5 minute read

Música favorita de los grandes dictadores

ALEXIS CONDOR

Las dictaduras son etapas de la historia de muchos países, sistemas donde una sola persona gobierna con poder total, personas que se conoce como dictadores, estos tienen la facultad de ejecutar, legislar a su antojo y administrar justicia como mejor les parezca en su nación, a lo largo de nuestra historia universal existieron muchos dictadores, cada uno con sus particularidades a la hora de gobernar, pero todos con la misma característica general de querer más y más poder.

Advertisement

En este artículo hablaremos de los tres más grandes dictadores de la historia universal desde mi punto de vista (desde luego que usted puede diferir conmigo), el primero es el dictador de la Alemania Nazi de 1933 a 1945, Adolf Hitler, conocido también como Der Führe; el segundo es Benito Mussolini, el Duce, dictador del Reino de Italia desde 1922 a 1943; el último es el dictador de la desaparecida Unión Soviética (URSS), Ioseb Besarionis, Stalin.

Sin embargo no hablaremos de cuanta gente asesinaron durante su régimen respectivamente, cuáles fueron sus legados más importantes,

MARCO GARCÍA

o sus ideologías de gobierno, si no de su relación con la música. Adolf Hitler, fue un hombre que admiraba mucho al filósofo Nietzsche, y este consideraba que “sin la música la vida sería un error”, que la música como arte debía buscar el espíritu humano y explorar incesantemente el melómano de buscar nuevas formas de expresión y de vivir, en ese sentido Hitler no concebía a la música como un arte para acompañar la embriaguez u otros vicios, lo concebía más como una forma de entrar en catarsis, por ello admiraba y escuchaba temas de Bach, Haendel, Beethoven, Mozart y Wagner, este último impactó más en el gusto musical de Hitler, “Es probable que no haya ningún otro músico tan ligado al nazismo como Wagner y ninguna otra música tan contaminada con asociaciones ideológicas del Tercer Reich”, escribe Borchmeyer.

Benito Mussolini, en los inicios de su dictadura era el más demócrata y liberal cuando se trató de música, pues abundaban músicos de todas las naciones, desde soviéticos hasta judíos como como el violinista Yehudi Menuhin, sin embargo todo esto cambió desde 1938 cuando comenzó una persecución sistematizada de artistas que no concebían su modelo de gobierno. Fue un amante de la música clásica y la ópera, su compositor favorito fue Giacomo Antonio Doménico Michelle Secondo María, Puccini, compositor que tenía una fuerte atracción por Wagner, compositor favorito de Hitler, entonces ahora sabemos que había una razón más por la cual estos dos dictadores eran amigos, la música.

Stalin, el Hombre de Hierro, pregonaba la filosofía de Karl Marx (el filósofo más influyente del mundo soviético), quien consideraba que la música es un producto social, es decir ningún compositor compone una pieza musical para escucharlo solo, o yo no escribo esto para leerlo solo, todas artes tienen un propósito en sociedad, son un medio de comunicación social que tratan de transmitir un pensamiento, un sentimiento, en ese sentido de manera sencilla la música tenía que transmitir la lucha de clases, la consolidación del comunismo para Stalin, y los músicos que más resaltaban en ese gobierno eran Oistrak, Ashkenazi, Richter, Kremer, Bhasmet, Kondrashin, Barshai, Mravinski, todos ellos aplaudidos y admirados por Stalin.

The Wacken Open F* % k Air

KEVIN CRISÓSTOMO

Déjame que te cuenta la historia que muy pocos conocen, no pienses que es una historia de terror por ser la página negra de la revista. No señor. Esta es una historia que tuvo un comienzo negro en lo más recóndito de la Alemania y que ahora brilla cual sol en primavera, de ahí mi atrevimiento a decir que existe el paraíso para quienes osan ir contra la corriente, un espacio donde no existe lugar para típicos ritmos convencionales. Damas y caballeros este es el Wackien Open Air.

Nacido el año de 1990 en la provincia de Wacken, situado al norte de Alemania que cuenta con 2,000 habitantes, este festival tuvo en su primera edición a 800 personas como visitantes. Treinta años después, 80,000 almas metaleras de todas las naciones y culturas se conglomeran a inicios del mes de agosto con un solo propósito, el de vivir al máximo la experiencia metalera más grande de todo el mundo. Así, por tan solo tres días el pueblo se convierte en la tercera ciudad más grande en términos demográficos del Estado Federado de Schleswig-Holstein.

Ese año se presentaron bandas locales y legendarias como Skyline (fundadores del W.O.A), 5th Avenue, Ax’n, Sex, entre otros. La siguiente edición del 91 tuvo presencia norteamericana con bandas que hoy sirven de referencia para músicos de la actualidad, tales como Gypsy Kiss y Ruby red, pero sería en el 94 donde iconos del metal se manifestaron, Uriah Heep y Halloween hicieron su presentación y, de ahí en las demás ediciones del 94 hasta nuestros tiempos sus escenarios contarían con leyendas musicales de todas las nacionalidades, Angra, Dimmu Borgir, Dee Snider, The Exploited, Therion, Ramones Mania, Kreator, Lacuna Coil, Nightwish, Childrem Of Bodom, Europe, Rammstein, Alice Cooper, Cannibal Corpse, Arch Enemy, y la lista sigue. Bueno, y los géneros del metal que suenan son el Death, Folk, Doom, Gothic, Grindcore, Glam, Groove, Hardcore, Heavy, Power, Rock And Roll, Speed, Thrash y Symphonic. Metallica, la mítica banda, es la excepción y la gente espera con ansias su presentación en futuras ediciones.

Los organizadores Thomas Jensen y el cofundador Holger Hübner nunca antes pensaron que el W.O.A se convertiría en la meca del metal a nivel mundial, reuniendo a bandas de lugares impensables. En la edición de 2017 la banda de Botsuana, Overtrust, hizo su presentación en la batalla del metal, logrando obtener una buena acogida en la localidad alemana.

La edición del 2019 contó con la colaboración de Trainwreck que tiene como lugar de origen, Bangladesh, mostrando su brutal sonido en tierras germanas, otra banda que hizo vibrar el escenario fue Doch Chkae de origen camboyano.

Todas estas bandas tienen algo en común, la de provenir de lugares azotados por la violencia donde la libertad de expresión es una osadía para estos artistas del metal. Así muchas bandas hacen su presentación en la batalla del metal, sean locales o extranjeras todas son brutalmente ruidosas y hacen mover las cervicales a todas las generaciones amantes del metal en su máxima expresión.

This article is from: