SÍNODO DE SAN JOSÉ DEL ALTILLO

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SÍNODO DE

SAN JOSÉ DEL ALTI LLO A 50 AÑOS DE SU FUNDACIÓN COMO CASA PASTORAL


Misioneros del Espíritu Santo

San José del Altillo, Avenida Universidad, 1700. Barrio Sta. Catarina, Alcaldía Coyoacán, Ciudad de México. Sínodo San José del Altillo a 50 años de su fundación como casa pastoral. Impreso en Ciudad de México. Redacción por la comunidad de Misioneros del Espíritu Santo de San José del Atillo, con la asesoría de CRUCES y Horizontes Creativos. Superior local José Castelán M.S.p.S. / Secretario Josué Emmanuel Suaste Vargas M.S.p.S. . Diseño editorial por Jésus David Álvarez Flores.


SÍNODO DE

SAN JOSÉ DEL ALTI LLO A 50 AÑOS DE SU FUNDACIÓN COMO CASA PASTORAL


P

recisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra «Sínodo». Caminar juntos —laicos, pastores, Obispo de Roma— es un concepto fácil de expresar con palabras, pero no es tan fácil ponerlo en práctica. Después de haber reafirmado que el Pueblo de Dios está constituido por todos los bautizados, «consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo», el Concilio Vaticano II proclama que «la totalidad de los fieles que tienen la unción del Santo (cf. 1 Jn 2,20 y 27) no puede equivocarse en la fe. Se manifiesta esta propiedad suya, tan peculiar, en el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo: cuando “desde los obispos hasta el último de los laicos cristianos” muestran estar totalmente de acuerdo en cuestiones de fe y de moral». Aquel famoso infalibile «in credendo » FRANCISCO, “Discurso con ocasión de la Conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos”, 17 octubre 2015


CONTENIDO INTRODUCCIÓN I. RECORRIDO DEL CAMINO SINODAL: REFLEXIÓN INTERNA DE LA COMUNIDAD DE MISIONEROS DEL ESPÍRITU SANTO Y APORTES DE LA ASESORARÍA EXTERNA. / 8 II. PLANTEAMIENTO DE LA NECESIDAD DE UN SÍNODO QUE INTEGRE LAS DISTINTAS VOCES QUE CONFORMAN EL ALTILLO. / 12 III. OBJETIVO Y PROPUESTA METODOLÓGICA. / 16 IV. RESULTADOS - PROYECTO CRUCES. / 23 V. CONCLUSIONES Y PERSPECTIVA. / 56 VI. ÁLBUM FOTOGRÁFICO. / 58


INTRODUCCIÓN “Voy a recordar mi vida despacio y a poner aquí las gracias que más recuerde para agradecer, admirar y amar” Beata Concepción Cabrera, EE, 1925 Desde nuestro origen carismático los Misioneros del Espíritu Santo tenemos una llamada a ser agradecidos con la historia recibida, fieles al presente que muchas veces se nos muestra como “agonía de la nación” y a la vez audaces ante el devenir del futuro que nos reta constantemente a mantener la esperanza cristiana. Este proyecto de “Sínodo del Altillo 2018-2019”, surge de una comunidad religiosa inquieta y de unos laicos que nos exigieron trabajar en equipo con ellos para responder a las necesidades cambiantes del lugar histórico donde hacemos misión y en el cual queremos formar el Pueblo Sacerdotal. La intuición primera la tuvimos en la planeación de agosto de 2018. Ante la pregunta planteada por el Consejo Provincial, ¿qué consideras necesario hacer para acometer la acción pastoral provincial según los lineamientos de la REM al 2022? (cf. V Cap Prov. no. 26 a 38). Compartimos como comunidad que el primer fruto de esta consulta que se nos pide es aceptar con realismo, humildad y también con fe, este momento crucial que atraviesa en general la vida religiosa, la Congregación y nuestra Provincia de México. Como actitud básica nos sumamos desde nuestra responsabilidad a ser parte de este momento para relanzar la misión en continuo proceso de llamada a reestructurarse en su ejercicio. Con este panorama expuesto nos propusimos iniciar en septiembre de 2018 este camino de “impostergable renovación eclesial”1, el cual quiso siempre tener un tono de fiesta comunitaria por los 50 años de la casa pastoral San José del Altillo, hacerlo visible con una renovación física del templo y el atrio como signo de aquello más profundo que se estaba renovando y profesional con un adecuado equipo de asesores externos.

1 Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. Como decía Juan Pablo II a los Obispos de Oceanía, «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial» FRANCISCO, Evangelii Gaudium, 27.

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Los resultados que hoy tenemos corresponden únicamente a la sistematización y diagnóstico propio de un primer momento y fueron orientados por los PP. Gerardo Gordillo Zamora y Fernando Falcó Pliego, MM.Sp.S, los cuales contaron con un equipo de laicos profesionales. El primer asesor nos facilitó una visión de conjunto que nos permitió valorar los “productos estrella” con los que hoy cuenta el Altillo y vislumbrar la necesidad de que las comunidades que nos presidan sepan integrar las fuerzas y oportunidades como pares de éxito, junto con las amenazas que propician reacción, así como los riesgos a los que nos enfrentaremos si no abordamos adecuadamente el envejecimiento y poca convocatoria de algunos sectores estratégicos. En un segundo momento, con el trabajo de centro CRUCES y su coordinador el P. Fernando Falcó, se abrió paso a elaborar el “Perfil demográfico, ciudadano y religioso de los miembros de la comunidad del Altillo”, resultado de las 469 encuestas que se realizaron a los laicos y con los instrumentos metodológicos que desde el aporte sociológico nos brindaron los asesores. Este documento, junto con el de “Buscando las claves del proceso pastoral de San José del Altillo a 50 años de su caminar”, que sistematiza la historia, son los dos frutos que esta comunidad les entrega a los laicos y a los futuros pastores que asuman esta tarea de acompañar pastoralmente el Altillo. Dejamos a futuras comunidades el discernimiento de estos resultados, la adecuada Iluminación teológico-pastoral que decante en el anhelado objetivo pastoral del Altillo, el cual será fruto de este camino de acompañamiento, sinodalidad y salida misionera. Que resuene en nuestro corazón aquella frase que nos acompaño en este primer momento del camino sinodal:

“Somos Memoria, Gratitud y renovación ... todos somos Altillo” Ciudad de México a 09 de junio de 2019, Solemnidad de Pentecostés.

P. José Castelán Serna, M.Sp.S Superior local P. Gerardo Herrera Meza, M.Sp.S P. José Adolfo Bastarrechea Duarte,M.Sp.S H. Ignacio Zapata, M.Sp.S

P. David García Arteaga, M.Sp.S H.D. Josué Emmanuel Suaste Vargas, M.Sp.S H. Daniel Castellanos, M.Sp.S

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I. RECORRIDO DEL CAMINO SINODAL: REFLEXIÓN INTERNA DE LA COMUNIDAD DE MISIONEROS DEL ESPÍRITU SANTO Y APORTES DE LA ASESORARÍA EXTERNA

El proceso sinodal fue fruto de un caminar comunitario que pretendemos describir en las siguientes líneas. En una comunidad conformada por 7 miembros, de los cuales cuatro son presbíteros y tres estudiantes de teología, se abrió paso al diálogo, la reflexión y la toma de decisiones para elaborar este sínodo. Desde el inicio teníamos claro que a 50 años de fundación del Altillo y con el panorama próximo de la beatificación de Concepción Cabrera era necesario dejarle a futuras comunidades la sistematización de la historia vivida, focalizar nuestros destinatarios prioritarios, elaborar un objetivo y un plan de pastoral integral. Llamamos Sínodo a un discernimiento pastoral que se apoyó en metodologías adecuadas para el reconocimiento de la realidad en vistas a focalizar las necesidades y retos. Involucró un trabajo conjunto de MMSpS, agentes de pastoral y todas las personas que participan en nuestros grupos y celebraciones litúrgicas. Para el proyecto del Sínodo partimos de la experiencia vivida por la Parroquia Juan Pablo II de Bucaramanga, recogida en el segundo fascículo de “Prácticas pastorales” que nos ofreció la Provincia y algunos materiales que el P. José Castelán nos compartió. Consideramos pertinente tomar

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las 4 etapas que Bucaramanga implementó en el Sínodo: sensibilización, diagnóstico participativo, iluminación y planeación estratégica. El lunes 17 de septiembre de 2018 nos reunimos con Gerardo Gordillo, msps para que nos ayude a organizar las 4 etapas del Sínodo que comenzamos en octubre y en ese momento vislumbramos concluir hacia mayo-junio del 2019. En aquella reunión el P. Gordillo nos ayudó a visualizar las siguientes constataciones que preveíamos como punto de partida para el Sínodo:

Pistas para iniciar el Sínodo: Nuestro Sínodo comenzará con una primera etapa de sensibilización en donde vemos conveniente recoger la historia. Dado que han pasado 50 años y no hay una sistematización de los distintos momentos que ha vivido el Altillo, creemos conveniente recuperar los “productos estrellas” que han sido innovadores, representan un aporte y una respuesta, para no quedarnos en lo anecdótico. Expresado de otra manera, es importante recoger ¿por qué determinada propuesta resultó significativa? ¿a qué necesidad respondió? ¿qué aportó y hasta dónde llegó?

Pistas para iniciar el Sínodo: Nuestro Sínodo comenzará con una primera etapa de sensibilización en donde vemos conveniente recoger la historia. Dado que han pasado 50 años y no hay una sistematización de los distintos momentos que ha vivido el Altillo, creemos conveniente recuperar los “productos estrellas” que han sido innovadores, representan un aporte y una respuesta, para no quedarnos en lo anecdótico. Expresado de otra manera, es importante recoger ¿por qué determinada propuesta resultó significativa? ¿a qué necesidad respondió? ¿qué aportó y hasta dónde llegó?

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Retos que vislumbramos: − ConformarunequipodelaicosquelogrecaptarlaprofundidaddelSínodo,nosayudea elaborar el análisis y maneje ciertas herramientas que permitan sistematizar la información. − Es momento de definir un Proyecto Pastoral que responda a las necesidades de la CDMX. Un elemento de la realidad a recuperar es el contexto de la ciudad y sus valores actuales. La ciudad vive una pluralidad y mantiene una agenda con temas complejos en donde parece que la Iglesia tiene una tendencia a generar grupos más cerrados.

Búsqueda de otras asesorías El aporte principal de Gerardo Gordillo, M.Sp.S fue clarificar las razones para convocar un Sínodo, sus implicaciones y tiempo, para afinar la metodología de trabajo y las comisiones que esto implique. Aunque sabemos que Gerardo tiene muy clara la parte metodológica, quisimos invitar a Fernando Falcó para que nos ayudara desde el punto de vista sociológico y religioso (experiencia Cruces). Es así como el 01 de noviembre de 2018 iniciamos un nuevo proceso de asesoramiento a cargo ahora del Proyecto Cruces. La instancia CRUCES facilitó la sistematización y diagnóstico con base a una metodología ofrecida por ellos mismos. La metodología consistió en lo siguiente: a. Elaboración de 3 hipótesis exploratorias y de hitos a revisar. b. Elaboración de un instrumento que permitan la exploración: una encuesta se aproxima a ser censal (cuantitativa); grupos focales (que permitan profundizar los temas nodales o los asuntos poco claros. c. Complementación de datos con entrevistas estructuradas a actores significativos de los momentos clave del proceso histórico pastoral. Este primer momento sinodal tuvo como objetivo el conocer a profundidad quienes son los interlocutores en los diversos espacios pastorales que anima los MSpS del Altillo, en los ámbitos demográfico, social y religioso, para precisar la respuesta y el acompañamiento que se ofrece y amplíen y focalicen la propuesta pastoral a sectores más amplios y lo generen de la manera más atinada posible.

