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5. Beckham

BECKHAM

Desde el primer momento que puso el botín sobre bola, David Beckham desplegaba un impulso inquebrantable para sacar su talento y lo mejor de sí mismo. Él y yo salimos del escenario principal en el mismo verano, él todavía siendo prominente en el fútbol europeo y teniendo abundantes oportunidades delante de él. Salió del París Saint-Germain como yo lo hice del United: en sus propios términos.

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A veces tienes que tomar algo de alguien para ver cuánto lo ama. Cuando Beckham se mudó a Estados Unidos para unirse al LA Galaxy, yo creo que empezó a darse cuenta de que había entregado una parte de su carrera. Trabajó muy duro para volver al nivel en el que había estado en su plenitud y mostró más entusiasmo por el trabajo duro de lo que hizo al final de su tiempo con nosotros.

David no tenía muchas opciones en el momento de su traslado del Real Madrid a la Major League Soccer en 2007. Me imagino que él también tenía sus ojos en Hollywood y el impacto que tendría sobre la próxima fase de su carrera. No había ninguna razón futbolística para ir a Estados Unidos. Estaba entregando su fútbol de alto nivel, así como el juego internacional, aunque luchó para regresar a la selección de Inglaterra. Eso demuestra mi punto sobre que tuvo una decepción de su carrera en sus últimas etapas. Creó un factor de gran resistencia para recuperar su importancia en el nivel élite.

Porque lo vi crecer, junto con Giggs y Scholes, David era más como un hijo para mí. Se incorporó al United como un chaval de Londres en julio de 1991. Con

solo un año formó parte de la llamada “Clase del 92”, ganando la FA Youth Cup con Nicky Butt, Gary Neville y Ryan Giggs. Hizo 394 apariciones con el primer equipo y anotó 85 veces, incluyendo uno gol desde mitad de campo contra Wimbledon, el gol que realmente lo anunció al mundo.

Cuando dejé al United, ya retirado en mayo de 2013, Giggs y Scholes todavía estaban con nosotros, para entonces ya habían pasado diez años desde que David se había ido a España. Un miércoles, 18 de junio de 2003 le dijimos a la bolsa de valores que él se uniría al Real Madrid por un costo de £24,5 millones. David tenía 28. La noticia se conoció por todo el mundo. Fue uno de esos momentos globales para nuestro club.

A David no le guardo ningún rencor, en absoluto. Me gusta, creo que es un chico maravilloso. Nunca deberías rendirte en lo que eres bueno.

David fue el único jugador que dirigí que optó por ser famoso, su misión era ser conocido fuera del juego. Wayne Rooney estaba en el radar de la industria que me hubiera gustado que estuviera David. Su perfil se estableció en su adolescencia. Tenía ofertas que te harían alucinar, fuera del futbol ganaba dos veces lo que le pagábamos. Al mundo empresarial le hubiese encantado poseer a Giggsy, pero ese no era su estilo.

En su última temporada con nosotros, éramos conscientes de que estaba bajando su ritmo de trabajo y habíamos oído rumores de un “coqueteo” entre él y el Real Madrid. El principal problema era que su nivel de concentración había caído de su tradicionalmente estratosférico nivel.

La confrontación entre nosotros, causó mucha expectación en el juego de la quinta ronda de FA Cup contra el Arsenal en Old Trafford en febrero de 2003, que perdimos 2 – 0. El delito de David en ese juego en particular, fue que se negó a regresar para evitar el segundo gol del Arsenal, anotado por Sylvain Wiltord. Simplemente trotó. El chico sólo seguía corriendo lejos de él. Al final llegué a él y como de costumbre, era apático ante mi crítica. Era posible que él estuviera empezando a pensar que ya no necesitaba regresar y perseguir, que eran los mismos dotes que lo habían hecho lo que era.

