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LAS OFRENDAS DE DIA DE MUERTOS
UNA TRADICIÓN ÚNICA EN EL MUNDO
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por: karLa p.
¿EN QUÉ CONSISTEN LAS OFRENDAS?
Una de las tradiciones más representativas del Día de Muertos para honrar a aquellos a los que amamos y que se han ido, es colocar una ofrenda para compartir con ellos cuando “lleguen” a nuestra casa a visitarnos. La celebración en sí, es una mezcla de la cultura prehispánica y tradición católica que el pueblo mexicano ha adaptado a la perfección. Como la creencia de que nuestros seres queridos regresan en estas fechas para disfrutar de la comida, be
bidas y demás que se les ofrece. Algunas familias las colocan días previos al 01 de noviembre, pues ese día se recibe a los niños difuntos, mientras que el día 02 de noviembre, se recuerda al resto de los difuntos. Sin embargo, hay quienes colocan la ofrenda desde antes del 28 de octubre para los muertos que perdieron la vida de manera violenta; ya sea en un accidente o asesinados. Así como el 29 para los difuntos olvidados. El Mientras que el 30 y 31 de octubre “llegan” las almas de los limbos, es decir, los niños que murieron sin ser bautizados. Estos detalles cambian dependiendo de la zona o creencias particulares, aunque coinciden en el uso de velas para iluminar el camino de regreso a la Tierra.
¿Qué es lo más común que se coloca en una ofrenda mexicana?
El agua. Se ofrece a los difuntos para que calmen su sed después de un largo recorrido y sea más fácil el regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.
La sal. El elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
Velas y veladoras. En la actualidad se usa el cirio en sus diferentes formas: velas, veladoras o ceras. La flama que producen significa “la luz”, la fe, la esperanza.
Es guía, con su flama para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su dimensión. En varias comunidades indígenas cada vela representa un difunto, es decir, el número de veladoras que tendrá el altar dependerá de las almas que quiera recibir la familia. Si los cirios o los candeleros son morados, es señal de duelo; y si se ponen cuatro de éstos en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa.
Copal e incienso. El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
Las flores. Son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del alma, la cual al marcharse se irá contenta, el alhelí y la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños.
El pan. El ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”. Elaborado de diferentes formas, el pan es uno de los elementos más preciados en el altar.
Las calaveras. Las calaveras de azúcar medianas son alusión a la muerte siempre presente. Las calaveras chicas son dedicadas a la Santísima Trinidad y la grande al Padre Eterno.
El mole. El mole con pollo, gallina o guajolote, es el platillo favorito que ponen en el altar muchos indígenas de todo el país, aunque también le agregan barbacoa con todo y consomé. Estos platillos son esa estela de aromas, el banquete de la cocina en honor de los seres recordados. La buena comida tiene por objeto deleitar al ánima que nos visita.
El retrato del difunto. Ayuda a que el alma vea que se le recuerda y que esa ofrenda es para ella. El altar puede ser adornado con papel picado, con telas de seda y satín donde descansan también figuras de barro o ropa limpia para recibir a las ánimas.
¿Sabías que hay personas que adornan su ofrenda con una veladora por cada persona que conocieron en sus vidas? Esto da a veces más de 50.