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Laicos y Misioneros del Espíritu Santo entrevistados para la sistematización de los distintos periodos del Altillo fueron: • MM.Sp.S: Miguel Mier, Víctor Villela, Sergio Osorio Vigil, Enrique Pérez Cruz. • Laicos: Susy Wiechers de Romo, Margarita Kelly de Ortiz Tirado, Eloísa Polo de Sánchez, Itziar González, Eduardo Ortíz, Luis Castellanos, Adriana Martínez. 3 hipótesis de las que partimos: 1.En los primeros años de la pastoral del Altillo, años 70s e inicios de 80s, grupos amplios se acercaron al Altillo porque hubo un movimiento que los atrajo y congregó (Movimiento de Renovación Carismática, devenido en el SINE). Esta fuerza convocante vivió su esplendor y su declive. Al no haber movimientos, la gente se disgregó y hace decenios que la convocación no ha despuntado nuevamente. ¿Hubo otros factores disgregantes? 2.El Altillo no es un lugar que congrega por su ubicación o proyecto global. Lo que congrega han sido esos personajes carismáticos o movimientos novedosos que atraen (desde Renovación carismática a Éxodo). ¿Ante la ausencia de esos personajes hay algo que pueda atraer hoy...? 3.Los asistentes al Altillo parecen ser personas diferentes, con religiosidades relativamente distintas y distantes, que hace difícil la conformación de una gran comunidad. Cada quien asiste a su interés particular. ¿Lo comunitario es improbable? A lo largo del primer semestre se elaboraron las entrevistas a los laicos y misioneros, así como el instrumento para las encuestas. De enero a marzo de 2019 se aplicaron encuestas y los grupos focales, también se dio paso a la interpretación de la información. La beatificación de Concepción Cabrera y el nuevo momento congregacional hizo necesario que la comunidad pospusiera el momento de iluminación y se enfocara básicamente a socializar los resultados del primer momento, así como a elaborar este cuaderno que permitiera a futuras comunidades mantener la memoria de lo hasta aquí trabajado. En el apartado de resultados se anexan los dos documentos que elaboró cruces como producto final de este camino andado.

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II. PLANTEAMIENTO DE LA NECESIDAD D E U N S Í N O D O Q U E I N T E G R E L A S D I S T I N TA S V O C E S Q U E C O N F O R M A N E L A LT I L L O .

Frente a situaciones tan diversas, nos es difícil pronunciar una palabra única como también proponer una solución con valor universal. No es este nuestro propósito ni tampoco nuestra misión. Incumbe a las comunidades cristianas analizar con objetividad la situación propia de su país, esclarecerla mediante la luz de la palabra inalterable del Evangelio, deducir principios de reflexión, normas de juicio y directrices de acción según las enseñanzas sociales de la Iglesia Pablo VI, Octogesima Adveniens, No. 4 San José del Altillo cumplirá 50 años como plataforma pastoral el próximo 20 de octubre de 2018. Los MMSpS que conformamos la comunidad actual, vemos la conveniencia de realizar un Sínodo que decante en sistematizar la historia vivida, focalizar nuestros destinatarios prioritarios y lograr un objetivo que nos permita un plan de pastoral integral en el Altillo. Entendemos que un Sínodo2 es un discernimiento pastoral que se apoya en metodologías adecuadas para el reconocimiento de la realidad, las necesidades y retos que tenemos, así como el trabajo conjunto de MMSpS, agentes de pastoral y todos los que participan en nuestros grupos y celebraciones litúrgicas.

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“Signos de los tiempos” que nos motivan: El Papa está invitando a la Iglesia a entrar en un movimiento de renovación y salida. La Arquidiócesis de México ha entrado en un proceso que responde a un movimiento eclesial renovador. Nosotros queremos sumarnos. • La realidad de la CDMX nos reta a entrar en diálogo con las agendas que maneja. • La Provincia de México nos pide hacer una proyección hacia el 2022. • La nueva comunidad de MMSpS y el Altillo con sus 50 años de historia creemos queestamos en un momento en el que es importante recuperar nuestra identidad y lo que ofrecemos a la realidad que nos rodea. • La beatificación de Concepción Cabrera cuyos restos se encuentran en San José delAltillo, nos pide hacer una relectura de su persona. • •

Son varios los llamados que nos piden entrar en este nuevo momento y creemos que, como Centro de Espiritualidad, los MMSpS, los agentes de pastoral, las personas que participan en nuestros grupos y en las asambleas litúrgicas estamos convocados a vivir este tiempo de sínodo

2 La palabra Sínodo, significa “caminar juntos”, “caminos distintos que se juntan”, “gente diversa que marcha junta”. Como iglesia es un tiempo especial para encontrarnos, escucharnos, dialogar, y juntos, reconocer nuestras riquezas y limitaciones, nuestros gozos y esperanzas, nuestras tristezas y angustias, para poder, entre todos, discernir la manera en que Dios quiere que caminemos como comunidad de comunidades.

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I I I . O B J E T I V O Y P R O P U E S TA ME TODOLÓGICA

OBEJTIVO DEL SINODO • • •

Sistematizar la historia vivida y descubrir los momentos de gracia y renovación. Discernir las necesidades y los retos que la realidad nos plantea. Elaborar un objetivo y un plan de pastoral integral.

A. El sujeto del Sínodo Entendemos como sujeto del sínodo al equipo que lleva el proceso y toma las decisiones finales. El reto es conformar un equipo de laicos cualificados que logre captar la profundidad del sínodo, nos ayude a elaborar el análisis y maneje ciertas herramientas que permitan sistematizar la información. El sujeto del sínodo está conformado por tres instancias: 1. Un equipo estratégico que llamaremos Comisión Permanente del Sínodo (conformado por dos MMSpS y laicos adultos y jóvenes) cuya función es discernir y favorecer el proceso. Una vez convocado este equipo definirá en diálogo con los MMSpS su competencia y trabajará de manera periódica y constante.

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2. El Consejo pastoral 3. Un Consejo Ampliado que sea más representativo y estratégico.

Estas tres instancias irán tomando, a distintos niveles, las decisiones en el proceso sinodal. Lo ideal es que las decisiones importantes se tomen en el consejo ampliado, para ello hay que generar mecanismos acordes para que pueda fluir la información y la reflexión. En caso que este consejo no esté en condiciones para tomar decisiones, la comisión permanente del sínodo o el consejo pastoral, será la instancia donde se tomen decisiones de carácter operativo, interpretativo y de planeación estratégica. B. Medología

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1. Etapa de apertura y lanzamiento del sínodo. Mediante una misa participativa el 20 de octubre pretendemos emocionar, involucrar y socializar con toda la comunidad del Altillo el gozo y la esperanza que supone el sínodo. 2. Etapa de sistematización y diagnóstico participativo Esta es una etapa para “ver la película, no la foto”, describir el proceso vivido en estos 50 años, no evaluar el resultado. Por tanto, es necesario: ubicar actores, definir cómo recolectar información, ordenar datos y dividir el proceso en etapas. a) Ubicar actores. Ubicar quienes han sido los actores principales en el proceso para contactarlos y que nos den su punto de vista (actores que sean representativos de las distintas etapas, proyectos y momentos de la historia del Altillo). b) Definir modo de recabar información: Dependiendo de los actores a los que vamos a involucrar tenemos que definir cómo vamos a hacer la sistematización: a través de entrevistas personales, enviando un cuestionario, reuniéndonos con un grupo, recuperando documentos, historias de vida. Esto significa que definiremos las herramientas que utilizaremos y los tiempos. Los datos que recojamos tendrán que ver con los ejes de sistematización, es decir, con lo que queremos saber del proceso. c) Ordenar datos. Tenemos que tener algún método para ordenar y recuperar los datos obtenidos ya sea por etapas de sistematización, por temas o algún otro. d) Dividir el proceso por etapas. Al ir realizando la sistematización vamos a ir dividiendo nuestro proceso en etapas, desarrollando cada una de ellas y poniéndole algún nombre dependiendo de sus características (origen, consolidación, crisis, renovación, situación actual, etc.)

1978

18

1988

1998

2008

2018


e) Discernir las necesidades y los retos que la realidad nos plantea (diagnóstico) Este momento es coordinado por una persona y participan algunos laicos. Los datos que se recogen pueden ser de dos tipos: datos duros (INEGI, especialistas que han hecho investigaciones) y datos de grupos focales. •

Medios de recopilación:

i.Investigación de datos duros: estadísticas oficiales, estudios que describan la situación de los ámbitos en lo general. Puede complementar la información diálogos o conferencias con expertos. ii.Encuestas anónimas de tendencia (preguntas del estilo: Cuales son los tres principales problemas a nivel económico que vives en tu comunidad... 1... 2... 3...). Dichas encuestas se darán a segmentos de la población (niños, jóvenes, gente que va a misa, comunidades adultos, etc.). iii.Grupos focales en los cuales la gente dialogue sobre los distintos aspectos de la realidad. Para ello se requiere un guion básico para que el que coordina vaya dinamizando al grupo. Llegan a un consenso. •

Recopilar datos de la vida del Altillo:

1. Respecto a elementos de identidad. 2. Cosas que valoran del Altillo. 3. Cosas que no les gusta o echan de menos. 4. Visión sobre los MMSpS

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f) Procesamiento de la información y devolución de la misma

a) Un equipo hace el vaciado de la información b) Se devuelve a una instancia del Altillo para que la reflexione, incluso sacando constataciones centrales de cada ámbito.

3. Etapa de iluminación Una vez obtenida y sistematizada la información viene el momento de interpretarla a la luz del Espíritu de Dios manifiesto en los criterios, insistencias y aportes propios de nuestra espiritualidad. En la experiencia de los creyentes hay un modelo de ver de la iglesia, una experiencia personal de fe y una comprensión de la iglesia en la sociedad, es lo que llamamos: Pueblo Sacerdotal, procesos de Santidad y compromiso de Solidaridad. En esta etapa del sínodo se profundizarán estas invitaciones y buscaremos hacerlas dialogar con los “signos de los tiempos” que hemos detectado en la sistematización y el diagnóstico participativo. 4. Etapa de planeación estratégica. Una vez hecho el discernimiento3 de la voluntad de Dios toca secundar lo que hemos recibido, elegir los causes adecuados para que las decisiones tomadas sean ponderadas de manera realista, estratégica y propositiva. La mediación para esto será la Planeación Estratégica, ayudada de un FODA. Las fortalezas y debilidades hacen referencia al nivel interno, las oportunidades y amenazas al nivel externo. Este ejercicio se realiza con el Consejo Ampliado o en el grupo pequeño que definamos desde el inicio. IV. CALENDARIO PARA EL PROCESO SINODAL • Apertura y sensibilización / Fecha: 20 de octubre del 2018 a las 6:00 p.m. • Etapas de diagnóstico participativo / Fecha: 03 de noviembre del 2018 al 30 de marzo del 2019 • Etapa de iluminación / Fecha: En abril del 08 al 13, y en mayo del 06 al 11 y del 13 al 18. • Etapa de planeación estratégica / Fecha: del 03 al 08 de junio (Nosotros, algunos laicos, consejo) • Clausura del Sínodo / Fecha: 08 de junio con la Vigilia de Pentecostés. Nota: Este calendario se modifica por el momento congregacional que a mediados de mayo se nos informó mediante la 17a Comunicación del superior general.

