Atticus SEIS

271


nas mangas, o no, del amplio vestido del Arte. Teoría de las cuerdas El cuadro que miran los dos personaLa física teórica en su empeño por descifrar y comjes de negro, y el muchacho con jarra de prender el universo, plantea cohonestar lo mínimo, vidrio que curiosea tras ellos, ¿o nos mira las partículas y otros entes subatómicos (mediante la él?, ¿qué contiene?, ¿será otro paisaje, mecánica cuántica), con los sistemas de galaxias y una escena religiosa, un naufragio…? No grandes conjuntos de objetos, incluidos los agujeros resultaría extraño que fuese un cuadro negros (acudiendo a la Teoría de la Relatividad). de gabinete, compuesto por una colección de pinturas de anticuario. Llegando En la actualidad se manejan distintas teorías como más allá… ¿Podría tratarse de una alusión la de cuerdas, supercuerdas o incluso de membranas. al propio cuadro, a nuestro cuadro, por En una tarea especulativa realmente intrincada, con el que estamos paseando? Los dos rigula teoría de cuerdas se podrían describir todos los rosos, pero relajados mecenas-colecciouniversos posibles, y por tanto con la asunción de la nistas, estarían viéndose representados existencia de multiuniversos. en la pintura que disfrutan, en un cuadro dentro de un cuadro, dentro de… En este enlace se tratan estas cuestiones y otras relacionadas, Una lectura lúdica, realmente distendida y juguetona escribiría el relato del http://francis.naukas.com/2015/04/30/francis-en-lajovenzuelo corriendo por las habitaciofabrica-de-la-ciencia-la-teoria-de-cuerdas-y-supernes, saltando por la ventana, volviendo cuerdas/ a entrar por la puerta, y en un acto de despreocupada jovialidad, de alocada e irracional juventud, entre inconsciente y algo de salvaje atrevimiento, bien por tropiezo, bien por insolencia o temeridad, se lanzase o saltase contra algunos de los de los colgados, de los colocados en sillas o apoyacuadros. Al igual que por la puerta y la ventana de la dos en el suelo. Incluso la ventana está enmarcada habitación, con iguales posibilidades desde el campo con marco de madera y la puerta abierta, con jamba del figurativismo ilusorio, este mozo podría también y dintel de estilo clasicista, pudiera ser un fresco pinentrar, y quizá salir, por alguna de esas pinturas, paitado en el propio muro, a manera de una puerta ciega sajes y situaciones. Los espacios figurados, unos y pero «abierta a una vista», en trampantojo. otros, participarían de homogéneos y comunes parámetros espaciotemporales. El siguiente interrogante se ofrece como un paso lógico ¿Podrían algunas de las pinturas ser contemMarguerite Yourcenar es quien nos guía en los papladas como representaciones de ventanas al paisaje seos por la realidad y su significación en el tiempo. En donde se encuentra ubicado el gabinete, con sus houno de sus cuentos orientales, un viejo artista, Wangrizontes o un fragmento de él? En el cuadro, y desFô, se libera de todas las ataduras, junto con su ayucartando la mayoría de la obras por encuadre, asundante Ling, al pintar el paisaje por el que acabarán to, escala y perspectiva, al menos una podría ser un perdiéndose. ventanuco que ofrecería una visión de una porción Algunas películas que tratan de otras realidades, del campo, o entorno natural de la residencia que de otros posibles mundos, y acudiendo a la física aloja esta habitación. En el elemento central, que se cuántica y a la Teoría de Cuerdas, igual de posibles, divide en varios niveles o repisas sujetas por cariátiigual de reales, igual de valiosos, igual de innombrades, una arropada con un paño rosáceo recibe dos bles en el imaginario borjiano, se centran en episodios caracolas en sus extremos, y tomando la derecha, el fantásticos o misteriosos, en los que algún cuadro segundo cuadro a la derecha de ella, bien podrá ser muta. Las composiciones en estos pueden cambiar una ventana. Un fragmento con una porción de tiede tal guisa que las gentes o los objetos sufren transrra alomada, un árbol y un cielo no muy disímil del mutaciones, translaciones, tránsitos, disoluciones o que se vislumbra tras la cercana puerta enmarcada evanescencias. ¿Precursores de las pantallas planas mencionada, si es que fuese la imagen de una puerta con videoinstalaciones? de verdad. ¿Una puerta de verdad? Navegar entre Como réplica cinematográfica al cuadro tomado lo real, verdadero, lo auténtico, lo original, lo veraz y como pretexto de estas conjeturas, viene como anillo lo verosímil haría necesario abrir una nueva baraja y al dedo una cinta de 1964, The time travelers. Imposicomenzar una nueva partida, o solo seguir barajando ble de contar, salvo por cinéfilos, juega con la posibiesta, con las cartas mostradas y con otras bajo algulidad del viaje en el tiempo, en un relato que atisba la 272

Revista Atticus SEIS


idea de infinito. Finaliza con una secuencia repetitiva, como rollo continuo en una cinta de Moebius, una proyección fílmica perpetua, en la que el espectador puede quedar atrapado sine die. Los protagonistas se verán finalmente avocados, en un artilugio-máquina del tiempo, a volver a entrar una y otra vez en otra dimensión temporal, en perenne solución de continuidad, a través de un cuadro-pantalla, para reaparecer y volver a entrar en él. Los gabinetes de maravillas, las pinacotecas de anticuario y afines, además de servir para muchos de los objetivos, necesidades y aficiones tratados en otros estudios, patentizan compulsivos y desazonadores afanes de coleccionista, con toda la irracionalidad inherente. Estos estudios de pintura podrían operar como un sistema de puertas en el espacio-tiempo. Habitáculos en una visión panóptica, rodeada físicamente de material sensible, de combustible de conocimiento «espiritual» o simbólico. Se podrían realizar salidas imaginarias de diferente naturaleza. Por otro lado al rodearse de objetos, recuerdos, hechos materiales y todo tipo de piezas, restos o vestigios tangibles o intangibles (siempre muy valiosos para su poseedor), se haría acopio de materia de amparo,

refuerzo, re-conocimiento… y autogratificación. Sustancia compleja a la que transferir parte de su ser, o de la que tomar inspiración o «alimento», del tipo que fuese, o como talismanes, amuletos, objetos-fuerza, o con cualidades apotropaicas, reales o atribuidas, en láminas o porciones de pasado condensado, reagrupadas, ordenadas o amontonadas. Este cuadro es una obra paradigmática que avala la importancia del paisaje, como motivo autónomo en la pintura, con un nutrido grupo de pinturas con esa temática. Serán los Países Bajos los precursores y pioneros de esta corriente, y por tanto referentes en la aparición y desarrollo de la idea de paisaje en Occidente. 

Revista Atticus SEIS

273


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.