Paisajes

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Introducción a la Fotografía de Paisajes Para el Fotógrafo Aficionado Fecha de publicación Mayo 2015 Publicado por Blog del Fotógrafo www.blogdelfotografo.com Versión 1.0 ©Copyright 2015 Blog del Fotógrafo Todos los Derechos Reservados Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida bajo ninguna forma, electrónica, mecánica ni ningún otro modo sin el previo y explícito consentimiento del Editor. Las imágenes que ilustran este libro son propiedad del autor del libro o de sus respectivos autores que las han compartido bajo licencia Creative Commons. Aviso: La información contenida en este libro es el resultado de la experiencia, conocimiento y opinión personal del autor. El autor no se responsabiliza del uso o mal uso de la información contenida en este documento.



A veces confundimos algunos términos, por ejemplo estos: fotografía de paisajes y paisajes de fotografía. Tal vez tengas clara la diferencia o tal vez te estés preguntando cuál es la línea que los separa o qué los hace tan diferentes. La respuesta es muy sencilla y es lo que voy a tratar de explicarte en las siguientes líneas. Para que aprendas de verdad a diferenciarlas en la práctica y a conseguir auténticas y espectaculares fotografías de paisajes. Bien, la diferencia está en que un paisaje de fotografía (o de película) es aquel que cuando lo ves en directo te impresiona tanto que piensas que es el paisaje perfecto para rodar una película, para vivir tu historia de amor soñada, para fotografiar y poner en la pared más importante de tu casa o para ser pintado por el mejor artista del momento. Este tipo de paisajes hacen que queramos quedarnos a vivir allí o que deseemos guardarnos un trocito de él para siempre. La forma que tenemos para ello es desenfundar la Fotografía bajo licencia CreativeCommons, cortesía de Juan Diego Jiménez. cámara y disparar. ¿Te suena esta situación? ¿La has vivido ya antes? ¿Qué te ha parecido el resultado? ¿Te ha gustado tanto como el paisaje en sí? Me temo que la respuesta es “no”. ¿Por qué ocurre esto?


Pues porque existen muchos factores que hacen que el paisaje nos impresione tanto y que son imposibles de capturar con una cámara. La sensación de libertad, los olores, los sonidos, la compañía, los colores, las tres dimensiones… Todo esto no puedes cazarlo con tu cámara, o al menos no tal cual, simplemente poniéndote delante del paisaje y disparando. Aquí entra lo que es una verdadera fotografía de paisaje, aquella que consigue impresionar siendo un paisaje de impresión o sin serlo. Aquella que aun siendo un lugar de lo más normal logra que quieras visitarlo sin demora. Aquella que tiene tanta “profundidad” que te parece estar dentro del paisaje. Y para lograrla no necesitas obligatoriamente un paisaje de película, necesitas un paisaje bonito y algunos consejos. Lo que te voy a decir a continuación no te va a gustar, pero no me queda más remedio que decírtelo ;) Si te vas a limitar a leer el texto y después no vas a llevar los consejos a la práctica con tu cámara, deja de leer. No pierdas el tiempo. Prefiero que directamente tomes tu cámara y te pongas a fotografiar lo que te apetezca. Y si lo que te apetece es leer, mejor busca literatura de la buena. Seguro que aprovechas mejor el tiempo ;) Pero a ti te gusta la fotografía, por eso eres Lector VIP de Blog del Fotógrafo, por eso ya has leído hasta aquí y por eso en cuanto tengas la oportunidad vas a llevar a la práctica los siguientes consejos. Por todas estas razones estoy feliz de contarte cómo puedes capturar espectaculares paisajes sin necesidad de viajar a Nueva Zelanda o a la Patagonia ;) Manos a la obra.


Luz es una palabra que escucharás infinidad de veces dentro del mundo de la fotografía, por varios motivos que no vamos a contar aquí porque sería demasiado extenso. Lo que si te voy a decir es que el tipo de luz que ilumine tu paisaje será determinante para que sea o no una foto que “quite el sentío”. Desde luego que no será para nada lo mismo si fotografías con una luz del mediodía que con una luz del amanecer o del atardecer. Por supuesto que tampoco será lo Fotografía bajo licencia CreativeCommons, cortesía deMartin Birchall. mismo si hay niebla o si está nublado. Y, definitivamente, no te servirá la misma luz para todos los paisajes. Cierto es que la más favorecedora será la del atardecer y el amanecer, pero también dependerá de qué quieres mostrar en tu paisaje. Tal vez desees un paisaje nocturno, prefieras la luz del mediodía para destacar las aguas turquesas de una playa del Caribe, o un la luz difusa de un día de niebla para dramatizar un tenebroso bosque.