3 En el discernimiento reconocemos una manera de estar en el mundo, un estilo, una actitud fundamental y, al mismo tiempo, un método de trabajo, un camino para recorrer juntos, que consiste en observar la dinámica social y cultural en la que estamos inmersos con la mirada del discípulo. El discernimiento conduce a reconocer y sintonizarse con la acción del Espíritu en auténtica obediencia espiritual. De esta manera se convierte en apertura a la novedad, coraje para salir, resistencia a la tentación de reducir lo nuevo a lo ya conocido. El discernimiento es una actitud auténticamente espiritual. Como obediencia al Espíritu, el discernimiento es sobre todo escucha, que también puede convertirse en un impulso propulsor para nuestra acción, capacidad de fidelidad creativa a la única misión desde siempre confiada a la Iglesia. El discernimiento se hace así un instrumento pastoral, capaz de identificar los caminos transitables para proponer a los jóvenes de hoy, y ofrecer pautas y sugerencias para la misión que no sean preconfeccionadas, sino el resultado de un itinerario que permite seguir al Espíritu. Un camino así estructurado invita a abrir y no a cerrar, a hacer preguntas y a plantear cuestionamientos sin sugerir respuestas preestablecidas, a considerar alternativas y sondear oportunidades. ( Instrumentum Laboris del Sínodo de la juventud #1)

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PROYECTO DE REFLEXIÓN Y DIFUSION DE LA ESPIRITUALIDAD DE LA CRUZ Objetivo: Crear un centro de reflexión y difusión de nuestra espiritualidad en las instalaciones del Altillo. Servirnos de la coyuntura de la beatificación de Nuestra Madre, para establecer en el Altillo una comunidad que, en dependencia directa del Gobierno General y con la participación de religiosos de las tres Provincias, se dedique a la reflexión y la difusión de la Espiritualidad de la Cruz, en clave pastoral, desde las tres categorías de misión y de manera actualizada. Descripción: 1. El Gobierno General, en diálogo con los Superiores Provinciales, nombra a los integrantes de la nueva comunidad, estableciendo con ellos las directrices de la nueva fundación y un plan de metas y tiempos para alcanzarlas. La pertenencia temporal de los religiosos a la JISG y algunos aspectos prácticos de funcionamiento entre los miembros de la nueva comunidad quedarían establecidos en un estatuto. 2. La comunidad religiosa elaborará y ejecutará el proyecto de un centro de espiritualidad (posiblemente Santuario) que, en torno a la figura de NN.PP., difunda la Espiritualidad de la Cruz, mediante: • La reorganización de la pastoral del templo (procesos de comunidades de Apostolado de la Cruz de adultos, Catequesis del Buen Pastor, Éxodo, Emaús, Pastoral Social y, en general, la comunidad de fieles congregada en torno a las Eucaristías). • La integración de algunas de las actividades concretas del actual CIDEC (Cursos de espiritualidad, revista La Cruz).

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• El seguimiento a la Región Concepción Cabrera de Armida del Apostolado de la Cruz, mediante un plan por establecer, en diálogo con el Gobierno General y en la perspectiva del próximo sexenio y del relevo del Director Regional. El Director Regional actual, colaborando con otro religioso de la comunidad del Altillo, dará continuidad a la Obra y facilitará el liderazgo del ya mencionado relevo para el siguiente sexenio. • Con base en los objetivos del centro, estudiarán la conveniente integración de otras iniciativas pastorales (peregrinaciones, predicación de retiros y ejercicios espirituales para sacerdotes y laicos, dirección espiritual, confesiones, cursos varios, atención a grupos, centro de entrenamiento de animadores de la Espiritualidad de la Cruz...). 3. Quedan integrados al centro de espiritualidad, el museo de NP, alguna exposición de NM y las oficinas de servicios generales como Causas de Canonización, Apostolado de la Cruz, etc. 4. Ediciones La Cruz forma parte del proyecto, como centro de costos de la Asociación Religiosa (y no ya como sociedad anónima de capital variable). Su gestión y administración, así como las de la librería y la casa de ejercicios, pasarán a algunos laicos que formen parte del Consejo de pastoral y/o de economía. 5. Remodelaremos, mediante un proyecto arquitectónico global, los espacios físicos buscando ampliar el estacionamiento, mejorar las instalaciones de la casa de ejercicio y adecuando la Casa General a las necesidades básicas del Equipo de Gobierno (casa habitación, huéspedes, secretaría, economato, archivo histórico). 6. Buscaremos que el centro del Altillo pueda funcionar en relación estrecha con el Santuario de Jesús María, estudiando la posibilidad y la conveniencia de que el Altillo pueda también ser nombrado santuario. 7. Involucraremos laicos capacitados en el proyecto y favoreceremos en la medida de lo posible, la interacción con ellos y con las congregaciones de la Familia de la Cruz. 8. Presentaremos un avance del proyecto en el XVII CG, con la petición de que se siga promoviendo al menos durante todo el próximo sexenio, antes de ser convenientemente evaluado. Además de todo lo anterior, bajo la coordinación del Gobierno General, la difusión ordinaria de nuestro carisma deberá ser asumida por cada una de las Jurisdicciones, mediante programas compartidos que formen parte de sus Planes estratégicos. CIUDAD DE MÉXICO, MAYO 15 DE 2019

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I V . R E S U LT A D O PROYECTO CRUCES


Hacia un perfil demográfico, ciudadano y religioso de los miembros de la comunidad del Altillo

El presente informe fue elaborado por el equipo de Cruces- MSpS a petición de los interesados. Tiene carácter confidencial y sólo puede ser utilizado por la Comunidad de Misioneros del Espíritu Santo de San José del Altillo.

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Hacia un perfil demográfico, ciudadano y religioso de los miembros de la comunidad del Altillo Luis Fernando Falcó MSpS / 28 de febrero de 2019

El análisis sociodemográfico de la comunidad pastoral del Altillo, elemento central del diagnóstico participativo que pidió el Sínodo (2018), se realizó a través de 469 encuestas entre los miembros de los diversos grupos que forman la comunidad. En 109 de esas encuestas se reportaron algunas casillas vacías o inválidas porque se eligió más de una opción. Sin embargo, omitiendo las incidencias de los datos con valores inutilizables, se pudo hacer uso de la mayor parte de las respuestas de las encuestas. Las encuestas respondidas ascienden al 64% de la población total de los grupos del Altillo. Ese porcentaje de la muestra, frente al universo completo de asistentes a este templo, hace la encuesta básica y suficientemente representativa. El margen de error es de + - 3% y la confiabilidad es cercana al 95%.

La encuesta se elaboró buscando esclarecer tres perfiles en los miembros de los grupos de la comunidad: perfil sociodemográfico con datos básicos respecto a su número, sexo, edad, escolaridad y a su ubicación socioeconómica y urbana en la Ciudad de México; luego el perfil ciudadano destacando algunos rasgos, sobre todo, de su disposición a asociarse con otros actores; y, en tercer lugar, el perfil religioso, recogiendo algunos indicadores del modo como se han constituido religiosamente a partir de la formación recibida en la comunidad del Altillo.

Una de las metas de este análisis es proveer cuestiones más precisas para que se aborden en los grupos focales que son el siguiente paso del diagnóstico participativo, y también para que se vinculen estos datos con los hitos de la historia comunitaria pastoral que la comunidad ha elegido destacar en sus 50 años de vida.

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Perfil Sociodemográfico. Datos generales a. Edad y Sexo Los participantes en el Altillo son en su mayoría mujeres. La proporción es de un hombre por cada 3 mujeres. Esta proporción es menos acentuada en el grupo de 12-20, ya que son 6 mujeres por 4 hombres; pero la proporción se agudiza con la edad: en los PCA, 7 a 3; y después, en los adultos mayores casi totalmente son, 9.5 mujeres por .5 hombres

SEXO Masculinos

Femeninos

25% 75%

La edad media de los participantes es de 47.42 años, puesto que no se incluyeron niños de catecismo en la encuesta. Este dato refleja una comunidad con 10 años más edad que el promedio en las dos alcaldías que principalmente alimentan al Altillo, Coyoacán: 37 años y Benito Juárez (en adelante BJ), 38 años. El rango de edades en el Altillo oscila entre los 12 y los 94 años. Para el análisis se estratificaron los grupos de edad por décadas. De esos grupos el de mayor incidencia fue el de menos de 20 años, que asciende al 25% de su población; este grupo es luego seguido por el de 50-59, que corresponde al 18% y el de 40-49, que representan el 15%. Estos grupos juntos son 6 de cada 10 miembros de la comunidad. En contraposición, es notable lo raquítico de los grupos de 20 a 40 años, que en conjunto apenas superan el 8%. En definitiva es una comunidad sin adultos jóvenes; que más bien está habitada de adolescentes y de adultos de más de 50 años hasta la senectud, ya que en conjunto de éstos representan el 51% del total.

Promedio por grupo de edad

24.54%

4.48%

3.63%

15.14%

17.71%

13.86%

12.16%

7.25%

0.43%

% TOTAL

>20

20-29

30-39

40-49

50-59

60-69

70-79

80-89

90-100

26

3


b. Escolaridad Los años de escolaridad de esta población son claramente representativos y están en congruencia con el contexto socio urbano del que provienen, en el que, por ejemplo, el promedio de escolaridad de la Alcaldía BJ (por cierto, la más alta del país) es de 13.8 años de instrucción. Considérese que en el Altillo se observa que los de menos de 20 años tienen 11 años promedio de estudio. Los de 20 a 30 tienen 16 años de escolaridad promedio, lo que implica haber cursado estudios superiores. Los de 30 a 39 tienen también alrededor de 16 años de estudios. Los de 40 a 49 tanto como los de 50 a 59, también refieren 16 años de escolaridad. Es decir, la comunidad de adultos son mayoritariamente profesionistas y lo más jóvenes están en vías de serlo. Al comparar estos índices con el porcentaje de la población que tiene educación superior en las dos alcaldías de mayor referencia se observa que en BJ la población mayor de 15 años profesionista es el 62.8% y en Coyoacán es el 44.3%, mientras que en el Altillo el total de miembros con educación superior y posgrado se eleva a 55%. Dada la diferente manera de medir, podemos colegir que los promedios son cercanos. Es posible que el dato de escolaridad tenga que ver con las demandas específicas de los miembros de los grupos, al buscar participación en las decisiones de la comunidad eclesial y cierta tendencia muy crítica que se percibe en ellos.

Escolaridad

%

Básica (6)

16.20%

Media Sup. (12)

28.57%

Superior (16)

38.59%

Posgrado (18)

16.42%

c.

Ocupación

Para elaborar el análisis del estatuto ocupacional de la comunidad del Altillo se dividieron las respuestas a la encuesta en los siguientes segmentos: Ocupación Estudiantes Hogar y jubilados

% 27.5% 34.5%

Trabajo remunerado

35%

Buscando trabajo

2.35%

La composición de la población del Altillo según ocupación queda caracterizada con los siguientes rasgos. Primero, se observa alta incidencia de quienes tiene por ocupación ser estudiante (27.5%); dato que está en congruencia con el porcentaje de menores de 20 años (24.5%), sumado al pequeño grupo de entre 20 y 30 años (4.5%). Además, destaca el otro pico poblacional del Altillo, en el que el 34.5% representa personas jubiladas o dedicadas al hogar. Mientras que, por otro lado, sólo el 35% se ubica entre la población económicamente activa (PEA). De entre la población trabajando por un salario, se encuentra un segmento de profesionistas, que son casi el 12%; y además los empleados y mandos medios, casi en el mismo porcentaje (11.5%). Finalmente están también los ejecutivos, que son el 8% y los comerciantes que son cerca del 4%.

4

27


Finalmente el grupo también lo conforman quienes se hallan buscando trabajo; éstos apenas superan el 2%. Se trata entonces de una comunidad que se divide casi por terceras partes entre estudiantes, adultos mayores jubilados y amas de casa que no reciben un sueldo y una tercera parte de trabajadores a distintos nivel, la mayoría ubicados en la clase media. La población del Altillo, tanto la de estudiantes como la de personas que no laboran por un sueldo por dedicarse al hogar, está muy por encima de los promedios nacionales y de la Ciudad de México. Y en contraste, es notable la proporción menor de personas que con trabajo remunerado respecto a los promedios nacionales y locales. d. Nupcialidad En el Altillo se encuentra un muy alto porcentaje de solteros (37%), tres cuartas partes de los cuales corresponden a la población menor de 30 años y el resto se distribuye casi uniformemente en los demás rangos de edad. Cerca del 37.5% de población del Altillo se identifica como casado o viviendo con una pareja y un alto porcentaje de casi 25%, se identifican viudos, separados o divorciados, el 71% de éstos están entre los 40 y los 70 años como resulta esperable.