Estaba aproximadamente a 12 pies de mí. Entre nosotros en el suelo yacía una fila de botines. David maldecía. Me acercaba a él y mientras lo hacía pateé una bota. Le golpeó justo encima del ojo. Por supuesto que se levantó para ir contra mí y los jugadores lo detuvieron. “Siéntate”, le dije. “Has decepcionado a tu equipo, puedes discutir tanto como quieras.”

Le llamé al día siguiente para ver el video y aun no aceptaba su error. Estaba sentado escuchándome, no dijo una palabra. Ni una palabra.

“¿Entiendes de lo que estamos hablando?, ¿Entiendes por qué queremos estar en buenos términos contigo?” Le pregunté.

No me respondió

Al día siguiente la historia salió en la prensa. En público, una diadema destaco el daño infligido por la bota. Fue en esos días cuando le dije a la Junta que David se tenía que ir. Mi mensaje les fue familiar a los miembros del Consejo que me conocían. En el momento en que un jugador del Manchester United,

piensa que es más grande que el técnico, se tiene que ir. Yo solía decir, “En el momento en el que el director técnico pierde su autoridad, no tiene un club. Los jugadores lo van a correr, y entonces estará en problemas.

David pensó que era más grande que Alex Ferguson. No tengo ninguna duda. No importa si se trata de Alex Ferguson o de Pete el plomero. El nombre del director es irrelevante, la autoridad es lo que cuenta. No puedes tener a un jugador dominando el vestidor, muchos lo intentaron. El centro de autoridad en el Manchester United es la oficina del DT. Esa fue la sentencia de muerte para él.

Entonces, por supuesto, después de terminar líderes en nuestro grupo de Liga de campeones, el sorteo nos enfrentaría contra el Real Madrid. El primer partido en España, David parecía especialmente dispuesto a estrechar la mano con Roberto Carlos, lateral izquierdo del Madrid. El sábado siguiente, tras nuestra derrota, 3 – 1 en el Bernabéu, abandonó del partido contra el Newcastle, diciendo que no encajaba. Jugué con Solskjaer, quien estuvo magnífico en la victoria de 6 2, y se quedó en el lugar.

El estado físico de David, sencillamente, no era suficiente bueno para sacar a Solskjaer de un equipo ganador para el juego en Old Trafford contra el Real. Durante un partido de futennis antes del partido de vuelta, llamé a David y le dije, “Mira, voy a empezar con Ole.” Él resopló y se alejó.

Hubo un gran ruido esa noche, con David entrando como cambio por Verón en el minuto 63 y dando lo que parecía ser una despedida a la multitud de Old Trafford. Anotó de tiro libre el gol ganador en el minuto 85. Ganamos 4–3, pero el

maravilloso hat-trick de Ronaldo y la derrota en España nos dejaba fuera de la competición.

David estaba buscando la simpatía de los aficionados. Pero sin duda fue un ataque directo contra mí. Claramente estaba acelerando el paso para irse al Real Madrid. Por lo que pudimos recabar, ya había diálogos entre su agente y el Real Madrid. El primer contacto que tuvimos fue probablemente a mediados de mayo, después de que la temporada había terminado. Nuestro director ejecutivo, Peter Kenyon, llamó para decir: 'Real Madrid está en el teléfono'.

“Bueno”, le dije, “esperábamos eso.” Estábamos esperando £25 millones. Me fui a Francia de vacaciones y Peter me llamó al móvil, mientras estaba en un restaurante, fui a una cena con Jim Sheridan, director de películas, quien tenía un departamento sobre el lugar donde estábamos comiendo. Necesitaba un teléfono privado.

“Ve a mi apartamento, usa el mío” dijo Jim. Así es cómo fue hecho. Le dije “No se va a menos que tengamos veinticinco,” le dije a Peter. Creo que eran £18 millones, más adicionales, que finalmente recibimos.

David no había desaparecido por completo del equipo. Ganamos el título con una victoria 4-1 contra el Charlton en Old Trafford el 3 de mayo de 2003. Anotó en ese juego y nuevamente ante el Everton el 11 de mayo terminando la temporada con una victoria de 2-1. Un tiro libre de 20 yardas no era una mala manera de partir en un día en que nuestra defensa era acosada por un joven talento local llamado Wayne Rooney. David había desempeñado su parte en la

victoriosa campaña de liga, así que no había ninguna razón para dejarlo fuera en Goodison Park.