Tú decides qué luz y qué momento es mejor para que tu paisaje resulte más atractivo, lo que has de tener claro es que no es un elemento que puedas pasar por alto. Es algo que debes tener claro desde el momento cero, a la hora de planificar tu sesión ya debes decidirlo.

En fotografía de paisajes se suelen usar aperturas muy pequeñas para poder enfocar con nitidez toda la escena. Para ello, tienes que poner el número “f/” de tu cámara más bien alto, por ejemplo f/16. Más adelante verás que no es una ciencia exacta ;)


Jugando con la velocidad de disparo puedes modificar considerablemente un paisaje en el que aparezca agua. Puedes o congelar el movimiento para que se vean las salpicaduras de agua o realizar una exposición larga para conseguir un efecto sedoso. En el primer caso necesitas una velocidad de disparo de 1/1000 mínimo. Para ello deberás contar con mucha luz, pues la velocidad de disparo es tan rápida que apenas entrará luz. Si es un día muy nublado o el sol ya se está poniendo tendrás que subir el valor ISO de tu cámara y correrás el riesgo de que el ruido estropee tu paisaje. Tal vez será mejor volver en otro momento, si es posible. Este efecto es ideal para capturar el agua chocando contra las rocas o una cascada. Por el contrario, para lograr el efecto sedoso, tan atractivo en paisajes, debes Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de EmsiProduction. usar una velocidad de obturación más lenta. Imprescindible en este caso el uso de un trípode y, a ser posible, de un disparador remoto (en su defecto puedes usar el temporizador de tu cámara) para evitar trepidaciones. Es importante, en este caso, que no haya mucha luz, pues cuanto más tiempo tengas abierto el obturador, más luz entrará y si hay un sol radiante tu foto quedará quemada.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Ekargbig.


Los mejores momentos para el efecto sedoso es cuando está nublado, al atardecer o amanecer, o incluso de noche. Un consejo: para utilizar velocidades muy extremas de disparo, mejor hazlo la hora antes de amanecer o la de después de ponerse el sol, cuando aún queda un poco de color en el cielo. Y si quieres desenfocar toda la superficie del mar, por ejemplo, necesitarás unos 20 segundos, algo imposible con algo de iluminación, por lo que tendrás que echar mano a un filtro de densidad neutra. También puedes usar estos filtros si no tienes más remedio que conseguir tu efecto sedoso cuando hay mucha luz, incluso disparando a velocidades más bajas. Puedes usar también las exposiciones largas para capturar el movimiento de las nubes, o en paisajes nocturnos de las estrellas o de las luces de los automóviles.

Uno de los aspectos que conseguirán hacer que tu imagen atraiga todas las miradas es que logres destacar un centro de interés dentro de ella pero de forma muy sutil, pues se trata de fotografiar un paisaje, no cualquier otro elemento dentro de un paisaje. Lo puedes hacer de varias formas, aquí te dejo algunas, pero si quieres profundizar, echa un vistazo a este artículo del blog.  Viñeteado: utiliza este recurso para paisajes nocturnos, con niebla… para darle aire misterioso u onírico.  Color: un paisaje que tenga un color predominante y en el que de repente aparezca un elemento de un color que contraste (por ejemplo, una barquita) hará que la mirada se dirija inmediatamente hasta él.  Apertura: lo más habitual en paisajes es utilizar aperturas pequeñas (profundidad de campo grande) para conseguir mayor nitidez en toda la fotografía. A estas alturas ya sabes que la fotografía no es una ciencia exacta, sino un arte, y como tal tú puedes poner tus puntos creativos. Uno de ellos puede ser utilizar una apertura pequeña para destacar tu centro de interés (una cabaña en un bosque denso, una pequeña isla dentro de un inmenso lago bañado por la niebla, un girasol en medio de un campo de trigo…)


 Encuadre natural: el entorno está repleto de elementos naturales que pueden servirte para enmarcar tu centro de interés, utilízalos para dirigir la mirada. En la siguiente imagen, el autor se ha servido de los troncos de los árboles para destacar la cascada.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Ian Sane.