28

5


Los datos sobre nupcialidad también confirman las características típicas de la población con respecto a los segmentos mayoritarios de donde provienen. La proporción está bastante cercana a los porcentajes de población soltera y casada o unida (mayor de 12 años) en las alcaldías de referencia (BJ y Coyoacán); excepto en el caso de la población divorciada, separada o viuda que supera a la de las alcaldías citadas, ya que dobla con 26%, al 12% aproximadamente de divorciados, separados y viudos que se contabilizan en BJ y Coyoacán.

e.

Procedencia

Los miembros del Altillo también tienen procedencia bien definida. El 93% viven en la Ciudad de México y sólo el 2% vienen del Estado de México y algún otro viene de Hidalgo. Su procedencia dentro de la Ciudad de México está altamente circunscrita, vienen al Altillo las personas de las alcaldías cercanas y en esa proporción: el 31% de Coyoacán, el 22% de Benito Juárez; casi el 11% de Tlalpan y el 9% de Álvaro Obregón. En conjunto, casi 3 de cada 4, vienen de esas delegaciones colindantes o cercanas, donde se congregan estratos medios de la Ciudad. Las alcaldías más lejanas presentan valores cercanos a 0% (Azcapotzalco, Miguel Hidalgo y Cuajimalpa), y de Milpa Alta no se reportó ningún asistente. Mientras que Xochimilco, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza no alcanzan el 2%. De modo que también se tiene una población altamente identificada en su procedencia dentro de la Ciudad.

6

29


Al acercarse a la distribución por colonias se nota mejor cómo se comporta la concentración en las alcaldías mencionadas: Colonias significativas Del Valle*

% Bloque 7,46%

Romero de Terreros

3,20%

Portales*

2,99%

Narvarte*

2,99%

Florida

2,35%

Campestre Churubusco

1,71%

Del Carmen

1,49%

Coyoacán

1,49%

San Jerónimo

1,28%

Lomas Estrella

1,28%

Oxtopulco

1,28%

*Copilco*

1,07%

Gral. Anaya

1,07%

**Tizapán**

1,07%

Santo Domingo

1,07%

Álamos

1,07%

Acacias

0,85%

Los Reyes

0,85%

Militar Marte

0,85%

Prado Churubusco*

0,85%

***Sinatel**

0,85%

Villa Coapa

0,85%

**Coapa**

2,77%

* Las estrellas hacen referencia al número de colonias que se agrupan en una denominación común: por ejemplo: Villa Coapa, Ejidos de Villa Coapa o Valle Sur, Letrán Valle y así sucesivamente

Esta distribución posiblemente está denotando que, no solo influye la cercanía, que sería un primer factor para ser susceptible de convocación, sino que además puede influir en la convocación algún patrón de relación de vecindad y cierto vínculo familiar que facilitaría venir al Altillo. Cuando se analiza la procedencia por alcaldía según las segmentos de edad se mantienen las mismas proporciones; no se modifican los porcentajes sino que básicamente siguen el mismo patrón en todas las edades: Coyoacán, Benito Juárez, Tlalpan, Álvaro Obregón son los lugares de procedencia.

30

7


f.

Medio de transporte

Movilidad 350

70.00%

300

60.00%

250

50.00%

200

40.00%

150

30.00%

100

20.00%

50

10.00%

0

0.00%

Auto

Transporte

Taxi

Caminando

Vacía

%

El tema de la movilidad hacia y desde el Altillo es bastante homogéneo: el 64% de la población utiliza el automóvil en sus traslados. Mientras que sólo el 21% utiliza el transporte público y cerca del 10% utiliza usualmente el taxi para llegar y salir del Altillo.

g. Casa habitación, salario de los miembros del Altillo El hogar promedio en el Altillo está representado de la siguiente manera: -

3.2 habitantes por casa hogar 3 dormitorios en cada hogar 2.25 baños completos en la casa habitación 2 miembros de la familia son los que reciben sueldo o pensión por jubilación.

En lo que toca al número de personas asalarias en los hogares en relación al número de habitantes por hogar, tenemos esta distribución:

8

31


Población según Asalariados por número de miembros en la familia 14.00%

30.00%

12.00%

25.00%

10.00%

20.00%

8.00%

15.00%

6.00%

10.00%

4.00%

5.00%

2.00% 0.00%

1

2

3

4

5

5.97%

>=6

T% 1 Asalariado

10.66% 9.81%

7.68%

2.56%

1.92%

T% 2 Asalariados

1.09%

8.89%

11.24% 12.29% 3.68%

0.44%

T% 3 Asalariados

0.00%

0.21%

2.13%

4.26%

2.99%

1.71%

T% 4 Asalariados

0.00%

0.00%

0.21%

3.20%

0.64%

1.28%

T% 5 Asalariados

0.00%

0.00%

0.00%

0.00%

0.43%

0.00%

T% 5 Asalariados

0.21%

0.00%

0.00%

0.00%

0.00%

0.21%

0.00%

T% Asalariado por # de 11.96% 18.91% 21.27% 25.72% 10.29% 5.55% familia

Aunque la distribución de número de asalariados en cada hogar es bastante extendida, se constata que el 36% de los hogares se sostienen por el trabajo de dos adultos asalariados. El conjunto de datos revela de manera contundente que la población del Altillo se sitúa en los sectores medios altos de la población de la ciudad. La clasificación de AMAI (2018) para los hogares de México, ampliamente usada como instrumento de estudios de mercado, sitúa a la población en estudio con estas características en el sector A/B de la población, que es la clasificación más alta: “El nivel socioeconómico A/B está conformado mayoritariamente (82%) de hogares en los que el jefe de familia tiene estudios profesionales. El 98% de esos hogares cuenta con Internet fijo en la vivienda. Es el nivel que más invierte en educación (13% de su gasto) y también el que menor proporción gasta en alimentos (25%)” 1

II.

Perfil ciudadano

a. Confianza interpersonal La encuesta, en la búsqueda de elaborar un perfil ciudadano de los miembros de los grupos y comunidades, eligió explorar una serie de dimensiones que, en su conjunto, pueden revelar la valoración que estos individuos hacen del vínculo social más allá de la familia. Se ha buscado evidenciar su disposición asociativa, además del primer

1

32

http://nse.amai.org/niveles-socio-economicos/

9


círculo de referencia que es el familiar. Es decir, se exploran dimensiones que esbocen rasgos de ciudadanía que caractericen a esta población, ya de por si asociada con otros al venir establemente al Altillo. De entrada hay que tomar en cuenta la escasa disposición a asociarse con los que no son de la familia, que es dominante entre los mexicanos. Porque como dice el Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México: “Es muy notorio que 46% de los mexicanos reporta que nunca ha tenido esta experiencia de membresía, que es tan formativa; esto indica una gran debilidad de la vida comunitaria”. (2014, 86). Los miembros del Altillo se distinguen de ese amplio bloque de casi la mitad de los mexicanos sin experiencia asociativa; éstos más bien se ubican dentro del grupo segmentado de los que han participado en asociaciones religiosas o todavía lo hacen (20.9%). ¿Cómo se configura la disposición asociativa de este grupo de católicos en comunidades del Altillo? A la pregunta de si se puede confiar en la mayoría de las personas, los del Altillo responden así: ¿Crees que se puede confiar en la mayoría de las personas? Sí

242

51,60%

No

210

44,78%

Vacía

17

3,62%

Los que afirman que sí se puede confiar en la mayoría de las personas son un poco más que la mitad, muy por encima de los datos de confianza interpersonal que reporta el Informe país… pues según éste, sólo el 28% de los mexicanos piensa que se puede confiar en los demás, y el 72% considera que no se puede confiar en las demás personas. Ese dato pone a la comunidad del Altillo muy por encima del porcentaje nacional.

b. Participación en asociaciones (además del Altillo) Como se dijo antes, prácticamente la mitad de los mexicanos no tienen siquiera la experiencia de participación en asociaciones, sin embargo, los participantes del Altillo hacen una diferencia, primero porque están respondiendo desde un espacio asociativo, y también porque suman una experiencia de participación asociativa en otros grupos que no resulta nada desdeñable.. ¿Has participado establemente en algún tipo de asociación, además de los grupos del Altillo, en los últimos diez años? Sí

229

48,83%

No

235

50,11%

Vacía

5

1,07%

La mitad de los miembros de la comunidad tiene alguna “otra” experiencia asociativa que se suma a la participación comunitaria. Ese indicador habla no de un agotamiento de la disposición a la participación que se agotara con lo eclesial sino con un carácter asociativo que encuentra en lo comunitario religioso un impulso y no un freno o un “hasta aquí”.

10

33


Conviene mirar estos indicadores atendiendo a cómo se dispersan según las edades, pues se descubre que básicamente se mantiene la misma proporción en todas las edades con variaciones poco importantes: la mitad de la población del Altillo ha participado o participa en una asociación además de la religiosa. Este panorama se completa con el cuadro del tipo de asociación en qué han participado los altillenses:

Tipo de Asociación 51.60% 39.65%

33.92%

24.23% 2.20%

DEPORTIVA

CÍVICA / VECINAL

SINDICAL / PARTIDISTA

PROFESIONAL / ARTÍSTICA

VACÍA

Como era de esperar de segmentos de la clase media, éstos han participado en organizaciones que tienen que ver con actividades deportivas, en algún tipo de colectivos vecinales y finalmente con grupos de expresión artística o profesional. No es difícil conjeturar que este tipo de participación tengan que ver con la edad de la tercera parte de los miembros que tienen menos de 20 años y con el hecho de que en las colonias de procedencia, singularmente las de la zona De Valle, Portales, Romero de Terreros, Campestre y Florida hay muy alta presencia de casas habitación situadas en departamentos. Por otro lado, la participación de estos miembros de la comunidad en organizaciones políticas o sindicales es notablemente reducida, apenas rebasa el 2% lo que también habla de poca acción política real o solidaria de este grupo.

c. Movilización social y política Respecto a la valoración que esta comunidad hace de la movilización social, tema de por sí controvertido, y más aún en la zona metropolitana del Valle de México, debido a los evidentes costos que tiene la movilización social en términos de “salir a la calle” para los que se transportan a diario en la ciudad, los datos totales de este indicador son alentadores: ¿Es válido "salir a la calle" o hacer marchas para presionar a que el gobierno responda a un reclamo ciudadano?

34

Totalmente de acuerdo

111

23,67%

Algo de acuerdo

203

43,28%

Algo en desacuerdo

73

15,57%

Totalmente en desacuerdo

72

15,35%

Vacía

10

2,13%

11


Para dos de cada tres altillenses (67%) la movilización tiene valoración algo o completamente positiva y esa proporción básicamente se conserva al considerarla desde la perspectiva de género. Eso sigue hablando de un grupo, que aunque está bien identificado entre los sectores medios de la población, también mantiene una disposición muy abierta a la asociación y a la movilización social para conseguir beneficios que le corresponden. d. Lo más importante es… Este reactivo tiene que ver los horizontes o anhelos a los que se les da mayor peso subjetivo. Sin lugar a duda la preferencia más importante se decanta en todos los grupos en el mismo sentido. Todos los sectores, por arriba del 70%, expresan que lo más relevante para ellos es el bienestar con su familia. Tal como puede observarse, la preferencia (aparentemente) menos relevante es la que tiene que ver con la buena economía y las de desarrollo profesional y social y las relaciones de pareja y amistades obtuvieron menos de 10% de preferencias. Cabría pensar que eso elección tiene que ver con estar respondiendo desde en un lugar religioso.