Tal vez no era lo suficientemente maduro en ese momento para manejar todo lo que estaba pasando en su vida. Hoy en día, parece que maneja mejor las cosas. Está más seguro de su posición en la vida, tiene más control. Pero en ese entonces, estaba llegando a la etapa en que me sentía incómodo con su aspecto de celebridad.

Un ejemplo: al llegar en el campo de entrenamiento a las 3 pm antes de un viaje a la ciudad de Leicester, noté que la prensa se alineó a la salida de Carrington. Alrededor de 20 fotógrafos

“¿Qué está pasando?” Exigí. Me dijeron: “Al parecer mañana Beckham revelará su nuevo corte de cabello.”

David apareció con un gorro. En la cena esa noche todavía lo llevaba. "David, quítate tú gorro, estás en un restaurante," le dije. Él se negó. “No seas tan estúpido,” persistí. “Quítatelo.” Pero no lo hizo.

Estaba furioso. No había manera de que pudiera multarlo por ello. Un montón de jugadores habían llevado gorras de béisbol de camino a los juegos, pero ninguno había sido tan desafiante sobre llevarla puesta una durante una comida del equipo.

Al día siguiente, los jugadores iban a salir para el calentamiento antes del partido y David traía su gorro. “David no saldrás con ese gorro, no jugarás. Ahora mismo te dejo fuera del equipo.”

Se volvió loco, cuando se lo quitó, tenía la cabeza calva, completamente afeitada. Le dije, “¿Eso es a lo que iba todo esto? ¿Una cabeza rapada que nadie viera?” El plan era traer el gorro y quitárselo justo antes del saque inicial. En aquel momento estaba empezando a desesperarme. Podía verlo siendo consumido por los medios o por los agentes de publicidad.

David estaba en un gran club. Tuvo una buena carrera. Me dio de 12 a 15 goles por temporada, dejaba el pellejo. Eso desapareció y con eso fuera, perdió la oportunidad de convertirse en un líder absoluto. En mi opinión, después del cambio, nunca alcanzó el nivel donde dices: es un jugador top.

El proceso comenzó cuando tenía alrededor de 22 o 23. Empezó a tomar decisiones que hicieron que fuese difícil para él para convertirse en un gran futbolista. Esa fue una decepción para mí. No había ninguna animosidad entre nosotros, sólo decepción en mí, desanimo. Cuando lo miras, piensas: “¿Qué estás haciendo hijo?”

Cuando se unió a nosotros, era ese niño pequeño, soñador. Loco futbolero. A los 16 años nunca estaba fuera del gimnasio y no podía dejar de practicar. Le encantaba el juego; estaba viviendo el sueño. Entonces él quería darlo todo por una nueva carrera, un nuevo estilo de vida para el estrellato.

Desde una perspectiva sería grosero decir que tomó la decisión equivocada, en el sentido de que es un hombre muy rico. Se ha convertido en un icono, la gente reacciona a sus cambios de su estilo, los copian. Pero soy un hombre de fútbol, y no creo en darse por vencido en el balompié. Puedes tener pasatiempos, tengo caballos; Michael Owen tenía caballos; Scholes tenía caballos. A uno o dos jugadores les gustaba el arte, tenía un hermoso cuadro en mi oficina que Kieran Richardson hizo. Lo que no haces es entregar los aspectos prácticos del fútbol.

Un año antes de dejarnos, David había participado en la Copa del mundo 2002 en Japón y Corea, semanas después de romperse un metatarsiano en la Liga de campeones en Old Trafford en la primavera de 2002. Eso fue un drama.

