Existen escritores de brújula y escritores de mapa. Los primeros son aquellos que se embarcan en escribir una idea que les viene a la cabeza y van dejando que esta fluya sola. Los de mapa son los que antes de ponerse a la tarea, esquematizan la historia, planifican por capítulos y escriben fichas pormenorizadas de los personajes. Bien, algo parecido puede ocurrir en fotografía. Algunos fotógrafos tienden a “encontrarse” con sus fotografías, a verlas de improviso (aunque eso requiera cierta búsqueda) o dejarse llevar por la intuición en la mayoría de los momentos y otros planifican durante horas, días, o incluso meses una sesión o una fotografía concreta.
Igual que no se es siempre divertido o aburrido, uno no fotografía siempre de la misma manera. Lo que sí que es cierto es que tendemos a ser de una manera o de otra. Seguramente tú sueles sentirte mejor actuando de una forma o realizando cierto tipo de fotos. Lo ideal es conocerte bien y saber qué tipo de fotografías son las que mejor se te dan, las que mejor “ves”, las que te hacen vibrar a la hora de disparar. Puede que seas de los que se lanzan durante horas a la calle esperando encontrar el momento justo, el detalle que te cautive, el gesto que te emocione, la historia gráfica que más te seduzca, el rostro divertido o el alma perdida de un viandante que te conmueva. Eso sería la fotografía de instinto.