Lo más importante para ti es Bienestar con familia

329

70,15%

Buena Economía

14

2,99%

Desarrollo Profesional-Social

45

9,59%

Relaciones de pareja-amistad

44

9,38%

Vacía-Inválida

37

7,89%

De modo que la mayor aspiración de los ciudadanos que vienen al Altillo tiene cierto parecido con la imagen del liberal salvaje que dibujó Nexos en 2010 y reiteró en 2018, de frente al mexicano típico, para quien lo más importante es estar bien con su familia: “A falta de un sueño común o una visión solidaria que vincule los destinos individuales, los mexicanos tienden a poner sus sentimientos de pertenencia en la familia [idealizada].[…] La apuesta al propio esfuerzo y el refugio en la familia como mundo nuclear, dibuja, con fuertes trazos, la imagen de un ciudadano que desconfía correlativamente de sus elites dirigentes, en particular del gobierno, y mira hacia el país con un sentido crítico acusado”. 2 En conjunto el perfil ciudadano de los miembros del Altillo tiene rasgos que parecen posibilitar la confianza interpersonal y la práctica asociativa no únicamente en un espacio asociativo sino en dos o más, lo que los hace singulares en su disponibilidad a la acción; y por otro lado, también aparecen claramente como un agregado de individuos cuyo último horizonte de preocupación se los proporciona la propia familia.

2

“México, Nuevo retrato de un https://www.nexos.com.mx/?p=37398

liberal

salvaje

“(2018)

NEXOS,

México,

1

de

mayo

2018

en

12

35


III.

El perfil socio religioso

Finalmente, la tercera parte de la encuesta derivó a conformar el perfil del creyente católico, miembro de la comunidad,, que asiste a un grupo y quizás también a la celebración de la Eucaristía y que sostiene ciertos significados referentes a la formación recibida y claridades conceptuales sobre la fe en la que ha sido presumiblemente formado. Tradicionalmente se entiende que una comunidad cristiana se caracteriza por la asistencia a la Eucaristía dominical. Sin embargo, las respuestas a este indicador permiten notar que en la comunidad del Altillo, pertenencia al grupo y Eucaristía, no están asociados. La respuesta global indica que los que se consideran asistir a Misa dominical son la mitad. Sí

237

50,53%

No

223

47,55%

Vacía

9

1,92%

Este dato adquiere aún más relevancia si se ubica que además, esa mitad que dice asistir a Misa dominical, al menos la cuarta parte asiste a la misa sabatina del Éxodo; las otras tres cuartas partes se dispersan entre las distintas edades. De modo que, en realidad, únicamente el 36.2% de los miembros de los grupos también asiste a Misa dominical; en ellos sí parece haber una opción específica por asistir a una misa dominical explícitamente. a.

Significados que se otorgan a la formación

La formación que has recibido en el Altillo ha sido principalmente sobre… Relación con Dios Ser parte de la Iglesia Relaciones humanas y crecimiento personal Ayudar a los más pobres

234 66

49,89% 14,07%

106

22,60%

3

0,64%

Total

409

87,21%

Vacías

60

12,79%

La formación religiosa que se recibe en una comunidad, como todo contenido cultural, tiene múltiples sentidos posibles. Los actores se convierten en tales cuando significan los objetos culturales, los métodos y la oferta ética más o menos homogénea que reciben. Eso es lo que se rastrea en estas respuestas que exploran el tema y el para qué ha servido la formación. De éstas llama la atención: lo convencional de las respuestas; que no se la alejan demasiado de lo que sería una típica oferta religiosa, que por definición se refiere a Dios y al sistema religioso.

36

13


De modo que, para la mitad de los miembros de las comunidades, antes que nada, la formación se inscribe dentro de lo netamente religiosa: ha servido para acercar a Dios, aunque esté muy poco referida a la Iglesia. La forma de ofrecer lo religioso de los Misioneros del Espíritu Santo tiene un estilo referido al crecimiento de la persona, al cultivo de las relaciones humanas sanas, Podría esperarse encontrar este enfoque más personal, relacional y comunitario en sentido que le otorgan a la formación; y sin embargo, eso no se encuentra en los miembros de los grupos de manera muy decidida, pues sólo el 22.6%, enfatizaron la dimensión de formación humana y crecimiento personal. Finalmente la significación de la formación en su vertiente social, como ayuda a los más pobres, está fuera de los significados disponibles. Prácticamente la misma orientación se encontró en la pregunta espejo de la anterior, al preguntárseles sobre el “para qué te ha servido”. El único porcentaje elevado 57%, casi 6 de cada 10, reafirman que ha servido para conocer a Dios. Los demás: mejorar relaciones, conocer personas y compromiso de solidaridad no alcanzan un porcentaje arriba de 13%. Estar en el Altillo te ha ayudado sobre todo a… Mejorar relaciones

40

8,53%

Acercarte más a Dios

266

56,72%

Conocer nuevas personas…

37

7,89%

Compromiso de solidaridad

59

12,58%

Total

402

85,71%

Vacías

65

13,86%

b. Comprensión básica de conocimientos religiosos propios de esta comunidad Se buscó explorar qué tanto los miembros de los grupos tienen los referentes fundamentales de la fe; sobren todo, de alguno que es significativo para los Misioneros del Espíritu Santo. Es relevante explorarlos porque estos sí exhiben diferencias significativas según grupalidades. La respuesta considerada globalmente da una perspectiva suficiente de que el conjunto de la comunidad sí conoce el referente básico de “pueblo sacerdotal”, pues 6 de cada 10, ubicaron correctamente su significado, mientras que, cerca del 35% se hayan lejanos del significado adecuado. Quiénes son los que conocen el contenido de estos conceptos y quiénes desconocen el significado de esta expresión canónica para los MSpS: La expresión “Pueblo Sacerdotal” significa: 19.43%

Sacerdotes del mundo Comunidad de bautizados

88 290

Personas que más ayudan a los sacerdotes

11

2,43%

No sé

64

14.13%

Total

453

100%

64.02%

14

37




Los jóvenes menores de 20 años del Altillo son quienes exhiben mayor desconocimiento de la expresión, pues sólo el 34% lograron identificarla correctamente. Mientras que en los grupos de mayores, la identificación correcta de la categoría aumenta notablemente hasta el 70% en los grupos de 40 – 49 y 50 – 59; y aún más, hasta 88% en el grupo de 60 – 69 años. Respecto a la identificación de quienes son los Misioneros del Espíritu Santo, las respuestas son prácticamente unánimes. Todos los grupos las identificaron una proporción cercana al 100%; quienes lo hicieron en un porcentaje un poco menos fueron los menores de 20 años que lograron identificar a los Misioneros como comunidad religiosa en un 80%. Cuando se les pidió a los miembros de las comunidades que se definieran por alguna demanda para con la comunidad religiosa de MSpS, las variaciones fueron muy significativas. Como se ve en la gráfica, un alto porcentaje de 6 de cada 10, les piden ser “más cercanos e involucrados” y casi nadie les pide “ser más competentes y profesionales”. Alrededor del 24% les pide “enseñar más la Palabra de Dios…”, lo que complementa la demanda relativa a la cercanía. Además, de nuevo, aparece muy poca demanda relativa a una veta de ayuda a resolver los asuntos sociales; muy poco se ve a los MSpS en esta tarea. Conviene ver las variaciones por edades. En el caso de los menores de 20 años, la proporción descrita, se mueve un poco, pues aunque la petición de cercanía es básicamente en la misma proporción, se reduce a 16% en la petición de que enseñen la Palabra y aumenta a 25%, en la demanda de que colaboren a la solución de problemas de índole social. La proporción que demanda en primer lugar cercanía se escala hasta el 70% en los grupos que van de 50 a 79 años; y casi se reduce a cero la petición de que colaboren a resolver problemas sociales. Según tú, los Misioneros que atienden el Altillo deberían… Ser más cercanos e involucrados Enseñen más la Palabra de Dios

c.

258 104

60.14% 24.24%

Ser más competentes y profesionales

7

1.63%

Ayudarnos a solucionar los problemas de la sociedad

60

11.99%

Total

429

100%

Años de permanencia en los grupos del Altillo

Los años de permanencia en el Altillo también dan indicio de la estabilidad de la comunidad.

40

Años en los grupos <1 1a3 4 a10 11a20

Total % por años 7,75% 27,81% 31,02% 13,37%

>20

17,91%

Total

97,86%

15


Lo más notable es que de 3 de 10 de los miembros de las comunidades tienen una permanencia de 1 a 3 años; y otro 3 de 10, tienen de 4 a 10 años. Además, 3 de 10 tienen en conjunto entre 11 años y más de 20. Sin duda, se trata de una comunidad que no se renueva fácilmente. Pues sólo el 7.75% tiene menos de un año en la comunidad. d. Participación en otros grupos de Iglesia Es significativo que cuatro de cada diez miembros del Altillo participen también en otros grupos de Iglesia. Da la impresión de que se trata de personas que sirven en otras comunidades y que reciben una formación cualificada en el Altillo. Además del Altillo, participas o prestas algún servicio en otro grupo o asociación religiosa? Sí

118

25,16%

No Total Vacía

341 459 10

72,71% 97,87% 2,13%

De estos que asisten a otras comunidades además del Altillo el 18%, sorprendentemente, son de menos de 20 años y el 74% tienen entre 50 y 79 años. A pesar de que sólo se trata de una cuarta parte de la comunidad altillense, esta porción sí que representa un contingente que presumiblemente sí mantiene una compromiso cristiano relevante.

16

41


IV.

La comunidad pastoral del Altillo en síntesis

En este apartado del informe se trata de hacer una síntesis que permita obtener el esbozo en trazos gruesos pero suficientes de cómo es la comunidad del Altillo. De ésta deberán obtenerse las preguntas para el eventual trabajo de grupos focales más direccionados y por supuesto, después, las orientaciones pastorales consecuentes para esa población. 1. Los miembros de la comunidad del Altillo proceden, sin lugar a duda, del entorno cercano. Seis de cada diez vienen de Coyoacán (3), de Benito Juárez (2) y de Tlalpan (1), de Álvaro Obregón (casi 1) y los demás se distribuyen por cercanías. La colonia más repetida como domicilio es la Del Valle. Como se ha visto, este agregado humano que se reúne en el Altillo representa muy bien los estándares poblacionales de la zona Colonia del Valle y aledañas; parte sustantiva de la BJ, la representan bien en varios indicadores significativos. 2. En congruencia con lo anterior, esta población se desplaza en automóvil de y hacia al Altillo también en una proporción de 6 de cada 10. Esa preferencia pone el énfasis en la necesidad de solución a los problemas de estacionamiento durante la estancia en el Altillo. 3. Tres mujeres por cada hombre es la proporción por sexo en la comunidad general de los miembros del Altillo. Aunque entre los de ≤ de 20, existe una proporción menos acentuada, que ronda 4 hombres por 6 mujeres. La proporción se acentúa, hasta casi llegar a una totalidad de mujeres, en los grupos de tercera edad. 4. El promedio de edad es 47.4 años, 10 años por arriba del promedio en BJ y Coyoacán. Se trata de una comunidad atípica en cuanto a las comunidades pastorales se refiere, que suelen ser de mayores, pero que tampoco refleja una distribución demográfica parecida a la del país o a la de la Ciudad. 5. Sin embargo, respecto a la distribución de edades es notable que los de menos de 20 años sean el 25% del total; le siguen los de 50-59, que son el 18% y el de 40-49, que representan el 15%, después los de 60 – 69 que se acercan a un 14%. Estos grupos juntos son 6 de cada 10 miembros de la comunidad. En contraposición, es notable lo raquítico de los grupos de 20 a 40 años, que apenas superan el 8%. Es una comunidad sin adultos jóvenes; habitada de adolescentes y de adultos y adultos mayores. 6. Es una comunidad con niveles altos de años de escolaridad; en la que los adultos tienen 16 años promedio y los adolescentes y jóvenes, 11 años; estos últimos se ubican en vías de formación profesional. El conjunto se encuentra en rangos muy parecidos a los altos promedios de población con educación superior en las alcaldías que mayormente alimentan al Altillo: BJ y Coyoacán. Quizás por eso demandan niveles altos de participación en los procesos formativos en los que están involucrados. Se trata de una población que accede a índices de Desarrollo Humano propios de los países altamente desarrollados. 7.

42

Respecto a la situación conyugal, el Altillo tiene porcentajes muy congruentes con sus alcaldía de referencia: 37% de solteros y 39% unidos o casados. El segmento que dobla la población de referencia es el caso de los viudos, divorciados o separados que en este grupo son cerca del 25%. Habrá que preguntarse si existe una oferta pastoral adecuada a este grupo poblacional que rebasa a la población de la que se alimenta.