Aunque David sufrió la misma lesión metatarsiana que afligiría a Wayne Rooney cuatro años más tarde, hubo una diferencia en el proceso de recuperación. David era un tipo de hombre naturalmente en forma, Wayne necesitaba más trabajo para devolverle la nitidez. Así que calculé que David podría estar listo para la Copa del mundo y lo dije abiertamente en su momento.

En el evento, cuando Inglaterra llegó a Japón, él todavía llevaba los restos de su lesión. Es difícil de saber con algunos jugadores, porque en su desesperación por jugar en una copa del mundo, dicen están bien. La evidencia estaba en el torneo, David no pudo haber estado bien. La prueba estaba en esa fragilidad física que todavía estaba atacando a su mente, se veía cuando saltó para evitar una barrida cerca de la línea de banda que en consecuencia llevó al gol del empate de Brasil en los cuartos de final en Shizuoka.

Me sorprendió cómo se veía físicamente tan fuera de ritmo, porque era un chico tan en forma. Así que no encajaba, ya sea física o mentalmente. Las personas me acusaban, que porque soy escocés no quiero que Inglaterra haga las cosas bien. Si Inglaterra jugara hoy contra Escocia, es jodidamente correcto, no quiero que Inglaterra lo haga bien. Pero en mi equipo tenía jugadores que representaban a Inglaterra más que de cualquier otro país y siempre quería que brillaran.

Cuando tienes un jugador del perfil de Beckham (y tuve otro más tarde, en Rooney), hay una concurrencia del personal médico, siempre quieren interferir. El personal médico de Inglaterra quería acudir al campo de entrenamiento. A menudo sentí que esto era un insulto para nosotros. Me preguntaba si ser escocés era un factor, una razón para que no confiaran en mí.

Antes de la Copa del mundo 2006, cuando Rooney se unió tarde al equipo de Inglaterra en Alemania, Inglaterra nos enviaba mensajes de texto prácticamente todos los días, preguntando cómo estaba, como si no pudiéramos cuidarlo nosotros mismos. El pánico era salvaje. Ellos estaban petrificados. En 2006 era 100 % lo correcto, Wayne Rooney no debería haber jugado en ese torneo. No estaba preparado. Él nunca debió sido llamado a Baden-Baden, donde Inglaterra estaba concentrada. Fue injusto con él, con el resto de los jugadores y con los fans. Wayne era la gran esperanza de ese equipo, que sumado a la presión, se pasaba por alto la realidad.

Con David estaba seguro de que volvería en buena forma porque conocía su récord y había visto todas las estadísticas. Fácilmente era el jugador más en

forma de Old Trafford. En el entrenamiento de pretemporada, en las pruebas de distancia, él estaba a calles de distancia de todos. Le dijimos a Inglaterra que estábamos seguros de que David estaría en forma a tiempo.

La obsesión con la recuperación de David era predecible. Una carpa de oxígeno llegó a Carrington. Tuvimos buenos resultados de ese dispositivo en la lesión de los músculos isquiotibiales de Roy Keane antes de un partido europeo. Los huesos son un asunto diferente. La cura es el descanso, es el tiempo. Un metatarso es una lesión de seis a siete semanas.

En la Copa del mundo 2002, Inglaterra no pudo tener gran impacto. Contra Brasil, fueron superados por diez hombres. En el primer partido del grupo, jugaron al pelotazo contra Suecia, que conocían el juego inglés y era poco probable ser atrapado con la guardia baja por el juego directo.

Es una crítica a los equipos de Inglaterra que a nivel juvenil muchos han retrocedido a esta táctica anticuada. Demasiados jugaron al pelotazo. En una ocasión que estábamos monitoreando a la Sub21 contra Grecia y nuestros visores nos informaron que Inglaterra jugaba con uno arriba, con dos extremos – Cleverley siendo uno de los extremos – y Tom ni siquiera toco el balón. Chris Smalling jugó y lanzaba el balón hacia adelante. Esta es la zona donde Inglaterra siempre ha sido propensa a ser atrapada. Porque no tienen suficiente capacidad técnica y entrenamiento, desde los 9 a los 16 años los echan a perder.