Los mejores objetivos para fotografiar un buen paisaje, o los más recomendados, son los llamados gran angular, con una distancia focal entre 12mm y 28 mm. Estas lentes lo que consiguen es abarcar una mayor parte de la escena y dramatizar las dimensiones de los elementos del encuadre. Podría enumerarte unos cuantos, pero mejor te derivo al completo artículo del blog sobre Objetivos ideales para fotografiar paisajes.

Dentro de los recursos que puedes utilizar para mejorar tus paisajes están los filtros. Ya los he mencionado anteriormente al hablar de las exposiciones largas, pero tienen más usos que deberías conocer. Puedes hacer fotografía de paisajes sin filtros (esto no debería echarte para atrás),


sin embargo, usarlos puede enriquecer el resultado y, lo mejor de todo, te permite experimentar y divertirte ;)

No esperes encontrar el mejor paisaje para retratarlo con tu cámara, sal a buscarlo. Encuentra tú aquellas localizaciones que pueden emocionar, trasladar al espectador a ese lugar y contar tu historia. No te pares, busca hasta que encuentres. Y no esperes encontrarlos pegados a la autovía o a cualquier carretera secundaria. Ningún camino fácil te llevará a un lugar que realmente merezca la pena. Piérdete por el campo, por los bosques, busca playas escondidas, cascadas inaccesibles o pueblos remotos. Visita estos lugares en diferentes momentos del día e incluso del año. No es lo mismo la luz de primavera que la del invierno y una de ellas puede ser la que realmente favorezca ese paisaje. O tal vez la nieve lo haga más espectacular incluso que las hojas secas de otoño. Cada lugar tiene sus peculiaridades y en tu mano está potenciarlas.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Jay Park.


Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Loïc Lagarde

1. Desde el cielo: no es algo fácil, pero si tienes la oportunidad de fotografiar desde el cielo, ¡no la desaproveches! El cambio de perspectiva le confiere un enorme atractivo a según qué paisajes y, además, puedes encontrar geometrías y formas espectaculares con las que dejarás sin habla a tus espectadores. 2. Personas: no temas incluir personas en tus paisajes, añaden interés, sirven de referencia y hacen que el espectador se sienta identificado. 3. Composición: la forma en que dispones los elementos dentro de tu fotografía es esencial para atraer la mirada del público, no dejes este factor al azar. 4. Sugerir: a veces sugerir da mejor resultado que mostrar. Utiliza recursos como el desenfoque, el movimiento o la niebla espesa para sugerir un paisaje sin llegar a mostrarlo. 5. Simplicidad: no te compliques, lo simple suele ser más agradable al ojo humano.


6. Paisajes en blanco y negro: anímate a capturar paisajes en blanco y negro. Te sorprenderán los resultados que puedes llegar a conseguir. 7. Condiciones meteorológicas: que la lluvia o la niebla no te frenen jamás, aprovéchate de ellas para lograr imágenes diferentes, no todos los paisajes atractivos lucen un bonito sol rondando el horizonte.

Voy a terminar haciendo una reflexión. No sé si alguna vez te has preguntado qué tienen algunos fotógrafos que tú no tengas para lograr sus espectaculares imágenes. Si te lo has preguntado estás en el buen camino, si te has limitado a pensar que tienen un don o mucho equipo y te has quedado ahí, permíteme que te diga que te estás equivocando. Hay personas que sí, que tienen un don, un ojo fotográfico especial, pero con eso no basta. Algunos fotógrafos han logrado ese ojo a base de mucho esfuerzo y trabajo y otros ni siquiera han desarrollado el que traían de cuna. Por eso hay un refrán que dice que hace más el que quiere que el que puede. Levantarse durante seis días seguidos a las tres de la mañana para conseguir justo las condiciones adecuadas y la foto perfecta, es sólo un ejemplo de algunos de estos grandes fotógrafos de paisajes. La mejor foto no llega a la primera, puedes tener una suerte “de principiante” y lograr una gran foto, sin embargo, para seguir teniendo éxito, se necesita poner mucha pasión y muchas ganas, porque ni el paisaje vendrá a ti, ni tu cámara va a hacer todo el trabajo por muy cara o buena que sea. Feliz fotografía ;)


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