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8. Se trata en fin, de una población en el segmento más alto (AB) de los 7 en los que se divide la población según AMAI. Un sector, con grandísimas diferencias en su interior, pero que cuenta con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas y para invertir en educación y esparcimiento; se trata de un grupo con acceso constante a las redes informacionales a través de conexión de internet en el hogar; y también, que seguramente se ve obligado a hacer grandes esfuerzos laborales para mantener el nivel de vida del que disfrutan. 9. Respecto al perfil sociocultural que buscó esbozarse, se reconoce en los miembros de la comunidad del Altillo a un grupo de ciudadanos (o futuros ciudadanos) que en un 51% creen que se puede confiar en las demás personas. Ese porcentaje es prácticamente el doble de lo que suele calificarse entre los mexicanos (28%). Además la mitad de los miembros de estos grupos (49%) tienen experiencia asociativa más allá de la comunidad de fe. Reportan que esa experiencia se ha dado, sobre todo, en ámbitos deportivos, cívico vecinal y artístico profesional. Esa experiencia de asociatividad rompe con la característica típica de ciudadanía en México, en la que casi dos de tres no tienen experiencia asociativa. Parece que existe una veta de disponibilidad que podría potenciarse. 10. En este mismo sentido los miembros de las comunidades exhiben otros dos rasgos con significados contrastantes. El grupo muestra una valoración bastante positiva de una forma de asociación controvertida por sus implicaciones como es la movilización del tipo “salir a la calle” para ejercer presión para conseguir algo, lo que no suele ser valorado positivamente en este estrato socioeconómico y cultural. La apreciación positiva o muy positiva está por encima del 67%, lo que indicaría una cierta conciencia de lo que implica la acción política y su conflictividad. Pero, por otro lado, cuando se les preguntó por sus intereses subjetivos primordiales, los del Altillo se mostraron mucho más típicamente mexicanos: lo que más les importa es el bienestar de su familia y con su familia; en una altísima proporción en torno al 70%; y en ese sentido se muestran cercanos a los demás mexicanos que difícilmente cuentan con otro horizonte que no sea el del bienestar personal y familiar. 11. Respecto al perfil religioso de los altillenses cabe destacar algunos rasgos más para esbozarlos. La mitad de los miembros del Altillo dicen asistir a una Misa dominical en el mismo templo; pero entre ellos están los miembros del Éxodo, cuya Misa es parte de sus actividades matutinas. De modo que solamente el 36% asisten a Misa en el Altillo por opción. En contraste, el 25% de los que miembros de la comunidad prestan algún tipo de servicio en otro grupo, parroquia o comunidad. 12. Respecto a los significados que la comunidad otorga a los contenidos que se les ofrecen en la formación, las respuestas tienen dos vetas. La mayoría de los miembros dan un significado típicamente religioso a la formación que reciben: se trata de contenidos de índole religiosa y que ayuda a acercarlos a Dios (entre 50% y 60%) y secundariamente para formarse en crecimiento personal y relaciones humanas (entre 14% y 22%). Llama la atención, en contraste, que es prácticamente inexistente la significación de la formación como disposición a la solidaridad o de atención a los pobres. 13. Cuando se pregunta por el conocimiento del contenido de “pueblo sacerdotal”, que es relevante para los MSpS, llama la atención que para la mayoría de los miembros de la comunidad, se trata de un concepto cuyo contenido básico es bien conocido en un alto 64%.

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Es interesante que, sin embargo, entre los de menos de 20 años la expresión es bastante más desconocida; solo la identificaron correctamente el 34%; mientras que su correcta identificación va aumentado con la edad de los miembros, hasta los de 60 – 69 años, en la que el 88% la reconocen. Los más mayores son quienes parecen estar formados en la espiritualidad de los MSpS. 14. A los Misioneros que atienden a la comunidad se les demanda sobre todo, cercanía e involucración en un 60% y después que enseñen la fe y la Palabra de Dios; mucho menos, se les pide ser competentes y profesionales (14%) y casi en absoluto no se les pide enseñen los caminos de la solidaridad. Es decir, aunque hay una disposición a la acción social y política entre los miembros de la comunidad altillense, eso no es en lo que centralmente se les pide ayuda a los religiosos MSpS. 15. Finalmente, se trata de una comunidad que tiende a la estabilidad con miembros que llevan tiempo en participando. Solo 3 de 10, han estado menos de 3 años en los grupos y sólo 7.75% tiene menos de un año participando. En cambio, otros 3 de 10 tienen de 4 a 10 y otros 3 de 10 tienen entre 11 y 20 años. Es decir, es una comunidad que no se ha renovado continuamente, a la que no han ingresado muchos miembros nuevos que permanezcan.

A partir de este conjunto de constataciones, la comunidad de MSpS del Altillo puede derivar aquellos puntos que se necesitan aclarar mejor y profundizarse a través de los grupos focales.

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Buscando las claves del proceso pastoral de San José del Altillo a 50 años de su caminar Luis Fernando Falcó MSpS

La vida pastoral de San José del Altillo ha estado profundamente ligada a la historia de los Misioneros del Espíritu Santo en su devenir, tanto en sus propuestas como en sus vicisitudes. El establecimiento en este reciento de la Casa de estudios, entre 1949 y 1970, y después la llegada de la Casa general (1970) unida a la comunidad de pastoral durante una década, son el punto de partida de esta trayectoria comunitaria, congregacional y pastoral. A partir de 1980, por fin separadas, la comunidad de pastoral de Altillo (dependiendo del Vicariato y luego Provincia de México) y la Casa general coexisten hasta la fecha con distintos niveles armonía y cercanía según los actores del proceso, permaneciendo ambas en el mismo predio. Sin duda, ha contribuido a densificar los significados asociados a este lugar, el que desde 1974, los restos mortales de la Beata Concepción Cabrera de Armida han permanecido en la cripta del Altillo. Este lugar parece concentrar ciertos rasgos de la vida de los Misioneros del Espíritu Santo a través del largo periodo de tiempo, que corresponde a los 50 años de la existencia del centro pastoral. En la trayectoria, aunque sea en sus rasgos más generales, se reflejan ciertos énfasis que los MSpS han dado a su comunidad y, sobre todo, a sus propuestas pastorales, como quedó dicho en alguna de las entrevistas realizadas a los actuales grupos de adultos. El Altillo ha sido muchas insistencias diversas en atención a lo que sus distintas comunidades o superiores locales o Consejos provinciales han querido que sea o han fracasado en conseguir que sea; se encuentran rupturas o continuidad en la medida en que se ha podido o no se ha podido transmitir y cristalizar un haz de intenciones pastorales y comunitarias. En lo que sigue se intenta una breve sistematización con los datos proporcionados por las entrevistas realizadas por miembros de la comunidad a informantes clave y con el material disponibles para este efecto. En general se parte del supuesto que hacer una sistematización, aunque sea provisional, de las etapas de vida de un espacio pastoral va a depender de cómo se articulen los factores que la producen. Es decir, se apuesta a reconocer que cada etapa es el resultante de una serie de factores vinculados entre si de determinada manera para, en efecto, producirla.

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En el caso de la comunidad del Altillo se reconocen las siguientes etapas según los datos aportados por las entrevistas. Las etapas de… 1. Salvador Carrillo y Alfonso Navarro (La Renovación carismática y el SINE) 1970 – 1980 y el primer tiempo de Miguel Mier (1980 – 1985) 2. Segundo momento del periodo de Miguel Mier (1985 – 1992) 3. Tres períodos de descenso (1992 – 2006) 4. De Antonio Álvarez (2006 – 2011) 5. De Carlos Alonso, PCA (2011 – 2017) No es casual que en el material de este ejercicio se articularan los elementos a partir del reconocimiento de un Misionero del Espíritu Santo o de un grupo de misioneros que coordinó la pastoral y casi siempre también coordinó a la comunidad. También, se articulan los actores MSpS con la propuesta pastoral que pudo hacerse en ese tiempo y además, con las características reconocidas de las personas que venían al Altillo. Todo ello en conexión con los conflictos que pudieron haberse producido. Se parte del supuesto sociológico de que La identidad es producida por las interacciones; creando las fronteras y asignaciones identitarias entre los actores y no al revés. Es decir, no son las identidades por sí mismas las que crean interacciones típicas y dependientes de alguna dotación que por sí mismos les pertenezca a los actores.

1. Salvador Carrillo y Alfonso Navarro (La Renovación carismática y el SINE) 1970 – 1980 y el primer tiempo del P. Miguel Mier (1980 – 1985) El centro pastoral de San José del Altillo comenzó a funcionar cuando la casa de formación de los Misioneros del Espíritu Santo dejó de residir allí y se trasladó a Tlalpan (estuvo localizada en el Altillo entre 1949 y 1970). Del tiempo en que era la Casa de Estudios de Filosofía y Teología, el centro conservaba ya un notable atractivo referido tanto a la innovación y belleza de la capilla como a la acción litúrgica que se ofrecía. Este espacio litúrgico cultual representaba una rica mezcla de tradición y modernidad desde su inauguración en 1955, que no se encontraba en otro lugar de la Ciudad de México. Su atractivo quedó como un recuerdo de tiempos mejores. En esa etapa no existía la pastoral abierta, sino sólo se abría los domingos, cuando la casa de formación compartía su riqueza litúrgica en alguna eucaristía dominical y con ello su espiritualidad fresca y solemne conjuntada con la cercanía típica de los Misioneros del Espíritu Santo. A lo largo de los convulsos años 60, se fueron gestando algunas acciones pastorales, animadas por los inquietos estudiantes, tanto de catecismo como de atracción y formación de jóvenes, sobre todo universitarios, convocados en la parte de la casa que daba a Francisco Sosa, en el espacio que se llamaría CUVIC; una iniciativa que a lo largo de esos años 60 y 70 adquirió su propio dinamismo pastoral de cara a los jóvenes.

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La novedad más importante de la época y probablemente de todo el trayecto fue la conjunción de la iniciada comunidad de pastoral del Altillo en 1969 – 1970 con la importación a México de las primicias del movimiento de Renovación Carismática de los Estados Unidos que recogía la frescura y el vigor conciliar con una intensidad y vitalidad hasta entonces desconocida. Como dicen algunas de las testigos de aquel tiempo: Al inicio de los años 70s el Altillo importa de las iglesias evangélicas de Estados Unidos movimientos carismáticos-pentecostales [Tanto católicos como sin denominación] y organiza congresos. Llegan de centros tan importantes como el Melodyland Christian Center [Anaheim, CA como de los centro católicos de la Universidad de Michigan en] Ann Arbor y también de la influyente Universidad de Notre Dame. Rápidamente el recién fundado movimiento encontró en el Altillo un espacio fértil y de óptima expansión. Sobre todo, fueron los pioneros y grandes impulsores los PP. Salvador Carrillo Alday y Alfonso Navarro Castellanos. Varios MSpS más se fueron vinculando a este impulso espiritual [como también Salvador González Meza, Ignacio Díaz de León, Salvador Carrillo, Alfonso Navarro, Francisco López. Luis Díaz Borunda]. La fuerza de atracción del movimiento y la lucidez y vitalidad de los Misioneros encargados hizo mucho eco. “La situación preocupó al Cardenal Darío Miranda que hizo un viaje a Roma para pedir líneas pastorales. Entonces se constituye una comisión que supervise el Movimiento Carismático Católico en México. Estuvo en el ella el obispo auxiliar de México, Don Carlos Talavera y también el P. Salvador Carrillo”. [En los años 70] Los números se crecieron con rapidez. “El P. Carrillo tenía Asamblea los lunes en la noche cerca de 700 personas y el P. Alfonso Navarro los jueves alrededor de 700 personas y los viernes en la mañana a 700 personas”. Los MSpS al frente de este impulso pastoral daban cauce y concitaban muchos elementos que presumiblemente concurrieron: el anhelo de renovación pastoral suscitado por impulso conciliar todavía en proceso de recepción; un grupo de MSpS en la madurez intelectual y pastoral, que aunaban conocimientos sólidos recientemente adquiridos y deseo de innovar pastoralmente para responder a los nuevos desafíos y además el acercamiento a un movimiento como la Renovación carismática católica que ha marcado la Iglesia posconciliar de modo universal. La búsqueda de innovar, el empeño y el tino de esos misioneros acercó una forma de vivir la experiencia de Dios que marcó una huella que no se ha quitado del todo. Personas que están el Altillo comenzaron a acercarse desde ese entonces. Ellas recuerdan que: El atractivo eran las Asambleas en donde había múltiples manifestaciones del Espíritu: cantos efusivos, oración de sanación, oración en lenguas, descanso en el Espíritu; testimonios sobre Jesús vivo, oraciones de liberación para sanar heridas, expulsiones del demonio. Mucha gente venía a encontrar respuestas a su situación, otros por curiosidad y se quedaban. Muchos laicos del mismo Altillo se suman, incluyendo familias completas, y ayudan en la formación y acompañamiento. 3