Entonces, ¿cómo lo compensan? Los chicos compiten, físicamente con gran actitud, se preparan para el trabajo duro. Pero no producen jugadores. Nunca van a ganar una copa del mundo con ese sistema, esa mentalidad. Brasil produce

jugadores jóvenes que pueden tomar la pelota en cualquier posición, en cualquier ángulo. Son fluidos en sus movimientos. Son personas con vocación de fútbol, porque están acostumbrados a ello desde los cinco o seis años de edad.

David trabajó muy duro en el aspecto técnico de su juego. También fue maravilloso en relaciones públicas. Aun cuando quedó fuera de la escuadra olímpica de Gran Bretaña en el verano de 2012, fue su personal quien publicó la noticia, en lugar de la FA. Las citas eran magnánimas. Pero estoy seguro de que estaba muy molesto.

Recuerdo que Mel Machin me decía: “Giggs y Beckham – son jugadores de clase mundial, y aun así consigues que vayan de área a área. ¿Cómo lo haces?” Sólo podía responder que ellos eran talentosos no sólo con talento natural sino que también tenían resistencia para ir de arriba a abajo por toda la cancha. Teníamos algo especial con esos dos.

Eso cambió con David, porque él quería que cambiara. Sus ojos ya no estaban en la pelota. Una pena, porque todavía pudo seguir en el Manchester United cuando me fui. Habría sido una de las mayores leyendas del Man United. Lo único que lo hizo una leyenda del LA Galaxy y más allá, fue su estatus de icono. En algún momento de su vida, quizás sienta el deseo de decir: cometí un error.

Pero también permítanme rendirle un homenaje. Sus poderes de perseverancia son increíbles, como lo demostró al unirse París Saint-Germain en enero de 2013. En el United siempre fue el chico más fuerte del lugar. Eso le

ayudó a seguir jugando hasta los 37 años. La resistencia que construyó dentro de sí mismo desde la infancia sobrevivió.

La MLS no es la Liga de Mickey Mouse, de hecho es una Liga atlética. Observé a Beckham en la final de la Copa MLS y note cómo lo hizo, marcando y siguiendo, haciendo un cambio. Tampoco se deshonró en el Milán durante su período de préstamo. En el PSG jugó durante una hora en los cuartos de final de la Copa de Europea. No jugaba mucho, pero llevó a cabo sus deberes. Trabajó duro y pegó unos buenos pases en el juego.

Me pregunté, '¿Cómo lo hace?'

La resistencia, fue la primera respuesta. Pero también descubrió la necesidad de confundir a todo el mundo, todavía podía golpear el balón y hacer un buen cambio de juego, uno de los rasgos que nunca perdió, estaban arraigados en lo que era como atleta. Jugar en las últimas rondas de la Liga de campeones a los casi 38 fue todo un logro después de cinco años en Estados Unidos. Estaba de regreso, se tiene que alabar eso.

Una o dos personas me preguntaron si lo traería de regreso después de que salió de LA. A los 37 años, no tenía sentido ir por ese camino. Había un elemento de publicidad para el PSG al contratarlo por seis meses. David ignoró esa parte, en lo que a él concernía, seguía siendo un gran jugador. Un día Giggs, Scholes y yo discutimos eso, como he dicho, tenía un don especial para bloquear sus malas actuaciones. Yo lo regañaría y se iría indignado, probablemente pensando, “El técnico está loco, yo estuve bien hoy.”

En los Ángeles, probablemente pensó que Hollywood era su siguiente paso en la vida. Creo que había un propósito y un plan al ir a Los Ángeles. Aparte de eso, hay que admirar su tenacidad. Me sorprendió y asombró a todos en el Manchester United. Lo que él persigue en la vida, es que lo mantiene avanzando.

+ BONUS

La última temporada de Beckham en el Manchester United

 http://bitly.com/1QcAZ18

Los números de Beckham en Premier League

 http://bitly.com/1MSYDJV

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