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Artistas eternos

LUIS MIGUEL COBO / FACEBOOK ROCÍO DURCAL

DEYANIRA GÁLVEZ

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Los recuerdos, en gran medida, se componen de melodías, de música. La misma que, sin importar la cantidad de tiempo que pueda pasar, siguen transportando al lugar, a la sensación. Mi infancia se compone de felicidad que suena a años 70 y 80, aunque no haya vivido en esa época precisamente.

De hecho, mi infancia fue como 40 años más tarde, pero gracias a mi papá, un señor fiel a la música setentera, pude conocer y enamorarme, desde muy pequeña, de lo que yo llamo música eterna, artistas eternos. Es así que empieza mi gusto por la música de artistas de habla castellana, como José Luis Perales, Nino Bravo, Leo Dan y los recientemente fallecidos, Camilo Sesto y José José; empezó a adherirse a mis oídos, corazón y mente.

La música ha sido compañera de decenas de gener- aciones, casi siempre por periodos que duran lo mismo que la moda, es decir, poco. Pero hay algunas que permanecen congeladas, listas para desempolvarse en cualquier momento, pero muchas veces, y la mayoría de ellas, gracias a covers en versión ritmo latino (cumbia, salsa, bachata, etc) que, desde hace un tiempo, han conquistado cientos de fiestas con nuevos fanáticos que desconocen las raíces originales de lo que están escuchando, como Tendría que llorar por ti, Esta cobardía, Lo pasado, pasado, etc. Sin contar con el boom de Mix Juan Gabriel de Los Hermanos Yaipén, posterior a la muerte del cantante. También existen varios Mix Camilo Sesto con covers hechos por Armonía 10, Sociedad Privada, etc. A estas alturas ya sabemos lo que viene: un Mix bailable José José 2020. ¿Qué hace que la música de antes no pase de moda? Elio Osejo, quien es conocido localmente por vender material retro, me responde, muy seguro de sus respuestas. “La música ha perdido su valor, no sólo estético, sino también místico, por eso (la música retro) era arte. La tecnología únicamente amplificaba el sentir que expresaban las melodías”.

En algún momento he cuestionado mi singular atracción por la música del ayer, pero vamos, no hace falta darle tantas vueltas, más allá del análisis de Elio sobre la música de antes y la elaboración de contenido que tenían hay otro motivo, algo más personal que cala en la vida de cada persona. Los gustos del ser humano están directamente relacionados con sus experiencias.

Yo asocio Un velero llamado libertad, con lo libre que me sentía al volar en mi columpio todas las tardes, luego de la escuela. Asocio Pídeme la luna con las noches eternas en las que, en el regazo de papá, me quedaba dormida buscando estrellas fugaces en el cielo de mi pueblo.

Asocio Un beso y una flor con las incontables cartas que papá le escribía a mamá, y que ella compartía conmigo. Asocio esta música, la que yo llamo “eterna”, con todos los recuerdos que se fueron construyendo en la vida de miles de personas.

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