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En esta etapa la gente se siente escuchada, encuentra solución a problemas de familia, droga, sanación de heridas. Son experiencias de perdón y encuentro con Jesús. Muchos laicos encuentran su lugar en la Iglesia como agentes bautizados y algunos hacen opciones misioneras (el traslado al Ajusco con Alfonso Navarro en 1985). La mayoría son clases medias bajas; otros, clases medias (maestros, profesionistas), algunos empresarios. También responden a otras necesidades cuando algunas familias del Altillo se preocuparon por la formación religiosa de sus hijos: así es como nace el movimiento FEF (Familia Educadora en la Fe). Alfonso Navarro congrega a estas familias con sus hijos creando dos convivencias al año, una en Navidad, otra en Pascua. De estas surgen algunas vocaciones para los MSpS y Religiosas de la Cruz. El tema de la renovación carismática y su expresiones intensas y peculiares dividió a los Misioneros del Espíritu Santo por buen tiempo después de iniciada esta época y el Altillo fue un epicentro de esa controversia. Cuando se trasladaron la Casa general y los restos de Conchita Cabrera a la cripta del Altillo (1974), se planteó con más intensidad la oposición entre Renovación y el impulso a las Obras de la Cruz, carismáticamente encargadas a los Misioneros del Espíritu Santo. Esa disyuntiva dividió a la grande comunidad del Altillo, también atravesado por el tema de la concurrencia de la Casa general y de la comunidad de pastoral del Altillo. En 1983 se dividió la Casa general de la de comunidad de pastoral de Altillo y se nombró superior de la comunidad de pastoral al P. Miguel Mier. Con ello se veía una definición de lo que se quería privilegiar en el Altillo, más las Obras de la Cruz que el recién iniciado SINE comandado por Navarro. Ya antes la escuela de Pastoral Bíblica, también de gran convocación, se había salido del Altillo con el P. Carrillo, enviado a Tlalpan como maestro. También a partir de 1979, se da un impulso importante a la pastoral juvenil, en CUVIC, en la esquina norte del Altillo, dedicando una comunidad de jóvenes sacerdotes y de formandos a su promoción y atención. El movimiento en torno a CUVIC se centraba más bien en la formación humana y posteriormente en la Evangelización con parámetros y maneras de comprender la pastoral que se distanciaban de las del Altillo. La primera parte de los años 80 son los de aumento expansivo, con de la llegada de nuevos convocados a los retiros de evangelización (Kerigma) que se realizaban de forma permanente. “El P. Alfonso Navarro sistematizó la formación: Kerigma, Crecimiento, Comunidad, Éxodo-pueblo de Dios en marcha, Espiritualidad, Vocacional (Espiritualidad de la Cruz, Apostolado de la Cruz, Alianza de Amor)”. Según quienes coordinaban en aquel tiempo “Empezaron a llegar personas de toda la Ciudad, y de lugares lejanos como Satélite, y de Municipios Aledaños y lejanos como Atlacomulco, Méx. Semanalmente entre 4 y 5 mil personas, además de los que participaban en las Eucaristías dominicales”. Sobre estos contingentes se dice: “En 1980 la mayoría de personas venía a las Asambleas de oración de la Renovación carismática, al proceso de Evangelización, a los cursos de Pastoral Bíblica y al catecismo”.

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Las diferencias internas entre los liderazgos MSpS hace que el SINE abandone el Altillo para concentrarse en la Parroquia de la Resurrección en el Ajusco medio. Dicen de nuevo, algunas coordinadoras de aquel tiempo: En 1980 con la llegada de Miguel Mier se suspenden las Asambleas y el Altillo se constituye como un Centro de Espiritualidad (1985). S. Carrillo se va a Tlalpan con la Escuela de Biblia, Alfonso Navarro se va al Ajusco con muchos seguidores (1985), pero otros se quedan en el Altillo en los grupos de Apostolado de la Cruz y Alianza de Amor. A partir de este momento, 1982, al suspenderse los retiros de evangelización, se agota una cantera laica vocacional. Entre muchos de los que vinieron a las Asambleas e hicieron el proceso de formación, algunos se quedaron en los grupos de A. Cruz y Alianza de Amor. Muchas de las Señoras del 2018, son de este período. Aunque parece difícil reconocerlo para sus gestores, parece difícil no coincidir con las testigo de aquel entonces: a salir el SINE del Altillo “se agotó una cantera vocacional” que alimentaba a las Obras de la Cruz y al Altillo. A la distancia se perdió para el Altillo y para los MSpS la “cantera” del SINE, del Instituto de Pastoral Bíblica y de CUVIC. De diverso modo y con incidencias distintas se perdieron las canteras y comienzas una serie de esfuerzos por revitalizar el Altillo.

2. Segundo momento del periodo de Miguel Mier (1985 – 1992) Para 1985 el Altillo ya se nombra como Centro de espiritualidad. Se constituye como un espacio “en el que se privilegian las Obras de la Cruz y las figuras de Conchita, el P. Félix y Mons. Ibarra. Sólo había Apostolado de la Cruz y Alianza de Amor. La formación se unifica con los cuadernos naranjas y Cursos de Espiritualidad de la Cruz y de Alianza de Amor”. Dice uno de sus gestores: “Venían a la formación como miembros de las Obras de la Cruz y a acompañamiento personal. Participaban en los procesos catecumenales para adultos, formación de los jóvenes en las Obras de la Cruz, catecismo (también con elementos de Espiritualidad de la Cruz), capacitación para ser formadores de los procesos catecumenales (pequeñas comunidades) o para realizar alguna irradiación pastoral”. Evidentemente los primeros años el descenso numérico no fue tan pronunciado. Lo que expresa una testigo del momento es, en general, coincidente con lo que dice el P. Mier: Convocación de persona a persona. [Había] Retiros de oración y silencio, Retiros de crecimiento”. En números: • •

Miércoles, Alianza Amor 110 personas- después del conflicto 90 (atendía M Mier). Jueves, Apostolado de la Cruz 100-110 personas (atendía Manuel Ruiz). 5

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Viernes, Apostolado de la Cruz 100-110 personas (atendía Pedro Corona). Miércoles en la tarde, Escuela de Agentes 60 personas. Los domingos la Capilla estaba llena (400-450 personas en cada Eucaristía). Los sábados, Pastoral Juvenil y grupos de oración. Vocaciones, Luis Arturo García, Marco Fájer, Ricardo Páez, Gilberto Suárez.

En 1986 el superior es nuevamente Miguel Mier; forman parte de la comunidad, en distintos momentos y por distintos períodos: Pedro Corona, Francisco López, Ramón Orozco, Salvador Martínez y José Torres. En enero de 1986 la comunidad está formada por los PP. Miguel Mier, Pedro Corona, Enrique García, Salvador Martínez, Ramón Orozco y los HH. Jesús Sandoval y Juan Pablo Aranda.

3. Tres periodos de descenso (1992 – 2006) Después de que concluye el periodo del P. Mier, en 1992, vienen dos periodos cortos de responsables de la comunidad y la pastoral (P. Juan José López y Gerardo Albarrán) y un periodo más largo de 9 años de el P. Víctor Villela fuera superior y encargado de la pastoral del Altillo. Es significativa la interpretación que dan las entrevistadas de toda esa época: Desde 1980 se había cerrado la cantera que convocaba mucha gente, eran los retiros de Kerigma y el proceso que desbordaba en el compromiso de comunidad. Al dejar de haber convocación, los grupos se mantuvieron con las mismas personas con la tendencia a ir disminuyendo. Dicen ellas: mataron a la gallina de los huevos de oro. O bien: Hemos sobrevivido porque Dios ha querido. Estas personas que se quedaron sólo asistían a su compromiso semanal (una mañana en la semana), y poco a poco los compromisos familiares, la distancia y la edad-salud fueron impidiendo la asistencia. Algunas personas se fueron cambiando a otras colonias y dejaron de asistir (año 2000). Después también afecto un asunto de herencias: el conflicto con la comunidad de Viena (Alianza de Amor). Se retiraron cerca de 30 personas. Es muy revelador considerar que aunque los números cambien, las tendencias observadas son más o menos las mismas que ahora se observan en la asistencia al Altillo. “Alianza de Amor mantenía una asistencia de 100 personas. Llegaban pocas personas nuevas convocadas de manera personal (por una vecina o una amiga). Los asistentes eran de clase media; algunos, media alta”.

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Finalmente “En las misas de los domingos [la asistencia era] normal tirando a menos”. Quizás estas descripciones de las testigos del tiempo no se diferencian grandemente de las pueden referirse a ahora, 25 años después: Les gustaba la manera de celebrar de los MSpS, el contenido de sus homilías porque tocaban problemas y hacían vivir la celebración. Había varios coros y buena participación”. También refieren que “[Estas personas] cada semana encuentran en su grupo (Apostolado y Alianza) un espacio de convivencia y vida cristiana. Afirman que en la Espiritualidad de la Cruz han encontrado respuesta. Son atendidas en Dirección Espiritual. Se les ofrecían retiros en Jesús María, Puebla o Valle de Bravo. Los cálculos que formula el P. Villela, básicamente están en acuerdo con las entrevistadas: “3 grupos del Apostolado de la Cruz que se reunían las mañanas, sumando una cantidad de 180 personas. La Alianza de Amor tenía de 100-120 personas. Alianza de hombres, 20. En el catecismo FEF de 60-80 niños. Al cerrarse FEF iniciaría el Catecismo del Buen Pastor”. Algo de lo más notable es que comienza la existencia del movimiento Éxodo, con un número aproximado de 50-60 adolescentes y unos 40 de Emaús. Se dice de las eucaristías de los domingos: “09.00 asistían 75 personas. 12.00 La Capilla llena (400 personas). 14.00 La Capilla llena (400 personas). A las 18.00 el 50 % (180-200 personas) y a las 19.00 el 50 %”. Sintetiza el P. Villela en el mismo tenor de lo que se viene diciendo: “Los grupos ya no crecen…, ya no hay convocación”. La época en su conjunto está matizada por los intentos de la autoridad de la Provincia, juntamente con la comunidad por relanzar la pastoral. Se relata que: El P. Jorge Ortiz y su consejo le piden al P. Villela que el Altillo deje de ser sólo Centro de Espiritualidad y se convierta en un Templo con servicio de sacramentos. Se aceptarían bautizos, primeras Comuniones, algunas bodas. Se ofrecen desayunos después de la ceremonia de la primera comunión. Y es que ya aparece ya una situación de carencias porque el ingreso de limosnas de Capilla no es suficiente para el mantenimiento de la comunidad y del inmueble (empleados). En este tiempo se remodela la Casa de Ejercicios (2004), se construyen Criptas en el anexo de la Cripta (2000). Estos signos dan a entender que no se lograron concitar los factores para conseguir el relanzamiento del proceso pastoral que tanto se anhelaba y se iba haciendo un lastre. Se trata este de un largo tiempo en que muchos misioneros pasaron por el Altillo.

