El desnudo es un estilo de fotografía muy delicado. Juega con el cuerpo humano y tiene la responsabilidad de transmitir todo su atractivo y su esplendor, porque sí, el cuerpo humano es bello, aunque no sea un cuerpo esbelto. Tiene fuerza, energía, magia, gracia y toda su beldad se presenta cuando se ve al natural, pues no hay vestido ni traje que pueda superar la belleza de su propia piel. Para un fotógrafo fotografiar un desnudo es una tarea extremadamente frágil. Requiere de una sensibilidad especial pero sobre todo de un elemento clave. La luz. Exacto. La luz, de nuevo la luz. Lo hemos comentado en artículos de Blog del Fotógrafo, en Escuela del Fotógrafo e incluso en los artículos especiales que preparamos para nuestros lectores VIP, la luz es el alma de una fotografía, es el elemento clave. Lo repetiremos cuantas veces sea necesario.
Ya sabemos que la luz es importante en toda fotografía, ¿por qué dedicar un artículo específico sobre iluminación en el desnudo? Te lo explicamos. Existe una enorme diferencia entre un desnudo artístico y una foto pornográfica o de un desnudo vulgar o soez. La diferencia es brutal en cuanto al resultado, sin embargo, la línea que separa ambas fotografías en muy fina en la ejecución. Es fácil intentar lograr un desnudo artístico y obtener, por el contrario, una fotografía más pornográfica que sensual. Esta, como hemos adelantado, es una gran responsabilidad que recae sobre el fotógrafo. Y éste para conseguir un desnudo sensual, bello y elegante cuenta principalmente con dos elementos, la luz y la composición. Mediante la iluminación se realzan los volúmenes del cuerpo, se oculta aquello que se desea esconder y se enfatiza lo que se pretende mostrar. La iluminación ayuda a destacar texturas o resaltar detalles, a transmitir más fuerza o suavidad. La luz es tu varita mágica para mostrar la piel desnuda tal y como quieres que la vean.
Fotografía de Nacho Rodríguez bajo licencia Creative Commons
Puedes utilizar luz natural o luz artificial a la hora de realizar un desnudo. Ambas tienen sus ventajas e inconvenientes. En Blog del Fotógrafo somos muy amantes de la luz natural y especialmente en el desnudo, pues es, en nuestra opinión, la forma más coherente de mostrar la naturalidad de un cuerpo desnudo. Además, si no estás trabajando con un modelo o una modelo profesional, las luces de un estudio probablemente le incomodarán y restarán confianza al clima. Algo esencial para el éxito de la sesión. Eso no significa que no puedas utilizar iluminación artificial. De hecho, ésta es mucho más controlable y si necesitas y quieres tener un control absoluto de la luz no te quedará más remedio que recurrir a luz de estudio. Con la luz natural tendrás que adaptarte a ella, aprovechar sus posibilidades y adelantarte a sus cambios, pues está en constante transformación. Por otro lado, la luz artificial requiere de un equipo que no siempre se tiene. También puedes elegir una u otra en función de lo que desees transmitir con tu desnudo, si buscas un desnudo más frío y distante, como si de una escultura
griega se tratara, la luz artificial te será de gran ayuda. Por el contrario, si tu desnudo pretende ser cálido, cercano, con una sensualidad que se pueda acariciar con la mirada, la luz natural será tu mejor aliada. O incluso tienes la posibilidad de combinar ambos tipos de iluminación. Todo dependerá del equipo del que dispongas y del resultado que pretendas lograr.
Fotografía de Alba Soler bajo licencia Creative Commons
La luz dura es aquella que provoca unas sombras más marcadas y definidas, mientras que la luz suave envuelve el cuerpo de forma más homogénea, la transición entre las luces y las sombras resulta mucho más sutil (como en la imagen de arriba). Utilizar una u otra también dependerá del resultado que desees obtener, pero con la luz dura podrás definir formas y potenciarlas mientras que con una luz más suave lograrás mostrar más detalles.
Fotografía de Iñaki Pérez bajo licencia Creative Commons
La dirección de la luz tiene que ver con el lugar donde se coloca la fuente de luz respecto al sujeto. En función de la dirección los resultados pueden ser muy distintos. Luz frontal. Para resaltar detalles, aunque las imágenes resultan muy planas y sin textura. Semilateral. La luz se ubica más bien de lado que de frente. Produce textura y sombra. Lateral. Resalta volúmenes y da profundidad. Las sombras pueden ocultar detalles y suele aportar mucha fuerza a la imagen. Cenital. Llega desde arriba y deja en sombra las partes inferiores e ilumina los detalles más sobresalientes. Contraluz. Contrario a lo que pueda parecer, puedes lograr un gran desnudo dibujando la silueta a contraluz.
Existen unas técnicas de iluminación llamadas clave alta y clave baja que son muy apropiadas para desnudos, especialmente se utiliza la clave baja. Es una forma de despertar inmediatamente las emociones del espectador.
En clave baja (como la imagen que puedes ver a continuación) predominan los tonos oscuros, se utiliza un fondo negro y la luz se dirige de forma estratégica al modelo. Muy apropiada para el desnudo porque ayuda a mostrar las líneas, crear profundidad y aportar una sensación escultórica. Es especialmente adecuada para retratos masculinos y cuando se desea transmitir misterio, soledad, miedo y otros sentimientos negativos. Por el contrario, en clave alta hay mucha luz, el escenario es blanco y el sujeto está completamente iluminado. En este artículo publicado en el blog puedes ver paso a paso cómo lograr fotografías en clave alta y clave baja.
Fotografía de xusenru bajo licencia Creative Commons
El hecho de trabajar en un estudio puede intimidar al principio. El no saber bien dónde colocar los focos, cuántos puntos de luz utilizar, cómo dirigirlos… puede crear inseguridad. Aquí te mostramos tres esquemas básicos por donde comenzar y a partir de ahí te toca experimentar ;) Para no arruinar tu sesión nada más comenzar, te recomendamos que pruebes antes la iluminación con tu modelo vestido o vestida y una vez que tengas claro qué y cómo lo quieres, ya puedes realizar la sesión de desnudo. No tiene por qué ser el mismo día. A un solo lado. Coloca una sola luz a un lado del sujeto (puede ser incluso la luz natural de la ventana) y de esta forma conseguirás sombras interesantes y destacar formas del cuerpo.
A los dos lados. Un esquema muy recomendable, pues es una maravillosa forma de revelar sombras y luces dinámicas. En este caso debes poner especial cuidado en los reflejos. Delante y detrás. Si buscas una imagen escultural usa este esquema. Y si no dispones de estudio no te vengas abajo, recurre a los exteriores o utiliza la luz de una ventana o un flash de mano.
Fotografía de Mario Izquierdo bajo licencia Creative Commons
Experimenta, juega, observa. El desnudo no se aprende en un día, el manejo de la luz tampoco. Como te hemos comentado, realiza todo tipo de pruebas con antelación, en una sesión con ropa, prueba distintos esquemas de luz, dispara las veces necesarias hasta encontrar el resultado deseado, una vez que lo tengas, puedes preparar tu sesión de desnudo en un clima más relajado. Recuerda que tu objetivo es capturar la belleza del cuerpo que tienes delante, todos tus esfuerzos deben dirigirse en este sentido. La luz es una herramienta poderosa, el sentimiento, el respeto y la pasión por lo que haces son complemento necesario. Y si quieres conocer el resto de claves para lograr tu primer desnudo, no dejes de leer este artículo. Y ahora, ¡lánzate!