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4. Periodo de Antonio Álvarez; (2006 al 2011) Este tiempo está marcado por la intensificación de la apuesta hacia la Pastoral de adolescentes y juvenil y al mismo tiempo por la irrupción de una serie de crisis en la gestión de apuesta pastoral del Altillo bajo la guía del entonces P. Antonio Álvarez. Se intenta un enfoque innovador, atractivo para los jóvenes, y probablemente fuera mal implementado, porque luego se complican las relaciones, principalmente con estos mismos sectores, de personas jóvenes que eran atraídos a la comunidad.

Los números significativos del período dicen que son “los de Emaús, con 50 personas en promedio. En Juvenil (hoy ACJ), había 15 a 20 personas [otros dicen que un número mayor], en especial los formadores de Emaús y dirigentes de Éxodo. Y del movimiento Éxodo se contaban unos 150 adolescentes”. Según los testigos del tiempo, la pertenencia se iba desarrollando en una lógica cercano a como se reconoce que sucede hoy en día: Los exoditos llegaban porque los papás los llevaban. Después les motivaba a quedarse el sentido de pertenencia a su tribu y al mismo Éxodo, rasgos que son típicamente desarrollados por el movimiento. Mientras que en Emaús era una búsqueda personal, búsqueda de lazos, algunos por los vínculos formados en Éxodo. También les motivaba llegar a ser algún día formadores o dirigentes. Algunos encontraban gusto en formar comunidad y compartir con personas que tienen una vivencia de fe… mientras que en Juvenil (ACJ) participaban algunos por inercia, querían seguir con su comunidad formada en Emaús. Dicen los entrevistados que venían de “Satélite, Xochimilco, Tláhuac, Col. del Valle, Delegación Benito Juárez, Coyoacán, Tlalpan, Iztapalapa; en general de las colonias de clase media”. Probablemente este discurso se escuche en todos los períodos posteriores al primero, más expansivo en los principios de los años 80; queriendo sostener que el Centro seguía convocando personas desde una diversidad de ubicaciones en la Ciudad, cuando los análisis revelaban, más bien, que el Altillo cada vez se definía como un espacio de clase media, más circunscrito al territorio, no inmediatamente cercano, sino a las colonias y delegaciones próximas. A pesar de esta búsqueda innovativa representada por quien era el superior de la comunidad y el equipo que se formó para atender el Altillo, la etapa se reconoce como una de las más malogradas en el decurso de la pastoral del Altillo. Se habla de “la ruptura de una comunidad” con los Misioneros y en particular con el superior de ese entonces. Decisiones unilaterales de unos y otros; el no seguir las instrucciones de los Misioneros; el ir a misiones a Tlapa a pesar de la prohibición de los Misioneros; se habla de guardar dinero; de quitar dirigentes o asesores o imponer a otros, o de expulsar personas del Altillo son las incidencias narradas sobre la etapa.

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Poder contra poder, es una síntesis que resume la historia de los enfrentamientos de Antonio Álvarez y su equipo con los dirigentes, coordinadores o asesores de la pastoral juvenil en sus distintos niveles. “También algunos adultos que no estaban de acuerdo con el modo de trabajar del superior dejaron de venir o tuvieron conflicto con él”, afirma una informante de esa etapa. En síntesis “el conflicto y las rupturas dejó [sic] una situación de mucha desconfianza de parte de los misioneros hacia los equipos de agentes, que en la siguiente etapa (la de Carlos Alonso) se mantuvo”. Se dice poco de los adultos en este período, porque parece que el intento y el fracaso sobre todo, con los jóvenes marcaron la etapa e influyó también a sectores de adultos que seguían en una lógica cercana a los tiempos anteriores: “Entre semana había grupos para señoras del Apostolado de la Cruz que venían a su formación los jueves y viernes. Por las tardes se daba catecismo a los niños y a sus mamás se les ofrecía una formación mientras los niños estaban en su catequesis. Había una comunidad de señores que se reunían por la noche –no recuerdo el día- y los llamaban los Tobis”.

5. Periodo de Carlos Alonso y el PCA; (2011 – 2017) El imaginario es que el período anterior acabó en falta, respecto a lo que se quiso promover inicialmente. Por eso el Consejo provincial de ese entonces buscó, otra vez, proveer al Altillo con un equipo pastoral completamente renovado que de nuevo desplegara una intensa y rica propuesta pastoral y que recuperara la vitalidad del espacio. Un equipo con empuje y experiencia pastoral liderado por el P. Carlos Alonso, relanza el proyecto, sobre todo buscando conectar con los adultos, convocar adultos jóvenes, parejas que estuvieran abiertos a realizar un proceso cercano a lo fue el los de PCA en la Parroquia de Guadalupe en Madrid en años anteriores. En este tiempo se incorporan Juan Manuel Ayala, Marco Álvarez de Toledo y Antonio Kuri Breña. A quien se entrevistó dice que “se llegaron a contar entre 200 y 240 personas, hablando de los grupos de adultos. La mayoría de los que se convocaron era gente cercana al Altillo; es decir, del sur de la ciudad. Los misioneros convocaron a personas que estaban en las misas y además atrajeron a las comunidades a conocidos de ellos que habían estado en otros grupos cercanos a la espiritualidad de la cruz”. Quien vivió la etapa dice …mucha gente buscaba un espacio incluyente (donde cupieran hombres, mujeres, divorciados, casados… La gente buscaba lo espiritual, más que la vivencia de comunidad o que hubiera misas comunitarias, oración y formación. Había una necesidad de sentirse escuchados y acompañados; mucha gente buscaba hablar y ser escuchada. [Se puede decir que] se buscaban espacios para discernir la vida y depositar todo eso que traen. 9

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Hay una necesidad de hacer contacto con Dios. Había un grupo de “nostálgicos” que habían estado en algún otro grupo cuando eran más jóvenes (como CUVIC, el Escuadrón o la Renovación) Los espacios de comunidad fueron muy atractivos para gente sola, por ejemplo, mujeres divorciadas. También se percibe que esta fuerza inicial de convocación lograda inicialmente no se sostuvo. “Los motivos tienen que ver con que mucha gente vino [a los momentos iniciales], pero nunca formó comunidad. Las situaciones de vida los alejaron como las distancias, o un cambio de casa. Además las personalidades atraen y más si son carismáticos, como Marco Álvarez, cuando él no estuvo varios dejaron de venir”. Así comenta el testimonio recogido de esa última etapa.

Algunos ejes tentativos de la trayectoria Se pueden derivar algunos elementos de la visión de conjunto aportado por las entrevistas. Ciertamente se evidencia que el material es escaso como para obtener ejes bien establecidos que se estén fuertemente anclados en la trayectoria histórico social. Sólo se tienen jirones que dan noticia de lo ocurrido en cada etapa de este largo caminar. Sin embargo, ya aparecen algunos indicios. Al parecer de quien hace esta síntesis, estos indicios apuntan a que: 1. Los factores que se conjuntaron en la primera etapa pastoral de Altillo fueron la fuerza y la novedad de la propuesta pastoral, la audacia de los que la implementaron, el atractivo y la buena fama que mantenía el Altillo, situado todo en un momento de búsqueda eclesial efervescente. La conjunción de todo esos factores consiguieron un dinamismo único que no se pudo mantener, ni capitalizar para el futuro y que tampoco se ha podido repetir desde entonces. 2. Después de esa etapa el Altillo adquirió un estatus que corresponde a un templo con arraigo histórico y una tradición que le favorece, buscando hacerse interlocutor de sectores de clase media, sobre todo, entre adolescentes y jóvenes, pero sin enfrentar los obstáculos que le son propios o sin enfrentarlos con suficiente consistencia. 3. En el espacio juvenil y de adolescentes es notable que la pastoral del Altillo no ha dejado de tener logros a pesar de cargar en su trayectoria con rupturas y desencuentros significativos. Probablemente en este espacio se tenga ganado un reconocimiento de cierta especialidad en el trabajo de adolescentes y jóvenes. Queda por estudiar el impacto y las ambigüedades del movimiento Éxodo para darle seguimiento.

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4. Después de 1985 la historia de la pastoral del Altillo ha dependido de un empeño nunca suficientemente satisfactorio por capitalizar de nuevo su historia, su momento de irrupción novedosa y su tradición, a través de intentos varias veces renovados. Se nota con claridad, a pesar de la escasez del material de entrevistas, la falta de continuidad entre quienes han sido superiores y sus comunidades y los que les siguieron. La continuidad del proyecto ha sido nula y de ruinosos efectos. Los intentos de renovación y convocatoria pastoral innovativa o no se han gestionado bien o no se han llevado a sus consecuencias dándole continuidad y fortaleciendo los procesos a través de los años. 5. Después de la etapa inicial que efectivamente parece haber atraído personas de muchos sectores sociales y de diversa procedencia, la pastoral del Altillo ha carecido de la confluencia de factores que le dieron vitalidad y muy lucidez en el periodo bíblico, de Renovación y del SINE que concluyó en 1985.

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V. CO N C LU S I O N ES Y P E R S P E C T I VA

¡Cuántas veces quise yo ir adelante, y por tal camino que había yo pensado, y Nuestro Señor, por medios apropiados, me detuvo!... ¡Cuántas veces quise ir a la derecha, y N.S. me hizo ir a la izquierda!... ¡Cuántas veces me quise parar, y N.S. me hizo sentir fuerte empuje para ir adelante!... Sí, “Lo demás lo haré Yo”». Félix de Jesús Rouguier, M.Sp.S

El proceso sinodal está en marcha, pero no está concluido. La etapa de diagnóstico se prolongó hasta pentecostés de 2019 y el nuevo momento del Altillo nos apuntó a que posterguemos la iluminación y la planeación estratégica. El 03 de abril fuimos retroalimentados mediante la visita de los hermanos del consejo provincial. Junto con ellos, pudimos llegar a una serie de constataciones y retos que presentamos en este apartado a manera de conclusiones. De igual manera el 25 de abril dimos concluida esta primera parte del Sínodo con una última reunión de reflexión comunitaria acompañados por el P. Fernando Falcó, msps.

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Constataciones generales de los resultados del Sínodo 1. Nos preguntamos sobre la identidad del Altillo La identidad del Altillo ha ido evolucionando, hoy es un mosaico de grupos y ofertas que no es una parroquia, ni un templo, ni sólo un centro de formación, sino que es más un lugar de encuentro que aglutina a clases medias que viven en el entorno. Los que asisten al Altillo son personas que eligen estar y perseveran porque la oferta que se les hace responde a una necesidad primera. Por el perfil que tienen los asistentes y el vínculo que se propicia genera adhesión y lealtad, pero diferente a la idea de formar una “comunidad de comunidades” como en una parroquia. Las personas aquí construyen su “hábitat simbólico”, propio de la clase media. Hay una gran dificultad para pensar el cómo atraer a otros. Para que haya perseverancia tiene que pasar algo significativo pronto, si no se van. 2. El Altillo actualmente es un mosaico de grupos y ofertas con diversos ritmos y necesidades. Aunque es un perfil suficientemente homogéneo (clases medias que buscan una oferta religiosa y que encuentran un sentido de pertenencia en el Altillo), existe una diversidad de demandas y ritmos: • La catequesis infantil es un perfil de clase media alta de gente participativa y formada, pero desvinculada del conjunto. • En la pastoral juvenil el movimiento Éxodo es un producto estrella que convoca naturalmente, aunque carece de significatividad en cuanto a la perseverancia de los adolescentes en etapas posteriores como ACJ. Emaús se ha ido consolidando y creciendo, su convocatoria depende en buena medida de los egresados de Éxodo. • Hay el vacío de asistentes entre 25 y 40 años. La PCA’S tienen un proceso propio y con una dificultad de ser atractivo debido a que es muy largo. • Las adultas mayores es un grupo numeroso, aunque no participan en muchas actividades y han vivido varios procesos de formación. Son el sector más identificado con la Espiritualidad de la Cruz.

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VI. MEMORIA FOTOGRÁFICA
















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